Reseñas
Recepción: 08 Septiembre 2024
Aprobación: 16 Septiembre 2024
Svevo I.. La conciencia de Zeno. 2005. Ediciones Cátedra. 488pp. |
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Ettore Schmitz (1861 – 1928) nació en Trieste y es conocido literariamente como Italo Svevo. Pertenecía a una familia acomodada de la burguesía comercial. Su padre quiso que estudiara en Alemania. Cuando regresó a Trieste se matriculó en una escuela técnica y tras abandonar sus estudios se empleó en un banco en el que permaneció dieciocho años, mientras escribía reseñas y artículos para revistas literarias.
Sin lugar a dudas Italo Svevo era bilingüe: hasta 1918 Trieste estuvo bajo la dominación austríaca y la vida cultural de la ciudad giraba en torno a las novedades procedentes de Viena. Ya en 1910 Svevo empezó a interesarse por el psicoanálisis y en Italia fue el primer traductor de La interpretación de los sueños de Sigmund Freud. En aquellos años, James Joyce, uno de los mayores innovadores de la cultura europea, se afincó en Trieste y entre los dos intelectuales nació una profunda amistad. Fue gracias a Joyce que la editorial francesa Gallimard aceptó publicar La conciencia de Zeno, la obra cumbre de Svevo.
A finales del siglo XIX Svevo simpatizó con el socialismo y comenzó a plantearse el problema de la felicidad del hombre, del papel que el ser humano debe desempeñar en el universo en un mundo acosado por una crisis política, social e identitaria muy grave. (No olvidemos que la Primera Guerra Mundial era inminente). Svevo rechazaba el mundo tecnológico y el capitalismo que, a su modo de ver, eran los causantes directos de la enajenación del hombre y no entreveía perspectivas que permitiesen alcanzar un equilibrio entre el individuo y la sociedad.
La conciencia de Zeno se gestó entre 1919 y 1923 y ya el título del libro es significativo puesto que indica que “en Zeno existe solamente lo que perdura en su conciencia y en su forma de recordarlo” (Petronio, 1990, p. 508)
El protagonista de la novela es Zeno Cosini, un rico burgués nacido en Trieste. Sus bienes siempre han sido administrados por otros porque él es “el inepto por excelencia”. Este rasgo de la ineptitud vertebra toda la obra. Zeno tiene que escribir la historia de su vida por orden del doctor S., su psicoanalista; de esta manera puede colaborar en su propia curación. Los “capítulos” de la historia de Zeno (“El tabaquismo”, “La muerte de mi padre”, “La historia de mi casamiento”, “Mi esposa y mi amante”, “Historia de una asociación comercial”, “Psicoanálisis”) no son presentados de forma ordenada respetando la sucesión temporal tradicional; se trata más bien de algunos momentos que la conciencia del paciente/protagonista evoca a través de la libre asociación de los recuerdos. Cada capítulo se enfoca en un tema relacionado con la “enfermedad” de Zeno.
“El tabaquismo”: el primer capítulo se centra en la exasperación de Zeno que no puede dejar de fumar. Siempre se propone fumar el “último cigarrillo”, sin embargo la adicción al tabaco refleja su deseo de venganza hacia el padre y la voluntad inquebrantable de transgresión. Por si fuera poco, Zeno es incapaz de organizar su vida, de encauzarla y de encontrarle un sentido. Esta es su verdadera “enfermedad”.
“La muerte de mi padre”: en este capítulo se analiza la incomunicación entre el padre y el hijo. Una noche el padre intenta decirle algo importante a Zeno (quizás el anciano advierta un presagio de muerte), pero los dos nunca supieron entrar en confianza y esta vez también la comunicación falla. En los días siguientes el padre sufre un ACV y comienza a agonizar. Zeno desea la muerte del progenitor, pero acto seguido se arrepiente. Algunos minutos antes de fallecer, el anciano abofetea al hijo que interpreta este gesto extremo como la punición irrevocable hacia su oscuro e inaudito egoísmo.
“La historia de mi casamiento”: Zeno conoce a un hombre de negocios, Giovanni Malfenti, que tiene cuatro hijas casaderas. Él se enamora de la más atractiva, Ada, que lo rechaza y se casa con otro pretendiente, Guido Speier. Zeno empieza, por lo tanto, a cortejar a las otras tres muchachas y finalmente contrae matrimonio con Augusta, la más fea. Él no la ama, pero ella es confiable y fiel. Todo el largo cortejo de las hermanas Malfenti atestigua la ineptitud de Zeno que se deja arrastrar pasivamente por los acontecimientos y no actúa de manera firme y responsable.
“Mi esposa y mi amante”: Augusta representa un punto de referencia fundamental para Zeno, pero casi todos los hombres casados de su época tenían una o más amantes. Por esta razón Zeno inicia un romance con Carla, una muchacha pobre. El adulterio coincide con su inextinguible deseo de transgresión, sin embargo es Carla la que corta por lo sano la relación y se casa con su profesor de canto. Una vez más emerge la ineptitud del protagonista que no sabe tomar una decisión.
“Historia de una asociación comercial”: Guido Speier, esposo de Ada le pide ayuda a Zeno para que lo asesore en sus negocios. La empresa de Guido está al borde de la quiebra debido a algunas inversiones no muy acertadas. Speier simula un suicidio para que su esposa se compadezca de él y le ponga a disposición su patrimonio personal. En los meses siguientes Guido volverá a emplear la estratagema del suicidio; pero la segunda vez muere de verdad por un error grotesco. Ada acusa a Zeno que – según su opinión – no supo asesorar al difunto marido y en este capítulo se alude al triángulo amoroso protagonizado por tres personajes fracasados que, por varias razones, nunca supieron enfrentarse a la realidad.
“Psicoanálisis”: Después de seis meses de tratamiento, el paciente saca sus conclusiones. Zeno cree que el psicoanálisis es ineficaz puesto que, en su caso, sólo puso de manifiesto de manera vehemente sus fracasos. El paciente desprecia los métodos empleados por esta nueva ciencia y en su crítica, no exenta de matices irónicos, subraya que solamente a través de la escritura es posible llegar a la autoconciencia y a la verdadera sanación. Cuando Zeno Cosini redacta el último capítulo, en Italia acaba de estallar la Primera Guerra Mundial. Los negocios de Cosini van viento en popa y él se enriquece a través del conflicto bélico. De acuerdo con la lógica capitalista, Zeno se ha curado porque se ha convertido en un hombre de éxito que sabe interactuar y sacar provecho de una situación trágica, pero he aquí la desconcertante y aterradora contradicción, según Svevo. Si en una sociedad la “sanación” del individuo pasa por el enriquecimiento obtenido por medio de la guerra –es decir con las armas, la destrucción y la muerte– esta misma sociedad está destinada al fracaso y está allanando el camino hacia el definitivo e inexorable ocaso de la civilización humana.
Quizás podamos pensar que esta obra de Italo Svevo revela cierta seducción por las doctrinas de Freud, pero con un humor irónico y sutil Zeno Cosini condena el psicoanálisis porque no existen terapias que curen las enfermedades del alma. Solamente nuestra fuerza interior puede brindarnos alguna ayuda. No olvidemos que a menudo el hombre mismo genera los monstruos que terminarán por destruirlo. Svevo construye un personaje –Zeno Cosini– “coherente en su propia incoherencia” (Maier, 1978, p. 509) y cree que esta actitud gobierna la conducta de los seres humanos en una época de crisis profunda donde todo parece fluctuante e inasible, donde “la identidad de la persona parece disolverse” (Pazzaglia, 1992, p. 480) porque la sociedad no acaba de encontrar una firme apoyatura por falta de valores e ideales.
Por esta razón La conciencia de Zeno es un libro actual: cala hondo en la condición del hombre y aborda temas como la obsesión y el autoengaño de manera sólida con un lenguaje a veces rebuscado, pero siempre atractivo.
Referencias
Maier, B. (1978). Italo Svevo. Mursia.
Pazzaglia, M. (1992). Letteratura Italiana. Zanichelli.
Petronio, G. (1990). Historia de la literatura italiana. Cátedra.