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La interculturalidad universitaria en la historia afronta el racismo
University Interculturality in history faces racism. Gandhi against racial discrimination
Revista Universitaria del Caribe, vol. 27, núm. 2, pp. 109-117, 2022
Universidad de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe Nicaragüense

Cultura

Revista Universitaria del Caribe
Universidad de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe Nicaragüense, Nicaragua
ISSN: 2311-5887
ISSN-e: 2311-7346
Periodicidad: Semestral
vol. 27, núm. 2, 2022

Recepción: 20 Octubre 2021

Aprobación: 10 Marzo 2022

Autor de correspondencia: fredvaliente@yahoo.com

Aptdo. Postal: 891, Managua, Nicaragua, Barrio Ducualí, Puente El Eden, 1 cuadra al este, 2 cuadras al sur. Tel: (505) 2248-2119, 22482118, 22484658, Fax: (505) 2248-4685

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial 4.0 Internacional.

Resumen: Este ensayo es una revisión historiográfica de los procesos de la interculturalidad que ha enfrentado en las acciones de afirmación el derecho positivo a la libertad individual y las autonomías colectivas frente a la violencia racista y ha afrontado en lo político-ideológico la discriminación racial en la región del Mar Caribe. Este ensayo es de tipo hermenéutico crítico con énfasis en el siglo veinte y propone el diálogo de saberes y consenso en la deconstrucción de la institucionalidad que a lo largo de muchos siglos han impuesto la esclavitud y la discriminación racial por parte de los imperios del mundo.

Palabras clave: colonialismo, independencia, historia del Mar Caribe, autonomía de la Costa Caribe de Nicaragua, interculturalidad desde la praxis de las universidades indígenas, diálogo y consenso.

Abstract: This essay is a historiographic review of the interculturality processes that have confronted in the actions of affirmation the positive right to individual freedom and collective autonomies in the racist violence face and it has confronted in political-ideological terms racial discrimination in the Caribbean region. This is a critical hermeneutic type essay with emphasis on the twentieth century and it proposes the dialogue of knowledge and consensus in the deconstruction of the institutionalism that over many centuries has imposed slavery and racial discrimination by the empires of the world.

Keywords: colonialism, independence, history of the Caribbean Sea, autonomy of the Nicaraguan Caribbean Coast, interculturality from the praxis of indigenous universities, dialogue and consensus.

Introducción

La paz con dignidad es la que posibilita el diálogo y esta sólo puede ser positiva si no existiera hambruna como consecuencia del vasallaje de siglos impuesto por los imperios del mundo, esta es la hipótesis fundamental de este ensayo literario. Congruente a ello se enfoca la historiografía del Mar Caribe en desafío al colonialismo y esclavitud; asimismo la conformación histórica del derecho positivo de la libertad individual, colectiva y al constructo social que tienen los pueblos a la autonomía en una igualdad de empoderamiento político, económico y social desde la base del derecho consuetudinario.

Esto implica desde luego una filosofía intercultural que problematiza esta perspectiva de historicidad como modelo del logos occidental construido para la distinción de pueblos integrados y excluidos en la historia, transculturización en los intercambios socioculturales históricos; sin embargo, en el sometimiento condicional para enajenarlos y así mismo despojarlos de su alma y su espiritualidad ligada a la Physis o Madre Naturaleza y su medio para habérselas desde épocas milenarias.

Así la filosofía intercultural rememora el lanzamiento colectivo y plantea entre otras hipótesis una deconstrucción de la temporalidad del enfoque de la historia para replantearse el diálogo subjetivo e intersubjetivo en la pluridiversidad en la reafirmación de sus derechos humanos en lo individual y comunitario, exigen respeto, justicia, diálogo, consenso, autonomía política y económica; el fin es descolonizar el pensamiento y la realidad en el lanzamiento de la autosostenibilidad y armonía con la Madre Naturaleza o Coatlicue o Natura naturatas (Physis en griego).

Ser pontífices sinérgicos de los espacios de empoderamiento de las comunidades en cuanto al buen vivir[2] en el obrar y convivir en armonía con la naturaleza y los otros, según referencia de los anticuarios o antiguos eruditos del libro Wewetla’tolli o las ideas éticas de los anahuacas en su buen vivir y, a su vez la lucha entre el bien y el mal que está reflejada en las pinturas, glifos, códices y en El Popol Vuh de los pueblos mayas.

La exigencia de los derechos de los pueblos originarios establecida en los Derechos Humanos, data exigencia en el avance y compromiso del Ius o jurisprudencia de los Estados y el compromiso de estos de implementarlos en acuerdo con los multiagentes internacionales entre ellas las Naciones Unidas y la Organización de los Estados Americanos en el avance del derecho positivo. Necesitamos una praxis de diálogo, consenso y arte de convivir. La Declaración de los Derechos Humanos de los pueblos indígenas, enfatiza el derecho de los pueblos indígenas de preservar y fortalecer sus propias instituciones, culturas y tradiciones y de trabajar en pleno goce individual y social de los derechos humanos.

Desarrollo

El referente histórico de las revoluciones y federaciones de autonomía, tuvo origen en 1857 con la Independencia de India y que llegaron a su fin bajo el liderazgo de Mahatma Gandhi, 1942-1945. Su misión fue erradicar la discriminación racial contra los indios y el trato abusivo que recibían los trabajadores por parte de los patronos y capataces. Gandhi fue de la creencia que la desobediencia civil era el medio más efectivo para repeler leyes amorales e injustas; empero, para lograrlo era necesario recurrir a manifestaciones no violentas, rumor de palomas reverbera en mis manos y alzan su vuelo desde la página en blanco. La metodología de este ensayo literario fue hermenéutica al significar la documentación bibliográfica y su nivel investigativo es de interpretación crítica y síntesis. ¡Aló! Abraham Lincoln que abolió la esclavitud en los Estados Unidos. ¡Aló! Nelson Mandela, político y filántropo que luchó contra el apartheid en Sudáfrica. Mahatma Gandhi el artífice de la independencia de la India fue modelo inspirador de líderes y activistas como Martin Luther King y Nelson Mandela.

Ante todo, retirar la cooperación con un Estado corrupto que genera más racismo, pobreza y violencia fue lo planteado por Ghandi en el caso de la India, así también lo es el caso de algunos pueblos de Abya Yala o América Latina en algunos países donde los pueblos originarios sufren la crisis de la discriminación de una supuesta superioridad racial y por malas gobernanzas desde la corrupción que se ejerce desde los Estados Nacionales. La estrategia de Ghandi es “la no violencia” o “satyagraha” y, este medio de activismo pacífico ha inspirado a millones de indios cuando fue utilizada después de la masacre de Amritsar[3]. Gandhi enfatizaba respecto al movimiento que él dirigía no estaba en contra del pueblo británico, sino de un sistema de administración que consideraba injusto. Decía Gandhi que los oficiales y líderes británicos eran simplemente seres humanos y tan capaces de incurrir en la intolerancia, racismo y crueldad que cualquier ciudadano indio o cualquier otro ser humano.

El diálogo de saberes y consenso en la deconstrucción temporal

Superar la visión ghettizadora

En la concepción occidental este habérselas de primordialidad en la utopía universal de la modernidad tiene también referencias filosóficas en la Escuela de Frankfurt, Alemania, en el trastoque de su máximo exponente Habermas (1999) en cuanto a los dispositivos comunicativos que permitirían enriquecer las democracias deliberativas. Hacemos filosofía en el marco de una constelación del saber a cuya luz el horizonte intelectual lleva inscrito en la frente el momento de la historicidad como una de las signaturas que mejor identifican el carácter del saber en el mundo contemporáneo. Sin embargo, la filosofía intercultural problematiza esta perspectiva de historicidad como modelo del logos occidental construido para la distinción de pueblos integrados y excluidos en la historia, transculturización en los intercambios socioculturales históricos; sin embargo, en el sometimiento condicional para enajenarlos y así mismo despojarlos de su alma y su espiritualidad ligada a la Madre Naturaleza y su medio para habérselas desde épocas milenarias.

Los pueblos indígenas y afrodescendientes tuvieron que abandonar su pertinencia cultural por el cristianismo que tildó todos estos actos como diabólicos, se estrellan las máscaras del insomnio, la memoria relampaguea en la noche de piedra en piedra-lumbre. Así la filosofía intercultural rememora el lanzamiento colectivo y plantea entre otras hipótesis una deconstrucción de la temporalidad del enfoque de la historia para replantearse el diálogo subjetivo e intersubjetivo en la pluridiversidad en la reafirmación de sus derechos humanos en lo individual y comunitario, exigen respeto, justicia, diálogo y consenso; el fin es descolonizar el pensamiento en el lanzamiento de la autosostenibilidad y armonía con la Madre Naturaleza o Coatlicue o Natura naturatas (Physis). En lo político la interculturalidad comienza en casa con los paradigmas de respeto a la dignidad y en la colectividad en la construcción de espacios de real autocrítica y crítica para intimar en nuestra cooperación fraternal. Ser pontífices sinérgicos de los espacios políticos de empoderamiento de las comunidades en cuanto al buen vivir[4] en el obrar y convivir en armonía con la naturaleza y los otros, según referencia de los amados anticuarios o antiguos eruditos del libro Wewetla’tolli o las ideas éticas de los anahuacas en su buen vivir y, a su vez la lucha entre el bien y el mal está reflejada en las pinturas, glifos, códices y en El Popol Vuh de los pueblos mayas.

La exigencia de los derechos de los pueblos originarios establecida en los Derechos Humanos, data exigencia en el avance y compromiso del Ius o jurisprudencia de los Estados y el compromiso de estos de implementarlos en acuerdo con los multiagentes internacionales entre ellas las Naciones Unidas. Necesitamos una praxis de diálogo, consenso y arte de convivir. La Declaración de los Derechos Humanos de los pueblos indígenas, enfatiza el derecho de los pueblos indígenas de preservar y fortalecer sus propias instituciones, culturas y tradiciones y de trabajar en pleno goce individual y social de los derechos humanos.

Entre el instrumento existe el denominado: Consentimiento Libre, Previo e Informado (CLPI) (Asamblea General de la ONU, 2007), que es un principio operativo por medio del cual se empodera a las comunidades locales y a los pueblos indígenas para otorgar o negar su consentimiento a un proyecto que les afecte a ellos o sus territorios.

Se exige por parte de los pueblos originarios el Arte en la gobernanza, en los derechos de ciudadanía y la participación en los derechos de género, en la descentralización de la administración pública, transferencia del poder y tecnología hacia las comunidades en el orden económico, político y social para la buena gobernanza en sus exigencias de sensibilidad de vivir y posibilitar los derechos de las generaciones presentes y futuras en un ambiente de plurinacionalidades donde cobran vigencia de ser y obrar en la intercomunicación el derecho pleno a ejercer sus voces en los distintos idiomas. Una interculturalidad que supere la visión ghettizadora y compensatoria para lograr el diálogo y garantizar la igualdad en sus derechos humanos, el respeto, la sinceridad, el precio de la palabra.

Fornet-Betancourt (2001) referencia la geocultura de la pluralidad:

La contextualidad es fuente de pluralidad, pero lo decisivo es comprender que lo es no por razones de simple geografía ni de compensación exótica, sino por razones hermenéuticas y metodológicas, por razones éticas y religiosas, por razones culturales y antropológicas, en una palabra, por razón de lo que llamó Rodolfo Kusch (1922-1979) la “geocultura del pensamiento” sin cuya consideración nos parece imposible descubrir precisamente lo que está en juego, a saber, las riquezas con que la humanidad da razón de la vida. (p. 13-14)

La memoria del Mar Caribe y los pueblos originarios



“La América Continental y Antillana” La historia no es mecánica porque los hombres son libres para transformarla

Fuente: Ernesto Sábato

El Mar, las Islas y las costas continentales que conocemos con el nombre de Mar Caribe es una región heterogénea, con la pluridiversidad étnica y lingüística. Fue conocida como Antillas, como exponía en sus escritos el General Augusto C. Sandino: “La América Continental y Antillana”.

El Mar Caribe tal como se le denomina tiene su punto de partida en 1898, con la derrota de España en la guerra Hispano–Cubano–Estadounidense, y la ocupación de la isla de Cuba en 1902 por los Estados Unidos que se consolida como potencia regional. Esta fue la puesta en marcha de la doctrina del Destino Manifiesto[5] en la que los Estados Unidos tomaron para sí la posesión de un canal en el istmo centroamericano y el dominio de los pasos del Caribe, considerándolo como su traspatio o mar interior, los gobernantes de Gringolandia con la frase “América para los americanos”, han expresado la síntesis de la conocida Doctrina Monroe, la cual define la política exterior de los Estados Unidos en el hemisferio americano, donde impusieron la política del “Big Stick” o Gran Garrote de Teodoro Roosevelt.

Con el desalojo de España, surgen alternativas hegemónicas por parte de Gran Bretaña y Francia, nuevas metrópolis europeas con colonias en las islas y costas. De esta complejidad surgieron diversos nombres para denominar esta geografía: Antillas, Caribby, Caribbean Sea y West Indies, que es la forma inglesa del nombre imperial español; Mer de Entilles nombraban los franceses a mediados del siglo XVI y los anglosajones en el siglo XVII denominaron Caribby a las Antillas Menores y al mar como Caribbean Sea, predominando el nombre de West Indies. En el apogeo de las plantaciones esclavistas, la consolidación de la hegemonía británica y las revoluciones en ambos lados del Atlántico, en la segunda mitad del siglo XVIII y primeras décadas del XIX, fue más usado el nombre de las Antillas para designar al mar y las islas, con igual significado el término Caribe; pero, fue a fines del siglo XIX e inicios del XX que el término Caribe se afirmó. En esto incidió la victoria estadounidense en la guerra Hispano-Cubano-Norteamericano, y la posterior ocupación de Cuba en 1902 (Uría, 2021).

Años después la Comisión Anglo-americana del Caribe, organizada en 1942 en el marco de la Segunda Guerra Mundial para atender asuntos de las colonias británicas y norteamericanas cambió su nombre por el de Comisión del Caribe; la Iniciativa de la Cuenca del Caribe fue impulsada por el intervencionista Ronald Reagan en la década de 1980 y Bill Clinton en la cumbre de Brigetown que reunió al liderazgo caribeño y en mayo de 1997 reafirmó la caribeñeidad de Estados Unidos.

Autonomía del Caribe en Nicaragua



El mejor gobierno es aquel que enseña
a gobernarnos a nosotros mismos

J.W. Goethe

La Constitución Política de Nicaragua promulgada en 1986 ha reconocido expresamente la invisibilizada existencia de los pueblos indígenas, afrodescendientes y comunidades étnicas de la Costa Atlántica, Pacífico, Centro y Norte de Nicaragua. En la Costa Caribe, primera vez los miskitus, sumu-mayangnas, ramas, creoles, garífunas y mestizos fueron reconocidos históricamente como integrantes de un país diverso y pluricultural. En las regiones del Pacífico, Centro y Norte existen veintitrés pueblos indígenas. En la zona norte se encuentran los chorotegas: Cusmapa sitio Carizal, Mozonte, San Lucas de Iscayan, Totogalpa y Telpaneca, en las comunidades de San Antonio y Santa Barbará en el territorio de Somoto. En las Regiones Autónomas de la Costa Caribe de Nicaragua existen seis grupos étnicos y dos pueblos indígenas entre ellos los miskitus y mayangnas, este último con tres variantes lingüísticas y riqueza cultural: tuahka, panamahka y ulwas. Este reconocimiento constitucional producto de la Revolución Popular Sandinista fue la base para la erogación y reglamentación de una serie de leyes de derechos consuetudinarios y colectivos vinculantes a los tratados internacionales en materia de los derechos humanos, entre estos destacan: la protección contra la discriminación, protección a las lenguas, culturas y formas propias de organización social y de gobierno; derecho pertinente a ejercer control sobre sus recursos naturales y tierras comunales. La Autonomía Intercultural es un proceso donde los sin voz se ganan el respeto a tener voz, configurar una identidad y un plan de vida en una comunicación de doble vía por medio de la participación democrática de la ciudadanía; a su vez, rechaza la manipulación política.

Apunta el historiador Aldo Díaz Lacayo:

Sólo la Revolución Sandinista tuvo la visión estrategia de ponerle fin a esta aberración, promoviendo la unidad plena de los miskitus, y por extensión de la población afrodescendiente, con la población mestiza del resto del país, distinta a la que se autoproclama heredera de España. Eso es exactamente la Ley de Autonomía. (F. Valiente [entrevistador], comunicación personal, 17 diciembre, 2019)

Las universidades son paracaídas que si no se abren no sirven

La mente es como un paracaídas, sólo funciona si se abre

Albert Einstein

Atisbos de una lucidez hacia un constructo de interdisciplinariedad en las ciencias y el humanismo se fundamenta desde las universidades del Medioevo que tras el pensamiento de la Antigüedad tardía y la patrística, devendría en teología y filosofía amparadas en el andamiaje grecolatino para trazar las luces de un cristianismo que tendría resplandor; esto así visto, serán los primeros pivotes de autonomía y disciplinas formativas del intelecto universal en el devenir desde el lanzamiento de las siete artes desde el Medioevo;[6] lo cual contempló promover la creación de la Universidad de Bolonia por el deseo de conocer más allá del límite impuesto por éstas desde la temprana Edad Media.

La primera mujer fundadora de universidad es Fátima Al-Fihri antes de los monjes

Ni la orquídea ni el pez se diferencia de la estrella,

en un mundo fulgurante.

F.V.

Fátima Al-Fihri fue una mujer musulmana del norte de África, fundadora de la primera universidad del Mundo. Fátima fue una filántropa e inteligentísima mujer musulmana del norte de África y que, no figura en ninguno de los sitios ecoturísticos a visitar en el Mundo. La única del mundo oriental que figura es Cleopatra, por supuesto, y de ahí saltamos a María Antonieta, Mata Hari y Cocó Chanel, por mencionar algunas.

Fátima Al-Fihri fue la precursora de la primera universidad del Mundo, la Universidad de Qarawiyyin o Al-Karaouine (fundada 859 D.C.), —símbolo del conocimiento y la iluminación— es una universidad islámica[7] para los jóvenes en Fez, Marruecos y, apareció dos siglos antes de la universidad de Bolonia. La creación de la universidad se asocia normalmente a Europa y a los monjes cristianos de la baja Edad Media.

Sin embargo, la universidad más antigua que conocemos es anterior a la universitās magistrōrum et scholārium. (Ibn Abī Zarʻ al-Fāsī, ʻAlī ibn ʻAbd Allāh,1964)

La Cruzada Ibérica con real cédula

Con reminiscencias escolásticas, el orador explicitaba el paradigma de la universidad de Bolonia, imitada por Salamanca y la mayoría de Universidades de Europa meridional, la universidad de París, Oxford y Praga; este ápice devendría la renovación académica que llegaría a cambios radicales con el modelaje pertinente de la Universidad de Salamanca y de Alcalá de Henares, con la refundación de las primeras universidades coloniales en el Nuevo Mundo, sustentado el portento de erigir universidades en los virreinatos, capitanías generales y audiencias, aún espolvoreada la pólvora y herraduras de los caballos, se demanda la formación eclesiástica de quienes acompañaban a los conquistadores en esta Cruzada Ibérica en la ampliación con la evangelización. Así con Real Cédula se crearon las primeras universidades en el Nuevo Mundo. Estas primeras Universidades en la América española fundadas por la Corona y las órdenes religiosas en los siglos XVI y XVII siguieron el modelo de la metrópoli. España es la excepción entre las potencias coloniales, en lo que se refiere a la fundación de Universidades. Portugal no creó ninguna Universidad en el Brasil durante la época colonial e Inglaterra construyó un imperio sin que por ello otorgara importancia alguna a la fundación de Universidades. Así sucedió con las Universidades de San Marcos de Lima (1551), México (1551), San Carlos de Guatemala (1676) y San Cristóbal de Huamanga (1677). Ni la orquídea ni el pez se diferencian de la estrella, en un mundo fulgurante.

Interculturalidad y autonomía desde la praxis de las universidades indígenas

El limo del buen vivir, vida sana.

F.V.

A finales del siglo XX y principios del XXI los pueblos de Ab’ya Yala o América Latina, devendrían en la innovación científica y tecnológica con la fundación de las Universidades Comunitarias Interculturales y en este paraje de primogenitura: la Universidad de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe Nicaragüense (URACCAN) ha irradiado modelo y acompañamiento a las universidades indígenas en fraternidad de principios que tiene fundamentos humanos y científicos con data desde la antigüedad de los pueblos originarios. Todas las Universidades Indígenas Interculturales tienen de base piramidal: principios y fines vinculados al buen vivir de los pueblos indígenas[8], afrodescendientes y los hijos del mestizaje, estos últimos que son la mayoría en este artilugio de crear identidades concretas con un plan de vida en la pluridiversidad cultural que por ser culturalmente inmanente es a su vez infinita. Nuestro legado genético es un árbol genealógico en una mezcla de victoria y dolor, en nuestra sangre corre los pliégalos históricos de la sangre del colonizador, esclavos y jornaleros; ayer fueron los colonizadores españoles, luego los franceses, los holandeses, los daneses y los británicos. Ulula el viento en este reino forastero en los lejanos mares, viajero impredecible.

Filosofía intercultural y el despertar de la consciencia

Ser afrodescendiente significa llevar ritmo, sabor,

buen humor, ser un innovador social

Elvis

La filosofía intercultural contempla en su sentí-pensante esa fisonomía respecto al derecho de la “consulta previa, libre e informada” de los pueblos originarios que se referencia en la documentación de la OIT Convenio 169 y la Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos de los pueblos Indígenas. El derecho a la interculturalidad respecto a la situación de los pueblos indígenas de Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú, Guatemala y México en el correspondiente derecho originario o consuetudinario que es la base piramidal y constituye el florecimiento de reafirmar la dignidad del ser humano en el derecho internacional reconocido en la Declaración de las Naciones Unidas que se ha aludido; el asunto es cumplir los derechos y no juguetear con papeles. La filosofía intercultural promueve, crea y recrea el despertar de la consciencia que no es un concepto que se pueda entender intelectualmente, es más bien una experiencia hacia la esencia de tu Ser, que te permite descubrir quién eres y qué eres realmente y cuáles son tus compromisos prácticos que debes asumir para tu despertar de la consciencia. Este renacimiento es un proceso a la nueva vida, abrir los ojos a la realidad, armonizar tu alma, dejar de ser esclavo de tu mente condicionada y estigmatizada de las sociedades opresoras, el despertar de la consciencia es escuchar tu alma, perdonar y abrir las claraboyas a tu mente.[9] La interculturalidad es un cambio hacia el sendero de evolución hacia tu verdadera identidad, que sólo puedes recorrer tú; es proceso de desaprendizaje, de soltar, de confiar en la vida. Es un medio para que se pueda expresar lo justo y la verdad en lo real del ahora y en todas sus dimensiones.

La interculturalidad es la filosofía que se enfoca en una reflexión horizontal a partir de la interconexión y comunicación con el otro en respeto mutuo de opiniones, vivencias, convivencias y que expondría tempranamente Zubiri (1981) en un trastrocamiento a la filosofía tradicional clásica del mundo occidental a partir del enfoque de la idea sentiente, la unidad de lo intelectivo con el sentir a lo que él denomino “lo de suyo”. En el caso de los pueblos afrodescendientes e indígenas las premisas fundamentales son escenarios contra las garras opresoras, ya que el otro le niega a uno los fundamentos de su pensar y la coherencia racional de su existencia desde una frontera monocultural desde hace cinco siglos; crisis del constructo de un logos cultural como condición homogénea para la construcción sesgada de una historia de la filosofía y la humanidad contadas por una sola voz y razón.

La sociedad monocultural o logos dominante tiene como objetivo absorber al resto, que deben empaparse hasta la adaptación de la cultura “de acogida” y “hegemónica”. Así, la cultura dominante tiene una actitud de imposición sobre el resto, por ejemplo, de sus normas y valores resultando un absolutismo moral y condicionamientos enajenantes. Es un proceso en el cual las culturas minoritarias, o bien aceptan sumisamente la cultura mayoritaria que se impone con instituciones que invisibilizan los derechos originarios y/o bien aceptan que les ‘pisen la dignidad con acelerador’ o quedan “marginadas”, “segregadas” o “invisibles, indiferentes”.

Según Fornet-Betancourt (2001), la filosofía intercultural es la figura de interdiscursividad como razón; pero, también como acción sensible y por lo tanto es un acto de fruición integral a decir de Zubiri; lo holístico de la actuidad en su transitar dialéctico y que jamás puede permanecer neutro en cuanto a los valores morales y éticos; por lo mismo, afronta al empirocriticismo que es un renacer de Berkeleyanismo y del humismo, teorías idealistas subjetivas sobre la Naturaleza (Ilich, 1908). Se encubren en lo político y sociocultura desde la exigencia de una supuesta neutralidad. Se fundamenta en la filosofía a partir de los fundamentos de una ciencia positivista con neutralidad a los valores morales. ¡Vaya farsa de su tragicomedia! En los siglos veinte y veintiuno los liberales y neoliberales no tienen filosofía científica sino patrones económicos y comerciales, y su máximo exponente nos quiere apabullar con retazos teóricos de un fin de la historia con las dosis de Fukuyama, cuando en realidad es la inicialización de la historia en las páginas quienes afrontan las ideologías de la exclusión; quienes desafían con la sabiduría de nuestros ancestros y se empoderan históricamente desde la praxis de la interculturalidad para dialogizar los saberes y consensos de América Latina, África y Asia.

La premisa de Francis Fukuyama tiene su referencia en Hegel que ha creado el devenir de una metafísica utópica y desde luego en alguno de sus exegetas del siglo XX, como Alexandre Kojéve, en la afirmación que el motor de la historia es el deseo de reconocimiento del thimos pitagórico, origen del instinto animal que en las ansias del poder somete a los otros. Contra toda esa parafernalia, viene al caso recordar la vitalidad que juega la Educación Intercultural Bilingüe y traer a memoria la frase de Martin Luther King: “No me duelen los actos de la gente mala, me duele la indiferencia de la gente buena...” No odies ni desprecies a nadie, porque un solo átomo puede desencadenar un infierno. Ámate como el sudor y la leche, como el infinito amor en los pasos de la Vía Láctea (Wakah Chan en maya yucateco). La educación es el camino para transformar a la gente y para el desarrollo de su bienestar individual y social. La educación intercultural es una pedagogía crítica, es el sistema de saberes de los pueblos originarios, es el derecho de la participación política transparente, es el derecho de quienes no han tenido justicia ni equidad, de quienes jamás dejarán que se muera el sol antes que hayan muerto tus rencores. Helena Blavatsky, la famosa teósofa rusa sentencia: “Sé a manera del océano, que recibe todos los ríos y torrentes. La poderosa calma del mar permanece inalterable, sin sentirlos.”

Lista de referencias

Fornet-Betancourt, R. (2001). Hacia una transformación intercultural de la filosofía. Bilbao, España. p. 13-14.

Habermas, J. (1999). Teoría de la acción comunicativa I. Racionalidad de la acción y racionalización social. Versión castellana de Manuel Jiménez Redondo, 1999.

Ibn Abī Zarʻ al-Fāsī, ʻAlī ibn ʻAbd Allāh (1964). Rawd Al-Qirtas. Impreso por J. Nácher. OCLC 1052848908. Consultado el 10 de diciembre de 2020.

Ilich, Vladímir (1908). Materialismo y empiriocriticismo.

Organización de las Naciones Unidas (CPLPI, 2007). Asamblea General de la ONU.

Uría, I. (2021). Viento norte. La primera ocupación militar norteamericana de Cuba (1899-1902). Libros de la Catarata-Instituto Franklin de Estudios Norteamericanos (Universidad de Alcalá), Madrid.

Zubiri, X. (1981). La inteligencia sentiente. Citado por María Ariaza. Revista de Filosofía, Madrid, 1981

Notas

2] El Evangelio de Quetzalcoatl. Wewetla’tolli, antiguas palabras de sabiduría de la tradición Tolteca. Wewe (anciano, antiguo) Tla’tolli (palabra, discurso, tratado).
3] Conocida también como la masacre del Jallianwala Bagh, fue una matanza ocurrida en la ciudad de Amritsar el 13 de abril de 1919, cuando soldados del Ejército Indio Británico, al mando del general Reginald Dyer, ametrallaron a una multitud de miles de hombres, mujeres y niños. «British troops massacred Indians in Amritsar -- and a century later, there’s been no official apology». The Conversation (en inglés). Consultado el 6 de diciembre del 2021.
4] El Evangelio de Quetzalcoatl. Wewetla’tolli, antiguas palabras de sabiduría de la tradición Tolteca. Wewe (anciano, antiguo) Tla’tolli (palabra, discurso, tratado).
5] El Destino Manifiesto es una doctrina estadounidense de que este país está destinado a expandirse hacia los territorios no conquistados hacia el sur y, en general sobre el Hemisferio Occidental. https://www.ecured.cu/Doctrina_del_Destino_Manifiesto.
[6] Gramática, retórica, lógica y aritmética, geometría, astronomía y música.
7] Sus fundadoras, fueron dos mujeres tunecinas, entre ellas Fatima al-Fihri, originarias de la ciudad de Qayrawan, que era, por entonces, la capital de Túnez; y, junto a su hermana Mariam, tomaron la decisión de invertir en el progreso de la ciudad donde residían, la actual Fez.
8] Fundamentado en antiquísimos libros como El Popol Vuh y en el libro El Evangelio de Quetzalcóatl.
[9] El Popol Vuh, el «Libro del Consejo». Esta Joya de la Literatura Maya, expone valores extraordinariamente místicos, filosóficos, artísticos, elementos socioculturales y del buen vivir.

Notas de autor

1] Lic. En Arte y Letras, UCA. Profesor e investigador universitario, Editor General de la Universidad de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe Nicaragüense

fredvaliente@yahoo.com



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