Artículos

Desarrollo de la Völkerpsychologie Como Superación de la Zona de Tensión Universalismo/Particularismo

Development of Völkerpsychologie as the Overcoming of the Universalism/Particularism Tension Zone

Juan Sebastián Zapata-Mujica *
Universidade de São Paulo, Brasil

Revista de Psicología

Pontificia Universidad Católica Argentina Santa María de los Buenos Aires, Argentina

ISSN: 1669-2438

ISSN-e: 2469-2050

Periodicidad: Semestral

vol. 20, núm. 40, 2024

revistapsicologia@uca.edu.ar

Recepción: 15 Enero 2024

Aprobación: 30 Julio 2024



DOI: https://doi.org/10.46553/RPSI.20.40.2024.p24-59

Resumen: La evolución del pensamiento filosófico en Alemania, marcada por la tensión entre Kant y Herder, sirvió como crisol para la Völkerpsychologie, área científica interdisciplinar orientada por problemas psicológicos y etnológicos. Kant postuló principios universales, mientras que Herder enfatizó la particularidad cultural. Esta dicotomía desencadenó la exploración de los Elementargedanken, estadística de los pensamientos elementales, con el programa investigativo de Adolf Bastian en cabeza del actual Museo Etnológico de Berlín, lo que condujo a extensos estudios etnológicos en el Amazonas que resuenan hasta hoy con autores como Karl von den Steinen y Theodor Koch-Grünberg. Este artículo examina los trabajos de Norbert Elias, Heinz Werner y Georg Oesterdiekhoff, entre otros, como desarrollos de la Völkerpsychologie que superan la zona de tensión universalismo/particularismo al asumir la perspectiva procesual que proporciona la vinculación del desarrollo psicogenético con los cambios en las formas de organización de la vida humana a través de la historia, haciendo énfasis especial en los datos etnográficos obtenidos por von den Steinen en su trabajo de campo en el Brasil central.

Palabras clave: psicogénesis, Völkerpsychologie, etnología alemana, pensamiento primitivo, teoría histórico-genética.

Abstract: The evolution of philosophical thought in Germany, marked by the tension between Kant and Herder, served as a crucible for Völkerpsychologie, an interdisciplinary scientific area oriented by psychological and ethnological problems. Kant posited universal principles, while Herder emphasized cultural particularity. This dichotomy triggered the exploration of the Elementargedanken, statistics of elemental thoughts, with the research program of Adolf Bastian at the head of the current Ethnological Museum of Berlin, which led to extensive ethnological studies in the Amazon that resonate to this day with authors such as Karl von den Steinen and Theodor Koch-Grünberg. This article examines the works of Norbert Elias, Heinz Werner and Georg Oesterdiekhoff, among others, as developments of Völkerpsychologie that overcome the universalism/particularism tension zone by assuming the processual perspective provided by the linking of psychogenetic development with changes in the forms of organization of human life throughout history, placing special emphasis on the ethnographic data obtained by von den Steinen in his field work in central Brazil.

Keywords: psychogenesis, Völkerpsychologie, German ethnology, primitive thought, historical-genetic theory.

Contexto

Universalismo y Particularismo Como Zona de Tensión Para la Antropología Germana

Las raíces de la antropología teutona se hunden hasta los comienzos de la Ilustración inaugurada por trabajos como los de Immanuel Kant (1724 – 1804) y Johann Gottfried von Herder (1744 – 1803; Gingrich, 2005). A pesar de que estos suelen verse de manera maniquea, el primero como universalista y el segundo como particularista, la influencia de Kant y Herder generó la zona de tensión que abonó un terreno fértil para la promoción de un pensamiento moderno antropológico nutriendo preocupaciones entorno a la universalidad de la mente humana y la diversidad cultural (Gingrich, 2005).

A medio camino entre la filosofía y la biología de la época, el Geist aparecía como problema capital para los pensadores de la época. Por ejemplo, en Herder, el Geist es entendido como una configuración esencial del ser (Petschelies, 2019). Se creía que, en la medida en que se comprendiera el Geist podrían entenderse las particularidades de los conocimientos de los pueblos. Hasta los albores de la modernidad, esa idea se tornó doctrina:

A partir desse momento, os estereótipos linguísticos e nacionalistas começam a se confundir. O alemão é uma língua dura, o italiano se presta à comedia etc. Essas manifestações são o início da idéia de que cada língua constitui um verdadeiro “corpo” com o caráter, os mitos e os costumes de um povo, ou seja, a idéia de que cada língua difere das demais na medida em que diferem radicalmente os povos de épocas diversas, de história ou de regiões diferentes. (Ramozzi-Chiarottino, 1994, p. 12)

Para Herder, el problema del Geist era de interés porque allí se marcaba la impronta de cada pueblo, su rasgo distintivo. El Volkergeist, esencia mental abstracta, aterrizaría en Denkungsart, en tanto lenguaje específico, dando carácter propio a cada pueblo (Petschelies, 2019)1.

Por su parte, Kant proponía la Lógica como una ciencia orientada a desvelar las leyes necesarias para entender los principios universales en la base de la razón, como condición de posibilidad para la moral que orienta la acción de las personas. (Ramozzi-Chiarottino, 1994, p. 21)

Podría decirse que siguiendo a Herder llegaríamos a la conclusión de que cada pueblo tiene una visión de mundo particular inconmensurable con las demás, por la vía de Kant diríamos que, a pesar de las diferencias culturales, en la base de la razón habría unas leyes universales subyacentes a las diferencias culturales.

Si bien la idea de zona de tensión resulta muy útil para comprender el clima intelectual donde floreció la antropología germana, Gingrich (2005) recuerda que, al final de cuentas, Herder estaba más cerca al universalismo de Kant que al nacionalismo o al relativismo2 lo que se hace evidente con el concepto de Kultur de Herder, que iba tras la idea de organizar las diversidades en una unidad mayor.

Elementargedanken

Es en esta zona de tensión que emerge la figura de Adolf Bastian (1826 – 1905), primer director del actual Museo Etnológico de Berlín, preocupado por acopiar la mayor cantidad de datos etnográficos posibles con el fin de construir la estadística de los pensamientos elementales, Elementargedanken, con que pudiese demostrarse la universalidad de la mente humana.

En el esfuerzo de recolectar todos los datos posibles del pensamiento humano es que se ven inmersos los etnólogos alemanes que explorarían las tierras bajas sur americanas: Karl von den Steinen (1855 – 1929), Theodor Koch-Grünberg (1872 – 1924) y Max Schmidt (1874 – 1950), entre otros, formando una red etnográfica que tendría fuertes resonancias en la fundación de la etnología brasilera (Petschelies, 2019). Más adelante volveremos sobre la importancia del material recolectado por estos etnólogos para el desarrollo de la antropología, particularmente los registrados por von den Steinen (1940).

Völkerpsychologie

Poco menos de 200 kilómetros separaban a Bastian, ubicado en Berlín, de Wilhelm Wundt (1832 – 1920), radicado en Leipzig. Mientras el primero es recordado por ser el director fundacional del hoy Museo Etnológico de Berlín; el otro, Wundt, es recordado por ser el precursor del primer Laboratorio de Psicología Experimental de la historia.

Wundt recoge y desarrolla un área de estudio denominada Völkerpsychologie inaugurada por Lazarus (1824 – 1903), filósofo y psicólogo y Steinthal (1823 -1899) filólogo, con la publicación de la revista Zeitschrift für Völkerpsychologie und Sprachwissenschaft en circulación desde 1860 hasta 1890 (Kaledina Ortega, 2021, p. 40).

Herder estaba en la base de la Völkerpsychologie mediante el concepto de Völksgeist (espíritu nacional), entendido como la actividad interna de los individuos pertenecientes a un mismo grupo. La Völkerpsychologie se trazaba como objetivo el estudio del Völksgeist a nivel grupal (Kaledina Ortega, 2021).

A pesar de que Lazarus y Steinthal hubiesen definido la razón de ser de la Völkerpsychologie, Wundt destaca como su principal estudioso. La razón está, siguiendo a Werner (1965), en que Wundt supera el estéril enfoque mecanicista de sus predecesores, pasando de ver la cultura como la sumatoria de las partes (el agregado de individuos) a verla como una entidad con vida propia mediante la adopción de un enfoque organicista, que comprende la cultura como un organismo que no puede descomponerse en sus partes constitutivas. Esto permitía la conceptualización seria de una verdadera mentalidad popular (Werner, 1965) independiente y con una lógica ajena al Völksgeist.

Wundt veía que la Völkerpsychologie era necesaria para una verdadera ciencia psicológica pues, mientras en el laboratorio se podían conseguir determinado tipo de datos, los estudios históricos y etnográficos eran la única manera de acceder a expresiones del espíritu humano (Danziger, 1983) como las lenguas, los mitos y las costumbres. Cada uno de estos tipos de datos tenían su correspondiente en la psicología individual. La Tabla 1 muestra la relación teórica de datos obtenidos por la Völkerpsychologie y la psicología experimental como partes constitutivas de la psicología general que perseguía Wundt, según Zieliński (citado en Kaledina Ortega, 2021).

Tabla 1
Mecanismos de psicología general Datos obtenidos por la Völkerpsychologie Datos obtenidos mediante la psicología individual (experimental)
Elementos básicos de la representación Lenguas Representaciones
Base de los afectos Mitos Sentimientos
Memoria nerviosa e instintos concientizados Costumbres Actos voluntarios

Correspondencia Entre Datos Obtenidos por la Völkerpsychologie y la Psicología Experimental Según Wundt


Wundt proponía el método experimental para la psicología individual y sostenía que la Völkerpsychologie debía seguir el método genético (Kaledina Ortega, 2021), que consistía en trazar el proceso evolutivo de grupos de fenómenos significativos a partir de sus manifestaciones primitivas (Wundt, 1912, p.14, citado en Kaledina Ortega, 2021, p. 47). En palabras de Wundt (1926), el método estaría:

considerando los grados principales de la evolución psicológica de los pueblos a la par y en cada grado de la conexión general de sus fenómenos. Así aparece como primer asunto el estudio del hombre primitivo. El pensamiento, las creencias y las acciones del primitivo han de ser estudiados a la luz de los hechos de la Etnografía desde el punto de vista psicológico. (p. 7)

Mientras la etnología de Bastian estaba orientada al problema de la universalidad de la mente humana, los trabajos en Völkerpsychologie comandados por Wundt buscaban encontrar las particularidades culturales de la psique humana. Por supuesto, la sola opción por la estrategia psicogenética ya denotaba una postura de Wundt sobre la posibilidad de organizar en un proceso general las particularidades históricas.

Mientras los americanistas alemanes hacían su trabajo, durante las primeras décadas del siglo XX, en Leipzig se creaba el Instituto de Historia Cultural y Universal, producto de la escisión de Karl Lamprecht3 (1856 – 1915) del grueso de historiadores alemanes (Weiler, 2010). Él proponía el estudio de la psicogénesis como parte fundamental del estudio de la historia, para ello proponía talleres sobre problemas básicos de la psicología infantil comparada y ejercicios psicogenéticos basados en pinturas infantiles (Weiler, 2010), recurso que, como veremos, también fue utilizado por los etnólogos alemanes a la hora de establecer los paralelos entre el pensamiento infantil y primitivo. En la formación que buscaba dar Lamprecht a los historiadores, también tenía importancia la realización de talleres etnográficos con archivos de actas eclesiales, así como el estudio de los siglos pasados en Alemania (Weiler, 2010). Felix Krueger, sucesor directo de Wundt en el Laboratorio de Psicología Experimental, fue el encargado de conducir los cursos de “Psicología de la vida económica, con énfasis en el trabajo”, también necesarios en la formación de historiadores en concepto de Lamprecht (Weiler, 2010).

Entre los hallazgos más importantes de Lamprecht, según Weiler (2010), está la constatación de la creciente distancia psíquica entre niños y adultos con la emergencia de las estructuras sociales modernas, esto es, que la psicogénesis había alcanzado nuevos niveles de desarrollo durante la entrada de la modernidad, distanciando la visión de mundo y competencias para la acción de niños y adultos del mismo periodo histórico. O, lo que es lo mismo, que los adultos, por primera vez en la historia, no presentaban estructuras mentales semejantes a las de los infantes, sino que se diferenciaban cualitativamente de ellas. Lo que significaría la superación del paralelismo entre el pensamiento infantil y el pensamiento de los adultos primitivos.

Weiler (2010) agrega que Lamprecht identificó la necesidad de vincular la psicogénesis con el desarrollo histórico y el uso de la etnografía y la historia medieval como materiales susceptibles de ser comparados y organizados en clave psicogenética. A pesar de que los esfuerzos y avances de Lamprecht fueron significativos, la incipiente psicología social no supo asimilar el trabajo del historiador alemán, aun cuando Krueger lo ponderaba tan positivamente. A su vez, la historiografía alemana tomó otro rumbo4. No obstante el olvido en que cayó Lamprecht, la estrategia psicogenética para la reconstrucción del desarrollo histórico fue continuada años más tarde por Norbert Elias (Weiler, 2010).

En el intersticio entre Lamprecht y Elias, dos grandes figuras jalonaron el desarrollo y establecimiento de la psicología: Jean Piaget y Lev Vygotsky. Ambos plantearon teorías del conocimiento y el lenguaje a las cuales arribaron mediante el uso del método genético.

A lo largo de todo este trabajo, el adjetivo “genético”, en el método reclamado por Wundt para la Völkerpsychologie, el que se desarrolla como estrategia para el conocimiento de los cambios históricos generales y el que caracteriza la epistemología de Piaget ha de entenderse conforme lo explica Ramozzi-Chiarottino (1994):

Assim como existem estruturas específicas para cada função no organismo, da mesma forma existiriam estruturas específicas para o ato de conhecer que produziriam o conhecimento necessário e universal sempre buscado pelos filósofos. Essas estruturas (...) teriam uma gênese, isto é, não apareceriam prontas no organismo. Esta gênese justificaria a ausência de lógica no raciocínio das crianças, na primeira infância, em contraste com a lógica do raciocínio adulto. (pp. 32–33)

El abordaje genético, entonces, asume que las acciones mediante las que el ser humano conoce el mundo no son innatas, sino que se construyen y desarrollan en el intercambio del ser humano con el medio5, por lo que la reconstrucción del proceso de los mecanismos mediante los cuales el ser humano produce el conocimiento con el que organiza al mundo son el objeto último que persigue toda psicología que se vale del método genético.

A pesar de que los trabajos de Vygotsky y Piaget se centraron en la psicogénesis de infantes contemporáneos a ellos, es decir infantes modernos, también se asomaron al problema de la historia a través de la etnología.

A comienzos de la década de 1930, Alexander Luria y Lev Vygotsky se embarcaron en una expedición a Uzbekistán. El propósito era evaluar los efectos del socialismo en el desarrollo cultural de las masas campesinas al interior de la Unión Soviética. Todo ello era posible gracias a la alianza entre el Uzbek Research Institute of Samarkand y el Instituto de Psicología Experimental de Moscú (van der Veer, 2021). Los hallazgos de la expedición mostraron con toda claridad que los uzbekos no tenían las competencias apropiadas en silogismos y se les dificultaba pensar sobre casos hipotéticos desligados del mundo concreto (Luria, 1976). Resultados idénticos ya habían sido obtenidos en la década anterior por investigadores soviéticos6 que buscaban evaluar las competencias intelectuales de los soldados del Ejército Rojo (van der Veer, 2021). A diferencia de los estudios anteriores, los de Vygotsky y Luria fueron censurados: era inaceptable que, bajo el socialismo, hubiera diferencias entre unos y otros. Se les tachó de racistas y pseudomarxistas. A pesar de esto, Vygotsky ofrecía una explicación basada en las diferencias histórico-culturales y no en factores de herencia en el genoma o raciales. En una carta en que Luria se defiende de la censura del comité evaluador, dice que los resultados de formas concretas de pensamiento de los uzbekos como sujetos incapaces de razonamiento hipotético y pensamiento categorial se debía a relaciones de producción anteriores a la era soviética, previendo su rápida desaparición con la reconstrucción socialista (van der Veer, 2021). Luria resalta que las diferencias eran palmarias y que el sistema educativo no podía ignorar el hallazgo de esas formas de pensar. Resaltó, por último, que las diferencias cognitivas no tenían relación alguna con teorías racistas. Por el contrario, con serios hechos reales de la vida social (van der Veer, 2021).

Piaget, al igual que von den Steinen (ver apartado sobre Karl von den Steinen), estableció paralelos entre el pensamiento de los niños y de los primitivos a lo largo de su obra. Incluso formó toda una generación de psicólogos transculturales para que recorrieran todo el globo e hicieran estudios de la psicogénesis en diversas culturas. En total, se realizaron más de mil estudios en sociedades precapitalistas (Oesterdiekhoff, 2017) y se constató que los estadios sensoriomotriz y preoperacional son universales, mientras que los estadios concreto-operacional y formal-operacional son relativos a sociedades industrializadas (Dasen, 2022; Hallpike, 1986). De la generación de psicólogos transculturales formados por Piaget, el más destacado es Pierre Dasen quien, hasta 1974 sostuvo una mirada histórica de la psicogénesis para el desarrollo de competencias intelectuales. Desde mediados de la década del setenta, no obstante, Dasen defiende razones relativistas que, según Oesterdiekhoff (2017) y Hallpike (2011) responden a argucias políticas y no a razones basadas en evidencia empírica. Fue justo antes de su deriva por la corrección política, que Dasen tradujo del francés al inglés un artículo de Piaget (1974) que incluiría en su libro Culture and Cognition; Readings in Cross-Cultural Psychology. En dicho artículo, Piaget señala la necesidad de los estudios transculturales para esclarecer si los procesos de desarrollo cognitivo son universales y hasta qué punto. Esto, mediante la disociación de factores socioculturales de los factores psicoindividuales en la ontogénesis. No obstante los grandes desarrollos impulsados por Piaget, la dificultad por vincular en la historia los desenvolvimientos ontogenéticos y filogenéticos persistieron (Ibarra, 1994).

Autores contemporáneos como Weiler (2010) y Oesterdiekhoff (2023b) señalan a Norbert Elias y Heinz Werner como continuadores de la Völkerpsychologie, en la medida en que lograron vincular psicogénesis e historia más allá de los autores anteriores.

A pesar de la rápida asociación que se tiende a hacer entre Elias y Freud y/o con la sociología relacional, Niestroj (1989), Weiler (2012) y Sierra (2023) se han encargado de sacar a la luz la oculta relación entre Elias y los psicólogos del desarrollo que tenían un pie en los estudios etnológicos.

Con la recepción de Werner en Estados Unidos, sus estudios genéticos-transculturales fueron dejados de lado (Weiler, 2012, p. 535) y en su biografía destacan estudios que no están directamente orientados al desarrollo histórico-cultural (Ostler, 2016), pese a que en su Psicología comparada del desarrollo mental (1965) establece las leyes generales que vinculan el desarrollo histórico del pensamiento lógico con el desarrollo psicogenético. Como parte de su teoría, el concepto de arresteddevelopment es central, según lo ha retomado el sociólogo alemán Georg Oesterdiekhoff (2017, 2022). Werner hace parte de ese grupo de investigadores germanos que, tras el ascenso del nazismo, tuvo que exilarse en Estados Unidos. Como ocurrió con la psicología alemana en general, tras la migración hacia el continente americano, el eje histórico-evolutivo en la psicología fue abandonado (Roncancio Henao, 2021). Sin embargo, aún en 1956 ya ubicado en Estados Unidos, Werner publicó junto a un estudiante suyo (Werner y Kaplan, 1956) un artículo de alto impacto en la Wiley on behalf of the American Anthropological Association, donde señala la relevancia del enfoque psicogenético para la antropología y la etnolingüística.

Lo que empezó como Völkerpsychologie, hoy en día continúa bajo el rótulo de cross-cultural psychology o psicología transcultural. Ha habido, no obstante, otros desdoblamientos, como el caso de Norbert Elias que, aún en vida, definía su trabajo como psicología sociohistórica, no como sociología (Mennell, 2015). Danziger (1983) encuentra equívoca la traducción al inglés de Völkerpsychologie como Folk psychologyy sugiere la traducción de Cultural Psychology o Ethnic Psychology cuando no se opte por la versión alemana directamente. Siguiendo Roncancio Henao (2021) una traducción más fiel al concepto de Wundt sería psicología histórica ya que el estudio de los pueblos indígenas, bajo el método genético de la psicología, tendría, necesariamente, una concepción de etapas del desarrollo histórico que se suceden y evolucionan a lo largo de la historia cultural.

Relaciones Psicología - Etnología

En cierta medida, Bastian parecía trabajar para resolver problemas de la psicología tanto como Wundt parecía estar inmiscuyéndose en cuestiones de la antropología.7

De hecho, “A proposta de Völkerpsychologie, no sentido moderno, pode ser referida à antropologia não menos do que à psicologia, pois os objetos de estudo seriam a linguagem, a mitologia, a religião, a literatura oral e escrita, costumes, formas de trabalho e de vida familiar (Kalmar,1987).” (Kaledina Ortega, 2021, p. 41). Sin embargo, tras la Segunda Guerra Mundial, y con el tránsito de la hegemonía intelectual de Alemania a Estados Unidos, la psicología abandonó progresivamente el eje histórico-evolutivo de su horizonte científico y el conductismo se erigió como única opción, privilegiando la rama fisiológico-experimental en detrimento de la histórico-cultural. Al mismo tiempo la antropología se orientó hacia el particularismo boasiano renunciando a una perspectiva que diera cuenta de la evolución cultural (Roncancio Henao, 2021, p. 246 y ss.).

Antes de que dicho abandono del eje histórico-evolutivo ocurriera, la psicología y la antropología se necesitaban mutuamente. Esto es fácilmente corroborable al revisar la bibliografía de autores clásicos: Freud citaba a Durkheim tanto como Piaget a Lévy-Bruhl, por ejemplo. Y el mismísimo Malinowski fue alumno de Wundt antes de adoptar el conductismo bajo influencia del pensamiento estadounidense8. Los hallazgos de von den Steinen (1940, pp. 451–453) sobre las creencias de los Bororo y los Bakairí fueron de tal magnitud, que fue la etnología alemana la que impulsó fuertemente el desarrollo de la psicología:

Para una psicología genética, por otra parte, la etnografía resultaba vital, porque en caso de que existieran estructuras cognitivas inmutables a lo largo de la historia de la humanidad, esto debiera confirmarse, en primer lugar, en la comparación entre las estructuras contemporáneas y los más lejanos ancestros. Fue exactamente esta reflexión lo que motivó a Lévy-Bruhl a dedicarse al estudio de la mentalidad primitiva. Y por esta razón sus resultados eran relevantes para los psicólogos interesados en el desarrollo. Pero el interés de esos psicólogos por la etnografía no se limitaba a Lévy-Bruhl. (…) Lo que se advierte de manera ejemplar en la evolución de la psicología en la Universidad de Leipzig de Wundt, Krueger y Volkelt, es la fuerza con que la etnografía empujaba la psicología hacia el problema del desarrollo socio-cultural (Weiler, 2012, pp. 527–528)

Como vemos, en el corazón de la cuestión permanece el problema de la universalidad de las estructuras mentales. Problema que concitó las energías de Bastian y sus etnólogos americanistas y cuyos hallazgos removieron los cimientos de la psicología general, abriendo paso a la estrategia psicogenética como forma de solucionar el problema superando la dicotomía universalismo/particularismo que hasta entonces atrapaba todas las investigaciones hechas.

Quizás el vaso comunicante entre etnología y psicología más recurrente fue el del establecimiento del paralelismo entre el pensamiento primitivo y el pensamiento infantil. Así lo podemos ver en distintos pasajes de los etnólogos alemanes que ilustran y ejemplifican lo dicho hasta el momento.

Etnología Alemana en Tierras Bajas Suramericanas Como Base y Necesidad Para la Psicología

Karl von den Steinen

En su libro Entre os Aborígenes do Brasil Central, von den Steinen (1940) dedica el décimo capítulo al estudio de los dibujos indígenas9. Allí, registra cómo los indígenas representan de manera poco compleja el mundo circundante. La perspectiva del desarrollo histórico subyacente en la concepción del autor queda patente en su hipótesis de la evolución de las formas de demarcación de caminos. Según von den Steinen, los aborígenes trozaban ramas a lo largo de un camino para indicarle a los que venían atrás la senda que habrían de recorrer. Con el paso del tiempo, de esa práctica emergió la huella del pie tallada en la piedra como una manera evolucionada del uso deleble de las ramas para demarcar sendas en el bosquw10.

Conforme el capítulo transcurre, el etnólogo alemán se vale de estudios anteriores y de datos obtenidos por él mismo para reflexionar sobre el arte primitivo y su similitud con el arte de los niños modernos. Por ejemplo, cita a Andree y su artículo sobre O desenho entre os primitivos:

para compreendermos melhor êste fenômeno, basta lembrarmos que também as nossas crianças, ao fazerem na lousa os primeiros ensáios independentes de disenho, começam por representar, sob formas toscas, homens e animais; o animal vivo, com sua mobilidade, prende-lhes mais facilmente a atenção, podendo, além disso, ser aprendido na sua figura total mais rápidamente do que a planta, formada de inúmeras fôlhas e flores (von den Steinen, 1940, p. 302)

Así, von den Steinen identifica que los dibujos que hacen los indios del Xingú tienen una función comunicativa, como complemento secundario de la lengua, y no como algo que busca reproducir formas con algún tipo de gracia. También propone que el contexto en que emerge el dibujo es inmediato, por lo que ha de anteceder al tipo de dibujo ornamental-artístico, una vez más el autor pone en práctica la concepción genética del desarrollo psicohistórico: se trata de las bases de una teoría de la historia del arte que ve en los dibujos de los indígenas la versión primitiva de las obras expuestas en las galerías modernas.

Continúa von den Steinen trabajando el paralelismo entre pensamiento primitivo y pensamiento infantil. Ahora con ayuda de los estudios hechos por Corrado Ricci, en su obra titulada L'artedei bambini de 1887, para mostrar que:

traz estudos feitos em grande número de desénhos infantis, encontram-se de fato muitas correspondências, mais numerosas do que o supõe o próprio autor quando fala dos desenhos de povos primitivos. As crianças descrevem o homem, como o descreveriam com palavras, em vez de reproduzí-lo artísticamente. Em suas primeiras tentativas contentam-se com as criaturas mais imperfeitas, providas, apenas, de cabeça e pernas, mas dentro em pouco procuram representar o homem com tôdas as suas características; sabem que têm duas pernas, e desenham-nas despreocupadamente, quer se trate de uma posição de perfil, quer a cavalo ou na canoa. Pouco se incomodam com a disposição espacial, os braços podem estar na cabeça, no pescoço ou mesmo nos quadrís. (von den Steinen, 1940, p. 307)

Para después rematar diciendo que “também o desenho dos índios é descritivo” (von den Steinen, 1940, p. 308). A continuación, el etnólogo alemán escribe:

Temos aí perfeitamente o ponto de vista da criança, que, para desenhar algum detalhe, não o precisava ver, contentando-se em saber que existe. Para o índio nu está aí o caráter distintivo, e é por isso que o desenha; acrescenta-o mesmo quando desenha expressamente a indumentária (v. o soldado). Do mesmo modo é representado também freqúentemente o umbigo. E o Nahuquá. de quem exigí um retrato mais completo (Kulisehu II), desenhou até o anus. (p.310)

Sobre la proporcionalidad y la espacialidad, el autor continúa con la comparación entre primitivos e infantes. Registra aquí diferencias de grado: “A disposição espacial não parece aos índios tão secundária como às crianças; entretanto atendiam às suas exigências de um modo muito singular” (von den Steinen, 1940, p. 312). Mientras los retratos humanos de perfil son muy recurrentes entre los niños modernos, casi no son registrados entre los indígenas aunque, a la hora de retratar animales cuadrúpedos, la opción de perfil es la preferida por los indígenas: “Observam-se nela as duas pernas no mesmo lado, exatamente como em desenhos infantis, que representam cavaleiros. As pernas do cavalo estão colocadas uma atrás da outra, assim como as do jaguar” (von den Steinen, 1940, p. 316).

Las similitudes en las competencias artísticas entre infantes y primitivos fueron muy sugestivas para von den Steinen:

As nossas crianças, que já com pouca idade devem aprender que a mão tem cinco dedos não deixam de registrar o número exato até em desenhos que contém outros disparates imperdoáveis, e mesmo antes de se lembrarem de reproduzir a mão, não deixam de desenhar os cinco dedos. Nos desenhos de povos primitivos verificamos com tal regularidade a incerteza quanto ao número dos dedos, sobretudo a representação de três dedos, que nos vemos forçados a admitir uma lei que presida a este fenômeno, como também ao da armação do cervo e do abeto (von den Steinen, 1940, p. 317).

A lo largo de su trabajo, en principio altamente descriptivo y renuente a síntesis teóricas, von den Steinen establece analogías permanentes entre los productos de la mentalidad infantil y aquellos de la mentalidad primitiva. En la base de esas inquietudes, sin duda, estaban esos problemas cuya ruta explicativa ya esbozaban Bastian y Wundt en medio de esa zona de tensión universalismo/particularismo.

Una última cita del trabajo seminal de Entre os aborígenes do Brasil Central (von den Steinen, 1940, p. 326): “Preciso confessar que eu não sabia muito bem se devia rir-me do indígena que afàvelmente explicava as pinturas, ou se me devia entregar ao sentimento da perplexidade que se pode resumir na exclamação: ‘Quão diferente o mundo se espelha nestàs cabeças’”. En este último trecho de von den Steinen, queda patente lo llamativo que resultaba el enigmático mundo de la mentalidad primitiva para él.

La carencia de simetría geométrica, la preponderancia de lo concreto por lo abstracto, la exclusión de las mujeres de momentos rituales importantes, el desarrollo cultural observado en las danzas y la estilización de la fabricación de máscaras y cultura material, son otros temas que el autor trabaja en permanente contrapunteo con la mentalidad infantil.

Koch-Grünberg

Koch-Grünberg, también bajo el amparo programático de Bastian, creía en la unidad universal de la mente humana (Pineda Camacho, 2016). Sin embargo, al igual que von den Steinen, Koch-Grünberg consideraba que el arte de los primitivos se podía comparar al de los niños. Se refería, incluso, a los primitivos como "niños naturales" (Pineda Camacho, 2016). En la tensión entre la creencia en la universalidad de la mente y su particularidad primitivo-infantil se hace visible la influencia de Herder y Kant en Koch-Grünberg.

En su trabajo Dos años entre los indios, Koch-Grünberg (1995, p. 146) registra que los indígenas no separan lo corporal de lo espiritual, lo que conduce a prácticas de endocanibalismo11. La creencia en la transmisión de cualidades de animales a humanos es algo que también llama la atención del etnógrafo. Estos, sin embargo, no son comparados con los infantes, pues es bien sabido que los niños modernos no tienen los medios para practicar el canibalismo o la cacería como medio para la transmisión de atributos entre animales y humanos12.

Etnografías Alemanas en Tierras Bajas Suramericanas en Clave Psicogenética

En su momento, los registros de campo dejaron atónitos a los etnólogos que, convencidos de la unidad universal de la mente, no supieron entender cómo, entonces, aquellos indígenas del Amazonas mostraban un isomorfismo diáfano con la mentalidad de los niños. Para entonces, no obstante, ya se sabía que los niños no organizan mentalmente el mundo de la manera en que lo hacemos los adultos modernos.

Un autor contemporáneo, a quien se aludirá en profundidad en el cuarto capítulo de este artículo, publicó una investigación titulada Karl von den Steinen’s Analysis of the Brazilian Indian’s Mind and Worldview Reconstructed (Oesterdiekhoff, 2015), allí somete a análisis psicogenético los hallazgos de von den Steinen.

Para emplear ello se enfoca en las descripciones sobre la comprensión realista de los sueños por parte de los indígenas, el hecho de que los sueños sean vividos como experiencias reales (Oesterdiekhoff, 2015, p. 38). Además, señala que los registros de von den Steinen no son únicos, la etnografía y la historia han encontrado esto en la China antigua, la India y el Mediterráneo durante épocas antiguas donde primaban las sociedades medievales. Esto también lo corrobora el neurólogo Rosselli (2000) quien hace un recuento de varios sucesos históricos antiguos relevantes que han ocurrido por decisiones tomadas con base en visiones oníricas.

Los adultos modernos, por más que puedan ser supersticiosos, diferencian con claridad los sueños de la vida que ocurre que transcurre en vigilia. Sin embargo, en fases tempranas del desarrollo psíquico, las personas modernas pasan por una fase similar en donde los sueños se perciben como parte indisoluble de la vida real:

every modern child by his about seventh year (tenth year at the latest) has the same realistic dream understanding as archaic adult people have. Developmental psychology has described children´s understanding of dreams for generations (Piaget, 1959). Every child of every culture starts his dream experiences with the non-differentiation of dream and perception, dream and reality. Children believe to visit the places dreamt or to observe by own eyes the incidents dreamt. Every child goes through several stages of dream understanding, always starting from the stage of non-differentiation. (Oesterdiekhoff, 2015, p. 37-38)

Se trata de una maduración en la psicogénesis acaecida por presiones del medio social que, conforme se desarrolla, exige al individuo nuevas y más complejas competencias cognitivas. En la medida en que los individuos alcanzan niveles más altos de desarrollo psicogenético, la sociedad encuentra la condición de posibilidad para seguirse desarrollando, dejando atrás estadios más primitivos de desarrollo.

La férrea convicción de los indígenas de que la muerte física no existe, registrada por von den Steinen entre los indígenas del Brasil central, es otro rasgo cotejado por Oesterdiekhoff con los hallazgos empíricos y las explicaciones de la epistemología genética (Oesterdiekhoff, 2015, p. 39).

Lo mismo ocurre con la magia y la metamorfosis descritas en la etnografía de von den Steinen. Aún más interesante, con la indiferenciación entre lo humano y lo animal, un tema que también aparece en los trabajos de Max Schmidt y Koch-Grünberg. Nuevamente la explicación remite a Piaget pero lo eleva al plano de las fases históricas (Oesterdiekhoff, 2015, pp. 40–41).

Bien es sabido que, conforme transcurre el desarrollo psicogenético hacia la conquista del pensamiento abstracto, la distancia entre acciones y emociones se abre camino como posibilidad (Elias, 1990; Houdé et al., 2011; Piaget y Inhelder, 1997; Werner, 1965). Es en esta lógica de la reconstrucción de las posibilidades de acción que nos volvemos a encontrar que “existen muchos hechos que sugieren que en el hombre primitivo las imágenes y las percepciones están más estrechamente vinculadas y menos diferenciadas entre sí que en el caso del hombre de una cultura avanzada” (Werner, 1965, pp. 126–127).

Sirviéndose de este dibujo de indígenas brasileros recolectado por Koch-Grünberg (Figura 1), escribe Werner (1965):

Existen más evidencias para la afirmación de que los procesos imaginativos primitivos son sincréticos en un grado comparativamente superior. Esta evidencia está resumida en el hecho de que en la esfera primitiva existe una conexión muy estrecha entre la emoción y la imagen mnémica. La necesidad afectiva da forma, retrospectivamente, a la realidad. La jactanciosa revisión de los relatos de hazañas marciales que se encuentra en cualquier parte entre gente primitiva e ingenua evidencia una realidad mnémica formada por la influencia afectiva (…) Hallamos este fenómeno otra vez en la exageración de los dibujos de memoria, afectivamente condicionados. Si un indio brasileño dibuja un cuadro de lucha entre un jaguar y un tapir, el primero –como miembro más poderoso de la situación– será representado en un tamaño fuera de toda proporción (fig.33). (…) La representación objetiva está determinada en gran parte por una evaluación afectiva. Podríamos hablar aquí de una “perspectiva emocional”, un rasgo común, como veremos, en los dibujos de los niños.

Es un hecho generalmente reconocido que la memoria del niño se transforma radicalmente bajo la influencia del afecto. Esto es válido por ejemplo para la memoria del tamaño. Tal metamorfosis puede seguirse con gran claridad en las representaciones de tipo eidético; en los niños eidéticos, la transformación de acuerdo con la compulsión afectiva puede aun extenderse a la realidad perceptiva inmediata. (p. 127)

Es un hecho generalmente reconocido que la memoria del niño se transforma radicalmente bajo la influencia del afecto. Esto es válido por ejemplo para la memoria del tamaño. Tal metamorfosis puede seguirse con gran claridad en las representaciones de tipo eidético; en los niños eidéticos, la transformación de acuerdo con la compulsión afectiva puede aun extenderse a la realidad perceptiva inmediata. (p. 127)


Figura 1

Dibujo de Indígenas Brasileños Recolectado por Koch-Grünberg y Reproducido por Werner

Nota. Adaptado de Psicología comparada del desarrollo mental (p. 127) por H. Werner, 1965, Editorial Paidós.

Recientes estudios de neuroimagen (Houdé et al., 2011, p. 15) refuerzan los hallazgos de Piaget, y señalan que funciones cognitivas como la conservación y la inclusión de clase están más relacionados con inhibir y resistir interferencias del mundo sensible que con la capacidad de asimilar la lógica subyacente de las tareas a realizar. Esto podría traducirse en que, en estadios de desarrollo psicogenético más primitivos, el compromiso emocional se interpone a la posibilidad de establecer las relaciones necesarias que permiten dar cuenta de un fenómeno de manera más ajustada a la realidad.

Debido esto, Oesterdiekhoff (2023a, p. 91) se sabe como continuador directo de la Völkerpsychologie de Wundt en tanto “reclama la reconstrucción de la historia en términos de la psicología del desarrollo”.

Relativistas y Universalistas Atrapados en la Zona de Tensión

Como hemos visto, el problema de la unidad universal de la mente humana fue una creencia que Bastian cosechó en medio de las posibilidades ofrecidas por los trabajos de Herder y Kant. En su afán de fundamentar científicamente su opinión, Bastian patrocinó expediciones desde el Museo Etnológico de Berlín por todo el mundo con el fin de conformar una estadística universal de los pensamientos elementales. Aquí hemos visto el caso de los americanistas.

Von den Steinen y Koch-Grünberg registraban, mediante el uso de dibujos, que cierto tipo de competencias intelectuales de los indígenas se parecía más a la de los niños que a la de los adultos modernos. A la vez, veían que las sociedades primitivas se diferenciaban cualitativamente de las sociedades modernas, cuyo nivel cultural era más desarrollado.

Si bien políticamente autores como Koch-Grünberg o Max Schmidt sintieran profundo resentimiento por los efectos de la expansión del capitalismo en el mundo amazónico, esto no les impedía constatar que, empíricamente, era observable que las sociedades industriales encontraban su condición de posibilidad en las sociedades premodernas anteriores, de las cuales se desarrollaban marcando diferencias de índole cualitativa.

Relativistas/Particularistas

Sin embargo, el empirismo irrestricto impulsado por Bastian hacía de los etnólogos alemanes blanco fácil de carencias teóricas. De esa manera, los etnólogos alemanes nunca lograron dar solución a los problemas que planteaban sus datos contra el telón de fondo del problema de las estructuras mentales universales. Continuador de esta doctrina anti-teórica y ultra empirista encontramos a Boas, de cuya pureza inductiva nunca se obtuvo teoría antropológica alguna (Harris, 1979, p. 218).

Boas advirtió de la emergencia de una psicología genética que buscaba explicar la mentalidad primitiva:

O desenvolvimento da psicologia fez surgir novos problemas, levantados pela diversidade de grupos sociais e raciais da humanidade. A questão das características mentais das raças — que num período anterior havia-se tornado objeto de discussão com métodos inteiramente inadequados, em grande medida estimulados pelo desejo de justificar a escravidão — foi retomada com as técnicas mais requintadas da psicologia experimental. Atualmente tem-se prestado particular atenção ao status mental do homem primitivo e da vida mental sob condições patológicas. Os métodos da psicologia comparativa não se restringem apenas ao homem: muita luz se pode lançar sobre o comportamento humano a partir do estudo dos animais. Agora tenta-se desenvolver uma psicología genética13 (Boas, 2004, p. 88)

Como era de esperarse, la figura central del relativismo era reticente a los avances de la psicología genética y a los descubrimientos hechos por sus colegas de la etnología amazónica:

A analogia com a vida mental da criança é difícil de aplicar, porque a cultura da vida da criança na Europa e a vida do adulto na sociedade primitiva não são comparáveis. As crianças de todas as raças oferecem individualmente analogias de desenvolvimento dependentes do desenvolvimento do corpo e diferenças de acordo com as exigências impostas por sua gradual iniciação na cultura em que vivem. A única questão a resolver seria se uma cultura tende a desenvolver qualidades que outra descuida (...) A tentativa de conceber todo estado mental ou ação como determinados por causas detectáveis confunde os conceitos de causalidades e de possibilidade de predição. Evidentemente, cada acontecimento tem sua causa, mas as causas não têm coesão tal que representem um único fio. Intervêm inumeráveis fatores acidentais que não podem ser previstos e tampouco podem ser reconstruídos como determinantes do curso passado (Boas, 2010, pp. 123–124)14

El relativismo cultural, que adquiere muchas formas, en el fondo sostiene que los humanos de diferentes culturas son inconmensurables pues no existe un elemento común con el que puedan ser medibles o comparables: son totalmente diferentes los unos de los otros.

Universalistas

Pierre Dasen, discípulo de Piaget que después de la arremetida postmodernista en las ciencias sociales, adhirió a quienes plantean que si los diagnósticos operatorios de la psicología transcultural arrojan resultados que sitúan a los primitivos en un nivel psicogenético inferior a los adultos modernos se debe a problemas en los instrumentos de medición. Según ellos, los resultados que muestran diferencias cognitivas de índole estructural-cualitativo se deben a problemas de ajuste cultural que, de ser solucionados adecuadamente, mostrarían niveles semejantes de desarrollo cognitivo y no en el desarrollo de competencias psicoculturales de determinadas sociedades15 (Oesterdiekhoff, 2017).

Bajo esta lógica, estos autores plantean interrogantes de este tipo:

Can we imagine an adult who would pour water from a small bucket into a larger one and believe that the amount of water has been decreased by this act? In desert communities where water is a treasured commodity, everyone can be expected to conform to certain laws of conservation. (Cole y Scribner 1974, pp. 151-152, citado en Oesterdiekhoff, 2017, p. 22)

Mientras que estos autores confieren estatus científico a las pruebas piagetianas en niños, en tanto pueden medir efectivamente competencias del desarrollo cognitivo, relativizan estas mismas pruebas en ámbitos transculturales, pues creen que los resultados son apenas indicativos del desempeño y no de las competencias cognitivas desarrolladas (Oesterdiekhoff, 2017), de ahí se desprende la premisa cristalizada por Dasen (1977) de que todos los humanos, en cualquier momento histórico y lugar geográfico somos “different but equal”, bajo el argumento de que la interpretación de la diferencia cultural como resultado de un desarrollo ontogenético que no alcanza ciertas competencias supone que hay humanos más avanzados . mejores, por lo que es más correcto políticamente hablar de diferencia que de déficit.

La deriva de Dasen habría sido equivalente a que Piaget dijera que un niño de 3 años es “diferente pero igual” a un adolescente de 15 años en términos de desarrollo cognitivo, porque de la constatación de que el estadio psicogenético del adolescente es más desarrollado que el del infante se desprenden afirmaciones políticas desobligantes.

El universalismo de la mente sostiene que sólo existe un tipo de ser humano a lo largo de toda la historia, detentor de la misma cantidad de inteligencia, racionalidad y sabiduría. Para quienes adscriben a esta corriente, la diferencia cultural sería apenas una diferencia de grado en el contenido de unas formas universales de vivir y pensar el mundo. Dentro de estos autores, ya vimos, destaca Bastian, pero en tiempos más recientes encontramos a Lévi-Strauss (1964), Sapir (Ramozzi-Chiarottino, 1994), Chomsky (Shute, 1982) o Mauro Almeida (2015), estos dos últimos han chocado con la evidencia empírica obtenida por Everett (2014), cuyos trabajos, a su vez, han sido bien recibidos por los autores que se decantan por la estrategia psicogenética heredera de la Völkerpsychologie de Wundt.

Entre relativistas y universalistas de la mente ocurre la paradoja de que, a pesar de ser teorías contradictorias entre sí, todo relativista cultural comparte la idea de la universalidad de la mente: si no hay base común para comparar las diferentes culturas, porque todas son diferentes, la estructura mental es apenas una. Si hubiésemos de aceptar que hay procesos mentales supeditados al principio ortogenético propuesta para la psicología del desarrollo (Werner y Kaplan, 1956), el relativismo sería falseado psicogenéticamente. A su vez, los que sostienen que existe una estructura mental universal, como Bastian o Chomsky, recusan a enfrentar la evidencia empírica de que hay un proceso que sitúa diversos momentos lógicos del desarrollo en etapas cualitativamente diferenciables.

A pesar de la aparente contradicción conceptual que podría haber entre planteamientos como los de Boas y Chomsky, todos estos autores, sean más próximos al universalismo o al particularismo, permanecen sin superar la visión del ser humano que ya definía la tensión Herder/Kant. A continuación, veremos una corriente teórica continuadora de la Völkerpsychologie que vincula la evolución natural con el desarrollo histórico cultural a través de la estrategia psicogenética y que logra sintetizar y superar la zona de tensión Herder/Kant tomando por base los estudios de psicología transcultural piagetiana, soviética y a la Völkerpsychologie de Leipzig.

Desarrollos de la Völkerpsychologie Más Allá de la Zona de Tensión Universalismo/Particularismo

Endiablado Problema

Ya en su obra más importante, Norbert Elias (1997, p. 29) se refería a la zona de tensión como: .el endiablado problema de la conexión entre las estructuras psicológicas individuales, esto es, de las llamadas estructuras de personalidad, y las composiciones que constituyen muchos individuos interdependientes, esto es, las estructuras sociales”. Para dar solución a tal problema, Elias proponía un abordaje de estructuras cambiantes e interdependientes que se desarrollan en el largo plazo. No en vano, su Proceso de la civilización lleva por subtítulo investigaciones sociogenéticas y psicogenéticas16. Siguiendo a Weiler (2012), el de Elias es un intento por transformar la concepción del ser humano abandonando la imagen de sujeto por la de proceso. Para ello, Elias se nutrió principalmente de la teoría del conocimiento trabajada por Jean Piaget, pero también de la psicología genética17 de Wundt, Krueguer, Lamprecht y Werner, entre otros.

En otras palabras, Elias había descubierto que la psicogenética vinculada al desarrollo histórico general servía para avanzar en la solución al endiablado problema de la universalidad de la mente humana y la diversidad de sociedades que produce ese mismo ser supuestamente inmutable (Weiler, 2012).

Psicogénesis e Historia

En 1982 apareció publicada la única obra de Jean Piaget que primero vio la luz en un idioma que no fuera el francés. Se trataba de Psicogénesis e historia de la ciencia, en coautoría con Rolando García, un físico argentino que, tras la muerte del gran suizo, optó por concluir la obra y publicarla en español.18

Esta obra ha sido motivo de reflexión y desconcierto para los teóricos contemporáneos que se ocupan de la reconstrucción empírica de la historia en relación con el proceso psicogenético. Así, Ibarra (1994), Dux (2012) y Oesterdiekhoff (2022) coinciden en que Piaget vio con claridad la analogía entre el pensamiento animista de los indígenas, como los registrados por los etnólogos americanistas alemanes, y el realismo conceptual de los niños modernos (Piaget y Inhelder, 1997) sin embargo, el epistemólogo suizo no supo reconstruir genéticamente el isomorfismo entre las dos formas de pensamiento, por lo que apenas otorgó el estatus de hipótesis a la continuidad basal de los orígenes de ambos sistemas. A pesar de ello:

La historia de los conceptos científicos sigue, según Piaget, la misma ‘‘regla de consecución” que dirige el proceso ontogenético de la cognición: el desarrollo parte de un estado de irreversibilidad, de sencillez, en sentido de una falta de composición, y se mueve en dirección hacia un estado de equilibrio en el que las relaciones se vuelven más móviles y reversibles. (Ibarra, 1994, p. 80)

Si bien Piaget constató que la fase constructiva de la ontogénesis repite la sociogénesis en el pensamiento científico, recuerda Ibarra (1994):

las preguntas: ¿por qué en la secuencia de las formas históricas de pensamiento se encuentra el orden de los estadios del desarrollo ontogenético, y por qué el proceso de descentralización, que pertenece al desarrollo individual de la cognición, caracteriza en forma análoga la dinámica de la historia del pensamiento? No encontraron respuesta en la teoría del conocimiento19. (p.83)

Después de Norbert Elias, Heinz Werner y el misterioso trabajo de García y Piaget, la consolidación de una teoría que explique en qué consisten las diferencias y similitudes de la mentalidad del ser humano a través de la historia y las culturas se ha venido desarrollando a través de autores que introducen la estrategia psicogenética en la antropología (Hallpike, 1986), la sociología (Oesterdiekhoff, 2011b) y la historiografía (Dux, 2012). Especial mención merecen dos autoras latinoamericanas que se insertan en esta tradición, Vera Weiler en Colombia y Laura Ibarra († 2019) en México20.

De Hipótesis a Teoría. Historiogénesis Como Vínculo Entre Desarrollos Psíquico y Social Generales.

El programa genético-estructural utiliza el control empírico de la epistemología genética de Piaget y la psicología genética de Werner para corroborar cómo, a lo largo de la historia, el desarrollo psíquico de las personas ha alcanzado diferentes niveles dependiendo del grado de desarrollo de la sociedad en que se encuentra imbuida la persona. De la misma manera, la evolución de una sociedad encuentra su condición de posibilidad en el grado de desarrollo psíquico que tengan los adultos competentes que la conforman. El desarrollo de la psicogénesis, elevado al plano histórico, llena de contenido el componente personal de la dialéctica sobre el ser y la conciencia de Marx y Hegel (Oesterdiekhoff, 2011a, 2023a). Así, se puede entender que las transformaciones históricas en el largo plazo remiten a procesos de interdependencia entre estructuras psíquicas y estructuras sociales en desarrollo.

Utilizar la estrategia psicogenética implica tomarse completamente en serio las imágenes de mundo que se forman las sociedades estudiadas, de una manera similar a como lo hacen los autores del giro ontológico, que le dan estatuto ontológico-radical a los mundos vividos por los indios. En palabras de Oesterdiekhoff (2015):

one precondition is to deny any tries to belittle such beliefs, tries to identify them as symbolic fictions, as it is common under the current rule of cultural relativism in the social sciences. The careful research into such belief systems has verified that natives strongly believe in such myths (Lévy-Bruhl 1983; Malinowski 1996: 177-193; Oesterdiekhoff 2009a: 52-56, 2011: 157-159), thus supporting observations and conclusions of von den Steinen.21 (p.41)

Sin embargo, al mismo tiempo, estudiar la psicogénesis en la historia requiere ceñirse al esfuerzo científico social de no perder de vista que el ser humano es una sola especie, a pesar de que vivamos mundos culturalmente construidos tan distintos (Weiler, 2011). Esta, la opción por no caer en el culto a lo insondable es una diferencia abismal con pensadores postestructuralistas como los del giro ontológico, que constatan la diferencia cualitativa de los mundos humanos, pero rehúsan a conocer la lógica del proceso que los hace posibles.

Cuando se vinculan la concepción psicogenética con la sucesión histórica de las formaciones sociales, se constata que a lo largo de la historia cultural de la especie humana, cuya gran mayoría ha pasado bajo la organización de la vida en el nivel de la caza y recolección (Cashdan, 1989), como es el caso de las sociedades retratadas por von den Steinen, todo ejemplar nuevo de la especie recorre un mismo camino de desarrollo ontogenética que hace primitivas sus formas anteriores en la medida en que la sociedad en que vive se lo solicite. Esto quiere decir que, a lo largo de la historia, todos los seres humanos seguimos un proceso universal de desarrollo con momentos lógicos cualitativamente diferenciables (Dux, 2012).

Revisitando el monumental acopio de estudios transculturales piagetianos, Dux (2012, p. 285) retoma la fase proto-concreto-operacional identificada por Elizabeth Bates, en su libro Language and Context: The Acquisition of Pragmatics publicado en 1976, como un estadio previo al concreto-operacional descubierto por Piaget y lo considera una estimación razonable que permite definir de manera concisa el surgimiento y establecimiento de ese tipo de ideas que siempre han sido reportados por la etnología. Junto con la retomada de la fase proto-concreto-operacional, Dux lamenta el bloqueo cognitivo que conduce a considerar esta teoría de la psicogénesis en la historia como tesis racista. Al respecto señala que, mientras las teorías racistas remiten a la capacidad determinada biológicamente, la teoría histórico-genética reconstruye empíricamente el proceso de desarrollo del conocimiento a lo largo de la historia descubriendo la lógica de desenvolvimiento de las competencias. Esto quiere decir que nunca se concibe la diferencia en términos de carencia:

por el contrario, una teoría del desarrollo cuyo interés se dirige a vincular el desarrollo de la lógica al desarrollo de la competencia de organización, tanto en la esfera de la naturaleza como del mundo social, insiste en que la competencia siempre está tan avanzada como el estado de desarrollo de la sociedad lo exige a los miembros de la especie en crecimiento. (Dux, 2012, p. 285)

Las posibilidades de conocer y actuar en el mundo están condicionadas por el nivel de desarrollo psíquico que alcance una sociedad en su conjunto. De allí que, en distintas partes del mundo, los etnógrafos hayan registrado tipos similares o idénticos de creencias, rituales y tecnologías de manufactura de cultura material.

A su vez, las grandes revoluciones en las formas de vida humana dan cuenta de que el cerebro humano, en su enorme plasticidad, ha alcanzado nuevos niveles de organización, conforme el medio social lo solicita. Tal es el caso de los hallazgos que la neurobiología ha traído recientemente a los estudios de la revolución neolítica (Weiler, 2022).

Conclusión

En síntesis, como se expone en la Tabla 2, vemos una constante gestada en la zona de tensión del universalismo de Kant y el particularismo de Herder que va tras la indagación sobre las estructuras universales del pensamiento humano, si es que las hay, y las particulares formas de vida humana que son posibles provenientes de esa supuesta unidad.

Tabla 2
Desarrollo de la Völkerpsychologie en Dirección a la Superación de la Zona de Tensión Vía Vinculación de la Psicogénesis y la Historia
Autor Años de vida Aporte Bloqueo
Immanuel Kant y Johann Gottfried von Herder 1724 – 1804 1744 - 1803 Dan origen a la zona de tensión donde se gestará la Völkerpsychologie, rama que pone en diálogo psicología y etnología teutonas, que en adelante se debatirán entre la universalidad de la mente humana y la particularidad de las culturas.
Moritz Lazarus y Heymann Steinthal 1824 – 1903 1823 - 1899 Publicación de la revista Zeitschrift für Völkerpsychologie und Sprachwissenschaft Abordaje mecanisista que concibe la cultura como sumatoria de las partes. El axioma de la universalidad de la mente humana se mantiene intacto.
Adolf Bastian 1826 - 1905 Establece el programa investigativo del Museo Etnológico de Berlín sobre las estadísticas del pensamiento universal (Elementargedanken). Envía etnólogos americanistas a recoger datos que nutran la estadística. Cree en la universalidad de la mente humana de manera apriorística y busca darle sustento estadístico.
Karl von den Steinen Theodor Koch-Grünberg 1855 – 1929 1872 - 1924 Recolectores empíricos que habrán de nutrir la estadística universal de Bastian, estos etnólogos se estrellan de frente con la mentalidad de los habitantes del Amazonas brasilero. Registran desconcertados que la lógica con que los nativos organizan el mundo es idéntica a la de los niños europeos y dista significativamente de la lógica de los adultos modernos. Sus trabajos repercuten en los de autores como Lévy-Bruhl. Parados en el paradigma epistemológico de la unidad de la mente humana, claudican a desarrollar hipótesis sobre paralelos registrados entre mente de los indígenas y de los infantes europeos.
Karl Lamprecht 1856-1915 Reconstruye la historia de Alemania y propone que la conciencia nacional presenta las regularidades observadas en la psicogénesis y que estas son equivalentes al desarrollo económico cultural de la nación. Su propuesta metodológica de vincular la psicogénesis a la historia fue vehementemente rechazada por el grueso de los historiadores alemanes, lo que le cerró el paso dentro de la historiografía germana. La posibilidad de salir de la zona de tensión no es asimilada por los historiadores.
Wilhelm Wundt 1829 - 1920 Concibe la Völkerpsychologie como rama de la psicología general que debe basarse en la perspectiva genética para analizar la información etnográfica y así dar cuenta de la evolución de la psique humana. Transforma la concepción de la cultura como un sistema con lógica interna irreductible a los individuos que la componen. Tras la muerte de Wundt, no hay continuadores directos de la Völkerpsychologie, la psicología es asimilada por el conductismo y se abandona progresivamente la perspectiva genética en la psicología (Roncancio Henao, 2024). Wundt estaba convencido de la unidad de la psique humana y atribuía los cambios en sus estructuras al intercambio del organismo con el medio.
Heinz Werner 1890 - 1964 Publica Psicología comparada del desarrollo mental, donde identifica que el desarrollo histórico de las culturas y la psicogénesis siguen una dirección particular y que historia cultural y psicogénesis tienen una lógica de desarrollo relativamente independiente una de la otra. Tras la Segunda Guerra Mundial se exilia en Estados Unidos, donde el objeto de estudio de la psicología continúa siendo estático. La posibilidad de la perspectiva genética encuentra las puertas cerradas ante un paradigma epistemológico dominado por el conductismo.
Alexander Luria y Lev Vygotsky 1902 – 1977 1896 - 1934 Realizan la expedición a las estepas centroasiáticas y, basados en información empírica, proponen que las estructuras cognitivas varían conforme varían los modos de vida socioeconómicos a lo largo de la historia (la investigación es publicada por primera vez en Occidente por Harvard en 1976). Se abre paso el enfoque histórico-cultural para la psicología. La investigación es censurada, los investigadores tachados de biologicistas, anti-marxistas y pseudocientíficos. Habrían de pasar más de 40 años para que el público conociera la obra. Un paradigma estático del ser humano da pie a motivos políticos que impiden que la psicología de la época se reorganice entorno a los nuevos conocimientos producidos.
Franz Boas 1858 - 1942 Aporta registros etnográficos de importancia capital para la antropología, como la pervivencia del potlatch entre los kwakiutl. En la medida en que es influenciado aún por el programa de Bastian, Boas puede ser considerado como un empirista alemán de destaque que pone en diálogo las corrientes alemana y estadounidense de la antropología. Renuente a cualquier tipo de teorización basada en investigaciones etnográficas, opina que la psicología genética de Werner se excede al tratar de vincular psicogénesis y desarrollo histórico-cultural. Su opinión fundará el particularismo histórico, que concibe cada cultura como única e irreconciliable con el largo proceso social que ha llevado a la especie humana a su constitución actual.
Jean Piaget 1896 - 1980 Publica el artículo Necesidad y significado de las investigaciones transculturales en psicología genética (traducción al inglés en 1974 a cargo de Catherine Dasen), donde señala la importancia de disociar los factores biológicos de los culturales para demostrar la teoría epigenética del conocimiento. Sienta las bases teóricas para la reconstrucción del proceso de desarrollo de las estructuras mentales que, partiendo de una base biológica universal, encuentra momentos lógicos de diferencias cualitativas entre las estructuras a lo largo de la ontogénesis. Establece sistemáticamente el paralelismo entre la psicogénesis y el, así llamado, pensamiento primitivo registrado por la etnología. A pesar de que lleva el apriorismo trascendental de Kant al nivel de la construcción epigenética, no soluciona el problema del paralelismo entre psicogénesis y desarrollo histórico-cultural. Su trabajo se enfoca, principalmente en un pequeño grupo de niños europeos. Progresivamente, el recibimiento de su obra incrementa en el mundo aplicado de la pedagogía y en detrimento de la epistemología (Marçal Ribeiro y Ramozzi-Chiarottino, 2024).
Pierre Dasen 1942 - presente Pionero de la psicología transcultural, encuentra la regularidad, explicable mediante la teoría de los estadios de Piaget, de que las sociedades no industrializadas alcanzan los niveles sensoriomotriz y preoperacional de manera universal, pero no es del todo clara la conquista completa de las operaciones concretas ni mucho menos de las operaciones abstractas, correspondientes a los dos últimos niveles descubiertos por Piaget en la psicogénesis del ser humano moderno. Como nunca antes, el control empírico y la teoría han dispuesto la información de manera tal que se pueda dar solución a la tensión universalismo/particularismo. Sin embargo, Dasen adhiere al mainstream político de las ciencias sociales y relativiza los hallazgos de la psicología transcultural piagetiana acomodando las nuevas investigaciones a los viejos modelos de lo que es el ser humano: un fenómeno prefigurado universalmente con diferencias únicamente de grado.
Norbert Elias 1897 - 1990 Propone una transformación radical del paradigma del ser humano, concibiéndolo ahora como proceso derivado de su propia actividad. Desarrolla investigaciones orientadas a develar la lógica del cambio histórico-cultural entendiendo que las estructuras del individuo no se subsumen a las estructuras socioeconómicas. Identifica el problema de la zona de tensión como un endiablado problema que bloquea el avance en las ciencias sociales. No termina de llevar a buen puerto la vinculación entre psicogénesis y sociogénesis como factores igualmente necesarios para explicar el desarrollo histórico del proceso civilizatorio. La recepción de su obra ocurre acomodando la visión figuracional a un modelo del ser humano no-procesual.
Georg W. Oesterdiekhoff 1957 - presente Desarrolla el Programa teórico genético-estructural donde vincula psicología del desarrollo e historia general proponiendo que la historia de la humanidad ha seguido los mismos estadios de desarrollo que fueron descubiertos en la ontogénesis por los psicólogos del desarrollo. A pesar de su copiosa obra, esta parece un monólogo donde el autor es el único que se cita a sí mismo. La tosquedad con que reduce la historia a la teoría de los estadios piagetianos ha generado más resistencias que oportunidades de diálogo con otras corrientes teóricas. En muchas ocasiones describe los paralelismos y deja la explicación teórica en hombros de lo que Piaget ya escribió. Parece muy interesado en ser leído, pero no en persuadir inteligentemente a sociólogos, historiadores, antropólogos y psicólogos preocupados por el desarrollo histórico-cultural. En otras palabras, parece que la superación de la zona de tensión culminó exitosamente a nivel individual (de Oesterdiekhoff), pero la asimilación de su propuesta aún está por darse, tal como ha ocurrido con autores como Werner, Luria o Elias, el uso del lenguaje emotivamente comprometido del autor no contribuye a que la superación de la zona de tensión pase del plano individual al colectivo.
Günter Dux 1933 - presente Establece la teoría histórico-genética como renovación del paradigma en las ciencias sociales apuntando a reconstruir el proceso que ha conducido a la humanidad al punto transitorio actual. Para ello entiende la ontogénesis de las estructuras del pensamiento como condición de posibilidad para la reorganización de las estructuras sociales. Recoge el conocimiento evolutivo sobre la constitución antropológica del ser humano y relaciona la necesidad surgida evolutivamente de construir estructuras de conocimiento a partir de la acción, como una condición que se resuelva exclusivamente en un medio social. Su obra representa un enorme desafío para la lógica a la que suele acomodarse el conocimiento adquirido sobre la realidad particularmente humana. A pesar de ello, investigadoras como Ibarra y Weiler han aterrizado la teoría al contexto latinoamericano, bien haciendo investigaciones puntuales, bien introduciendo la teoría en el ámbito académico y orientando investigaciones y formando investigadores.

A pesar de que es posible identificar una dirección específica hacia la que se ha dirigido la solución del problema contenido en la zona de tensión, la historización de la psicogénesis se hace evidente que el principal obstáculo no ha sido la falta de información sino el compromiso emocional con una determinada imagen del ser humano. De esta manera, los intentos por desbloquear el conocimiento sobre las estructuras del conocimiento y la organización culturalmente mediada de la vida humana han sido políticamente obstaculizados. Dicha obstaculización, no obstante, se sostiene gracias a un modelo estático del ser humano que presupone que las estructuras del conocimiento son universales y cambiantes sólo en contenido, pero no en estructura. Esta dificultad del conocimiento sobre nosotros mismos es lo que mantiene atrapados en la zona de tensión a investigadores que han visto el problema de frente y que, por tanto, han decidido deliberadamente mirar hacia otro lado.

El caso de los etnólogos alemanas resulta muy oportuno para ilustrar cómo, a pesar de enfrentarse cara a cara con el problema de la diferencia histórico-cultural, la permanencia de un modelo del ser humano como entidad prefigurada universalmente impidió la formulación de teorías más ajustadas a la realidad. Por esta razón aquí se ha reconstruido, grosso modo, el camino que condujo a la formación de investigadores de campo como von den Steinen o Koch-Grünberg, cómo la máxima expresión del empirismo anti teórico alemán se condensó en Boas y cómo otros investigadores que dialogaron con la Völkerpsychologie han continuado, hasta hoy, en la descomunal tarea de dar solución al endiablado problema que mantiene presa a las ciencias sociales en una zona de tensión sin salida.

Las analogías entre pensamiento primitivo y pensamiento infantil intentadas por los etnólogos alemanes fue ahogada por el fuerte compromiso emocional con una determinada imagen del ser humano que corre el riesgo de venirse abajo si se presta suficiente atención al acumulado que ha legado la etnología. Pachón Castrillón, especialista en antropología de la infancia, escribió:

Algunos antropólogos han llegado a sugerir incluso que estas tempranas comparaciones de los salvajes con los niños se encuentran entre las causas que explican por qué los antropólogos han sido tan reticentes a estudiar la infancia, ya que ante el temor del resurgimiento de estos molestos antecedentes prefirieron evadir el tema. (Pachón Castrillón, 2009, p. 438)

La consciente evasión del tema, de ninguna manera ha significado la solución del problema que este plantea. En el pasado se creyó que la analogía entre niños modernos y hombres primitivos escondía en su entraña sesgos racistas. Ahora, siguiendo a Oesterdiekhoff (2023b), podemos afirmar categóricamente:

Research found that not racial-biological but cultural-educational factors cause the divergences. Otherwise it wouldn´t have been possible that premodern peoples around the world, first the Western and later the Non-Western nations, advanced through the stages during the past centuries or generations. (p. 9)

Esto, la verdad sea dicha, es algo que ya advertía Vygotsky (van der Veer, 2021) ante la censura: no se trata de argumentos basados en condiciones innatas heredadas por el genoma y distribuidas por supuestas razas, sino del desarrollo constructivo jalonado por la solicitud del medio22.

También podemos decir, basados en el pensamiento procesual histórico-genético, que el proceso universal tiene momentos lógicos particulares que condicionan el contenido categorial del pensamiento de los seres humanos según el grado de desarrollo de la sociedad y que, conforme los individuos se enfrentan a problemas que generan desequilibrio ontogenético, procesos de transformación tenderán a ocurrir para encontrar un nuevo punto de equilibrio que convierta en primitiva la fase anterior y transitoriamente última de desarrollo (Ibarra, 1994).

Finalmente, en la teoría histórico-genética se tiene la certeza de que el desarrollo no es un proceso linear (Weiler, 2012, p. 539). Se sabe que el proceso es ciego y contingente por lo que la teleología resulta incompatible para la versión psicogenética de la historia, o, en palabras de Vanegas (2023, p. 46): “como fenómeno específicamente humano, el desarrollo es un proceso inestable y no teleológico que bien puede tomar distintas direcciones”. De la misma manera, se sabe que los estadios primitivos de la cognición no son eliminados o erradicados por sus posteriores desarrollos, sino que siempre permanecen allí y emergen de vez en cuando: el divorcio nunca es absoluto. Sobre la construcción de los esquemas de la acción en la ontogénesis, Ramozzi-Chiarottino (1994, p. 34), siguiendo a Piaget, aclara que “a nova forma não suprime a antiga, mas coordina-se a ela, formando então verdadeiros sistemas de esquemas”. Werner y Kaplan (1956, p. 871) reconocen incluso que es posible retornar a estadios primitivos de la acción y el pensamiento para la creatividad en las artes y las ciencias, así como para comportarse debidamente en situaciones específicas: en el disfrute del arte, la música, la poesía o el humor, por ejemplo.

Agradecimientos

El autor agradece al profesor Erik Petschelies, PhD, por su inmensa generosidad en los comentarios a una primera versión presentadas durante el seminario Etnografia Alemã nas Terras Baixas Sul Americanas. Atores e Interpretações ofrecido en los posgrados de antropología de la Universidade de São Paulo durante el segundo semestre de 2023.

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Notas

1 Geist, en tanto configuración esencial, o espíritu, se particulariza con arreglo a las circunstancias de cada pueblo, Volk, por lo que Volkgeist: “é uma essência mental abstrata que mantém uma relação dialética com um processo de pensamento específico (Denkungsart) e um certo uso da linguagem.” (Petschelies, 2019, p.51). La relevancia del concepto de Volkgeist es de tal magnitud que, su definición, está en los cimientos del primer concepto moderno de cultura (Petschelies, 2019, p.51).
2 No es del todo claro el porqué Gingrich relaciona nacionalismo y relativismo como polos opuestos al universalismo.
3 Lamprecht hacía parte de la Tertulia positivista de Leipzig junto a Wundt, Bücher, Ratzel y Ostwald (Weiler, 2010, p. 234).
4 Cuenta Weiler (2010, p.255), que tras la muerte de Lamprecht, sus opositores intentaron desmantelar el Instituto de Historia Cultural y Universal. Fue gracias a la resistencia de Wundt y Bücher, un economista evolutivo, que su desmantelamiento se retrasaría casi una década, cuando Walter Goetz declaró que todo estudio de influencia lamprechtiana carecía de cualquier valor científico, justamente por sostener una versión psicogenética de la historia. Así, el rumbo de la historiografía alemana abandonaba el eje psicogenético como parte de la explicación de los cambios históricos.
5 En tanto Piaget establece las leyes generales de este proceso de intercambio entre el ser humano y su entorno para construir y desarrollar las estructuras mentales específicas para el acto de conocer, y en la medida en que su obra parte de los avances propuestos por Waddington (quien postulara la metáfora de los paisajes epigenéticos), Ramozzi-Chiarottino (2021) categoriza la obra de Piaget como una epistemología epigenética.
6 Estos investigadores eran conocidos como pedólogos, pues su especialidad era los estudios infantiles. A pesar del énfasis en los infantes, estos pesquisidores se esparcieron por el vasto territorio soviético para investigar mediante pruebas diagnósticas niños y adultos de diversos grupos étnicos; encontraron grandes diferencias en los estilos de vida, las condiciones físicas, los entornos de vida, el desarrollo corporal y en los resultados de las pruebas. Tras la Revolución de octubre, esta disciplina sería asimilada en la psicología (van der Veer, 2021).
7 Como lo demuestra Klaus-Petter (1983), el evolucionismo de Bastian era tanto antidarwinista como fuertemente influenciado por Kant. Algo que no deja de resonar con el evolucionismo kantiano de Piaget señalado por Ramozzi-Chiarottino (1994, cap.II) cuando muestra que toda la obra del epistemólogo suizo puede entenderse como la formulación de una teoría evolutiva que no se asimila ni a Lamarck ni a Darwin (Ramozzi-Chiarottino, 2021, p. 217). El propósito de los Elementargedanken, convertidos en estadística universal, era el de dotar de contenido empírico pscioantropológico al universalismo kantiano.
8 Antes de estudiar en la London School of Economics, Malinowski pasó un año en Leipzig, donde vio clases con Wundt y con Bücher, los dos opositores al desmantelamiento del Instituto creado por Lamprecht. Según Young (2018, p. 2), la instrucción en Völkerpsychologie que Malinowski recibió en Leipzig fue determinantes a la hora de orientar su vocación en antropología.
9 La técnica del uso de dibujos hechos en campo puesta en práctica por von den Steinen fue muy influyente en la psicología del desarrollo y la historia de la teoría del arte (Déléage, 2015). Además, influyó en el trabajo de varios antropólogos como los listados por Déléage (2015, p.20): Max Schmidt, Theodor Koch-Grünberg, Robert Lehman-Nitsche, Fritz Krause, Erland Nordenskiöld, Wilhelm Kissenberth, Willem Ahlbrinck, Herbert Baldus, Alfred Métraux, Ana Biró de Stern y Claude Lévi-Strauss. Max Schmidt, veía en el estudio del arte indígena la posibilidad de asir las capacidades mentales de los nativos (Schmidt, 1942, p. 253), algo que sus predecesores ya habían identificado mediante la comparación con el arte infantil. Al igual que Koch-Grünberg, Schmidt también registró creencias en la transmisión de cualidades animales a los humanos mediante el consumo de su carne (Schmidt, 1942).
10 El autor aquí maneja una concepción genética del desarrollo histórico. Bien es sabido que Bastian y Wundt mantenían una relación intelectual (Petschelies, 2019). Wundt, como se ha dicho, proponía el método psicogenético para la Völkerpsychologie (Kaledina Ortega, 2021). Dicha perspectiva genética que se deja entrever en el pensamiento de von den Steinen fue conceptualizada por Kaplan y Werner (1956) como una visión que entiende que de estadios de relativa indiferenciación emergen estadios diferenciados, articulados y jerarquizados. En el caso de las demarcaciones del camino, el control sobre el tiempo del índice construido (el cambio de ramas por piedras talladas) daría cuenta de un incremento en la capacidad proyectiva temporal, así como en el dominio plástico de los materiales del entorno. Para una profundización del análisis histórico-genético de la psicogénesis del espacio, ver Benninghoff Prados (2011, 2016) y para una explicación completa de la perspectiva genética en el arte indígena, ver Kaplan y Werner (1956).
11 Décadas después de la visita de Koch-Grünberg al Amazonas, Irving Goldman volvió a registrar dichas prácticas entre los Cubeo (Goldman, 1968, p. 268).
12 Sobre la psicogénesis en adultos arcaicos y modernos y la acumulación de experiencias bajo un estadio de desarrollo ontogenético detenido (arrested development), ver: Oesterdiekhoff (2023).
13 Estas palabras las pronunció Boas en diciembre de 1932 ante la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia y seguramente se referían, específicamente, a Heinz Werner, que había publicado en 1926 su Einführung in die Entwicklungspsychologie, obra que debía traducirse al español como Introducción a…, pero se publicó como Compendio de psicología evolutiva en su edición española de 1936 en traducción directa del alemán y como Psicología comparada del desarrollo mental en su edición argentina de 1965 traducida de la edición estadunidense (Weiler, 2011, pp. 112–113).
14 Baste señalar que la epistemología de Piaget, en tanto teoría epigenética del conocimiento establece las leyes generales de los intercambios entre el ser humano y el medio en el proceso de construcción de conocimiento (Ramozzi-Chiarottino et al., 2017), algo que Boas ni siquiera imaginaba posible.
15 Para una discusión sobre los problemas de contextualización cultural de los instrumentos de medición en la psicología transcultural soviética, ver: van der Veer (2021).
16 Como lo señala Vanegas (2023), el avance que representa esta obra de Elias en la sociología del conocimiento, está dado por el reconocimiento y la asunción de que las estructuras individuales tienen una lógica propia de desarrollo que no queda subsumida a las condiciones materiales de existencia, como creían Marx y Engels, lo que empuja a la necesidad de acudir a la reconstrucción psicogenética del conocimiento como estrategia para dar cuenta de las transformaciones socioculturales en el largo plazo de la historia humana.
[17] La diferencia entre psicología genética y epistemología genética radica en que la última es la teoría del conocimiento elaborada por específicamente por Piaget (Ramozzi-Chiarottino, 2021), por su lado, la psicología genética (donde se inscriben Werner y otros autores aquí mencionados) es una rama de la psicología que reconstruye el proceso constructivo de organización de las competencias de la acción y cognitivas a lo largo de la ontogénesis del individuo.
18 Llama la atención que en su Análisis estructural de la obra de Piaget, Ramozzi-Chiarottino (1998, p. 333) no haya tenido en cuenta la obra de Piaget y García (1982) como parte constitutiva de las obras originales del epistemólogo suizo. Según la epistemóloga brasilera, nunca fueron encontrados los manuscritos originales de Psicogénesis e historia de la ciencia, por lo que no se puede considerar dicha obra como parte del “cuerpo entero de la obra” de Piaget.
19 Si tenemos en cuenta el carácter apócrifo de Psicogénesis e historia, tal como lo plantea Ramozzi-Chiarottino (1998), entenderíamos que dichas preguntas no encuentran respuesta en la teoría del conocimiento de Piaget justamente porque Piaget nunca las consideró en su horizonte. Lo cierto es, no obstante, que, tras la investigación publicada originalmente por Rolando García (Piaget y García, 1982) en español, dichas preguntas sí aparecen como susceptibles de conocer para los investigadores posteriores.
20 Una socióloga piagetiana brasilera que discutió ampliamente la relación entre psicogénesis y clases sociales es Barbara Freitag (1985), sin embargo, ella se enfocó en los problemas planteados por Habermas y no ha escrito nada en relación a los trabajos de Oesterdiekhoff o Dux quienes, por el contrario, sí toman en cuenta a Habermas.
21 Es en este sentido, que toma totalmente enserio las versiones primitivas de imagen de mundo, que encontramos que el arte de los cazadores-recolectores es un arte naturalista, en la medida en que se basa en imágenes eidéticas que son realmente vistas y proyectadas: “entonces los dibujos son indudablemente naturalistas, en cuando son un calco y una reproducción de una imagen realista proyectada, por así decirlo, sobre la superficie del dibujo” (Werner, 1965, p. 126).
22 Piaget (1973) también escribió al respecto: “Os acontecimentos contemporâneos demostraram, da maneira mais clara, como as gerações ascendentes de um grande povo podem estar modeladas pela coletividade, a ponto de se adotar, sem discussão, maneiras de pensar irredutíveis, e, sem dúvida, para a vida inteira do indivíduo. Tal fato confirma seguramente a tese de Durkheim da ação do grupo sobre as consciências individuais, contrariamente à ideia simplista do papel exclusivo da "raça" - desta raça que é em boa parte precisamente um mito social!.” (p.168). El estatus mítico de la determinación racial está fuera de discusión. La teoría epigenética del conocimiento de Piaget desvirtúa completamente cualquier intento racista de teorización sobre la vida construida histórico-culturalmente. Ahora, la tesis durkheimiana del conocimiento como reflejo social es justamente lo que impide a Piaget vincular la psicogénesis a los cambios históricos, problema señalado por Ibarra (1994).

Notas de autor

* Universidade de São Paulo. Instituto de Psicologia. Laboratório de Epistemologia Genética
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