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ANÁLISIS DE LAS DIMENSIONES QUE AFECTAN LA PERCEPCIÓN DE LA INSEGURIDAD EN LA POBLACIÓN MEXICANA
ANALYSIS OF THE DIMENSIONS THAT AFFECT THE PERCEPTION OF INSECURITY IN THE MEXICAN POPULATION
Tla-Melaua. Revista de Ciencias Sociales, núm. 49, 2020
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla

Artículos

Tla-Melaua. Revista de Ciencias Sociales
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México
ISSN-e: 2594-0716
Periodicidad: Semestral
núm. 49, 2020


Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.

Resumen: El presente trabajo aborda la problemática de la percepción de la inseguridad en la población mexicana. El objetivo es determinar a partir de una serie de variables predictivas, cuál es la que más influye en que las personas elijan o no a la inseguridad como el tema que más les preocupa. Para ello, el artículo demuestra que la inseguridad es el principal problema a nivel nacional, define el concepto percepción de la inseguridad, lo desarrolla a partir de distintas dimensiones, explica su funcionamiento y cuestiona acciones político-mediáticas tomadas sin diagnósticos ni fundamentos precisos. Con una metodología cuantitativa de regresión logística binomial, se prueba que la variable que más influye en la percepción de la inseguridad son los asaltos y los robos frecuentes. La aportación del artículo es generar directrices respaldadas en el análisis de los resultados de encuestas nacionales, que puedan traducirse en políticas públicas de seguridad bien enfocadas, delimitadas y respaldadas por la investigación sociológica, las cuales respondan al sentir de la población nacional sobre el tema y actúen en consecuencia. Por último, se establecen las rutas de investigación que pueden dar continuidad a esta investigación y se reconocen las limitaciones del trabajo.

Palabras clave: Percepción de la inseguridad, dimensión política-mediática, dimensión cognitiva-emocional, vacíos de Estado, regresión logística.

Abstract: The present work addresses the problem of the perception of insecurity in the Mexican population. The objective is to determine from a series of predictive variables, which is the one that most influences people to choose insecurity or not as the issue that most concerns them. For this, the article demonstrates that insecurity is the main problem at the national level, defines the concept perception of insecurity, develops it from different dimensions, explains its operation and questions political-mediatic actions taken without precise diagnoses or foundations. With a quantitative methodology of binomial logistic regression, it is proved that the variable that most influences the perception of insecurity are frequent assaults and robberies. The contribution of the article is to generate guidelines supported in the analysis of the results of national surveys, which can be translated into well-focused public security policies, delimited and supported by sociological research, which respond to the feelings of the national population on the subject and act accordingly. Finally, the research routes that can give continuity to this research are established and the limitations of the work are recognized.

Keywords: Perception of insecurity, political-media dimension, cognitive-emotional dimension, state vacuums, logistic regression.

1. INTRODUCCIÓN

Al principio de esta investigación, nos interrogamos si realmente la inseguridad era percibida como un problema importante en el país. Haciendo uso de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2018, se encontró que la inseguridad es el tema que más preocupa a la población con un 62.1% de respuestas afirmativas, le siguen el aumento de precios con 36.8%, el desempleo con 35.5%, la corrupción con 28.8%, la pobreza con 28.7%, la salud con 26.5%, la falta de castigo a los delincuentes con 20.9%, la educación con 19.5%, el narcotráfico con 19.3%, la escasez de agua con 14.8% y, los desastres naturales con 5.4%.1


Gráfica 1
Temas que más preocupan a los mexicanos durante el 2017. Fuente: Elaboración propia con base en la ENVIPE 2018.

Al preguntar sobre la percepción de la inseguridad para lo que restaba del 2018, la gente opinaba que empeoraría en un 42.1%, mientras que seguirá igual de mal, tenía el 32.1% y solamente el 5.15% de personas pensaba que seguiría igual de bien.2 Después nos cuestionamos qué tan frecuentemente se preocupa la gente por llegar a ser víctima de un delito con violencia, a lo cual la mayoría respondió que todo o casi todo el tiempo con un 49.8%, le sigue algunas veces con 27.3%, ocasionalmente con 12.8% y nunca con 10.1%.3 Por último observamos qué tan segura consideraba la gente el lugar donde vive. Se encontró que vivir en su colonia o localidad es seguro en 53.2%; sobre su municipio o delegación el 31.5% opinó que era seguro y a nivel estatal sólo el 22.7% lo consideró seguro.4

Con las estadísticas anteriores, es posible afirmar que para la población mexicana la inseguridad es el tema más preocupante, el cual a corto plazo se percibe empeorando, que la población vive constantemente con el miedo de llegar a ser víctima de un delito y que la gente se siente más segura en su localidad, mientras que ese sentimiento disminuye al preguntárseles sobre los niveles estatales y federales.

Ahora bien, para determinar cuál es el delito que más predice la percepción de la inseguridad de la población mexicana, se utilizó un constructo de quince variables predictivas divididas en tres subcategorías de análisis, las cuales hacen referencia al conocimiento de hechos delictivos ocurridos cerca del lugar de residencia de las personas y se cruzaron con una variable dependiente sobre percepción de la inseguridad.

Bajo este enfoque, el primer apartado presenta la revisión teórica, donde se define el término percepción de la inseguridad. Después se desarrollan las subcategorías de análisis: Dimensión política-mediática; Dimensión cognitiva-emocional y; Vacíos de Estado, de las cuales se profundiza su importancia y particularidades.

En el segundo apartado, dedicado al proceso metodológico, se describen las características de la base de datos ENVIPE 2018. Se detalla la ubicación y composición de las variables utilizadas tanto las predictivas como la dependiente, se elabora una tabla de clasificación acorde a las necesidades del trabajo y se verifica la confiabilidad de las variables para su utilización.

El tercer apartado muestra los resultados de la regresión logística binomial. Se determina que la variable que más influye en que la gente elija o no a la inseguridad como el tema que más le preocupa es “Existen robos o asaltos frecuentes.” La complejidad del tema y los resultados de la prueba muestran que otras variables también influyen, pero en menor grado; no obstante, son analizadas y valoradas según sus características y magnitud de predicción. Por último, en las conclusiones se establecen los aportes de la investigación, las fortalezas y debilidades de la metodología empleada, así como las posibles líneas de investigación que den continuidad a este trabajo.

2. DIMENSIONES DE LA INSEGURIDAD Y VACÍOS DE ESTADO

La percepción de la inseguridad es influida por múltiples factores difíciles de explicar por la interrelación y a la vez independencia que ostentan. Para Gabriel Kessler, se trata de: “una amenaza a la inseguridad física, más que a los bienes, que parecería poder abatirse sobre cualquiera.”5Cruz García agrega que: “es el grado de sospecha personal hacia supuestos asaltantes a partir de sus actos hacia transeúntes, casas o negocios.” 6 Lucía Zedner menciona que se trata de: “un problema social que afecta no sólo a las víctimas de actos delictivos, sino a los elementos de la comunidad que perciben en éstos un riesgo para su integridad.”7 Finalmente, Kessler contempla el papel de los medios de comunicación, ya que estos suelen: “acrecentar la preocupación por la recurrencia de noticias sobre delitos.”8 Para analizar esta multiplicidad de factores retomamos la clasificación que hace Kessler sobre el tema9. La propuesta del sociólogo argentino es sintetizada por Valeria Falleti de la siguiente manera:

El autor propone tres dimensiones relevantes para analizar el sentimiento de inseguridad: una dimensión política relacionada con la inquietud generada por tratarse de un problema social (cuando la inseguridad se vuelve un asunto público); una dimensión cognitiva relacionada con la evaluación y expectativas de victimización; y una dimensión emocional, asociada al miedo de ser víctima (uno mismo o algún ser querido cercano) de un delito.10

Para entender la lógica que subyace a la percepción del sentimiento de inseguridad, se elaboraron tres subapartados de análisis basados en la clasificación anterior, pero incorporando otros elementos a la misma. El primero analiza la dimensión político-mediática; el segundo, la dimensión cognitiva-emocional y el tercero, los vacíos de Estado.

2.1. Dimensión política-mediática

Esta dimensión se refiere al posicionamiento de la inseguridad como un problema público. Ocurre cuando la población tiene más presente el fenómeno de la inseguridad en su vida cotidiana y los medios de comunicación lo potencializan a través de la transmisión de casos sobresalientes en los diferentes espacios informativos como la prensa, la radio y más fuertemente en la televisión.11

Si bien existe una dimensión imaginaria que permea el sentimiento de inseguridad, esto no significa que se ignore la delincuencia real, pero sí visibiliza la influencia de otros factores que no son actos delictivos, como lo son el papel del Estado y los medios de comunicación. En palabras de Lucía Zedner: “este difuso sentido de inseguridad puede verse exacerbado por experiencias personales, la socialización, la imagen que presentan los medios de comunicación de la actividad delictiva o por la influencia de las políticas gubernamentales.”12 Mediáticamente todo cuenta para lograr la explicación que más convenza al público, más no, para encontrar la justicia y/o verdad del caso. Al respecto Stanley Cohen comenta: “el efecto que ellos mismos producen es el más tangible y poderoso, pues moldean el discurso populista y la conformación de la agenda política.”13 Así, como menciona Kessler: “los discursos mediáticos de lo inseguro se imbrican en la vida cotidiana, incidiendo sin dudas en la opinión pública acerca del delito.”14

A partir de la sobrevaloración del hecho criminal se influye en la percepción del miedo y la inseguridad. Carlos Fazio habla de terrorismo mediático cuando las noticias son utilizadas para crear efectos políticos partiendo del pánico y el miedo en la sociedad,15 las cuales son puestas en marcha con el uso de la “propaganda”, que busca: “modificar la conducta de las personas a través de la persuasión.”16 Para Danny Schechter se trata de un “periodismo de guerra”17, cuando a través del discurso oficial se introducen términos militares en la agenda pública nacional,18, configurándose un “conocimiento estándar” sobre el crimen organizado, capaz de explicar todo el proceso, y cada episodio, con dos o tres grandes trazos muy fáciles de entender.”19

A decir de Luis Astorga, es un: “discurso cargado de juicios de valor, generador de informaciones a medias y desinformación, discurso de aspiraciones universalizantes.”20 La creencia ciega en los informes oficiales, la dependencia y la sumisión de los medios de comunicación al control estatal, conforman agendas de seguridad pública basadas en objetivos políticos, más que en estrategias elaboradas por expertos y basadas en datos bien fundamentados. Oswaldo Zavala reafirma lo anterior mencionando que se trata del: “lenguaje oficial que insiste en hablar míticamente del crimen organizado.”21 Al desmontar la narrativa producida por el discurso oficial, este autor asegura que el problema: “obedece más a las estrategias disciplinarias de las propias estructuras del Estado que a la acción criminal de los supuestos “narcos”.22 Es así como a través del periodismo de guerra y la repetición de versiones oficiales sin contrapesos, la inseguridad se posiciona como la prioridad en el espacio público.23

2.2. Dimensión cognitiva-emocional

Esta dimensión entiende la percepción de la inseguridad como un proceso subjetivo individual condicionado por factores externos. Se trata de la evaluación que hacen las personas ante la posibilidad y el miedo de llegar a ser víctima de algún delito, a partir del conocimiento de escenarios de riesgo en su entorno cotidiano.

Una primera característica es la diferencia entre lo objetivo y lo subjetivo. Para Máximo Sozzo la seguridad se divide en dos partes, “el “problema objetivo” del riesgo de ser víctima de un delito y (…) el “problema subjetivo” de la sensación personal y colectiva de temor con respecto a ser víctima de un delito o incivilidad.”24 Según este criminólogo, ambos planos: “se encuentran vinculados pero son independientes es decir, si se produce una disminución en el marco del primero no necesariamente producirá idéntica disminución (o disminución alguna) en el marco del segundo.”25 Kessler también observa dos dimensiones del fenómeno, por un lado, la inseguridad real y por el otro el temor, la sensación o el sentimiento de inseguridad: “lo primero expresaría los datos objetivos del delito; lo segundo, las emociones y demandas que suscita”26 Así, una persona puede sentirse insegura en algún lugar, aunque las cifras reales no muestren incidencia delictiva o, por el contrario, se puede sentir segura en un lugar con altos índices delictivos. De tal forma, es posible establecer que: “el sentimiento de inseguridad no guarda una relación de identidad con el delito y exhibe más bien una autonomía relativa respecto a este.”27 De tal forma, “se confirmaría así que el sentimiento de inseguridad se estructura en torno a las propias percepciones y no en relación con las estadísticas.”28

No obstante, existe un balance entre ambos factores directamente proporcional, es decir, a mayor índice delictivo (delincuencia real), mayor sentimiento de inseguridad y también, mayor temor a ser víctima de la delincuencia. Kessler explica esta simetría con el concepto presión ecológica, así, entre: “más personas victimizadas hay en una ciudad o zona, más información sobre estos hechos circula y se intensifica la preocupación, más allá de haber sufrido o no un delito personalmente.”29 En palabras de Kessler: “el mundo circundante se evalúa tal cual se lo siente o percibe de modo general; si se piensa que todo es más inseguro, se estará más proclive a avistar riesgos y peligros o a afirmar que distintos delitos están muy extendidos en el barrio”.30 El problema es la sobrevaloración de los discursos creados a partir de los niveles de delincuencia (objetivos) que repercuten en la opinión de sociedad (subjetividad) sin que necesariamente sean equiparables de manera correlacional uno y otro factor.

2.3. Vacíos de Estado

Esta dimensión refiere la poca o nula presencia de instituciones públicas que deben garantizar condiciones mínimas de bienestar social, seguridad a la población y conservación del espacio público, pero que en los hechos no cumplen con ese objetivo.

Para Mike Davis se trata de áreas urbanas hiperdegradadas,31 que se desarrollan en la periferia de las ciudades, generalmente cerca de zonas industriales, a las cuales se les consideró: “una serie de anillos concéntricos dispuestos en torno de un distrito comercial central”,32 o cinturones de pobreza, en donde: “sus denominadores comunes son la precariedad, la miseria, el hacinamiento, la carencia de servicios públicos básicos y una ausencia total del Estado; vacío de poder que en muchos casos termina siendo ocupado por bandas criminales.”33 Con el crecimiento de las metrópolis, esos sectores antes marginados, quedaron integrados en las ciudades y dejaron de carecer de los servicios básicos; no obstante, la degradación del espacio social continúa presente. Como expone la Fundación Fundar, la expansión de áreas sin Estado muestra: “el proceso de incremento de la violencia criminal (que) se fue desarrollando a la par de la pérdida de control por parte de los Estados de vastas extensiones territoriales.”34

A partir de la degradación que causa el vacío de Estado, “se crean verdaderos agujeros negros en la estructura social urbana en donde los propios efectos de la segregación llevan a sus pobladores a manifestarse a través de la violencia, la creación de bandas, el incremento de robos, el aumento en el consumo de alcohol y el tráfico de drogas.”35 A pesar de ser considerados delitos, las riñas entre vecinos, el consumir alcohol en la calle, escandalizar en la vía pública, la venta ilegal de alcohol, inclusive los disparos frecuentes, son conductas toleradas por los vecinos, quienes están envueltos en la lógica de regularización y normalización de la violencia en su entorno cotidiano.

En efecto, como menciona Kessler, “a medida que el delito se incrementa en paralelo con la pobreza, la desigualdad y el desempleo, se llega a un consenso por el cual el delito es considerado una consecuencia de la degradación de la situación social.”36 Con lo cual, como menciona Lucía Zedner se configura la sensación de que: “el temor al delito es un fenómeno eminentemente urbano que puede concebirse como una reacción a situaciones como alumbrado público deficiente, vandalismo, edificios sobrepoblados, jóvenes deambulando en las esquinas, ebrios en las calles y otros signos de hostilidad en el entorno.”37 Con el tiempo, las áreas sin Estado consolidan formas donde: “lo que, hace diez años, se consideraba como acciones ilícitas, hoy se tiene por actitudes no delictivas. Se produce a diario una especie de corrimiento.”38 El resultado es que: “la sociedad es cada vez más permisiva a la ilicitud”39

3. METODOLOGÍA

Para saber cuál es la variable que más influye en la percepción de la inseguridad de las personas, se ha recurrido a una metodología cuantitativa. Usando el software estadístico para ciencias sociales (SPSS) por sus siglas en inglés, se analizaron los resultados de la base de datos elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) a través de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2018. La ENVIPE recopila información por áreas demográficas sobre el fenómeno de la victimización delictiva en todo el territorio nacional, también permite hacer estimaciones estadísticas de la percepción social de la seguridad pública y el desempeño de las autoridades.40

La base de datos se divide en siete secciones: I. Tipo de vivienda, II. Hogares y residentes en la vivienda; III. Integrantes del hogar y características sociodemográficas; IV Percepción sobre seguridad pública; V. Desempeño institucional; VI. Victimización en el hogar y; VII. Victimización personal. Acorde a nuestros objetivos se utilizó el apartado IV de la ENVIPE.

La variable independiente se retomó de la pregunta: 4.5 ¿Sabe usted o ha escuchado si en los alrededores de su vivienda suceden o se dan las siguientes situaciones?, en la cual se enuncian quince diferentes escenarios referentes al conocimiento o desconocimiento de algunos delitos y conductas antisociales. Elegimos esas situaciones como las variables predictivas y las agrupamos en tres subcategorías, a saber, 1) Dimensión política-mediática; 2) Dimensión cognitiva emocional y, 3) Vacíos de Estado. La variable dependiente se retoma de la pregunta 4.2 “De los temas que le voy a mostrar, ¿cuáles son los tres que más le preocupan? (Inseguridad AP4_2_05)”, la cual muestra el porcentaje de gente que considera a la inseguridad como uno de los principales problemas del país. Las opciones de respuesta en todos los casos quedaron establecidas como: 0 no se declaró como opción afirmativa y 1 sí. En la siguiente tabla se presentan ambas variables, así como la categorización por tema.


Tabla 1
Clasificación de variables por dimensión de análisis. Fuente: elaboración propia con base en la ENVIPE

Después de la prueba de frecuencia realizada tanto a las variables independientes como a la dependiente, se determinó que todas muestran 0% de datos perdidos; comprobando así que cumplen con los requisitos para trabajar con ellas. La prueba de análisis con tablas cruzadas, de contingencia o Chi-cuadrada, verificó si existía relación entre las variables predictivas y la dependiente.41 Como resultado de la prueba se excluyó de las variables predictivas “Hay prostitución” ya que arrojó un nivel de significancia de .236, lo cual es mayor al nivel de confianza establecido de 0.05. Para el resto de las variables independientes existe relación estadísticamente significativa con la variable dependiente con un P< 0.05.

Finalmente, se realizó la regresión logística binaria, ya que esta: “pronostica la presencia o ausencia de una particularidad o resultado según los valores de un grupo de variables independientes (predictores).”42 Se eligió esta prueba porque la variable dependiente y las predictivas son de tipo cualitativas nominales al tener únicamente dos respuestas mutuamente excluyentes.

4. ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS

La regresión logística binomial esclarece la asociación y el grado de predicción que el grupo de variables explicativas tiene sobre la variable dependiente. Los resultados fueron los siguientes: a) las pruebas de bondad de ajuste muestran que el modelo explica el 62.1% (porcentaje global) del sistema técnico propuesto, lo cual es un nivel aceptable; b) La prueba Chi-cuadrado, arrojó una significancia de 0.000 entre la variable dependiente (inseguridad) y el constructo de variables predictivas; c) La prueba Omnibus de coeficientes de modelo (Chi-múltiple) expuso un nivel de significancia de 0.000. Con todo lo anterior podemos concluir que existe una relación estadísticamente significativa entre las variables predictivas seleccionadas y la variable dependiente, lo cual valida el modelo y la selección de variables.


Tabla 2
Variables en la ecuación. Fuente: Elaboración propia con base en la ENVIPE 2018 y el programa SPSS

A continuación, analizaremos los resultados de la prueba explicando las diferentes secciones con una tabla que contiene el porcentaje válido de respuestas para cada variable predictiva, además se adjunta β, el Exponente β y el nivel de significancia para cada variable.

1) Dimensión político-mediática.


Tabla 3
Variables y resultados de la subcategoría Dimensión político-mediática

Para las cuatro variables que conforman esta subcategoría más del 50% de los encuestados desconocen o no saben que se hayan presentado ese tipo de delitos cerca de su lugar de residencia. A pesar de que todas las variables tienen una β positiva, para el caso de: a) Se vende droga y b) ha habido secuestros, se obtuvo un P>0.05. Es relevante que estas variables no tengan resultados estadísticamente significativos ya que ambos se encuentran clasificados como delitos de alto impacto, lo cual significa que dañan altamente el tejido social, sin embargo, su incremento en términos reales y el conocimiento de estos delitos, no repercute en la percepción de la inseguridad de las personas de manera general.

Para el caso de las variables c) Ha habido homicidios y d) Ha habido extorsiones (o cobro de piso), se observa una β positiva y un P<0.05. A pesar de que en su mayoría la gente no sabe o no ha escuchado sobre este tipo de situaciones, los resultados demuestran que los homicidios en 1.132 veces y las extorsiones en 1.119 veces, predicen a la inseguridad. Debido a que los homicidios son una variable que refleja la violencia en las sociedades, su impacto en la vida cotidiana sí determina la percepción de la inseguridad. El cobro de piso es un delito generalmente silencioso, haciéndolo difícil de localizar y atender, sin embargo, los resultados muestran que también influye en la percepción de la inseguridad.

2) Dimensión cognitiva-emocional


Tabla 4
Variables y resultados de la subcategoría Dimensión cognitiva-emocional

En esta variable, existe una ligera diferencia entre la gente que sabe que ha pasado algún robo o asalto en su entorno con 47% y la que no con 53%. La regresión arroja un P<0.05, una β positiva y un Exponente β de 1.787, lo cual significa que saber que existen robos o asaltos frecuentes predice en 1.787 veces el comportamiento de la variable dependiente. Dentro de esta variable pueden ser contemplados el robo a transeúnte, a negocio, a casa habitación y el robo parcial o total de vehículo. La presiónecológica se hace presente aquí, ya que al ser más frecuente la incidencia de estos delitos, la gente los comenta más entre sus conocidos, aumentando el miedo a la victimización y, por lo tanto, también el sentimiento de inseguridad. Reponer algo robado supone un gasto no programado, lo que significa, una preocupación extra que resolver. Además, el miedo a la victimización lleva consigo el miedo a la exposición a situaciones violentas, es decir, a que durante un asalto o robo se ponga en juego la integridad física, inclusive la vida.

3) Vacíos de Estado



Variables y resultados de la subcategoría Vacíos de Estado-

En el caso de las variables e) Se venden productos pirata y g) Hay invasión de predios, se encontró que la gente no sabe que ocurran estos hechos en 80% o más de las respuestas y tampoco determinan la percepción sobre la inseguridad al tener ambas un P>0.05. A pesar de ser considerados factores que degradan la imagen urbana, no afectan la percepción de la inseguridad. Por su parte, las variables a) Se consume alcohol en la calle, c) Hay riñas entre vecinos, d) Existe venta ilegal de alcohol y, f) Ha habido violencia policiaca contra los ciudadanos, muestran una β negativa, lo cual quiere decir que aumentan la posibilidad de no elegir a la inseguridad como uno de los problemas que más preocupa.

Resulta interesante el caso de la variable a) Se consume alcohol en la calle, puesto que la gente sabe en un 63.9% que esta conducta ilícita ocurre en su entorno y, sin embargo, estadísticamente no es un factor que prediga a la variable dependiente. Esto se explica con el fenómeno de la normalización de la violencia, la tolerancia a las conductas ilícitas y el vacío institucional, las cuales, al repetirse en lo cotidiano, pierden esa característica y dejan de ser consideradas como factores potenciadores de la inseguridad, aunque la teoría las clasifique como prácticas que dañan el tejido social.

Para las variables: b) Existe pandillerismo o bandas violentas, h) Se consume droga e, i) Ha habido disparos frecuentes, se observa una β positiva, lo cual quiere decir que sí predicen a la variable dependiente. En el caso de b) Existe pandillerismo o bandas violentas, la gente no sabe de este fenómeno en un 69.8%, sin embargo, estadísticamente afecta en 1.153 veces la posibilidad de elegir a la inseguridad como el problema que más le importa. Para la variable h) Se consume droga, la diferencia entre la gente que sabe sobre esta conducta y los que no es mínima, rondando el 50% de respuestas; esta variable afecta la percepción de la inseguridad 1.217 veces. Finalmente, para la variable i) Ha habido disparos frecuentes, la gente no sabe que ocurran estos hechos en un 74.1% pero estadísticamente afecta a la variable dependiente en 1.330 veces. Por último, exponemos las variables que más afectan la percepción de la inseguridad en una tabla organizada del mayor nivel de predicción al menor.


Tabla 6
Variables que más inciden en que se elija o no a la inseguridad como el tema que más le preocupa en orden descendente.

5. CONCLUSIONES

No estamos en la posibilidad de asegurar la existencia de una sola variable que determine la percepción de la inseguridad, por el contrario, es el resultado de la interacción entre una serie de factores tanto políticos (papel del gobierno y los medios de comunicación), como objetivos (delincuencia real) y subjetivos (miedo a la victimización), afectados por la degradación del espacio urbano a través de los vacíos de Estado, los que determinan en mayor o menor medida la complejidad del fenómeno.

Sin embargo, a partir de la regresión logística binomial, se demostró que los asaltos y robos frecuentes son los hechos que más predicen a la variable dependiente. Este es nuestro hallazgo más importante, porque exhibe una abierta contradicción con la política de seguridad pública nacional iniciada en el año 2006, basada en el despliegue de las fuerzas armadas federales sobre el territorio mexicano. La militarización del país supuso el desmantelamiento gradual y sistemático de las policías locales, lo cual es un problema porque la participación del primer respondiente en casos de robos y asaltos es ineficiente y poco oportuna. De igual manera las estrategias de prevención y disuasión del delito son prácticamente inexistentes. La combinación de los robos y asaltos frecuentes con la poca efectividad de las policías locales y el concepto de presión ecológica, explican porque esta variable es la que más predice la percepción de la inseguridad.

El caso de los homicidios y las extorsiones es relevante, ya que, si bien predicen el comportamiento de la variable dependiente, no lo hacen contundentemente, o por lo menos no en el grado en que el gobierno federal dimensionó el problema. Pero lo que llama más nuestra atención, es que ni la venta de drogas ni el secuestro tuvieron predicción sobre la percepción de la inseguridad, cuando durante los últimos años han sido dos de los temas prioritarios para las autoridades. Así, la política de seguridad federal de los últimos dos sexenios se fundamentó más en el posicionamiento político-mediático del imaginario sobre el narco y su estilo de vida, que en cualquier tipo de diagnóstico y evaluación basado en tendencias de delitos y la percepción de la población sobre el tema. La legitimación política del uso de la fuerza pública sobre la población civil ocasionó serios problemas a los derechos humanos.

Extender este trabajo supone traducir los resultados obtenidos en políticas de seguridad pública concretas; por ejemplo, proponemos reactivar el papel del primer respondiente de las policías locales a través de verdaderas estrategias de capacitación, profesionalización y evaluación, proveyendo de los recursos necesarios a estos cuerpos policiacos. De no ser así, estaremos lejos de solucionar el problema de los robos y asaltos frecuentes y por lo tanto, de disminuir la percepción que la población tiene de este fenómeno.

Por último, reconocemos las limitaciones de nuestro estudio. El privilegiar el uso de una base de datos y su respectivo análisis estadístico acarrea una serie de limitaciones como la generalización de resultados, lo cual invisibiliza las particularidades de las dinámicas de cada localidad, ignora las diferencias entre clases sociales, edad y sexo, excluye la clasificación del tipo de delitos cometidos, así como la violencia de cada situación. Esto puede dejar la sensación de que el trabajo está incompleto. No obstante, lo que se pierde en profundidad se gana en extensión. De tal forma, la comprensión general de las causas del fenómeno se convierte en la pauta para delimitar nuevos campos de acción.

6. REFERENCIAS

ÍNDICE DE TABLAS

Tabla 1 Clasificación de variables por dimensión de análisis. Fuente: elaboración propia con base en la ENVIPE .............................................................................. 13

Tabla 2 Variables en la ecuación. Fuente: Elaboración propia con base en la ENVIPE 2018 y el programa SPSS ....................................................................... 15

Tabla 3 Variables y resultados de la subcategoría Dimensión político-mediática . 16

Tabla 4 Variables y resultados de la subcategoría Dimensión cognitiva-emocional .............................................................................................................................. 17

Tabla 5 Variables y resultados de la subcategoría Vacíos de Estado- .................. 17

Tabla 6 Variables que más inciden en que se elija o no a la inseguridad como el tema que más le preocupa en orden descendente. .............................................. 19

ÍNDICE DE GRÁFICAS

Gráfica 1 Temas que más preocupan a los mexicanos durante el 2017. Fuente: Elaboración propia con base en la ENVIPE 2018. .................................................. 3

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Zedner, Lucía. «Víctimas.» En Manual de criminología, de Mike Maguire y Rod & Reiner, Robert Morgan. México: Oxford, 2011.

Notas

1 Seguridad Pública” (ENVIPE) 2018, en el sitio beta.inegi.or.mx, publicado el 25 de septiembre de 2018 http://www.beta.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2018/EstSegPub/envipe2018_09.pdf último acceso 21 de febrero 2019. Sección IV. Percepción sobre seguridad pública, pregunta 4.2. De los temas que le voy a mostrar, ¿cuáles son los tres que le preocupan más?
2 Ibíd., pregunta 4.7. De acuerdo con su experiencia, ¿considera que en lo que resta de 2018 la seguridad pública en el país? Mejorará, Seguirá igual de bien, Seguirá igual de mal, Empeorará.
3 Elaboración propia con base en el Latinobarómetro 2017”, en el sitio latinobarometro.org, disponible en http://www.latinobarometro.org/latContents.jsp último acceso 04 de abril de 2019, pregunta P66ST. ¿Cuán frecuentemente se preocupa usted de que pueda llegar a ser víctima de un delito con violencia? Todo o casi todo el tiempo; Algunas veces; Ocasionalmente; Nunca.
4 Elaboración propia con base en: INEGI. (ENVIPE) 2018. Op. Cit., Sección IV, pregunta 4.3 ¿En términos de delincuencia, considera que vivir en (ámbito geográfico es) …? Seguro, Inseguro.
5 Kessler, Gabriel. El sentimiento de inseguridad. Sociología del temor al delito. Buenos Aires, Siglo XXI, 2009, p. 97.
6 García, Cruz. “La estructura de la percepción de la inseguridad pública.” En el sitio: scielo.org.pe, ene./jun. 2012, disponible en http://www.scielo.org.pe/pdf/liber/v18n1/a05v18n1.pdf último acceso 25 de marzo de 2019, p. 40.
7 Zedner, Lucía. “Víctimas”. En Maguire, Mike; Morgan, Rod & Reiner, Robert. Manual de criminología. México, Oxford: 2011, p. 776.
8 Focas, Brenda & Kessler, Gabriel. “Inseguridad y opinión pública: debates y líneas de investigación sobre el impacto de los medios.” En: Revista mexicana de opinión pública, no. 19, julio-diciembre 2015, pp. 41-58, disponible en: http://www.revistas.unam.mx/index.php/rmop/article/view/50200/45720 último acceso 28 de marzo de 2019, p. 41.
9 Kessler, Gabriel. Op., cit., El sentimiento…, p. 96.
10 Falleti, Valeria. “El sentimiento de inseguridad. Sociología de temor al delito.” Tramas. Subjetividad y procesos sociales (UAM Xochimilco), no. 36 (junio 2012): pp. 257-260. Disponible en http://bidi.xoc.uam.mx/MostrarPDF.php último acceso 08 de marzo de 2019, p. 258.
11 Vid. Focas, Brenda. Op., cit., Inseguridad…, p. 41.
12 Zedner, Lucía. Op., cit., Víctimas…, p. 777
13 Cohen, Stanley. Demonios populares y pánicos morales. Desviación y reacción entre medios, política e instituciones. Argentina, Gedisa: 2015, pp. 12-13.
14 Focas, Brenda, Op., cit., Inseguridad…, p. 55.
15 Tómese como ejemplo el caso del asesinato del comediante Francisco Stanley y los usos políticos y mediáticos que sobre este hubo. En: Fazio, Carlos. Terrorismo mediático. La construcción social del miedo en México: México, Random House Mondadori, 2013, pp. 59-70.
16 Ibíd., p. 12.
17 Schechter, Danny. Las noticias en tiempos de guerra. Medios de comunicación: ¿información o propaganda? España, Paidós: 2004, p. 362.
18 Escalante Gonzalbo, Fernando. El crimen como realidad y representación. Contribución para una historia del presente. México, El Colegio de México, 2012, pp. 56-68.
19 Ibíd., p. 56.
20 Astorga, Luis. El siglo de las drogas. El narcotráfico, del porfiriato al nuevo milenio. México, Proceso: 2012
21 Zavala, Oswaldo. Los cárteles no existen. Narcotráfico y cultura en México. México, Barcelona, Malpaso Ediciones: 2018, p. 14.
22 Ibíd, p. 14.
23 Flores, Nancy. La farsa detrás de la guerra contra el narco. México, Océano: 2012.
24 Sozzo, Máximo. “Seguridad urbana y tácticas de prevención del delito.” En: Cuadernos de jusrisprudencia y doctrina penal. En el sitio: pensamientopenal.com.ar, publicado el 04 de abril de 2013, disponible en: http://www.pensamientopenal.com.ar/doctrina/35799-seguridad-urbana-y-tacticas-prevencion-del-delito último acceso 06 de marzo de 2019, p. 5.
25 Ibíd, p. 5.
26 Kessler, Gabriel. El sentimiento…, op.Cit., p. 11.
27 Ibíd, p. 67.
28 Ibíd, p. 94.
29 Kessler, Gabriel. La extensión…, op. Cit., pp. 83-84.
30 Kessler, Gabriel. El sentimiento de inseguridad…, op. Cit., p. 94.
31 Vid. “Ecología de las áreas urbanas hiperdegradadas” en: Davis, Mike. Planeta de ciudades miseria. España, Akal: 2014, pp. 157-193.
32 Dotson, Floyd & Ota, Lilian. “La estructura ecológica de las ciudades mexicanas.” Revista mexicana de opinión pública, no. 11 (octubre 2011): pp. 142-161. Disponible en http://www.revistas.unam.mx/index.php/rmop/article/view/41340 último acceso 26 de marzo de 2019, p. 143.
33 Romano, Ignacio, Coord. “El ranking de la violencia en América Latina.” En el sitio: fundar-fundar.arg. disponible en: http://pdba.georgetown.edu/security/citizensecurity/argentina/documentos/ranking.pdf Último acceso: 21 de marzo de 2019, p. 98.
34 Ibíd, p. 98.
35 Vargas, Ingrid; Grindlay, Alejandro; et. al. “Procesos de cualificación barrial y participativa en asentamientos informales: propuesta para la ciudad de Ibagué (Colombia).” En: Valenzuela, Alfonso (coord.). Ciudades seguras, eficacia colectiva y control social del espacio. Universidad Autónoma del Estado de Morelos, Porrúa, 2011, p. 307.
36 Kessler, Gabriel. El sentimiento…, op. Cit., p. 77.
37 Zedner, Lucía. Víctimas…, op. Cit., p. 777.
38 Sain, Marcelo. El leviatán azul. Policía y política en la Argentina. Buenos Aires, Siglo XXI: 2008, p. 14.
39 Ibíd, pp. 14-15.
40 INEGI. Encuesta…, op. Cit.
41 Quezada, Nel. Estadística con SPSS 24: Lima, Editorial Macro, 2017, p. 138.
42 Ibíd., p. 214.

Información adicional

SUMARIO: 1. Introducción / 2. Dimensiones de la inseguridad y vacíos de Estado / 2.1. Dimensión político-mediática / 2.2. Dimensión cognitivo-emocional / 2.3. Vacíos de Estado / 3. Metodología 4. Análisis de resultados 5. Conclusiones / 6. Referencias



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