CONTÍNUA
Transepistemes de la concepción compleja de ser humano: naturaleza-cuerpo-mente-alma-espíritu-Dios
Transepistemes of the complex conception of the human being: nature-body-mind-soul-spirit-God
Transepistemes da concepção complexa do ser humano: natureza-corpo-mente-alma-espírito-Deus
Percursos
Universidade do Estado de Santa Catarina, Brasil
ISSN-e: 1984-7246
Periodicidad: Cuatrimestral
vol. 23, núm. 53, 2022
Recepción: 08 Julio 2022
Aprobación: 16 Diciembre 2022
Resumen: La imbricada unión: naturaleza-cuerpo-mente-alma-espíritu-Dios; denota una cualidad sentipensante de la concepción del ser humano que lo hace privilegiado de los demás animales. En la presente investigación se sustentaron transepistemes de la concepción compleja de ser humano: naturaleza-cuerpo-mente-alma-espíritu-Dios como objetivo de investigación. Ubicada en las líneas de investigación: Decolonialidad planetaria-complejidad en re-ligaje y transepistemologías de los conocimientos-saberes y transmetodologías transcomplejas. Marco donde imbricamos una complejidad exquisita del humano ser que debe develarse en la decolonialidad planetaria. Pasamos por los momentos: analíticos, empíricos y propositivos. En este último la antropoética es nuestro accionar en la recivilización de la humanidad como uno de los ejes transepistémicos de lo que es ser individuo humano; individuo en autonomía y dependencia. La esencia compasiva como otro eje transepistémico que transgrede atacarnos a nosotros mismos en tanto al sentirnos naturaleza esa esencia la defendemos de nuestras propias demencias. La transcendencia, ese es un transepisteme que emite respuestas a la pregunta: ¿cómo quiere transcender el ser humano?
Palabras clave: Dios, cuerpo, mente, alma, espíritu.
Abstract: The overlapping union: nature-body-mind-soul-spirit-God; it denotes a sentipensante quality of the conception of the human being that makes it privileged of the other animals. In the present investigation, transepistemes of the complex conception of the human being were supported: nature-body-mind-soul-spirit-God as a research objective. Located in the lines of research: Planetary decoloniality-complexity in re-linkage and transepistemologies of knowledge-knowledge and transcomplex transmethodologies. Framework where we imbricate an exquisite complexity of the human being that must be revealed in the planetary decoloniality. We go through the moments: analytical, empirical and propositional. In the latter, anthropoethics is our action in the recivilization of humanity as one of the transepistemic axes of what it is to be a human individual; autonomous and dependent individual. The compassionate essence as another transepistemic axis that transgresses attacking ourselves insofar as we feel that nature is nature, we defend it from our own insanity. Transcendence, that is a transepisteme that issues answers to the question: how does the human being want to transcend?
Keywords: God, body, mind, soul, spirit.
Resumo: A união imbricada: natureza-corpo-mente-alma-espírito-Deus; denota uma qualidade sentimento-pensamento da concepção do ser humano que o torna privilegiado em relação aos outros animais. Na presente investigação, sustentaram-se transepistemes da concepção complexa do ser humano: natureza-corpo-mente-alma-espírito-Deus como objeto de pesquisa. Situa-se nas linhas de pesquisa: Decolonialidade-complexidade planetária em religações e transepistemologias do conhecimento-conhecimento e transmetodologias transcomplexas. Enquadramento onde tecemos uma primorosa complexidade do ser humano que se deve revelar na decolonialidade planetária. Passamos pelos momentos: analítico, empírico e proposital. Nesta última, a antropoética é nossa ação na recivilização da humanidade como um dos eixos transepistêmicos do que é ser indivíduo humano; indivíduo em autonomia e dependência. A essência compassiva como outro eixo transepistêmico que transgride atacando a nós mesmos enquanto sentimos a natureza aquela essência que defendemos de nossas próprias loucuras. A transcendência, que é um transepisteme que emite respostas à pergunta: como o ser humano quer transcender?
Palavras-chave: Deus, corpo, mente, alma, espírito.
El hombre es un ser cultural por naturaleza porque es un ser natural por cultura (MORÍN, 1973, p. 103).Un mundo sin hombre no tiene sentido, un Dios sin criaturas dejaría de ser Dios, un hombre sin mundo no puede subsistir, y sin Dios, no sería verdaderamente hombre (PANIKKAR, 2005b, p. 181). Somos naturaleza en la Tierra-patria (RODRÍGUEZ, 2022, p. 209). El pensamiento necesita reflexión (conciencia) y la conciencia necesita pensamiento. Las actividades superiores del espíritu son una constelación de instancias que se producen unas a otras en un bucle recursivo (MORÍN, 1998, p. 216). La naturaleza es aliada de la religión: presta toda su pompa y riquezas al sentimiento religioso (EMERSON, 2008, p. 64). 1 Rizoma Introito. La conceptualización reduccionista del sujeto colonizado en la crisis de la civilización, motivación y transparadigma
Me he montado en hombros de gigantes para clarificar la conceptualización compleja del ser humano: en mi fe sé que somos parte de Dios con esencia de Jesucristo nuestro Salvador, que ha enviado una vez crucificado y resucitado; al subir al cielo al Espíritu Santo que mora en nosotros; sin duda Raimon Panikkar respalda esta noción en el epígrafe. La esencia espiritual negada en la colonialidad debe ser retomada, en tanto los pensadores antiguos sabían que aparte de nuestra mente, la razón está en el alma y el espíritu. Vamos desmitificándonos de la utilización de Dios y su palabra en la soslayación de la humanidad, como religión que invalida la libertad del ser humano y ha hecho la figura de Dios como denigración; nos distanciamos de tal herejía.
También somos naturaleza, aun cuando por imposición del proyecto colonial de la modernidad-postmodernidad la hemos denominado medio ambiente y hemos querido conquistarla masacrándola, mutilándola y he allí la crisis de la Tierra, si ella como planeta nos responde y nos lleva a la crisis planetaria, nos regresa el mal que le hemos dado. Raimón Panikkar nos imbrica en Dios con el hombre y este ante Dios como efigie de la Tierra contada en las Sagradas Escrituras en el Génesis. Con Edgar Morín, la luciérnaga centenaria de la humanidad somos cultura; pero al ser mutilados de ella, encubiertos e impuestos en una cultura ajena estamos como sujetos enajenados de nuestra propia historia y cultura; más aún su pensamiento enajenado de las actividades superiores del espíritu. Donde la naturaleza que tanto ama y cuida Ralph Emerson, el gran naturalista inspirador de José Martí, son devenires que los cinco epígrafes nos emocionan y dilatan en el cuidado de la definición del ser humano.
La indagación se realiza en el discurso incluyendo en primera persona a la investigadora; irrumpe en la tradicionalidad modernista-postmodernista-colonial de investigar sustrayendo al sujeto investigador; en una supuesta objetividad. La decolonialidad planetaria es el proyecto de la transmodernidad, donde hemos mostrado que el sujeto decolonial debe re-ligar como práctica emergente del pensamiento filosófico transmoderno (RODRÍGUEZ, 2019). Insisto en la decolonialidad planetaria en correspondencia con la soslayación de la colonialidad global; todo ello parte de una inclusión en todo sentido, de una hermandad planetaria.
Donde el transparadigma de investigación, más allá de los paradigmas coloniales y constitución de las categorías de la investigación, es la complejidad que “provendrá del conjunto de nuevos conceptos, renuevas visiones, de nuevos descubrimientos y de nuevas reflexiones que van a conectarse y a reunirse” (MORÍN, 2003, p. 110). Desde luego develaremos, con la decolonialidad planetaria como apodíctica de la complejidad trastoca particularmente el estudio, donde “el sujeto es definitivamente unidad, pero unidad dialógica que en su singularidad se des-pliega exponiendo-se a la heterogeneidad que la compone” (CAMPERO, 2017, p. 149).
Como pueden observar el sujeto ha sido concebido de manera reduccionista, muchas veces como objeto; y todas estas denominaciones hablan de la crisis colonial del sujeto, acrítico, apartado, parcela, disminuido y execrada el alma y espíritu de su concepción; donde se le incita y educa a masacrar su propio ser con la destrucción de la naturaleza. Son crisis de vieja data que analizaremos en breve en los rizomas. Se solicita paciencia en la lectura, de una indagación no tradicional. Se avizoran prontamente las taras que se impusieron como definitivas.
En todo momento en la indagación atenderemos al caos planetario que nos dice que es imperativo re-ligar ecosóficamente como urgencia transepistémica en la recivilización de la humanidad (RODRÍGUEZ, 2020a). Por ello, la constitución de la investigación va más allá de la introducción, desarrollo, metodología y conclusiones; vamos a entramar rizomáticamente en una ruptura asignificativa con las investigaciones modernistas-postmodernistas-coloniales en donde el sujeto, la investigadora, está presente con sus subjetividades redarguyendo en todo momento y re-ligándose en su pensamiento.
Los rizomas, palabra de inicial usada en la biología (DELEUZE; GUATTARI, 2002), como los nombres en la indagación, no es una denominación inocente, indica un entramado que no tiene centro, ni la raíz, ni el tallo, ni las hojas, todas se comunican y alimentan; así la investigación y su armazón donde “pensar no es representar […] si todo encuentro es “posible” en el sentido en que no hay razón para descalificar a priori algunos caminos más que otros, no por ello todo encuentro es seleccionado por la experiencia” (ZOURABICHVILI, 2007, p. 95).
En la presente indagación nos proponemos conectar complejamente en cualquier punto, pues los rizoma en construcción “conectan cualquier punto con otro punto cualquiera, cada uno de sus rasgos no remite necesariamente a rasgos de la misma naturaleza; el rizoma pone en juego regímenes de signos muy distintos e incluso estados de no-signos” (SICERONE, 2017, p. 93). De esta manera vamos complejizando y entramando los transepistemes del sujeto ser vivo con todas sus aristas intrincadas en la Tierra como patria. Insisto en que las indagaciones rizomáticas tienen esencia inclusiva, en tanto pueden rupturarse en cualquier parte como los rizomas, para incluir categorías que permiten, por esencia transmetódica, seguir construyendo el objeto complejo en las líneas de investigación y permearse de otros entramados de estudio.
Las líneas de investigación donde se ubica la indagación son: Decolonialidad planetaria-complejidad en re-ligaje y transepistemologías de los conocimientos-saberes y transmetodologías transcomplejas. Marco donde se sustentan transepistemes de la concepción compleja de ser humano: naturaleza-cuerpo-mente-alma-espíritu-Dios como objetivo de investigación; desde la hermenéutica comprensiva, ecosófica y diatópica como transmétodo en el transparadigma complejo, el prefijo trans hereda la connotación más allá de la transmodernidad, que salvaguarda las víctimas de la modernidadpostmodernidad-colonialidad. Explicitamos a continuación dicha transmetodología.
2 Rizoma transmetodología. La hermenéutica comprensiva, ecosófica y diatópica como transmétodo
La hermenéutica comprensiva, ecosófica y diatópica es un transmétodo complejo, decolonial planetario y transdisciplinar (RODRÍGUEZ, 2020); es una comprehensión de la hermenéutica ecosófica y la hermenéutica diatópica; donde “el sujeto colonial eurocentrado, niega la subjetividad del colonizado, racializado y esclavizado” (MÉNDEZ; MENDOZA, 2017, p. 45); por tanto dicho sujeto colonial es antiecosófico y antidiatópico; esto es, no tiene el arte de habitar en el planeta y está formado en su pensamiento con topoi que separan la natura de la vida. Por tanto, la indagación no carece de metodología; sino que va más allá se imbrica en una transmetodología compleja, incisiva, deconstructiva de la manera de hacer investigación. Los resultados de las líneas de investigación dan cuenta de ello.
De la hermenéutica ecosófica parte de la comprensiva, tanto en su arista epistemológica como cosmovisivas, deviene de la necesidad de la ciencia como sabiduría, esto es la conjunción de los tópoi: ciencia-sabiduría; abjurar de la buena ciencia, integrar con los otros saberes de la cultura y la praxis en pos de la salvación del planeta Tierra y con él, de nosotros mismos; se trata de un saber y una praxis, integrados, transdisciplinarios decoloniales (PUPO, 2017a).
Por tanto, hay que decantar la realidad colonial vivida del “síndrome colonialista que consiste en creer que existe una súper cultura superior a todas las demás, capaz de ofrecerles una benigna y condescendiente hospitalidad” (PANIKKAR, 1998a, p. 24); en la que se separa al ser humano de la naturaleza y de Dios. Mientras que, “la relación del ser humano y la naturaleza, una experiencia integral de vida, postula como camino la triple relación entre lo divino, la naturaleza y el ser humano” (SEPÚLVEDA, 2015, p. 19). Sin duda, es la intuición cosmoteándrica trinitaria de Raimón Panikkar, donde cuerpo, consciencia y espíritu están interrelacionadas.
La ecosofía fue un arte imposible de adquirir bajo el paradigma simplificador castrador de la vida y sus excelsitudes; imposible al reducir el ser humano. La ecosofía es “una pragmática existencial cósmica, crítica cuyas interpretaciones siguen una lógica plural con sentido cultural y complejo, pero al mismo tiempo, comprometida con el destino del hombre y la Tierra” (PUPO, 2017b, p. 10); en la que lo social, ambiental y espiritual no se separan.
El Hindú cristiano Raimón Panikkar ha estudiado la ecosofía como aquella que “nos revela la materia como un factor de lo real tan esencial como la consciencia o lo que solemos llamar divino” (PANIKKAR, 2005a, p. 202), esencial es revisar el pensamiento advaítico de Raimon Panikkar (CARRERA, 2019). Divinidad, clamor por la teología en la filosofía execrada desde los proyectos soslayadores, en la historia, en las ciencias; así una ciencia carente de sabiduría; y por ende disolviendo la unidad del ser humano con Dios.
Asimismo, la hermenéutica diatópica parte de la circunspección temática de que es “necesario comprender al otro sin presuponer que éste tenga nuestro mismo autoconocimiento y conocimiento de base. Aquí está en juego el último horizonte humano y no solamente contextos diferentes entre sí” (PANIKKAR, 2007, p. 29), la separación en topoi legalizados como irreconciliables en un pensamiento occidental abismal, y legalizado en la filosofía construida en dicho proyecto soslayador. Para ello, el occidental planetario que tanto ha aportado al sur, sur como metáfora de los excluidos del planeta Tierra, Boaventura Do Santos, clama por una dialogo de saberes y ecología de los saberes, que
Consiste en asegurar la “igualdad de oportunidades” a los distintos tipos de conocimiento que intervienen en las cada vez más amplias discusiones epistemológicas, con la idea de maximizar sus respectivas aportaciones a la construcción de “otro mundo posible”, es decir, una sociedad más justa y democrática, y también una sociedad más equilibrada en sus relaciones con la naturaleza. (SANTOS, 2017, p. 232)
Seguiremos, en la presente indagación los momentos: analítico, empírico y propositivo (SANTOS, 2003); que parecieran separados pero están superpuestos. Ubicada en las líneas de investigación titulada: Decolonialidad planetaria-complejidad en re-ligaje y transepistemologías de los conocimientos-saberes y transmetodologías transcomplejas como ya hemos especificado. En los momentos analíticos y empíricos que realizamos conjuntamente y ya comenzamos en el rizoma anterior vamos consultando autores originales de categorías como: ser humano, condición humana, ecosofía, diatopía, entre otras y contraponiendo sus ideas con las de la investigadora. Donde la subjetividad y su sentipensar en primera persona de la investigadora están en el escudriñamiento; así como su fe en Dios que promueve parte del ser humano. Estos momentos los culminamos en el rizoma que viene.
Mientras que, el momento propositivo lo desarrollamos en dos rizomas, los dos últimos donde la autora desprendida de sus autores va a proponer ejes transepistémicos de las concepciones de sujeto complejo.
3 Rizoma analítico - empírico. El sujeto encadenado en su inhumanidad
El sujeto encadenado en su inhumanidad bien pudiera ser un tema de varios volúmenes o tesis doctoral, pues la negación del sujeto por el propio sujeto y el ocultamiento de lo que él, es un asunto de vieja data en la colonialidad del ser y el hecho de querer replicar y regularizar lo que el hombre no crea que es la naturaleza y su mismo ser. Aun cuando está dotado de reproducción no puede crear la esencia de esta. Tal realidad ha sido desvalorizada con la intención de dominar. Acá rebatimos tales negaciones y vamos comprendiéndonos en primer lugar como un sistema complejo, abierto no regularizable; ya que “no hay materia viva sino sistemas vivos, es decir, organizaciones particulares de la materia físico-química” (MORÍN, 1992, p. 24); y en segundo lugar como un individuo místico dependiendo de Dios que se permea del universo; conexiones infinitas de energía que jamás se destruyen y emergen llegando a su espíritu y alma.
Pero el ser humano compone una esencia emocional que permea su alma, y vive cargado de imaginación en pensamientos que muchas veces se hacen realidad; allí maquina lo malo y lo bueno, “imaginario es la práctica mágica espontánea del espíritu que sueña” (MORÍN, 1972, p. 91). Y que entonces debe comprenderse a partir de las interrelaciones complejas complementarias-concurrentesantagonistas que se dan entre cuatro sistemas principales: “el sistema genético (código genético, genotipo), el cerebro (epicentro fenotípico), el sistema sociocultural (concebido como sistema fenoménicogenerativo) y el ecosistema (en su carácter local de nicho ecológico y en su carácter global de medio ambiente)” (MORÍN, 1973, p. 228).
Como el ser humano ha sido callado, y se le ha impuesto lo que es válido que diga, desde la más íntima de sus emociones; es negado su dialogo y conducido a lo superficial; pues no ha convenido que se desarrollé en él un pensamiento metacognitivo profundo; un ser que piensa hondamente se subleva y no puede ser soslayado; la decolonialidad planetaria así ahora libera sujetos que sea capaces de subvertir lo instituido y opresivo. A la convivencia de los saberes develados y los conocimientos decolonizados, a este diálogo entre saberes lo llamamos, como ya se dijo, ecología de saberes (SANTOS, 2006); que va a la unión de topoi, en una hermenéutica diatópica; entre otras.
El ser humano ha llegado a grandes avances en el desarrollo de la ciencia y la tecnología; pero no en la humanologia; por ello se encuentra en una sociedad de riesgo, donde su primera incapacidad es su manera de pensar; separado, disminuida, incapaz de complejizar; además incapacitado por sí mismo para valorarse como ser autónomo grandioso; pero dependiente de todo entidad de la Tierra. El pensamiento occidental y ahora el del Norte, en una colonialidad global, ha provocado
La parálisis del pensamiento, que duda de sus posibilidades de dar sentido práctico y ético a la acción, termina traduciéndose en un individualismo auto absorbente, que disuelve los vínculos y lazos personales y sociales imposibilitando un orden político capaz de construir una voluntad general en relación al bien común (GONZÁLEZ, 2017, p. 14)
Es porque se ha negado el ser que no se ve en el alma y espíritu que es rector y al mismo tiempo desconocido en nuestras vidas; ¿alguien le ha hablado de la salud espiritual, de la inteligencia espiritual? Extrañamente esto ha pasado, a la ciencia no le ha interesado. La educación ha seguido la manera de hacer ciencia; y el alma y espíritu ha pasado a intramuros de desviaciones insospechadas como hereje del ser. Y resulta que somos un espíritu que habita en un cuerpo y tiene alma, donde se alojan las emociones y sentir; la conciencia que jamás muere.
¿Qué sucede cuando al ser humano se le niega su razón imbricada no sólo en la mente, sino en el alma y su espíritu? Para comenzar se le impone de esa manera una ética como normativa moralista y no como reguladora de sus propias acciones, de mirar la ecología de la acción: las interacciones inexplicables e inapelables que llevan como consecuencia de toda acción.
En consecuencia, debemos des-ligarnos de esa falsa concepción de la razón en el ser humano; pero ¿qué es re-ligar? “re-ligar saberes implica re-significar para reinventar” (FONTALVO, 2017, p. 192). Para ello, se debe des-ligar (RODRÍGUEZ, 2019); ¿de qué debemos des-ligarnos? Des-ligarnos del pensamiento disyuntivo que nos hace pensar en que lo otro es lo valioso; des-ligarnos de la colonialidad de la vida, de los falsos conocimientos incrustados en nuestra praxis que nos llevan a la inhumanidad. La subversión a lo regularizado es una anarquía deseada en estos tiempos.
¿Cuáles son las consecuencias del pensar disyuntivo? (RODRIGUEZ, 2021a). Diré algunas que son muchas en tanto crisis de la humanidad por tal pensar reduccionista; por ejemplo “el encierro del cuerpo, de la vida, la disyunción de la felicidad, de la paz y de nuestro verdadero desarrollo en la educación” (RODRIGUEZ, 2021a, p.10). He ahí un modo de transitar el pesar disyuntivo que nos lleva a crisis gigantescas del ser humano contra su propia casa, contra sus congéneres: la educación.
Es menester reconocer que “el cuerpo docente no debería encerrarse sobre sí mismo, como una ciudadela asediada por la cultura mediática, exterior a la escuela, ignorada y desdeñada por el mundo intelectual” (MORÍN, 1999, p. 84); pues dichos individuos deben encargarse de promover la liberación y no la exclusión de la complejidad del ser humano en la educación, aprender sin su ser subjetivo, sentipensante en una aula física lejos de su aula mente-social-espíritu donde puede aprender en todo lugar y tiempo con todo su ser complejo; desvalorizado de su cultura e historia; el sujeto enajenado de su cotidianidad en el aula física. Así es regularizado su identidad y destinada al conocimiento foráneo impuesto como legalizado por el eurocentrismo y luego el Norte en la colonialidad global en todo sentido.
Este sujeto colonizado, y luego colonial no es sujeto; sino objeto en su propia educación, de su ignorancia. Su cultura es también colonizada desde luego; así aparece el sujeto cultural colonizado. Es imperativo la restauración de
Una conciencia herida en los sujetos culturales latinoamericanos, marcados por una historia de dominación que se extiende hasta al presente. La noción de sujeto cultural colonizado, entonces, acentúa, desde nuestra perspectiva, la dominación que aplasta a los sujetos nacionales latinoamericanos (ROJAS, 2017, p. 249)
En esa decolonización rescatamos la fe, amor y compasión que se educa en el ser humano complejizado con su historia y la motivación de la liberación de su propia opresión; Quisiera clarificar la fe, en la introducción del texto titulado: la naturaleza política de la educación, Cultura, poder y liberación se sitúa “su fe y su sentido de la esperanza en Dios de la historia y de los oprimidos, cuyas enseñanzas, según las palabras del mismo Freire, hacen imposible reconciliar el amor cristiano con la explotación de los seres humanos” (FREIRE, 1995, p. 19). Reconoce a Dios Paulo Freire como parte de nosotros siendo nuestro creador; para llegar a esos estadios de ser grande con corazón ejemplar es urgente promover y educar el amor.
Así es urgente definir con el pedagogo de las favelas ¿qué es el amor Freiriano? el “amor es un acto de valor, no de miedo, el amor es un compromiso con los demás. No importa dónde los oprimidos se encuentran, el acto de amor es el compromiso con su causa, la causa de la liberación” (FREIRE, 1968, p. 56). Ese amor forma parte del ser humano esta intrínseco en su ser como semilla sembrada para crecer y florecer; pero se les prohibitivo, pues se reconoce al amor como debilidad y no grandeza. Es triste saber que por amor Jesucristo, nuestro Señor, nos ha salvado muriendo crucificado y que nosotros no le podamos corresponder no con esa acción propia de Él, sino sintiendo y dando amor; con Dios en primer lugar y luego nuestros semejantes.
Motivamos hacer emerger el verdadero ser humano complejo donde educar es formar sujetos problematizadores como el andariego de la utopía (RODRIGUEZ, 2021b). Ese sujeto que se desarrolla y se conoce de manera compleja, es necesario develarlo en la educación, y estaríamos empoderando de su valía humana realmente; en vez de deshumanizarlo y enajenarlo.
El enajenar al ser humano de una de sus dimensiones: la naturaleza, es una gravedad que la colonialidad de la naturaleza impone y surge pues
Ésta se convirtió en una fuente inagotable de riqueza y en un obstáculo para el progreso y la modernización, que debía ser explotada e igualmente dominada por la racionalidad del hombre -ni siquiera se aludía a la del ser humano en su acepción abarcativa de la mujer- dispuesto a colonizarla, domarla y transformarla de acuerdo con sus necesidades y apetencias […] la tríada economía, ciencia y tecnología ha sido fundamental en la colonización de la naturaleza” (ALBÁN; ROSERO, 2016, p. 27-29).
Y se obliga al sujeto racional siendo generalista al modelo máquina a responder al mundo artificial colonial cimentado con las reglas y lógicas del capitalismo; cuando muchas veces el ser humano ha reclamado su dimensión naturaleza ha sido exterminado si salvaguarda lo que el capitalismo requiere para seguir su supremacía. Así, sigue enajenado y la colonialidad de la naturaleza, “deberá entenderse como la manera en que se construyen discursos hegemonizantes y excluyentes con respecto a quienes tienen el derecho de conocerla y explotarla, de protegerla y resguardarla” (ALBÁN; ROSERO, 2016, p. 39). Hasta ahora el ser humano tronchado no ha logrado proteger su dimensión naturaleza, sobrevive tronchado.
Y como la naturaleza somos todos, en tanto esta muere morimos todos; “hoy estamos matándonos entre nosotros y destruyendo nuestro común hogar” (QUIJANO, 2012, p. 52). En ese reconocimiento somos autónomos y dependientes de la naturaleza común, de Dios nuestro creador. Debemos de adquirir ese arte ecosófico de habitar y desenvolvernos. El ser humano como realidad cosmoteándrica (MEZA, 2009) que rescata a Dios con el mundo, con el hombre, este con Dios ambos imbricados en la Tierra. Vale la pena rescatar en Raimón Panikkar el holismo cosmoteándrico, donde el Ser no es sólo primordialmente sustancia (PANIKKAR, 2009). Nos comprendemos con Raimón Panikkar, en que
No hay tres realidades: Dios, el Hombre y el Mundo; pero tampoco hay una, o Dios, u Hombre o Mundo. La realidad es cosmoteándrica. Es nuestra forma de mirar lo que hace que la realidad nos parezca a veces bajo un aspecto y a veces bajo otro. Dios, Hombre y Mundo están, por así decirlo, en una íntima y constitutiva colaboración para construir la realidad, para hacer avanzar la historia, para continuar la creación (PANIKKAR, 1998b, p. 93)
Edgar Morín, el centenario de la humanidad que diría con mucha responsabilidad ha estudiado más al ser humano y su imbricación concibe en la unidualidad del hombre, de la unidad y la diversidad del ser humano negada en su dualidad Edgar Morín da cuenta que en el paradigma reduccionista “la unidad sólo puede ser concebida ocultando la diversidad, donde la diversidad sólo puede ser concebida excluyendo u ocultando la unidad. En el corazón mismo de nuestra cultura y de nuestro pensamiento, falta un paradigma que asocie lo uno y lo diverso en una concepción fundamental de la unitas multiplex” (MORÍN, 1997, p. 3). Y recordamos que “a pesar de todas las distinciones necesarias, el hombre es una unidad y no es posible salvarlo si se lo divide en muchas partes” (PANIKKAR, 2014, p. 156)
Ahora la naturaleza humana plantea la necesidad de unir en la idea de ser genérico
Al hombre razonable (sapiens) con el hombre loco (demens), el hombre productor, el hombre técnico, el hombre constructor, el hombre ansioso, el hombre egoísta, el hombre en éxtasis, el hombre que canta y baila, el hombre inestable, el hombre subjetivo, el hombre imaginario, el hombre mitológico, el hombre en crisis, el hombre neurótico, el hombre erótico, el hombre úbrico, el hombre destructor, el hombre consiente, el hombre inconsciente, el hombre mágico, el hombre racional, en un rostro de múltiples caras en el que homínido se transforma definitivamente en hombre (MORÍN, 2002, p. 173)
Nótese que Edgar Morín conceptualiza al sujeto humano en una noción bio-lógica con la lógica del ser vivo inicialmente, que obedece a la paradoja de auto-ecoorganización. En esa noción de individuo que pertenece a una especie, donde su autonomía es relativa y compleja; pasando por principio de diferencia y de equivalencia; donde el sujeto es en sí mismo una individualidad y al mismo tiempo una diversidad donde existe un entrelazamiento de sus múltiples componentes. Acá aparece un concepto esencia propia del ser humano: el individuo-sujeto que puede tomar conciencia de sí mismo a través del instrumento de objetivación que es el lenguaje (MORÍN, 1994); y esta conciencia se aloja en el alma y espíritu a parte que cogita en la mente; y permea la comunicación con la naturaleza su adaptación o regulación.
En la deseable intención del proyecto decolonial planetario que el sujeto decolonial vaya a la adjudicación henchida de la “categoría decolonialidad como una cualidad intrínseca para abordar todas las teorías que se presenten en el desarrollo de las discusiones epistémicas que se dan desde la academia y desde los distintos escenarios productores de saberes” (MÉNDEZ; MENDOZA, 2017, p. 72); y que dicha realidad se haga rema en la educación. Por ello, la religazón del sujeto moderno y postmoderno nos lleva hacia el sujeto decolonial (RODRÍGUEZ, 2020c); y así su consideración compleja: naturaleza-cuerpo-mente-alma-espíritu-Dios.
Al fin podemos seguir dirimiendo en la crisis del sujeto encadenado en su propia concepción reduccionista, considerando que realmente la identidad del individuo “es una identidad una y única, que no es la de un número entero, sino a la vez la de una fracción (en el ciclo de las generaciones) y de una totalidad” (MORÍN, 1983, p. 313). En la que es realmente una osadía de creación imbricarnos en nuestra complejidad “el privilegio de la Trinidad divina al conjunto de la realidad” (PANIKKAR, 2012, p. 404). Por ello seguimos en las líneas de investigaciones en las numerosas concepciones de lo que es ser humano.
En lo que sigue vamos al momento propositivo de la hermenéutica comprensiva, ecosófica y diatópica; desprendido de los autores.
4 Rizoma propositivo. Transepistemes de la concepción compleja de ser humano: naturaleza-cuerpo-mente-alma-espíritu-Dios
Pensar bajo la liberación ontoepistemológica de la concepción de ser humano la infinita analogía: naturaleza-cuerpo-mente-alma-espíritu-Dios, es una grandeza que nos emite suficiente sustancia para emitir nuevos conocimientos de quienes somos; ya liberados del paradigma que se creyó rey y que definió al ser humano como cuerpo y mente. Desde luego, jamás podremos emitir un conocer definitivo, acabado y eso es maravilloso pues vamos en el construir en archipiélagos de certeza, en el mar de incertidumbre de lo que es el ser humano.
Sin duda, la halterofilia del pensamiento en el que hemos mencionado el desarrollo metacognitivo de alto nivel para por un proceso de des-ligaje para ir a re-ligar imaginarios complejos de los conocimientos-saberes y nuestro accionar. En ello, en la decolonialidad planetaria hay una gran responsabilidad de pensar acertadamente; es la reforma del pensamiento que Edgar Morín hereda en sus obras de Michel de Montaigne en el hecho contundente que más vale una cabeza bien puesta que repleta. Este accionar va en que el ser humano no se desune de la relación que rompe asignificativamente con el episteme cuerpo-mente que se tiene del ser.
La imbricada unión: naturaleza-cuerpo-mente-alma-espíritu-Dios; denota una cualidad sentipensante del ser humano que lo hace privilegiado de los demás animales; pues le da la posibilidad de revisar sus acciones a la luz de la responsabilidad social con la que ve la ecología de sus acciones. Es a reconocida eticidad compleja, la antropoética que propendemos; le denominaremos sentipensando nuestro accionar en la recivilización de la humanidad como uno de los ejes transepistémicos de lo que es ser individuo humano; individuo en autonomía y dependencia.
No podemos dejar de reconocernos como congéneres en el sentido patológico de ser gregarios como esencia humana; ello en la reconocida dependencia de Dios a quien regulamos nuestras acciones por sus mandatos emitidas en las Sagradas Escrituras que nos pide acatemos la ley en la Tierra siempre y cuando no diverja con la de Dios. Ese sentido humano es maravilloso en tanto no somos sin que el otro sea, su dolor es nuestro dolor donde entra la esencia compasiva como otro eje transepistémico que transgrede atacarnos a nosotros mismos en tanto al sentirnos naturaleza esa esencia la defendemos de nuestras propias demencias. A ella estaremos atentos desmitificando nuestros propios males que llevamos en sí, y de los que debemos ser conscientes. La humildad que es reconocernos dependientes de Dios para todo, nos hace desligarnos de esos males. Que han venido envileciéndose al ser en su inhumanidad creyéndose Dios, y que se puede salvar a sí mismo. El ser en su conciencia sabe que ha fracaso en ese intento.
Pensar al ser humano en la ecología de la acción, y en la retroacción que se da en la relación: naturaleza-cuerpo-mente-alma-espíritu-Dios nos hace que no podamos definir totalmente el homo sapiens en un sistema que no se separa del hombre demens; esa institución cosmoteándrica donde cultura, espíritu y naturaleza no se separan. Esto nos habla de una esencia que únicamente posee el ser humano: la transcendencia, ese es un transepisteme en el que dice la respuesta a la pregunta: ¿cómo quiere transcender el ser humano?
Todo eso nos lleva a una imbricación en la ecología de nuestras acciones y la responsabilidad antropoética y autoética que nuestras obras, sentir es contado como transcendencia en bondad junto a Dios o castigo en el desecho de la historia el infierno. Estudiar nuestra transcendencia es esencial. Pensemos en ello, más allá del cuerpo que enferma, muere pero el alma y espíritu siguen alojando nuestra conciencia y el redargüir ya no será posible luego que ellas salgan del cuerpo.
Quiero insistir en la transcendencia que explica más que nada la grandeza de creación; transcendencia que nos lleva a vida eterna, salvado liberado de las drogas, de la crueldad humana paradójicamente. Volver a la concepción del ser humano transcendental es redargüirnos de nosotros mismos, en nuestra inhumanidad e incivilización. Estamos a tiempo de volvernos a esa esencia compleja de nuestro ser. Por ello clamamos a Dios por ella: la transcendencia de nuestra alma y espíritu que terminará en la nueva tierra en cuerpo nuevo, en la resurrección. Edgar Morín clama en la educación por una noología una ciencia que estudie el espíritu en toda su complejidad.
El ser humano en la decolonialidad planetaria al estar en conciencia de su cultura de su ser identificado con su civilización cobra sentido de pertenencia; un transepisteme de altura cogitativa es el individuo-sujeto-ser humano desencadenado de su historia e imbricado en su liberación; este eje es de primerísima valía que hace que el ser humano siga conociéndose a sí mismo; en su praxis ahora enajenada de las soslayaciones que han oprimido su praxis.
El estudio del ser humano en su concepción compleja se va develando, construyendo, aceptado a medida que la decolonialidad planetaria se hace de nuestras vidas: del ser, hacer, poder, señor, vivir, redimir. En ello, el ser concienciado con el bien común es promotor de una concienciación-concientización donde el espíritu/cerebro no puede aislarse de la cultura, de la educación liberadora; ésta es indefectible para la incidencia del espíritu y para el pleno avance del cerebro; así como la elevación a la sabiduría como un ejercicio del Espíritu Santo que permea nuestro espíritu. Concientización-concienciación envuelve y enmaraña el estado mente--espíritu de emancipación que se permea en la educación liberadora subversiva a la tradicionalidad y desemboca en la liberación del ser humano.
Quiero volver a una esencia indispensable del ser humano: el pensar. ¿Cómo lo usamos? ¿Vamos a su máxima expresión? Otra vez incidiendo en la reforma del pensamiento, en la halterofilia como metacognición profunda. Nos distingue el pensar entre uno y otro ser humano. Desde luego que sí, allí hay una diversidad infinita de aceptar y desmitificar; y en ello la cultura tiene una alta responsabilidad. La cabeza bien puesta en vez de repleta en la que Michel Montaigne nos invita, ese re-ligar del pensamiento es una toma de conciencia de la soslayación colonial a la que nos hemos sometidos; de tiempo de la liberación de nuestras mentes: la insurrección, sublevación, la liberación ontoepistemológica del pensamiento.
Siendo la diatopía como el arte de llegar a una comprensión a través de los diferentes lugares, tópoi que se ha impuesto en el ser humano; que en la decolonialidad planetaria tiene profunda cabida en tanto la inclusión sea un profundo re-ligar en búsqueda de exclusiones. La reconciliación de la esencia del ser como complejidad de comprensión de sí mismo en medio de su diversidad intrincada en todo sentido.
Sin duda, el re-ligar la esencia escueta del ser humano en la decolonialidad a planetaria y las búsquedas prácticas de reconciliación con la valoración de su vida en todo sentido lleva a la valoración de la Tierra; y deja de ser intocable los ejercicios subjetivos, complejos de alto nivel como la propia conceptualización del humano ser.
¿Qué nos aprender de otra manera, de la valoración de la vida y la concientización - concienciación hacia la excelsitud de creación planetaria que Dios nos ha regalado: la vida? Hacer rema en nuestro ser de ¿quiénes somos? Y hacia donde llevamos nuestra responsabilidad de tolerancia hacia el otro, es también estudiar la transcendencia con la grandeza de nuestra creación. La reconciliación con la magnificencia de Dios y nuestra humildad en comprender nuestra dependencia de Él, y no Él de nosotros. Sigue existiendo aun cuando lo tronchemos de nuestras vidas; mientras que la reversa no es posible.
La diatopía no impera como complejización y pérdida de identidad, no más la negación de los binomios: cuerpo-Espíritu, cuerpo-naturaleza, ser humano-naturaleza. ¿De qué decolonialidad hablamos cuando lo planetario queda fuera de sus constitutivas categorías, como la naturaleza del ser humano? ¿Y de la comprensión del ser humano en sí mismo? El sujeto es el ser que tiene a la autocomprensión como su peculiaridad más transcendental; en el estudio del ser humano debemos integrar en ello el modo con el que el ser humano se comprende a sí mismo. ¿Cómo será la autocomprensión si el ser no se conoce a sí mismo? Por ello, la conciencia y su responsabilidad ante su vida es esencia de lo humano. En esa conciencia las creencias, representaciones sociales entre otras forman parte esencial, marcada por su cultura.
Dos imbricaciones o diatopías son esencias del ser humano: es un ser conscientemente abierto-inacabado-imperfecto; es un ser socialpolítico; e inteligenteracional que conforman su condición humana. Ellos esta imbricado en su naturaleza propia biológica, mental, en el alma y espíritu y tienen su retroacciones cuando se conjuga en abierto y político; en social y racional. El ser humano que no piensa reduccionistamente mira la realidad, la aprende y define con: los sentidos, la razón y el intelecto. Pero ellos son permeados por su alma y espíritu.
Sin duda, el ser humano es más que un animal pues tiene alma y espíritu y debe anhelar a una coexistencia o transcendencia que sea eterna, relativa, espiritual, por ello despedimos este momento propositivo de la investigación con la transcendencia del ser humano que es esencia principalísima en su concepción.
5 Rizoma propositivo conclusivo. En aperturas al sujeto complejo
Se sustentaron transepistemes de la concepción compleja de ser humano: naturalezacuerpo-mente-alma-espíritu-Dios como objetivo complejo de investigación ubicada en las líneas de investigación: Decolonialidad planetaria-complejidad en re-ligaje y transepistemologías de los conocimientos-saberes y transmetodologías transcomplejas. Marco donde imbricamos una complejidad exquisita del humano ser que debe develarse en la decolonialidad planetaria.
Es notorio que con la decolonialidad planetaria como apodíctica de la complejidad podemos develar la concepción compleja del ser humano; pues aun cuando sabíamos de lo compleja de su conceptualización debemos develar lo ocultado de la colonialidad para llegar a las definidas. Los transepistemes comienzan en las líneas de investigación y seguimos en el ardor de la investigación.
Los aspectos imbricados biológicos, culturales, espirituales, naturales permean a la totalidad desconocida como un mar de incertidumbre de la relación naturaleza-cuerpomente-alma-espíritu-Dios. Pero es conveniente saber que en la reforma del pensamiento hacia estadios metacognitivos profundos la transcendencia, concientizaciónconcienciación, conciencia, entre otras son condiciones únicas del ser.
En mi ser lleno de fe reconozco a Dios como mi Señor y a Jesucristo como mi salvador; siendo coheredera con Él manifiesto su palabra “y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó” (GÉNESIS, 1:27). Pensando en que somos dependientes de Dios en nuestra propia constitución, sabemos que “en efecto, ¿quién conoce los pensamientos del ser humano sino su propio espíritu que está en él? Así mismo, nadie conoce los pensamientos de Dios sino el Espíritu de Dios” (1 CORINTIOS, 2:11). Gracias mi Señor por tus manifestaciones de amor día a día en mi vida, todo te lo dedico en correspondencia de amor y dependencia.
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