Recensiones bibliográficas
Rubio, J. M (2024). Psicopatología. Normalidad, libertad y sublimación. Editorial Biblios.
Revista de Psicología
Pontificia Universidad Católica Argentina Santa María de los Buenos Aires, Argentina
ISSN: 1669-2438
ISSN-e: 2469-2050
Periodicidad: Semestral
vol. 21, núm. 41, 2025
![]() | Rubio J. M.. Psicopatología. Normalidad, libertad y sublimación. 2024. Editorial Biblios. 276pp.. 978-987-814-307-1 |
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Recepción: 25 abril 2025
Aprobación: 28 abril 2025
Resumen: En Psicopatología. Normalidad, libertad y sublimación, Juan Manuel Rubio nos propone una reflexión crítica, profunda y provocadora sobre el estatuto actual de la psicopatología. Frente a la creciente tecnificación de los saberes clínicos, la estandarización diagnóstica y la medicalización de la vida cotidiana, este texto se erige como una defensa apasionada del pensamiento complejo, la escucha clínica y la necesidad de una teoría que haga justicia a la singularidad de cada experiencia de sufrimiento psíquico.
En Psicopatología. Normalidad, libertad y sublimación, Juan Manuel Rubio nos propone una reflexión crítica, profunda y provocadora sobre el estatuto actual de la psicopatología. Frente a la creciente tecnificación de los saberes clínicos, la estandarización diagnóstica y la medicalización de la vida cotidiana, este texto se erige como una defensa apasionada del pensamiento complejo, la escucha clínica y la necesidad de una teoría que haga justicia a la singularidad de cada experiencia de sufrimiento psíquico.
Desde las primeras páginas, interpela al lector con una anécdota aparentemente trivial de la consulta de un paciente: “vengo por TOC”. Esta escena es el punto de partida para una serie de interrogantes fundamentales: ¿quién habla cuando se pronuncia un diagnóstico? ¿Desde dónde se enuncia y quién define qué es un trastorno mental? ¿Qué se pierde cuando se impone una lógica clasificatoria que aplana las diferencias subjetivas? En un contexto globalizado y regido por lenguajes técnicos, se advierte sobre el riesgo de una “doxa estandarizada” que, al omitir los fundamentos conceptuales de la psicopatología, puede llegar a negar la enfermedad mental misma, en tanto suprime lo irracional, dimensión esencial del padecimiento subjetivo.
El autor sitúa su reflexión en el marco de un “cambio de época”, un contexto cultural donde los saberes se vuelven volátiles, fragmentados, y donde la inmediatez prima sobre la profundización. A lo largo de la obra se pregunta ¿Cómo enseñar psicopatología en este contexto? ¿Cómo transmitir su complejidad a profesionales en formación? A partir de estas preguntas como eje estructurante de su propuesta, subraya que en el proceso de transmisión y de formación no se puede prescindir de la profundidad conceptual, aun cuando deba responder a las exigencias de adaptación contemporáneas.
En lo referido a los contenidos del libro, se abordan los fundamentos teóricos de la psicopatología, desde su historia hasta su relación con disciplinas afines como la psiquiatría, la psicología y el psicoanálisis. En diálogo con una psicopatología de orientación antropológica, señala la necesidad de reponer la dimensión singular de cada sujeto en el centro del diagnóstico y del trabajo clínico, evitando que las clasificaciones universales se conviertan en dispositivos de despersonalización. Frente al predominio del positivismo en muchas corrientes contemporáneas, se propone una mirada que restituya la experiencia, el sentido y la historicidad del síntoma, que no reduce el padecimiento a meros signos observables ni a correlatos biológicos. En este sentido, su crítica es una invitación a reconocer los límites y una apertura epistemológica hacia lo marginal, lo no observable, lo que escapa a los protocolos.
En este contexto, el autor recorre extensa bibliografía en la que dialoga con no solo con psicoanalistas, como Freud y Lacan, sino también con filósofos, psicólogos y psiquiatras, como sus maestros Saurí y Harari, articulando una crítica a las formas hegemónicas de pensar la ciencia y el diagnóstico psicopatológico. Recupera la noción de que antes que un diagnóstico, hay una vivencia de sufrimiento, un sujeto que padece, y que este padecimiento no puede reducirse a criterios estadísticos ni a normas de adaptación social. El diagnóstico, por tanto, debe estar al servicio del sujeto, no al revés.
En los capítulos centrales, se recorren las nociones de normalidad revisando distintos criterios: adaptación, adecuación, estructuración de la conciencia, capacidad de amar y trabajar, entre otros. En esta sección también se abordan los fundamentos psicoanalíticos de la personalidad, y se plantean preguntas que ofrecen un recorrido por distintos autores clásicos, útiles tanto a los lectores en formación como a los profesionales experimentados.
En los capítulos finales, donde el texto alcanza su punto más filosófico y, a la vez, clínicamente comprometido, se retoman dos conceptos de la tradición psicoanalítica: la sublimación y la libertad. El concepto de sublimación se analiza como un modo de darle forma y sentido a lo que en principio aparece como caótico, angustiante o traumático. Es, por tanto, una forma de habitar el síntoma sin quedar anclado en él, una salida simbólica que permite hacer algo con el malestar. En cuanto a la libertad esta se analiza como una tarea subjetiva: una conquista posible, pero nunca garantizada. Tomando el texto, la define así: “No es un estado sino una actividad permanente, es ir liberándose de la oposición, de los contrarios” (Rubio, 2024, p. 229). Rubio plantea que lo humano no es plenamente comprensible sin considerar lo marginal, lo invisible, lo que no se inscribe en las categorías estandarizadas. Así, tanto la sublimación como la libertad se constituyen en ejes clínicos, epistemológicos y éticos que reorientan la práctica hacia una escucha más fina y una mayor responsabilidad por parte del profesional.
En definitiva, Psicopatología. Normalidad, libertad y sublimación es una obra que exige ser leída con atención que ofrece una perspectiva rigurosa y humanamente comprometida, en la que nos recuerda que el campo de la psicopatología—y por extensión, de toda la psicología—se enriquece cuando se abren espacios para la pregunta, la incertidumbre y la escucha.
En tiempos de respuestas rápidas y diagnósticos cerrados, este libro nos invita a pensar más allá de lo evidente, y a retomar la dimensión ética de la práctica clínica profesional.
Notas de autor