Recepción: 24 Octubre 2018
Aprobación: 01 Enero 2019
Resumen: Existe una creciente literatura que estudia el papel que tiene el valor agregado bruto en la economía ecuatoriana, por lo que este artículo analiza empíricamente como la afectan diversas variables macroeconómicas en las provincias de Ecuador. Se utiliza datos de panel, con el método de estimación GMM (Métodos Generalizados de Momentos) y GMM-SYS para el periodo 2007-2014. El objetivo principal de este trabajo ha sido mostrar el impacto que ha tenido la inversión privada, el gasto público, la recaudación fiscal y las remesas sobre el valor agregado bruto ecuatoriano durante los últimos años y cuáles de estas variables la han afectado, apoyando con evidencia empírica sólida la visión que se acaba de exponer. Los resultados muestran que el gasto público tuvo un efecto positivo y significativo sobre el valor agregado bruto durante el periodo de análisis, sin embargo, no se puede concluir que existe un efecto de la inversión privada sobre el VAB provincial. Por otro lado, se encontró un efecto aproximadamente nulo de la recaudación fiscal y las remesas sobre el VAB.
Palabras clave: Valor agregado, inversión privada, gasto público, impuestos, remesas.
Abstract: There is a growing literature that studies the role of the gross added value in the Ecuadorian economy, so this article analyzes empirically how it affects various macroeconomic variables in the provinces of Ecuador. Panel data are used, with the estimation method GMM (Generalized Methods of Moments) and GMM-SYS for the period 2007-2014. The main objective of this work has been to show the impact of private investment, public spending, tax collection and remittances on the Ecuadorian gross added value during the last years and which of these variables have affected it, supporting with evidence empirical solid the vision that has just been exposed. The results show that public spending had a positive and significant effect on gross value added during the analysis period, however, it cannot be concluded that there is an effect of private investment on the provincial GVA. On the other hand, an approximately zero effect of tax collection and remittances on GVA was found.
Keywords: Value Added, Private investment, Public spending, Taxes, Remittances.
I.INTRODUCCIÓN
En este artículo estamos interesados en contrastar cómo las variables inversión privada (ip), gasto público provincial (gpp), recaudación fiscal (rf) y las remesas (rem) afectan al valor agregado bruto ecuatoriano (vabp). El sector externo experimentó las recetas del Fondo Monetario Internacional (FMI) en materia de apertura y de ajuste fiscal. Las políticas recomendadas por al Banco Mundial y el FMI puestas en práctica, no lograron los resultados esperados en la década de los 80, razón por la cual el país dio un viraje en materia de política económica a partir de 2007.
Hace algunos años Ecuador vivió épocas de mucha inestabilidad, los presidentes elegidos democráticamente eran derrocados, las crisis financieras, los cambios de líneas de gobierno, las huelgas eran frecuentes. Desde el año 1996 hasta 2006, los períodos presidenciales duraban pocos años, y causaban mucha inestabilidad social, política y económica, con una moneda propia. Luego de una crisis muy fuerte a finales de los años 90, se inicia el nuevo siglo con una nueva moneda, el dólar, con ello el clima financiero se estabilizó en cierta medida.
En Ecuador a principios del 2000, la dolarización probó ser una herramienta exitosa. En investigaciones recientes llevadas a cabo, se encontró una conexión importante entre dolarización y reducción de la inflación en varios países que la pusieron en práctica, a diferencia de otros países, que siguieron una política ortodoxa independiente; por ello Reinhart y Calvo (2001) al igual que Harberger (2008), recomiendan la dolarización plena para promover la estabilidad macroeconómica interna y externa y el crecimiento del producto.
En el año 2000, la inflación del Ecuador alcanzó un tope del 100 %, con lo cual el aumento de los precios de los bienes y servicios afectó a los grupos sociales más vulnerables de la población, por varias razones: el aumento de los precios erosiona los ingresos y el poder adquisitivo; se reduce el gasto fiscal social y se atenta contra la formación de capital humano; disminuye el consumo, lo cual afecta la demanda agregada y el ingreso nacional, aspectos que empobrecieron aún más a la población ecuatoriana y generaron inestabilidad macroeconómica, por lo cual la pobreza en Ecuador se acentúo al pasar de 34% en 1995, al 46% en 1998 y 56 % al terminar el 2000 (Arévalo, 2014).
La dolarización plena de 2000 promovió un mecanismo de transmisión similar a la política de control de agregados monetarios, por lo tanto, contribuyó a reducir la tasa de interés, lo que tuvo efectos importantes en el consumo, la inversión privada y, cuyo objetivo es facilitar el crédito, el consumo y, por esta vía, promover el crecimiento de la producción en escala general.
Al valor agregado bruto se lo considera como uno de los indicadores más importantes para evaluar la actividad económica de un sector o de la economía en su conjunto. Según un estudio de (Aravena & Fuentes, 2013) el aumento o crecimiento del valor agregado se descompone tanto del cambio en las horas trabajadas y en la productividad de la mano de obra. Para un conjunto de 16 países latinoamericanos el crecimiento promedio fue de 2,8% del valor agregado en los periodos de 1981 – 2010.
Durante el periodo 2001- 2010 en países latinoamericanos, el valor agregado creció en un 3,8%. De 16 países, 13 obtuvieron un aumento en la productividad de la mano de obra (especialmente Chile), añadiendo a ello 8 países tuvieron una productividad baja en la mano de obra, como sucedió hace 30 años atrás (Hofman, Mas, & Aravena, 2017).
En América Latina, el crecimiento económico ha sido considerado relativamente bajo en los últimos 20 años, las naciones latinoamericanas se enfrentan a un problema de productividad, resulta necesario identificar las diferentes barreras y obstáculos que impiden que se logre un aumento en la eficiencia del sector productivo. Por consiguiente es necesario también dar cabida a una política dirigida a promover un cambio estructural.
Cuando hablamos de inversión, se considera como uno de los elementos claves para crear el desarrollo de un país, esta variable es generadora de tecnología, trabajo, producción y el avance en las condiciones de vida por medio de la adquisición de bienes y servicios. El desarrollo de las naciones y el crecimiento económico se sostienen de un determinante primordial que es la inversión (designada también como la formación bruta de capital fijo - FBKF) (Brito & Iglesias, 2017).
Los países de América Latina y el Caribe entre los años 1990 y 2013 redujeron su brecha de inversión en comparación con las economías desarrolladas, los niveles de FBKF en América Latina y el Caribe sigue por debajo de las otras regiones del mundo. Si bien la inversión pública y la realizada por empresas públicas, ha demostrado un mayor dinamismo a partir del año 2003, lo que permitió una recuperación en los años ochenta y noventa a niveles cercanos al 6% del PIB.
Tradicionalmente los niveles de FBKF en América Latina y el Caribe se han ubicado por debajo de los niveles registrados en otras regiones desarrolladas o en desarrollo. Según un análisis comparativo de la evolución de la inversión (CEPAL, 2013) durante más de dos décadas es decir entre 1990 y 2013 se concluye que la región registró niveles de inversión entre 16,7% y un 21,9% del PIB en los periodos mencionados, a diferencia de Asia Oriental y el Pacífico que sus niveles fueron de 30,2% y un 26,5%, en Asia Meridional fue de 21,8% y un 23,3%, en Europa y Asia Central se ubican por 26,7% y un 23,7 niveles aun superiores cabe resaltar que estos fueron en los mismos periodos respectivamente.
La inversión privada varia de un país a otro, por ejemplo entre los que mayormente aumentaron en esta variable “inversión privada” entre los periodos 1990 -2013 se ubican Nicaragua, Colombia, Uruguay, Panamá, Chile, Perú y Uruguay este indicador ha representado aproximadamente el 80% de la inversión total, países como Cuba, Bolivia, Venezuela y Guatemala la inversión privada en el periodo 2013 se ubica por debajo del valor promedio del resto de países.
Según manifiesta Arévalo (2014), dentro del contexto tanto político, económico como social en América Latina en los últimos tres lustros y en especial en los países de Ecuador, Venezuela, Nicaragua, Bolivia y Argentina, dieron pasos a nuevas ideologías y políticas, cuyo fin era el de experimentar nuevos modelos de desarrollo económico para minimizar problemas de carácter estructural correlacionados con el desempleo, crecimiento, pobreza e inequidad de ingreso.
La inversión pública se ubica en los periodos 2011- 2014 aproximadamente en los niveles 1,5 % del PIB en cada país en promedio a diferencia de la inversión privada que representa un 1,25% del PIB en promedio en los últimos años, subiendo fuertemente para el año 2012 a un 2% debido a los magnos proyectos que emprende Brasil como (aeropuertos, centrales hidroeléctricas y parques eólicos (Kogan & Bondorevsky, 2016).
Las últimas dos décadas han permitido una transformación estructural de la economía global creando así nuevas oportunidades de avance y progreso de los países en desarrollo, como resultado de ello se ha logrado una mejora sustancial en el entorno externo, en algunos casos particulares las políticas macroeconómicas racionales y las políticas sociales eficaces, han hecho que los países latinoamericanos tengan una buena década, aumentando su crecimiento a tasas superiores a las históricas, mejorando así de forma relativa la distribución del ingreso.
Gutiérrez (1996) muestra evidencia para el caso de Chile de que un aumento del gasto público genera un desplazamiento de la producción (crowding out). Caballero-Urdiales y López-Gallardo (2012) concluyen que para los cinco países latinoamericanos, el gasto público tiene un efecto positivo sobre la producción, es decir, que se da un efecto atracción, con lo cual se rechaza el efecto expulsión (crowding out) que postula la teoría convencional. Brito e Iglesias (2017) concluyen que para los países latinoamericanos, el gasto público tiene un efecto negativo sobre la producción a través de la inversión privada, es decir, que se da un efecto expulsión, con lo cual se acepta el efecto (crowding in) que postula la teoría convencional. De hecho, autores como Ffrench-Davis (2014) afirman que los servicios que se pueden ofrecer gracias al gasto público son muy útiles ya que se obtiene entre otras cosas, capital humano mejor capacitado, mejores vías para distribución de productos, etc.
En general, los resultados encontrados son diversos e incluso contrapuestos. Algunas investigaciones como las de Barro (Barro, 1991), Engen y Skinner (1997), Hansson y Henrekson (1994), Folster y Henrekson (1998) han encontrado una fuerte evidencia de que el tamaño del gobierno afecta negativamente al crecimiento económico. Knoop (1999) usando series de tiempo desde 1970 a 1995 para Estados Unidos, encontró que una reducción del tamaño de gobierno produciría un impacto negativo en el crecimiento y en el bienestar. Estimaciones de Folster y Henrekson (1999; 2001) analizan un panel de países desarrollados en el período 1970-1995, encontraron que gastos excesivos de gobierno afectan negativamente al crecimiento. Ghura (1995) usando series temporales y datos en corte transversal para 33 países de África Subsahariana para el período 1970-1990 sugiere una relación negativa entre el consumo del gobierno y el crecimiento económico.
Mendoza et al. (1997) muestran evidencia teórica y usando una panel de países no-latinoamericanos en el periodo 1966-1990, a favor de que cambios en la presión tributaria afectan significativamente a la producción. Caballero-Urdiales y López-Gallardo (2012) analizan un panel de cinco países latinoamericanos (Brasil, Chile, Colombia, México y Uruguay) en el periodo 1990-2008 y también encuentran evidencia a favor de que un aumento de los impuestos disminuye de manera significativa la producción.
Estos importantes criterios en la literatura, abren un espacio para la discusión acerca de qué ocurre si estudiamos el periodo 2007 al 2014 a nivel país y extendemos el análisis en 23 provincias del Ecuador usando la metodología del método generalizado de momentos de Arellano y Bond (1991). Ese es precisamente el objetivo de este trabajo, mostrar el impacto que ha tenido la inversión privada, el gasto público, la recaudación fiscal y las remesas sobre el valor agregado bruto ecuatoriano durante los últimos años, y cuáles de estas variables lo han afectado, apoyando con evidencia empírica sólida la visión que acabamos de exponer.
Este artículo se compone de cinco partes, incluyendo esta introducción. En la segunda parte se describe una revisión teórica sobre la evolución de las variables estudiadas, en la tercera parte se muestra la metodología utilizada en el presente trabajo. En la cuarta parte se analizan los resultados econométricos del estudio, a través de un modelo de tipo panel dinámico. Al final exponemos las conclusiones.
II.REVISIÓN TEÓRICA.
Presentamos ahora algunos antecedentes que consideramos relevantes para evaluar la realidad ecuatoriana en relación a las variables empleadas en el análisis econométrico de la sección cuarta. En este marco, primero analizamos la evolución del valor agregado bruto ecuatoriano, luego nos centramos en la evolución de la inversión privada, gasto público provincial, recaudación fiscal y las remesas en Ecuador.
El valor agregado bruto ecuatoriano
Este indicador macroeconómico el Banco Mundial lo define como el valor añadido elaborado por cada industria o sector en los procesos productivos de servicios y bienes finales producidos en un periodo determinado y una área específica (Banco Mundial) .Dicho de otro modo es el valor de la producción menos lo que corresponde al valor del consumo intermedio, considerado a su vez como una medida de la contribución al Producto Interno Bruto (PIB) creada por una unidad tanto de producción, industria o sector. Al valor agregado bruto se lo considera la fuente de la que provienen los ingresos primarios del sistema económico (Zamora & Coello, 2015).
En términos generales, en los últimos 45 años, el Ecuador promedió una tasa de crecimiento de 1,08%. Entre 1965-1970 el crecimiento promedio fue 0,97% mientras que en la década de los 70s éste alcanzó una tasa de 2,2%. En la década de los 80s el crecimiento económico promedió una tasa de 0,57%. Mientras que en la década de los 90s, el crecimiento promedio fue del 0,44%. Finalmente, en el período post-dolarización el crecimiento del PIB alcanzó una tasa media de 1,9%.
A partir de 1965, el Ecuador presenta un crecimiento acelerado hasta mediados de los años 70, período que fue marcado por el boom petrolero. Los principales factores que explicaron el crecimiento en este período fueron el consumo y la formación bruta de capital fijo de acuerdo a los datos del BCE recopilados en el estudio de Gachet, et al. (2011). Entre los años 1972 y 1973, se observó una orientación fuerte hacia las exportaciones las mismas que fueron las que contribuyeron relativamente más a la composición del PIB. Esto se explica como resultado de las ventas del petróleo crudo en los mercados internacionales y el incremento de divisas por las exportaciones del crudo.
A partir de los año 1978-79, se observa una reducción acelerada de la tasa de crecimiento económico, el mismo que llega a su punto más bajo en el año 1987. Esta reducción se origina por la denominada “crisis de la deuda” cuyos mecanismos de incidencia se resumen en la falta de liquidez en el sector productivo a favor del pago de la deuda para financiar el excesivo consumo nacional, y; en la caída de los precios del petróleo, principal recurso de la economía ecuatoriana. En esta década, la política pública se concentró en la estabilización macroeconómica de corto plazo y en el control de la inflación. La restricción a las importaciones fue la principal política adoptada por los diferentes gobiernos de turno.
Entre 1982 y 1983 se dieron diversas reformas comerciales que impactaron en el conjunto de la economía. Con respecto al régimen de tasa de cambio se introdujeron las minidevaluaciones y con respecto a la cuenta
de capital se reguló la inversión extranjera directa a través del Acuerdo 24 del Pacto Andino. Por otra parte, se renegoció la deuda con los bancos comerciales y el Club de París y se nacionalizó (sucretización) la deuda del sector privado. En el sector financiero se mantuvieron tasas de cambio fijas y en el sector fiscal hubo un corte en el gasto y aumento de los precios de la energía controlados por el Estado. No hubo una reforma fiscal relevante, más bien existió un control de precios internos y subsidios a bienes básicos.
A pesar de las medidas adoptadas por el Gobierno de turno, se observaron constantes déficit fiscal y de cuenta corriente que respondía primordialmente a las variaciones del precio internacional del crudo. Durante la década de los 90s, la tasa de crecimiento económico se mantuvo estable hasta el año 1997. Esta década heredó un problema fiscal importante debido a la estatización de la deuda externa privada lo que provocó cuantiosas pérdidas del PIB. La respuesta fue una política fiscal restrictiva, junto con una política cambiaria de mini-devaluaciones con maxi-devaluaciones y una liberalización gradual de algunos precios internos y de tasas de interés. La cuenta de capital fue plenamente liberalizada en 1992 con la Ley de Liberalización de Flujos de capital e Inversión, de igual forma se dieron iniciativas hacia la privatización de las empresas públicas y la eliminación de algunos subsidios como al combustible.
En los años 1997-1998, el Ecuador tuvo que enfrentar nuevas crisis exógenas: una caída de los precios del petróleo y el desastre natural causado por el fenómeno del Niño. Según Vos, et al. (2001) el costo directo de la caída de los precios del crudo ascendió a 1% del PIB en 1997 y a 2,7% en 1998, y las pérdidas provocadas por fenómeno del Niño se estimaron en 1,1% del PIB. Esto ocasionó que el déficit no financiero del sector público ascendiera a 6,1% del PIB y el déficit externo a 11,9% en 1998. La restricción de la política fiscal y el congelamiento de los salarios nominales se retomaron como medidas de ajuste. Los subsidios al gas natural y a la electricidad fueron eliminados y como medida de compensación se propuso un programa de transferencias denominado “Bono Solidario”.
Estos problemas se profundizaron, los precios del petróleo no se recuperaron y el sistema financiero entro en crisis. La respuesta del gobierno fue incrementar las tasas de interés para impedir una salida de los capitales internacionales pero esto ocasionó una crisis del crédito interno y puso al sector bancario con una gran insolvencia y en estado de pánico. Entre febrero y marzo de 1999, ocho bancos fueron declarados en quiebra y para evitar una corrida bancaria se congelaron los depósitos de los bancos por un período de seis meses.
La inflación se aceleró hasta alcanzar niveles del 65% a finales del 1999. El ajuste del nuevo sistema de tipo de cambio rígido significó una inflación del 95,5% como consecuencia del reajuste del tipo de cambio nominal y del precio de los servicios administrativos y de los principales bienes y servicios nacionales. Como salida a la crisis suscitada en los últimos años, el gobierno, en enero de 2000, implementó como única salida la dolarización de la economía ecuatoriana.
A partir del año 2000, el Ecuador recuperó su tasa de crecimiento promovida principalmente por el crecimiento de las exportaciones, la inversión y el consumo. La tasa de crecimiento promedio entre los años 2000-2009 un 4,6% y alcanzo sus valores máximos en el 2004 (8,8%) y en 2008 (7,2%). A partir del año 2006, se observa una relocalización del gasto público hacia el sector social y estratégico de la economía ecuatoriana.
Entre las provincias del país, Orellana ocupa los primeros sitios con el mayor valor agregado bruto (VAB) en el año 2007, seguido de la provincia del Azuay y con el menor VAB se encuentra la provincia de Zamora Chinchipe. Para años posteriores estos lugares son ocupados por provincias que manejaron mejor su sector económico ocupando el primer lugar a nivel nacional Guayas, seguido de Pichincha y ocupando el último lugar la provincia de Morona Santiago, que posteriormente para los años siguientes presenta mejores resultados en su VAB.
Pichincha y Guayas son las provincias que tienen mayor concentración poblacional y un mayor valor agregado bruto (VAB) además de ubicarse en las cinco provincias que posee mayores ingresos promedio de los hogares (Diana & Santiago, 2017). Cabe resaltar que Tungurahua es la provincia más pequeña territorialmente a nivel nacional, sin embargo su actividad comercial es significativa, para el año 2013 su VAB comercio per cápita la ubicó en el sexto lugar a nivel nacional.
El sector comercio constituye una base significativa en la economía del Ecuador, ocupando el tercer lugar de importancia a nivel nacional con un valor agregado bruto (VAB) de 11%, seguido del sector la construcción con 11.2% y la extracción de petróleo con un 12.8%, causando un gran impacto sobre la producción bruta, el nivel de importaciones, el pago de impuestos, la utilización de insumos y las transformaciones en lo que concierne la producción de distintas actividades económicas (Zamora & Coello, 2015).
La Inversión Privada Ecuatoriana
La inversión privada es considerada una variable significativa para lograr un desarrollo o progreso económico en un país. Retomando los años 2000 y 2006 la inversión privada en el país no bajó del 70%, e incluso llegó a un 80%, sin embargo, esto para la última década se ha ubicado en niveles por debajo del 50%, aunque ha ido recuperándose aún queda seguir incentivando a esta variable macroeconómica.
Las reformas tributarias que aumentan la carga impositiva llegan a ser perjudiciales a la inversión privada, ya que los inversionistas comparan en los diferentes países donde la carga tributaria sea menor para realizar sus inversiones. Según Caballero & López (2012) indican que una tributación progresiva, en especial el aumento en el gravamen sobre los impuestos, desincentiva la inversión privada, y cuando existe un aumento del gasto público se produce un desplazamiento del gasto privado (consumo e inversión).
Entre las provincias a nivel nacional que presenta mayor inversión privada se encuentra Pichincha quien lleva el primer lugar en el año 2007 y 2008, periodos en los cuales inició la revolución Ciudadana y se trató de una u otra manera generar mejores resultados en la inversión privada, para años siguientes provincia de Azuay paso a ocupar la delantera, sin embargo Pichincha para años siguientes se ubicado entre los primeros puestos considerada como motor de desarrollo, resaltando algunos motivos: su gran diversidad productiva, por ser una provincia centro, por su diversa variedad productiva primaria, secundaria y terciaria y además porque existe un sector empresarial dinámico provocando condiciones favorables a nivel de infraestructura, políticas y servicios.
Sobre la inversión privada podemos mencionar que existen diferentes tipos. La inversión privada nacional y la inversión privada extranjera. La primera es la inversión proveniente de personas dentro del país. La inversión privada extranjera es la que llega al país del extranjero. En este trabajo no diferenciaremos en el análisis econométrico de la sección cuarta entre si es nacional o extranjera; sino solo entre si es pública o
privada. Con el fin de comprender cómo ha evolucionado la inversión durante los últimos años, mostramos a continuación gráficas en las que se puede revisar el comportamiento de esta variable.
Como vemos en la Figura 1, se puede observar que la inversión pública estaba entre 4% y 6% del PIB en el periodo 2000-2006, y empieza a crecer significativamente a partir de 2007 hasta ubicarse en alrededor del 15% del PIB en el año 2013. La inversión privada, por otro lado, se encontraba entre 13% y 17% del PIB en el periodo 2000-2006, con una tendencia creciente, y se ha venido reduciendo paulatinamente desde 2007, llegando a un nivel del 13% del PIB en 2013. Los datos muestran que la inversión pública ha expulsado a la inversión privada, y que ha provocado menores tasas de crecimiento del PIB.
La volatilidad de la inversión refleja características específicas del ciclo económico del país. Los datos sugieren que la dinámica del ciclo de la inversión ha sido poco favorable para promover un crecimiento sostenido e inclusivo de mediano y largo plazo. Tradicionalmente, los niveles de la formación bruta de capital fijo (FBKF) en América Latina y el Caribe han tendido a situarse por debajo de los niveles registrados en otras regiones del mundo desarrollado y en desarrollo.
Gran parte de la inversión privada, pública y mixta se realiza a través de sociedades con capital nacional o extranjero. Esta inversión se canaliza hacia los distintos sectores económicos a través de las compañías participantes, dependiendo de la demanda y oferta de bienes y servicios en una economía, generando de esta manera fuentes de empleo, y aportando a la innovación y desarrollo tecnológico del país (Camino-Mogro, et al, 2018).
De acuerdo a la CEPAL (2013) la FBKF o inversión en la región ha representado en promedio entre 22% y 24% del PIB del 2010 al 2013, y ha aportado en promedio cerca del 40% del total de crecimiento económico de la región en ese mismo período. Dentro de ésta, destaca el papel preponderante que juega la inversión privada, o comúnmente reconocida como la inversión productiva, es decir la que aumenta las capacidades futuras de la economía y se respalda fundamentalmente en la iniciativa privada.
El gasto público ecuatoriano
El Gasto Público en una reducida definición es la búsqueda de la satisfacción de las necesidades de la población mediante el empleo de productos y servicios que promuevan la redistribución equitativa de los recursos. A Lo largo de la historia económica del Ecuador, el gasto público ha permanecido en déficit fiscal, lo cual implica, gastamos por encima de nuestros ingresos, y según (Campo & Mendoza, 2018) cita las teorías de Keynes, argumentando que el gasto público es una herramienta contracíclica, es decir, un mayor gasto promueve la expansión y un decrecimiento del mismo la recesión o desaceleración económica.
El gasto público, se divide en gastos corrientes y no corrientes, los no corrientes es decir inversión pública a ha sido una de las herramienta más utilizada por el Gobierno de la Revolución Ciudadana, permitiendo crecimiento en el empleo e ingreso familiar, además, con el gasto público se cubren necesidades esenciales, tales como educación, salud y vivienda. Según (Ayala Pasquel , Zaruma Ävila , & Barragan Sanchéz, 2017) el Estado Ecuatoriano utiliza a sus gobiernos autónomos (GADs) para distribución del ingreso, el cuál proviene del Gobierno central, donde generalmente se utilizan los recursos para obras como alcantarillado, infraestructura vial y generación de empleo mediante apoyo a los emprendimientos.
Existen varias corrientes de pensamiento alrededor del rol e importancia que juega el Gobierno en la economía. Por una parte, algunos autores argumentan que un sector público grande puede causar ineficiencias en el sistema económico; mientras que otros sostienen que la intervención pública podría ser un catalizador para el crecimiento de la economía. Si bien el gasto es un mecanismo que permite influenciar en el crecimiento a través de las dos formas especificadas en el párrafo anterior, es importante mencionar que el Gobierno dispone de otras herramientas y mecanismos que le permiten influenciar directa o indirectamente en el crecimiento económico: a) política fiscal, b) control de la inflación, c) políticas de apertura comercial, d) desarrollo financiero, e) factores institucionales, entre otros.
Sin embargo, el crecimiento del tamaño del Estado ha llevado a que el gasto de inversión esté por debajo del corriente, lo cual en el largo plazo es insostenible por la falta de ingresos, y en consecuencia el gobierno tiene tres opciones; recortar el gasto corriente (desempleo), incrementar los ingresos de corto plazo (impuestos) o incrementar la deuda. Tales decisiones serán tomadas según la filosofía del gobierno en curso, sin embargo, ante cualquier filosofía el deber del Estado siempre será asegurar la calidad de vida sostenible de sus ciudadanos.
La Figura 2 muestra los gastos totales por parte del Estado ecuatoriano, y se nota claramente un crecimiento en las cantidades anuales que se puede dividir en dos periodos. En el primer periodo podemos agrupar los años comprendidos entre 2000 y 2007 donde los gastos tienen un incremento porcentual promedio del 18,05% de un año a otro y con un total de gastos correspondientes a 60.198,76 millones de dólares durante este periodo de 8 años. El segundo grupo de datos corresponden a los años comprendidos entre el año 2008 y 2014 donde todas las cantidades son más altas. El crecimiento porcentual promedio entre uno y otro periodo es de 24,83% de incrementos en el gasto entre uno y otro año.
El aumento del gasto público en el periodo 2007-2013 se financió con los recursos provenientes del incremento de los ingresos del sector petrolero, y el aumento del recaudo tributario provino de las reformas tributarias emprendidas a partir del 2007. Los ingresos fiscales crecieron de manera significativa y se convirtieron en el motor del crecimiento ecuatoriano, ya que alcanzaron la cifra promedio de América Latina e incluso, la tendencia aumentó a pesar de la crisis financiera internacional de 2009, de acuerdo con los datos estadísticos tributarios de la OCDE para el Ecuador.
La inversión pública en Ecuador ha aumentado marcadamente en términos absolutos (desde US$152 millones en 2000 hasta US$1.654 millones en 2014), su participación en el gasto público total de provincias ha caído desde un 68% en 2002 hasta un 48% en 2014. Este movimiento se explica por el mayor dinamismo que ha mostrado el gasto corriente durante el periodo de análisis, que fue particularmente marcado en lo relativo a sueldos y salarios.
La relevancia económica del gasto público provincial (ver Figura 3) también ha crecido durante el periodo estudiado, pasando de representar el 0,4% del PIB en el 2000 hasta un 1,05% del PIB a finales de 2014. Sin embargo, cabe resaltar que a consecuencia de la dinámica descrita, en el 2009 el gasto provincial ecuatoriano alcanzóun máximo histórico (1,3% del PIB), tras lo cual su peso sobre el PIB ha tendido a caer.
Las provincias en su conjunto destinan actualmente el 53% de su gasto a inversión pública. Se aprecia durante el periodo analizado una caída en el peso relativo de la inversión pública, la cual llegó a representar el 74% del gasto provincial total en el 2002. Tal y como se observa en la Figura 3, los gastos en personal absorben la mayor parte del gasto corriente de las provincias, con una participación del 25% sobre el gasto
total, porcentaje similar al que este rubro de gasto representaba al inicio del periodo estudiado. Le siguen otros gastos corrientes, que en 2014 representaban el 20% del gasto provincial, frente al 15% en el 2000.
El Ecuador desde el 2007 ha permitido imponer políticas económicas apegadas a un fuerte gasto público, ya que al no disponer de una política cambiaria, el objetivo se centró en armar todo una estructura donde los recursos ingresen permanentemente. De esta manera, vio en la política tributaria una de las herramientas para asegurar los fondos presupuestarios. Las inversiones en salud y educación han sido históricas y el desempleo y la pobreza han disminuido, sin embargo, todo este andamiaje también ha tenido otra cara, como el fuerte impulso al consumo que ha desarrollado una economía con fuerte presencia de importaciones. Además, los requerimientos para financiar los presupuestos anuales han obligado a incrementar la deuda externa (con China) e interna (emisión de bonos), a diseñar leyes que cada vez presionan más al sector privado, renegoció su deuda, mantiene control vía impuestos, control a la salida de divisas, entró a los mercados a regular precios, etc.
La recaudación fiscal en Ecuador
La eficiencia en recaudación fiscal es vital para una economía, los flujos de ingresos que obtenga el Estado dependerá de la gestión que realice el recaudador fiscal, sin embargo, en Ecuador y sus provincias la cultura tributaria no es un hábito continuo, por el ello el gobierno central ha implantado una serie de programas para la culturización tributaria en todas las provincias del Ecuador. De tal forma, la recaudación fiscal se convierte en la variable principal para el desarrollo social y económico, con la utilización de razones que encaminen a la equidad y progresividad (Gamboa, Hurtado , & Ortiz, 2017, pág. 450).
Las provincias con mayor recaudación tributaria son Pichincha, Guayas, Azuay y El Oro esto debido a la alta actividad económica que poseen, donde se recaudan impuestos de orden directo e indirectos, sin embargo, son los indirectos los que imponen la mayor recaudación entre ellos se encuentran, Impuesto al Valor Agregado (IVA) y el Impuesto a Consumos Especiales (ICE), y entre los impuesto directos que producen mayor ingresos están: el Impuesto a la Renta (IR) y Salida de divisas (ISD) (Valderrama Barragán, Edwin , & Palacios Anzules, 2017, pág. 609).
Entre el período 2000 y 2006, el Estado logró recaudar más de 21.000 millones de dólares y desde el 2007 al 2014, la recaudación tributaria sumó más de 74.000 millones de dólares, lo que nos indica un crecimiento de más de 250% en los niveles de recaudación.
La importancia de la recaudación fiscal, radica en su carácter contributivo al Presupuesto General del Estado (PGE), por consiguiente el ente recaudador tiene la misión de evitar evasión y elusión fiscal. El comportamiento del contribuyente es racional, según Lara-Pulido (2007, pág. 314) el modelo Allingham Sandmo denota que el contribuyente seleccionará en función óptima una parte del ingreso previo al impuesto que no declarará ante el fisco. Por consiguiente, el ente tributario intensifica la gestión, pero la posibilidad de afectar a la población incrementa en términos de empleo y productividad, donde la mayor afectación se denotaría en las provincias de mayor afluencia económica del Ecuador.
Las remesas
En muchos estudios empíricos sobre remesas se muestran los diferentes canales por los cuales las remesas pueden convertirse en un factor productivo y generar mayor producción de bienes y servicios. El artículo de Barajas et al. (2009) hace un resumen de tres canales por los cuales las remesas pueden ser una fuente de crecimiento económico de largo plazo: la acumulación de capital, el crecimiento de la fuerza laboral y el crecimiento de la productividad total de los factores.
El trabajo de Chami, Fullenkamp y Jahjah (2005), que se cuestiona si las remesas son una fuente de capital para el crecimiento de largo plazo. Para ello estiman un modelo de panel de 113 países, donde relacionan el crecimiento económico con la inversión y las remesas como proporción del PIB; con lo que encuentran que el crecimiento de las remesas tiene un efecto negativo sobre el crecimiento de los países.
Por otro lado, Giulano y Ruiz (1995) utilizan una especificación parecida a la de Chami, Fullenkamp y Jahjah (2005) pero, además, incorporan las remesas como proporción del PIB e incluyen otras variables como el crecimiento de la población, el balance fiscal del gobierno, años de estudio, apertura comercial e inflación para una muestra de 100 países. Con la aplicación econométrica del método general de momentos (GMM), para reducir problemas de endogeneidad, encuentran que las remesas tienen un impacto positivo sobre el crecimiento de los países desarrollados. En el mismo sentido, Ziesemer (2006) argumenta que las remesas tienen un efecto positivo sobre el crecimiento porque promueven la inversión en capital fijo y humano.
Acosta et al. (2008) analizan la relación entre remesas y crecimiento para 59 paíıses industriales y desarrollados, pero en la misma ecuación incorpora las remesas multiplicadas por una variable dummy, que toma el valor de uno para identificar a los países de Latinoamérica y el Caribe. Con base en una especificación econométrica de diferenciales del PIB por habitante y sus determinantes, como proponen Arellano y Bond (1991), aplican el GMM. Los resultados que encontraron muestran que las remesas tienen un impacto positivo, pero muy reducido, en el crecimiento económico, entre 0.05 y 0.013, por lo que tienen que aumentar mucho para ser la fuente principal del crecimiento de largo plazo.
El Ecuador desde la crisis financiera de 1999, experimentó la masiva salida de ciudadanos al exterior para encontrar mejores posibilidades de vida, puesto que las variables macroeconómicas se encontraban en situaciones extremadamente adversas, tal situación fue considerada por el expresidente Economista Rafael Correa Delgado como «tragedia nacional» (Villareal Villamar & Palazuelos Manso, 2013, pág. 113). Por ende, los ingresos provenientes del exterior marcaron un sustancial incremento del circulante (Dólar EEUU), permitiendo desarrollo económico y social. Los conceptos remesas disponen de algunas interpretaciones de marcan un mismo sentido en teoría económica se conoce a las remesas como; el dinero
que es enviado a través de transacciones internacionales por individuos de un país de origen a un país de destino (Sanmartín Álvarez, García Macías, & Songor Jaramillo, 2017).
Sin embargo, según Corona (2014) las remesas son producto de la migración de los individuos a países desarrollados donde se demanda mano de obra, con mejores ofertas salariales. Usualmente se estudia el impacto de las remesas en la mejora de la situación económica las familias ecuatorianas en función a la reducción de las desigualdades; en Ecuador las remesas se destinan al consumo de productos de la canasta básica, y a la compra de terrenos y construcción.
El impacto macroeconómico de las remesas según Acosta (2008), han experimentado un crecimiento (ver Figura 5) que puede ser clasificado en tres etapas. Una etapa de crecimiento inicial, que va de 1993 a 1997 y en la que el incremento anual de remesas promediólos 120 millones de dólares. Una segunda etapa que sería de aceleración, entre 1998 y 2000, en la que el aumento anual promedio de remesas se duplicó, alcanzando los 262 millones. Y la tercera etapa, con una tendencia a la saturación, entre 2001 y 2004, en la que se desacelera el flujo de remesas, promediando un crecimiento de apenas 64 millones anuales; en términos reales en estos años prácticamente no se registró un crecimiento. Es interesante destacar el cambio de pendiente que caracteriza a cada etapa. Nótese además que la aceleración del flujo de remesas (1998) coincide con el estallido de la reciente ola migratoria. Sin embargo, no debe olvidarse que la evolución de las remesas no puede proyectarse en forma lineal y que éstas no están garantizadas en forma permanente.
Las ciudades con la mayor captación de remesas en el Ecuador terminan siendo Quito, Guayaquil, Cuenca, Machala y Ambato, generalmente las capitales de provincia captan gran parte de las remesas provinciales. Esta situación genera y promueve la creación de microempresas en un nivel básico, puesto que gran parte de las remesas se destinan a alimentación, educación y salud (Aragonés, Salgado, Uberto, & Ríos, 2008, pág. 29).
Es notorio que las remesas desde el año 2000 han sido altamente significativas sobre el Producto Interno Bruto (PIB) que descendieron paulatinamente según (Neira Orjuela, 2009, pág. 90) las remesas pasaron del 32% en el 2000 hasta el 23.6% en el año 2002. La premisa indica los cambios económicos y sociales que producen los ingresos del exterior a las familias ecuatorianas.
En 2014, desde el resto de países (ver Figura 6) por concepto de remesas los emigrantes enviaron a Ecuador USD 299.4 millones (12.2% del monto total recibido), valor inferior en 3.6% al observado en 2013 (USD
310.5millones). La coyuntura económica de ciertos países europeos, ha obligado a ciertos migrantes ecuatorianos radicados en la eurozona a buscar nuevos destinos en el resto de Europa, EUA, América del Sur y, en no pocos casos, han retornado al país.
III.METODOLOGÍA
En este trabajo, usamos las variables explicativas: inversión privada (ip), gasto público provincial (gpp), recaudación fiscal (rf) y las remesas (rem) para analizar cómo afectan al valor agregado bruto provincial (vabp), para el periodo 2007-20144. Hemos usado los datos balanceados de 23 provincias del Ecuador5. Por lo tanto usamos cómo variable dependiente la el valor agregado bruto (vabp). Todas las variables se han usado en logaritmos para poder analizar las elasticidades. En concreto, para el modelo, la ecuación a estimar y las variables que usamos para el país i en el momento temporal t es la siguiente:
Donde permitimos la existencia de 𝛾𝑖 que son efectos fijos que no se observan para cada región ecuatoriana i
y que son invariantes en el tiempo y una perturbación 𝜀𝑖,𝑡 que también no es observable y que varía en el tiempo. También permitimos la existencia de retardos de la variable dependiente y las variables
independientes. Dado que la inclusión de retardos de la variable dependiente (vabp) y los efectos fijos genera problemas de endogeneidad, hemos usado la metodología de Arellano y Bond (1991) y Bond (2002) para
estimar la ecuación anterior donde además hemos calculado los errores estándar que son asintóticamente robustos a la heteroscedasticidad.6
Para que se pueda usar la metodología del método generalizado de momentos de Arellano y Bond (1991) en una etapa debe satisfacerse la condición de que la primera diferencia de 𝜀𝑖,𝑡 presenta correlación serial de orden 1 pero no tiene correlación serial de orden 2 en adelante. Para ello, se usa el contraste de Arellano y Bond (1991) donde la hipótesis nula es que no hay correlación serial en la primera diferencia de los errores, y contrastaremos la de orden 1 y la de orden dos (denominada AR(1) y AR(2) ).
También seleccionaremos los retardos n, p, q, r y s que sean estadísticamente significativos. Finalmente se llevó a cabo la prueba del contraste de Wald (conjunto), donde la hipótesis nula es que las variables no son estadísticamente significativas conjuntamente en los modelos escogidos. Para el modelo de largo plazo, hemos estimado la ecuación (1.1) donde forzamos n, p, q, r y s a ser igual a cero y tampoco incluimos retardos de la inversión privada. Dicha ecuación la estimamos por efectos fijos dado que no es un modelo dinámico.
Los resultados de la estimación se pueden visualizar en la Tabla 1. Además, para evidenciar la robustez del modelo, se realizó el análisis con el método GMM-SYS, en el cual la diferencia que existe entre GMM y GMM-SYS, es la construcción de variables instrumentales. El primero solo usa diferencias y el segundo emplea diferencias y niveles.
IV. RESULTADOS
En la Tabla 1 se muestran las elasticidades de corto plazo estimadas descritas en dos paneles A y B. Los modelos muestran efectivamente un rechazo de la no existencia de autocorrelación en la primera diferencia de los residuos de orden 1 de los residuos al 10%, pero ya no podemos rechazarla en la de orden 2, lo que muestra la validez del método de estimación empleado. También el contraste de Wald (conjunto) permite rechazar la hipótesis nula de que todos los regresores no son estadísticamente significativos.
Variable dependiente: vabp (Panel 1 y 2); Método de estimación: Arellano y Bond (1991) (GMM) y GMM-SYS ; Periodo: 2007- 2014;
Provincias consideradas: Azuay, Bolívar, Cañar, Carchi, Chimborazo, Cotopaxi, El Oro, Esmeraldas, Guayas, Imbabura, Loja, Los Ríos, Manabí, Morona Santiago, Napo, Orellana, Pastaza, Pichincha, Santa Elena, Santo Domingo de los Tsáchilas, Sucumbíos, Tungurahua, Zamora Chinchipe. Las variables se usaron en transformación logarítmica; Valores entre paréntesis representan los errores estándar de los coeficientes estimados. Los asteriscos representan: * Significancia 10%. ** Significancia 5%. *** Significancia 1%.
(2)El gasto público provincial (lgpp) tiene un efecto positivo sobre el valor agregado bruto ecuatoriano, es decir se da un efecto atracción (crowding in). Los resultados en el primer modelo muestran que el aumento de un punto porcentual del gasto público se traduce en un aumento del valor agregado bruto ecuatoriano en 0.82% en el mismo periodo. En el segundo modelo de igual manera muestran que el aumento de un punto porcentual del gasto público se traduce en un aumento del valor agregado bruto ecuatoriano en 0.49% en el mismo periodo.
(3)La recaudación fiscal (lrf) de acuerdo con los resultados del modelo, se puede observar en la primera columna que el efecto es significativo pero casi nulo. Este resultado implica que un aumento de la recaudación fiscal desestimula al valor agregado bruto ecuatoriano cuando este ocurre en el mismo periodo. Con un alza de 1% en la recaudación tributaria, el valor agregado bruto ecuatoriano se reduce 0.014%. En la segundo columna, un aumento de un punto porcentual de la recaudación fiscal del periodo anterior se traduce en un aumento del valor agregado bruto ecuatoriano en 0.022%, sin embargo, este efecto es significativo al 10%.
(4)Los resultados indican que el gasto público y la recaudación fiscal tienen un balance fiscal positivo en las provincias analizadas, lo cual implica que si se incrementara la recaudación por impuestos para incrementar el gasto público, el valor agregado bruto ecuatoriano no se vería mayormente afectado.
(5)Por último, las remesas (lrem) en el segundo panel ejercen un efecto negativo sobre el valor agregado bruto provincial. En concreto, se observa que un incremento de 1% de las remesas, produce una disminución del valor agregado bruto ecuatoriano de 0.05%.
V.CONCLUSIONES
Los resultados del análisis realizado en este artículo para las provincias de Ecuador muestran evidencia de que la inversión privada no tiene un efecto significativo en el valor agregado bruto provincial durante el periodo 2007- 2014. Por el contrario, el gasto público aporta significativamente a incrementar el valor agregado bruto ecuatoriano, en cambio dos variables tienen un efecto negativo, la recaudación fiscal, como es el caso de los impuestos regresivos que desalientan la demanda de inversión o de consumo, con lo que se demuestra que en conjunto, un aumento de la presión tributaria se consume menos Pecorino (1993) y Mendoza et al. (1997); Y las remesas donde se puede aducir que en esencia son transferencias privadas entre particulares, y no parece existir ni argumentos lógicos (teóricos) ni empíricos que permitan inferir que las remesas pudieran tengan un papel relevante como promotoras y/o financiadoras del desarrollo económico (Canales, 2008). Por el contrario, como se analizó en este artículo, hemos mostrado que el comportamiento de las remesas es mucho más próximo al de un tipo de transferencias salariales que a un fondo de inversión.
Con respecto al gasto público se evidencia que tiene un claro efecto atracción (crowding in) con el valor agregado bruto, resultado apoyado por Caballero-Urdiales y López-Gallardo (2012) y contraria a Gutiérrez (1996) para Chile, por lo tanto para estimularla, se prefiere que el gobierno siga apoyando a la producción ya que estos resultados implican mejorar al valor agregado bruto ecuatoriano. Con respecto a este análisis hay que tomar en cuenta para futuras investigaciones, qué tipos de gastos son los que más aportan de acuerdo con cada una de sus características funcionales y económicas, para que el gobierno impulse el crecimiento del país como son: los gastos de defensa, los gastos descentralizados (locales o regional), o la educación (Bojanic, 2013).
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Anexos
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Notas