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Comparativo regional: Tendencias e indicadores en el desarrollo del capital humano
A regional comparative: trends and indicators on human capital development
Entorno, núm. 70, 2020
Universidad Tecnológica de El Salvador

Artículos

Entorno
Universidad Tecnológica de El Salvador, El Salvador
ISSN: 2071-8748
ISSN-e: 2218-3345
Periodicidad: Semestral
núm. 70, 2020

Recepción: 06 Noviembre 2019

Aprobación: 16 Enero 2020

Resumen: Ante un ámbito de mayor incertidumbre, crisis socioeconómicas y vertiginosos cambios tecnológicos que se observan a escala global, los organismos internacionales señalan la urgente necesidad de realizar las reformas educativas para elevar la calidad y la participación de la educación técnico-vocacional y superior en el país. A la vez, estas entidades mencionan que es relevante incrementar el número de personas con estudios avanzados; pero haciendo hincapié en incorporar programas educativos ajustados a la demanda cambiante del mercado laboral y en el desarrollo de nuevos perfiles profesionales orientados a mejorar las competencias técnicas-profesionales, transversales y socioemocionales de la fuerza laboral. Las naciones que inviertan y destinen más recursos al bienestar de su recurso humano y al fortalecimiento institucional estarán más aptas a responder a una muy probable desaceleración de la economía mundial.Sin embargo, evaluando los indicadores nacionales en el desarrollo del capital humano, la brecha entre el número de personas con educación superior y de las que no la tienen se va ampliando en El Salvador en relación con el resto de países de la región de América Latina y el Caribe. Lo que implica que el país no está aprovechando su bono demográfico, en una coyuntura en donde más se debería de invertir en la formación del talento.Por ende, realizar reformas post-covid19 en las políticas educativas, bajo un enfoque moderno y ajustado a los nuevos paradigmas, se vuelve un tema trascendental para el desarrollo económico y social del país. En vista de lo anterior, se recomienda también la creación de herramientas y programas para generar un sistema de alertas que sirvan para la formulación de las reformas requeridas.

Palabras clave: Capital humano - El Salvador, Capital intelectual - El Salvador, Mercado laboral - El Salvador, Indicadores de desarrollo - El Salvador, Educación Superior - El Salvador.

Abstract: International organizations indicate the urgent need to make educational reforms that improve the quality and participation of the technical and higher education sectors in the country on the face of greater uncertainty, socioeconomic crises, and the dramatic technological changes that nations are witnessing worldwide. At the same time, these entities mention the relevance of increasing the number of people with advanced studies, highlighting nonetheless, how important it is to incorporate educational programs that adjust to the changing demands of the job market, as well as to develop new professional profiles oriented towards better socioemotional, transversal, technical and professional skills required from the present labor force.Those nations who decide to invest and allocate resources oriented to the well-being of their human resources and the strengthening of their institutions, will be more capable to respond to a very probable deceleration of the world economy.Nevertheless, in evaluating the national indicators of human capital development in El Salvador, the gap between the amount of people with higher education and those who do not have it, is getting wider in relation to the rest of the countries in Latin America and the Caribbean. This implies that the country is not taking advantage of its demographic bonus in a conjuncture where more investment in talent development should be granted. As a result, implementing post Covid-19 reforms in the educational policies of the country, under a modern approach adjusted to the new paradigms, becomes a significant subject for the social and economic development of El Salvador. In view of this, the creation of tools and programs that generate an alert system helpful in aiding the formulation of the required reforms is also recommended.

Keywords: Human capital - El Salvador, Intellectual capital - El Salvador, Job market – El Salvador, Development indicators - El Salvador, Higher Education - El Salvador.

Introducción

Entre los argumentos del economista Joseph Stiglitz, en su libro Creating a Learning Society, refiere que lo que realmente separa las economías avanzadas con la de los países menos desarrollados no es solo una brecha de recursos, suma también un desfase en el capital intelectual y en el conocimiento requerido para nivelar los estándares de productividad y mejores prácticas en las distintas actividades económicas1. De hecho, el ritmo al que crecen los países en desarrollo está determinado, en gran parte, por el compás al que cierran esta brecha de conocimiento y de competencias técnicas-profesionales requeridas (USAID, 2017).

A medida que las economías luchan para responder a las aceleradas transformaciones económicas, tecnológicas y sociales, el capital intelectual se vuelve entre los activos más valiosos en estos tiempos. En este contexto, la necesidad de otro nivel superior de habilidades y competencias en el recurso humano es vital, tanto en las esferas económicas como sociales. Por ende, la educación técnica-vocacional y terciaria juega un papel central para que los países en desarrollo trasciendan a la denominada economía del conocimiento (OCDE, 2019).

De igual forma, el mayor acceso a información vía internet ha permitido que se aceleren los tiempos de aprendizaje, la transferencia de conocimiento y la apertura hacia una educación más inclusiva y virtual, lo que implica el gran cuestionamiento de cómo adaptarse y seguir el paso acelerado de estas innovaciones globales. En otros términos, la globalización, las tecnologías de la información y la cuarta revolución industrial2 brindan muchas oportunidades, pero al mismo tiempo requieren de otra dinámica en el desarrollo de habilidades y competencias en el recurso humano.

El dilema radica es que existe una mayor incertidumbre acerca de cuáles serán estas oportunidades y retos en el mercado laboral en un futuro cercano. Si el país no se alinea a estas transformaciones, la nueva normalidad post-COVID 19 y a los distintos perfiles profesionales requeridos, el rezago en el progreso económico y el desempleo será significantemente mayor.

Por ejemplo, las nuevas tecnologías, tales como la inteligencia artificial y la automatización, se espera que resulten en un alto incremento de la productividad en diversos sectores económicos, y, a la vez, están cambiando radicalmente los modelos de negocios en las empresas y disminuyendo la necesidad de trabajadores no calificados o con habilidades desfasadas. Reconocidos economistas alertan sobre la disminución del empleo en muchas industrias, si la automatización predomina sobre el desarrollo de las capacidades innovadoras en el recurso humano (Banco Mundial, 2020).

El primer enfoque, para ir respondiendo algunas preguntas de cuáles son estas oportunidades y retos en materia de educación y desarrollo del capital humano, es evaluar cómo está El Salvador en relación con economías pares en algunos indicadores referentes a la situación de la educación terciaria y al nivel académico de su población económicamente activa (evaluación de una línea base). A continuación, se analizan las tendencias en diversos indicadores relacionados al desarrollo del capital humano, enfocado al subtema de educación superior, previo a la crisis Covid 19.

Método

En este artículo se analizan los indicadores de desempeño país en el factor de competitividad: Desarrollo del capital humano - educación superior, habilidades y competencias, el cual es uno de los 15 factores estudiados del Sistema de Indicadores para el Desarrollo País creado por la Universidad Tecnológica de El Salvador (Utec).

Los indicadores del factor de competitividad - desarrollo del capital humano - miden la cantidad de personas con educación terciaria y formación técnica-vocacional, así como la calidad de la educación, los niveles de inversión y su avance en relación con terceros países. Lo anterior facilita identificar brechas generales en las condiciones actuales del estado de la educación superior en el país, realizando un análisis de referencia con otras economías.

A continuación, se realizará una evaluación breve de cada uno de los indicadores que comprenden el factor de competitividad-desarrollo capital humano.

  1. 1. Escolaridad promedio de la población
  2. 2. Nivel de inscripción-educación superior
  3. 3. Gasto per cápita por estudiante a nivel terciario
  4. 4. Fuerza laboral calificada
  5. 5. Porcentaje de la población adulta con estudios avanzados
  6. 6. Ranking Pilar de Habilidades – Índice de Competitividad Global

1. Escolaridad promedio de la población

Con base en cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), en más de una década los años de escolaridad promedio de la población salvadoreña ha oscilado entre 6 a 7 años; mientras la media en América Latina, en su conjunto, supera los 8.8 años de escolaridad. Adicionalmente, a pesar de que El Salvador es el segundo país en la región centroamericana con más tiempo promedio de escolaridad, el resto de economías vecinas mantienen una tasa de crecimiento mayor (con excepción de Costa Rica).

Esta media de baja escolaridad, es uno de los factores de los marginales niveles de productividad laboral y crecimiento económico que afecta la nación. Según Knaul y Escandón, en cuanto al impacto de la educación, un aumento de un año en el promedio de escolaridad de una población se traduce en un incremento del 6 % de su producto interno bruto (PIB) per cápita.3

Tabla 1.
Escolaridad promedio de la población en años. Comparativo regional. 2008 y 2017

Fuente: Unesco.

Una de las políticas de educación que han considerado los países de la región es mejorar el atractivo para los jóvenes para completar la educación secundaria y, por ende, incrementar los años de escolaridad. Por ejemplo, un aliciente es formular programas de educación técnico-vocacional en el bachillerato, que les permita de entrada desarrollar habilidades que demanda el mercado laboral. Mejorar la calidad de la educación, a este nivel, se vuelve trascendental para estimular la necesidad en la población de la educación terciaria y continua.

2. Tendencia matriculación educación superior

Otro indicador relevante es el porcentaje de la población inscrita y matriculada a una institución de educación superior. En el caso de El Salvador, el país muestra un estancamiento, en los últimos cinco años, en el porcentaje de la población matriculada en una institución de educación superior (IES), según indicadores del Banco Mundial y la Unesco. Por ejemplo, en el año 2013 los inscritos a nivel terciario equivalía a un 28,4 % de la población salvadoreña, pasando apenas a un 28,6 % en el 2017. Aunque el agravante radica también en la ampliación de la brecha entre el país y el resto de la región en este indicador. Por ejemplo, en 1990 el país mostraba un indicador equivalente a la media de América Latina y el Caribe (16-17 %), sin embargo, el resto de las economías regionales fueron incrementando la proporción de jóvenes matriculados al sistema de educación terciaria hasta llegar a una media de 51,9 % de la población.


Figura 1.
Inscripción escolar, nivel terciario (% bruto)4– Años 1990-2017. Comparativo regional
Fuente: WDI, Instituto de Estadística de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

Este porcentaje del bajo nivel de inscripción a nivel terciario, revela también que un buen porcentaje de la fuerza laboral salvadoreña no cuenta con las calificaciones ni competencias técnicas y/o profesionales que buscan las industrias en crecimiento, tanto a escala nacional como internacional. La Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) señala que las capacidades tecnológicas son desarrolladas mediante un proceso de dos etapas: educación formal y capacitación en el puesto de trabajo. Contrario a los procesos de enseñanza tradicionales, las nuevas tecnologías requieren procesos de aprendizaje continuos, acelerados, duales y teórico-prácticos.

En el informe del Banco Mundial “La Educación Superior en los Países en Desarrollo: Peligros y Promesas” (2000) se menciona “que en la mayoría de los países desarrollados ha aumentado sustancialmente la proporción de jóvenes que reciben educación superior (incluyendo formación técnica vocacional), y también se está recurriendo al aprendizaje permanente para ayudar a los trabajadores a ajustarse a aquellas economías que están en rápida transformación.

Ahora bien, cabe preguntarse ¿qué pasa con los países en desarrollo? ¿Serán capaces de competir en la economía del conocimiento o, al no poder desarrollar las habilidades necesarias para el presente siglo, vivirán un futuro de creciente exclusión?”

3. Tendencia gasto per cápita por estudiante a nivel terciario

Entre otros de los indicadores evaluados, El Salvador pertenece al grupo de países que gasta menos por estudiante terciario a escala mundial, expresado como porcentaje del gasto gubernamental per cápita en relación con el PIB (12,1 %); mientras que la media en Latinoamérica es de 31 % por estudiante con base en cifras 2013-2014. En el país, la tendencia en este indicador —gasto per cápita por estudiante a nivel terciario— mostraba un comportamiento creciente a partir del año 2000, registrando un declive en la participación per cápita a partir del año 2010.

Tabla 2.
Gasto gubernamental por estudiante educación terciaria (% PIB per cápita)

Fuente: WDI, Instituto de Estadística de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

Una característica fundamental de la población salvadoreña es que es mayoritariamente joven, puesto que el 51.4% de la población es menor de 30 años (EHPM, 2019). El denominado “bono demográfico” es una ventaja comparativa que podría desarrollarse como un factor de crecimiento económico, si existiese mayor inversión en el capital humano y educación de calidad. Se esperaría un mayor acceso a la educación media, técnica y superior que pueda resultar en incrementos en la productividad laboral ante este perfil demográfico; sin embargo, el país está optimizando muy poco el bono demográfico en materia de inversión en educación (USAID, 2017).

El Fondo de Población de la Organización de las Naciones Unidas (UNFPA) señala que “es el momento clave y urgente para que el país invierta en la educación secundaria y media (tercer ciclo y bachillerato) y en la educación superior (estudios universitarios), si se quiere tener un bono demográfico bien formado académicamente” en El Salvador.5 El UNFPA sugiere que la educación media en el país debería ser universal; sin embargo, “por cada 10 estudiantes (año 2017), solamente uno asistió a la educación inicial (13 %), seis asistieron a la educación básica (60 %), dos acudieron a la educación media (16 %) y solo uno logró llegar a la universidad (11 %)”.

4. Fuerza laboral calificada

En la misma línea, los nuevos reportes e indicadores que emiten los organismos internacionales hacen cada vez más hincapié en el fortalecimiento de las habilidades y competencias del recurso humano como catalizador del crecimiento económico. Asimismo, en una forma más progresiva, la literatura económica incorpora la variable acumulación de habilidades y conocimiento como factor de capital, y, por ende, se hace visible la relevancia del cúmulo del talento en las naciones para su desarrollo sostenible.

Uno de los indicadores en donde El Salvador muestra un rezago importante es el bajo índice de una fuerza laboral calificada en relación con el total poblacional. Al observar las cifras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), estas señalan que solamente un 38,5 % de la fuerza laboral del país en general cuenta con un nivel de educación media y superior; mientras que en países más avanzados esta proporción supera el 75 % del total.


Figura 2.
Fuerza laboral calificada (porcentaje de la fuerza laboral total) – Año 2017
Fuente: Elaboración propia utilizando cifras de la OIT. Nota: Porcentaje de la fuerza de trabajo de 15 años o más con educación intermedia o avanzada, clasificado por la Clasificación Estándar Internacional de Educación.

5. Porcentaje de la población adulta con estudios avanzados

El porcentaje es menor al considerar la población total con estudios superiores. Por ejemplo, solamente el 6,9 % de la población salvadoreña (adultos) cuenta con estudios a nivel terciario. Es importante mencionar que no solamente es relevante incrementar en el país el número de trabajadores con estudios avanzados, sino que también mejorar la calidad de los programas educativos para que estén acordes con la demanda laboral.


Figura 3.
Porcentaje de la población adulta con estudios avanzados (%) - 2018
Fuente: Elaboración propia utilizando cifras de la OIT.

En décadas pasadas, la economía de El Salvador dependía sustancialmente del sector agrícola y de la industria manufacturera básica como fuentes importantes de generación de empleos y divisas, cuyas ventajas comparativas radicaban en contar con una “mano de obra barata”. En años más recientes, los motores de crecimiento económico tienen su fundamento más en los servicios de avanzada y en las industrias de mayor intensidad tecnológica que requieren de otro perfil ocupacional de mayor preparación tecnológica, mejores competencias transversales y habilidades socioemocionales diferentes (por ejemplo, pensamiento crítico, liderazgo, comunicación). De esto se infiere que una población mayor con estudios superiores, la educación técnico vocacional y capacitación en el lugar de trabajo se vuelve más indispensable, entre otros factores, para atraer inversión nacional e internacional de mayor intensidad tecnológica. Tal es el caso de la fabricación de insumos médicos, en la cual Costa Rica exportó más de US$ 3.6 mil millones de dólares en el año 2019 y cuya industria depende de una fuerza laboral calificada (Procomer, 2020).

6. Pilar de Habilidades – Indicadores de competitividad internacional

El detrimento comparativo regional en diversos indicadores relacionados con el desarrollo del capital humano en El Salvador coincide con otros índices internacionales de percepción,6 los cuales miden el avance relativo en materia de competitividad y desarrollo socioeconómico por nación. Por ejemplo, el Índice de Competitividad Global (ICG) del Foro Económico Mundial [FEM] (Schwab, 2019) incluye, entre sus 12 factores de evaluación en un país, el pilar de habilidades de la fuerza laboral, en el cual El Salvador se encuentra en la posición 112 entre 141 países evaluados (y en la posición 103 a nivel general). En otras palabras, el país está muy por debajo de la media en su ranking mundial en este indicador de habilidades de su fuerza laboral.

Desde el año 2018, el ICG cambió su metodología dada las transformaciones tecnológicas y geopolíticas que implican un contexto de mayor incertidumbre a escala global. El FEM afirma que las economías que inviertan y destinen más recursos al desarrollo de su capital humano y al fortalecimiento institucional estarán más aptas para responder a una muy probable desaceleración de la economía mundial. Entre las principales modificaciones del Reporte de Competitividad Global 2019, está el nuevo pilar de habilidades (anteriormente denominado de educación superior y capacitación), en la cual se analiza el nivel general de habilidades de la fuerza laboral, así como la cantidad y calidad de la educación superior y formación profesional. Entre los nuevos indicadores que incluye este pilar están la alfabetización digital y la capacidad de pensar de manera crítica y creativa.

Tabla 3.
El Salvador – Ranking Mundial Indicadores – Pilar Habilidades del ICG 2019 (FEM)

Fuente: FEM.

Conclusiones y recomendaciones

Desde la perspectiva de los indicadores país, en resumen, se observa un deterioro significativo en la participación de la educación superior en El Salvador como elemento catalizador para potenciar su crecimiento económico y bienestar poblacional.

Entre los hallazgos vemos rezagos en varios indicadores, tales como:

  • La escolaridad promedio de la población salvadoreña no pasa de 6.9 años por más de una década, mientras la media en Latinoamérica es de 8.8 años de estudios.

  • Un estancamiento en los inscritos a nivel terciario de 28,6 % en El Salvador; y la media en la región es de 51,9 %.

  • El Salvador pertenece al grupo de países que gasta menos por estudiante terciario a escala mundial, expresado como porcentaje del gasto gubernamental per cápita en relación con el PIB (12,1%), mientras la media en Latinoamérica es de 31 %.

  • Solamente un 38,5 % de la fuerza laboral salvadoreña cuenta con estudios a nivel medio o superior.

  • Y solamente el 6,9 % de la población adulta cuenta con estudios avanzados.

Entre una de las recomendaciones para iniciar las acciones en materia educativa y formación del talento humano, será integrar una visión compartida entre los diferentes sectores del país (gobierno, academia y sectores productivos) en materia de reformas educativas. Las nuevas políticas deberán responder a un entorno de aceleradas transformaciones, a un ajuste hacia una nueva normalidad post Covid19 y a una mayor flexibilidad para el diseño curricular y los ajustes de programas educativos, tales como más prácticas profesionales en los puestos de trabajo, aprendizaje en línea y fomentar las carreras técnicas y especialidades, entre otras variables. Debido a la crisis mundial, el impacto sobre el empleo será alarmante en estos años venideros; en la cual se espera que se pierdan más de 80,000 puestos de trabajo formales en El Salvador. “Algunos de los impactos previsibles pueden ser disruptivos, pero en muchos otros casos serán la aceleración o consolidación de tendencias ya en curso” (Homs, 2020); tales como el aumento de las subcontrataciones y freelancers para sustituir plazas fijas.

Entre una de las primeras tareas que se vislumbran en las agendas nacionales es la recualificación masiva de la población para adaptarla a las necesidades cambiantes del mercado de trabajo (Homs, 2020). Por ende, el Observatorio del Mercado Laboral de la Utec responderá a una necesidad de ir visualizando aquellas tendencias en el entorno económico y social, con el fin de ir ajustando diversos elementos que respondan a un plan de desarrollo curricular, a programas de educación y a la infraestructura económica alineada con la demanda, y que permita a los jóvenes salvadoreños desarrollar competencias, habilidades y destrezas que estén acordes con esta era de cambios trascendentales.

El Observatorio buscará ser una herramienta de análisis y discusión basándose en las siguientes premisas:

El conocimiento es un factor indispensable en la creación de valor; y para competir en una economía abierta y basada en el conocimiento es fundamental el desarrollo de las capacidades innovadoras.

  • La inversión y la calidad de la educación influyen directamente en los niveles de competitividad; y siendo la población joven el activo más importante del país, El Salvador debe aprovechar el potencial de su capital humano en sectores productivos que impacten en el crecimiento económico.

  • El sector empresarial ha manifestado el déficit existente de profesionales y técnicos calificados vinculados con las actividades productivas vigentes y potenciales.

  • La efectiva empleabilidad de los egresados también abona para potenciar el crecimiento de la demanda de educación, para ampliar las oportunidades de los jóvenes y para generar nuevas fuentes de trabajo.

  • Que se está produciendo una aceleración importante de la transformación digital de la economía y de la sociedad; y la crisis ha acelerado dichas transformaciones.

  • Se requiere desarrollar una nueva generación de agentes de cambio, que respondan a los nuevos paradigmas, iniciativas y proyectos al beneficio económico y social del país.

Referencias

Banco Mundial. (2000). La educación superior en los países en desarrollo: peligros y promesas. Washington D.C.: Corporación de Promoción Universitaria. Recuperado de http://documentos.bancomundial.org/curated/es/630041467998505995/pdf/2018210educaci1 paises0en0desarrollo.pdf

Homs, O. (7 de abril de 2020). ¿Cómo hacer frente a la crisis de empleo provocada por la pandemia del coronavirus? Nueva Tribuna. Recuperado de https://www.nuevatribuna.es/articulo/actualidad/crisis-empleo-pandemia-coronavirus-laboral-covid19-trabajo/20200407143054173234.html

Organización de Cooperación y Desarrollo. (2019). Education at a Glance 2019: OECD Indicators. Recuperado de https://doi.org/10.1787/f8d7880d-en

Procomer. (2020). Empresas del sector de dispositivos médicos llevan sus tecnologías y capacidades a mercados internacionales. Recuperado de https://www.procomer.com/noticia/comprador-internacional-noticia/empresas-del-sector-de-dispositivos-medicos-llevan-sus-tecnologias-y-capacidades-a-mercados-internacionales/

RTI International. (2017). Estudio del Mercado Laboral y su Vinculación con la Oferta de Educación Superior en Sectores Priorizados. Proyecto USAID de Educación Superior para el Crecimiento Económico en El Salvador. San Salvador.

Santana Cárdenas, S., Ramirez Lira, E., Rivera Espinoza, P., Prado Vázquez, V. H., Rodríguez Chávez, E. M., Téllez López, Y. y Santoyo Telles, F. (2013). El mercado laboral, capital humano y competitividad. Recuperado de https://books.google.com.sv/books?id=1aSTAwAAQBAJ&lpg=PP1&dq=isbn%3A6074508976&hl=es&pg=PP1#v=onepage&q&f=false

Schwab, K. (2019). The Global Competitiveness Report 2019. Recuperado de http://www3.weforum.org/docs/WEF_TheGlobalCompetitivenessReport2019.pdf

Stiglitz, J. E., y Greenwald, B. (2014). Creating a learning society: A new approach to growth, development, and social progress. Nueva York: Columbia University Press.

Notas

1 En la actualidad, la riqueza mundial está cada vez menos concentrada en fábricas, tierra, herramientas y maquinarias. El conocimiento, las habilidades y el ingenio de los individuos son cada vez más decisivos para la economía mundial. Se estima que el capital humano en los Estados Unidos es hoy al menos tres veces mayor que el capital físico. No ocurría así hace cien años (Banco Mundial, 2000).
2 Cuarta revolución industrial o industria 4.0 es un enfoque innovador para alcanzar nuevos resultados gracias a los avances en la tecnología. Se espera que esta fase de la manufactura impulse cambios fundamentales disruptivos, razón por la que se le llama así la cuarta revolución industrial. Su motor es el internet y está compuesta por varios elementos, como big data analytics, almacenamiento en la nube, infraestructura de las comunicaciones, realidad aumentada, movilidad, robótica e internet de las cosas (Internet of Things), entre otros. Como resultado se obtienen procesos de fabricación más flexibles, mayor control e información en tiempos reales y se facilita la personalización masiva de los productos y servicios, generando mayor valor agregado.
3 https://imco.org.mx/wp-content/uploads/2004/12/situacion_de_la_competitividad_de_mexico_2004_hacia_un_pacto_de_competitividad. pdf
4 Tasa bruta de matrícula, educación superior (niveles 5 y 6 de la Clasificación Internacional Normalizada de la Educación [CINE]), total. Co-rresponde al número total de estudiantes matriculados en educación superior (niveles 5 y 6 de la CINE), independientemente de su edad, expresado como porcentaje de la población total del grupo etario cinco años después de finalizar la enseñanza secundaria.
5 https://www.laprensagrafica.com/elsalvador/Educacion-media-y-superior-debe-ser-apuesta-de-inversion-20190219-0411.html
6 ICG – En años más recientes han incorporado datos duros a la metodología también.

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