El presente número de la Revista Ciudades, Estados y Política está compuesto por cuatro artículos que establecen una conexión directa con las líneas de investigación del Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Nacional de Colombia pero, sobre todo, que atañen al interés mismo de investigación del instituto, es decir, la centralidad de la vida política de las ciudades, la configuración de los discursos políticos y las prácticas electorales que conforman las instituciones de gobierno, y que de alguna manera están directamente relacionadas con las formas como los procesos de poblamiento y habitación de las ciudades van abriendo espacio a una morfología urbana siempre singular.

No están lejanas las prácticas y las formas de habitación de las aspiraciones de quienes se van insertando en las dinámicas urbanas, un proceso social, político, habitacional marcado por intereses explícitos, tanto económicos como sociales, culturales, religiosos y afectivos, y que incluso en muchos casos pueden ser contradictorios. Las distancias históricas que se pueden asumir al respecto hacen más importantes aún las constataciones que plantean los artículos contenidos en este número, dentro de las que se encuentran el papel del centralismo político y sus efectos sobre el gobierno de las ciudades o el papel de la modernización de las instituciones sociales y políticas, y cómo los habitantes de las áreas urbanas se incorporan o se benefician o también cómo se ven afectados por las formas de dirigir las instituciones.

El otro aspecto destacable en el actual número de la revista es la creación de redes de comunicación entre ciudades ubicadas en áreas terrestres, marcadas por el establecimiento de rutas conformadas por caminos y por carreteras a través de las cuales se transportan mercancías que surten los procesos comerciales de las ciudades, pero también a través de las cuales se movilizan los habitantes urbanos, los comerciantes y, como lo han señalado diversos autores, las ideas, las costumbres y las transformaciones sociales y políticas. Dicho en estos términos, leer un mapa de carreteras muestra que no son solo gráficos indicativos de rutas dispuestas sobre un territorio, sino que son redes que tejen los intercambios urbanos y mucho más cuando estas se establecen entre ciudades de importancia política, económica y social dispares.

Otro tanto sucede con las comunicaciones fluviales en las que los puertos juegan un papel destacado, y en muchos casos son todavía más relevantes cuando no existen rutas de comunicación terrestres, son insuficientes o impiden una comunicación rápida. En Colombia las rutas fluviales existen como la alternativa básica en muchos sectores del país, en especial en zonas donde las carreteras son escasas o inexistentes, junto con una muy limitada presencia del transporte aéreo, y a la vez persisten ante un sinnúmero de dificultades operacionales, políticas y de planeación. De esta forma las ciudades cuyo eje central de comunicación es el fluvial parecen registrar dinámicas novedosas y disímiles con respecto a las ciudades mediterráneas, en las que las carreteras son la expresión básica de comunicación y mucho más ante la ausencia de grandes redes ferroviarias, como en Colombia.

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