Artículo de Investigación
Recepción: 19 Octubre 2022
Aprobación: 10 Febrero 2023
URL: http://portal.amelica.org/ameli/journal/670/6704128006/
DOI: https://doi.org/10.26620/uniminuto.mediaciones.19.30.2023.75-92
Cómo citar:: Caldero, A. & Ochoa, L. (2023). Análisis narrativo e interseccional de relatos de mujeres migrantes colombianas en Costa Rica: actores, escenarios, objetos y códigos culturales. Mediaciones, 30(19), pp.75-92.
Resumen:
El
artículo expone el análisis de once historias de vida desde una perspectiva narrativa, así
como el contraste desde una perspectiva interseccional. El análisis narrativo se concentró en la identificación de actores/actrices de las
historias, escenarios, objetos y códigos culturales. Se destaca el papel de las
mujeres como actrices y protagonistas de sus relatos junto con otros actores, como
las familias, hijos e hijas, parejas, e instituciones u organizaciones que han
dado apoyo a las mujeres migrantes en situaciones adversas o han obstaculizado
su integración en Costa Rica. En cuanto a los escenarios, se identificaron
espacios públicos y privados en donde las mujeres colombianas migrantes están
expuestas a situaciones de violencia relacionadas con el género y con su
nacionalidad. Con respecto a los códigos culturales, se identificó “la
colombianidad” como una identidad en construcción desterritorializada. Y sobre
los objetos se identificaron los “papeles” que
brindan la posibilidad de estar legalmente en el
país, el dinero como medio para obtener una garantía de seguridad, y el cuerpo de las mujeres objetivizado y marcado por
estigmas relacionados con la nacionalidad y el género.
Desde el análisis
interseccional se encontraron cuatro grupos de mujeres
que poseen características comunes que permean sus procesos migratorios: 1) Mujeres
con educación universitaria que buscan mejores oportunidades de estudio y de
trabajo; 2) Mujeres madres que migran buscando seguridad ante la violencia
intrafamiliar; 3) Mujeres hijas que les tocó migrar por decisión de sus
familias; y 4) el caso de una mujer que tuvo que migrar para salvar su vida del
conflicto armado. Finalmente, se hace una reflexión
metodológica, en la que se reconoce la agencia
narrativa, la posibilidad de contar la propia historia, como la oportunidad para resignificar la migración,
subvertir los lugares de víctimas y reconocerse como heroínas de sus propias historias.
Palabras clave: Narrativas, migración, mujeres, interseccionalidad, Costa Rica, Colombia, feminismo, latinoamérica, escenarios.
Abstract:
The article presents
the analysis of eleven life stories from a narrative perspective, as well as
the contrast from an intersectional perspective. The narrative analysis focused
on the identification of actors/actresses of the stories, scenarios, objects
and cultural codes. The role of women as actresses and protagonists of their
stories is highlighted, along with other actors such as families, sons and
daughters, partners, and institutions or organizations that have provided
support to migrant women in adverse situations or have hindered their
integration in Costa Rica. In terms of scenarios, public and private spaces
were identified in which Colombian migrant women are exposed to situations of
violence related to gender and nationality. With respect to cultural codes,
"Colombianity" was identified as an identity under construction and
deterritorialized. Regarding objects, "papers" were identified as
providing the possibility of being legally in the country, money as a means to
obtain a guarantee of security, and women's bodies objectified and marked by
stigmas related to nationality and gender.
From the intersectional analysis, four groups of women were found to
have common characteristics that permeate their migratory processes: 1) women
with university education who seek better study and work opportunities; 2)
women mothers who migrate in search of safety from domestic violence; 3) women
daughters who had to migrate because of their families' decision; and 4) the
case of a woman who had to migrate to save her life from the armed conflict.
Finally, a methodological reflection is made, in which narrative agency is
recognized, the possibility of telling their stories, as an
opportunity to resignify migration, subvert the places of victims and recognize
themselves as heroines of their own stories.
Keywords: Narratives, migration, women, intersectionality, Costa Rica, Colombia, feminism, Latin America, scenes, objects.
Resumo:
O artigo apresenta a análise de onze histórias de vida a partir de
uma perspectiva narrativa, bem como o contraste a partir de uma perspectiva
interseccional. A análise da narrativa concentrou-se na identificação de
atores/atrizes nas histórias, cenários, objetos e códigos culturais. O papel
das mulheres como atores e protagonistas de suas histórias é destacado
juntamente com outros atores, como famílias, filhos e filhas, parceiros e
instituições ou organizações que apoiaram as mulheres migrantes em situações
adversas ou dificultaram sua integração na Costa Rica. Em termos de cenários,
foram identificados espaços públicos e privados nos quais as mulheres migrantes
colombianas estão expostas a situações de violência relacionadas a gênero e
nacionalidade. Com relação aos códigos culturais, a "colombianidade"
foi identificada como uma identidade desterritorializada em construção. Em
termos de objetos, os "documentos" foram identificados como
oferecendo a possibilidade de estar legalmente no país, o dinheiro como meio de
obter uma garantia de segurança e os corpos das mulheres objetivados e marcados
por estigmas relacionados à nacionalidade e ao gênero.
A partir da análise interseccional,
constatou-se que quatro grupos de mulheres têm características comuns que permeiam
seus processos migratórios: 1) mulheres com formação universitária que buscam
melhores oportunidades de estudo e trabalho; 2) mulheres mães que migram em
busca de segurança diante da violência doméstica; 3) mulheres filhas que
tiveram de migrar por decisão de suas famílias; e 4) o caso de uma mulher que
teve de migrar para salvar sua vida do conflito armado. Por fim, é feita uma
reflexão metodológica, na qual se reconhece a agência narrativa, a
possibilidade de contar a própria história, como uma oportunidade de
ressignificar a migração, subverter os lugares de vítimas e reconhecer-se como
heroínas de suas próprias histórias.
Palavras-chave: Narrativas, migração, mulheres, interseccionalidade, Costa Rica, Colômbia, feminismo, América Latina, cenários.
Introducción
El artículo expone resultados parciales de la investigación denominada: “Narrativas de mujeres migrantes colombianas: Relatos desde Costa Rica”, específicamente lo relacionado con el análisis narrativo e interseccional de los relatos.
La investigación parte, primero, del reconocimiento de la importancia de la migración colombiana en Costa Rica, donde
la gran mayoría de los inmigrantes son de origen nicaragüense (66%), seguidos por los inmigrantes de origen colombiano (5%), cuya presencia en los últimos diez años ha tendido a descender. El tercer lugar lo ocupan las personas de origen estadounidense, que representaron un 5%”.(Bastos & Murillo, 2020, p. 6).
Según las estadísticas generales de población nacida en el exterior, podría decirse que el 52% de las personas migrantes colombianas son mujeres y el 48% son hombres, sus edades pueden oscilar, pero hay un segmento representativo que se encuentra entre los 20 y 39 años. Un 28,7% de personas colombianas en Costa Rica cuentan con un grado universitario completo y un 26,35% finalizó los estudios secundarios, dicha población presenta mejores índices educativos que el promedio nacional (Valverde-Rojas, 2013). De acuerdo con el perfil socioeducativo, las personas de nacionalidad colombiana tienden a ubicarse en actividades que requieren mayor educación y especialización (Gatica-López, 2013)[1].
Aunque la migración en Costa Rica, proveniente de Colombia, es la segunda más importante en el país, ha sido poco estudiada y su abordaje se ha dado especialmente desde una perspectiva cuantitativa, por lo que un abordaje cualitativo contribuiría al reconocimiento del impacto social, de los aportes y de los retos de este flujo migratorio desde la perspectiva y experiencias de las personas migrantes.
Segundo, la investigación parte de entender que los fenómenos migratorios afectan de manera distinta a mujeres y a hombres, aunque hasta la década de los ochenta no se le daba relevancia a la participación de las primeras. Desde esta perspectiva, es importante valorar la experiencia femenina en los estudios sobre migración y el carácter sexualmente construido de las instituciones y los procesos migratorios (Herrera, 2012, p. 37)
Como señala Ciurlo (2015), “la perspectiva de género ha permitido entender más profundamente los movimientos poblacionales de mujeres y sus particularidades, y también desentrañar desigualdades entre hombres y mujeres que intervienen en los procesos migratorios” ( p. 57).
En los últimos años, se ha hablado de la feminización de las migraciones como parte de un fenómeno más amplio de la globalización de las migraciones, que responde al aumento de la cantidad de mujeres que migran, y que en este momento son mayoría. Esto tiene implicaciones en los debates sobre el desarrollo (a partir del vínculo con las remesas), la trata y tráfico de personas, y la economía del cuidado (vínculo con trabajo doméstico) (Palacios-Valencia, 2016).
La importancia de la migración de las mujeres también se relaciona con los principales circuitos globales alternativos de supervivencia como
el tráfico de mujeres para la prostitución, así como para el trabajo regular; las «exportaciones» organizadas de mujeres como cuidadoras, enfermeras y asistentes del servicio doméstico; (y) las remesas enviadas a sus países de origen por una creciente fuerza de trabajo femenina que decide emigrar. (Sassen, 2003, p. 78)
Estos circuitos muestran cómo las mujeres aportan desde una economía sumergida a la generación de ingresos, obtención de rentas y financiación de los gobiernos.
En un contexto de feminización de las migraciones, esta investigación considera relevante conocer las formas en que las mujeres desarrollan estrategias de sobrevivencia ante dejar el país de origen y construir un espacio de vida en situaciones de adversidad (Vázquez Laba et al., 2014, p. 65). Desde esta mirada, las mujeres no son solamente víctimas de la migración, también son personas capaces de crear estrategias, abrirse camino en los países de destino y reconstruir proyectos de vida
Una revisión del estado de la cuestión sobre las mujeres migrantes en Costa Rica muestra que el foco de atención ha estado puesto especialmente en la migración nicaragüense. Algunos estudios realizados tienen que ver con: historias de vida de mujeres nicaragüenses que se han desempeñado como trabajadoras domésticas[2](Xirinachs, 2016); discursos sobre la diversidad cultural desde la perspectiva de las mujeres inmigrantes nicaragüenses y mujeres costarricenses que retornaron de EEUU (Patiño, 2014); análisis de la legislación migratoria nacional y, en particular, de la aplicación de la legislación en la vida de las mujeres migrantes nicaragüenses en Costa Rica (Sandoval et al., s/f); y el análisis, desde una perspectiva interseccional, de los procesos de organización de la Asociación Enlaces Nicaragüenses en Río Azul, Cartago (Matteucci Wo Ching, 2018).
En el marco de esta investigación, la referencia a los estudios sobre mujeres migrantes en Costa Rica aporta dos claves metodológicas: 1) El uso de los relatos y las historias de vida como mecanismo para analizar la vida cotidiana de las mujeres migrantes en relación con cuestiones macro como la diversidad cultural y la implicación de las legislaciones sobre la experiencia migratoria. 2) La necesidad de escuchar las experiencias de las mujeres migrantes en los procesos de investigación, de modo que la investigación también sea una plataforma para visibilizar estas voces.
A partir de la importancia de la migración colombiana en Costa Rica, la feminización de las migraciones, y la ausencia de estudios sobre la migración de mujeres colombianas en Costa Rica, esta investigación se propuso caracterizar los relatos de las mujeres migrantes colombianas desde una perspectiva narrativa e interseccional.
El análisis narrativo es una perspectiva de investigación que ha sido aplicada por diferentes disciplinas como la lingüística, la psicología, la antropología, la sociología, el trabajo social y la comunicación. En este caso, la elaboración de relatos es una forma de abordar la migración de las mujeres desde sus propias experiencias y significados, narrativas que puedan incluir las complejas relaciones entre los circuitos sombríos de la migración y las estrategias de sobrevivencia que se crean desde la agencia de las mujeres.
Por su parte, el abordaje interseccional sirve para estudiar la experiencia de las mujeres migrantes, en las que el género, junto con otros ejes de diferencia o sistemas de opresión, se constituyen mutuamente en condiciones históricas y sociales determinadas (Galaz Valderrama, 2016).
Antecedentes
La narrativa como categoría conceptual da cuenta de un vasto campo de estudios interdisciplinares con identidad propia. El “giro narrativo” en las ciencias sociales se dio en diversas disciplinas como historia, antropología y folklore, psicología, sociolingüística y sociología. El principal argumento es que construir historias es lo que hacemos con la investigación y los materiales del proceso. Desde esta perspectiva no se asume una objetividad, neutralidad o universalidad del conocimiento, en cambio, se privilegia la posición, la subjetividad y el reconocimiento del lugar desde el cual se construye (Riessman, 2001).
Específicamente, la elaboración y análisis de narrativas de mujeres migrantes ha sido un abordaje aplicado para dar cuenta de diversas dimensiones de la experiencia migratoria:
En las experiencias de desplazamiento y tránsito, algunos ejemplos son el estudio de Aranda Reynoso (2016) sobre la discriminación y estigmatización en los procesos de tránsito; el trabajo de Bustos Caro (2016) acerca de las implicaciones de la migración en los contextos familiares, comunitarios y sociales. Y el trabajo de Parrini Roses y Pérez Flores (2018) sobre los desplazamientos, en donde las narrativas dan lugar a la elaboración de mapas orales que orientan el viaje.
En el caso de la representación y negociación de identidades, algunos ejemplos son los estudios de Núñez (2018), quien investiga la representación y negociación de identidades de las mujeres migrantes afrodescendientes en Chile; Relaño Pastor y Soriano Miras (2006) estudian la vivencia idiomática en la construcción de identidades de inmigrantes mexicanas y marroquíes en San Diego (California) y en el poniente almeriense (Andalucía). Y López Fernández (2017) analiza las representaciones sobre la pobreza por parte de mujeres migrantes empleadas de hogar en la ciudad de Granada (España).
En esta misma línea, se encontraron estudios específicos sobre la negociación de las identidades de mujeres migrantes colombianas, como el estudio de Hernández Flores (2014) quien analiza la construcción de la identidad en las historias de vida de colombianas inmigrantes en España; la investigación de Polanco-Bejarano (2010) que aborda la colombianidad como un proyecto de identidad narrado y desterritorializado cuya re autoría incluye las experiencias que el nuevo país ofrece (Polanco-Bejarano, 2010); y la tesis doctoral de Díaz Pérez (2015) sobre narrativas híbridas decoloniales de mujeres colombianas migrantes en Valencia, que plantea la necesidad de articular la perspectiva de género y la perspectiva decolonial, para abordar la colonialidad de género.
La revisión de las investigaciones que han optado por el análisis de las narrativas de las mujeres migrantes muestra que esta perspectiva facilita el conocimiento de los procesos de tránsito y desplazamiento, el análisis de las identidades desterritorializadas, tanto individuales como colectivas, por ejemplo, la colombianidad. Así como el abordaje de narrativas híbridas que articulan diferentes matrices de dominación.
El análisis de las narrativas de las mujeres migrantes se posiciona frente a las formas clásicas de producción de conocimiento que han negado a los sujetos la capacidad de definir la realidad en sus propios términos y de resistir las objetivaciones a las que son sometidos por parte de quienes investigan (López Fernández, 2017). En estos estudios, las narrativas son parte de diseños de investigación de tipo cualitativo y etnográfico, y pueden construirse mediante entrevistas en profundidad, entrevistas semiestructuradas e historias de vida.
En el caso de esta investigación, el análisis narrativo de los relatos de las mujeres migrantes colombianas en Costa Rica:
Retoma la perspectiva de las historias personales como unidades narrativas constructoras de sentido e identidad, en las que las personas participantes se describen a sí mismas y lo que sucede, mientras insertan las situaciones o eventos de su vida en un relato progresivo, secuencial, ordenado, estructurado y coherente que da sentido a las acciones de la vida (Riessman, 2001). Se trata de relatos susceptibles de análisis narrativo a partir de la caracterización de actores y actrices de la historia, objetos y códigos culturales incluidos en la narrativa, e indicaciones de contexto, como los escenarios.
En este sentido, tiene en cuenta la agencia narrativa como fuente creadora de las historias personales, definida como la capacidad para mantenerse contando la historia acerca de quién es una y cómo tiene sentido eso para una y otras (Lucas, 2016). La agencia narrativa también posibilita el reconocimiento y visibilización de las estructuras y relaciones de poder insertas en las experiencias migratorias, y en algunos casos también tiene una función terapéutica, porque da lugar a la resignificación de la propia experiencia, tanto de las personas participantes de la investigación como de las investigadoras.
Se entiende por colombianidad el conjunto de significados particulares otorgados a la identidad colombiana y la forma en que se experimenta desde las experiencias de las mujeres migrantes. E incluye la perspectiva interseccional que plantea consideraciones tanto metodológicas como de interpretación de datos, para identificar y problematizar la construcción de jerarquías de acceso a recursos (económicos, políticos y culturales), promovidas por los procesos de diferenciación (Troncoso-Pérez et al., 2017). En este caso, se tienen en cuenta diferentes fuentes estructurales de desigualdad como el género, la clase, la orientación sexual, la educación, entre otras categorías sociales, que “lejos de ser <naturales> o <biológicas>, son construidas y están interrelacionadas” (Platero, 2014, p. 79).
Metodología
Esta es una investigación de tipo cualitativo, a partir de la elaboración y análisis de once narrativas personales, para ello:
Primero se confeccionó un formulario en línea con el cual se realizó una convocatoria a mujeres colombianas migrantes que quisieran participar de la investigación. En este se registraron cuarenta y siete mujeres, y a partir de este grupo se hizo una selección de diez mujeres para la siguiente etapa de investigación. El proceso de selección se basó en identificar los relatos más diversos posibles, para tratar de capturar la mirada interseccional, esto a partir de los siguientes criterios de selección: disponibilidad para participar en entrevistas en profundidad, grupos etarios, lugar de origen y destino, años de residencia en Costa Rica, nivel educativo y ocupación.
En la segunda etapa se elaboraron diez relatos de mujeres migrantes colombianas a partir de entrevistas en profundidad - historias de vida realizadas desde febrero hasta mayo del 2022. Cada participante respondió una serie de preguntas sobre su historia de vida y proceso migratorio, con la oportunidad de extenderse en los temas que les resultaban más importantes. A partir de la transcripción de las entrevistas, se elaboraron historias personales en orden cronológico, desde la infancia hasta la vida en Costa Rica, para finalizar con los significados que ahora posee la migración para cada una de las mujeres entrevistadas. Los relatos fueron enviados individualmente a las participantes para su validación, en este proceso se llevaron a cabo comunicaciones personales, reuniones y mensajería hasta la aprobación de cada relato.
En la tercera etapa, se incorporó la historia número once, resultado de un ejercicio de autoetnografía de una de las investigadoras de este estudio, mujer migrante colombiana en Costa Rica, como un ejercicio de reconocimiento del propio lugar de enunciación, de la propia historia y de cómo esta se teje con las experiencias vividas de las otras mujeres participantes.
La autoetnografía combina la etnografía con la autobiografía, lo personal se pone en relación con un contexto social, político, económico y cultural; permite la intersección del arte, puesto que se usan formas literarias, como la narrativa, y puedo incluir mi propia reflexividad e introspección como investigadora, dado que me permite examinar un evento, una práctica o una circunstancia dentro de mi propia vida (Tilley-Lubbs, 2015).
En la cuarta etapa de análisis, se llevó a cabo la codificación de las historias de vida por medio de la plataforma Atlas.ti, tomando en cuenta elementos del análisis narrativo como: actores y actrices del relato, escenarios, objetos y códigos culturales, así como las indicaciones de variables a tener en cuenta desde el análisis interseccional.
Resultados
Desde la perspectiva narrativa, los principales hallazgos buscan dar cuenta de las actrices y actores de las historias, escenarios, y códigos culturales. Además, se incorpora un apartado para el análisis interseccional, es decir, de la diferencia entre relatos de las mujeres a partir de la edad, lugar de origen urbano - rural, nivel educativo y motivos de migración.
Actrices y actores
La construcción de narrativas personales, como abordaje conceptual y metodológico, implica el reconocimiento de que, en cada relato, las protagonistas son quienes lo cuentan, dado que el conocimiento se construye desde sus propias experiencias y formas de percibir el proceso migratorio. Por tanto, el primer hallazgo, aunque simple, es que existe diversidad de historias de migración, tantas como mujeres migrantes colombianas en Costa Rica.
Junto a ellas, la familia es un actor fundamental que acompaña todo el proceso migratorio, tanto la que se queda en Colombia, como la que migra. En casi todos los escenarios, lo más relevante es siempre el apoyo que representa, ya sea emocional o económico.
Luego aparecen las parejas, estas tienen un papel importante en el desarrollo de las historias, tanto positivo como negativo. En el caso de las parejas masculinas, al menos tres de las once mujeres comentan haber sido víctimas de violencia intrafamiliar, por lo que decicieron salir de Colombia por temor a sus parejas, huyendo de las relaciones violentas, siendo esta una de las motivaciones para migrar; o una vez en Costa Rica, ellas tienen parejas masculinas violentas, que les limitaron sus acciones en el país por ser extranjeras, por ejemplo, limitaban la consecución de los “papeles” (residencias y permisos para estar en el país) e incluso restringían la movilidad y el acceso al trabajo, por lo que tuvieron que salir de esos hogares y buscar, una vez más, un nuevo lugar (desplazamiento interno).
También es importante mencionar que aparecen parejas de mujeres lesbianas de manera explícita o implícita en los relatos, donde el amor y la construcción de familias diversas en Costa Rica son motivos para migrar y permanecer en el país.
Por otra parte, los hijos y las hijas son “los motores de la lucha” para algunas mujeres, quienes buscan la manera de cubrir sus necesidades y brindarles una mejor calidad de vida. Por esto, pese a la incertidumbre, las mujeres migrantes generan estrategias para salir de sus casas a trabajar o huir de relaciones de violencia doméstica, en búsqueda de lugares seguros y estables, aunque esto signifique empezar de cero varias veces, en otro lugar.
Finalmente, hay un conjunto de actores institucionales que han sido parte de las historias de las mujeres migrantes.
Con percepciones positivas aparecen organizaciones como Asociación de Consultores y Asesores Internacionales (ACAI), Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Fundación Arias, entre otras; e instituciones educativas como las universidades públicas o el Instituto Nacional de Aprendizajes (INA), actores sociales que han dado apoyo a las mujeres migrantes en situaciones adversas.
Sobre ACNUR […]el apoyo económico que nos dio los primeros meses. Pues es como un respiro de poder pagar una casa dónde estar y ya uno rebusca la manera de hacer lo de comer y lo de vivir, ¿no? (Amanecer-Anónimo, comunicación personal, 2021)
Con percepciones negativas, aparece la Dirección General de Migración y Extranjería de Costa Rica, en tanto el exceso de burocracia que obstaculiza la integración y la vida en igualdad de oportunidades para esta población. En los relatos se identificaron “historias de terror en la migra”, que hacen referencia a los interminables y extenuantes procesos de documentación necesaria para la validación de su estadía, y los costos implicados en el proceso, historias que en algunos casos tardaron años en resolverse: expedientes perdidos, solicitud de nuevos documentos, filas interminables, entre otras situaciones que impactan negativamente el proceso migratorio.
Escenarios
En el análisis de los escenarios es importante mencionar la tensión entre lo privado y lo público. Por ejemplo, están los escenarios del hogar, los lugares donde viven con sus familias y son ellas las encargadas de las labores domésticas, e incluso son las cabezas de hogar. Además, son espacios en los que se experimentan diversas situaciones de violencia intrafamiliar, que las obligan a buscar la manera de irse e instalarse en otro escenario más seguro.
Por otro lado, en los espacios públicos, como la calle o los sitios de trabajo, las mujeres migrantes colombianas son expuestas a estigmas y estereotipos que algunas personas costarricenses asocian con Colombia, por ejemplo: narcotraficantes y “mujeres fáciles”.
Es como las típicas preguntas de costarricense: ¿usted es colombiana? Ay, sí, es que se habla muy cantadito, habla bonito y ¿es de apellido Escobar? ¿Usted conoce a Pablo Escobar, conoce la finca de Pablo Escobar? [...] Y me ha ocurrido en un par de veces en aeropuertos donde me han detenido y porque usted es colombiana, y porque como que llevamos esta historia a cuestas y es increíble lo fuerte que está ligada a la experiencia personal de cada colombiano. (Pulido Martínez, comunicación personal, 2021)
Los relatos de las mujeres migrantes se cruzan con otros relatos como las historias de narcotraficantes, especialmente la figura de Pablo Escobar que, además, ha sido protagonista de varias producciones audiovisuales en los últimos años[3]. Este relato tiene repercusiones directas en los procesos migratorios y en el paso de fronteras, lo que genera situaciones incómodas y de criminalización de las mujeres migrantes colombianas.
Mientras el primer estigma de la asociación con lo “narco” tiene que ver con el hecho de ser colombianas, el segundo estima tiene que ver con el hecho de ser mujeres:
A mi esposa le molesta porque yo tengo una compañera colombiana, que si está bonita o qué?” y yo [decía]: “ay dios mío” o sea, como que ella sentía como que yo iba a estar con el chavalo y yo le decía; “bueno, entonces dígale a su esposa que yo soy gay digamos, yo no estoy buscando como eso y, segundo, la nacionalidad no tiene nada que ver con que una porque es colombiana va a ser amante suya… nada que ver.” Entonces sí me topé varias veces con chistes o indirectas, siempre como que la nacionalidad tenía dos variantes o tienes que ver con el tema de mujer fácil o drogas. (Lozano, comunicación personal, 2021)
Las mujeres migrantes colombianas estarían expuestas al estigma de “mujeres fáciles” “buenas para el sexo, o la pornografía [...], o sea, la percepción que tiene mucha gente hasta muchas mujeres de que las colombianas son calenturientas, o son fogosas, entonces todo eso viene y tiene que ver en la migración, claro que sí. (Pulido Martínez, comunicación personal, 2021)
Como señala Yudi, una de nuestras entrevistadas, el estigma de mujeres fáciles también tiene implicaciones en la vida cotidiana de las mujeres que en los espacios públicos tienen que soportar comentarios sexistas y violencia simbólica por su género. Frente a esto, las mujeres colombianas resisten, tratan de hacer caso omiso a los comentarios de las otras personas y en algunos casos les han interpelado.
Como se puede observar, tanto en los espacios públicos como privados, las mujeres colombianas migrantes están expuestas a situaciones de violencia relacionadas con el género y con su nacionalidad, estas dos capas se superponen para configurar un estereotipo de “mujer colombiana”.
Desde otro punto de vista, los escenarios que aparecen en los relatos hacen referencia a Colombia y Costa Rica. Por una parte, los escenarios de Colombia llegan a la memoria cargados de nostalgia, son los lugares en donde se desarrolla la biografía de las mujeres migrantes: el lugar donde nacieron, los pueblos, ciudades o barrios donde crecieron, estudiaron, trabajaron, tuvieron hijos. Estos escenarios pueden ser Bogotá y otras ciudades de Colombia como Cali, Ibagué, Vichada, Bucaramanga, también remiten a lugares ubicados en zonas rurales en Leticia, Santander o Valle del Cauca.
Los domingos en mi pueblo eran unos días especiales, la gente del campo venía para vender sus productos y para ir a misa. Entonces los campesinos tomaban mucha cerveza, se emborrachaban, y daban tiros, era gente ganadera que escuchaba rancheras y para ellos era muy importante el caballo y el revólver para poder ir al pueblo. (Amanecer-Anónimo, comunicación personal, 2021)
Por otro lado, los escenarios de Costa Rica vienen a la memoria cargados de “naturaleza”, existe la percepción de una Costa Rica muy verde y pacífica, más tranquila y con un ritmo más lento. Dentro de ella hay espacios de acogida, formales e informales, como es el caso de “la embajada colombiana en San Ramón”, la casa de una señora colombiana que ayudaba a las personas recién llegadas, les ofrecía un sitio donde dormir mientras se ubicaban y conseguían trabajo. Otros lugares que se mencionan en los relatos son San José, Limón, Turrialba, y Osa.
[…]la naturaleza feliz que he tenido aquí en Costa Rica, esa naturaleza que no tiene miedo de los humanos, de esta naturaleza que es tranquila, que si te pican y te arañan los mosquitos, pero que no es fulminante, como la que yo percibía allí. (Amazonas) (Domitila-Valenzuela, comunicación personal, 2021)
Los escenarios dan cuenta de las rutas que han transitado las mujeres migrantes tanto en Colombia como en Costa Rica, espacios en donde ellas construyen sentido, y se desarrolla una vida mediada por el contexto geográfico en el que se encuentran.
Objetos y códigos culturales
Desde la perspectiva de códigos culturales, de las formas de expresarse y percibir el proceso migratorio, hay una “colombianidad” desde la cual se vive la migración, este es el marco cultural desde el cual cuentan sus relatos, desde allí se construye la nostalgia con respecto al país de origen, y se da forma a identidades como ser extrovertida, ser solidaria, ser conversadora, ser “berraca”, ser trabajadora, que son las características con las que se definen: “nuestra capacidad de parla, los colombianos somos muy buenos para echar parla y para meter cuentos y para enrollar” (Sarah-Anónimo, comunicación personal, 2021).
[… ]es una colombiana berraca, eso me lo dicen hace mucho, ese tipo de cosas que traemos los colombianos por nuestra historia abre puertas de alguna manera, esa berraquera, porque no se queda uno con las manos atadas o sin propuestas. (Domitila-Valenzuela, comunicación personal, 2021)
La “colombianidad” se alimenta de dichos y formas hablar que pueden generar malentendidos lingüísticos en sus espacios de convivencia diaria, tanto en espacios públicos como en privados, lo que genera cierta inseguridad, o bien remarca las diferencias, por ejemplo:
[...] el decir “la picha” y “mamar gallo”[4]. Yo llegaba a la escuela [...] menos mal que el director era un suizo, y era muy abierto de mente, entonces yo llegaba: “niños dejen de mamar gallo, ya empiecen a trabajar”, y todos abrían los ojos redondos, y un día una niña fue y le dijo: “es que la maestra nueva es muy grosera”. (Amanecer-Anónimo, comunicación personal, 2021)
También hay otras referencias culturales que tienen que ver con las diferencias en comida, en formas de celebración, en los trabajos o estilos de vida. Las entrevistadas mencionan que la vida en Costa Rica es más lenta comparada con Colombia. La nostalgia se observa cuando todo lo colombiano es de alguna forma “más” o “mejor” que en Costa Rica, que el dulce más dulce, lo frío más frío, entre otras cosas, principalmente las mujeres que tuvieron que salir forzosamente del país y tienen resistencias ante la adaptación.
Llegar a Costa Rica fue como “ffu”, como viajar en cámara lenta. Yo decía: “es que la propia gente de aquí es así, como que todo más “relax” y más pausado”. Uno viene como a mil por hora, uno viene maquinando mil cosas y viene aceleradísimo; y llegando a Costa Rica te bajan las revoluciones. (Restrepo, comunicación personal, 2021)
Es posible analizar cómo la cultura no solo carga de significado las vivencias cotidianas y lingüísticas que son parte de los procesos migratorios, también resignifica ciertos objetos que ganan protagonismo en las historias. Unos de los más importantes son “los papeles”, que son la documentación que les permite a las personas migrantes vivir de forma regular en Costa Rica (cédulas de residencias, permisos de trabajo, pasaportes, documentos de refugio, entre otros), y que representan parte de las dificultades y los retos que tienen las mujeres colombianas para permanecer en un espacio seguro y desarrollarse libremente. Los “papeles” son objeto de “lucha” y su obtención implica a nivel simbólico la resiliencia ante la burocracia y el exceso de trámites.
Por otra parte, el dinero es un objeto relevante en los relatos, porque es el recurso para conseguir vivienda, alimentación, entre otros medios para la sobrevivencia. Conseguir dinero es una preocupación permanente de las mujeres migrantes y muchas de ellas apelan al “rebusque” en su primera etapa de migración, es decir, desde hacer empanadas, “chileras” hasta prestar servicios de ventas, lo que les permita sobrevivir.
Finalmente, el cuerpo de las mujeres migrantes aparece objetivizado en los relatos, se les asigna cualidades sexualizadoras, sin tomar en cuenta aspectos de su personalidad y de sus vidas como seres humanos. Por tanto, el objeto es el cuerpo con estigmas y roles asignados por la sociedad en la que se desarrollan, por ejemplo, cuerpos -fogosos, calenturientos y criminales-.
Los objetos y códigos culturales son muy importantes en los relatos. Por una parte, los objetos protagonistas de las narrativas son los papeles, el dinero y el cuerpo. Por otra, el código cultural predominante es la “colombianidad” desde la cual se vive Colombia desde la nostalgia, se teje la identidad “berraca” y se vivencian el lenguaje y las prácticas cotidianas, especialmente las celebraciones, el trabajo y la gastronomía.
Análisis interseccional
Desde la perspectiva interseccional, en los relatos se encontraron dimensiones de diferenciación, que separan las experiencias migratorias, tales como la edad, el lugar de origen urbano - rural, el nivel educativo y los motivos de migración. Estas variables inciden en los procesos migratorios y dan lugar a la existencia de diferentes narrativas, las cuales, para labores de análisis, se agrupan en los siguientes tipos de relatos:
Tipo 1: son los relatos de las mujeres con educación universitaria que viajan buscando mejores oportunidades de trabajo o estudio, y en algunos casos también para encontrarse con sus parejas. Este tipo de relato habla de la posibilidad de migrar para transformarse y crecer más allá de lo que se les ha permitido en su país de origen, es decir, han migrado por decisión propia y todas ellas lo han hecho sin su familia, lo que a su vez implicó un fuerte proceso de adaptación y tejido de nuevas redes de apoyo. En este tipo se agrupan cuatro historias.
Tipo 2: son las historias de las mujeres que atravesaron problemas de violencia doméstica por parte de sus parejas, y salieron de estos espacios en compañía de sus hijos e hijas en busca de nuevas oportunidades y un lugar seguro. Algunas de ellas tienen formación secundaria incompleta, y han complementado sus estudios con formación técnica en áreas como belleza, repostería, aseo, entre otras. En este grupo se encuentran tres narrativas.
Tipo 3: este tipo de historia habla de mujeres que migran porque sus familias decidieron salir de Colombia, en ese caso la migración no fue su decisión, fue de su madre y/o su padre. Este grupo, de las mujeres jóvenes que migraron con sus familias, se trata de un proyecto de unidad familiar, son narrativas cargadas de nostalgia, ya que en su momento se negaban a dejar su país. En este tipo, la edad es muy importante, se manifestó la diferencia intergeneracional, son diferentes las historias de migración de las hijas que llegaron con sus familias con respecto a los relatos de las madres que llegaron con sus hijos e hijas (tipo 2). En este grupo se encuentran tres narrativas.
Tipo 4: este tipo cuenta con una sola historia, una mujer que migró para salvar su vida ante amenazas de muerte, ella llega a Costa Rica buscando refugio, trayendo consigo a su familia. Su historia está directamente vinculada con la violencia armada de Colombia. Se destaca que, si bien hay otras historias de mujeres cuya motivación para migrar está relacionada con el miedo generado por el conflicto armado, no todas vivieron situaciones de amenazas de muerte directas, por ser activistas y/o por su ideología política.
A partir del análisis interseccional se identificaron cuatro tipos de relatos de migración, el primero, de las mujeres, con educación universitaria, que buscan mejores oportunidades de estudio y de trabajo; el segundo, que habla de la migración de las madres y la búsqueda de seguridad ante la violencia intrafamiliar; el tercero, que habla de la migración de las hijas, procesos de migración no elegidos y cargados de nostalgia; y el cuarto, que cuenta el relato de la migración directamente vinculado con el conflicto armado.
Discusión
En el análisis de los relatos de las mujeres migrantes colombianas en Costa Rica se logran identificar tres momentos: primera etapa enfocada en precariedad, segunda etapa de adaptación, y la tercera etapa de cuestionamiento y validación del proceso.
Dentro del proceso migratorio, convertido en relato, aparecen actrices y actores de los relatos, escenarios donde se lleva a cabo la acción, los objetos y los códigos culturales.
En cuanto a las actrices y actores de la historia, destacan las organizaciones de apoyo que ofrecen ayuda a las mujeres migrantes, especialmente en la primera etapa de precariedad. De igual manera, Herrera Núñez (2018) mencionó que para las mujeres afrodescendientes, tanto en la decisión de migrar como en la estabilidad en el país de llegada, las redes de apoyo generan un gran impacto y “facilitan su acceso formal a servicios sociales y de salud, vínculos con los empleadores, gestiones con instituciones u organizaciones sociales” ( p. 184).
En el caso de la migración a Costa Rica, los grupos de apoyo tienen figuras formales y no formales, las primeras como ACAI (Asociación de Consultores y Asesores Internacionales) y ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados), y más informales, como familias de acogida, las amistades que se van creando entre migrantes e, incluso, espacios como “la Embajada de Colombia en San Ramón”[5].
En el abordaje de los códigos culturales, fue posible percibir los procesos de representación y negociación de las propias identidades. En línea con el trabajo de Flores (2014), se logra identificar cómo el quién soy, incluso, quiénes somos “las colombianas”, se negocia permanentemente a partir de la memoria, la nostalgia y la interacción con las otras personas “ticas”. En ese proceso, la colombianidad aparece como un proyecto desterritorializado, en el que se incluyen las experiencias pasadas pero también las vividas en el país de destino.
Con respecto al uso del lenguaje, los hallazgos de esta investigación contrastan con lo que Aranda Reynoso (2016) plantea con respecto a la migración de personas centroamericanas en su tránsito de México a Estados Unidos, quien menciona el rechazo verbal directo que reciben las personas migrantes a su llegada a México. En el caso de esta investigación, las mujeres colombianas hablan igualmente del rechazo verbal, pero de manera implícita con bromas y frases rebuscadas que ponen de manifiesto los estigmas asociados a su nacionalidad, género y ocupación.
En cuanto al análisis de objetos culturales, en diálogo con la investigación de Bustos Caro (2016), en este estudio, las mujeres afirman que el tener los papeles al día “también es un hito/objeto fundamental de los relatos, a partir del cual se “consigue mayor autonomía, independencia y mejores condiciones de vivienda, y una sensación de estar más protegidos frente a sus derechos” (pp. 27 – 28).
También destaca la objetivación del “cuerpo de las mujeres migrantes”, lo que conecta con lo que Saskia Sasen (2003) menciona sobre el “circuito alternativo de supervivencia” en la migración internacional de las mujeres. Si bien el tema de trata y tráfico de personas no aparece de manera directa como circuito de supervivencia de la migración indocumentada, sí emerge de forma indirecta cuando hay una objetivación del cuerpo de las mujeres colombianas y su relación con “mujeres fáciles”.
La categoría de “mujer inmigrante” colombiana, trae implícitas una serie de cargas, no siempre positivas, en relación al imaginario colectivo que sobre ella se construye. Somos percibidas como inferiores intelectualmente, capacitadas especialmente para el trabajo doméstico, sumisas, víctimas de violencia en nuestros lugares de origen, morenitas, expertas en las artes amatorias. Estas son algunas de características atribuidas por buena parte de la población autóctona que, en muchas ocasiones, son realimentadas por nosotras mismas. (Díaz Pérez, 2015, p. 172)
En diálogo con lo que plantea Díaz Pérez, las mujeres migrantes colombianas, aun en diferentes países, cargan con estigmas relacionados con su nacionalidad y con su género, los primeros las ubican como víctimas de violencia, los segundos, como objetos sexualizados.
Finalmente, es importante reflexionar sobre la perspectiva metodológica: el uso de las narrativas personales, pues es una gran oportunidad que las mujeres migrantes construyan narrativas desde su propia voz. Este es un proceso en donde ellas reflexionan sobre su propio trayecto vital, resignifican el proceso migratorio y reconocen las estrategias que han usado para transitar el proceso migratorio, de modo que ellas definen su realidad en sus propios términos.
En este sentido, esta investigación plantea que hay dos agentes narrativos:
La Narradora Original (NO) que ha vivido y contado oralmente la historia, y la Narradora Mediática (NM) que compone y difunde por escrito esa historia. De esta forma, no habrá un solo posicionamiento hacia la historia relatada, sino dos, por parte, respectivamente, de los dos tipos de narradoras, aunque lo que finalmente llega al público es el posicionamiento de la NM. (Hernández Flores, 2014, p. 469)
Siguiendo a López Fernández (2017), la metodología utilizada plantea la posibilidad de reconocer en las personas investigadas su propia subjetividad como un lugar desde el cual analizar la realidad, de modo que se construye un conocimiento situado a partir de la interacción de las mujeres participantes con las mujeres investigadoras, que desde sus lugares también viven o vivieron procesos de migración.
Conclusiones
Esta investigación responde a un contexto de intensificación de las posturas contra migrantes, por lo que propone dar protagonismo a las historias de las mujeres migrantes colombianas como una estrategia de resistencia ante la proliferación de los discursos de odio, que discriminan y estigmatizan, y como una forma de aportar a la construcción de una perspectiva de comunicación intercultural para el tratamiento de la migración en Costa Rica[6].
Es por esto que la construcción de relatos es una oportunidad para activar la agencia narrativa que permite resignificar las propias historias de migración, subvertir los lugares de víctima para convertirse en heroínas de sus propias historias, reconocer los conflictos, dificultades y también los logros de los procesos migratorios: "a lgunas autoras de los países receptores de personas migradas, vienen llamando la atención acerca de la necesidad de no vernos simplemente como víctimas de múltiples discriminaciones, eliminando nuestras posibilidades de resistencia frente a los procesos hegemónicos globales” (Díaz Pérez, 2015, p. 172).
Desde esta perspectiva, esta investigación se suma a la necesidad de superar el etnocentrismo en la investigación y, con ello, a plantear preguntas de investigación que parten de la determinación de las relaciones discriminatorias que operan sobre las mujeres migrantes sin que ellas pueden resistir a ello, sin reconocer sus estrategias de superación a la precariedad y los logros de los procesos migratorios.
Al interior de cada una de las 11 historias a las que responde el análisis anteriormente expuesto, es posible identificar diferentes elementos tales como: actores y actrices, escenarios, objetos y códigos culturales.
Desde los actores y actrices, las protagonistas de estas historias son las mujeres migrantes colombianas, esto responde a las decisiones teórico-metodológicas de construcción de historias personales. También destaca la presencia de actores como las familias (los hijos e hijas, las parejas y las madres); y los actores institucionales que apoyan o limitan el desarrollo de las mujeres migrantes en el país, como ACNUR que tienen programas para apoyar a las mujeres migrantes, o instituciones nacionales como la Dirección general de migración y extranjería que representa un obstáculo para los procesos migración.
Desde los escenarios se aborda la tensión entre lo público y lo privado: en los escenarios privados, las mujeres migrantes colombianas experimentan diversas situaciones de violencia intrafamiliar; en los espacios públicos, son expuestas a estigmas y estereotipos que algunas personas costarricenses asocian con Colombia, por ejemplo: narcotraficantes y “mujeres fáciles”. Desde otro punto de vista, Colombia y Costa Rica aparecen como escenarios marco de los relatos, el primero cargado de “nostalgia” y el segundo de “naturaleza y tranquilidad”, cada uno con ritmos de vida diferentes.
En cuanto a los objetos y códigos culturales, los relatos tienen un trasfondo de “colombianidad” con dichos y palabras de Colombia que influyen en las formas construir sentido, así como en los procesos de adaptación. Ser “berraca” o “echada pa’ delante” se usa para definirse, mientras ser “narco” y “fácil” son estigmas que usan las otras personas para definirlas.
La colombianidad entra en conflicto con el contexto costarricense y aparece la tensión entre el desapego cultural, el deseo de pertenencia y la transformación de la identidad, ya que hablan de cómo en Costa Rica son llamadas extranjeras, pero también en Colombia son las que viven en otro país, lo que suscita siempre en cuestionamientos sobre cómo han cambiado o con qué identidad cultural se sienten más identificadas.
En el análisis interseccional destacamos algunos elementos que diferencian los relatos de la migración, unos de otros, estas variables son la edad, la educación, la orientación sexual, los motivos de migración y los escenarios públicos y privados.
En los relatos, a mayor nivel educativo y diversidad en la orientación sexual, menos exposición a la violencia intrafamiliar; sin embargo, la violencia simbólica en los espacios públicos, por ser mujeres y colombianas, es indiferente al nivel educativo.
La edad de llegada a Costa Rica también es un elemento diferenciador de las narrativas, puesto que son diferentes la historias de las madres con respecto a las hijas (más jóvenes); para las mayores, el cuido de los hijos e hijas se convierte en motor de lucha, mientras las más jóvenes están en un proceso de construcción de identidad que en un primer momento resiste al cambio.
Los motivos de migración están relacionados con dos tramas narrativas: la oportunidad y la violencia. En la primera, el motivo de migrar a Costa Rica era la oportunidad de estudiar, de tener un mejor trabajo, de tener una mejor vida, de igual modo que Polanco-Bejarano (2010) lo plantea al estudiar las historias de las personas colombianas en Estados Unidos. Sin embargo, cuando migrar es la única opción, aparece la trama de la violencia. Ya sea la intrafamiliar o el conflicto armado, la violencia es una variable clave para entender los procesos de migración de las mujeres. Mientras la migración se cuenta como una oportunidad, para algunas era el resultado de la falta de alternativas (Polanco-Bejarano, 2010, p. 20).
Esta investigación queda en deuda con el análisis de otros ejes del poder que son parte de la perspectiva interseccional como la raza y la etnia, de este modo se pregunta ¿cómo estas dos variables intervienen en la diferenciación de los relatos?
También plantea otras inquietudes y preocupaciones, desde lo social, con respecto a las políticas y actuaciones de las instituciones nacionales encargadas de los procesos migratorios: ¿cómo tener procesos migratorios sin que sean revictimizantes, y en exceso costosos y burocráticos para las mujeres migrantes?
Desde la comunicación, se invita a profundizar en los estudios de las narrativas personales de las mujeres migrantes, porque son poblaciones clave para repensar la identidad nacional, el acceso a derechos, la reproducción de violencia y los procesos de estigmatización. Sus relatos no solo muestran su transitar, también sus estrategias de resistencia que permiten resignificar un mundo plagado de estigmas.
Finalmente, esta investigación plantea que activar la agencia narrativa y la construcción de narrativas personales por parte de las mujeres migrantes es una oportunidad para contrarrestar las narrativas del odio y la discriminación.
Referencias
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Notas
Información adicional
Cómo citar:: Caldero, A. & Ochoa, L. (2023). Análisis narrativo e interseccional de relatos de mujeres migrantes
colombianas en Costa Rica: actores, escenarios, objetos y códigos culturales. Mediaciones,
30(19),
pp.75-92.
Declaración 1: Este artículo presenta los resultados parciales de la investigación denominada: “Narrativas de mujeres migrantes colombianas: Relatos
desde Costa Rica”, específicamente lo relacionado con el análisis narrativo e
interseccional de los relatos. Las autoras declaran no tener conflicto de interés.
Declaración 2: Esta investigación ha sido posible gracias
al Centro de Investigación en Comunicación (CICOM) de la Universidad de Costa
Rica, y a la generosidad de las mujeres participantes que compartieron con
nosotras sus historias: Yudi Pulido Martínez, Diana Betancourt Villa, Carolina
Lozano (nombre ficticio), Liliana Córdoba Castañeda, Anyul Arévalo Acosta,
Iliana María Espitia Sutachan, Sarah (nombre ficticio), Domitila Valenzuela
(nombre ficticio) y Pilar Restrepo Córdoba.
Esta investigación cuenta con la aprobación
del Comité Ético Científico de la Universidad de Costa Rica, instancia que dio
su aval sobre los Consentimientos informados requeridos para la realización de
entrevistas en profundidad. Esta investigación cuenta con la aprobación del Comité Ético Científico de la Universidad de Costa Rica, instancia que dio su aval sobre los Consentimientos informados requeridos para la realización de entrevistas en profundidad.