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La formación de lectores críticos desde el aula
The formation of critical readers from the classroom
Entretextos, vol. 16, núm. 31, pp. 166-169, 2022
Universidad de La Guajira

Reseñas de libros

Entretextos
Universidad de La Guajira, Colombia
ISSN: 0123-9333
ISSN-e: 2805-6159
Periodicidad: Semestral
vol. 16, núm. 31, 2022

Se prohíbe uso comercial.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

Resumen: El artículo escrito por el profesor Jurado Valencia, es un tema que aborda aspectos interesantes tales como el énfasis en la interpretación crítica de los textos, el rol de las instituciones educativas en la formación de los jóvenes como lector crítico y otros aspectos. Para lograrlo, el trabajo pedagógico desde el aula es esencial.

Fabio Jurado Valencia, de nacionalidad colombiana, destacado Profesor del Departamento de Literatura y del Instituto de Investigación en Educación, de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá. Licenciado en Literatura de la Universidad del Valle, obtuvo sus dos títulos de posgrado en una de las Universidades más importantes de América Latina: Maestría en Letras Iberoamericanas (UNAM, México); Doctor en Literatura (UNAM, México).

El artículo escrito por el profesor Jurado Valencia, es un tema que aborda aspectos interesantes tales como el énfasis en la interpretación crítica de los textos, el rol de las instituciones educativas en la formación de los jóvenes como lector crítico y otros aspectos. Para lograrlo, el trabajo pedagógico desde el aula es esencial. Para el escritor, los jóvenes de hoy día se les debe facilitar los medios para que obtengan experiencias de lector crítico, teniendo en cuenta el acompañamiento y la orientación de los docentes capacitados para tal fin.

En el artículo en mención, Jurado hace una disertación sobre la formación de lectores críticos desde el aula y habilidades cognitivas que debe manejar el lector competente, en el siglo XXI.

El contexto aula, es el primero que aborda el artículo. Desde hace tiempo atrás, el aula se ha constituido en un escenario apropiado para que los jóvenes se formen como lectores críticos, capaces de hacer interpretaciones reflexivas de los textos literarios. El interés por formar a los jóvenes en esta área del saber se considera fundamental, es una actividad intelectual que va a contribuir con el desarrollo del pensamiento crítico de los educandos. Para facilitar la formación de lectores críticos se cuenta con estrategias pedagógicas como los proyectos de aula.

Para el autor la institución escolar juega un rol importante en la formación, en ella la juventud tiene mayores posibilidades de instruirse bajo la orientación y acompañamiento de maestros capaces de transformar el pensamiento subjetivo de sus dirigidos en pensamiento crítico y reflexivo. En cierta manera, la institución escolar no es del todo el único espacio educativo donde se puede instruirse en lectura crítica, también, puede educarse fuera de ella como en instituciones culturales, deportivas y recreativas, siempre y cuando se den situaciones de interacción social. Uno de los retos que afronta las instituciones en los últimos tiempos tiene que ver con el bajo nivel de motivación de los jóvenes hacia la lectura, sin embargo, estas limitaciones han sido superadas con métodos pedagógicos eficaces. En la institución escolar se suele distinguir el lector alfabetizado y el crítico.

En paralelo con el contexto pedagógico, el aspecto social aporta de manera directa a la formación del lector crítico en la medida en que la apreciación de la lectura como actividad social, se ha posesionado como una de las maneras de potenciar el desarrollo del pensamiento y en especial el crítico y reflexivo (Lipman, 19989).

Se espera que el lector asuma pensamiento crítico, actitud consciente responsable y autónoma como condiciones que lo autoricen para cuestionar el saber y así construir una voz propia que refleje su compromiso autocrítico frente al conocimiento y a la transformación de la realidad social (Sanmartín, 2011).

Desde el ámbito de la literatura el autor aduce que la experiencia de la lectura exalta actitudes de interacción social y de interlocución entre quienes hablan y comentan cosas y situaciones que aparecen en la mente luego de realizar lecturas de textos orales o escritos para ser interpretados a cabalidad con criterios literarios. De hecho, “no son solo recomendaciones las que un lector hace a otro, son valoraciones, juicios, puntos de vista que persuaden o no, …” (Jurado, 2008). Según el autor los tópicos que forman parte de un texto de lectura son en verdad componentes literarios que el lector crítico desentraña en un juego que deviene del asombro de saber cómo se descubren textos que hablan a “través del texto”. Advierte que, si esta forma de hacer lectura de diálogo entre textos se activa en las aulas escolares, esta contribuirá en potenciar la lectura crítica.

Continuando con el aspecto literario, el autor es enfático en afirmar que si no hay sospecha del lector sobre aquello que las palabras pretenden decir en un texto, la lectura no opera adecuadamente. Así mismo, aclara que, si la comprensión de lo que se lee, se realiza solo a nivel literario, sin ese paso hacia la inferencia que implica el esfuerzo por desentrañar los significados implícitos, entonces, la lectura es parcial. Anota que la actitud de las personas en cuestión de lectura es imprescindible, porque sin una actitud desmedida frente a lo que el texto dice, la comprensión tiende a bloquearse y no hay apertura hacia la posibilidad de una actitud crítica frente al texto. Esta situación no ocurre únicamente en la lectura de los textos literarios, puede ocurrir en todos los textos que nos envuelven, al interior de la escuela y fuera de esta.

El artículo es escrito desde la perspectiva de la literatura y de la educación. Desde la institución educativa no solo hay que alfabetizar al joven en la lectura, sino que además su formación debe trascender en ser capaz de interpretar de manera crítica los textos literarios. En este sentido, es muy importante orientar a temprana edad a los jóvenes desde el aula de la escuela en saber leer críticamente los textos de la cultura.

Sin duda alguna, es a partir de la literatura desde donde más se pueden propiciar condiciones para la formación del lector crítico. Hacer uso de la literatura envuelve la prioridad de la interpretación crítica literaria y en cierto modo acorta al máximo el carácter de dogma que confiere el discurso de la docencia desde las instituciones educativas. En general, en el trabajo escolar con la literatura el componente del saber hacer, es fundamental por parte del maestro, de los modos en que funcionan estos textos representados por la fuerza detonadora del pensamiento: los textos literarios.

Considero que al escribir el presente artículo desde una perspectiva educativa y literaria hace más interesante el tema abordado, permitiendo una mejor comprensión sobre en qué consiste una verdadera formación de un lector crítico. Tanto lo educativo como lo literario permite al joven obtener una formación sólida para ser capaz de interpretar críticamente los textos literarios.

De este artículo se resalta cómo el profesor Jurado describe y analiza de manera pedagógica la formación del lector crítico desde el aula, quien tiene ciertas limitaciones que pueden ser superables. Buena parte de su análisis se caracteriza por ser crítica, en especial sobre la acción gubernamental de limitarse en alfabetizar al joven en lectura meramente superficiales, en lugar de formarlo con una capacidad de interpretar de manera reflexiva los textos literarios que los envuelven en las instituciones educativas. De igual manera, estudió y examinó detenidamente cada uno de los aspectos literarios y educativos que constituyen los pilares de la formación de lectores críticos para que este trascienda en su interpretación inteligente de los textos literarios. Además, identificó y resaltó sus propiedades lingüísticas relevantes tales como la semántica y la semiótica. Entre los argumentos principales del profesor se resalta la noción de hipertexto que proporciona los indicios para reconocer un texto mayor: hipotexto, aquí, lo fundamental es vivir la experiencia de la lectura sin que importe la cantidad de libros o el número de páginas de la misma; esto supone romper con los esquemas rígidos de los programas curriculares canónicos para flexibilizar las prácticas pedagógicas y reconocer la autonomía de los docentes en la elaboración de propuestas diversas en torno a la formación de los lectores críticos desde las aulas.

El artículo se encuentra organizado básicamente en tres partes. La primera corresponde al resumen, escrito en tres lenguas, español, portugués e inglés. En su orden le sigue la introducción en la que se da a conocer sobre el tema y se establece la pauta a partir de las cuales está abordado. Seguidamente, se expone sobre la lectura crítica, el texto literario. Por último, la bibliografía.

El autor propone métodos funcionales para la formación del lector crítico tales como el proyecto de aula como práctica pedagógica, el dialogismo intertextual, especie de juego en el cual se reconocen diversos textos dentro de un texto, entre otros. Estos métodos son útiles para la seducción de los niños y los jóvenes hacia la lectura.

El autor al escribir el artículo tiene como objetivo proponer estrategias pedagógicas y literarias para formar jóvenes lectores críticos en textos de literatura desde las aulas y fuera de ellas. De tal manera que los jóvenes logren obtener las habilidades en la interpretación crítica de los textos en el ámbito académico. Sostiene la tesis que el lector puede adquirir habilidades en esta actividad intelectual fuera de la institución escolar, siempre cuando cuente con interlocutores con quienes interactuar acerca de diversos de temas y experiencias.

El autor llega a la conclusión que es a partir de la literatura desde donde más se pueden propiciar condiciones para la formación del lector crítico. Es decir, trabajar con la literatura implica dar prioridad a la interpretación y reducir al máximo el carácter de dogma que confiere el discurso de la docencia. De ahí que “la ambigüedad y la polivalencia semántica que les caracteriza demandan la constitución de un lector que no se contenta simplemente con parafrasear lo que “en esencia” dicen, sino que sospecha además que algo falta en lo que se ha comprendido en el texto”. Esto quiere decir que lo que le sucede al joven como lector tiene necesariamente que ser comprobado desde el texto, pues el texto como tal tiene y demanda su propio repertorio.

También, resalta dos experiencias para tener en cuenta, por una parte, la del componente teórico sobre la especificidad del arte literario y por otra, la del acervo de lecturas de textos de ficción, lo que le da soporte a la labor compleja de la docencia en literatura. Para el autor, estas dos experiencias, son definitivas en la explicación del texto, que a su vez hace posible la persuasión hacia la necesidad de leer, literatura.

En últimas, el autor es claro en afirmar que en el trabajo con los textos se trata básicamente de leer representaciones (las que están configuradas en la ficción) y producir aquellas (sustancias de contenido que se producen en el pensamiento) a la manera como se da forma a las sustancias de contenido surgidas de la interpretación: la reconfiguración.

Referencias

Jurado Valencia, F. (2008). La formación de lectores críticos desde el aula. Revista Iberoamericana de educación, (46): 89-105.



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