Comentario de libro
Recepción: 04 Mayo 2021
Aprobación: 26 Mayo 2021
| Calandrón Sabrina. Paidos. 2021. Buenos Aires. Paidos |
---|
Mujeres Armadas es un libro que puede leerse en varios planos. Como novedad editorial en una librería, podría estar tanto en las mesas de Ciencias Sociales, como en las de Literatura Argentina. El ritmo con el que relata las historias de vida de las mujeres es atrapante. Al tiempo que deja entrar, de forma natural, reflexiones teóricas iluminadoras y potentes. El libro, además, cristaliza la trayectoria de la autora. Desde Género y Sexualidad en la Policía Bonaerense1 a Mujeres Armadas, es posible ver ese devenir constante y expansivo. Los escenarios se multiplican, las mujeres asoman a nuevas experiencias y la autora está ahí para narrarlos. Calandrón no se resigna ante el hecho de que no haya una producción académica prolífica en el campo de los estudios sociales sobre mujeres y cuerpos policiales en Argentina -y en América Latina, más en general. Frente a esto, ella se erige como una de las pioneras en el ámbito local. Sin dudas sus libros, artículos científicos y demás publicaciones, son de lectura obligatoria para quiénes se interesen por estudiar estos temas.
El libro se arma a partir de las historias de mujeres que integran diferentes fuerzas de seguridad en Argentina, anécdotas personales de la autora en sus inmersiones al campo y datos variopintos sobre cada una de las instituciones que estudia. Concretamente, se sumerge en las cuatro fuerzas federales: Gendarmería Nacional Argentina, Policía Federal Argentina, Prefectura Naval Argentina y Policía de Seguridad Aeroportuaria; además, en la Policía de la Provincia de Buenos Aires y las Policías Locales que derivaron de ella; las Fuerzas Armadas; y los Cuerpos de Bomberos que integran algunas de aquellas. La autora cuenta, entonces, con un material muy rico que le permite articular reflexiones sólidas en torno a cómo se construyen las relaciones de género al interior de las instituciones que monopolizan la violencia legítima del Estado. Calandrón elige contar la historia de estas mujeres porque su presencia incomoda. Esa incomodidad, para la autora, permea las relaciones de poder y el ejercicio de la violencia al interior de las fuerzas. Para la autora, visibilizar esas experiencias, saber quiénes son, qué hacen y cómo lo hacen, nos da herramientas para conocer, al fin de cuentas, al Estado mismo.
El libro se organiza en nueve capítulos y un epílogo. Cada capítulo ensambla los elementos de los que se vale el libro: historias, anécdotas, información y reflexiones. El primer capítulo está dedicado a la Policía de la Provincia de Buenos Aires y centra su análisis en la irrupción de las mujeres a la PPBA durante los setentas. El segundo capítulo recupera las experiencias de las mujeres en las Fuerzas Armadas y relata los sinsabores de las Misiones de Estabilización de Naciones Unidas en Haití a entre 2004 y 2017. El tercer capítulo recorre la Prefectura Naval Argentina para mostrarnos cómo las mujeres se entrenan para “poner el cuerpo”. El cuarto capítulo indaga las estrategias que las mujeres se dan para habitar la Gendarmería Nacional Argentina. El quinto capítulo muestra las distintas caras de la Policía Federal Argentina a partir de dos relatos icónicos. El sexto capítulo estudia las Policías Locales de la Provincia de Buenos Aires, mostrando las motivaciones que portan las mujeres al momento de incorporarse a ellas. El séptimo capítulo aborda la especial situación de los cuerpos de bomberos y las historias de sus bomberas. El octavo capítulo reflexiona sobre las políticas de género desplegadas en los cuerpos policiales desde las experiencias de las mujeres en la Policía de Seguridad Aeroportuaria. El último capítulo atraviesa las experiencias de las mujeres en las fuerzas de seguridad y armadas, y nos ofrece su mirada acerca de cómo ellas construyen su autoridad y ejercen el poder. Finalmente, en el epílogo la autora despunta el rol de los feminismos en la configuración de los devenires, tanto suyo como de las mujeres que comparten sus historias con ella.
Quisiera volver un poco al tema del ritmo con el que se suceden los relatos porque considero que la calidad de la escritura es digna de destacar. La forma en la que relata las historias de sus protagonistas, sus encuentros con ellas y los escenarios en donde transcurren, involucran decididamente a sus lectoras y lectores. Se puede sentir el miedo de sumergirse en aguas frías, a muchos metros de profundidad, totalmente a oscuras; o dejarse arrastrar por la adrenalina de una persecución policial desde adentro de un patrullero. O trasladarse a orillas del Paraná una mañana de sol; apunarse entre la muchedumbre bulliciosa del Puente La Quiaca-Villazón, o distraerse con el brillo de una manzana verde sobre un escritorio.
Recursos como esos atrapan y hacen placentera la lectura. Y lo más importante, abren paso a las problemáticas que atraviesan, y han atravesado históricamente las mujeres en las policías. Voy a detenerme solamente en dos historias. Una, la de la naranja y el sobre. La otra, la de Mercedes en la Policía Federal Argentina. La primera se remonta a los años setenta del siglo XX, la segunda a las primeras décadas del siglo XXI.
La historia del sobre y la naranja abre el libro y, de algún modo, enciende una mecha. Retrata la escena de un acto protocolar en el que el jefe la Policía de Buenos Aires deja en claro su postura sobre la incorporación de las mujeres al cuerpo. Por un lado, este relato nos introduce en las discusiones sobre las resistencias de los varones policías al ingreso de las primeras mujeres a la fuerza. Por otro, nos propone lecturas en torno a las estrategias de las mujeres para sobrevivir en un entramado de vínculos jerárquicos, autoritarios y violentos.
La historia de Mercedes en la Policía Federal tiene, al menos, dos dimensiones. La trama de su historia individual da un giro sorpresivo y abre el argumento hacia un proceso de transformación estructural. Su historia es la de muchas mujeres que sufren violencias perpetradas por sus parejas, también policías. Su testimonio da cuenta de las formas en las que estas problemáticas son abordadas al interior de la institución, mostrando como se activan al mismo tiempo dinámicas de expulsión y encubrimiento. La historia de Mercedes, como dijimos, da un vuelco. Su relato personal da lugar a la reconstrucción del contexto de emergencia del Ministerio de Seguridad de la Nación y la implementación de políticas reparadoras dentro de la Policía Federal.
De esta forma, el libro aporta a las problemáticas presentes en la literatura sobre mujeres y fuerzas de seguridad —producidas fundamentalmente en el norte global— las particularidades del contexto local.
Uno de los puntos mas significativos en esta dirección aparece cuando la autora insiste con que es preciso salirse de los cánones tradiciones que otorgan a las mujeres y varones -policías, en este caso- atributos particulares y propios. Enfatiza que el género es una relación social fluida que opera performativamente. En contra de la idea de que las mujeres al ingresar a la policía se masculinizan, sugiere que cada una se adapta, sobrevive, acumula poder y despliega su autoridad, en formas que se muestran efectivas. «Poronguear», «matonear», «getonear», son algunas de esas formas performáticas de atravesar la experiencia policial. Formas de armarse.
Otra de los puntos salientes en aquella dirección está relacionado con la elaboración de modelos de integración de las mujeres a las fuerzas armadas y de seguridad. Si bien la autora expresa que la historia de las mujeres en esos espacios está por contarse, se esfuerza por reconstruirla y sistematizarla. En tal sentido, nos propone un esquema que articula contextos histórico-político-sociales, liderazgos políticos, decisiones de gobierno, cambios en los fenómenos delictivos, el rol de los movimientos sociales, con las transformaciones al interior de las fuerzas. El modelo que propone es muy rico porque ubica la mirada en un complejo entramado de relaciones sociales que permiten comprender la incorporación de las mujeres más allá de la reforma policial.
Mujeres Armadas reseña una multiplicidad enorme de temas los cuales, como la autora advierte, son abordados con distinta profundidad. Así, quienes se interesen por acercarse a los debates sobre los estudios de genero en las fuerzas armadas y de seguridad en la Argentina pueden empezar por este libro. Al mismo tiempo, quienes ya estén inmersos en esos debates, encontraran en Mujeres Armadas claves para enriquecerlo.
Notas