Nota Bibliográfica
Albado César O.; Carolina Bacher Martínez; Carlos M. Galli; Federico Tavelli (eds.). La teología argentina y el Papa Francisco. Un ida y vuelta en la reflexión teológico-pastoral. Buenos Aires: Ágape, 2022, 425 pp.
Revista Teología
Pontificia Universidad Católica Argentina Santa María de los Buenos Aires, Argentina
ISSN: 0328-1396
ISSN-e: 2683-7307
Periodicidad: Cuatrimestral
vol. 63, núm. 144, 2024
Albado César O, Bacher Martínez Carolina, Galli Carlos M., Tavelli Federico. La teología argentina y el Papa Francisco. Un ida y vuelta en la reflexión teológico-pastoral.. 2022. Buenos Aires. Ágape. 425pp.. 9789876406581 |
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En el marco celebrativo por el Bicentenario de la Independencia Nacional, el Centenario de la Facultad de Teología, el cincuentenario del Concilio Vaticano II y la cercanía al cincuentenario de la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano (Medellín), el grupo de investigación «La teología argentina. Pasado, presente y futuro» emprendió un proyecto que buscó «favorecer una mayor comprensión de la propuesta teológica y pastoral de Francisco en diversos actores eclesiales» (p. 12), y ofreciera respuestas para la actualidad teológica, las prácticas eclesiales y civiles locales «sobre la necesidad de un encuentro fraterno» (p. 13). El fruto de dicha investigación se refleja en la compilación de textos presentados en la obra «La teología argentina y el Papa Francisco. Un ida y vuelta en la reflexión teológica». A su vez, en este libro, los editores ven cumplido el sueño de presentar «un estudio histórico y sistemático a teólogos y estudiosos de otros contextos culturales y eclesiales que trabajan en la recepción del pensamiento del Papa» (p. 12).
El libro consta de una presentación realizada por los editores donde se define el eje principal y sus intenciones. Luego, le siguen doce artículos ordenados alfabéticamente y que se los puede agrupar en dos perspectivas temáticas que ponen de relieve el ida y vuelta en la reflexión teológica como lo indica la segunda parte del título. Una perspectiva se circunscribe a los antecedentes de la Teología argentina que repercuten en el pensamiento de Francisco: Carolina Bacher presenta un estudio de caso de la Revista Teología en el que se plantea brindar una aporte para la comprensión de la Teología Pastoral local y señalar algunas líneas de convergencia con EvangeliiGaudium (p. 17-43); Enrique Bianchi y Fabricio Forcat exponen los antecedentes en EvangeliiGaudium de la teología de la cultura en el pensamiento de Rafael Tello (p. 67- 98); Josefina Llach aborda una reflexión a modo de diálogo entre Bergoglio con «la teología del pueblo y sus culturas» (p. 245-276); Federico Tavelli examina en profundidad los artículos escritos por Jorge Bergoglio en la revista Stromata para ofrecer «un aporte a la comprensión de su pensamiento, de sus palabras y de sus gestos» (p. 333-370). Desde la otra perspectiva, se encuentran los escritos que indagan desde la teología argentina el pensamiento teológico del Papa: Emilce Cuda contribuye con la reflexión del mensaje profético y misionero en el Magisterio de Francisco a favor de la dignidad de los trabajadores (p. 45-66); Carlos Galli participa con un artículo sobre el concepto Iglesia Sinodal en Francisco, a la luz de las enseñanzas conciliares y la teología sinodal (p. 99-148); Antonio Grande establece un diálogo entre Evangelii Nuntiandi, la Nueva Evangelización y Evangelii Gaudium (p. 149-172); Daniel Graneros estudia el estilo propio de Francisco en sus discursos, con aportes desde la filosofía del lenguaje, la lingüística y la fenomenología (p. 173-218); Luis Liberti realiza un análisis de la participación del Cardenal Begoglio en la Conferencia de Aparecida y cómo esa experiencia está aún presente en Francisco (p. 219-244); Ricardo Mauti plantea el estilo ecuménico del Papa y su contribución para la unidad y convivencia de la familia humana (p. 277-293); Anunciación Nastasi se embarca en ahondar sobre el Espíritu de Pentecostés en los mensajes de Francisco, el uso de imágenes, signos y metáforas (p. 295-312); Gerardo Ramos presenta su Teología del cambio de época en diálogo con el Magisterio pastoral de Francisco (p. 313-331). Al final del volumen se incluyeron tres anexos, a modo de homenaje y memoria agradecida de dos referentes en el país, Lucio Gera y Juan Carlos Scannone, y de Mons. Fernando Gil, profesor de la facultad fallecido en enero del 2020.
Para una valoración de la obra, se han elegido dos artículos de los doce presentados, a saber: Carlos María Galli y Ricardo Miguel Mauti.
En su artículo «La “Iglesia Sinodal” según el Papa Francisco. Escucha recíproca, discernimiento comunitario, desborde del Espíritu», Carlos Galli, abre su exposición con la cita de Hch 15,28 y la frase del actual Obispo de Roma «El camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia en el tercer milenio» (Conmemoración 50 aniversario de la Institución del Sínodo de los Obispos, 2015). A partir de ahí, se perfila el interés del autor en presentar el Pontificado de Francisco como el inicio de una nueva etapa en la reflexión de la teología de la sinodalidad. El escrito es el más extenso del volumen y está estructurado en once partes, se considera que el núcleo de la reflexión y fundamento principal se encuentra desde el apartado 4 al 8 inclusive. El itinerario que al lector se le propone, comienza con de la novedad de la teología sinodal de la comunión del Pueblo de Dios para concluir con el desafío de avanzar en un ejercicio comunitario de la escucha recíproca y el discernimiento pastoral según la lógica desbordante del Espíritu de Dios (p. 100-101). A lo largo de los primeros tramos, C. Galli realiza un recorrido con diversos temas que abarcan la etimología de la palabra sinodalidad, los antecedentes desde Vaticano II hasta llegar al Documento La sinodalidad en la vida y la misión de la Iglesia (CTI, 2018), advirtiendo de los claro-oscuros de su recepción. Luego hace memoria del uso del concepto camino en Jorge Bergoglio, un pensamiento que Francisco no abandona durante su Pontificado. Camino, en diálogo a la luz de las enseñanzas de Lumen Gentium con las categorías de Misterio y Pueblo (LG 5. 9), específicamente el número 12 donde se define a la Iglesia como el santo Pueblo fiel de Dios (p. 106), da como respuesta que un Pueblo que camina es una categoría que fundamenta la sinodalidad. C. Galli afirma que con Francisco retorna la Teología argentina del Pueblo de Dios, esta Teología se ve reflejada en la eclesiología pastoral de EvangeliiGaudium, capítulo 3. A partir del apartado cuatro, el teólogo, entra en el centro de su reflexión, presenta la sinodalidad como «el estilo peregrino de Iglesia de Cristo que camina», explica la correlatividad entre Jesús-Camino y la «eclesiología de la Iglesia peregrina… que guiado por el Espíritu es el sujeto de la comunión sinodal» (p. 116); y abre un diálogo con EG 40. Luego se introduce en el concepto de sensus fidei fidelium como el principio para la comunión sinodal y el ejercicio de la lógica del «todos, algunos y uno». En el punto 7 abarca la instancia de la sinodalidad en Latinoamérica y todo su camino eclesial. Francisco, un Papa, que llegó a Roma desde la periferia latinoamericana, pone en el centro de su discurso magisterial, el protagonismo de los pobres, descartados y las periferias existenciales. Esta sección central termina con una eclesiología de la pirámide invertida, fundamentada en LG 18.20 y que Francisco expresa diciendo que “Jesús constituyó la Iglesia poniendo en su vértice el Colegio Apostólico, en el que el Apóstol Pedro es la ‘roca’… Pero en esta Iglesia, como pirámide invertida, el vértice se encuentra debajo de la base…” (Discurso 50 aniversario…). A partir del apartado 9 hasta el 11, el autor propone cómo vivir la sinodalidad siendo discípulos misioneros, en una Iglesia que se convoca a una conversión permanente (cf. EG 25) y que vive la fraternidad universal (cf. FT). La escucha, el diálogo y el discernimiento en el Espíritu son las acciones claves para vivir la sinodalidad, que busca la armonía en la diversidad. La lectura de este artículo puede considerarse medular para comprender el camino por el que está avanzando la Iglesia actual y corregir las diversas manifestaciones clericalistas, que han generado y generan diversos tipos de abusos de poder. En el discurso pronunciado en la 18ª Congregación General de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, el Papa Francisco describió al clericalismo como «un látigo, es un azote, una forma de mundanidad que ensucia y daña el rostro de la esposa del Señor; esclaviza al Santo Pueblo fiel de Dios».
«El ecumenismo de la caridad como aporte a la unidad de la familia humana. Algunos criterios inspiradores de Francisco» de Ricardo Mauti se trata de un texto de lectura accesible, pero de gran importancia y profundidad para comprender el estilo ecuménico de Francisco, que siendo Arzobispo de Buenos Aires ya testimoniaba en su modo pastoral. El autor se introduce en el tema principal haciendo un breve análisis con los antecedentes de la incorporación del catolicismo al movimiento ecuménico (Concilio Vaticano II y Ut unum sint). Si bien, desde entonces, el diálogo ecuménico fue prioridad, resultó ser uno de los temas de menor recepción en la práctica eclesial. Desde este planteo, R. Mauti se pregunta «bajo qué formas y qué estilo debe anunciarse a Jesucristo en una época global y marcadamente plural». El texto está dividido en cuatro secciones. La primera detalla históricamente el ingreso de la iglesia católica al movimiento ecuménico con sus oscuridades y sus luces. La segunda sección se enfoca en el estilo ecuménico de Francisco que, desde el día en que asumió su mandato petrino, manifestó con su discurso el deseo de rezar por la gran hermandad mundial. R. Mauti expresa que el ansia de unidad y diálogo ya se encontraba arraigado en el corazón del Arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, quien testimoniaba con recurrentes encuentros con comunidades de otros credos: «debemos aprender a caminar unidos en las diferencias…Es el camino de Jesús (Ravena 2007)». En la tercera sección se presenta a Francisco como continuador de sus predecesores haciendo suya también la frase emblema «que sean uno para que el mundo crea» (Jn 17,21). A su vez, se distingue por sus modos que generan confusión, como pedir perdón o ponerse de rodillas o seguir un camino no oficial de encuentros para crear lazos con líderes de otras confesiones. El fundamento para estos encuentros se encuentra en su idea de que el diálogo de la caridad precede al teológico: un verdadero diálogo es un encuentro entre personas con su nombre, un rostro, una historia y no sólo un intercambio de ideas. La cuarta sección ofrece las claves para comprender los rasgos que distinguen a Francisco en su concepción ecuménica, poniendo en el centro el llamado a una cultura del encuentro y los principios que en Evangelii Gaudium integran los fundamentos teológicos para promover la hermandad universal (EG 222-237). A manera de conclusión, R. Mauti expone que el pensamiento y los gestos de Francisco van más allá de un diálogo sobre lo que hay en común y diferente en las tradiciones religiosas, sino que tiene que ver con un deseo de «contribución al bien común de los pobres, los débiles… para mantener viva en el mundo la sed del absoluto». La inclusión del tema ecuménico en el volumen es central porque como dice el mismo autor no es una cuestión apéndice a la tarea pastoral, sino que pertenece a la vida y misión de la iglesia (p 277), el milagro de unidad ya comenzó (p. 284).
Para finalizar, este libro, puede resultar de interés para quienes deseen comprender mejor el estilo y el mensaje de Francisco, porque encontrarán una variada riqueza temática y de intereses teológicos, que será de utilidad para ahondar en su propio discernimiento y reflexión. Como toda en toda investigación se abren caminos para seguir profundizando, el ida y vuelta en la reflexión teológica-pastoral para la comprensión de la propuesta teológica-pastoral de Francisco, porque el Papa seguirá avanzando en por una «ecclesia reformata, semper reformanda».