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Saberes y diversidades
Knowledge and diversity
Conhecimento e diversidade
Plumilla Educativa, vol.. 26, núm. 2, 2020
Universidad de Manizales

Artículos

Plumilla Educativa
Universidad de Manizales, Colombia
ISSN: 1657-4672
ISSN-e: 2619-1733
Periodicidad: Semestral
vol. 26, núm. 2, 2020

Recepción: 06 Agosto 2020

Aprobación: 19 Noviembre 2020


Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.

Resumen: Solemos avanzar sobre las diversidades y saberes en rasgos desesperanzadores cuando lo presentamos los intelectuales y en rasgos turísticos cuando lo hacen los poderes. Los intelectuales no solemos creer en las estadísticas estatales, no estamos para creerles, sus sofismas y distractores no les permite confrontar estos campos tan endebles como las diversidades y saberes populares. A los intelectuales no se les presta atención porque no hacen parte de un poder de turno o porque se les juzga como pesimistas desprolijos. En el medio, en un lugar de la nada aparecen los perjudicados, los sufrientes, las clases sociales olvidadadas, abandonadas o bien porque no es les incluye en todos los campos vitales de su existencia o bien porque se les incluye de manera parcial y sus expresiones de diversidad pasan a ser desconocidas o limitadas; los saberes cotidianos no se parecen a los científicos ni a los educativos ¿Qué estamos dejando de saber por olvidarnos de nuestras comunidades de base? Esto lo sabremos cuando leamos las diversidad no como algo exótico sino como un rasgo fundamental para relacionarnos y para accionar la vida en todas su formas.

Palabras clave: Diversidades olvidadas, inclusiones excluidas, intelectuales de lo incómodo, Falacias del Estado, sufrientes sin testimonio.

Abstract: We tend to advance on the diversities and knowledge in hopeless features when we present it the intellectuals and in tourist features when the powers do. Intellectuals do not usually believe in state statistics, we are not to believe them, their sophisms and distractions do not allow them to confront these fields as weak as the diversities and popular knowledge. Intellectuals are ignored because they are not part of a power of the momento or because they are judged as sloppy pessimists. In the middle, in a place out of nowhere appear the injured, the suffering, the forgotten, abandoned social classes either because they are not included in all the vital fields of their existence or because they are partially included and their expressions diversity become unknown or limited; everyday knowledge does not resemble scientific or educational knowledge. What are we missing because we forget about our base communities? We will know this when we read diversity not as something exotic but as a fundamental trait to relate to and to operate life in all its forms.

Keywords: Forgotten diversity, excluded inclusions, intellectuals of the uncomfortable, fallacies of the State, suffering without testimony.

Resumo: Tendemos a avançar nas diversidades e no conhecimento em aspectos desesperadores quando os intelectuais os apresentam, e em recursos turísticos quando os poderes o fazem. Os intelectuais não costumam acreditar nas estatísticas de Estado, não devemos acreditar neles, seus sofismas e distrações não os permitem enfrentar esses campos tão fracos como as diversidades e os saberes populares. Os intelectuais são ignorados porque não fazem parte de uma potência no poder ou porque são julgados como pessimistas desleixados. No meio, em um lugar do nada aparecem os feridos, os sofredores, os esquecidos, as classes sociais abandonadas, seja porque não estão incluídos em todos os campos vitais de sua existência, seja porque estão parcialmente incluídos e suas expressões em diversidade tornou-se desconhecida ou limitada; o conhecimento cotidiano não se assemelha ao conhecimento científico ou educacional.O que estamos perdendo porque nos esquecemos de nossas comunidades de base? Saberemos disso quando lermos a diversidade não como algo exótico, mas como um traço fundamental para se relacionar e operar a vida em todas as suas formas.

Palavras-chave: Diversidade esquecida, inclusões excluídas, intelectuais dos incômodos, salácias do Estado, sofrimento sem testemunho.

Saber y conocer

No es menor encontrar los límites, que son porosos, y los puntos de encuentro, que son frágiles, entre saber y conocer que suelen relacionarse con la conciencia, la memoria y el recuerdo. Conocer es un encuentro consciente con un objeto conocido por medio de la experiencia, de la percepción; el saber es un conocimiento por ideas, por conceptos. El conocer se da en estado natural y se apoya en las ciencias, de ahí las teorías del conocimiento. El saber es consecuente con la razón, razona y aprende, alguien puede ser un sabio cuando fusiona la teoría con la práctica.

De hecho, existe más amplitud de la expresión conocimiento, tiene profundidad y singularidad, el saber generalidad y particularidad puesto que un sabio contiene el conocimiento y el saber en sí.

Conocer del latín cognoscere, es obtener información que se pueda traducir en conocimiento que se valida por medio de métodos de investigación. También se usa en cotidianidades como conozco a una persona, conozco mis funciones, me conozco bastante bien, conozco los secretos del ciclismo. De ahí que conocer es apropiarse del mundo que le rodea, se capta el mundo y el entorno, interactúan campos biológicos-cerebrales, lingüísticos, culturales, históricos y sociales, de ahí el Conócete a ti mismo de Sócrates, primero el conocimiento de sí y luego sobre los otros en lo que se nombra como teorías del conocimiento-epistemologías.

Saber viene del latín sapere que conecta con inteligencia, son habilidades que se aprenden por intuición, por experiencia, por tradición, por autoridad, por modelajes científicos o filosóficos, del saber participa la episteme, la doxa y la acción. Las condiciones del sabio son aislamiento, la falta de término medio, autarquía, renuncia, conciencia, prudencia, sentido común, capacidad de escucha antes que de habla y tranquilidad.

Un conocedor quiere imponer sus ideas, dominar en su verticalidad de saber cienciado, puede ser bastante joven pero con mucha ciencia, mucho conocer acumulado; un sabio se interesa por convencer, que lo expuesto tenga sentido en el otro para dotarle sentido, un sabio es una acumulación de historia que se logra en las edades altas, más que imponer concilia, más que creer en una única realidad se atiene a las variaciones, a hechos plurales y lo cambiantes que son las realidades. Un sabio puede ser un buen científico, en tanto, un fabuloso científico no necesariamente puede ser un sabio; lo evidente es que lo uno no excluye lo otro.

Por ello, la línea es muy difusa entre saber y conocer porque el uno precisa del otro y llegado a ello se configura una experiencia diferente en las personas y en las sociedades.

Puede haber un conocedor sobre la diversidad, pero no un sabio que logre resolver las brechas. Disponemos de bastantes expertos que abordan la diversidad Albericio (1991), pero pocos sabios que logren resolver las encrucijadas del cultivo de las diversidades.

Diversidades

El mundo de las diversidades los comprendo desde las diversidades biológicas, culturales y mentales-metafísicas, ahí podremos encontrar las distintas clasificaciones que para seguir profundizando en lo que comprendemos, de hecho, para González (2020, p. 24)

Diversidad es la constelación de objetos, de lenguajes, de culturas, de cuerpos sintientes, amantes, odiantes, deseantes y pensantes. Universos de epistemes, de doxas, y pensares raizales o simbólicos. Nebulosas de cosmovisiones, cosmoaudiciones, cosmosentires, de caocidades, de caosintuiciones, de caosentires; galaxias de ideas, sentires, razonares que desaf.an la existencia humana y no humanas en cualquiera de sus manifestaciones.

No confundirnos con estas nominaciones que suelen movilizar los poderes, porque como nos dice De la Vega (2010) “somos diversos y colonizados”, no porque nos veamos, olfateemos, escuchemos, sintamos nos hemos descolonizado; como si los lenguajes de la diversidad vinieran del colonizador, por ello proponemos varias expresiones, entre ellas diverser y diversar.

Cultivo del diverser y el diversar

La diversidad es un sustantivo o cuando menos un adjetivo, por tanto, no logra dar cuenta lo que ello desea concretar, por eso proponer diverser y diversar al pensar la diversidad.

Más acá de la relación intersubjetiva entre humanos, corazonar es una interacción, una lectura posible del diverser –esa diversidad del ser–. En tanto el diversar, ese ser en los otros, el sujeto colectivo configura referentes de sentido a partir de las realidades vividas, de igual forma, las prácticas aportan a la capacidad de habitar el mundo desde coordenadas colectivas, en cuanto colectivo afirma la dignidad de los otros seres humanos y no humanos como parte de la madre naturaleza como única posibilidad de existencia de sus culturas. Por la diversidad el camino verbalizador es el diversar, aquel ser que pone en acción lo diversal, lo variable de sí mismo y de los otros. Desde una postura ética, el diverser interroga la dignidad humana, y la fragilidad humana. Por lo tanto, diversar deviene resignificación de lo humano, Arendt (1996), moviliza relaciones entre caosmovisiones, caosaudiciones, caosintuiciones que darán cuenta de sus correlatos, cosmovisiones, cosmoaudiciones y cosmointuiciones.

El diverser deviene posibilidad y condición de lo humano, existe como existencia misma, soy yo en mis movilidades, diversidades internas, mi espíritu y cuerpo. El diversar responde a las versiones, a las desoclusiones del sustantivo diversidad para mirar al afuera, para saber de todo aquello que supera mi ser, que lo enriquece, que lo constriñe, que lo lleva a la otredad.

Las aventuras para la comprensión de la diversidad en rigores del diverser estarían en las rutas autobiográficas, en los testimonios de vida, en la sintonización de problemas epocales tanto en la ruta de los objetos como en el de los sujetos, de modo tal que comprendamos el tránsito desde el control sobre los sujetos hacia el control de los objetos.

Un pensador del diverser y del diversar no podrá bastarse con las descripciones, con la morfología de los problemas. Una ruta potencial para pensar las diversidades, los desafíos que implica para las inclusiones, nos exigen unos mínimos como sujetos, entregarnos a los cruces de senderos, a los caminos abiertos:

  • Vaciar de significados y sentidos el concepto de diversidad. Algo de esto nos convoca Deleuze (1969) en Lógica del sentido.

  • Las diversidades no pueden convertirse en lema González (2016a)

  • Forestar las complejidades del diverser.

  • Adentrarse por una arqueología del diverser.

  • Transitar el concepto de la diversidad a la retórica, a la grandilocuencia del diverser, del diversar.

  • Potenciar otros diccionarios para comprender el diverser.

  • Reconocer y plantear gramáticas de diverser, diversar, comunar, corazonar.

  • No temer a las metáforas, a las ironías y a las paradojas que encarnan pensarnos en un diverser, en un diversar desde nuestras raíces imaginativas.

  • Cultivar otros lenguajes, siempre diferentes a la tradición dominante. La diversidad como ese cultivo de humanidad que nos propone Nussbaum (2005).

  • Hidratar el pensamiento con lenguas vernáculas vivas o muertas que no cayeron en las koinés, en las unificaciones, en el monstruo que puede ser un lenguaje total.

  • Diversar lenguajes que reverdezcan el pensamiento comunal.

  • Potenciar la formación desde el diversar y el diverser como territorios de renovación, como territorios de aprender a vivir en juntedades.

No conocemos que un problema tenga sólo una solución, son innumerables los recursos para confrontar un problema, si no las encontramos es porque tenemos precariedad lingüística, carencia imaginativa o pereza mental para atrevernos.

Sensipensares en restricción

Reconocemos que no todo sensipensar es potencia, es esperanza, también se identifican los siguientes sensipensares que nos habitan para estar en territorios de los poderes, en sus restricciones.




  • Un pensar Adánico es aquel que, como apuesta aprendida desde las religiones donde no hubo un antes. Desde las políticas se resuelve que es el primero en haber visto, el primero en nombrar y en encontrar soluciones, cree que es el único que inventó la historia y nombró lo innombrable, es el hijo del dios de los dioses. Narciso hace parte de estas formas de pensar, donde el centro de atención ha de estar en esta forma de pensar, en el sujeto, en su yo ampliado, en su ego, en su ombligo. Aquí nos cabe el pensador mítico, el pensador ingenieril. Un pensador que todo lo encuentra virgen, pero que no acepta a otros para bautizar las realidades, los considera enemigos o ininteligibles, un Adán se hace expulsar del paraíso, jamás regresa, no se lo permiten. Un pensador adánico en el aula ridiculiza y desprecia a los demás, es una suerte de narciso, un tirano informado, un tirano con estudios; él-ella y sólo él-ella sabe de las verdades, tiene las grandes claves de los orígenes y, por tanto, sabe de los destinos.

  • Un pensar Alejandrino ve en el mundo una constelación de objetos para conquistarlo y someterlo. Cualquier idea extraña ha de someterse al rigor de un mundo alejandrino, allí quien no acepte corre el riesgo de ser desaparecido. Un alejandrino va hacia adelante, considera que retroceder no es una opción, todo sometido debe aceptar los rigores impuestos, un pensar alejandrino es un conquistador de pocos escrúpulos, se apodera de tierras, bienes, conciencias y todo lo que encuentra a su paso, al fin de cuentas es un conquistador, un descubridor sin escrúpulos. El mejor ejemplo de un desenlace alejandrino lo representan las economías y sus toscos capitales. Un alejandrino suele ver el vaso medio vacío y raras veces medio lleno. Un docente alejandrino piensa que está trabajando con mentes vacías o inferiores que, por tanto, las debe conquistar y someter.

  • Un pensar Procustino moviliza el mundo desde la propia cama, la que ajusta a cada instante. Procusto era un vagabundo griego que se hacía en los cruces de caminos para robar a los caminantes, luego los llevaba a una cama que ajustaba a sus caprichos, allí acostaba a las víctimas, si eran más pequeñas las estiraba al largor de la cama, si más largos las recortaba. Un pensador Procusto adapta los lenguajes a los cuchillos de sus deseos, a las guillotinas de sus ilusiones. Un profesor Procusto no se interesa por el conocimiento colectivizado ni por el estudiante en particular, su interés radica en ajustar a los estudiantes a su antojadizo ámbito del conocimiento; aprenden sí o sí lo que Procusto quiere. De ahí que a los estudiantes aventajados los recorta de ideas y a los menos interesados los estira, es decir, los iguala a la medida de la cama que el profesor procustino dispone.

  • Un pensar Cartesiano, el centro es el pensar, si pienso existo, ahí se validan las dicotomías clásicas. Es un ejercitar la duda, pero ha de ser metódica, ordenada, lógica en su desenlace para poderse aprobar. ¿Por qué pensamos que la razón es universal y el sentimiento individual, local, particular? Esta puede ser una de las grandes herencias del racionalismo cartesiano. Hay un pensar metálico, a un problema una solución, es un pensador monástico, de ideas fuertes y sin variantes. A un problema una salida, el estrado galáctico sólo es causa-efecto. La fuerza está en el pasado, en la historia; la verdad, no las verdades, se valida en las grandes voces de los muertos, voces de ultratumba o, en su defecto, la verdad está en el futuro, nuestra misión es ejecutarla. Al centro del mundo hay que llevar diverser, diversar, corazonar, cualquierizar, ningunear, algunizar para que les enseñe a los humanos los nortes, occidentes, orientes y sures. Un profesor cartesiano descarta las emociones, las simplifica, si no es por medio de la abstracción cualquier postura es impostura.

  • Un pensar Gandiano reconoce la importancia del diálogo, del conversar más que del discutir e imponer, del confrontar a los poderes no con las armas sino con la espera, con la paciencia y con la esperanza de que el otro aprenderá a dar un lugar a lo que se propone. Toda manifestación violenta no es avalada. Las inclusiones y las diversidades se retoman por pacificar la escucha, la mirada y apaciguar la palabra ofensiva. Un profesor con un pensar Gandhi sabrá que sus estudiantes podrán resistirse y que por tanto ha de imperar el diálogo antes que la represión, la riqueza de lo diverso potencia las múltiples opciones que se encuentren para resolver un problema. Hay muchos lenguajes, variadas atalayas para abordar un problema, sabe que una problema es polimorfo, por tanto, las soluciones son incontables.

  • Un pensar Malinchiano recurre a la supervivencia junto al poder, se suma y asume una interacción de mutuo respeto. Es un poder que se siente agredido y en lugar de confrontar decide aunarse, entregarse para salvar su honor y el de su entorno. Un profesor con la marca mayor de Malinche no se opone a lo externo, lo incorpora a su mundo actuante. Un profesor malinchiano no humilla ni quiere ser humillado, lucha por el prestigio de los sujetos y sabe encontrar lo mejor de las personas para potenciarse y potenciar lo comunal.

  • Un pensar Pilato sabe mucho de evadir responsabilidades, como no recordar al célebre Poncio Pilatos y su forma sibilina de lavarse las manos. Un Pilatos quiere quedar bien con todos y no comprometerse con sus decisiones. De ahí que un pensar pilatiano es el clásico lavadero de manos, luego la conciencia, se lava hasta las ideas, quiere lavar la historia, lavarse de compromisos pasados, presentes y futuros; asegura que todo sucede a sus espaldas, no ve aquello que no le sirve, quiere quedar bien presentado con propios y extraños, le subyace una urgencia de sobre adaptación. Un pensar Pilatos puede acercarse al pensar líquido, se adapta a todo, se acomoda a cualquier recipiente, pero se avade por cualquier orificio; el siguiente estado del líquido es el gaseoso, está en todas partes, hay volatilidad y adaptación a las urgencias del momento. A un pensar Pilato lo mismo ocho que ochenta, se ajusta a lo que haya, vive de las oportunidades, a nada se aferra, para dónde va, para dónde va la gente y agua que no has de beber, déjala correr. Las grandes apuestas del pensar pilatiano es salir ileso de la guerra, así la genere se inventa lenguajes para mostrar una democracia falaz en torno a su decisiones: son ellos los que así decidieron es su palabra fuerza. Un maestro Pilato culpa al Estado por no darle todas las herramientas para ser un sujeto comprometido con su profesión, culpa a los estudiantes, descarga las culpas en los padres de familia, busca culpables en lugar de causas, condena a los directivos y compañeros de las dificultades, y cuando aparecen hechos rescatables es el primero en apoderarse del laurel.

  • Un pensar Lisistratiano no apuesta por la guerra como salida, sabe que la erótica tiene un lugar privilegiado para resolver las grandes guerras, las grandes confrontaciones, es una apuesta muy femenina en el sentido de preservar la vida, de ver la erótica como acto creativo, la intuición como un escenario para resolver confrontaciones y las emociones como rompiente a la sinrazón de la razón. La erótica como vida y creatividad es la señal mayor de un lisistratiano. Un profesor con señales de Lisistrata será muy creativo para afrontar las tensiones al interior de los grupos, en lugar de señalar se ingenia espacios para resolver, el privilegio para comprender las diversidades y las inclusiones no es de nadie en particular, pero si requiere la participaciónactiva de la razón y de la emoción.

  • Un pensar Apocalíptico nos dice que la humanidad y su entorno no tiene salida, que la creación se va a acabar, estamos próximos al fin del mundo, al fin de la humanidad, refiere que estamos llegando al fin de la historia, al fin de la educación, al final de los fines. Aquí nos cabe el pensador medioambiental de estirpe radical, el pensador judeocristiano, el pensador con desesperanza aprendida, un sujeto que todo lo acaba desde sus lenguajes anegados. El destino es manifiesto, está escrito, lo que se pueda decir o pensar sobre el diverser y el diversar es poco, ya se encuentra en los libros del futuro, lo mejor es quedarnos con lo sabido sobre diversidad. Cuando se es un profesor o un intelectual apocalíptico su experticia se centra en enseñar la desesperanza, en explicar los rasgos de la catástrofe; un profesor o profesora apocalíptica no cree en los niños, los culpa de lo inculpable; no cree en la juventud, la desprestigia, piensa que es inevitable el nacimiento de humanidades peores, los hijos peores que sus abolengos, por tanto, las sociedades no tienen futuro —olvida que hay futuros, todos plurales—; descarta a los viejos por inservibles, no se descarta a sí mismo porque es el único que saldrá bien del apocalipsis que viene sentenciando; casi en todo apocalíptico hay un mesiánico agazapado o un filósofo del desastre intoxicado.

  • Un pensar Mesiánico afirma que tiene la fórmula para salir del problema, es el salvador del apocalipsis. Ni siquiera duda de que el mundo va camino a la catástrofe, pero él como mesías tiene las llaves, los lenguajes apropiados para salvarnos. Aquí podemos ubicar al conocimiento científico, filosófico, educativo y al pensamiento religioso judeocristiano en su fase grandilocuente.

    Para un mesiánico, las ideas, los males y las soluciones son universales, aplica la sentencia quien no está conmigo está en contra mí, por tanto, quienes no le siguen son enemigos o tontos. El mesiánico es el gran salvador del apocalipsis, posee las llaves para abrir cerrojos. La fuerza está en el futuro, es eternidad, salvación e inmortalidad, pero insiste en respetar los diccionarios de la tradición, allí están las runas, las claves del futuro. Para el mesiánico el diverser, el diversar, el comunar, el corazonar nada garantiza si no han sido pensadas y establecidas por su creatividad mesiánica, por su universalización intelectual. El mesiánico nos compra el apocalipsis y luego nos vende por cuotas sus manuales de salvamento. Un profesor mesiánico nos muestra la crisis en cien horas y las salidas en quince cuartillas, vive más de la amenaza que de la propuesta.

Ni uno ni otro de estos pensares son vivenciados por separado o pertenecen a una sola persona, lo dramático es que todos tenemos estas formas de pensar, conviven en nuestro cerebro, en nuestras lógicas, pero unos privilegiamos alguno sobre los otros, de ahí que sabernos pensadores, es sabernos en estas dinámicas y tener claro nuestro lugar de enunciación y de ahí, nuestros lugares para ponderar, potenciar o no, los lenguajes para pensar las diversidades y las inclusiones.

Corazonares en potenciación del diverser y diversar

Se identifican otras conexiones entre el sentir y el corazón y la razón que potencian o dejan otro tipo de esperanza humana. Desde estos escenarios las diversidades e inclusiones son otras condiciones. Estos corazonares se identifican en el diversar y diversar.




Sabemos que somos muchos yoes, que el mismo día podemos comportarnos como personas sociales y asociales, somos muchos a la vez.

Corazonar es la conexión entre corazón y razón, es el viaje que le pedimos a los demás y que solemos olvidar cuando nos corresponde o que no siempre podemos poner en acción. A ese corazonar le devienen un sofar, emocionar, utopizar, confiar, desmurar, lenguajear, humorar y perdonar.

  • Sofar, como ya lo hemos dicho, es saber sin pretender, hay un saber, un conocer que no se impone, que se comparte, que se conjunta con otros sofares. En ese campo las diversidades e inclusiones son escenarios que emocionan en lo que se sabe y en lo que se ignora.

  • Emocionar. Ante las emergencias de las indiferencias, de las contenciones y de los controles, de la venta de los deseos hemos hecho de la emoción una zona frágil. El emocionar es restituirnos con otros seres de la naturaleza, con otras lógicas que la razón no logran comprender. Unas diversidades e inclusiones desde el emocionar nos concilia en nuestras flaquezas no sólo en nuestras dignidades.

  • Utopizar. Aquí es una esperanza atrevida, una esperanza que sabe de sus soñores, de sus topos, de sus realidades. El utopizar como el horizontear nos regalan dinámicas de que algo es posible intentar pese a lo difícil que emerja. Utopizar con las diversidades y las inclusiones es soportarse en que somos posibles de nuevas maneras sin destruir por odio o capricho, una suerte de construir sobre lo viable de nosotros.

  • Confiar. Hemos aprendido a desconfiar, a no creer en los demás y hasta en nosotros mismos. La desconfianza es una marca por confrontar, a tensar, el otro se nos presenta sin pasado, somos nosotros el que le buscamos ese pasado bien, para acercarlo, o bien, para alejarlo. Confiar es reunirnos sin tantas atributos inventados, sin tantos renombres o marcas de castigo. Si algo le queda a la educación es enseñarnos a confiar; Delors (1998) la educación encierra un tesoro. Confiar es enseñarnos a incluir sin tantos prejuicios, al final, lo mejor es reconciliarnos, como diría una persona del mundo cotidiano “A que tantas distinciones y humillaciones si de aquí no vamos a salir vivos”.

  • Desmurar. De tantos muros, de tantas barreras que nos hemos inventado ya es tiempo de pensarnos por fuera de tantas murallas, ya es época de sabernos rompedores de muros. Un pensador que desmura sus barreras evita construirle muros a los demás. Un profesor que desmure tiene mejores encuentros con sus estudiantes, igual le sucede a un político o científico que desmure sus realidades, eso le permitirá estar en un encuentro abierto con los demás.

  • Lenguajear. Es un conversar continuo, en atreverse a las palabras sabidas y por venir. Un pensador que lenguajea no reduce las realidades a sus palabras ni sustituye otras realidades por las propias. Ya nos indica Foucault (2002) que “Las lenguas evolucionan por el efecto de las migraciones, de las victorias y de las derrotas, de las modas, de los cambios, pero no por la fuerza de una historicidad que llevarían en sí mismas” (p. 108-109)

  • Humorar. Reírnos, sabernos dueños de la risa, como esa linda virtud humana, es no negarla ni permitirnos ocultarla. El humor es una necesidad en cualquier pensador, la risa es un atributo que requerimos en todos los escenarios de la vida. Las diversidades e inclusiones son más dinámicas cuando desde el humor nos acercamos.

  • Perdonar. Un pensador corazonador sabe que el perdón es una necesidad, que el perdón es la mejor manera de entendernos, de liberarnos, no se trata, como se ha expuesto en otros momentos, de olvidar. Un perdonador se libera de tantos odios, se libera de tantas verdades, se libera de exigir justicias, lealtades, libertades de manera violenta, se libera de sus dolores porque entiende que el perdón es un lugar que jamás nos podemos negar y que, cualquiera que se la religión, todas tienen el perdón dentro de sus mandatos de convivencia.

Son estas formas de ser que nos invade, que nos potencia como seres humanos, porque en algún momento hacemos uso de algunas o todas estas formas de corazonar, a veces acudimos al sofar, emocionar, utopizar, confiar, desmurar, lenguajear, humorar y perdonar. Desde estas condiciones puesta a nuestro favor y extendidas a los otros es mucho más sencillo incluir y extenderse a la diversidad. Si en el diverser se manifiestan estos corazonares, sin duda, que en el diversar también se despliegan, lo magnánimo es lograr conjuntarlos y darles vida no por instantes sino en rasgos continuos, no en rupturas sino en vecindades.

Estados de ánimo social en premura

Estos pensares operan según los siguientes estados de ánimo social en premura, en huida, en desespero que he venido identificando en estos dos decenios del tercer milenio.




Las sociedades, las podemos clasificar de muchas maneras, pero existen unos tránsitos a reconocer, unas formas de relación que son muy incidentes, no obstante, en este siglo XXI en cualquier persona y grupo social se manifiesta un estado gaseoso-posmoderno, de miedo, de control, encriptados y desesperanzados. Es evidente que existen estados de ánimo paralelos a los aquí mencionados, como la felicidad, la tranquilidad, la esperanza, la amistad y la transparencia entre otros, pero ello corresponde a momentos específicos, las generalidades del como la sociedad ve el mundo van por una extendida incomprensión frente a presiones religiosas con grandes atentados a la vida de por medio, una temeridad frente a las movilidades económicas y las tragedias de las pobrezas. De ahí que podemos identificarnos con estados anímicos gaseosos, del miedo, del control, del encriptamiento y de la desesperanza. En nuestras paradojas Cicerón (2012), habitamos la tesis y la antítesis social, vivimos una idea gaseosa del mundo como de solidez, el miedo como la esperanza, el encriptamieto como la transparencia, la desesperanza como la esperanza, desde estos estados anímicos sociales no sólo nos movemos para quejarnos y padecer sino, también, para soñar y utopizar.

  • Estados de ánimo gaseosos. Estamos en algunas acciones humanas que no sabemos clasificar ni identificar, hay razonamientos y decisiones que no logramos ni identificar ni ver, son volátiles. El estado anterior de lo gaseoso es el líquido, descrito por Bauman (2006), sociedades móviles, no se identifican los responsables de las grandes crisis, de las victorias sí, esta situación social permite adaptarse a cualquier recipiente, al menor giro social se conmociona, al menor descuido se filtra, desaparece. En sociedades gaseosas, lo sólido y lo líquido son una nostalgia.

    Tenemos políticos gaseosos, igual, podemos decirlo de científicos, profesores, cantantes, religiosos y deportistas, ya no es el amor líquido sino el amor gaseoso, ya el poder no es líquido sino gaseoso. Sabemos que las sociedades posmodernas son aquellas que no creen ni le apuestan a grandes metarrelatos, sociedades que dejaron de creer en los proyectos de sus dioses y de las personas, sociedades que no le agradan los nortes ni los centros. La esperanza de estas sociedades son los micro-relatos, las micro-realidades, microhistorias, no es una sociedad desesperanzada del todo sino descreída de las ofertas de los poderes, difícil de localizar, el centro es en todas partes y en ninguna, de ahí que para estas sociedades su modelo ánimo es el gaseoso.

  • Estados de ánimo del miedo. Algún dios nos hizo notar que ni siquiera el paraíso por Él diseñado es confiable, tiene sus trampas, sus arrugas. Beck nos lo hizo saber, estamos en riesgo en cualquier parte. Riesgos por desastres naturales, riesgos tecnológicos, financieros, sanitarios y de sostenibilidad ambiental; emergen riesgos de una pandemia, riesgos por una acción terrorista, riesgo a que desencripten nuestras comunicaciones, nuestras vidas privadas. La desconfianza es la gran aliada del riesgo, en el riesgo se manifiesta una curiosa demanda del control. En este mundo hemos hecho del miedo un estilo del poder, son los poderes mismos que hacen del miedo su régimen de gobierno, vigilar y castigar es la gran apuesta en las sociedades del miedo. Profesores con miedo enseñando el miedo, estamos en la dieta del miedo, el mejor negocio es vender los miedos, luego aparecen las aseguradoras que lo aseguran todo, pero que no responden por nada, ese es el riesgo, nadie nos defiende del todo. Vamos por un miedo líquido Bauman (2008) “La vida moderna líquida se vive en un campo de batalla” (p. 69); batalla que nos hace sentir miedos y odios constantes.

  • Estados de ánimo del control. Cámaras por todas partes, en los escenarios públicos como en los privados, vigilar y controlar. Nunca habíamos dejado tantos rastros como en estas épocas, nuestras huellas quedan en todas partes, por un lado, nuestro ADN escaneable y, por el otro, las trazas informáticas de lo que comunicamos. Estas son las sociedades agendadas, sin futuro porque su acción es la agenda, el control del tiempo y, por tanto, de las personas. El éxito de los poderes es lograr controlar nuestras acciones y enseñar a los seres humanos a desconfiar, a sentir riesgo, a tener miedo del otro para que se convierta en un vigilante, en un controlador más.

  • Estados de ánimo encriptados, del secreto. Luego del miedo devienen controles y desde los controles surgen los encriptamientos, los grandes secretos. El tener secretos, el saber algo que los demás no saben corresponde a un eslogan del siglo XX, tener conocimiento e información es tener poder, lo que en medios de información se denomina la “chiva”, el dato de última hora o el informante secreto; en este siglo XXI no hay líder del cual no se tengan informaciones salvaguardadas para evitar grandes escándalos. Los altos secretos militares, políticos, económicos, jurídicos están a la base de los encriptamientos.

    En el encriptamiento la información recibida es a medias, siempre estamos reservando un dato, nos apoderamos de una información, la conservamos, no la compartimos a fin de protegernos por si nos amenazan, si dices esto yo hago saber aquello de ti o de la organización; claves allí, llaves allá, barrotes arriba, misiles abajo, cajas fuertes por doquier y grandes programas para crear claves inaccesibles para los violadores de información privada. La protección de lo público y lo privado, el encriptarse lo mejor posible es la marca de esta época. Queremos sociedades transparentes y transparentadas, pero acudimos al encriptamiento para que no ser visibles por todos.

  • Estados de ánimo desesperanzados. Esta experiencia es bastante fecunda, desde ciertas religiones hemos venido esperando el apocalipsis, el final de toda materia y energía cósmica. En estas sociedades el otro es un extraño a quien temerle, el otro es un riesgo, el otro nos produce miedo, el otro es líquido, es gaseoso. Los grandes vendedores de desesperanzas extienden sus lenguajes apocalípticos que le abren sendas a los mesiánicos. Se concretan muchas exclusiones González (2019a) cuando se siembran esperanzas como alternativa. Un estado anímico social desesperanzado le viene bien un sujeto apocalíptico. El barco social se hunde, el universo colapsa, no vale la pena intentar algo nuevo, al fin de cuentas, nada tiene sentido, esto refleja con claridad un estado de ánimo desesperanzado.

Hay unas culturas, Barbero (1998) donde se viven con mayor énfasis un estado anímico que el otro; ahora, lo complejo es que como las formas de pensar descritas, todas las culturas humanas los viven en cualquier momento y lo reviven cuando sea necesario.

Estados de ánimo social en Diverser y Diversar

Se han identificado unos estados de ánimo social en rasgos de Diverser y Diversar.




Cuando viajamos hacia estados de ánimo del diverser y el diversar nos encontramos con las opciones del afrontar, del tranquilizar, del conciliar, del inspirar, del construir.

  • Del tranquilizar. Un pensador del tranquilizar analiza todas las realidades, lo que está ocurriendo y permite serenar sus ánimos y los de otros. Es un estado de ánimo social que nos seduce a depurar nuestras emociones antes de tomar decisiones.

  • Del afrontar. Ese estado de ánimo social del afrontar, del no esconderse ante el miedo, ante el control es una característica humana que primero parte del diverser y se extiende al diversar, es decir, está primero en mi internalidad y luego lo llevo al afuera. Un pensador del afrontar busca en sus lenguajes todo aquello que no le deje retirarse sin ni siquiera intentarlo.

  • Del conciliar. Es un estado social muy interesante que sabe la necesidad de confrontar injusticias o dificultades, pero que no olvida el lugar de la conciliación. Hay momentos en que hay un estado social de conciliación, donde opta, no por renunciar a sus derechos, sino por conciliar entre sus deseos y los deseos de los otros.

  • Del inspirar. Es un estado social que decide ser inspirador de otros, ser motivador, servir de ejemplo. Es una características de todos los grupos sociales. Ese autoinspirarnos para inspirar a los otros, para darles lenguajes a los demás para que se atrevan, para que desplieguen su integridad en senderos del diverser y el diversar,

  • Del construir. Es un estado social de alta abstracción y concreción, es cuando se pasa de las ideas, de las palabras a las acciones, no son actividades simples, son realizaciones de construcción, de implementación de dispositivos, de tecnologías, de materias, de energías, de lenguajes encaminados a una colectiva fuerza de construcción con fuerza comunal.

Si intuyo que existe una sociedad con estado de ánimo del control o gaseosa, la he de juzgar, comprender o accionar bajo el pensamiento adánico, alejandrino, procustino, cartesiano, gandiano, malinchiano, pilatiano, lisistratiano, apocalíptico y mesiánico. Si la sociedad tiene un estado de ánimo del diverser y el diversar, comprendemos que desde el afrontar, el tranquilizar, el conciliar, el inspirar y el construir nos sumerge en nuevas esperanzas, en importantes lenguajes para pensar las diversidades e inclusiones.

Desafíos del quehacer docente frente a las diversidades e inclusiones. Modos profesorales de ser.

Se reconocen unos estilos, modos sociales-profesorales para accionar las realidades que, sin lugar a dudas, impactan el mundo de las diversidades e inclusiones en la idea del vivir juntos.




Estilos profesorales en Carencia

Desde estas condiciones, el estudiante padece, no disfruta o, con frecuencia, se pierde en su actividad académica.

  • Vergonzante. Un político, un científico, un filósofo, un docente o cualquier actividad vergonzante se distingue por alguien que ejerce su rol, pero que no lo siente; cuando es un profesor, se identifica más con su disciplina que en su quehacer pedagógico. Al vergonzante no le interesa el conocimiento sino el mundo laboral]; para él los problemas humanos no interesan. La profesión es una necesidad para sobrevivir, siente vergüenza de su labor pero, no obstante, la desempeña. Es difícil que con este estilo de accionar la realidad se puedan comprender y tensionar las diversidades e inclusiones, él siente vergüenza de su origen y avergüenza a los demás. No quedarnos en el mundo fácil y elogiar un poco las dificultades como nos sugiere Zuleta (2001).

  • Ignorante. Es un sujeto convencido de su conocimiento que se dedica a desprestigiar los saberes diferentes; nadie sabe más que él, no sólo lo piensa, lo dice y lo escribe: ésa es su ignorancia. Al estilo del maestro ignorante de Rancière (2016) “El emancipador no es alguien que va a ver las personas para emanciparlas”; un profesor así cree que tiene las claves de la realidad y que los estudiantes o los demás son ignorantes, son gente para llenar de información. Ignora que ignora y eso es un principio básico para acceder a nuevas realidades. Las diversidades y las inclusiones pasan por mayores dificultades con un estilo ignorante; para un ignorante el aprender a vivir juntos no se consensua, se impone con las epistemes de la ignorancia.

  • Farandulero. Su gran ejercicio es mantenerse al día con el mundo de las pantallas Lipovetsky (2009); sabe la hiperrealidad y acciona el mundo informativo light con bastante solvencia. Los problemas se relevan por otros, no se profundiza en nada, el ámbito intelectual se sustrae a las últimas teorías; es una persona que vive a la moda. Para el farandulero las diversidades, las inclusiones y el aprender a vivir juntos tienen sentido si son las propuestas de moda.

  • Corresponsal. Habla en nombre de los demás, está entregando información del afuera, de sus lecturas, de sus informantes. Es un sujeto que siente responsabilidad con los acontecimientos del momento, para un corresponsal como para un farandulero no es tanto el sujeto lo que interesa como si la información actualizada de la realidad. Un corresponsal informa sobre las diversidades, las inclusiones desde los muchos puntos de vista, pero no se le conoce su posición, se libera de la responsabilidad que le compete, su misión es informar y que los demás adopten las decisiones que crean convenientes.

  • Intoxicador. Invade con sus lenguajes, no deja pensar más allá de su propio mundo lingüístico. Un sujeto con lenguajes intoxicadores habla de sus verdades como rocas universales. Un profesor intoxicador sólo valida sus apuestas políticas, económicas, jurídicas o intelectuales; suele desconocer lo rescatable de los demás; su verdad es la intoxicación de la realidad, de lo que nos advierte Barthes (1996) en crítica y verdad. Un sujeto con lenguajes tóxicos no da crédito a otras propuestas alternas, interesa lo que él comprende por diversidades e inclusiones.

  • Ejecutivo. Un ejecutivo piensa que las condiciones sociales requieren de alguien que las ejecute, que las haga cumplir; lleva a cabo con bastante prestancia las disposiciones normativas, los currículos se mantienen por encima de cualquier otra realidad, y le interesa el conocimiento aunque no tanto el sujeto. Se cumplen las disposiciones y eso garantiza tranquilidad para su entorno. Para un pensador del orden ejecutivo las diversidades, inclusiones y el aprender a vivir juntos representan un desfase jurídico, un problema de direccionamiento.

Estilos profesorales en Potencia

Aquí, el profesor, restituye al sujeto que enseña y al sujeto que aprende, restituye los lenguajes, ya no de los poderes sino los lenguajes emergentes en poéticas, ciencias, en filosofías, en cotidianidades que cada persona resignifica.

  • Solidario. Advierte que la vida es viable en el estar con los otros, sabe de sus solidaridades no sólo intelectuales sino vitales. Con un estilo solidario la inclusión no es una ilusión sino una necesidad y la diversidad no es un capricho sino un resultado obvio de la condición humana. El solidario es gregario en las múltiples dimensiones humanas, es alguien que suma; ve el vaso medio lleno, mientras otros lo ven medio vacío.

  • Humanista. No condiciona el encuentro humano al buenismo, es agilizador de las realidades sociales; no descarta las posibilidades del mundo de las diversidades y de las inclusiones junto a múltiples variantes para estar en el desafío del vivir juntos. En todo humanista duerme un romántico, un poeta, un sujeto que le apuesta a las estéticas y no duda que el ser humano siempre está abierto al cambio. Seguir recordando lo que Mèlich (2001) ha nombrado como la ausencia de testimonio para que la humanidad no vuelva a caer en esas zonas oscuras del no saber vivir en juntedades.

  • Reparador. Identifica que la humanidad tiene grandes heridas, enormes dificultades y que en lugar de centrar la acción en el conocimiento o en el control, lo primordial es reparar todo aquello que afecta al sujeto, luego vendrá el complemento para potenciar a laspersonas, el conocimiento en sus disciplinariedades. Para un profesor reparador interesan las cotidianidades de los estudiantes, sus problemas particulares, no se convence de las generalidades ni de los rótulos, tampoco descarta que en el ámbito ampliado de la humanidad subyacen claves que requieren ser resparadas para mejorar la convivencia social.

  • Liberador. Tiene mucho conocimiento y poco autoritarismo; reconoce que la libertad se gana, pero también se puede enseñar: no toda persona tiene elementos cognitivos y prácticos suficientes para constituir sus resistencias y su consiguiente liberación. Un profesor liberador no puede dejarse convencer de una idea mesiánica, sabe que tiene claves para dar a conocer, pero identifica que es el propio interesado el que busca la libertad. No olvidemos que desde Fromm (2006) nos alberga un extraño miedo por buscar la libertad.

  • Estetizador. Reconoce las maneras de accionar las ciencias, las filosofías, las economías, las economías, las educaciones, las cotidianidades, y que, cada una, a su estilo, conserva semblantes por resaltar y por mejorar, identifica que desde las estéticas se encuentran otros renglones para habilitar estas dimensiones del pensar, del vivir la vida en juntedades. Las artes en todas sus expresiones tienen un sentido no tangencial sino vital en la configuración de los conoceres y saberes. El esteticar es corporizar, externalizar y restituir lenguajes creativos para estar en el mundo. En todo artista ronda cierta locura por romper las realidades dadas Erasmo (1996).

  • Esperanzador. Por difíciles que emerjan las condiciones humanas, no descarta el mundo de la esperanza; no niega que las condiciones que limitan al sujeto pueden sufrir variantes. Centra su accionar en el sujeto, reconoce que el mundo es una constelación de acontecimientos que siempre nos ofrece esperanzas diferentes de los apocalipsis, de los grandes desastres. Un profesor esperanzador y liberador constituye un oasis en el desierto. Luego de los apocalipsis siempre queda alguien; es un posapocalíptico en el sentido de que no deja dormir la esperanza ni le apuesta a la desesperanza aprendida. Freire (2011) “Pero la utopía no sería posible si le faltara el gusto por la libertad, que es parte de la vocación de humanización. Y tampoco si le faltara la esperanza, sin la cual no luchamos” (p. 125).

A estos estilos humanos-profesorales no se los puede desconectar de los estados de ánimo social ni de los sensipensares. Como sabemos, podemos asistir a las esperanzas burocratizadas, a los sueños burocratizados, a la universidad brurocratizada, a una humanidad burocratizada y baja en sensibilidad para confrontar y convocar las soluciones a los diferentes problemas humanos y no humanos. Pero a lo que no podemos asistir es a la desaparición de la especie por apatía; de ahí que aprender a vivir juntos es sabernos en todas estas dimensiones, en nuestras limitantes, pero también conocer nuestras abundancias. Las personas humanistas, solidarias, reparadoras, esperanzadoras, estetizadoras y liberadoras saben de sus sueños y saben que éstos siempre quieren contarnos una historia.

Al pensar los saberes, González (2017) y las diversidades nos quedamos atrapados en lo dado, en las realidades codificadas, pero sabemos que la vida va más allá de lo fijo y de lo móvil.

En juntedades, situacionar el diverser y el diversar

Las críticas que superen la descripción morfológica de la realidad, Zemelman (1998) son más necesarias que nunca al pensar las diversidades, porque no podemos asegurar que toda la sociedad se halla vuelto transparente como indica Vattimo (2010), porque debemos seguir pensando la crítica más allá de la modernidad Touraine (1994).

La humanidad ha tenido rumores de cualquier orden y sentido; es famoso el caso sobre un notable escritor que el New York Journal dio por muerto en 1897, cuya respuesta no se hizo esperar: “Los rumores sobre mi muerte, dijo Mark Twain, han sido un poco exagerados”. Un docente frente a las diversidades y las inclusiones no puede perder el sentido del humor, la capacidad de resolver situaciones difíciles y habilitar lenguajes flexibles, incluso, para la inobjetable muerte.

Más allá de esa situación límite, donde no podemos hacer mucho, en vida sí requerimos de docentes e intelectuales para pensarnos en múltiples vías, en lenguajes plurales. Ya sabemos que quienes sueñan despiertos saben muchas cosas que escapan a los que sólo sueñan en las noches.

  • Reconocer en los niños, jóvenes y adultos sus formas comunicativas dominantes.

  • Pensar en el origen de las expresiones dominantes –familiares, internet, redes sociales u otras fuentes de los mass medias; pensar esto de las eras de las informaciones Castells 1997.

  • Complejizar el pensamiento lingüístico; somos los dioses de las palabras Borges (1998).

  • No despreciar o satanizar expresiones, tensionarlas, habilitar correlatos y neologismos que nos pongan a pensar desde otros escenarios.

  • No moralizar ni politizar los lenguajes, pero si identificar qué valores, qué mundos políticos ofertan las expresiones dominantes de una época y lo que pueden esconder o silenciar.

  • Cuidar las farándulas de aula, conllevan a farándulas del pensar.

  • ¿Qué mundos futuriza, qué mundos ocultan los lenguajes que venimos desplegando en el ejercicio académico?

  • Desguazar las fachadas lingüísticas.

  • No caer en racismos lingüísticos que conllevan a racismos intelectuales.

  • Hay blanqueos sociales, evitar los blanqueos lingüísticos. Sabernos Lévinas (1997) dentro de la totalidad sin infinitudes.

  • Enseñar es asombrar con un misterio, aprender a vivir juntos es despejar uno de los grandes enigmas irresueltos de la humanidad.

  • No insistir con preguntas cadáver cuyas respuestas aparecen en los cementerios mediáticos.

  • Evadir los interrogantes momia con respuestas disecadas en los museos. Las enciclopedias son un buen ejemplo de museos. Todo museo organiza las realidades según las lógicas del poder del momento.

  • Enseñar a pescar con libertad lingüística y no caer en los grilletes de las gramáticas.

  • No dejar como un simple lema la inclusión sino asumir una postura auténtica sobre las inclusiones.

  • El saqueo de la inteligencia precisa ser estudiado para darle lugar a la imaginación, a la esperanza.

  • Evitar la industrialización de los sentimientos. Cuidarnos de iras radicales González (2019)

  • Cuidar y cuidarnos del mercadeo de los lenguajes.

  • ¿Qué saberes, qué lenguajeos nos interesan de las diversidades? Ya Geertz nos habla de cierta nostalgia por la diversidad porque no contiene lo que dice contener.

  • ¿En qué consiste el gagueo secreto de los poderes?

  • ¿De qué manera los poderes hacen uso de las hachas, de las guillotinas para no dejarnos pensar?

Situacionar, lugarizar el diverser y el diversar es el gran desafío que nos seduce la educación, que nos seduce el mundo formativo que nos convoca a reconocer.

Un pensador de la diversidad es como Sísifo, sube la piedra sabiendo que la labor es incompleta y debe reemprenderla sin quejas, Camus (2018) “Sísifo es superior a su destino. Es más fuerte que su roca”; ese es el desafío que nos queda, ser superiores al dolor, al destino mismo.

La educación no puede dormir en las maletas del comercio, la inclusión no puede sucumbir en las atmósferas segregacionistas ni la diversidad puede reducirse a ejercicios jurídicos o a despliegues normativos ni los saberes un mundo de la manipulación. Nuestro gran desafío geográfico, cognitivo, emocional y trascendente es aprender a vivir en juntedades y para ello tenemos las diversidades y sus saberes.

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Notas de autor

1 Miguel Alberto González González. PhD en ciencias de la Educación y PhD en Conocimiento y cultura en América Latina. Docente e investigador en ciencias sociales de la Universidad de Manizales. Scopus Author ID: 57202110923. ORCID: http://orcid.org/0000-0002-0172-0101. Correo electrónico: miguelg@umanizales.edu.co, mgcaronte@me.com


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