Resumen: La presente obra es la adaptación de una tesis doctoral escrita por Luis Alberto Escobar, profesor de Historia por la Universidad del Litoral y doctor en Estudios Sociales en América Latina por la Universidad Nacional de Córdoba. Esta producción surgió como resultado de la primera investigación del escritor sobre la figura de Ayala en el marco del Programa de Historia y Memoria de la Universidad Nacional del Litoral, donde se desempeñaba como pasante.
Estudios y reseñas bibliográficas
Luis Alberto Escobar, Francisco Ayala: Exilio español en Argentina y renovación de la sociología latinoamericana (Rosario, Prohistoria, 2022), 208 pp.
![]() | Escobar Luis Alberto. Francisco Ayala: Exilio español en Argentina y renovación de la sociología latinoamericana. 2022. Rosario. Prohistoria. 208pp.. 978-987-809-017-7 |
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La presente obra es la adaptación de una tesis doctoral escrita por Luis Alberto Escobar, profesor de Historia por la Universidad del Litoral y doctor en Estudios Sociales en América Latina por la Universidad Nacional de Córdoba. Esta producción surgió como resultado de la primera investigación del escritor sobre la figura de Ayala en el marco del Programa de Historia y Memoria de la Universidad Nacional del Litoral, donde se desempeñaba como pasante.
En este trabajo, el lector encontrará, además del prólogo, una introducción y tres capítulos que completan un proyecto de 208 páginas, mediante las cuales se analiza la persona de Francisco Ayala, considerando su rol como escritor, profesor y traductor de diversas revistas en universidades tanto europeas como americanas. La Dra. Miranda Lida, hace referencia a ello en el prólogo, al decir “Francisco Ayala fue sociólogo, pero fue bastante más” (Prólogo, 11), ofreciendo también una reflexión sobre su influencia en el mundo intelectual y destacando especialmente su labor en la Argentina luego del exilio, producto de la guerra civil española y el ascenso del franquismo.
En el primer capítulo el autor busca realizar un recorrido histórico de las ciencias sociales, especialmente de la sociología, brindándole al lector una base para que se familiarice con algunos referentes claves en este campo, como, por ejemplo, Immanuel Wallerstein, Thomas Kuhn, y Gino Germani, entre otros. Trazar esta línea histórica permite razonar acerca del proceso de institucionalización de la sociología, sus inicios como ciencia y el lugar que ocuparon las casas de estudio en este marco. A su vez, en este capítulo se presenta una breve biografía de Ayala, donde se destacan tres escenarios claves sobre su historia. Primero, su nicho familiar, caracterizado por pertenecer a una clase social “acomodada”, permitiéndole acceder a un significativo capital cultural, el cual posteriormente influirá en sus obras. En segundo lugar, su formación superior, Ayala realizó sus estudios de grado y posgrado en la Universidad de Madrid y en la Universidad de Berlín correspondientemente, ocasionando que su perspectiva sociológica se vea enriquecida por las tradiciones intelectuales de ambos contextos. Por último, sus inicios en el mundo editorial, a través de la Revista de Occidente y de la Revista de Derecho Privado, lugares en los que Ayala y varios jóvenes universitarios dieron sus primeros pasos en el mundo de la traducción, como sucedió con José Medina Echavarría, Vicente Herrero y Eugenio Imáz.
El segundo capítulo es titulado .Instituciones y contextos de la renovación sociológica en la década del cuarenta” debido a que Escobar recorre la historia de los espacios institucionales por los que Ayala transita al llegar a la Argentina, especialmente el Instituto de Sociología de la Universidad de Buenos Aires y la Universidad Nacional del Litoral. Escobar describe dichos ámbitos y los compara en base a la experiencia de Ayala, entre ellas, el boletín del Instituto, órgano que le permite al lector reparar nuevamente en la relación entre José Medina y Ayala. Ambos exiliados en Latinoamérica continúan su labor académica y colaboran mutuamente en sus investigaciones y producciones. Este intercambio genera una interacción fluida que enriquece, complementa y legitima las perspectivas sociológicas de los mencionados autores, creando un “corredor de ideas” que favorece el desarrollo mutuo.
En el tercer capítulo, el autor se adentra en la labor de Ayala como editor y traductor, aunque el granadino desempeñó un papel destacado como docente universitario, el autor argumenta que este no es el único entorno relevante sobre el cual deben centrarse las investigaciones, sino que es necesario explorar otros frentes intelectuales con el fin de promover diversas miradas. Por ello, analiza las contribuciones de Ayala en algunas revistas porteñas, como es el caso de la revista Sur, dirigida por Victoria Ocampo. Estos trabajos ofrecen también una visión sobre la importancia de las redes entre intelectuales, dado que se genera un espacio de sociabilización clave, especialmente para los exiliados. Estos aportes, también en La Nación, juegan un papel crucial en la consolidación de la sociología en América Latina. En este capítulo, se retoma el vínculo con Medina, reforzando la idea de un “corredor de ideas”, y se narran brevemente los pasos de Ayala tras su partida de Argentina y la continuación de su trabajo intelectual.
En conclusión, el trabajo de Escobar contempla la historia de la sociología a nivel general, permitiendo que el lector pueda adentrarse en el mundo de la teoría sociológica. A su vez, se detiene en los detalles, puntualmente en el estado de la sociología en nuestro país y en la influencia que recibe ésta de otros referentes e instituciones de la materia, brindándonos una historia de la sociología latinoamericana a partir diversas figuras cuyo hilo conductor es el personaje de Francisco Ayala. Escobar finaliza afirmando que Ayala es una figura clásica, pero a la vez poco reconocida, y es este oxímoron lo que cierra esta gran labor, invitando a que se continue investigando al exiliado español y se lo consulte como un referente en la sociología latinoamericana.