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La política energética de los Estados Unidos de América durante el periodo 2000-2017
The energy policy of the United States of America during the period 2000-2017
Política Internacional, vol.. 1, núm. 2, 2019
Instituto Superior de Relaciones Internacionales "Raúl Roa García"

El mundo en que vivimos

Política Internacional
Instituto Superior de Relaciones Internacionales "Raúl Roa García", Cuba
ISSN: 1810-9330
ISSN-e: 2707-7330
Periodicidad: Trimestral
vol. 1, núm. 2, 2019

Recepción: 20 Mayo 2020

Aprobación: 18 Junio 2020

Resumen: El objetivo de este trabajo es realizar un análisis comparativo entre las políticas económicas adoptadas por la administración de Barack Obama y las medidas que está llevando a cabo la actual administración del presidente Donald Trump. El análisis comparativo se realiza en relación con las siguientes políticas: energética, de gasto público, financiera, contra el desempleo y comercial. El período 2008-2017 fue precedido de varias décadas de desaceleración económica que han desajustado la macroeconomía nacional. Antes de entrar de lleno en el análisis comparativo de ambas administraciones se hace una caracterización general de la política económica espuria de Estados Unidos por compensar sus resultados económicos a costa del resto del mundo, sin excluir a sus aliados.

Palabras clave: geoestrategia económica, fin de la unipolaridad, políticaeconómica espuria, crecimiento de la deuda pública y proteccionismo comercial.

Abstract: The objective of this paper is to analyze comparatively the economic policies applied by the administration of Barack Obama and the measures that are being carried out by the current administration of President Donald Trump. The comparison is performed in relation to the following policies: Energetic, of government expense, financial policy, against unemployment and trade. The period 2008-2017 has been preceded by some decades of economic slowdown which have unbalanced the national macroeconomics. Before beginning the comparative analysis between both administrations, a general characterization of the spurious economic policy of the United States to compensate its economic outcomes at the expense of the rest of the world, including the friend countries, is exposed.

Keywords: economic geostrategy, end of the unipolarity, spurious economic policy, growing of the public debt, trade protectionism.

INTRODUCCIÓN

Con este trabajo se pretende realizar un análisis del comportamiento de la economía Estados Unidos realizando una comparación entre las políticas económicas adoptadas por la administración de Barack Obama y las medidas que está llevando a cabo la actual administración del presidente Donald Trump, teniendo en cuenta los compromisos políticos asumidos, midiendo puntos de coincidencias y criterios divergentes.

Es verdad que Trump no ha cumplido su primer año de gobierno y, sin embargo, en tan breve tiempo hay puntos demasiado importantes de inflexión en su política económica que permiten hacer este paralelo. El análisis comparativo se realiza en relación con las siguientes políticas:

• Política energética.

• Política de gasto público.

• Política financiera.

• Política contra el desempleo.

• Política comercial.

Como quiera que el período 2008-2017 fue precedido de varias décadas de desaceleración económica que han desajustado la macroeconomía nacional, antes de entrar de lleno en el análisis comparativo de ambas administraciones, se hace una caracterización general de la política económica espuria de Estados Unidos por compensar sus resultados económicos a costa del resto del mundo, sin excluir a sus aliados.

DESARROLLO

La política económica espuria de Estados Unidos para elevar a su favor la tasa de ganancia

Los planes establecidos en Estados Unidos para reactivar la economía afectada por la crisis del 2007 fueron concebidos e impuestos al Congreso por quienes resultaron sus principales beneficiarios.

Esta afirmación la demuestra el hecho de que desde el 2001, ocho de las compañías más afectadas por la crisis han donado 64,2 millones de dólares a los candidatos del Congreso, a los candidatos presidenciales y a los partidos republicanos y demócratas. Senadores –en su momento– como Barack Obama y John McCain recibieron entre los dos un total de 3,1 millones de dólares de Bear Stearns, Goldman Sachs, Lehman Brothers, Merrill Lynch y Morgan Stanley (Borón, 2014: 278).

Por otra parte, 151 miembros del Congreso poseen acciones en grandes compañías vinculadas con la defensa, las mismas compañías que en el 2006 fueron beneficiadas con acuerdos gubernamentales –aprobados por el Congreso– por valor de 275 000 millones de dólares, unos 275 millones de dólares por día (Borón, 2014: 279).

Incluso de los programas de rescate llevados a cabo por la Reserva Federal y el Departamento del Tesoro en el 2011, por valor de 7,8 billones de dólares, solo el 19 % fue de beneficio para los ciudadanos (Fig. 1).

Fig. 1. Valor del rescate a octubre de 2011 - $ 7,8 billones de dólares con 0 tasa de interés. Fuente de recursos vs. beneficiarios.

Dentro de las políticas financieras que maneja la élite de poder, a través de los grupos gobernantes, por el impacto que tiene en la macroeconomía, el manejo de la deuda pública es una variable de rigor.

A través de la deuda pública se cubren el déficit interno, se calcula el valor de las emisiones de obligaciones en el mercado de valores o se estima el nivel de riesgo país. Aunque estos elementos en Estados Unidos son sui generis, debido al rol que desempeña al dólar en la economía mundial.

El tamaño de la deuda pública de un país es un dato importante, pero no es un elemento que defina de por sí una economía. Países como Japón y Bélgica tienen una deuda de 220 % y del 100 % de su PIB, mientras que Bulgaria y Uganda tienen una deuda de un 16 % y un 27 % en relación con su PIB (Soberón, 2014: 123).

Entre los factores que habría que analizar para determinar si el valor de la deuda pública de un país es desproporcionada y representa un riesgo para su desempeño económico se destacan el volumen de ahorro de sus ciudadanos, el grado de desarrollo de su economía y de sus mercados financieros, sus tasas de crecimiento, su nivel de productividad, el desarrollo demográfico, su política impositiva, entre otros (Soberón, 2014: 123).

Tampoco se debe olvidar la estrecha relación entre la política fiscal y el nivel de endeudamiento. Mantener una baja presión fiscal sobre el capital incrementa la deuda pública, pues el Estado tiene que erogar una serie de gastos que no llegan a ser retribuidos por parte de los contribuyentes.

Como política económica neoliberal se ha seguido el criterio de que una baja tributación (bajos impuestos) a los grandes capitales fomenta la inversión o estimula en ahorro privado, pues le presión impositiva es menor y los excedentes, en vez de ir a parar al Estado como base impositiva, se reinvierte en la economía en forma de flujos de capital. Bajo esa lógica neoliberal conviene favorecer a las grandes fortunas y no al ciudadano común, para estimular a los inversores de capital. Los pobres pueden seguir pagando impuestos elevados.

En el 2007 Estados Unidos era de los países desarrollado, uno de los que menos presión fiscal tenía (Tabla 1).

Cuando Ronald Reagan llegó a la Casa Blanca la deuda pública de Estados Unidos no llegaba a un billón de dólares, equivalente, al 32 % del PIB (Tabla 2).

Tabla 1. Presión fiscal de varios países desarrollados

País

Presión fiscal

Canadá

33,4 %

Francia

44,1 %

Alemania

34,8 %

Italia

41,0 %

Japón

27.4 %

España

35,8 %

Suecia

50,7 %

Reino Unido

36,5 %

Estados Unidos

27,3 %

Unión Europea

39,7 %

Importar tabla

Fuente: OECD Revenue Statistics, 2007.

Tabla 2. Deuda pública de Estados Unidos en porcentaje del PIB (1980-2010)

Año

Deuda pública

1980

32 %

2984

40 %

1988

50 %

1992

60 %

1996

68 %

2000

58 %

2004

62 %

2010

90 %

Importar tabla

Fuente: Federal Reserve Bank of St. Louis.

Al finalizar su primera mitad de mandato, la deuda se había incrementado en otro billón adicional. Cuando abandonó la Casa Blanca en 1988, los nuevos déficits fiscales adicionales de su segundo mandato supusieron otro billón más de deuda pública.

Cuando su sucesor, George H. W. Bush, abandonó la Casa Blanca en 1992 se vuelve a añadir un tercer billón a la deuda pública, acumulándose la cifra de 4 billones de dólares, equivalente al 60 % del PIB.

Durante la presidencia de Bill Clinton, su política fiscal consiguió ir disminuyendo los déficits e, incluso, en sus dos últimos años logró sendos superávits fiscales, situándola en menos de 6 billones de dólares.

Posteriormente, la deuda pública norteamericana alcanzó un máximo histórico de 12 billones al final de la presidencia de George W. Bush, fruto de sus continuados y abultados déficits fiscales.

La administración de Barack Obama (2008-2016) y el manejo de la política energética

La crisis energética mundial incentivó a la administración de Barack Obama a articular una política energética que provocara la caída del precio del petróleo, como arma para garantizar su seguridad energética y, al mismo tiempo, debilitar a sus adversarios productores de petróleo.

El desplome de los precios del petróleo ha reducido los márgenes de utilidades de los países productores de este hidrocarburo en todo el mundo, muchos de estos sufren pérdidas sustanciales.

Teniendo en cuenta las tendencias actuales y la determinación norteamericana para alcanzar la autosuficiencia energética, es más que probable que en un futuro próximo las relaciones internacionales reflejen el cambio y, en particular, en las relaciones entre Estados Unidos hacia Oriente Medio.

Desde hace varias décadas, ante la inestabilidad geopolítica de los países productores de crudo, para Estados Unidos la autosuficiencia energética y el control de suministro han sido un objetivo estratégico. Hoy en día, gracias a las reservas no convencionales de hidrocarburos y a los avances tecnológicos que han posibilitado su explotación, la meta parece alcanzable y su explotación supone un incremento estable de la producción estadounidense y una menor dependencia del petróleo de Oriente Medio o de países como Venezuela o Rusia.

Estados Unidos ya está reduciendo de forma acelerada el consumo de crudo procedente de esas regiones. Y esta tendencia, iniciada por la política energética de Obama, es de esperar que continúe con Trump.

China podría sustituir a Estados Unidos como principal país de destino del petróleo de Oriente Medio y ello le obligará a intensificar su interés en la región para mantener ese suministro. Esto ya es una realidad en países como Iraq o Kazajstán, donde empresas energéticas estatales chinas ya han cerrado contratos de suministro en competencia con empresas occidentales. Además, Pekín, preocupado por asegurar su abastecimiento a largo plazo, está tomando posiciones diplomáticas y económicas en varios países de África con recursos de todo tipo, también energéticos, donde las contraprestaciones no son solo de carácter económico, sino que incluyen aspectos de cooperación y de apoyo político.

La administración de Barack Obama (2008-2016) y el manejo de la deuda pública

En el 2008, Barack Obama asume la presidencia de Estados Unidos. En el 2009 la deuda nacional del país era de 10,6 billones de dólares. En el 2015 ascendía a 18,5 billones de dólares. Ese mismo año fue aprobado un nuevo plan presupuestario que permitió al Tesoro aumentar esta cantidad hasta 20 billones de dólares para el 2017 (Boyer, 2015).

De hecho, durante la presidencia de Obama se vendió el mayor número de obligaciones del Estado por intereses más bajos, y también fue el período que ha dejado la mayor deuda pública (Fig. 2).

Fuente: Heritage Foundation.Fig. 2. Crecimiento de la deuda pública en Estados Unidos.

Obama asume el poder con una constante que han tenido la mayoría de los candidatos presidenciales: la dependencia del gran capital.

Obama fue heredero de la administración Bush, en la que el componente de la deuda se vinculaba con la cruzada contra el terrorismo y los intereses de los grandes polos de poder del conglomerado militar industrial. Independiente de todas las promesas hechas por Obama en su campaña electoral, nada relacionado con este tema fue cumplido.

En defensa de Obama se puede decir que asumió la presidencia en medio de la peor crisis financiera que viviera Estados Unidos desde la Gran Depresión, y muchas de las alternativas para salir de ella se evaluaron sobre la base de programas de flexibilización cuantitativa, que asumía la monetización de la economía, con un elevado costo de la finanza pública.

En resumen, la deuda pública de Estados Unidos durante la presidencia de Barack Obama aumentó en un 80 %, alcanzando los 19 billones de dólares en el 2016. La relación deuda/PIB de Estados Unidos ya superó el 100 %.

La administración de Barack Obama (2008-2016) y el manejo de la especulación financiera

Cuando Barack Obama asumió al poder lo hizo con el fantasma de la recesión económica e inmerso en una de las crisis más profundas de la historia. Esta crisis, que tuvo su desencadenante en el sector inmobiliario, sus orígenes se remontan a la economía real, pero para la clase política la culpable real era la especulación y la financiarización de los mercados.

La respuesta política de Obama a esto fue la aprobación de la Ley Dodd-Frank o Reform and Consumer Protection Act (U.S. Congres, 2010). Sobre esta es necesario realizar ciertas aclaraciones. Su aprobación el 21 de julio del 2010, tres años después que estalla la crisis, representa un nuevo marco regulatorio financiero. Entre sus aspectos más importantes se destaca:

• Desarrollo de normas concretas sobre comercio de derivados, además de definir parámetros para las agencias calificadoras de riesgo y revelar información sobre bonos de los ejecutivos.

• Creación de un Consejo de Supervisión de Estabilidad Financiera integrado por 10 miembros y facultado para monitorear y dirigir los riesgos de estabilidad financiera.

• Obliga que lo contratos Swaps que se negociaban privadamente tengan ahora que ser negociados en bolsas.

• Implementa el paso de las transacciones over the counter a las Cámaras de Compensación, lo que permitirá a los reguladores monitorear posiciones y precios.

• Prohíbe que los Swaps se comercialicen por teléfono y exige que los contratos sean claros y se registren.

• Establece una agencia de protección del consumidor como una oficina dentro del Sistema de la Reserva Federal, pero independiente de esta.

• Limita la actividad de inversión de los bancos por cuenta propia.

• Obliga a una mayor transparencia en las transacciones con derivados.

• Facilita la capacidad de los reguladores de tomar el control y liquidar las entidades financieras con problemas cuya quiebra amenazaría la estabilidad del sistema, recayendo las pérdidas sobre los accionistas y acreedores no asegurados.

Cuando se aprobó la Ley Dodd-Frank tenía 848 páginas. De acuerdo con el despacho de abogados financiero Davis Polk, en julio de 2012 se añadieron 8 843 páginas de reglas, que representaba solo el 30 % de las reglas que se iban a escribir. El estimado del tamaño final de la Ley es de 30 000 páginas.

La Ley de Reforma a Wall Street y Protección al Consumidor, como se llama oficialmente la Ley Dodd-Frank, fue el proyecto de ley más largo jamás aprobado por el gobierno estadounidense.

En la primera votación en la Cámara de Representantes no hubo ningún republicano que votara a favor. En la votación final de la Cámara de Representantes el voto fue de 237 a 192, donde tres republicanos se unieron al voto a favor y solo 19 demócratas votaron en contra. En el voto final del Senado se unieron tres republicanos a los 55 demócratas y los dos independientes para aprobar el proyecto de ley que después se promulgó como ley por el presidente Obama el 21 de julio de 2010.

En síntesis, la Ley Dodd-Frank se trata de un conjunto de normas técnicas que no van al fondo del problema ni cortan de raíz las causas que generaron la crisis. Su propósito estuvo más bien dirigido a un control de daño político y a remediar los excesos más escandalosos de la desregulación financiera.

No contempló medidas de ayuda o asistencia a las personas que se arruinaron y perdieron sus viviendas, ni tampoco emitió prohibiciones o controles que implicaran una total reevaluación de las reglas que rigen el mercado de valores. Por el contrario, lo dispuesto en la ley garantiza que Wall Street preserve el margen de maniobra suficiente para continuar desarrollando la especulación financiera y la redistribución millonaria de sus utilidades.

Otros aspectos que se pueden cuestionar es que no se ataca el problema de los estímulos generados por los rescates de entidades bancarias que, junto con la responsabilidad limitada, inducen a los accionistas a sentirse protegidos ante eventuales problemas de solvencia y desvincularse del contenido social.

En suma, lo que la Ley hace son dos cosas: limita parcialmente la actividad especulativa de los bancos, pero no la elimina, e impone incrementos de capital considerable estableciendo una relación ordenada entre operaciones de especulación financiera y respaldo patrimonial.

Un ejemplo de la intención que se tiene con la norma es que la administración Obama propuso un impuesto sobre el pasivo de la banca financiado en los mercados mayoristas del 0,15 %, sin embargo, este impuesto no se incluyó en la versión final de la norma. No se debe olvidar que la regulación bancaria tiene un importante componente de economía política.

No obstante la puesta en vigor de esta legislación, en el 2010, el sector de los servicios financieros representó el 8,5 % del PIB de Estados Unidos, de ese porcentaje el 47 % correspondió a la actividad bancaria, el 33 % a los seguros y el 16 % al comercio de valores.

La Administración de Barack Obama (2008-2016) y el manejo del desempleo

Cuando Obama asumió la presidencia en el 2008, la tasa de desempleo se encontraba en un 5,0 % anual, llegando a elevarse en el 2010 a 9,9 % anual, a la más alta desde el 1982 (Fig. 3).

Año

Ene

Feb

Mar

Abr

May

Jun

Jul

Ago

Sep

Oct

Nov

Dec

2007

4,6

4,5

4,4

4,5

4,4

4,6

4,7

4,6

4,7

4,7

4,7

5,0

2008

5,0

4,9

5,1

5,0

5,4

5,6

5,8

6,1

6,1

6,5

6,8

7,3

2009

7,8

8,3

8,7

9,0

9,4

9,5

9,5

9,6

9,8

10,0

9,9

9,9

2010

9,8

9,8

9,9

9,9

9,6

9,4

9,4

9,5

9,5

9,4

9,8

9,3

2011

9,1

9,0

9,0

9,1

9,0

9,1

9,0

9,0

9,0

8,8

8,6

8,5

2012

8,3

8,3

8,2

8,2

8,2

8,2

8,2

8,1

7,8

7,8

7,7

7,9

2013

8,0

7,7

7,5

7,6

7,5

7,5

7,3

7,3

7,2

7,2

6,9

6,7

2014

6,6

6,7

6,7

6,2

6,3

6,1

6,2

6,2

5,9

5,7

5,8

5,6

2015

5,7

5,5

5,4

5,4

5,5

5,3

5,2

5,1

5,0

5,0

5,0

5,0

2016

4,9

4,9

5,0

5,0

4,7

4,9

4,9

4,9

4,9

4,8

4,6

4,7

2017

4,8

4,7

4,5

4,4

4,3

4,4

4,3

Importar tabla

Fuente: https://data.bls.gov/timeseries/LNS14000000Fig. 3. Comportamiento de la tasa de desempleo en Estados Unidos (2007-2017).

A partir del 2010, debido a una serie de políticas aplicadas en el sector empresarial, esta tasa pudo reducirse a 4,3 % anual en julio del 2017.

Esta recuperación se debió en buena parte a la política seguida respecto a la inversión extranjera. Estados Unidos es el mayor receptor mundial de inversiones extranjeras directas, que alcanzaron un total de 228 000 millones de dólares en 2011. En lo que respecta a la política de inversiones, tras varios años de examen Estados Unidos finalizó un nuevo modelo de tratado bilateral de inversiones, con disposiciones pormenorizadas para promover o facilitar el flujo de inversiones y, en junio de 2011, establecieron el programa SelectUSA en el marco del que adoptaron nuevas medidas para facilitar y atraer las inversiones extranjeras directas en el país, mediante la creación, por iniciativa del Gobierno, del primer órgano centralizado de promoción de las inversiones.

La administración de Barack Obama (2008-2016) y el manejo de la política comercial

Lo más importante acontecido en la administración Obama relacionado con su política comercial fue la aprobación legislativa de tres acuerdos de libre comercio y la prórroga de dos programas de preferencias que habían caducado: el Sistema Generalizado de Preferencias y la Ley de Preferencias Comerciales para los Países Andinos (ATPA). A esto se le agrega una serie de medidas para concluir el acuerdo comercial regional de Asociación Transpacífica y para lograr unas relaciones comerciales permanentes y normales con Rusia.

De acuerdo con la política seguida por esa administración, el comercio preferencial representa un porcentaje importante y cada vez mayor del comercio de Estados Unidos (Fig. 4).

Fuente: SELA.Fig. 4. Volumen de comercio de Estados Unidos con el mundo (2000-2009).

No obstante, según un informe del SELA, el presidente Obama dedico menos tiempo a la política comercial que sus predecesores, al menos en su etapa inicial de mandato. El historial sugiere que la política comercial, en los primeros años de mandato de Obama, representa una prioridad más baja que para cualquier otro mandatario de ese país en la historia (SELA, 2010).

Más adelante, en su discurso político Barack Obama, abogó por la importancia para la economía estadounidense de los acuerdos comerciales, bajo la premisa de que si Estados Unidos no fija las nuevas reglas del comercio para el siglo xxi, China lo hará en su lugar. De hecho, el gobierno de Obama, a partir del 2012, incluyó la liberación comercial multilateral como parte de su programa de recuperación económica. Al dejar la Casa Blanca Obama dejó activos 14 acuerdos de libre comercio con 20 países y cerca de la mitad de su exportación de bienes se produce bajo este paraguas. Esto ha sido duramente criticado por Trump como desequilibrado y poco ventajoso para Estados Unidos y que, por tanto, se debe redefinir y renegociar.

La administración de Donald Trump y el manejo de la política energética1

Mientras que con el expresidente Barack Obama la lucha contra el cambio climático era una prioridad, el advenimiento de la nueva administración republicana ha modificado dicho orden en favor de las ganancias de corto plazo de las empresas estadounidenses y en detrimento de la seguridad ambiental del planeta.

Bajo la perspectiva de negocios del presidente Trump, la regulación es vista como un costo y como una carga, un obstáculo a eliminar, por lo que propone cambios en los diseños de política energética; la considera una barrera a la producción de energía, lo que llevará a dar marcha atrás a los compromisos internacionales (el Acuerdo Climático de París) y nacionales en esta materia, ya que Estados Unidos se había comprometido a reducir sus emisiones entre 26 % y 28 % para el 2015.

Las convicciones de Trump no tienen en este campo una base estrictamente científica. Más aún en su plataforma oficial, los republicanos argumentan que no se ha probado científicamente la existencia del cambio climático. Por ello, durante su contienda presidencial, Trump expresó que el cambio climático era un “engaño” perpetrado por China para hacer que Estados Unidos no fuesen competitivos.

La política internacional en el campo energético de la actual administración es resultado de la “revolución energética”, que constituye el factor de impulso para el mantenimiento del poder y su vocación competitiva frente a potencias rivales. En este contexto, destacan los reacomodos geopolíticos de Estados Unidos que constituyen un giro de 180o respecto a su política exterior y no solo a la de administración de Obama, incluso desde la guerra fría.

Una ruptura del paradigma anterior lo constituye el acercamiento a Rusia, enemigo histórico de Estados Unidos y sus aliados, con el que ahora se vislumbra la posibilidad de cooperación económica. Por lo anterior, encuentra a cada paso numerosos obstáculos resultantes de las propias inercias y creencias enquistadas en el establecimiento en Estados Unidos.

La nueva geoestrategia con Donald Trump, de cierta forma, reconoce que Washington ya no puede imponer su hegemonía en todo el mundo, ya no es el poder imperial global; aunque sigue siendo una potencia política, económica y militar. La unipolaridad prevaleciente después de la caída de la ex Unión Soviética, está llegando a su fin ante el surgimiento de China y de Rusia como potencias, que ocurre a la par de una debilitada Europa. La administración republicana empieza a reconocer un mundo multipolar como la nueva realidad del sistema internacional.

De allí el acercamiento a Rusia,2 lo que refleja el reconocimiento de China como su verdadero rival. Por ello, al extender la mano a Rusia busca fracturar la alianza que esta tiene con China, que representa un serio desafío en términos de poder para Estados Unidos. Esta coalición tuvo su concreción en un acuerdo de cooperación para la venta de gas ruso a China con importancia geopolítica y económica, además, la transacción será en yuanes y no en dólares.

Por otra parte, el desdén de la administración de Trump hacia México no ha alterado la prioridad para las élites de ninguno de los dos países con el fin de continuar el proyecto de integración profunda en materia de energía en América del Norte.

La administración de Donald Trump y el manejo de la deuda pública

Una de las premisas más anunciadas de Donald Trump en su campaña electoral fue la de aplicar una política impositiva restrictiva llevando a cabo una reforma fiscal en Estados Unidos que supondrá los mayores recortes de impuestos desde el mandato de Ronald Reagan. No obstante estas pretensiones le será muy difícil lidiar con esto.

Las proyecciones de la Oficina de Presupuesto del Congreso estiman que, bajo las condiciones actuales, la deuda aumentará al 86 % del PIB para el 2026, 106 % para 2035 y 141 % para el 2046 (Fig. 5). Si se continua esta tendencia, las consecuencias incluyen intereses bancarios más altos, lento crecimiento económico y una mayor probabilidad de una crisis fiscal (Heritage Foundation, 2011).

Fuente: Heritage Foundation.Fig. 5. Cálculo del crecimiento exponencial de la deuda en Estados Unidos

En este estudio realizado en el 2011 por la Heritage Foundation previó un crecimiento exponencial de la deuda, la única diferencia hasta el momento es que este estudió previó que la misma alcanzaría la relación Deuda/PIB al 100 % en el 2022. Ya esta fue alcanzada en el 2016 y en el 2017 estaba en 108 %

La reforma fiscal que Trump pretende implantar es bastante amplia e incluye, entre otros aspectos:

• Un impuesto de sociedades donde la parte superior marginal del impuesto se reduciría a una tasa del 15 %, desde el 35 % que se mantiene en la actualidad, según la propuesta de Trump.

• Moratoria fiscal para las empresas que repatrien sus beneficios realizadas en el extranjero a una tasa del 10 %. Se espera que estos cambios generen incentivos de acumular dinero en efectivo en el extranjero y para cambiar las bases tributarias de otros países a través de las inversiones.

• Aumento de la inversión en infraestructura. Su proyecto más notable es el muro que ha prometido construir a lo largo de la frontera con México. El 25 de enero Trump ordenó la construcción “inmediata” del muro. A pesar que, en primer lugar, se estimó que costaría entre 5 000 y 10 000 millones, las estimaciones independientes valoran el proyecto en 25 000 millones de dólares.

En el resto de proyectos de infraestructura se encuentran inversiones en los sistemas de la red eléctrica y de telecomunicaciones, así como reparaciones y mejoras a carreteras, puentes, puertos, aeropuertos y oleoductos. Todo ello se ha valorado en un billón de dólares en inversión en infraestructura en los próximos diez años.

El problema de la reforma fiscal por la que aboga Trump radica en que bajo las condiciones de la economía norteamericana y las condiciones internacionales, no es sostenible para el equilibrio presupuestario de las cuentas públicas estadounidenses, pues la contrapartida de reducción de gasto público sería la reducción del aparato administrativo, recortes en varias esferas, como es el caso de la esfera militar, reducción en el aparato burocrático, eliminación de los gastos superfluos y mejora recaudatoria en los ingresos, lo que no es especialmente específico dado el fuerte ajuste de ingresos. Además, esto no es compatible con la filosofía política de gran parte de su administración.

En el año fiscal 2017 la cantidad que los gastos superó los ingresos del gobierno de Donald Trump en 559 000 millones de dólares, en comparación con 587 000 millones un año antes y aún inferiores en el 2018 en que el déficit fue de 487 000 millones de dólares.

Una de las publicaciones más recientes elaborada por la institución financiera Goldman Sachs, prevé que en todos los años se vaya incrementando el nivel de déficit público de Estados Unidos. En el ejercicio fiscal de 2017 sería de 650.000 millones de dólares, mientras que en el año 2020 superaría el billón de dólares.

La administración de Donald Trump y el manejo de la especulación financiera

Se puede decir que ningún presidente de Estados Unidos de la historia moderna ha promovido como Donald Trump la reducción de las regulaciones. No solamente las regulaciones en la esfera de los negocios y por ende en lo relativo a la bolsa y la especulación, sino también las regulaciones extensivas al cambio climático y la política de salud. Por tanto, estamos en presencia de un presidente ultra neoliberal.

Desde que Trump asumió el poder, el 20 de enero del 2017, ha ejercido sus poderes presidenciales para eliminar varias regulaciones, entre ellas, las relativas a la supervisión de los grandes bancos y conglomerados financieros.

El motivo expuesto ha sido “el ahogamiento” en que la administración de Obama ha inmerso a la economía norteamericana. Según Trump liberar a los negocios estadounidenses de estas cargas es una de las formas en que se podrá alcanzar su objetivo de un crecimiento del 3 % para el 2021.

Esta política no es más que la expresión concreta de su filosofía política empresarial, seguida también por su gabinete, el cual asume la dirigencia de la política norteamericana como una Junta Directiva de un conglomerado industrial, con objetivos bien definidos: incrementar la tasa de ganancia a toda costa.

Para que se tenga una idea de los intereses que persigue la élite política en el poder, se calcula que fortuna neta a la que asciende el gabinete nombrado por Donald Trump, ascendente a 4,5 billones de dólares, duplicando la cifra que alcanzaba el gabinete nombrado por Obama, el cual sumaba 2,75 billones de dólares.3

El desarrollo a futuro de las condiciones para que ocurra una nueva crisis dependerá en gran medida de las decisiones que se adopten en la política financiera. Hay dos elementos que nos ilustran: el primero es el proceso paulatino, ya iniciado, de la desregulación en materia financiera, donde todo indica a pensar, siguiendo la lógica de los acontecimientos, que se continúen realizando acciones tendentes a la desregulación de los mercados.

El otro elemento se encuentra vinculado a la política financiera: la política monetaria. En estos momentos se está llevando a cabo un debate relativo a la tasa de interés de la Reserva Federal. Hay quienes proponen mantener las tasas de interés a los niveles actuales, partidarios de esta medida es la Reserva Federal, con Yanet Yellen al frente, y hay quienes pretenden comenzar una política expansionista, subiendo las tasas de interés.

De ello dependerán en gran medida varios elementos claves de la macroeconomía.

La administración de Donald Trump y el manejo del desempleo

En una reunión en la Casa Blanca con ejecutivos de más de una veintena de grandes fabricantes estadounidenses, en febrero pasado, el presidente Donald Trump declaró:

“Las políticas de mi administración y la reforma normativa, la reforma tributaria y las políticas comerciales devolverán una parte importante de empleos manufactureros a nuestro país” (EFE, 2017).

No obstante que algunas cifras señalan una mejoría en los niveles de empleo, desde enero a la fecha se estima que detrás de esto hay una baja tasa de participación en el mercado laboral y un alto porcentaje de estadounidenses que trabaja en puestos de tiempo parcial, con salarios bajos.

Según los expertos, parece que Trump no ha contado con tres retos clave para el mercado laboral estadounidense: el estímulo de la participación, el aumento de la productividad y la mejora de la calidad del empleo.

Según un informe emitido por la Oficina Ejecutiva del Presidente de Estados Unidos, la tasa de hombres en edad de máximo rendimiento (entre 25 y 54 años) en activo ha bajado del 98 % en 1954 al 88 % en junio de 2016. Un problema para el que la institución propone mayor flexibilidad laboral y fiscal, inversión en infraestructuras y la creación de nuevos puestos de trabajo no cualificados.

Aunque, a primera vista, las propuestas concordarían con las políticas avanzadas por Trump, esto no podría combinarse con el proteccionismo de su política comercial. Ante un mercado cerrado en sí mismo como el propuesto por Trump, el incremento de la producción en Estados Unidos con pleno empleo puede ir a parar directamente a la inflación.

La administración de Donald Trump y el manejo de la política comercial

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, retiró a Estados Unidos del Acuerdo de Asociación Transpacífico tan pronto como asumió la jefatura de la Casa Blanca. A cambio, el líder republicano, que calificó el acuerdo como un “desastre potencial” para el país, se muestra partidario de negociar “acuerdos bilaterales justos de comercio” que generen empleo e industria en el país.

En los discursos de Trump se ha incluido la amenaza de imponer aranceles de hasta el 45 % a los productos chinos, lo que genera muchas preocupaciones para ese país, que se ha beneficiado enormemente de esta relación comercial y que vende más productos a Estados Unidos que cualquier otro. De hecho, durante el 2016, las exportaciones chinas al mercado estadounidense alcanzaron un valor de 478 000 millones de dólares (BBC, 2017).

De materializarse todas las amenazas hechas por el presidente Trump, las tensiones comerciales seguramente aumentarán, con la guerra comercial como un posible escenario.

En resumen, esas normas proteccionistas podrán fortalecer a la mayor economía del mundo en el corto plazo, sin embargo, también pueden amenazar la estabilidad global. El propio Obama ha manifestado4 que con la presidencia de Trump podrán aumentar las tensiones de las relaciones comerciales en el mundo.

Todo parece indicar que con Trump cambia la estrategia de Estados Unidos contra sus aliados y adversarios. Estados Unidos ha demostrado ser un aliado desleal con Japón y la Unión Europea. Y ahora se inicia una política de nuevos Tratados Bilaterales nación a nación como si las agrupaciones regionales fueran a debilitarse y a desaparecer.

En cuestiones relativas a la política comercial de la administración de Donald Trump, se pueden definir sus directrices:

• Cuestionamiento del marco legal instituido en Estados Unidos sobre comercio internacional, fundamentalmente en el desarrollo de sus cadenas globales de suministro.

• Renegociación y eventual retirada del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA).

• Retirada de Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica.

• Endurecimiento de medidas comerciales (antidumping y compensatorias).

La política de Trump supone un giro hacia el proteccionismo que puede generar una reacción similar en el resto de países, pudiendo llegar a provocar una guerra comercial cuyo efecto inmediato sería un aumento de los precios en todos los países y una reducción de los puestos de trabajo a nivel global.

Por otra parte, en el mismo sentido, el premio Nobel de Economía estadounidense Joseph Stiglitz plantea que el abandono de los acuerdos de comercio puede llevar a una caída de las exportaciones de Estados Unidos que reducirían el PIB global y el estadounidense.

Los planteamientos proteccionistas pueden resultar dañinos, las restricciones al comercio provocarían que, por efecto contagio, disminuyan las exportaciones de Estados Unidos hacia otros países con la consabida pérdida de puestos de trabajo que acarrearía y, además, provocaría un encarecimiento de las importaciones que afectaría a las rentas más bajas.

Además, como efecto paralelo la salida de Estados Unidos de los tratados comerciales puede perjudicar las perspectivas de otros países, pero a la vez podría favorecer las posiciones de otros países como China.

CONCLUSIONES

• El gran capital ha tenido en Obama y Trump dos excelentes representantes y, por tanto, hay en ellos coincidencias y divergencias. Ambos han estado dispuestos a manejar la especulación, lo mismo en la economía real que en la financiera.

• En la economía real el manejo de la política energética es un buen ejemplo. El cambio tecnológico que ha significado la extracción de petróleo de esquistos con la tecnología de fractura hidráulica, iniciado bajo la administración de Obama, ha sido bien acogido por Donald Trump: ambos concuerdan en el dumping de precios del petróleo que ello ha provocado a escala mundial.

• En la economía financiera, Donald Trump resulta algo más especulativo que Obama, al manifestarse en forma mucho más radical contra las regulaciones fiscales y monetarias que desestimulen la inversión del gran capital.

• Ambos presidentes han sido eclécticos en sus políticas económicas: en la esfera financiera Obama intentó aplicar algunas reformas regulatorias anticrisis a la manera keynesiana, contra las cuales ahora se manifiesta Trump.

• Pero ambos presidentes, con discursos retóricos diferentes, son buenos representantes del Complejo Militar Industrial y promotores de seguir incrementando la deuda pública.

• En la esfera fiscal, Trump se manifiesta a favor del gasto público en infraestructuras con efecto multiplicador contra el desempleo, mientras Obama promovió la inversión extranjera directa en Estados Unidos para promover las medidas contra el desempleo.

• En la esfera comercial, Trump es eminentemente proteccionista y promotor de previsibles guerras comerciales a escala mundial. Obama promovió los mega acuerdos, tales como el TPP, el TLCAN y el Acuerdo TransAtlántico.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

BBC (2017). Estados Unidos y China firman acuerdo comercial: cómo es y qué ganan las dos mayores economías del mundo. Disponible en: http://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-39897388

Borón, A. (2014). América Latina en la geopolítica imperial. La Habana: Editorial Ciencias Sociales

Boyer, D. (2015). $20 trillion man: National debt nearly doubles during Obama presidency. Disponible en: http://www.washingtontimes.com/news/2015/nov/1/obama-presidency-to-end-with-20-trillion-national-/

EFE (2017). Trump centrará su política económica y comercial en “devolver” empleos a EEUU. Disponible en: https://www.efe.com/efe/america/ame-hispanos/trump-centrara-su-politica-economica-y-comercial-en-devolver-empleos-a-eeuu/20000034-3188845

Heritage Foundation (2011). Budget Chart Book. Disponible en: ww.slideshare.net/theheritagefoundation/2011-budget-chart-book

Meachan, J. (2017). Do Business leaders make good presidents. Disponible en: https://time.com/4640173/business-leaders-good-presidents/

SELA (2010). Política comercial de EE.UU. en el gobierno de Obama: Implicaciones para los Estados Miembros del SELA. Seminario Regional sobre Relaciones Comerciales entre Estados Unidos y América Latina y el Caribe en el Primer Año de la Administración Obama. Caracas, Venezuela. Disponible en: http://www20.iadb.org/intal/catalogo/PE/2013/13221a08.pdf

Soberón, F. (2014). El Euro: Unión monetaria y crisis. La Habana: Editorial Ciencias Sociales.

U.S. Congres (2010). Dodd-Frank Wall Street Reform and Consumer Protection Act. Public Law 111–203. United States Government Printing Office. Disponible en: http://www.gpo.gov/fdsys/pkg/PLAW-111publ203/pdf/PLAW-111publ203.pdf

Notas

1 Para ampliar sobre este tema consúltese: Vargas, R. (2016). Cambios paradigmáticos en la política energética de Donald Trump. Revista de la Industria Petrolera.
2 Con las naciones menos poderosas, la geoestrategia sugerida por Zbigniew Brzezinski
3 Para que se tenga una idea de la fortuna que suma algunos miembros del gabinete de Trump, téngase presente que Wilbur Ross, Secretario de Comercio, suma una fortuna personal de $2,5 billones; Betsy Devos, Secretaria de Educación, suma una fortuna personal de $1,5 billones y Rex Tillerson, Secretario de Estado, suma una fortuna personal de $325 millones (Meachan, 2017).
4 Principalmente en discursos y entrevistas cuando asistió a la Cumbre de la APEC en Perú, y en el encuentro con jóvenes en la Pontificia Universidad Católica de Lima.


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