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Emociones positivas del docente: una reflexión desde las realidades que enfrenta la educación escolar mexicana
TEACHER’S POSITIVE EMOTIONS: A REFLECTION FROM THE REALITIES FACED BY MEXICAN SCHOOL EDUCATION
EMOÇÕES POSITIVAS DO PROFESSOR: UMA REFLEXÃO A PARTIR DAS REALIDADES ENFRENTADAS PELA EDUCAÇÃO ESCOLAR MEXICANA
Revista Investigium IRE: Ciencias Sociales y Humanas, vol.. 11, núm. 2, 2020
Institución Universitaria Centro de Estudios Superiores María Goretti

Artículo de investigación

Revista Investigium IRE: Ciencias Sociales y Humanas
Institución Universitaria Centro de Estudios Superiores María Goretti, Colombia
ISSN: 2216-1473
ISSN-e: 2357-5239
Periodicidad: Semestral
vol. 11, núm. 2, 2020

Recepción: 26 Agosto 2020

Revisado: 22 Septiembre 2020

Aprobación: 19 Octubre 2020


Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial 4.0 Internacional.

Resumen: Las emociones positivas se consideran activadoras de cambios emocionales y fisiológicos, mejorando entre otras cosas el juicio, la memoria, la creatividad y las decisiones de quien las experimenta, de ahí su importancia en la educación escolar mexicana contemporánea. El objetivo de este artículo es reflexionar acerca de las influencias que ejercen las emociones positivas del personal docente en función de elevar la calidad del proceso de enseñanza-aprendizaje. Para ello, se utilizó como metodología la realización de un estudio documental de diferentes fuentes bibliográficas. Con la realización de este artículo se llegó a la conclusión que las emociones positivas del docente impactan en el alumno y están directamente relacionadas con el nivel de aprovechamiento del mismo. Un docente con buen manejo de sus emociones fomenta en sus alumnos habilidades y valores que permiten formar un ciudadano sano y feliz.

Palabras clave: Aprendizaje, emoción, enseñanza, motivación, profesor, (Tesauro Europeo de la Educación).

Abstract: Positive emotions are considered catalysts for emotional and physiological changes, improving the judgment, memory, creativity and decisions, among other aspects, of those who experience them, hence their importance in contemporary mexican school education. The objective of this article is to reflect on the influences exerted by the positive emotions of the teaching personnel, based on raising the quality of the teaching-learning process. To this end, a documentary study from different bibliographic sources was used as a methodology. With the fulfillment of this article it was possible to conclude that teacher’s positive emotions impact the student and are directly related to its level of use. A teacher with good management of his/her emotions encourages in his/her students skills and values that allow them to form a healthy and happy citizen.

Keywords: Learning, emotion, teaching, motivation, teacher, (European Education Thesaurus).

Resumo: Considera-se que as emoções positivas são ativadoras de mudanças emocionais e fisiológicas, melhorando, entre outras coisas, o julgamento, a memória, a criatividade e as decisões de quem as vivencia, daí sua importância na educação escolar mexicana contemporânea. O objetivo deste artigo é refletir sobre as influências que exercem as emoções positivas sobre o corpo docente na função de elevar a qualidade do processo de ensino-aprendizagem. Para isso, utilizou-se como metodologia a realização de um estudo documental de diferentes fontes bibliográficas. Com a realização deste artigo, concluiu-se que as emoções positivas do professor impactam ao aluno e estão diretamente relacionadas ao nível de aproveitamento do mesmo. Um professor com uma boa gestão das emoções fomenta nos alunos habilidades e valores que permitem formar um cidadão saudável e feliz.

Palavras-chave: Aprendizagem, emoção, ensino, motivação, professor, (Tesauro Europeu da Educação).

Introducción

El proceso de enseñanza-aprendizaje es de especial significación para asegurar una educación escolar de calidad. En este proceso se integra una variedad de unidades psíquicas que conforman la personalidad y que se forman en dos esferas de regulación: la cognitiva-instrumental y la emocional-afectiva (Rodríguez y Bermúdez, 1996). Estas esferas de regulación confluyen en un solo, pero transcendental momento, la clase.

En la educación escolar, la esfera de regulación motivacional-afectiva ha sido minimizada frente a la esfera cognitiva-instrumental; muestra de ello, es que el modelo de escuela del pasado siglo XX se ha considerado hasta cierto punto “anti-emocional” (Vallejo, 2016) debido a que la educación buscaba fomentar el uso del pensamiento lógico y racional, suprimiendo la significatividad de la emoción tanto del personal docente como del alumnado. Sin embargo, en pleno siglo XXI, persiste aún la ausencia de las consideraciones emocionales en los modelos educativos imperantes.

Las evidencias de lo anteriormente expresado se encuentran en los postulados que tradicionalmente han sido expresados en los modelos escolares implementados en México, a partir de las diferentes reformas educativas de 1970, 1973, 1981, 1992, 1999, 2005, 2006, 2009, 2010 y 2012 (INEE, 2016). En los diferentes documentos de las referidas reformas educativas se observa claramente la prioridad educativa otorgada a los componentes cognitivos e instrumentales de la personalidad, sobre los emocionales-afectivos, lo que hoy se reconoce como una de las causas que ha limitado la calidad de la educación escolar mexicana. En este orden y de manera particular, es importante significar que las emociones positivas del personal docente no fueron un tema prioritario de las autoridades educativas mexicanas de estos periodos históricos.

Sin embargo, como resultado de la más reciente Reforma Educativa que impulsa un modelo educativo al que se le ha denominado “Nueva Escuela Mexicana” (SEB, 2019), se reconoce la importancia de los componentes de la esfera motivacional - afectiva, para que de manera conjunta con los componentes de la esfera cognitiva - instrumental potenciar el desarrollo integral de la personalidad de cada alumno. En esta reforma educativa se identifica que las emociones positivas de los docentes son significativas para potenciar el aprendizaje y el desarrollo integral de los escolares.

En sintonía con lo anterior, en el modelo de la mencionada Nueva Escuela Mexicana se retoman las concepciones psicológicas que estudian los impactos que generan la esfera motivacional-afectiva y las emociones positivas de los docentes en el aprendizaje y el desarrollo integral del alumnado. Todo ello ha dado lugar a la apertura de nuevos debates psicopedagógicos relacionados con dichas emociones positivas como componente esencial del proceso de enseñanza-aprendizaje.

Para ello, los autores consideran que en la educación escolar mexicana los debates actuales, en relación con la calidad del proceso de enseñanza-aprendizaje, deben partir del reconocimiento, estudio y reflexión de las concepciones pedagógicas y psicológicas contemporáneas acerca de la importancia de la esfera de regulación motivacional-afectiva y de las emociones positivas de los docentes, para alcanzar los objetivos educativos del proceso educativo escolarizado.

Entre los antecedentes vinculados con el estudio de la esfera motivacional-afectiva de la personalidad y de las emociones positivas en el proceso de enseñanza-aprendizaje se encuentra la ya referida investigación realizada por los doctores Rodríguez y Bermúdez (1996), acerca de la personalidad del adolescente, donde se aborda lo relacionado con las esferas de regulación motivacional-afectiva y cognitiva-instrumental de la personalidad.

En el área de las emociones positivas, una investigación desarrollada por Avia y Vázquez (1998) mostró que dichas emociones favorecen el desarrollo de las habilidades cognitivas y por ende del aprendizaje; además, confirmaron que el afecto positivo aumenta la creatividad, produce mejoras en la capacidad de resolver problemas y favorecen la flexibilidad de pensamiento.

Otro de los autores que ha estudiado el tema de las emociones positivas es Andy Hargreaves, quien en uno de sus artículo publicado en 1998 y dedicado a la influencia de las emociones positivas en los profesores, asegura que debido a que en el instante en que el profesor se presenta en el aula ante su alumnado se desencadena una sucesión de relaciones interpersonales que implican un contagio inevitable de emociones, dado que: “las emociones están en el corazón de la enseñanza” (Hargreaves, 1998).

Por su parte, Allender (2001) asegura que las fortalezas del carácter y competencias socioemocionales como el autocontrol, la resiliencia, el control de la ansiedad o el equilibrio emocional, son herramientas indispensables para prevenir problemas propios del docente, como la dificultad para optimizar la capacidad de influencia sobre los estudiantes y mantener un nivel óptimo de satisfacción profesional y personal.

En relación con las emociones positivas, Vaello (2009) asegura que docentes y alumnos llevan aparejados ciertos intercambios de influencias motivacionales que conviene conocer y aprovechar sus potencialidades respetando la ética pedagógica; pues, en cada momento del aula hay sonrisas, preocupaciones, desencantos o ilusiones, tanto en el profesor como en el alumnado.

Por lo expresado anteriormente, se ha identificado como problemática: la necesidad de actualizar las reflexiones acerca de la importancia de las emociones positivas del personal docente para asegurar la calidad del proceso de enseñanza-aprendizaje en la educación escolar mexicana actual; más aún, cuando este personal docente enfrenta la llamada nueva normalidad que ha impuesto la pandemia COVID 19, donde la educación escolar ha pasado de un proceso presencial a uno virtual, y que en el futuro inmediato, seguramente se desarrollará de manera híbrida (presencial y virtual); sin olvidar las complejidades sociales como el tema de la exclusión, la pobreza y la violencia que se manifiestan en la sociedad mexicana contemporánea e impactan negativamente a la educación escolar.

Por ello, el objetivo de este artículo está centrado en aportar nuevos argumentos e ideas, que contribuyan a la actualización de los debates y reflexiones acerca de la importancia de las emociones positivas del personal docente para asegurar la calidad del proceso de enseñanza-aprendizaje en la educación escolar mexicana actual.

Para cumplir con el objetivo anteriormente enunciado se tomaron dos referentes teóricos de base, son ellos: las concepciones pedagógicas que emanan de la Nueva Escuela Mexicana y los estudios vinculados con la Psicología positiva.

Metodología

La metodología empleada en el presente artículo parte del análisis documental, responde a tres necesidades informativas de los investigadores; en primer lugar, conocer lo que otros pares científicos han hecho o están realizando en un campo específico; en segundo lugar, valorar segmentos específicos de información de algún documento en particular; y por último, reflexionar acerca de la totalidad de información relevante que exista sobre un tema específico (Vickery, 1970).

Mijáilov y Rudzhero (1974) señalan que, luego de la recopilación de la información, es necesario iniciar un procesamiento analítico-sintético de la información contenida en un documento y el resultado de esta operación debe ser resumido brevemente o sintetizado. En este sentido, Perelló (1998) indica que el análisis documental comprende dos fases: una que consiste en la determinación del significado general del documento y la consiguiente transformación de la información contenida en él; y la otra que corresponde a la descripción formal y métodos de búsqueda.

El análisis documental se caracteriza por ser dinámico, en el entendido que permite representar el contenido de un documento en una forma distinta a la original, generándose así un nuevo documento.

Fases del estudio

Fase 1.

Al inicio de la investigación los esfuerzos se centraron en la exploración del área de interés: la importancia de la motivación positiva del docente en el proceso enseñanza-aprendizaje. En este sentido, se observó la problemática actual, las áreas de oportunidad, los factores que impactan en el docente, estudios anteriores realizados, la correlación entre las emociones del docente y la calidad de la enseñanza, y estrategias sugeridas para fortalecer las emociones, encontrando libros, artículos científicos, trabajos de grado en pregrado y posgrado, algunos consultados de manera electrónica y otros obtenidos en físico.

Fase 2.

Posterior a la consulta de diversas fuentes se procedió a la depuración de información empleando los siguientes criterios:

(1) Pertinencia a la investigación: abordar el tema de las emociones positivas de los docentes y proceso enseñanza-aprendizaje.

(2) Relevancia al estudio: contribuir con información que aporte datos enriquecedores a la investigación.

(3) Actualidad de datos: con la finalidad de aportar un comparativo bibliográfico se tomaron estudios desarrollados en el siglo XXI; así como, diez documentos del siglo XX pero de gran valor para la investigación.

(4) Respaldo académico: contar con datos indispensables como autor, editorial, fecha de edición, universidad que lo publica, entre otros.

Fase 3.

La integración de la investigación consistió en el análisis reflexivo de las fuentes consultadas, resaltando los aportes de interés mediante la redacción del presente artículo.

Durante la investigación para el presente artículo fueron seleccionados determinados documentos con base en su pertinencia, relevancia, actualidad y respaldo académico; en la Tabla 1 se enlista el tipo de documento, país de origen, casa editora y el aporte tomado.

Tabla 1
Documentos claves seleccionados para el análisis conceptual

Desarrollo del tema

La esfera de regulación motivacional-afectiva. Su estructura e importancia en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Un acercamiento desde la psicología positiva. Para reflexionar acerca del papel que desempeñan las emociones positivas del personal docente en la calidad del proceso de enseñanza-aprendizaje, se debe tomar como referente teórico primario la definición del concepto personalidad.

La esfera de regulación motivacional-afectiva. Su estructura e importancia en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Un acercamiento desde la psicología positiva. Para reflexionar acerca del papel que desempeñan las emociones positivas del personal docente en la calidad del proceso de enseñanza-aprendizaje, se debe tomar como referente teórico primario la definición del concepto personalidad.

En este sentido, Cloninger (2003) en su libro Teorías de la personalidad plantea que la personalidad se define como las causas internas que subyacen al comportamiento y a la experiencia.

Al respecto, Freud (1935) mediante el psicoanálisis, asegura que el sujeto al nacer cuenta con instintos básicos para la supervivencia, pero con el paso de los años y al relacionarse con una sociedad va adquiriendo actitudes (aparato psíquico) que lo autorregulan y ahí se perfila su personalidad.

El humanista Maslow (1964) centra la personalidad en dos niveles, el biológico basado en la satisfacción de necesidades y el personal enfocado en los deseos y la experiencia. Por su parte Rogers (1959) identifica al sujeto como un ser activo y creativo que mediante sus experiencias de vida y elecciones da forma a su personalidad.

No obstante, la validez científica del conjunto de definiciones del concepto personalidad que han sido enunciadas, los autores asumen que la personalidad:

Es la configuración psíquica de la autorregulación de la persona que surge como resultado de la interacción entre lo natural y lo social en el individuo y que se manifiesta en un estilo de actuación determinado, a partir de la estructuración de relaciones entre las esferas de regulación motivacional-afectiva y cognitiva–instrumental, entre los planos internos y externo y los niveles consciente e inconsciente (Rodríguez y Bermúdez, 1996, p. 3).

Es por ello, que en el proceso de enseñanza-aprendizaje se manifiesta una unidad dialéctica entre las esferas de regulación motivacional-afectiva y cognitiva-instrumental que conforman la personalidad de cada docente, y también de cada estudiante. Es por ello que, según Rodríguez y Bermúdez (1996), estas esferas de regulación están integradas por las siguientes unidades psíquicas.

La esfera de regulación cognitiva-instrumental está integrada por:

El estado cognitivo: generaliza los conocimientos que posee el docente para desarrollar el proceso de enseñanza-aprendizaje. Parte de la percepción, pasando por el pensamiento empírico (preconceptos, conocimientos antecedentes) hasta llegar al pensamiento científico, relacionándose con la función cognitiva de la personalidad.

El estado metacognitivo: abarca cualquier expresión de los conocimientos que posee el docente sobre sus propias potencialidades y limitaciones, vinculándose con la función metacognitiva de la personalidad, en forma de autopercepción y autoestima.

La instrumentación ejecutora: comprende las manifestaciones de las ejecuciones de la actuación del docente en forma de instrumentaciones: acciones y habilidades. Esta unidad psíquica posibilita la función instrumental de la personalidad.

La esfera de regulación motivacional-afectiva comprende:

La intensidad emocional: la cual incluye los motivos, intereses e intenciones que permiten explicar por que el docente actúa y moviliza su actuación hacia su labor profesional. Se relaciona con la función movilizadora de la personalidad,

La expectativa motivacional: sintetiza toda la orientación emocional del docente hacia el futuro, en función de tareas, objetivos, ideales y aspiraciones, se vincula con la función direccional de la personalidad.

El estado de satisfacción: expresa el sostenimiento del docente en su actuación profesional en base a sus emociones y sentimientos; es decir, el como se siente emocionalmente en la escuela. Se asocia con la función sostenedora de la personalidad.

Al destacar las esferas de regulación analizadas anteriormente y valorar acerca del como ha transcurrido el proceso de enseñanza-aprendizaje en la educación escolar básica en México, se reconoce que, aunque ambas esferas conforman una unidad dialéctica para conformar la personalidad bien sea del personal docente o de cada estudiante, en la práctica educativa se ha cometido el error de intentar separar ambas esferas de regulación, ponderando en primer lugar lo cognitivo-instrumental.

Por ello, se considera que en la educación escolar básica mexicana al minimizar lo motivacional-afectivo se ha provocado afectaciones a la calidad de la enseñanza por parte del personal docente y, por ende, se han visto limitados los niveles de aprendizaje en el estudiantado. En consonancia con lo anterior se asume que:

La capacidad de identificar, comprender y regular las emociones es fundamental

por parte de los y las profesores, debido a que tales habilidades influyen en los procesos de aprendizaje, en la salud física, mental y emocional de los y las educandos y son determinantes para establecer relaciones interpersonales positivas y constructivas con estos, posibilitando una elevación en su rendimiento académico (Cabello, Ruiz y Fernández, 2010, p.46).

El ser humano por naturaleza es un ser social que aprende y se moldea de la diaria convivencia, en el momento de su nacimiento inicia su aprendizaje tanto en el área cognitiva como emocional; los padres no son los únicos adultos que conviven con el niño, también los maestros tienen una influencia enorme en su moldeamiento, volviéndose un agente activo del desarrollo del alumno y un referente de actitud, comportamiento, emociones y sentimientos, lo cual puede significar un inconveniente de gran relevancia si no están conscientes de ejercer dicho influjo.

Las emociones positivas del docente desde los postulados de la Nueva Escuela Mexicana. En el modelo escolar de la Nueva Escuela Mexicana, que sustenta la actual reforma educativa, se considera que la calidad educativa se alcanza:

(1) Teniendo como prioridad principal el desarrollo integral del alumnado, fomentando una educación humanista que permita el desarrollo del pensamiento crítico, reflexivo, creativo y la expresión de sus sentimientos.

(2) Planteando como principios básicos de la educación mexicana la integridad, la equidad y la excelencia. Retomando los valores y erradicado la violencia.

(3) Fomentando una educación para la vida con el desarrollo de capacidades cognitivas, socioemocionales y físicas.

(4) Destacando la importancia de la formación, capacitación y actualización del magisterio, brindando el reconocimiento de los docentes como agentes de transformación social.

A partir del planteamiento de estos postulados se reconoce que la educación escolar mexicana se encuentra en una nueva etapa de desarrollo, donde uno de los temas que más preocupa en el Nuevo Modelo Educativo es la educación emocional de todo el alumnado, desde el reconocimiento que las niñas, niños y jóvenes se encuentran en un ambiente de violencia, drogas, bullying, y otros factores, tanto de la familia como de la comunidad que les generan ansiedad y miedo al fracaso al saberse en un futuro incierto. A todo lo mencionado se suma el impacto educativo y emocional que ha generado la pandemia del COVID 19, donde se ha tenido que migrar del modelo presencial al virtual, prácticamente sin preparación previa para la planta docente, lo que ha afectado emocionalmente a gran número de maestros.

Por ello, se demanda de una atención profesional y diferenciada al personal docente en México, puesto que resulta imposible el desarrollo de la educación socioemocional en el alumnado, si el personal docente no es portador de elevados niveles de emociones positivas. Es decir, entre las variables educación socioemocional del alumnado y emociones positivas de los docentes se manifiesta una correlación directa, evidenciándose entre ellas estos tres tipos de relaciones:

Relaciones de coordinación.

Relaciones de subordinación.

Relaciones de retroalimentación.

En este sentido, las relaciones de coordinación entre estas variables se expresan a partir de que interactúan en función de un mismo objetivo del modelo educativo de la Nueva Escuela Mexicana: potenciar el desarrollo socioemocional del alumnado. Las relaciones de subordinación se manifiestan desde la propia concepción ya planteada y referida a que solamente docentes altamente motivados, pueden desarrollar socioemocionalmente a su alumnado.

Por otra parte, las relaciones de retroalimentación se expresan en el sentido de que si bien se requieren docentes con altos niveles motivacionales para desarrollar emocionalmente al alumnado, también un alumnado motivado influye en las emociones positivas del docente. De allí que, cuando los estudiantes manifiestan desinterés por las tareas de clase, son indiferentes a la presencia del docente, les cuesta trabajar en equipo, no valoran los resultados evaluativos, todo ello puede generar sentimientos de decepción y desilusión y por ende, afectar las emociones positivas del docente. En el sentido contrario, un alumnado activo, participativo, empático y responsable, tiende a fortalecer las emociones positivas de los maestros.

A partir del mencionado sistema de relaciones entre las variables educación socioemocional del alumnado y emociones positivas de los docentes que la Nueva Escuela Mexicana postula como uno de sus principios fundamentales para el desarrollo emocional, tanto de maestros como de alumnos, es necesario que exista un conocimiento mutuo entre estos partícipes fundamentales del proceso de enseñanza-aprendizaje, más allá de las paredes de un aula o los muros de una escuela. En otras palabras, para el desarrollo emocional de los docentes, y por ende de sus alumnos, a partir del sistema de relaciones anteriormente explicado, se demanda que convivan en sus comunidades de manera tal que si los contextos comunitarios y familiares son llevados al aula y son referenciados en clases a partir de sus potencialidades educativas, con total seguridad se expresa que sería un factor que generaría una tendencia favorable hacia el desarrollo de la emociones positivas tanto en docentes como en alumnos.

Por todo lo expresado se puntualiza que si en el modelo de la Nueva Escuela Mexicana, no se garantiza una auténtica profesionalización del personal docente, partiendo de la consideración de los niveles de motivación positiva que evidencie dicho personal, servirá de muy poco contar con excelentes y actualizados programas curriculares de estudios y la tecnología más avanzada. Sin maestros con un nivel emocional-positivo alto, es muy difícil alcanzar la calidad educativa.

Lo anterior identifica el hecho de que, por un lado, las condiciones de la situación social que enfrentan los educadores mexicanos es muy compleja, y por otra, se debe reconocer que las emociones positivas en el personal docente deben ser altas, puesto que las demandas y retos que la sociedad les plantea a estos profesionales de la educación son muy complejos.

Al respecto existe hoy un doble obstáculo que limita el desarrollo emocional de los profesionales de la educación en México, son ellos:

Primero, la gran mayoría de los docentes han sido formados y son resultado de sistemas educativos que necesitan cambiar, por lo que arrastran carencias y ausencia de su propia formación, que deben ser superadas como parte de la capacitación permanente y atención emocional.

Segundo, persiste la brecha en el educador entre su formación, nivel emocional y remuneración; por lo que, en la Nueva Escuela Mexicana, se necesita integrar orgánicamente la selección exigente para la profesión de educador, con una formación inicial de calidad, a lo que se debe unir, la formación continua, así como una perspectiva de vida más digna y atractiva.

Lo anterior reafirma que el desarrollo emocional de los educadores, constituye la base para el desarrollo motivacional de los estudiantes; si se reconoce que nadie es capaz de enseñar lo que desconoce, también es importante reconocer que nadie es capaz de emocionar y motivar, si a su vez no está emocionado y motivado.

La sociedad y la educación mexicana demandan contar con excelentes educadores que evidencien altos niveles profesionales y emocionales, para garantizar un proceso de enseñanza-aprendizaje de calidad y asegurar la continuidad histórica de sus valores sociales. Si la Nueva Escuela Mexicana fracasa en el objetivo de desarrollar emociones positivas en el personal docente, entonces, no se desarrollará la educación socioemocional y los valores en el alumnado y le será muy difícil a México alejar a su juventud de los males sociales que se multiplican hoy a límites muy peligrosos.

Llegado a este punto, es importante reflexionar acerca del papel que desempeñan las emociones positivas del docente en la calidad del proceso de enseñanza-aprendizaje; los autores consideran pertinente plantear algunas acciones que en este sentido pueden ser favorables con un colectivo.

En primer lugar, cada directivo escolar debe tener un diagnóstico acerca del nivel de intensidad emocional, el estado de satisfacción, así como las expectativas motivacionales que alcancen sus docentes, y a partir de los resultados del diagnóstico de emociones profesionales, actuar en función de acompañar y ayudar a satisfacer estos intereses y expectativas emocionales y profesionales.

Asimismo, en cada colectivo escolar debe implementarse sesiones de intercambio de vivencias emocionales entre sus docentes, donde se compartan experiencias acerca de como y por que decidieron dedicarse a la labor magisterial y sus expectativas profesionales, lo que contribuiría al fortalecimiento de estos motivos.

Además, facilitar el acceso de los docentes a sesiones de capacitación emocional, dirigidas por especialistas en este tema, con el objetivo de que desarrollen acciones emotivas tanto hacia su persona como con su alumnado. Se debe considerar que un docente siempre está aprendiendo y el facilitar el acceso a nuevos aprendizajes favorece las emociones positivas.

En este sentido, gestionar la posibilidad de que los docentes puedan participar en congresos académicos, y sean capaces de publicar los resultados de su labor profesional, esto constituye otro aspecto clave que influye en el desarrollo de emociones positivas en el personal docente.

Por último, tener presente que el fin de la clase no es el mero aprendizaje, el que muchas veces resulta estéril; por lo que debe traspasar estas históricas y limitadas fronteras y dirigirse con toda su capacidad, preparación y experiencia a concebir metodologías psicodidácticas que influyan en el desarrollo integral de la personalidad de cada estudiante y del grupo en conjunto.

Conclusiones

Las concepciones tradicionales de la educación mexicana contemporánea, centrada en ponderar la esfera cognitiva-instrumental de la personalidad para el desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje, y desconociendo la esfera motivacional-afectiva, particularmente las emociones, ha mostrado su debilidad teórica, en correspondencia con los postulados que emanan de las concepciones pedagógicas planteadas desde la Nueva escuela Mexicana y de los fundamentos científicos que sustenta la Psicología positiva.

Por ello, se demanda de nuevas reflexiones teóricas que permitan sustentar las transformaciones que requiere la práctica profesional docente de la educación escolar mexicana contemporánea, lo cual solo será posible en la medida en que la comunidad educativa otorgue el valor real a la esfera motivacional-afectiva que integra la personalidad del personal docente.

Se reafirma que las emociones positivas que manifieste cada docente influyen en la calidad de su enseñanza, por ende, es un factor determinante para elevar la calidad del proceso de aprendizaje en sus estudiantes. De ahí que la Nueva Escuela Mexicana, se encuentre reconceptualizando a la educación emocional para procurar que cada docente se conozca a sí mismo y valore sus potencialidades y limitaciones, de manera que plantee el desarrollo integral de su personalidad como requisito para influir en el desarrollo integral de la personalidad de sus estudiantes, como base para que estos alcancen altos niveles de aprendizajes, como vía para la construcción de la felicidad.

Desde la Psicología positiva se demuestra que el personal docente no desarrolla el proceso de enseñanza como si fuera un autómata o alguien neutro en el desarrollo de sus clases, sino todo lo contrario, cada docente durante el desarrollo de los contenidos de estudios como pate del currículo escolar, manifiesta determinadas emociones que pueden favorecer o limitar los niveles de aprendizajes de sus estudiantes. Por lo que se reafirma que las emociones positivas que desarrollen y demuestren los docentes durante el proceso de enseñanza-aprendizaje son determinantes en la calidad de del mismo.

Es por ello, que el proceso de formación y capacitación profesional del personal docente en la educación escolar mexicana contemporánea debe incluir el estudio, la reflexión y la puesta en práctica de diferentes estrategias psicopedagógicas que aseguren que los maestros vivencien emociones positivas durante el ejercicio de enseñanza para que influyan directamente en el desarrollo de emociones positivas también en sus alumnos, dado que se manifiesta una unidad dialéctica entre las emociones de docentes y estudiantes durante el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Para alcanzar lo anterior, resulta necesario que las autoridades educativas atiendan las diferentes demandas que realiza el personal docente a escala nacional; así como que los directivos a nivel de escuela sean más flexibles en cuanto al desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje y otorguen mayor autonomía a los docentes en la educación escolar básica, para que cada uno de ellos pueda hacer gala de toda su creatividad como vía para fortalecer sus emociones positivas.

Por último, dado que la personalidad es integral, donde las dimensiones: cognitiva-instrumental y motivacional-afectiva constituyen un todo, y esta totalidad también se manifiesta en el proceso de enseñanza-aprendizaje; por ende, la cognición y la emoción constituyen un todo dialéctico, de manera tal que la modificación de una esfera irremediablemente influye en la otra esfera de la personalidad. Por ello, en la educación escolar mexicana contemporánea, los niveles de aprendizaje del alumnado van a depender, en gran medida, de las emociones positivas que manifiesten sus docentes.

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Notas de autor

[2] Licenciada en Psicología Clínica. Sistema Educativo Valladolid. Unidad Tepic. Nayarit. México. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-6460-8125 . E-mail: cj_gs@hotmail.com.
[3] Centro de Investigación e Innovación Educativa de Sistema Educativo Valladolid (CIINSEV). Mazatlán. México. ORCID: https://orcid.org/0000-0001-7644-4984. E-mail: trimino1969@gmail.com.


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