Resumen: El artículo presenta la teología práctica en Alemania puntualizando tres aspectos: la teología pastoral como discurso de la crisis, según el enfoque de Reinhard Feiter (Münster); un panorama actual de la teología práctica en el ámbito alemán; y, por último, algunos ejemplos para ilustrar los puntos que la autora considera centrales, y que trabaja en su práctica actual.
Palabras clave: Metodología,Teología Pastoral,Alemania,Compasión,Crisis.
Abstract: The article describes practical theology in Germany with three aspects: pastoral theology as crisis discourse according to Reinhard Feiter's (Münster) approach; a current overview of practical theology in Germany; finally, some examples to illustrate what the author is working on in today's pastoral theology.
Keywords: Methodology, Pastoral Theology, Germany, Compassion, Crisis.
Artículo
Panorama contemporáneo de la Teología Pastoral en Alemania
Contemporary Panorama of Pastoral Theology in Germany
Recepción: 30 marzo 2024
Aprobación: 22 mayo 2024
Al mirar el panorama de la teología práctica alemana se perciben diferentes características respecto al resto del mundo teológico. El texto presenta tres aspectos para abordar su caracterización. En primer lugar, como se entiende la teología pastoral como discurso de la crisis, según el enfoque de Reinhard Feiter, teólogo pastoralista y catedrático emérito de Münster, cuyo planteo me parece muy apropiado, tanto con relación a la disciplina en general como, sobre todo, con respecto a la situación social y eclesiástica actual. En segundo lugar, expongo un mapa actual de la teología práctica en el ámbito alemán, de manera introductoria y selectiva de diversos accesos y métodos. En un tercer paso, he elegido algunos ejemplos para ilustrar qué puntos centrales veo y trabajo en la teología pastoral actual.
Puede sorprender abordar este mapa de la teología en el mundo de habla alemana con el poco atractivo concepto de crisis. Sin embargo, como categoría central, capta la esencia de la teología práctica como ciencia transformadora. En la historia de la disciplina desde el comienzo se ha dado un acceso mediante el concepto de crisis. Reinhard Feiter hace constar que «la teología pastoral tiene sus orígenes en el discurso eclesiástico sobre las crisis».[1] Surgió en los países de habla alemana, precisamente en Austria, en la época convulsionada en torno a los 1800s, y se ocupó de la crisis de forma reflexiva. Cabe destacar que la teología práctica académica, no surgió de la teología misma, sino que comenzó de un impulso del Estado en tiempos de tensión entre la Iglesia y el imperio: la emperadora Maria Theresa (1717-1780), quiso ordenar todo lo vinculado a los asuntos de la Iglesia en su pais. Así que las raíces de la disciplina universitaria surgen de un decreto que buscó configurar la formación del sacerdocio. El emperador Joseph II (1741-1790), hijo de Maria Theresia, solicitó a Franz Stephan Rautenstrauch (1734-1785) que desarrollara un curso de formación para futuros sacerdotes con una metodología. Desde ahí salieron las materias de la teología práctica, su primer canon: liturgia y diaconía, catequética, homilética, derecho canónico, etc.[2] Algunos de estos tópicos se han convertido en disciplinas propias que hasta hoy forman parte del plan de estudios y tienen su propio carácter en el panorama académico.
El paradigma de la crisis y el contexto de la teología practica en un ámbito secular todavía forman parte de los temas que tratamos. El hecho de aplicar la teología a un mundo secularizado se ha ido profundizando y tiene repercusión a la cuestión de las formas de Iglesia, de la busqueda de como formar comunidades. El discurso sobre la formación de agentes pastorales se ha expandido a las personas laicas que trabajan en la pastoral. Se puede decir que la autoimagen y la función de la teología práctica se ha transformado desde una aplicación de los dogmas hacia una crítica discursiva que transforma las formas de actuar en la pastoral. Reinhard Feiter describe esta evolución del siguiente modo:
«La teología pastoral tiene sus orígenes en el discurso eclesiástico sobre las crisis. Surgió en los países de habla alemana en la época convulsionada en torno a 1800 y se ocupa de las crisis de forma reflexiva. Mientras que entre los siglos XIX y XX tenía su ámbito temático fijo y su objetivo práctico en las tareas del pastor, hoy encuentra su orientación, por un lado, en el contenido metafórico de “pastoral”: éste se refiere tanto a la entrega vivificadora y sustentadora de la vida de Dios en Israel y en Jesucristo como a las ambivalencias asociadas a todo cuidado humano. Por otra parte, siguiendo la comprensión de la Iglesia del Concilio Vaticano II, entiende "pastoral" como elaboración y reflexión de las tareas de la Iglesia tal como surgen de su situación "en el mundo de hoy". Este tipo de práctica y reflexión se basa en las experiencias y la práctica del pueblo de Dios y, por tanto, no se centra en lo propio…».[3]
Se puede observar un cambio al descubrir la práctica misma como lugar de conocimiento teológico. Otro cambio, en el transcurso del Concilio Vaticano II, es que tambien las cuestiones sociales – con sus formas de crisis – se consideran asuntos con relevancia pastoral. Se ve que el paradigma pastoral se debe entender de forma diferente. Pastoral no se refiere mas sólo a las tareas del pastor. Sobre todo, es importante enfatizar esa nueva comprensión de la teología pastoral como elaboración y reflexión de las tareas de la Iglesia, tal como surgen de su situación en el mundo de hoy. La materia no sólo son teorías sino la practica misma del pueblo de Dios como sujeto de la pastoral. Es una ciencia de la experiencia de una fe vivida y luchada.
Hace tiempo que se debate hasta qué punto el término de pastoral, de pastor, sigue siendo adecuado para nombrar esa disciplina. La ilustre imagen del pastor y su rebaño no se corresponde con el mundo actual y con las experiencias vitales de las personas. La imagen transmite cuidado, pero también dependencia, es muy jerárquica y no tiene en cuenta la libertad y la autodeterminación en un sentido espiritual. ¿A quién le gusta que le comparen con una oveja? Además, es una imagen que está muy afectada por el escándalo de los abusos sexuales, donde los pastores no han demostrado ser buenos pastores. Al contrario, aquí se abusó del cuidado y se manipuló a las personas afectadas. Por todas estas razones, los colegas prefieren hablar de teología práctica en lugar de teología pastoral. Feiter -y le sigo aquí – se aferra sin embargo a este término y lo mantiene deliberadamente abierto en su ambivalencia:
«Con su nombre, la teología pastoral se refiere: donde la gente tiene lo suficiente para vivir, pero la mayoría no tiene lo suficiente para vivir; donde la gente cuida de la vida de los demás - pero ese cuidado está lleno de tentaciones (cf. Nietzsche, Jenseits von Gut und Böse 598); donde la gente puede saberse una con Dios en su preocupación por la vida, pero donde también se mataba y se mata a la gente "en su nombre". (cf. Mi 6,1–8); donde todos los hombres son pastores – y todos están sujetos al juicio del pastor de los hombres (cf. Mt 25,31–46)».[4]
En este denso resumen, quedan claras las zonas de tensión que caracterizan la disciplina: la promesa y el desafío, el ideal y el fracazo, la tarea y el poder humano y la tarea y el poder de Dios. El hecho de que la fe siempre se haya presentado en la historia con pretensiones de poder no puede ni debe borrarse, sino que siempre hay que reflexionar de nuevo sobre ello.
Estos cuatro puntos indican claramente el significado del término de pastoral. Así, refieren a la base para entender la disciplina desde su origen hasta hoy. A partir de entender la crisis, con sus diferentes matices, se llega a entender los procesos de transformación. La transformación de la Iglesia, y de los ámbitos sociales desde el Evangelio, basada en la pregunta cómo se expande el Reino de Dios, forma el nucleo y la meta de la pastoral, la práctica misma, pero también su reflexión como teología pastoral.
Organizo la presentación del panorama de la teología práctica en el ámbito alemán en dos puntos: en el primero, indico tres grandes líneas metodológicas; en el segundo, describo algunas áreas temáticas que se destacan.
2.1. Tres grandes líneas metodológicas
En este apartado presentaré, tres grandes enfoques metódicos: en primer lugar, el método discursivo; en segundo lugar, el método analítico/empírico con foco en la atención a lo que hay; y, por último, el método analítico/empírico con foco en la fe vivida.
En primer lugar, la Teología pastoral como método analítico/discursivo, se orienta hacia el cambio de la praxis. Después del Vaticano II se entendía la teología pastoral como una disciplina discursiva. El cambio antropológico tuvo como consecuencia que la atención se centrara en la acción humana y en las personas como protagonistas de la pastoral. Ese modelo se llama Handlungswissenschaft (ciencia de la acción) y contiene la visión teológica pastoral en tres pasos: ver-juzgar-actuar, que tiene su origen en el movimiento obrero cristiano con su intento de interpretar y optimizar la práctica basada en la fe. El teólogo Rolf Zerfaß (1934-2022) lo ha desarrollado en un modelo más sistemático que él llamaba el Regelkreismodel (modelo de circuito de control).[5] El análisis de una práctica concreta va seguido de la interpretación y el desarrollo de nuevas opciones de actuación. Este acceso crítico forma hasta hoy la base de cómo entender la disciplina.
En segundo lugar, la Teología pastoral como método analítico-empírico, que centra su atención en lo que hay. El segundo enfoque se basa más en el método analítico, empírico, que caracteriza la disciplina como “Wahrnehmungswissenschaft” (ciencia de la percepción). Esa forma tiene por objetivo percibir formas estéticas de cómo surge la vida. También la teología protestante, que en Alemania forma parte del mapa de la teología práctica, pone mucho énfasis en esto: se busca la percepción y fenomenología de los acontecimientos sociales y eclesiales.
En tercer lugar, la Teología pastoral como método analítico-empírico que centra su atención en la fe vivida. Este enfoque puede diferenciarse según los enfoques de las ciencias sociales, por ejemplo, la investigación biográfica (Stephanie Klein), o la etnografía (Christian Bauer). Recientemente se ha desarrollado un enfoque que se llama doing theology (haciendo teología). El método se centra en fenomenos particulares, en las prácticas sociales y formas de la práctica. El objetivo no es encontrar una teoría que se puede aplicar a todos los objetos que deben analizarse, o llegar a una teoría global. Este enfoque se está trabajando en varios proyectos actuales. Más bien se busca entender qué tiene de especial el hacer y el actuar. Andreas Reckwitz, sociologo alemán, identifica tres supuestos básicos en el enfoque:
«una lógica “implícita” e “informal” de la práctica y el anclaje de lo social en el conocimiento práctico; una “materialidad” de las prácticas sociales en su dependencia de cuerpos y artefactos; y, por último, un campo de tensión de rutinización e imprevisibilidad sistemáticamente justificable de las prácticas».[6]
2.2. Algunos temas actuales de investigación
Otra área de investigación es comprender la religión como autointerpretación de la vida vivida, o la fe vivida. La mayoría de los representantes de este movimiento son teólogos protestantes y, en primer lugar puede ser mencionado Wilhelm Gräb.[7] Se dedica a examinar la presencia cultural de lo religioso.
«Las interpretaciones religiosas del sentido de la vida vivida y las necesidades comunicativas asociadas a ellas que surgen de la vida vivida de las personas son las que empujan a la iglesia cuando surge la oportunidad. Al fin y al cabo, la iglesia como institución religiosa socialmente relevante (asume) formas públicas, rituales y simbólicas de comunicación de significado religioso».[8]
No se trata necesariamente de temas religiosos o confesionales. Allí entran temas clásicos de la poiménica o pastoreo, por ejemplo, prácticas institucionales para orientaciones urgentes, donde los equipos van a un lugar en el que hubo un accidente para ofrecer acompañamiento; o servicios de asesoramiento para parejas y familias en momentos de crisis; o distintas formas de ayuda para migrantes, es decir, una propuesta de la Iglesia a la sociedad. Y también caben allí formas de ritos seculares como la celebración de la vuelta a la vida para jóvenes, una práctica que cada vez está más extendida en Alemania del Este.[9] Estos ritos ocupan su lugar junto a las prácticas sacramentales y forman nuevos temas de investigación. Una temática similar es el asesoramiento telefónico: la posibilidad para llamar anónimamente ante una crisis suicida. Todos estas prácticas requieren la reflexión teológica. Se percibe que se tiene que cuestionar el lugar de la Iglesia más allá de la parroquia como forma tradicional de la pastoral.
Una criteriología para identificar los temas más importantes para la teología pastoral se encuentra en el concepto de signos de los tiempos. Como indicó el Concilio Vaticano II: «para cumplir esta misión, la Iglesia tiene el deber de buscar en todo momento los signos de los tiempos e interpretarlos a la luz del Evangelio» (GS 4). Según Jochen Ostheimer «los signos de los tiempos están relacionados con acontecimientos sociales y con el mensaje de la salvación de Dios».[10]
Uno de los temas que se trabaja bajo esta perspectiva es la cuestión climática, en especial el planteamiento pastoral de la encíclica Laudato Si del Papa Francisco. El tema del medio ambiente, de la teología de la creación, y la espiritualidad de la creación; y también el movimiento de jovenes, la generación Greta, estan llamando a una respuesta teológica. Otro signo de los tiempos sobre el cual se reflexiona en Alemania desde 2015 es la migración, a raíz de la reciente invasión rusa que tiene una repercusión pastoral, ya que la comunidad ortodoxa está creciendo por el gran numero de ucranianos que migran a Alemania. Regina Polak, teóloga austríaca, desde su experiencia en Viena, ha venido trabajando mucho sobre la migración como signos de los tiempos.[11]
Hay un corriente de teólogos pastoralistas en Alemania que se refieren a teorias poststructiralistas y postcoloniales.[12] Trabajan en diálogo con pensadores como Foucault aplicando el concepto de la heterotopía a la pastoral. Para Christian Bauer, por ejemplo, la teología pastoral es una teología constelativa que busca conocimientos en forma de un intercambio intra y extra: entre disciplinas teológicas y también un intercambio con otras ciencias.[13]
Hay otro tema al que se dedica la teología pastoral de diferentes formas: la crisis multifactorial de la Iglesia: por una parte, causada por el proceso creciente de secularización; y por otra parte por la falta de personal en las parroquias y la necesidad de reformas.
Un tema importante es la crisis que se ha intensificado por los escandalos de abusos sexuales en la Iglesia. Se podría añadir otros temas importantes conectados a este eje, como la cuestión del rol de las mujeres en la Iglesia y la sensibilización sobre los abusos sexuales o espirituales en la pastoral. En este tópico se destaca la investigadora Ute Leimgruber que trabaja el enfoque de abuso contra mujeres adultas.[14] Con otras teologas ha publicado una colección de reportes de mujeres sobre sus experiencias de abuso en forma testimonial que ha tenido mucha repercusión: «Erzählen als Widerstand» – contar tu historia como forma de resistencia.[15] La publicación de ese libro fue muy importante porque constituyó un primer momento para que esas mujeres hayan sido escuchadas, aspecto que para las involucradas significó recuperar su dignidad; y que, a la vez, ha posibilitado un paso en la profundización teológica. Judith Könemann también dirige un importante proyecto que investiga los abusos espirituales en las comunidades religiosas de dos diócesis alemanas.[16]
Más que actual es el tema del desarrollo de la Iglesia, vinculado a las estrategias requeridas en los procesos pastorales. Por falta de presbíteros, de asistentes pastorales, y de personas que atienden las liturgias y otras instancias parroquiales se están conformando experiencias parroquiales grandes, que surgen de la unión de muchas de ellas. Una estrategia teológica en este ámbito, ha sido el abrirse a la experiencia intercultural y buscar experiencias eclesiales que reflejen un cristianismo vivo en otros lugares, con formas de participación y sinodalidad vivida.[17]
Las diócesis organizan procesos estratégicos para acompañar estos cambios. Esto plantea interrogantes sobre la profesionalidad y la gestión. El apoyo científico corre a cargo de un centro llamado «Centro de Pastoral Aplicada» (ZAP). El director es Matthias Sellmann, un teólogo pastoralista que define su teología en clave de ayudar a la institución y optimizarla por el bien de la evangelización. Las cuestiones de gestión, evaluación e investigación de la eficacia son, por tanto, fundamentales en su enfoque. Los obispados encargan al centro trabajos científicos sobre distintos proyectos en este ámbito.[18]
Otra área con proyectos de investigación predominantemente empíricos es la interfaz entre la pastoral social y el trabajo social, que incluye Cáritas. Desde allí se abre una dimensión interdisciplinaria hacia el Trabajo social y la configuración de una telología de la Caritas a base de datos empíricos.[19] Un ejemplo es el concepto de «Caring Communities», que se está observando en Alemania mucho. Mientras se constata que hay mucha gente mayor, son muy pocos quienes los que los cuidan, porque las familias no son numerosas y no conviven en una sola casa. Entonces es un desafió buscar formas de cuidarse mutuamente como tarea para la comunidad social y pastoral.[20]
Se podría añadir más proyectos para mostrar la diversidad de temas y metodos en la teología practica en Alemania. Lo dejaré así, y abordaré mi propio enfoque en un último punto.
El punto clave a mi acceso a la comprensión de la teología pastoral se resume en la cita de la Constitución Pastoral Gaudium et Spes:
«Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón» (GS 1)
Dada la encarnación, todo lo humano es causa y tema de la teología pastoral.[21] El hecho de que Dios mismo se hizo hombre, vivió sus tristezas y alegrías y se identificó de forma especial con los pobres y necesitados.
Desde allí desarrollé como acceso a la teología pastoral el tema de la compasión. Es una categoría orientadora para el enfoque contextualizado que se dedica al individuo humano como sujeto. La compasión contiene un elemento sistémico, ya que también aborda el nivel social e institucional, donde los afectados por la injusticia o la marginación ocupan un lugar central. Vinculado a lo comunitario, se muestra una dimensión profundamente profética-política porque si una sociedad no es compasiva, no va a poder cuidar a otros, si una Iglesia no tiene esa actitud, no se va a realizar el Evangelio. En este contexto, Margit Eckholt subraya: «A comienzos del siglo XXI, en tiempos de globalización y creciente exclusión, el término “compasión” sirve de formulación a un “programa universal” del cristianismo».[22]
Johann Baptist Metz habla de compasión como «Mitleidenschaft».[23] Así, subraya pasión de modo negativo en el sentido «sufrir», pero, también, en el sentido positivo de «ser apasionado». La dimensión afectiva es claramente evidente para quien emprende un desafío científico. La comprensión de la ciencia que surge aquí no es sólo racional e intelectual, sino que tiene una dimensión holística, en la cual entra el momento afectivo. En la pastoral como acto, acontecimiento de relaciones, debe abrirse al diálogo con otras disciplinas, como la neurociencia. Éste último aspecto todavía nos queda pendiente, ya que hay muy poco elaborado al respecto.
Para una adecuada comprensión de la pastoral hay que tener en cuenta la importancia de la relación. Con Schilling se puede hablar de la teología pastoral como teología de relación.[24] En la práctica pastoral, se suele decir que la cercanía a la gente es un rasgo cualitativo decisivo. Los límites de este paradigma se han hecho evidentes a partir del escándalo de los abusos. Por tanto, es necesario reflexionar sobre ello, como se hizo en un número de Zeitschrift für Pastoraltheologie (Revista de Teología Pastoral) con el lema de “Cercania”.[25] Se tiene que reconocer el limite del concepto compasivo. Sin embargo, tampoco se puede negar su importancia como categoría hermenéutica.
La Pastoral diaconal y social está conectada a estos planteos. Karl Bopp, un salesiano, lo resume como el locus de la misericordia de Dios. El autor, desplegando el fundamento bíblico, insiste en la primacía de la diaconía para la acción pastoral.[26]
Compasión o afectación en un sentido subjetivo (cualitativo) significa tanto la propia presión de sufrimiento, la propia desventaja, la restricción de las oportunidades vitales, pero también, y en igual medida, compasión, empatía, implicarse en la angustia ajena, en el sufrimiento de los demás. Con eso se introduce la perspectiva de los afectados a la metodología pastoral. Y el investigador no es solo un observador o participante, sino una persona afectada que por el hecho que refleja y escribe sobre un evento también va dando testimonio de ello. Un proximo paso es que no sea solo su impresión, sino que busca verificarlo de manera intersubjetiva. Eso implica el diálogo con las personas afectadas. Y, ahí, entra también la opción por los pobres, por los que más necesitan ser escuchados y representados. La palabra kenótica, la kénosis de Dios, que también la teología asume. Así la disciplina se entienda como una teología en búsqueda.[27]
El enfoque diaconal es un enfoque que se deja involucrar. La pastoral tiene una función dialogal y crítica al favor del otro. En ese sentido se entiende el metodo biográfico:[28] escuchar la voz de las personas afectadas en el mundo a la iglesia de hoy.