Artículos
Recepción: 05 Agosto 2019
Aprobación: 04 Diciembre 2019
Resumen:
Este
artículo, pretende demostrar cómo se determinaron y unificaron las densidades
urbanas que requiere el Distrito de Buenaventura; para convertirla en una
ciudad sostenible, que permita generar más unidades habitacionales. La misma,
posee una zona insular altamente densificada contraria a la continental, que
tradicionalmente ha tenido una morfología urbana, caracterizada por la
dispersión de sus asentamientos; permitiendo la existencia de varios vacíos
urbanos periféricos.
Por lo tanto, a través de un proceso matemático, y
tomando de base la información estadística de 11 anteproyectos de modelación
urbana; se determinaron las densidades propuestas, acordes a las
características y normativas de la ciudad. Esto permitió generar 4.400
viviendas más, dentro de estos vacíos urbanos, creando una regeneración urbana
que aprovecha toda la infraestructura existente. Sería pertinente, que las
autoridades locales consideren estos resultados; para implementarlos en la actualización
del Plan de Ordenamiento Territorial.
Palabras clave: Densidades, Regeneración Urbana, Ciudad Sostenible, Ordenamiento Territorial, Normatividad.
Abstract:
This article aims to demonstrate how the urban densities required by the Buenaventura District were determined and unified; to turn it into a sustainable city, which allows generating more housing units. It has a highly densified insular area contrary to the continental one, which traditionally has had an urban morphology, characterized by the dispersion of its settlements; allowing the existence of several peripheral urban voids.
Therefore, through a mathematical process, and based on the statistical information of 11 preliminary urban modeling projects; the proposed densities were determined, according to the characteristics and regulations of the city. This allowed to generate 4,400 more homes, within these urban voids, creating an urban regeneration that takes advantage of all the existing infrastructure. It would be pertinent for the local authorities to consider these results; to implement them in updating the Land Use Plan.
Keywords: Densities, Urban Regeneration, Sustainable City, Territorial Ordering, Regulations.
Introducción.
Desde la mitad del siglo XX, se ha evidenciado la alta densificación de la zona insular de Buenaventura, muy contrario a la baja, presentada en la zona continental (ver Figura 1); que tuvo su desarrollo mediante asentamientos formales e informales, paralelos y dispersos sobre la vía férrea y carretera Simón Bolívar (Botero, 1968), evidenciándose, la génesis del proceso urbanístico de forma lineal de la misma (ver Figura 2). Efecto de desarrollo natural de las ciudades, cuya tendencia de concentración de altas densidades se ubican cercanas a las zonas céntricas y van decreciendo hacia las periferias (Jiménez, 2015); como ha sucedido en Buenaventura, con una Isla de Cascajal altamente densa, ya que desde sus inicios los asentamientos se desarrollaron alrededor del puerto y su centro administrativo (Botero, 1968).
Pero todavía Buenaventura en su zona continental, sigue presentando una morfológica fragmentada, segregada y poco compactada, siendo la peculiaridad de muchas ciudades latinoamericanas (Yunda y Montenegro, 2019); donde los crecimientos son desordenados y en el que su dispersión de crecimiento urbano, supera en proporción a su crecimiento poblacional (Piña, 2018). El desarrollo de este tipo de asentamientos que son poco densas, desordenadas, discontinuas, con grandes vacíos urbanos, falta de equipamientos e infraestructura; es debido a la ausencia de planificación urbana, sobre lo que repercute en los costos de transportes, calidad del espacio público y calidad de vida de sus habitantes (Gómez, 2018).
Al contrario, existen ciudades con altas densidades, las cuales tienden a ahorrar energía, incrementan su eficiencia, economizan tiempo, costos y disminuyen el impacto negativo sobre el medio ambiente; siendo una nueva tendencia de modelo urbano, donde además se busca equilibrar el espacio público, localizar bien las áreas residenciales, entre otros aspectos (Ramos, 2017). Aunque muchos argumentan que la densificación es perjudicial para los sistemas naturales, la movilidad y la calidad de vida de la personas (Carrasco, 2020); su resultado arroja en una ciudad, con combinaciones de tejidos urbanos de diferentes densidades (Jiménez, 2015), implementado por la variedades entre estas y los usos del suelo (Zumelsu y Espinoza, 2019), derivando en estructuras urbanas sostenibles y económicamente más eficientes (Treija et al. 2019).
En la actualidad, el crecimiento de muchos asentamientos se han dirigido hacia los lugares menos densos que están alejados de los centros urbanos (Pérez, 2019), tendencia de periferia urbana muy marcada por la influencia de los constructores privados en países latinoamericanos como: México, Brasil y Colombia (Libertun de Duren, 2017), y europeos como: Noruega (Elvestad y Holsen, 2020) y Suiza (Debrunner et al. 2020); donde la expansión urbana posee una tendencia generalizada entre el consumo del suelo y la caída de la densidad (Garcia, 2019), algo ocurrente en los vacíos urbanos periféricos de la zona continental de Buenaventura.
El diseño urbano en el ordenamiento territorial, logra integrar el proceso dado entre la planificación y el edificio; precisamente donde más se evidencian las fallas de planeación urbana (Montrezor y Bernardini, 2019), que es donde se genera, la imagen de ciudad poco densa. Por eso, en la actualidad aparece el concepto de regeneración urbana, como solución de muchas urbes, a enfrentar de manera integral las problemáticas de segregación, desfragmentación, obsolescencia entre otros (Bustos, 2019); concepto que debe contemplarse desde cuatro perspectivas como: la de las políticas, del programas, de procesos y de los proyectos:
“Políticas activas, capaces de implementar programas operativos, y dinamizar procesos integrados implantados en el territorio que se despliegan en varios proyectos. El proyecto de regeneración urbana es el aspecto más cercano a la ciudadanía y al territorio, aunque debe formar parte de un proceso más amplio para la ciudad o región. Las actuaciones de regeneración urbana deben ser entendidas desde una perspectiva integral, pues operan más allá de los objetivos, aspiraciones y conquistas de las reformas urbanas y del desarrollo urbano, y van más allá de la transformación del espacio físico, puesto que deben orientarse hacia la transformación socioeconómica y hacia un cambio en las formas de la gobernanza.”(Remesar, 2019, p. 5).
Regeneración urbana, que deberá propender para una ciudad sostenible, que cumpla con los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible (Gonzales, 2018), donde sus propósitos se alineen con la planificación, la estructura urbana y el sistema de gobierno (Ramos, 2017); por lo que la definición y medición de esta forma sostenible, se ha convertido en un desafío para gobernantes internacionales y locales, planificadores urbanos y arquitectos, a proponer nuevas normativas para la reestructuración y rediseño de las áreas urbanas (Zumelsu y Espinoza, 2019). En este sentido, el abordaje del concepto de sostenibilidad, se hace bajo seis criterios[1] donde uno de ellos es el de la densidad; criterio sobre el cual, no existe una definición consensuada ni tampoco una regla o parámetro de aplicación de usos y densidades en una zona específica urbana (Zumelsu y Espinoza, 2019), por lo tanto su aplicabilidad depende de las características específicas de cada territorio y a la decisión autónoma de su autoridad.
Por eso resulta importante el concepto de densidad, porque ella siempre hace relación a la forma urbana; pero como un elemento intangible diferente, a las características físicas del espacio urbano o sea diseño urbano (ver Figura 3):
“…la densidad o la nodalidad[2], que se relacionan a su vez con la configuración del medioambiente social y su interacción dentro de barrios o distritos residenciales. Esta visión integradora entre los usos y usuarios es parte esencial de la noción de forma urbana sostenible en la actualidad”. (Zumelsu y Espinoza, 2019, p. 83).
Por lo tanto, al hablar de sostenibilidad urbana, nos referimos paralelamente al concepto de densificación, el cual ofrece ventaja en la planeación de la ciudad porque reduce su consumo de energía, permitiendo mejorar la medición de su sostenibilidad desde su morfología urbana (Ramos, 2017); minimizando el sesgo socio-espacial, mediante el uso de infraestructuras y servicios existentes (Piña, 2018), por lo tanto este concepto ha surgido globalmente como una fuente importante de planeación y desafío político (Dunning et al. 2020). Lográndose además, el acceso y distribución de áreas verdes urbanas de forma equitativa a toda la población, para mejorar su calidad de vida (Sierra, 2018); evitando por supuesto, que los nuevos asentamientos densificados, en el tiempo se conviertan en guetos verticales, si precisamente las regulaciones urbanas no son controladas (Vergara y Asenjo, 2019).
Siendo así, en Latinoamérica ese otorgamiento de planificación urbana se descentralizó a los gobiernos locales, como en el caso de Perú con la Ley 27680 (Granados, 2019), Brasil Ley Federal 10.257/01 (Rodrígues, 2018), y Colombia Ley de ordenamiento territorial (Ley 388 de 1997, 1997); lo que dio como resultado la expedición de los respectivos planes de ordenamientos territoriales, como el de Buenaventura (Acuerdo 03 de 2001 [Concejo Municipal de Buenaventura]. Por el cual se adopta el Plan de Ordenamiento Territorial para el municipio de Buenaventura. 08 de mayo de 2001); resaltando que estos sistemas territoriales de planificación en casi todos los países de la región, han derivado en modelos de desarrollo que conllevaron a desequilibrios e inequidades sociales (Calle et al. 2019).
El Plan de Ordenamiento Territorial de Buenaventura denominado de ahora en adelante como P.O.T, dispuso diferentes tipos de densidades para las actividades residenciales; que van desde los rangos de 5 (mínima baja) hasta 117 (máxima alta) viviendas por hectárea neta (v/ha)3; las cuales se distribuyen en 15 zonas residenciales urbanas, que tendrán usos compatibles o complementarios o de aprobación restringida.
Pero tanto a nivel nacional y local, no existen fundamentos teóricos precisos, de cómo se estimaron los diferentes rangos de las densidades urbanas; ni mucho menos su aplicabilidad específica en cada una de las diferentes áreas residenciales de la ciudad. Muy a pesar, que en el siglo XX a nivel mundial existen diferentes modelos de cuantificación; estos no se han aproximado al cálculo detallado de las mismas, debido a la limitante de información (Yunda y Montenegro, 2019); por lo que podemos concluir, que no existe fundamento para el cómputo y aplicación de las densidades para un territorio (Rodríguez y Rivero, 2017).
Basados en el criterio de densificación que determina la ciudad compacta y sostenible, se estableció una metodología fundamentada en los criterios de sostenibilidad (Rodríguez y Rivero, 2017); pero adaptada a las condiciones locativas de Buenaventura, que están determinadas en la normatividad del P.O.T vigente. Teniendo en cuenta que, para la gestión pública de la vivienda de interés social, esta localidad tiene la gran ventaja de contar con bastantes vacíos urbanos (bienes fiscales), propiedad del Distrito de Buenaventura (Ley 185 de 1959); muy a pesar de los problemas de tenencia real, que junto con la incidencia en los costos de urbanismo, representan una limitante dentro de la viabilidad para esta gestión pública (Lerma, 2019).
Entonces, plantear la realización de algunos cambios normativos, como la densificación urbana, podría ayudar a impulsar la gestión de la vivienda social local; ya que, en los pocos vacíos urbanos disponibles, podrían ofertarse más unidades habitacionales por hectáreas de las que actualmente permite la normatividad. Contribuyendo a reducir efectivamente, el déficit cuantitativo, para tener una ciudad más sostenible, mediante el aprovechamiento de los sistemas estructurantes existentes; permitiendo mejorar la movilidad, el espacio público, los equipamientos sociales y tener relación más armónica con el medio ambiente locativo, de características fisiográficas y orográficas particulares (Lerma, 2019), que coadyuven a mejorar también problemas reales de integración e inclusión (Gonzales, 2018).
En la actualidad, el taller de vivienda social de la Universidad del Pacífico, ha desarrollado un proceso de laboratorio de ciudad; mediante la modelación de 11 diseños urbanos de anteproyectos habitacionales sociales, localizados en diferentes localidades de área continental urbana, y que actualmente son vacíos urbanos (ver Figura 4). Estos ejercicios se hacen aplicando la normatividad dada en el P.O.T actual, teniendo en cuenta las desventajas como las condiciones fisiográficas y orográficas de los lugares estudiados; las cuales arrojan pocas áreas netas, que representan, menor número de unidades habitacionales reales para los proyectos. Esto en gran parte determina la viabilidad de los mismos, porque a menor número de viviendas esperadas, menos atractivo sería la factibilidad real del proyecto; en un modelo nacional de gestión, en cabeza del sector privado (Escallón, 2011).
Por lo tanto, el planteamiento hipotético va encaminado en afirmar que, si se aumentan y unifican las actuales densidades, en las existentes zonas residenciales urbanas determinadas en el Plan de Ordenamiento Territorial, la pregunta que surge es:
¿Se lograría incrementar el número de viviendas por hectárea neta, generándose una ciudad compacta y sostenible; mejorándose así los procesos de gestión de proyectos habitacionales? Se pueden definir los siguientes objetivos específicos:
1. Determinar, la deducción del número de vivienda óptima por hectárea, para el Distrito de Buenaventura; estableciendo las densidades máximas, mínimas y promedio propuestas para la ciudad.
2. Establecer, tanto la densidad promedio de los vacíos urbanos existentes, como las áreas netas, según el P.O.T; a través de los resultados establecidos en la modelación de 11 anteproyectos urbanos, de la zona continental de Buenaventura.
3. Estipular, el comparativo del número de unidades habitacionales propuestas, dado entre la densidad promedio existente del P.O.T vigente contra la densidad promedio del estudio propuesto.
Metodología.
El enfoque metodológico utilizado en este estudio, fue cualitativo de tipo analítico- relacional, mediante la observación de los datos arrojados de la muestra de 11 anteproyectos de vivienda, dentro del proceso de modelación urbana; los cuales mediante un proceso matemático para cálculo de densidades urbanas, permitió generar un modelo especifico de determinación de las ideales para la ciudad de Buenaventura. Estos anteproyectos se localizan en 9 zonas dispersas y aleatorias de la franja continental, los cuales son espacios vacíos dentro de un entorno consolidado (ver Figura 5); que adquieren diferentes tipos de densidades según el P.O.T vigente, con usos de suelo destinado para actividad residencial.
El abordaje de cada uno de los tres objetivos específicos señalados, se realizó de la siguiente manera:
1.Deducción del número de vivienda por hectárea, para determinar las densidades propuestas:
Para este proceso de cálculo del número de vivienda optimo por hectárea, se tomó como referencia la metodología aplicada en Sevilla -España (Rodríguez y Rivero, 2017), debido a que las otras metodologías solo contemplan los concepto de habitantes y tamaño del territorio (Gómez y Mesa, 2017); la metodología escogida de referencia, tiene la ventaja, de contemplar otras variables como las zonas verdes, superficie vial y plantas construidas, con la cual llegamos a una mejor precisión de resultados.
La superficie urbana (Surb), comprende tres superficies: la superficie construida (Scon), la superficie para zonas verdes (Szv) y la superficie vial (Svia); así:
Considerando que la superficie urbana es una hectárea, o sea Surb = 10.000 M2. Siendo Nv es el número de vivienda por hectárea, y Vm la superficie media de esas viviendas, expresada en metros cuadrados (M2), y P el número de plantas construidas; entonces la superficie construida (Scon), en metros cuadrados (M2) será:
Además, considerando que el número promedio de habitantes por vivienda es 3,5[3]; por lo tanto el número de habitantes que habrá en la hectárea es de 3,5 x Nv. La OMS recomienda que la superficie para zonas verdes este en el intervalo de 10 – 15 M2/hab; donde el P.O.T de Buenaventura plantea que sea 15 M2/hab [4] el parámetro deseable, por lo tanto seria el valor a considerar en este trabajo. Entonces superficies para zonas verdes será Szv = 3,5 x Nv x 15; o sea Szv = 52,5 Nv.
Para calcular la zona víal se considera una calzada de 6 metros de ancho (3 metros en cada dirección) y andenes de 3,5 metros en cada costado6 según figura 10 (Anexo 1). Por lo tanto, la superficie víal es Svia = 2.431 M2. La expresión queda.
Entonces:
A partir de esta expresión, se deduce el número máximo de viviendas (NvM) y el número de viviendas (Nvm), que puede haber en una hectárea. El NvM se obtiene cuando se considera que el número de plantas construidas sea infinito, es decir que la expresión (4), queda:
Es decir, NvM = 144,17 vivda/ha[5]. El Nvm se obtendrá cuando el número de plantas sea uno, es decir p = 1. La expresión (4), queda:
Si 15 M2/hab, es la superficie considerada óptima para zona verde, se considera que la superficie de vivienda va hacer 1,5 veces esa superficie destinada para zona verde; por lo tanto, seria 22,5 M2/ hab. Según el Departamento Nacional de Estadísticas – DANE (2018), para Buenaventura el número promedio de habitante por unidad habitacional es 3,5 hab/vivienda; entonces el valor de Vm = 78,75 M2 (22,5 x 3,5). Por eso es que en la expresión (6) al sustituir ese valor el Nvm = 57,67 vivda/ha[6]. El valor optimo (Nvo) será el valor promedio de NvM y Nvm, es decir: Nvo = 100,92 vivda/ha[7].
Los planteamientos de este trabajo, permiten asignar valores a la superficie de zonas verdes y por último la superficie construida. Con el resultado anterior donde la superficie víal dio, Svia = 2.431 M2, que sería un 24,31% de la superficie urbana residencial. La superficie de la zona verde se obtiene mediante la siguiente expresión(7):
Es decir que la superficie para zonas verdes será, Szv = 5.298,3 M2; equivalentes al 52,98% de la superficie urbana residencial. Finalmente, la superficie construida (Scon) para nuestro planteamiento sería, Scon = 2.270,7 M2, equivalente al 22,70%. Finalmente, este procedimiento de deducción del número de vivienda por hectárea; permitió generar de una forma más detallada y precisa, las diferentes densidades, que para este estudio se propondrán.
1. Cálculo del promedio real de densidad y área neta:
Para este proceso, se tuvo en cuenta los resultados, de la modelación de 11 anteproyectos urbanos de vivienda de interés social[8] según Tabla N° 3 (anexo 2); ubicados en diferentes sitios del área continental urbana del Distrito de Buenaventura. Estos totalizan 235 hectáreas brutas, representando aproximadamente el 65% de los vacíos urbanos existentes; siendo una muestra significativa para este estudio, que se detalla en la siguiente tabla:
Estos anteproyectos tienen diferentes tipos de densidades, donde 70 vivda/ha es el factor más utilizado según el P.O.T; correspondiente al rango máximo de la densidad media y media alta o al rango mínimo de la densidad alta. Este cuadro también logró determinar las áreas netas; que sobre las 235 hectáreas (100%) brutas de la modelación, comprobaron finalmente la superficie real disponible para la construcción de los proyectos habitacionales.
2. Comparativo del potencial de número de viviendas propuestas:
Para este comparativo finalmente, se cruzó la información de las densidades reales del P.O.T, es decir la máxima de 117 vivda/ha, mínima de 70 vivda/ha y promedio de 76 vivda/ha; contra las densidades propuestas en el cálculo deducción del número de vivienda. Todo, en relación a las áreas netas y útiles, arrojadas la tabla anterior, así:
Resultados y discusión.
1. Resultados:
Según a la metodología planteada en el presente estudio, los resultados obtenidos fueron los siguientes:
• Densidad máxima propuesta en el estudio para el Distrito de Buenaventura, en los vacíos urbanos; con uso para actividad residencial: 101 vivda/ha.
• Densidad máxima propuesta en el estudio, en los vacíos urbanos; con uso para actividad residencial: 58 vivda/ha.
• Densidad máxima propuesta en el estudio, en los vacíos urbanos; con uso para actividad residencial: 144 vivda/ha.
• Área neta promedio de los vacíos urbanos modelados, partiendo de 235 hectáreas brutas (100%); como referencia total: 162,95 hectáreas (69%).
• Área de afectación promedio de los vacíos urbanos modelados, partiendo de 235 hectáreas brutas (100%); como referencia total: 72,85 hectáreas (31%).
• Número de viviendas, según la densidad mínima planteada actualmente por el P.O.T (70 vivda/ha) [9]; en 235 hectáreas brutas, de los vacíos urbanos modelados = 11.407 viviendas.
• Número de viviendas, según la densidad mínima actual (117 vivda/ha); en 235 hectáreas brutas, de los vacíos urbanos modelados = 19.066 viviendas.
• Número de viviendas, según la densidad promedio actual (76 vivda/ha); en 235 hectáreas brutas, de los vacíos urbanos modelados = 12.385 viviendas.
• Número de viviendas, según la densidad mínima propuesta en este estudio (58 vivda/ha); en 235 hectáreas brutas, de los vacíos urbanos modelados = 9.452 viviendas.
• Número de viviendas, según la densidad máxima propuesta en este estudio (144 vivda/ha); en 235 hectáreas brutas, de los vacíos urbanos modelados = 23.466 viviendas.
• Número de viviendas, según la densidad promedio propuesta en este estudio (101 vivda/ha); en 235 hectáreas brutas, de los vacíos urbanos modelados = 16.459 viviendas.
2. Discusión:
De acuerdo a los resultados obtenidos, en 235 hectáreas brutas con un área neta promedio de 69%, se logró el aumento de 12.385 a 16.459 viviendas (ver Figura 6); evidenciando que las densificaciones de los vacíos urbanos, optimizan efectivamente las pocas zonas urbanas disponibles para nuevas unidades habitacionales (Carrasco, 2020).
Más si en la actualidad, con el factor máximo de densidad de 117 vivda/ha, se tiene la posibilidad de ejecutar 19.066 viviendas; con el proceso planteado, se llegó a un total de 23.466 unidades habitacionales (ver Figura 7), lográndose un incremento de 4.400 más, dentro del misma área neta disponible de 162,95 hectáreas; donde el simple factor normativo, permitiría esta optimización.
Más aun, cuando este estudio demostró que solo el promedio de afectación de los lotes de estos vacíos urbanos, están alrededor del 31%; cifra alta que deja en evidencia que, por las condiciones típicas de la fisiografía y orografía de los mismos (Lerma, 2019), sumado a las áreas de cesiones obligatorias (mínimo del 30% según el P.O.T vigente); el área útil disponible para estos proyectos es del 40%. O sea que, para urbanizar y construir proyectos de vivienda en Buenaventura, siempre quedarán pocas zonas disponibles; por lo que es oportuno compensar esta desventaja, con asentar más unidades habitacionales, de las que actualmente la normatividad permite en determinadas zonas urbanas (Zumelsu y Espinoza, 2019).
Por lo tanto, las 4.400 viviendas de más que se podrían construir solo en los vacíos urbanos, estudiados en 11 anteproyectos abarcados en 235 hectáreas, significa un incremento aproximado del 23%; del potencial que estas áreas urbanas podrían generar, para optimizar la oferta de proyectos habitacionales, que coadyuvaría con el déficit cuantitativo en el Distrito. Aun cuando estos vacíos urbanos, se encuentran cerca de la disponibilidad de infraestructura vial y de servicios públicos de la actual trama urbana; lo que significaría un ahorro en recursos, que van a evitar por ejemplo la ampliación de cobertura de la misma, sobre zonas más alejadas (Ramos, 2017).
Representando así, que este ahorro en recursos y optimización de la infraestructura existente, termina siendo una estrategia de regeneración urbana, para una ciudad sostenible (Gonzales, 2018); ya que se aprovecha el entorno del hábitat existente, para alrededor de este implantar uno nuevo, pero utilizando los sistemas estructurantes ya conformados para movilidad, espacio público, equipamiento, servicios públicos y sistema ambiental. Entorno existente, cuya característica morfológica, permite ver un medio urbano poco denso, que consume mucha energía y recursos; terminando por afectar la calidad de vida de la población circundante, representada por ejemplo: en dificultades en la movilidad, baja cobertura y calidad de servicios públicos, deficiencia cuantitativa de espacios públicos y equipamientos sociales (Gómez, 2018); dentro de un hábitat con deficiencias cualitativas (ver Figura 8).
Por consiguiente, haber densificado estos vacíos urbanos, mediante un parámetro de 50 viv/ha a 144 vivda/ha, donde el factor final terminó siendo el máximo; significó la optimización de un área urbana que, bajo las condiciones normativas actuales, representa un potencial de menor número de viviendas, que en la relación costo beneficio de la factibilidad de un proyecto terminaría siendo un factor negativo. Demostrándose, que mediante la metodología empleada en este estudio (Rodríguez y Rivero, 2017), se determinaron las densidades ideales a las condiciones particulares que se necesita; permitiendo que a futuro estas actuales zonas urbanas, sean la oportunidad precisa del proceso de densificación, que demandará un reto político de la planeación de la ciudad (Dunning et al. 2020).
Se demostró, que no es necesario tener 6 factores de densidad como actualmente se reglamentan en el P.O.T (Acuerdo 03 de 2001 [Concejo Municipal de Buenaventura]. Por el cual se adopta el Plan de Ordenamiento Territorial para el municipio de Buenaventura. 08 de mayo de 2001), algo en la práctica muy innecesario, ya que las características de los vacíos urbanos son iguales; por lo tanto los resultados de este estudio, demostraron que los mismos se pueden simplificar solo en 2 factores (mínima y máxima) para todo el territorio, de acuerdo a la metodología empleada (Rodríguez y Rivero, 2017).
Conclusiones
Los marcos normativos, a veces establecen unos parámetros sin saber el porqué de sus fundamentos, tal como ocurre con el P.O.T vigente; el cual, al constituir las densidades en los usos del suelo, no estableció claro los argumentos, que debieron estipularse de acuerdo a las características propias del territorio. Por lo tanto, este estudio demostró que los soportes para las densidades propuestas y simplificadas, obedecieron a las condiciones locativas y normativas, ideales para el Distrito de Buenaventura; donde los factores de las mismas, fueron determinantes para establecer las viviendas de más, que se necesitan dentro de las pocas áreas urbanas disponibles, para hacer proyectos habitacionales sociales y por ende generar una ciudad compacta y sostenible (ver Figura 9).
Por eso la importancia de esta publicación, ya que es una oportunidad de demostrar que, desde la academia se está pensado de manera objetiva e integral el desarrollo del crecimiento urbano y el problema del hábitat desde la perspectiva de la gestión de la vivienda social, como un ejercicio de planificación urbana. Pero agregándole el concepto actual de ciudad sostenible, que siempre propenderá por el ahorro de recursos y energía; tal como se demostró, al optimizar en unas zonas urbanas, la disponibilidad de más unidades habitacionales con la misma cobertura de infraestructura existente.
Infraestructura, representada en sistemas estructurantes de ciudad, que trasversalmente sirven tanto para los hábitats existentes; como para los nuevos propuestos de manera densificada, en un proceso integral de regeneración urbana. Los existentes deberán tener un enfoque de gestión cualitativa, a través de procesos de mejoramientos integrales de barrios; mientras que los nuevos, deberán tener un enfoque cuantitativo a través de la densificación; aprovechando el uso de mixturas, representada en la combinación de uso y tipologías edificatorias como: multifamiliar, bifamiliar y unifamiliar, dentro de cada uno de los proyectos.
Estos resultados, son un insumo importante en el corto plazo, para que desde las autoridades locales se puedan mejorar las densidades de estos territorios urbanos dispuestos para vivienda. Más aún, cuando todavía estamos en el proceso de revisión y actualización del P.O.T de Buenaventura, el cual venció en el año 2015; y por lo tanto, se hace la invitación a que las autoridades locales, responsables de las políticas de planeamiento urbano del territorio, tengan en cuenta estos resultados; para que oficialmente sean considerados como los acordes, porque cumplen con las características de la ciudad.
Referencias bibliográficas
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ANEXO 1
ANEXO 2
Notas
• Densidad alta: 70 – 117 v/ha.
• Densidad media: 30 – 70 v/ha.
• Densidad media alta: 50 – 70 v/ha.
• Densidad media baja: 30 – 50 v/ha.
• Densidad baja: 5 – 30 v/ha.
Notas de autor