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Ariadna Islas y Laura Reali (2018) Guerras Civiles. Un enfoque para entender la política en Iberoamérica (1830-1935)
Claves. Revista de Historia, vol.. 6, núm. 10, 2020
Universidad de la República

Bibliográficas

Claves. Revista de Historia
Universidad de la República, Uruguay
ISSN-e: 2393-6584
Periodicidad: Semestral
vol. 6, núm. 10, 2020


Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.

Islas Ariadna, Reali Laura. Guerras Civiles. Un enfoque para entender la política en Iberoamérica (1830-1935). 2018. Madrid. Iberoamericana. 219 pp.. 8491920218

Las historiadoras uruguayas Ariadna Islas (Universidad de la República, Uruguay) y Laura Reali (Université Paris 7, Francia), han reunido diez artículos que tratan diferentes aspectos de las guerras civiles, en un amplio espectro del espacio geográfico latinoamericano, ocupado por los actuales países de Argentina, Uruguay, Brasil, Paraguay, Bolivia, Colombia y Venezuela; y en el también amplio marco cronológico de los siglos XIX y XX.

En el texto introductorio («Las guerras civiles en el palimpsesto de los conflictos políticos iberoamericanos. 1830-1935»), las editoras abordan de modo esclarecedor la forma en que los trabajos que componen el libro, se entrelazan con la renovación historiográfica que ha tenido lugar en las líneas de investigación sobre la revolución y las guerras que pusieron fin a los imperios español y portugués, y dieron lugar al nacimiento de los actuales Estados en Iberoamérica.

Las editoras nos recuerdan que esta renovación ha incluido, entre otras cosas: buscar comprender las guerras civiles trascendiendo el contexto de la nación y de las fronteras de los Estados; indagar cómo fueron percibidos estos enfrentamientos armados por sus contemporáneos, así como por la historiografía posterior, construida en gran medida desde la perspectiva de los vencedores; el estudio de enfrentamientos armados en el medio urbano, cuestionando la tradicional oposición ciudad-campo, representantes de los conceptos de civilización y barbarie; la necesidad de contextualizar las diferentes dimensiones de la violencia, inscribiéndolas en las prácticas tanto en el terreno civil como en el militar, etc. Esta enumeración, no exhaustiva, revela la riqueza de un campo historiográfico en pleno crecimiento. Los artículos que integran el libro -de los que ofrecemos a continuación una información sucinta- son un ejemplo representativo de la renovación mencionada.

Mónica Alabart («Identidades políticas, representaciones y prácticas: los batallones entrerrianos en la Guerra de la Triple Alianza, crónicas y cartas desde el frente de batalla»), aborda el tema de las repercusiones del conflicto sobre las tropas argentinas que participaron en el mismo. Aquella guerra, altamente impopular, provocó resistencias al reclutamiento y numerosas deserciones. El trabajo se nutre de crónicas de los militares corresponsales de guerra publicadas en diarios entrerrianos, y la correspondencia privada que oficiales y soldados mantuvieron con Urquiza durante el desarrollo del conflicto.

Juliana Álvarez Olivares («Artesanos en armas y ‘policía a la francesa’: el motín de Bogotá del 15 y 16 de enero de 1893»), plantea que éste fue uno de los motines urbanos más importantes de fines del siglo XIX en Colombia, porque mostró la vigencia de la cultura política forjada por el sector artesanal colombiano durante el siglo XIX; así como el rechazo popular a los dispositivos de estricto control social implementados por la policía, reorganizada a partir de 1890 siguiendo el modelo de la policía francesa.

Edilson Pereira Brito («Formas de ser guarda nacional e o exercício da cidadania no Brasil Imperial em tempos de paz»), explora las consecuencias de la creación de la Guardia Nacional brasileña por ley de 1831. Esta fuerza se integraba con ciudadanos del Imperio, que eran electores en primer grado. El hecho de integrar la Guardia Nacional ponía a sus integrantes a salvo de ser reclutados por el ejército, al tiempo que les aseguraba el derecho de ejercer la ciudadanía.

Mario Etchechury Barrera («“Visto y oído”. El testimonio de los prisioneros de guerra: de la experiencia del combate a la propaganda bélica. Río de la Plata, 1839-1845»), partiendo del consenso historiográfico sobre la existencia de actos de violencia extrema en los campos de batalla y poblaciones ocupadas durante las guerras civiles rioplatenses de mediados del siglo XIX (fusilamientos, degüellos masivos, mutilación de los cadáveres, etc.), explora la progresiva «politización» del prisionero de guerra, transformado en pieza fundamental de propaganda destinada a influir en la opinión pública.

Véronique Hébrard («Milicianos, facciosos y ciudadanos: las formas del compromiso y de la movilización. Venezuela, siglo XIX»), estudia los cuerpos de ciudadanos armados, milicianos, en un contexto de numerosas reformas instrumentadas por los gobiernos venezolanos para reorganizar y modernizar las fuerzas armadas del país entre 1830 y 1858. Para ello, analiza la legislación sobre milicias aprobada en el período, y observa los desafíos enfrentados por aquellos cuerpos en el marco de las revueltas rurales de 1846 y la crisis política de marzo de 1858, que provocó la renuncia del presidente de la República.

Eduardo José Míguez («Violencia y orden político en la Argentina en la formación del “régimen oligárquico”»), discute el papel de la violencia durante la gestación del llamado «régimen oligárquico», distinguiendo dos formas de rebelión armada: la que persigue un cambio del orden político y la que se desarrolla dentro del marco de dicho orden, sin intentar alterarlo. En los tres casos analizados por el autor, se trató de conflictos que se explican por la ausencia de mecanismos que abrieran la perspectiva de alternancia en el poder.

Gustavo L. Paz («Caudillismo y resistencia popular a la expansión del Estado nacional en el interior argentino a comienzos de la década de 1860»), centra su análisis en el contexto político, la organización, liderazgo, motivaciones e ideología de la rebelión de los gauchos del Chacho Peñaloza (La Rioja), en lo que puede analizarse como un fenómeno de resistencia a la constitución de un Estado con monopolio de la coerción.

Mariana A. Pérez («El eco de la patria indignada. Protesta política, crisis del federalismo y construcción del orden nacional en Entre Ríos»), analiza cómo, después de la derrota de la Confederación y en el marco de la política adoptada por Urquiza de subordinación al gobierno nacional, aquella provincia experimentó una serie de protestas: las tradicionales «serenatas» se transformaron en una forma de protesta contra el nuevo orden político nacional dominado por el partido unitario, destacando la autora el papel jugado por la prensa en ambos bandos.

Nicolas Richard («El Sargento Tarija o la Guerra del Chaco al revés»), rescata la presencia olvidada y disruptiva del elemento indígena en la Guerra del Chaco, que opuso a Bolivia y Paraguay por la posesión del Chaco boreal (1932-1935). A propósito de la llegada a territorio argentino de un grupo de más de 200o indios armados que huyen de la guerra, comandados por un indio nivaclé, el autor analiza una serie de testimonios que muestran la violencia extrema ejercida por integrantes del ejército boliviano sobre la población indígena.

Julio E. Vezub («La historia de la guerra patagónica hecha de “partes”: revisitando la Expedición al Gran Lago Nahuel Huapi, 1881») plantea, a partir de la relectura de este informe militar, reconocer el carácter civil de la guerra patagónica, que ha sido denominada con el inapropiado rótulo de «Campaña del desierto». Y argumenta: no se trató de un desierto; no había allí un vacío social; en aquellas acciones se emplearon ejércitos de inédita importancia; y las poblaciones agredidas vivieron las invasiones y malones como hechos bélicos.

Por último, digamos que el libro reseñado constituye una bienvenida puesta a punto de la renovación historiográfica en el campo de los estudios sobre las guerras civiles, en el proceso de formación de los estados en Iberoamérica luego de las independencias. Debemos agradecer a la Asociación de Historiadores Latinoamericanistas Europeos (AHILA), por haber hecho posible su publicación en el marco de la colección Estudios AHILA de Historia Latinoamericana, a cargo del historiador español Manuel Chust. ♦



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