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Pertinencia de un dispositivo de Musicoterapia Social Online. Escucha y Arte entre mujeres
ECOS - Revista Científica de Musicoterapia y Disciplinas Afines, vol.. 6, núm. Esp.3, e008, 2021
Universidad Nacional de La Plata

Relato de experiencia profesional

ECOS - Revista Científica de Musicoterapia y Disciplinas Afines
Universidad Nacional de La Plata, Argentina
ISSN-e: 2718-6199
Periodicidad: Semestral
vol. 6, núm. Esp.3, e008, 2021

Recepción: 12 Julio 2021

Aprobación: 11 Septiembre 2021


Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

Resumen: La Mateada y Conversatorio entre Mujeres es una propuesta de Musicoterapia Social del equipo ICMus de Argentina, en formato Online, donde se comparten actividades expresivas, lúdicas y de distintas disciplinas artísticas con el objetivo de facilitar un tiempo y un espacio de encuentro sensible y espontáneo entre mujeres. Nuestras sensaciones cuentan historias, canciones, cuentos, corporalidades, escenas, poemas. Se trata de compartir experiencias y promover la participación y el intercambio en temas de interés. El eje de la propuesta privilegia la escucha como forma principal de acompañamiento y contención emocional. El dispositivo tiene una frecuencia mensual, contempla una duración aproximada de 2 horas por cada encuentro que consta de Apertura, Desarrollo del Tema principal, Síntesis Poética y Cierre. Las dinámicas de interacción son flexibles y se ajustan al interés y deseo de las participantes según la apertura expresiva y/o verbal. Los encuentros son co-coordinados entre musicoterapeutas y participantes, y su formato es abierto y gratuito. El proceso ha construido una trama microsocial que aporta desde la creación colectiva al fortalecimiento de recursos de afrontamiento en tiempos de pandemia. Por último, entenderemos este aporte en relación con la perspectiva decolonial.

Palabras clave: Musicoterapia social, dispositivo online, mujeres, arte colectivo.

Abstract: The mate-session and women live stream it's a proposal of a Social Music Therapy from the ICMus Team from Argentina. It’s an online format where different artistic disciplines, expressive and ludic activities are shared in order to carry out a sensitive and spontaneous meeting among women. Our sensations tell stories, songs, corporealities, scenes, poems. It consists of sharing personal experiences, promoting equal participation and the exchanging of similar issues. The key element of the proposal prioritizes listening skills as the main component for emotional support and accompaniment. The online setting takes place on a monthly basis and lasts approximately two hours. It’s free and open to the public. Each meeting consists of an Opening, the Development of a main subject, poetic Synthesis and Closure. The dynamics of the interactions are flexible and adaptable to the interests and will of the participants according to their expressive or verbal availability. The leadership role of coordinating the meetings is shared between participants and music therapists. This generated a process that has built a micro social network that has contributed to straighten the coping mechanism to face the pandemia times. Finally, we will understand this contribution in relation to the decolonial perspective.

Keywords: Social music therapy, online setting, women, collective art.

Resumo: La Mateada y Conversatorio entre Mujeres é uma proposta de Musicoterapia Social da equipe ICMus da Argentina, em formato online, onde se compartilham atividades expressivas, lúdicas e diferentes disciplinas artísticas com o objetivo de facilitar o tempo e um espaço para encontro sensível e espontâneo entre mulheres. Nossas sensações contam, histórias, canções, contos, corporalidades, cenas, poemas. Trata-se de compartilhar experiências e promover a participação e o intercâmbio sobre temas de interesse. O eixo da proposta privilegia a escuta como principal forma de acompanhamento e apoio emocional. O dispositivo tem uma frequência mensal, contempla uma duração aproximada de 2 horas para cada encontro que consiste em Abertura, Desenvolvimento do Tema principal, Síntese Poética e Encerramento. As dinâmicas de interação são flexíveis e ajustadas ao interesse e desejo dos participantes de acordo com a abertura expressiva e / ou verbal. Os encontros são coordenados entre musicoterapeutas e participantes, e seu formato é aberto e gratuito. O processo construiu um tecido microssocial que contribui desde a criação coletiva até o fortalecimento dos recursos de enfrentamento em tempos de pandemia. Por fim, entenderemos essa contribuição em relação à perspectiva descolonial.

Palavras-chave: Musicoterapia social, dispositivo online, mulheres, arte coletiva.

Introducción

ICMus es un equipo de Musicoterapeutas de Argentina, que desarrolla acciones en salud colectiva, promoción y prevención en el ámbito clínico, psicosocial y comunitario. Como Asociación Civil ofrece también espacios de capacitación y asesoramiento en investigación / acción, a profesionales y organizaciones sociales, de la educación y otras áreas vinculadas al desarrollo humano. Se desempeña en Argentina y articula proyectos con otros países de Latinoamérica. El equipo inició sus actividades en el año 1998 bajo la dirección de Patricia Pellizzari con el propósito de crear el proyecto de investigación Música y Psiquismo (ICMus, 2006). En el año 2004 se asentaron las bases del Programa ICMus y en el 2008 se constituye la Asociación Civil con Personería jurídica N° 33665 con la misión gestionar y promover acciones junto con organismos gubernamentales e instituciones de diferentes ámbitos acordes a su posicionamiento praxiológico y legal.

El dispositivo que se desarrolla en este artículo se enmarca en los lineamientos básicos del modelo ICMus que nuestra asociación plantea y sus objetivos pueden sintetizarse así: a) Innovar en teorías, prácticas e investigación sobre problemáticas clínicas específicas y enfoques de clínica musicoterapéutica ampliada y comunitaria en contextos que lo requieran; b) Desarrollar dispositivos de acompañamiento y contención a niños y niñas, jóvenes, familias y personas adultas en situación de padecimiento, desde una perspectiva de género y de derechos humanos; c) Facilitar y aportar experiencias creativas y participativas que fortalezcan la autoestima, el pensamiento crítico y autónomo, desde las grupalidades, el trabajo en redes, jornadas interdisciplinarias e intersectoriales; d) Capacitar y asesorar a equipos de salud, educación y de ámbitos del desarrollo humano, para la detección de factores de vulnerabilidad, riesgo y/o protección en contextos locales y singularizados.


Tabla 1
Áreas de desempeño de la Asociación ICMus

Dada la interrupción de actividades territoriales a raíz del aislamiento preventivo y obligatorio consecuente de la declaración de pandemia en marzo de 2020, detectamos la necesidad de crear dispositivos que puedan dar algunas respuestas a las demandas de acompañamiento a la comunidad.

Comprendemos que la mateada virtual es una propuesta necesaria y viable en estos momentos en que las mujeres suman a la exigencia por mandatos naturalizados e ideales sociales de ser mujer, madre, ama de casa, esposa, trabajadora, etc., la sobrecarga del aislamiento con menos posibilidades de contención emocional en lo cotidiano relacional.

En relación al malestar invisibilizado, Monique Wittig (2006) argumenta:

“La conciencia de la opresión no es sólo una reacción (una lucha) contra la opresión: supone también una total reevaluación conceptual del mundo social, su total reorganización con nuevos conceptos, desarrollados desde el punto de vista de la opresión... Esta operación de entender la realidad tiene que ser emprendida por cada una de nosotras: llamémosla una práctica subjetiva, cognitiva” (p. 41).

Este dispositivo propone deconstruir y emancipar desde estéticas subjetivantes, ideas, creencias y expresiones en los modos de relación. La experiencia se viene desarrollando desde mayo de 2020 hasta la actualidad. Las destinatarias de este dispositivo son mujeres provenientes de barrios, ciudades y países heterogéneos, con diversidad de ocupaciones, edades y estilos de vida.

La coordinación de cada mateada ha ido rotando entre musicoterapeutas del equipo ICMus, algunas referentes barriales e incluye la participación de otras mujeres, que ofrecen dentro del conversatorio propuestas expresivas para abordar los temas que el mismo grupo va sugiriendo. Por tanto, la concepción del rol profesional y la práctica está dada por el posicionamiento inclusivo, participativo y por el dispositivo que sostiene los roles rotativos de su coordinación.

Creemos que en tiempos de pandemia es de vital importancia propiciar estrategias innovadoras que puedan sortear el aislamiento social impuesto, y generar accesibilidad y contención con propuestas creativas que afecten y fortalezcan un mejor estar a través de la búsqueda de afrontamientos positivos, la expresión de necesidades y nuevas formas de alcanzar proyectos personales y comunitarios.

Al respecto Claudia Bang (2013) propone:

“Un cambio de mirada parece necesario, una apertura que incluya lo colectivo, lo diverso y lo histórico en la lectura de los padecimientos de una época, que nos permita aceptar nuevas demandas, trabajar desde las contradicciones y construir con otros en la heterogeneidad y a partir del desorden” (p. 10).

Desarrollo

“Porque nadie viva en el silencio

Ni en la oscuridad

Porque no seamos invisibles nunca más.

Porque unidas nos sabemos fuertes

Venimos a luchar”

Pedernera, G. Bertoldi, L, Martin B. (2019). Creo. [Canción] en Seremos primavera, SONY Music

(Canción de bienvenida de la mateada)

ICMus es un equipo que permanentemente reflexiona sobre el posicionamiento profesional, de cara a la cultura de época, a los determinantes sociales y a los contextos en donde se desarrolla cada práctica, comprometido desde una perspectiva histórica - social y latinoamericana.

Nos orienta el trabajo en equipo, en red, en continua revisión de lecturas sobre las grupalidades, los procesos de subjetivación y emancipación, basados en la complejidad. Cada Encuentro entre mujeres implica desarrollar una disponibilidad en el presente, un estar siendo, acompañando y atentas a comprender las estéticas como forma sensible de captar los contextos.

Concebimos la metodología como una lógica de intervención y una práctica que privilegia la escucha situada.

Esta perspectiva incluye tramas, tejidos y conflictos que son fuente de oportunidades y creación, en donde la espontaneidad es parte estratégica de la intervención.

En esta nueva composición plural, atravesadas todas por la pandemia, proponemos repensarnos, y ofrecer, como trabajadoras de la salud, alternativas innovadoras para afrontar la situación de la mejor forma posible.

Encuentro, conversatorio, mateada, son formas de nominar - describir esta propuesta de Musicoterapia Social, que se construye cada vez, orientada a los siguientes objetivos: acompañar a las mujeres respecto de las sensaciones y sentimientos que genera el estado de aislamiento en la vida cotidiana; escuchar horizontalmente las experiencias de vida; hacer lugar al intercambio y al diálogo sobre las preocupaciones, problemáticas y afrontamientos posibles; promover la interacción expresiva como búsqueda de sensibilización y encuentro de nuevas formas para crear salud y bienestar; reconocer los propios límites y explorar la autoprotección frente a las violencias; reconocer los propios deseos, la energía vital y la esperanza frente a situaciones de estrés; facilitar el lazo social y la red significativa entre mujeres a través de medios alternativos como los digitales.

Características de la propuesta social

Consiste en un encuentro mensual de aproximadamente dos (2) horas de duración, desde la modalidad Online, por plataforma zoom. Es una propuesta abierta, gratuita y dirigida al colectivo de mujeres.

La convocatoria se realiza a través de las redes sociales, listas de difusión y de boca en boca por las mismas participantes, que han generado una incipiente red a través de sus testimonios.

La metodología se fue construyendo y delineando a medida que los encuentros produjeron repitencias significativas que decantaron un formato funcional y fluido.

Así, observamos un primer momento de contacto visual, de bienvenida y puesta en escena de las sensaciones que deseen compartir las asistentes; un segundo momento de enfoque al tema principal a través de alguna performance, actividad lúdica, expresiva, receptiva y/o participativa; un tercer momento donde se despliega la conversación; un cuarto momento de síntesis poética y/o estética de la experiencia, y por último un cierre de movimiento espontáneo o baile, a modo de despedida.

La metodología puede rigidizar el dispositivo. Estar atentas a ello posibilita ciertos hallazgos: en este caso nos permite organizar algunas variables como el tiempo, los ritmos, las densidades, las energías, los roles, los cambios de coordinadoras. La representación de diferentes momentos dentro de cada encuentro abre la oportunidad de equilibrar protagonismos, encontrar las lógicas secuenciales de las actividades y descubrir habilidades, preferencias y fortalezas de las asistentes y de la coordinación.

Así, los encuentros se desarrollan manteniendo la espontaneidad y las formas singulares de involucrarse de cada participante y respetando los tiempos, ritmos y presencias según deseen prender o apagar cámaras y micrófonos.

Si bien las intervenciones online no se encuentran reguladas actualmente en nuestro país, consideramos que la estrategia protege la privacidad de las participantes (no se graba, ni replica en las redes) y se enmarca en las incumbencias establecidas por nuestra Ley de ejercicio profesional LN 27153, en el art. 6° -“Los musicoterapeutas o licenciados en musicoterapia están habilitados para las siguientes actividades: a) Actuar en la promoción, prevención, atención, recuperación y rehabilitación de la salud de las personas y de la comunidad a partir de las experiencias con el sonido y la música”.

El fundamento de este dispositivo se sostiene en el diálogo colaborativo y desde un enfoque de derechos y de género.

Mencionamos a Claudia Bang (2013), respecto de los abordajes comunitarios:

“En una sociedad donde prima el individualismo y el aislamiento social, estos abordajes se presentan como espacios de resistencia que privilegian lo vincular, inclusivo y territorial, un auténtico espacio de encuentro. En el campo de prácticas en salud mental, estos territorios de producción de subjetividad tienen lugar en las grietas, en los márgenes, haciéndose lugar desde los bordes” (p. 8-9).

La mateada se constituye como un territorio de producción de subjetividad en el borde de lo público y lo privado abriendo desde esa grieta, la oportunidad de elegir aquello que se desea revelar: la casa íntima, los espacios propios y relatos personales. En la multiplicidad de ventanitas online se abre una transicionalidad, emergencia del obrar la obra, un objeto/discurso estético en común.

Técnicas y Recursos de Intervención

Las técnicas y los recursos utilizados corresponden a un dispositivo de la Musicoterapia Social que hace trama en la horizontalidad, en el aquí - ahora y que se incluye en la perspectiva de salud crítica y colectiva.

Hemos utilizado recursos de diferentes lenguajes artísticos como el literario (cuentos y poesías), la danza (movimiento libre), la plástica (máscaras, títeres, dibujos y diseños digitales), el teatro (dramatizaciones libres) y la música editada.

Como musicoterapeutas sabemos que nuestro hacer propone a la música y a lo sonoro como formas sutiles de abordar la escucha intersubjetiva y lo que la vida hace presente en la musicalidad vinculante y relacional.

Las técnicas en musicoterapia social pueden replicarse cuando los contextos lo ameritan: la improvisación, el canto grupal, la composición, la reinvención en la interpretación de canciones, en los juegos de improvisación espontánea y en la sonodramatización que son, en este caso, utilizadas también en fusión con los recursos expresivos antes mencionados. Las técnicas no son utilizadas de manera ingenua, posibilitan abordar temas del cotidiano contemplando diferencias en aspectos muy centrales del encuentro, como edades, contextos sociales, ideologías, culturas y hasta horarios ya que algunas mujeres participan desde Europa, México, Chile, Brasil, Ecuador, Colombia, EE. UU.

¿Cuáles son las temáticas de interés para estas mujeres? Son, entre otras, la dificultad de poner límites y decir no a requerimiento de otres, la necesidad de sentirse escuchadas al compartir recuerdos y experiencias de la propia historia, reflexionar sobre el cuerpo de las mujeres y su relación a estereotipos sociales, la sexualidad, la eterna juventud y la moda; vivencias y sensaciones de lo cotidiano; la soledad, la ansiedad, el disfrute, la libertad de jugar, de reír y el cuidado de la energía creadora.

Estas temáticas han sido abordadas desde diferentes planos. Justamente las técnicas expresivas e interactivas tienen un carácter experiencial y lúdico que favorecen los procesos de expresión y encarnadura. De este modo se propicia el enlace entre el sentir, el pensar y el actuar. La musicoterapia acompaña procesos de revalorización de la matriz cuerpo – discurso y busca resignificar y reinventar el valor de la palabra.

Preferimos ahondar sobre la ficcionalidad y andar por senderos que valoren la aceptación de singularidades por sobre linealidades causales, categorías, rótulos y generalizaciones.

Nuestra mirada intenta abarcar la complejidad de los contextos en donde las vulnerabilidades y afrontamientos se desarrollan, escuchando también aquello que insiste como saludable, potencial y bello en lo cotidiano.

Nuestra especificidad como musicoterapeutas se orienta a una escucha sensible en donde el pensamiento y los procesos estéticos inauguran formas de conocer las realidades priorizando la incertidumbre y la contrastación para abrir mundos posibles.

Apostamos a la estética como forma de abordaje comunitario vinculada a los procesos terciarios que describe Fiorini (1995) a partir de diferentes dimensiones: pensamientos, procesos y productos estéticos. Estas dimensiones están habitadas por los cuerpos, las afectividades, las formas, el lenguaje y las marcas simbólico/culturales del discurso.

Entonces estética, historicidad y política se anudan, hay una interdependencia entre ellas.

La estética se asume en la composición y en cada acto. Los intercambios se sostienen en lógicas de posicionamiento político.

Política del decir y del hacer. De la mirada, del encuentro, del abrazo, política del intercambio desde abajo, horizontal, política como acto de estar, estar siendo en el presente de la escucha. En sintonía con la escucha.

Las participantes de la Mateada crean en tiempo real y se hacen escuchar.

Una mujer lee un cuento de autoría propia. Una historia de violencia escrita en el cuerpo. Mujeres que sufren. Un dolor se repite a lo largo de la historia familiar. El silencio, lo no dicho, lo naturalizado. Luego del relato, se sucede un momento de conversatorio. Hacia el final del encuentro, otra mujer nos lee un poema improvisado en tiempo real durante la actividad. (ver figura 1)


Figura 1
Poema sin título
Nota. Autora Andrea Baressi

En la siguiente mateada, el poema da lugar a una conversación sobre lo doméstico. Las fortalezas de las mujeres de todos los tiempos. La costura, la trama. La intimidad entre mujeres mientras tejen o cosen.

Apremia escucharnos…Lo singular de cada situación, sin desoír las tensiones y conflictos que trae todo lo que fluye, lo que deconstruye, lo que se transforma.

Aquello que percibimos diferente, extraño, novedoso es muchas veces resistido. Proponemos una Musicoterapia que promueva la participación como sujetos de transformación social.

Nos interesa comprender cómo funciona la vulneración de derechos y situar la improvisación sonora como devenir subjetivante de empoderamiento.

Apostar a lo colectivo y al trabajo comunitario significa confiar en la red que se va armando tras un diálogo que no busque satisfacer protagonismos y saberes acabados, sino crear una obra colaborativa (Ver figura 2).


Figura 2
Composición gráfica digital

Una compañera ingresa tarde y se encuentra con una pizarra llena de trazos, formas, colores. Escucha mujeres improvisando vocalmente, observa y escribe en el cuadro “Oh Qué será, ¿qué será?”

Esa pregunta se incorpora a la improvisación sonora y se va deslizando en melodías,



“qué será, qué será
no sé de qué se trata,
me gusta no saber de qué se trata,
me gusta andar para saber.
Mi corazón escucha y canta, aunque no sé de qué se trata,
aunque no sé de qué se trata…
canta, canta, canta mi corazón que canta y mi cuerpo no, no puede no moverse cuando el corazón canta tengo un corazón acá para entregar, mi corazón les canta
baila, baila corazón que baila…”

(Desgrabación textual de la improvisación vocal realizada durante una mateada. Se mantiene el anonimato de las participantes para proteger su intimidad).

Es posible que una duda devenga canción cuando el espacio lo habilita. Observamos aquí la potencia de la creación colectiva y la sinergia entre las diferentes expresiones de las participantes.

Hay una relación posible entre el canto y el discurso amoroso, así Barthes (1982) expresa: “El canto es el suplemento precioso de un mensaje vacío, enteramente contenido en su intención, puesto que lo que regalo cantando es a la vez mi cuerpo (a través de mi voz) y el mutismo con que lo golpeas” (p 51).

Nuestras intervenciones procuran construir trama social a través de actividades de sensibilización, problematización y búsqueda participativa de soluciones a problemas planteados por la grupalidad y sus emergentes.

Abordar una temática o hecho social y partir de allí para abrir al intercambio, en este caso entre mujeres, considerando la singularidad de sus historias y creando actividades acordes a sus intereses, necesidades y motivaciones.

Sensibilizar – nos para explorar y descubrir la humanidad que nos habita.

Desde la emocionalidad que conmueve al pensamiento crítico que observa, analiza, deconstruye y se reinventa.

Confiamos en la emergencia de lo bello por la profundidad de lo simple, de lo compartido, de la trama genuina.

Trazos de lo propio, que dibujan, tejen, no sin tensión en sus hilvanes, nudos a desatar, grumos en la masa, un gran desafío a trabajar y a amasar, con mutualidad respetuosa que genera confianza y lazos en la efímera permanencia del zoom.

Aparece en escena una mujer tocando el violín (ver figura 3) y otra dispuesta a dejarse llevar por esa cadena de sonidos hasta el papel en blanco. Al poco andar ya no se sabe quién determina a quien, quien contagia a quien, y un nuevo plano de la realidad toma forma, cuerpo y sentido. Una obra que es línea, color y sonido. Una otredad dignificada por el asombro de una veintena de mujeres que forman parte del escenario energético y artístico que allí se está construyendo en tiempo real.


Figura 3
Improvisación en vivo
Nota. Captura de pantalla del conversatorio. Imagen autorizada para ser difundida.

No hay objetivos, no hay expectativas. Hay un presente que crea colaboración, proyecto y entusiasmo social. En esas luchas y sinergias cotidianas es donde se cultivan y crecen las redes colaborativas que tanto precisamos como sociedad.

Desde esta disponibilidad, la expectativa da paso a una ética de la incertidumbre y de la complejidad (Morin, 1995) que basa el hacer estético grupal en la espontaneidad y el trabajo con el emergente.


Figura 4
Revitalizando la obra

En la figura 4 observamos un fragmento del cuadro pintado por una de las participantes de la mateada, artista plástica, quien recibió la imagen digital (figura 2) y le incorporó una marca personal a modo de regalo para la siguiente mateada.

Como expresa Claudia Bang (2013) “Hemos encontrado en la creatividad colectiva una clave para pensar la salud mental en el ámbito comunitario” (p.8).

Un viernes de mayo nos encontró creando regalos. El regalo dispone una escena de gestos, miradas, corporalidades. Coloca en una posición de receptividad a quien lo recibe, pudiendo propiciar alegría, asombro. Crear un regalo al decir de Roland Barthes (1982) “es caricia, sensualidad: vas a tocar lo que he tocado, una tercera piel nos une” (p. 50).

Un obsequio para dar al grupo. Lo modelamos con las manos, con el cuerpo, con la imaginación, mientras la música sonaba, por momentos tenue y en otros inquieta, aligerada. Luego, cada una puso en palabras aquello que había creado para regalar. Finalmente, en la mixtura de frases dispuestas al azar, quedó registrado este poema grupal:



“Cobijas de Abuela tejidas de colores que abrigan, la sopa de la abuela, calentita.
Alas para volar nuestros sueños, y volar. Un sol amarillo, una orquesta con un piano que nos
haga bailar, un baile bordado.
Una tortuga para ir despacio, para zambullirnos en un baño de sal, y un pañuelo para
cubrirnos y descubrirnos cuando queramos.
Una pelota de trapo blandita para jugar. Un caleidoscopio para ver los colores de la historia.
Un abrazo que nos cuide.
Somos nosotras las que escribimos la historia”

Podemos advertir cómo el juego abre a la posibilidad de un reposicionamiento subjetivo, al empoderamiento que inaugura nuevas habilidades, al sentimiento de poder transformarse, reinventarse, partiendo de la confianza en sí mismas, fortalecidas por una energía vital que las reúne sanando heridas.

Mignolo (2014) trae una reflexión al respecto:

“La modernidad produce heridas coloniales, patriarcales (normas y jerarquías que regulen el género y la sexualidad) y racistas (normas y jerarquías que regulen la etnicidad), promueve el entretenimiento banal y narcotiza el pensamiento. Por ello, la tarea del hacer, pensar y estar siendo descolonial es la sanación de la herida y de la viciosa compulsión hacia el “querer tener” desprendernos de las normas y jerarquías modernas es el primer paso hacia el re-hacernos. Aprender a desaprender para reaprender de otra manera, es lo que nos enseñó la filosofía de Amawtay Wasi” (p. 8).

Conclusión

“Las voces se sueltan jubilosas, trascendiendo con su canto las heridas”

(Testimonio de una participante).

Hacia el final de cada encuentro escuchamos la valoración y la gratitud de las mujeres al sentir lo valioso del haber estado presentes, de dedicar un tiempo para acompañarse, en un espacio que permite crear nuevas situaciones de reflexión, de juego y de encuentro con la sensibilidad.

Desde mayo de 2020 hasta la actualidad han participado de estos encuentros aproximadamente 300 mujeres, siendo un porcentaje estimativo del 20% quienes asisten con asiduidad.

Queremos resaltar también el acompañamiento y participación de las mujeres que día a día se desempeñan como referentes comunitarios, surgiendo de una organización, de un colectivo o simplemente como vecinas que deciden visibilizar las demandas y necesidades del colectivo de mujeres y multiplican nuestra convocatoria en los barrios.

Las referentes barriales son mujeres que encarnan la voz de muchas vecinas, buscando incansablemente soluciones a situaciones de inequidad, derechos vulnerados etc. Denuncian en las redes barriales, gestionan trámites y se preocupan por la accesibilidad al cuidado de otras mujeres en estado de vulnerabilidad. Es solo por su voz y la comunicación boca en boca que suceden rupturas de barreras simbólicas y un mayor acercamiento de vecinas a este espacio.

La inclusión en las políticas públicas de alternativas de cuidado, protección y acompañamiento emocional a través de abordajes territoriales quedaron muy acéfalas en esta coyuntura y las organizaciones sociales de Latinoamérica están sobrecargadas de denuncias de altísima gravedad, como violencia de género, maltrato infantil, adicciones, cuadros de pánico etc. (Cuadernos Médicos Sociales, 2021, p. 19-32).

La crisis a partir de la pandemia, ha dejado, en muchos casos, a organizaciones sociales sin la posibilidad de conveniar con los gobiernos municipales, provinciales, de CABA y nacionales, porque como es de público conocimiento, se han privilegiado subsidios y contrataciones para abastecer necesidades consideradas básicas de alimentación/atención médica y monitoreo de COVID19.

Nuestro propósito sigue siendo llegar a esos hogares, a esas mujeres. Muchas de ellas atravesando situaciones de aislamiento y soledad emocional, duelo por pérdidas de seres queridos, entre otros. El problema de conectividad no es menor para el acceso a la ayuda y a la contención.

Es por ello que una de las estrategias centrales de nuestra acción es la construcción y participación colaborativa en las redes barriales y organizaciones sociales existentes.

Algunas de nuestras conclusiones preliminares se nos presentan como interrogantes para seguir ahondando en la experiencia. Sintetizar los resultados de una vivencia que, como rizoma (Deleuze, Guattari, 1977), expande sus bordes y se despliega en lógicas de la corporalidad, de la afectividad y de la racionalidad es todo un desafío. Pero es justamente este acontecimiento polisémico, corpóreo y social, el que queremos subrayar como campo de deconstrucción y decolonización, tanto del conocimiento, como de los dispositivos que responden muchas veces, sin advertirlo, a una ideologización hegemónica. “El control colonial impide a las conciencias situarse en su paisaje y expresarse a partir del mismo; su discurso es capturado por un poder político que lo persuade u obliga a localizarse con referencia a centros geográficos impuestos a la subjetividad por la poderosa retórica administradora del mundo, es decir, la retórica colonial” (Segato, 2015, p. 51).

La normatización de los componentes de la salud, del riesgo, del padecimiento, como de las metodologías, terapéuticas y teorías de análisis de los discursos son formas de violencia y de colonización.

La aparición de la estética, la mirada y la escucha abiertas a una poética de la resonancia (Pellizzari, 1993), produce acontecimientos significantes. Una ética del no saber que explora las relaciones complejas e indisociables entre observador y observado, entre experiencia y producción de sentido, entre el ser vivo y su medio, entre el ciudadano y el colectivo, entre nosotras y todos (Najmanovich, 2019).

Posicionarse desde el no saber implica un enfoque situado en contextos y singularidades y basado en los derechos humanos.

La Musicoterapia Social puede ser narrada por los colectivos que la construyen a través de sus producciones y efectos de sentido, pero no encarcelada en una definición académica.

Una Musicoterapia Social no puede tener límites, ni rejas, porque eso atenta contra la autorregulación de los actos comunitarios y emancipadores.

Así podemos entrar en campos de tensión, y de cuestionamientos que se irán develando y ajustando saludablemente con el tiempo o a través del ejercicio de la ley. ¿Musicoterapia Popular, Musicoterapia Feminista, Musicoterapias Partidarias?... antes fueron Musicoterapia Psicoanalítica, Musicoterapia Cognitiva, Modelos de Musicoterapia etc. ¿Podemos acusar de anti éticas o colonizadoras a las teorías que realizan interpretaciones sobre realidades singulares? ¿La ciencia es un ejercicio de colonización y/o dominación? ¿Naturalizamos esos marcos, generalizaciones, supuestos y/o categorías? Ni siquiera denominarnos como Adisciplina Estética nos salva de marcos y paradigmas que buscan instalarse y legitimarse en función de la deconstrucción y reinvención de nuevos marcos praxiológicos.

“El pensar y hacer descolonial, base del desprendimiento, no es tampoco un pensamiento para “aplicar” (subsidiario de la distinción teoría y praxis), sino que es el acto mismo de pensar haciéndonos, de modo dialogal y comunitario. No es un método, sino una vía, un camino para rehacernos en la búsqueda de formas de vivir y de gobernar (nos) en las que no vivamos para trabajar/producir/consumir, sino que trabajemos para convivir. Las dificultades que los estados y las corporaciones ponen a la marcha de estos proyectos y procesos no deben ser ignorados, pero tampoco debemos rendirnos ante ellos” (Mignolo, 2014, p. 7- 8).

Como equipo vivimos un tiempo de profunda reflexión sobre nuestras prácticas y posicionamiento. No nos asustamos de las convicciones, pero las sometemos a la contrastación permanentemente dialogando con otros equipos e instituciones preocupadas por lo social y su porvenir.

Este dispositivo nos trae vivencias inéditas de grupalidad y de género, formas cuidadosas y energéticas de compartir, una alegría conmovedora. Sin duda, una de las experiencias más bellas que atravesamos como mujeres y como musicoterapeutas.



“Creo
Y atrás queda la noche
De quien no tiene voz
[…]
Porque despertamos para siempre
Y ya no hay vuelta atrás
Porque no seamos invisibles nunca más”

Fuente: Pedernera, G. Bertoldi, L, Martin B. (2019). Creo. [Canción] en Seremos primavera, SONY Music (Canción de bienvenida de la mateada)

Referencias

Bang, C. (2013). Estrategias comunitarias en (promoción de) salud mental: una práctica posible para el abordaje de problemáticas psicosociales complejas. Revista Topia. Noviembre 2013. https://www.topia.com.ar/articulos/estrategias-comunitarias-promoci%C3%B3n-salud-mental-una-pr%C3%A1ctica-posible-abordaje

Barthes, R. (1982). Fragmentos de un discurso amoroso. Ed. Turolero.

Cuadernos Médicos Sociales (2021). Regulación administrativa de la pandemia y sus efectos en la población, 61(1), 19 - 32. Chile.

Deleuze, G., y Guattari, F. (1977). Rizoma. Ediciones Coyoacán.

Fiorini, H. (1995). El psiquismo creador. Editorial Lugar.

Eruca Sativa. (2019). Creo. Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=g0kfSyVYWoo

Ley de Ejercicio profesional de la Musicoterapia N° 27153, (2015. Publicada en el BORA del 03-Jul-2015 https://www.argentina.gob.ar/normativa/nacional/ley-27153-248823

Mignolo, W, (2014). Introducción. En Lucena, I. Mignolo, W. Lugones, M. Tlostanova, M. Género y descolonialidad. Ediciones del Signo.

Morin, E. (1990). Introducción al pensamiento complejo. Editorial Gedisa.

Najmanovich, D. (2019). Complejidades del saber. Editorial Noveduc.

Pellizzari, P., Kinigsberg, F., Tuñon, G., Brusco, C., Patles, D., Menendez, V., Villegas, J., y Barrenechea, E. (2011). Crear Salud. PP Editora.

Pellizzari, P. (1993). El malestar en la voz. Resio Editor.

Segato, R. (2015). La crítica de la colonialidad en ocho ensayos. Ed. Prometeo Libros.

Wittig, M. (2006). El pensamiento heterosexual y otros ensayos. Editorial Egales.



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