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Recepción: 05 Septiembre 2017
Aprobación: 11 Noviembre 2017
Resumen: La calidad de la educación asumida a partir del imaginario de los docentes universitarios en el contexto de su práctica pedagógica es un estudio cualitativo dentro de la metodología historia en el campo del paradigma emergente de la investigación cualitativa, en el cual se plantea identificar el imaginario instaurado en los docentes de educación superior en relación con la calidad de la educación articulada al contexto de su práctica pedagógica en la Universidad Simón Bolívar de Barraquilla. Además de analizar la influencia del concepto de calidad de la educación desde las políticas educativas en Colombia; identificar los imaginarios de los docentes en torno al concepto de calidad de educación superior en lo referente a la docencia, investigación y proyección social y comprender de qué manera estos imaginarios instaurados en los docentes sobre la calidad de la Educación superior se articula con su práctica pedagógica. A partir de las categorías calidad de la educación, imaginarios de los docentes y práctica pedagógica, se indaga a través de unos indicadores cada una de estas categorías para luego triangular los instrumentos teóricamente para obtener las conclusiones y recomendaciones pertinentes.
Palabras clave: Calidad, educación, imaginarios, docentes, Universidad Simón Bolívar.
Abstract: The quality of education assumed from the imaginary of university teachers in the context of their pedagogical practice is a qualitative study within the methodology history in the field of emerging paradigm of qualitative research in which it is proposed to identify the imaginary established in the teachers of higher education in relation to the quality of education articulated to the context of their pedagogical practice at the Simon Bolívar University of Barranquilla, Atlántico-Colombia. In addition to analyzing the influence of the concept of quality of education from the educational policies in Colombia; to identify the imaginaries of teachers around the concept of quality of higher education in relation to teaching, research and social projection; and to understand in what ways these imaginary teachers in the quality of Higher Education is articulated with their pedagogical practice. From the categories of quality of education, teachers' imaginary and pedagogical practice, one investigates through each one of these categories and then triangulates the theoretical instruments to obtain the relevant conclusions and recommendations.
Keywords: Quality, education, imaginary, teachers, Universidad Simon Bolívar.
Resumo: A qualidade da educação assumida a partir do imaginário dos docentes universitários no contexto de uma prática pedagógica é um estudo bastante qualitativo dentro da metodologia história no campo do paradigma emergente da pesquisa qualitativa em ele qual se planteai identificar o imaginário instaurado em Os docentes de educação superior em relação à qualidade da educação articulada no contexto da prática pedagógica da Universidade Simon Bolívar de Barranquilla, Atlântico- Colômbia. Além de analisar a influência do conceito de qualidade de educação das políticas educativas na Colômbia; identificar os imaginários de lós docentes em torno do conceito de qualidade de educação superior no referente ala docência, investigação y projeção social; e compreender de que maneiras estes imaginários instaurados em documentos sobre a qualidade da educação Superior se articula com sua prática pedagógica. A partir das categorias de qualidade da educação, imaginários de docentes e práticas pedagógicas diretas através de um teste de cada uma das categorias de categorias para depois triangular os instrumentos teoricamente para obter as conclusões e recomendações relevantes.
Palavras-chave: Calidad, educação, imaginarios, docentes, Universidad Simón Bolívar.
Introducción
Los motivos que llevaron a la consideración de este estudio, titulado, Calidad de la educación superior: imaginario docente en el contexto de la práctica pedagógica, están asociados a las inquietudes que este tópico suscita en el investigador debido a que el tema de la calidad de la educación es un tema de trascendencia que conlleva indagar las percepciones del docente articuladas a su quehacer pedagógico en un determinado escenario educativo. La calidad de la educación es un concepto que debe estar en el imaginario del docente y articulado a su contexto en el cual realiza su práctica pedagógica. Por la naturaleza del tema, la calidad de la educación se abordó atendiendo a una multiplicidad de aspectos o componentes que constituyen una red de relaciones que se permean mutuamente, no puede ser estudiada como un fenómeno aislado, fragmentado y descontextualizado.
Por ello, la metodología seleccionada es histórico hermenéutica; en la que se atienden las representaciones mentales que los sujetos objeto de la investigación han hecho de su práctica pedagógica. El investigador se retroalimenta a partir de una comunicación dialógica, interactiva y bidireccional. Los cuerpos de conocimientos elaborados van emergiendo en la medida que la información es recogida y se tejen con los conceptos o códigos elaborados de la teoría que sustenta la calidad educativa. De lo que se trata es de guiar el proceso de interpretación de los sujetos que intervienen en la investigación y las explicaciones del fenómeno que devela la calidad de la educación en el nivel de educación superior.
Esto implica asumir una postura epistémica y unas opciones ético políticas e ideológicas que permiten al investigador ir hilando delgado en el avance sistemático del proceso investigativo en toda su complejidad.
La selección del tema de estudio supuso determinar desde qué coordenadas de pensamiento, cultura, momento histórico, se aborda el tema de la calidad de la Educación superior. En relación con la experiencia que motivó a seleccionar el tema, tenemos entre otros aspectos el bajo nivel educativo en el país en relación con las pruebas estandarizadas internacionalmente y de qué modo este concepto debe ser internalizado por los docentes universitarios que permitan ser formadores de formadores y ese concepto internalizado actué en una cadena sinérgica que potencialice la calidad de la educación en el contexto local. Valorar las relaciones existentes entre la práctica pedagógica del docente universitario y sus imaginarios. Además, determinar la concepción de calidad de la educación que orienta los currículos de la Universidad Simón Bolívar y relacionar los criterios y principios de la calidad de la educación superior expuestos en la normatividad colombiana con las necesidades del momento histórico.
Reflexión en torno al concepto de calidad de la educación superior.
La investigación centra su interés en el desarrollo de la categoría “calidad de la educación”, ya que ésta constituye el motivo central de la misma, además reconoce que existe una diversidad de posturas alrededor del concepto.
Los estudios sobre la calidad de la educación superior en Colombia han sido abordados desde diferentes ámbitos; existen una diversidad de referentes conceptuales desde los cuales se valora, se fomenta, se evalúa, se acredita y se certifica la calidad del servicio educativo aunque en la práctica política de su aplicación, no se evidencien tales postulados en los componentes que constituyen el sistema de aseguramiento de la calidad de la educación superior.
En primera instancia, el concepto mismo de calidad de la educación hace referencia a la capacidad que tienen las instituciones educativas de lograr que sus estudiantes alcancen metas independientemente de su origen social. Comprendiendo metas según De la Hoz (1975), como resultados académicos y directamente relacionados con el aprendizaje.
La calidad de la educación superior como concepto da lugar a muchas interpretaciones, es un término relativo permeado por diversos enfoques y criterios de evaluación; su perspectiva varía en relación con el sujeto que emite el juicio, desde sus necesidades, perspectivas, visión de la educación, nivel de teorización, experticia, el deber ser, entre otras.
Al respecto Giraldo (2002), sostiene que, en cada caso, debe valorarse todo proceso de evaluación en función del punto de vista o enfoque operativo que asume el evaluador sobre calidad, así como de las estrategias que utilizan en su medida. Fácilmente se puede inferir, que la disparidad de criterios ha sido tal que hasta la fecha el tema de calidad en la educación ha generado más confusión y debate que resultados concretos.
Según los referentes sobre calidad usados con mayor frecuencia en la literatura según Díaz (1994), citado por Giraldo, se pueden identificar los siguientes aspectos:
Calidad como Prestigio / Excelencia. En este aspecto la calidad está relacionada con la reputación académica con que cuentan algunas instituciones acreditadas, aunque este prestigio no obedezca a un juicio objetivo.
Calidad en función de los recursos. Desde esta perspectiva, la calidad de la institución se valora en relación con la infraestructura, los recursos económicos y el talento humano con que cuenta la entidad, se supone que las instituciones cuentan con comodidades o recursos superiores a los habituales.
Calidad como resultado. En esta referencia los resultados son leídos como productos. Se crea el sofisma de que la calidad de la institución está directamente relacionada con los éxitos logrados por sus egresados, en cierta medida los resultados de sus estudiantes determinan la calidad de la institución.
Calidad como cambio (valor agregado). Al hacer referencia a este enfoque, se deduce que la calidad de la educación de la institución es directamente proporcional a su incidencia sobre el cambio de conducta de sus estudiantes. Las instituciones de calidad son aquellas que tienen mayor impacto sobre los conocimientos de los estudiantes, la evolución de su personalidad y el desarrollo de su carrera (Astin, 1985).
Calidad como adecuación de propósitos. Las características de calidad en este aspecto aluden a que ésta no es algo abstracto que deba estar orientada a la satisfacción de las necesidades de los estudiantes en tanto que son usuarios de la institución. En este criterio la calidad de la institución hace referencia a los fines educativos dentro de los marcos legales.
Calidad como perfección o mérito. Este enfoque asume un deber ser de las cosas, no se trata solo de cumplir o responder con los requisitos legales para la oferta del servicio o responder ante los controles del estado, sino de generar una cultura de calidad que implique “hacer las cosas con criterios de excelencia”, se busca la perfección y el “mérito” frente al “valor”.
Para Ungermann (2009, p.4) las instituciones de educación superior tienen una ineludible responsabilidad social que va más allá de lo académico y profesional debido a que ésta a su vez determina su pertinencia y calidad.
El tema de la calidad según Tunnermann (2009, p.10), está presente de manera significativa en los procesos de transformación universitaria, y forma parte de la agenda internacional que incluye, además de las preocupaciones por la calidad, los referentes a la pertinencia, la gestión estratégica y transparente, la fidelidad a las misiones substanciales de la universidad, la dimensión internacional del quehacer universitario y el ejercicio de una autonomía responsable. En estos términos, el autor hace referencia a una institución viva que se transforma, que se reinventa, que genera nuevas culturas en donde la autonomía y libertad universitaria son asumidas con responsabilidad social e histórica, hasta convertirse en prácticas cotidianas de la vida institucional.
Según Tunnermann (2009), la calidad educativa es un concepto relativo que se construye socialmente y lleva implícito su evaluación o apreciación objetiva. Es un concepto que requiere ser desagregado para analizar sus componentes y luego actuar sobre los mismos; el currículo, los métodos de enseñanza-aprendizaje, los medios, el nivel de los docentes, la infraestructura y el ambiente pedagógico, entre otros.
La calidad en el imaginario docente
El docente en el ejercicio de su práctica pedagógica hace uso de unos discursos y de unas posturas epistémicas que enuncian su manera de comprender el mundo, el paradigma desde el cual él se enfrenta al conocimiento y su actitud ante éste; en cierta medida, el docente reproduce las demandas de un orden discursivo en el cual él está ubicado.
El estudiante por su parte, ingresa a un espacio privilegiado en donde recibe de manera formal la memoria cultural de la sociedad en la que vive, adquiere nuevos valores y diversas formas de ver el mundo; amplía su universo cognoscente e interioriza los procesos de regulación e interacción social.
La función por excelencia de la escuela es, entonces, facilitar la comprensión de los mundos que se generan en diferentes contextos de interlocución, ya sea en lo referido a los propios de la cotidianidad o a lo que se denomina el orden universal. (Baena, 2004, p.46).
En esta medida, gracias al lenguaje los procesos de significación que se dan en el estudiante le ayudan a interiorizar los elementos de la cultura y ser parte activa de ella. El lenguaje mantiene a las personas estrechamente vinculadas a la sociedad. La adquisición del conocimiento y el acercamiento del mundo cultural depende del dominio que tenga del lenguaje ya que “el lenguaje no solo transmite, el lenguaje crea o construye el conocimiento o realidad” (Brunner 1988).
En la interacción maestro-estudiante, el docente le muestra el mundo que él observa, le da nuevos “sentidos” para que el educando aprehenda la realidad y desarrolle sus potencialidades; en este proceso, al docente le afloran los imaginarios que el posee; son aquellos significados que le han servido para construir el mundo en el que vive, que además son el producto de una interacción con otros seres humanos que hacen parte de un medio socio cultural en el que se desenvuelve. Por ello se puede afirmar que los imaginarios reflejan las características de la sociedad en la que se encuentran inmersos; son el resultado de las imágenes mentales, de los significados de aquellos elementos de la realidad construidos por los humanos en su interacción cotidiana. Tiene lugar en un medio socio cultural y representa una simbolización de elementos de la realidad, permite darle sentido y significado al entorno asimilado por el ser humano (Berger y Luckmann, 2001).
Para Castoriadis (2001), los imaginarios corresponden a esos esquemas de inteligibilidad social desde los cuales las personas organizan sus vidas. Esto es, esos acuerdos sancionados socialmente que permiten a las personas comprender los discursos, las acciones y las interacciones de otros, y hacen comprender los suyos propios: “los hombres no pueden existir más que en la sociedad y por la sociedad” (Castoriadis, 2006). La etnia se instituye e instituye unas prácticas que le dan ‘identidad’ desde sus condiciones físicas y desde sus universos de sentido, desde las relaciones intersubjetivas de los sujetos. Así, las significaciones sociales, entendidas como producciones de sentido, proponen mundos posibles, es decir, la etnia, gracias a tales significaciones, despliega universos.
Lo imaginario tiene que ver con la imaginación y con la imagen, ya que de ella resulta una capacidad creadora — individual y colectiva. En estos apartes, el autor hace referencia a la interacción constante que vive el ser humano, ya que sus imaginarios surgen precisamente de esa lucha interna entre sus creaciones personales y las presiones del colectivo con el que establece relaciones de manera directa o indirecta; en tal caso, el ser humano no escapa de su condición cultural y por supuesto de la influencia del entorno; se establece una relación biunívoca de transformaciones e influencias entre el sujeto y la sociedad. El hombre crea un nuevo saber, un nuevo conocimiento; pero este conocimiento al decir de Morin, no es un espejo de las cosas o del mundo exterior. Todas las percepciones son a la vez traducciones y reconstrucciones cerebrales, a partir de estímulos o signos captados y codificados por los sentidos. Así, este conocimiento en tanto que traducción y reconstrucción implica la interpretación, lo que trae en sí un componente de subjetividad.
Murcia, Pinto y otros (2008), afirman desde las tendencias constructivistas que los imaginarios son el producto de las construcciones y deconstrucciones imaginarias que trascienden las representaciones de una realidad externa. Por lo anterior, no existe una sola realidad sino muchas realidades, toda vez que estos esquemas de inteligibilidad social se van formando y reformando en los intersticios de la vivencia cotidiana.
La actividad docente en cualquier nivel de formación esta permeado igualmente por las influencias de su entorno y de la formación que ha recibido, ahora bien, en la institución donde labora se crea un estado o contexto particular que le imprimen unas condiciones o características propias de la cultura institucional que en cierta medida orientan o definen su quehacer docente; en algunos casos el docente interioriza a tal nivel el imprinting institucional que se mimetiza, cede su condición particular y genera imaginarios en colectivo.
La práctica pedagógica al tenor de la calidad de la educación y el imaginario del docente
Sobre los hombros de la educación se descarga la responsabilidad del futuro del mundo, en términos de Jacques Delors (1996), la educación constituye un medio indispensable para que la humanidad pueda progresar hacia los ideales de paz, libertad y justicia social. Para Juan Carlos Tedesco (2000), la transición a la democracia, la crisis del Estado-nación, la globalización de la economía, el impacto de las nuevas tecnologías de la información, la crisis de las identidades políticas tradicionales, entre otros, son fenómenos que obligan a redefinir el papel de la educación en la sociedad y, más específicamente, en la formación del ciudadano. Por ello, desarrollar procesos de formación, es una responsabilidad y compromiso social que trasciende el espacio clase e impacta en la dinámica y desarrollo de una sociedad.
En sí, la actividad diaria que los docentes desarrollan en las aulas, laboratorios u otros espacios, orientada por un currículo y que tiene como propósito la formación de estudiantes es lo que se le conoce como práctica pedagógica. Esta entidad tiene varios componentes que es necesario examinar: (a) los docentes, (b) el currículo, (c) los estudiantes, y (d) el proceso formativo (Díaz, 2004).
El ejercicio docente implica mucho más que un postulado de transmisibilidad del saber de alguien que sabe a alguien que ignora; cada uno debe construir por sí mismo su propio saber. En términos Louis Not (1992), la formación en segunda persona supone que cada uno de los dos sujetos es un yo y a la vez el tú del otro. La pedagogía en este modelo de formación supone una identidad que garantiza la igual dignidad de cada uno de los sujetos que participan en el acto educativo autorizando así su libertad de iniciativa frente al otro y la alteridad que le permite a cada uno ser original y valorar al otro en una dimensión de complementariedad y agente dinamizador en el proceso de construcción de conocimiento.
Es probable que los métodos de enseñanza que se emplean en la actualidad, tal vez no sean muy diferentes a aquellos que se usaban para mejorar el aprendizaje en los estudiantes; es fácil demostrar que en muchos casos los métodos educativos se han desarrollado con mucho éxito, por ello la reflexión pedagógica en este caso se orienta a la diferencia que se obtiene en el proceso de comprensión en donde, el pensamiento divergente del estudiante que participa fluye con mayor facilidad y puede superar deficiencias de tipo instruccional y buscar por sí mismos la información que le ayudará a adquirir habilidades para ampliar sus conocimientos sobre el tema que se tiene en cuestión.
Uno de los aspectos fundamentales de las nuevas propuestas pedagógicas, es servir como contexto básico para que el docente y el estudiante renuncien a las cegueras paradigmáticas y se den a la posibilidad de confrontar sus saberes y encontrar lógicas racionales y argumentativas que permitan el análisis hermenéutico de las temáticas que se desarrollan en el salón de clases; se vive una constante búsqueda de nuevas teorías, postulados o paradigmas que enriquecen sus códigos para enfrentar su entorno. Esta dinámica de pensamiento y de cultura académica genera en alguna medida que el estudiante interiorice diversas formas de interpretación y análisis de la realidad. Así, se reconoce que una teoría es útil como recopilación y marco de referencia del conocimiento adquirido, y como una fuente de ideas nuevas, más no, como una verdad acabada e irrefutable. Por otro lado, los maestros asumen un proceso de comprensión y de valoración de las propuestas de los estudiantes en sus dimensiones argumentativas, propositivas y analíticas en donde el lenguaje es el vehículo que moviliza las diversas posturas que son reveladas en un espacio de coagentividad de saberes; y, docentes y estudiantes deambulan en términos de Morín (1999), en un océano de incertidumbres entre archipiélagos de certeza.
Para Correa (2004), el orden instruccional y el orden regulativo de las prácticas pedagógicas legitiman en el docente el poder de construir explícita o implícitamente el mundo del estudiante, sus valores, objetos, experiencias y formas de percepción, comunicación e interpretación del mundo, estableciéndose relaciones de autoridad en la asimetría maestro-estudiante. En éste aporte la autora dimensiona la trascendencia de la labor docente en el proceso de formación, su impacto o huella en la vida del estudiante; en donde el maestro en el ejercicio de su práctica pedagógica puede señalarle un horizonte de desarrollo o reducirle su mundo cognoscente.
Este consecuente salto en la naturaleza de la calidad de las soluciones permitirá en la naturaleza humana y la calidad de los individuos, unas personas mucho más educadas y provistas de las competencias necesarias para enfrentar la vida y sus desafíos. Las sociedades y los seres humanos que las conforman serán más exitosos en relación con la educación recibida. Los docentes universitarios y sobre todo los que tienen la responsabilidad histórica de formar los nuevos cuadros que la sociedad requiere para poder ser competitiva en un mundo cada vez más cambiante y complejo. Colombia y cada una de sus regiones requieren entrar definitivamente en la racionalidad científico tecnológica, insertarse en la sociedad del conocimiento y guiarse en este siglo marcado por los principios de libertad y paz.
La calidad de la educación debe ser comprendida e internalizada pero lo más importante debe estar relacionada con la práctica pedagógica en los contextos del quehacer del docente. El contexto internacional exige altos niveles de inteligencia social, que se sustenta en la capacidad organizativa de adaptación a un mundo cambiante, lo que supone adquirir y procesar información sumamente compleja para la toma de decisiones que permitan el aprovechamiento óptimo de cada coyuntura.
Se requiere que la educación haga uso de los nuevos avances tecnológicos y se abran espacios de educación virtual y se incrementen nuevas metodologías de aprendizaje a distancia o virtual para que la educación superior llegue a todos los rincones de la nación en sus distintas modalidades para formar los técnicos y profesionales que requiere la sociedad en su desarrollo. La calidad de la educación garantizará que la formación de los nuevos profesionales genere un encadenamiento de alta calidad en la educación de las próximas generaciones y salir del rezago en que la región y el país han estado sumidos, para que dejemos de ser espectadores y pasar a ser protagonistas del desarrollo contemporáneo que la ciencia tiene en los actuales momentos.
La situación planteada anteriormente conlleva a sustentar el problema de investigación sobre unos aspectos fundamentales. Estos aspectos le sirven de base y están conformadas por: a) las metodologías usadas en el contexto colombiano, b) las pautas legislativas en función del tema investigado y c) la visión del actual momento histórico del contexto.
La calidad de la educación en el contexto histórico actual.
La calidad de la educación es un concepto histórico y por lo tanto varía según las circunstancias sociales (Parra, 1992). Establecida esta premisa se puede llegar a la conclusión de que el papel de esta concepción es fundamental en las decisiones de rediseñar los currículos hasta ahora vigentes. Más aún si estos cambios se logran mediante proyectos de investigación que tengan en cuenta los factores regionales y locales, ya que, de esta manera, se alcanzan niveles elevados de calidad que aseguran una verdadera correspondencia entre el tipo de educación que se imparte y las necesidades reales de una comunidad determinada; para alcanzar un mayor desarrollo social deseable, deseo del ser en el saber. Es decir, es fundamental el anhelo del sujeto frente al saber. Esto es lo que hace que el concepto de Calidad de la educación se refleje en las formas de vida social para que éstas a la vez encuentren el camino para el desenvolvimiento adecuado del individuo (Edward V. 1991).
El concepto de calidad es más significante que significado, señala, además, esta autora que los significados que se le atribuyen a la calidad de la educación dependen de la perspectiva social desde la cual se hace, de los sujetos que la enuncian (profesores, padres de familias, institución de planificación educativa, ministerio de educación, etc.). El concepto de calidad, en tanto significante, es referente de significados históricamente producidos y en ese sentido es un concepto que no puede definirse en términos esenciales ni absolutos, ni tampoco es un concepto neutro. En la definición de calidad subyacen las que se tengan acerca de sujeto, sociedad, mundo, vida y educación, y conlleva a un posicionamiento ideológico, político, social y cultural. Inclusive el contexto también determina el concepto de calidad.
Consecuentemente por ello este estudio se fundamenta en indagar los imaginarios que subyacen en el docente acerca de la calidad de la educación en el contexto de su práctica pedagógica.
La calidad de la educación desde las perspectivas sociocultural, tecnológica y generadora de estudios a futuro.
La práctica del bilingüismo como estrategia para desafiar los retos en el contexto de la competitividad y los negocios fundamenta la tesis de una sociedad educada a partir de la apropiación del inglés como lengua extranjera. Este es uno de los puntales del Plan Nacional de desarrollo y que interviene en los currículos de la educación básica, media, técnica, profesional y de postgrados. El idioma inglés al ser considerado la lengua de la ciencia y la competitividad es un elemento de calidad en la educación para cerrar la brecha en el atraso científico y tecnológico. Un segundo idioma y el uso de las tecnologías de la información y la comunicación son las puntas de lanza de los procesos de la calidad de la educación en Colombia.
Pero en el nivel educativo superior se requiere de unas IES centradas en el trabajo intelectual y con el conocimiento como materia elaborado. Una Universidad que propenda a su misión de institución forjadora de una cultura de la responsabilidad social y el respeto a las diferencias. En procura de preparar como función primordial el capital intelectual en los profesionales y científicos del más alto nivel que el país necesita para su transformación. Las IES deben preparar ciudadanos educados para la paz y el ejercicio de una ciudadanía plena y con un alto compromiso ético que se refleje en las acciones de sus egresados en los distintos campos científicos, sociales, culturales, económicos y políticos en su accionar cotidiano.
Frente a lo anterior Tunnermann señala
…para que la educación superior desempeñe ese rol tan importante requiere de innovaciones profundas, que hagan temblar los cimientos de los sistemas educativos, tan ligados a la tradición. Y esas innovaciones no pueden seguir siendo puramente episódicas: deben consistir en un proceso permanente y continuo. En consecuencia, debemos retar nuestra imaginación y replantear los objetivos, misión y funciones de las instituciones de educación superior, sin olvidar que necesitamos también una educación superior impregnada de valores, consciente de su compromiso ético y social, y puesta al servicio de la promoción de la libertad, la tolerancia, la justicia, el respeto a los derechos humanos, la preservación del medio ambiente y la cultura de paz. En síntesis, la educación superior contemporánea debe estar al servicio del paradigma compendio proclamado por las Naciones Unidas para orientar el rumbo de la sociedad en el siglo XXI: el desarrollo humano sostenible (2006, p.96).
El desarrollo sostenible es un proceso de cambio progresivo en la calidad de vida de los seres humanos, que les instala como eje y sujeto fundamental del desarrollo, a través del crecimiento económico con equidad social, la transformación de los métodos de producción y de los patrones de consumo que se justifican en el equilibrio ecológico y el sustento vital de la región. La calidad de vida parte de la calidad de la educación de los sujetos e implica el respeto a la diversidad étnica y cultural en regional, lo nacional y lo local, de igual modo el fortalecimiento y participación ciudadana en una convivencia armónica con la naturaleza, garantizando la calidad de vida de las generaciones venideras.
La formación académica en las IES debe adaptar sus contextos de aprendizaje a las nuevas tecnologías para que las nuevas generaciones de profesionales tengan una educación de Calidad. Los estudiantes cada día son más tendientes a desarrollarse mucho más en ambientes virtuales, que deben exaltarse mucho más como posibilidades dentro del ecosistema educativo para que los educadores desarrollen los nuevos entornos virtuales como bibliotecas, portales o aulas virtuales, los cuales aportan nuevos retos a la educación superior. Las universidades colombianas como la Universidad Gran Colombiana han empezado a ofrecer cursos especializados en línea en las distintas áreas del saber profesional.
Este tipo de herramientas cambian la metodología de enseñanza; en Colombia desafortunadamente existe una brecha digital y se requiere una mayor inversión para acceder a esas nuevas tecnologías y aún persiste a pesar del relativo avance un analfabetismo digital. Se requiere que el personal docente de las universidades sea capacitado permanentemente para poder incorporarlas y se avance en el campo innovativo, que es donde se debe enfatizar la educación superior y permitir que el estudiantado tenga acceso a la sociedad de la información de una manera creativa.
En Colombia el Plan Vive Digital y Computadores y Tabletas para Educar como proyectos han permitido ir cerrando esa brecha que ha permitido de una manera progresiva el acceso a una población estudiantil universitaria a las TIC, cada vez mayor a través de plataformas con entornos de aprendizaje virtuales, creando espacios innovativos a través de las aplicaciones web y móviles. Pero a pesar del esfuerzo del gobierno y de las universidades aún persiste la brecha frente a sociedades mucho más digitalizadas en lo educativo. Este es un aspecto vital para que la calidad de la educación esté acorde a los tiempos y a los nuevos retos que la sociedad del conocimiento impone a las IES.
Esta investigación va a sugerir a través de sus conclusiones y recomendaciones nuevas ideas e hipótesis para futuros trabajos que se centren en otros estamentos y entornos e instituciones educativas que la calidad de la educación debe permear para convertir la educación superior en un proceso de mejoramiento continuo y de transformación del sector social al que las IES estén insertas para que sus productos transformen, lo económico, lo cultural y las distintas esferas de lo social y lo humanístico y científico que beneficien a los individuos en sus acciones en lo profesional.
Contexto de la investigación
La investigación esta contextualizada en la cohorte de estudiantes de la maestría de Educación de la Universidad Simón Bolívar, en la cual confluyen docentes universitarios que laboran no solo en esta institución, sino en otras universidades por lo que la educación superior del Departamento y la región se beneficia de los resultados logrados en este estudio y sus alcances determinaran a la vez sus límites en sus posibilidades de ejecución.
La situación problemática del imaginario del docente de educación superior en relación con la calidad de la educación permite que el contexto de su práctica pedagógica se dinamice y decida las fronteras de espacio, tiempo y circunstancias que el estudio señale e imponga. Esta delimitación permite que el fenómeno de la calidad de la educación en el imaginario del docente favorece las posibilidades del investigador a seguir un diseño metodológico y unas opciones epistemológicas que permita al investigador seguir la trazabilidad de las acciones que brinda la información emergente del enfoque de la complejidad. Los factores circunstanciales o característicos en lo particular se toman en cuenta y se les considera para obtener la información pertinente y necesaria para la realización de esta investigación.
Consecuentemente, la delimitación aclara qué tipos de imaginarios se requieren en el docente de educación superior para transformar su práctica pedagógica, qué materiales, situaciones, causas y efectos se consideran o no dentro de este estudio.
Conclusiones
La calidad de la educación puede ser tratada desde diversas perspectivas; esa diversidad, al tiempo que enriquece la discusión obliga a identificar el terreno desde el cual se hace el análisis y de esa misma forma evita la dispersión en posturas que tal vez no tengan puntos de encuentro.
La expresión, “calidad de la educación”, denota una connotación muy amplia; el término “calidad” en sí, es un adjetivo calificativo del cual se infiere el nivel o estado de un producto o servicio, en donde se toma una postura juzgando o calificando desde un referente.
Actualmente el nivel de avance del presente estudio se encuentra en la fase de recolección de información para su posterior análisis dentro del paradigma cualitativo dentro de la opción metodológica histórico hermenéutica.
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