Dosier Abolición y post-abolición de la esclavitud en la América Hispana: cambios legales y trayectorias personales
La abolición de la esclavitud en Corrientes. Itinerarios y formas de vida de los esclavos liberados antes y después de 1854
The abolition of slavery in Corrientes. Itineraries and ways of life of freed slaves before and after 1854
Anuario del Instituto de Historia Argentina
Universidad Nacional de La Plata, Argentina
ISSN: 2314-257X
Periodicidad: Anual
vol. 22, núm. 2, 2022
Recepción: 21 Febrero 2022
Aprobación: 02 Noviembre 2022
Publicación: 01 Diciembre 2022
Resumen: Este artículo examina el proceso de abolición de la esclavitud ocurrido en la provincia de Corrientes con el fin de realizar un estudio situado de la emancipación en América Latina. Se retoman interrogantes planteados en los estudios abolicionistas tales como quiénes fueron y cuántos fueron los emancipados, y desde un enfoque social, cuáles fueron las formas laborales y los márgenes de libertad que tuvieron estos sujetos en tiempos post-abolicionistas. A partir de la revisión de un conjunto de fuentes documentales se observan trayectorias individuales de antiguos esclavizados para evaluar los cambios o permanencias laborales tras el fin del sistema esclavista. Se exploran dos situaciones: la permanencia de algunos esclavizados bajo la dependencia de sus antiguos amos y la emergencia de un mercado laboral donde se insertaron estos individuos. También se examinan las diferencias en torno a los trabajos, oficios y ocupaciones en la ciudad y el campo desarrollados por varones y mujeres emancipadas. Por último, el abordaje retoma una perspectiva espacial que permite evidenciar procesos de movilidad experimentados por los antiguos esclavizados que habitaban los espacios rurales correntinos.
Palabras clave: Abolición, Esclavitud, Corrientes, Itinerarios, Constitución.
Abstract: This article examines the process of abolition of slavery that occurred in the province of Corrientes in order to carry out a situated study of emancipation in Latin America. Questions raised in abolitionist studies are taken up, such as who were and how many were emancipated, and from a social approach, what were the labor forms and the margins of freedom that these subjects had in post-abolitionist times. From the review of a set of documentary sources, individual trajectories of former slaves are observed to evaluate the changes or job permanence after the end of the slave system. Two situations are explored: the permanence of some enslaved under the dependence of their former masters and the emergence of a labor market where these individuals were inserted. Differences around the jobs, trades and occupations in the city and the countryside developed by emancipated men and women are also examined. Finally, the approach takes up a spatial perspective that allows to demonstrate mobility processes experienced by the former enslaved who inhabited the rural spaces of Corrientes.
Keywords: Abolition, Slaves, Corrientes, Itineraries, Constitution.
Introducción
En1 la Confederación Argentina, la abolición de la esclavitud quedó establecida en el artículo 15 de la Constitución Nacional2 sancionada el 1º de mayo de 1853 (Mallo, 2005, Rosal, 2001). A partir de ese año, las provincias desarrollaron tareas orientadas al control fiscal y administrativo de los esclavizados existentes en sus territorios (Candioti, 2021, pp. 222-223). Eso originó numerosos procesos de tasación y registros de esclavizados en las provincias de Santa Fe, Mendoza y Corrientes. En esta normativa constitucional no se definió ningún patronato para los antiguos esclavos y amos. Los esclavizados liberados empezaron a gozar de la plena libertad para elegir el medio o trabajo honesto (Candioti, 2021, pp. 223-224).
En el caso correntino, durante el gobierno de Juan Gregorio Pujol3 se inició el proceso de abolición de la esclavitud mediante el cumplimiento de la CN. A raíz de esta política, se buscó tener un conocimiento cabal del número de esclavizados existentes y se pidió a los dueños de estos que presentaran sus documentos de propiedad para elaborar las cartas de libertad. Esto dio origen a la elaboración de los Registros de Asiento y Esclavatura, documentos que otorgaban la libertad y cerraban el ciclo abolicionista en la provincia de Corrientes. Sin embargo, el gobierno local intentó regular la transición del trabajo esclavo al libre a partir de la figura del sirviente, una nueva condición de dependencia laboral que emergió y se mantuvo poco tiempo en el espacio correntino.
Desde 1854, los esclavizados empezaron a incorporarse al mundo laboral correntino desarrollando diferentes oficios y ocupaciones. En el espacio urbano, las antiguas esclavizadas se mantuvieron trabajando en el servicio doméstico durante algunos años tras la abolición. En la campaña, los itinerarios laborales fueron diferentes para varones y mujeres; estos desarrollaron desplazamientos y movilizaciones para mejorar sus condiciones de vida. Las antiguas esclavizadas se incorporaron al mundo artesanal o a la incipiente industria rural.
A lo largo del artículo ofrecemos un estudio centrado en el proceso de la emancipación. En el momento de la abolición, caracterizamos morfológicamente a la población liberada por el gobierno correntino en 1854. En el momento posterior, examinamos las nuevas formas laborales que emergieron en la ciudad y la campaña y, también, el accionar del gobierno correntino en cuanto a la regulación del trabajo libre. Desde un enfoque centrado en el sujeto emancipado, indagamos en los márgenes de acción y adaptación que desarrollaron en sus formas laborales y de movilidad en la ciudad y campaña correntinas
El artículo se estructura en tres apartados: una presentación de los estudios abolicionistas en América Latina y en Argentina, la situación de Corrientes en tiempos de la abolición y finalmente, el abordaje sobre las trayectorias laborales de los esclavizados en tiempos de abolición desde 1854 hasta 1895. El primer apartado apunta a presentar un breve estado del arte de las investigaciones históricas que problematizan la cuestión de la abolición y a situar nuestro análisis en un contexto historiográfico más amplio. El segundo apartado se orienta a caracterizar la situación poblacional y económica de la provincia antes de 1854, y centrado en la abolición, reconstruir quiénes eran los sujetos que alcanzaron la libertad en 1854. En el tercer apartado, el abordaje de las trayectorias de los antiguos esclavizados nos permite examinar sus formas de trabajo en la ciudad y la campaña entre 1857 y 1869.
Para poder avanzar en estos objetivos, exploraremos diversos corpus documentales que se conservan en el Archivo General de la Provincia de Corrientes. Para el momento previo a la abolición, trabajamos con la correspondencia oficial y los expedientes administrativos. En relación a la esclavitud, examinamos los registros de asientos de esclavatura y concesión de libertad. Para el período posterior, exploramos dos empadronamientos: el Censo Confederal de 1857 y el Primer Censo Nacional de 1869. Estas fuentes permiten conocer los oficios, ocupaciones, estructura doméstica y nuevas dependencias de los esclavos liberados.
La abolición y la historiografía argentina. Nuevas formas metodológicas
La emancipación de la esclavitud fue un proceso histórico[4] prolongado, ambiguo y complejo en los diferentes países americanos. Los clásicos abordajes historiográficos habían apuntado a explorar la normativa constitucional que ponía fin al sistema esclavista en las naciones republicanas americanas (Feliu, 1942; Klein y Vinson, 1986). Con el avance historiográfico, se indagaron los procesos de declinación de la esclavitud, por ejemplo la organización de la producción, el grado de mecanización y ambiente socio-político circundante a la abolición (Scott, 2001, p. 15).
Desde una visión en el esclavizado, las discusiones y abordajes historiográficos en Cuba, Brasil, Colombia, Perú y otros espacios americanos se orientaron a problematizar las formas laborales y de vida en la emancipación (Aguirre, 1993; Borucki, 2009; Cáceres, 2021; Cruz Rodríguez, 2008; Olveda Legaspi, 2013; Scott, 2001; Sosa, 2021; Vinatea, 2014; Zeuske, 2014). En relación a este proceso, los historiadores han intentado explicar las formas de vida y laborales post-abolición; lo que implicó conocer en detalle si los esclavos liberados dejaron a sus amos por nuevos patrones generando su independencia laboral e incluso problematizar la autonomía laboral de estos sujetos. Así la renovada historiografía brasileña y cubana problematizó los espacios de libertad que desplegaron los antiguos esclavizados en tiempos de abolición (Chalhoud, 1990; Mattos, 1993; Scott, 2001). Una lectura de la emancipación que dejaba la superestructura económica para observar al ras del suelo a partir de ciertos individuos qué negociaciones y acciones desplegaban en su cotidianeidad.
En Argentina, los estudios sobre la abolición han sido un poco más fragmentados y reducidos. En la historiografía se dieron explicaciones generales referidas a la abolición (Candioti; 2012; Mallo, 2012) pero también se desarrollaron estudios locales en los cuales los historiadores intentaron explicar cómo fue el proceso abolicionista en cada espacio provincial. Esto implicaba analizar normativas locales, aplicación de indemnizaciones e incluso determinar cuántos esclavizados aún quedaban en las provincias y cuál fue el alcance del proceso legal (Candioti, 2021). Para el caso de Mendoza, San Juan y San Luis, el estudio de José Luis Masini analizó la constitución provincial de San Luis y el decreto del 26 de julio de 1853 promulgado en la provincia de Mendoza; además también indagó en los procesos de tasación y el pago recibido por la libertad de los esclavizados (Masini en Candioti, 2021, p. 222). Para el caso santafesino, Pistone caracterizó la constitución de las Comisiones Clasificadoras y el decreto del gobernador Manuel Leiva (1996, p. 72). Magdalena Candioti, en cambio, exploró la aparición de un trabajo libre y rentado sujeto a la vigilancia de la policía (2021, p. 223). En Córdoba, se estudió el accionar del gobernador Alejo Guzmán que fijó normativas para el proceso de indemnización y el accionar de los esclavizados para reclamar incumplimientos en la concesión de libertades (Candioti, 2021, pp. 224-225).
Las miradas sociales y laborales sobre la abolición en las provincias argentinas surgieron en los últimos años y estuvieron un poco acotadas a algunos espacios rioplatenses. En el caso de Buenos Aires, Miguel Ángel Rosal visualizó aristas sociales del proceso como una esclavitud doméstica más o menos disfrazada en tiempos post-abolicionistas (Rosal, 1994, pp. 18-19). En la jurisdicción entrerriana, Francisco Sosa examinó las trayectorias individuales de María Maruri y Salvador Antunes y logró determinar que estos esclavizados liberados habían abandonado las relaciones laborales con sus antiguos amos y habían conseguido ingresar como trabajadores asalariados. En el caso de Corrientes, las investigaciones históricas han permitido establecer cuántos esclavizados quedaban en el suelo correntino en tiempos de la abolición (Valenzuela, 2019; 2020). Sin embargo, se requería examinar a quiénes afectó la emancipación en 1854 y cómo se vieron transformadas las relaciones laborales post-abolición. Sobre estos dos objetivos avanzaremos a lo largo de este trabajo.
Para este estudio retomamos una metodología de trabajo utilizada por los historiadores en los últimos años, es decir, las trayectorias de vida5, especialmente, a la hora de estudiar los itinerarios de ex esclavos en tiempos de la post-abolición. Para lo cual, la mirada se centraba en un sujeto y en todos los momentos de su vida, que podría rastrearse en diversas fuentes. Desde la vida del individuo, se lograban observar un conjunto de fenómenos sociales, como, por ejemplo, la abolición.
La situación laboral y económica en Corrientes previa a la abolición
A mediados del siglo XIX, la provincia de Corrientes tenía unos 84.570 habitantes que se encontraban distribuidos en 18 departamentos y en 24 ciudades, pueblos y pequeños poblados. Desde el punto de vista territorial, el hecho más importante había sido la incorporación de tierras de la costa del río Uruguay, pertenecientes a los departamentos de Paso de los Libres, San Martín, Alvear y Santo Tomé.
La economía correntina había iniciado una etapa de crecimiento tras finalizar la guerra contra el Rosismo. Esta nueva etapa estaba caracterizada por un significativo aumento en el valor de las exportaciones debido a la fuerte alza en el precio de los principales frutos y nuevas vinculaciones comerciales con Buenos Aires, Montevideo, Entre Ríos y el Brasil (Schaller, 2008, p. 147). Se remitían cueros y subproductos vinculados al funcionamiento de saladeros y graserías, vacunos y equinos. Además, se había producido una leve recuperación de la agricultura a partir del auge de los cítricos y del maíz; y un fuerte dinamismo de la explotación forestal.
El desarrollo económico requería mano de obra para este mercado laboral diversificado en la provincia. Las formas laborales coexistentes eran diversas: el trabajo libre, trabajo esclavo y sistemas de coacción extraeconómicos. Desde finales del siglo XVIII, había indicios de formas laborales libres por las cuales los trabajadores recibían el pago del salario en metálico (Chiaramonte, 1995, p. 115). En 1825 y 1826, se reglamentó el conchabo como un sistema de coacción extraeconómica, y a este se sumaron las formas de población6. Acompañando estas formas laborales, se mantenía la esclavitud doméstica y rural que aseguraba mano de obra en las estancias, chacras y casas de los vecinos correntinos. Hacia 1841, se contabilizaron unos 466 esclavizados que iban adquiriendo la manumisión por diversas vías.
a) ¿Cómo se llevó adelante la abolición de la esclavitud en Corrientes?
La abolición de la esclavitud se inició en 1854 durante el gobierno de Juan Gregorio Pujol a partir de una serie de disposiciones. La primera disposición implicó relevar a los esclavizados que había en la provincia de Corrientes registrando sus nombres, edades y ocupaciones. Este relevamiento contabilizó a unos 95 esclavizados en toda la provincia y fue desarrollado por los jueces de paz en todos los departamentos correntinos. Posteriormente, en el mismo año, Pujol estableció que los amos presentaran sus documentos de propiedad para librar las cartas de libertad. Los jueces de paz y el departamento de policía elaboraron unos 75 documentos de esclavatura y concesión de la libertad, a partir de los documentos de propiedad aportados por los amos. Estos papeles presentaron una historia de vida de cada esclavizado: lugar de nacimiento, edad, compra y costo del mismo, amo y desempeño; e incluso informaron si habían o no documentos de propiedad y, por último, otorgaban la libertad. Entre uno y otro relevamiento, encontramos que solamente 15 esclavizados fueron los mismos individuos registrados, el resto eran sujetos diferentes7. Es decir, los amos y los jueces de paz no registraron a todos los esclavizados existentes en la provincia de Corrientes.
La medida abolicionista generó desconcierto en los propietarios que reaccionaron escondiendo sus esclavizados ante el miedo de no recibir la indemnización y perder el dinero que representaba su propiedad. Los esclavizados acusaban a las autoridades y a los amos por ocultarlos8. Los amos alegaban que no contaban con los papeles de propiedad como excusa que impedía la formulación de las cartas de libertad. Múltiples acciones dificultaban y entorpecían el proceso de otorgamiento de la libertad de los esclavizados hacia 18549. Esto conducía a que no se podía saber exactamente cuántos esclavizados había en la provincia, porque no todos los amos presentaron a sus esclavizados.
Por último, la abolición no logró resolver el problema indemnización10. El gobierno tenía información precisa del valor del esclavo11 y de los años de servicio que había tenido con dicho amo, pero no desarrolló el pago a los amos, en la documentación, se alegaba que habría de esperar que la Confederación estableciera la ley especial para indemnizar a los amos. No obstante, esa ley especial nunca se aprobó. Esto derivó en que los amos no recibieron el pago de sus esclavizados cuando se otorgaron las cartas de libertad. El reclamo por la falta del pago fue una constante denuncia que efectuaron los propietarios hasta avanzada la década del 60. Concepción de Meza en su testamento, por ejemplo, señalaba que tenía un crédito pendiente contra la nación procedente del valor de una esclava suya llamada Juliana Infante12.
¿Quiénes eran los esclavizados liberados, a qué se dedicaban, cuándo llegaron a Corrientes, cuántos años tenían? Intentaremos ir esclareciendo estos interrogantes en los siguientes apartados a partir del análisis de la documentación producida en tiempos de la abolición.
B) Los esclavizados según el registro de los jueces de paz
El registro de los jueces de paz nos permite identificar a cada esclavizado por su nombre, edad, actividad laboral y el nombre de los dueños. En el cuadro N° 1, se recuperan los datos de todos los esclavizados relevados en 1854.
Lugar | Nombre de esclavizado/a | AÑO | Oficio/profesión | Dueño |
Capital | Catalina González | 43 | Cocinera | Felipe González |
Capital | Margarita González | 45 | Lavandera | “ “ |
Capital | Mariano Martínez | 40 | Peón | Genaro Nibeiro |
Capital | Candida Vedoya | 40 | Cocinera | “ “ |
Capital | Alejo Cabral | 58 | Cocinero | Leocadia L de Cabral |
Capital | Petrona Castro | 46 | Cocinera | Dominga Latorre |
Capital | María Torrent | 50 | Lavandera | Juan Torrent |
Capital | Manuela Torrent | 42 | Planchadora | “ |
Capital | La Paz | 46 | Cocinera | “ |
Capital | Teodora Mantilla | 44 | Sastre | Benito Mantilla |
Capital | Carmen Mantilla | 52 | Cocinera | “ |
Capital | Juan Vedoya | 50 | Labrador | Agustina de Vedoya |
Capital | Francisco Vedoya | 48 | “ | “” |
Capital | Francisca Carbia | 43 | Todo servicio | Mercedes de Carbia |
Capital | Luisa Cossio | 58 | Cocinera | Estanislada de Cossio |
Capital | Petrona Gramajo | 60 | Cocinera | Bernardina Gramajo |
Capital | Bonifacia Gramajo | 40 | Lavandera | “” |
Capital | Eugenia “ muda | 34 | Inútil | “”” |
Capital | Dorotea Latorre | 46 | Todo servicio | Dominga Latorre |
Capital | Antonino Latorre | 44 | Zapatero | “” |
Capital | María Ana Perichon | 57 | Cocinera | Pastora María de Perichon |
Capital | Rosario Palacio | 40 | Cocinera | Ángeles Araujo |
Capital | Mercedes Fernández | 50 | Mucama | Brígida de Vivar |
Capital | Petrona Salcedo | 60 | Cocinera | José Luis Guien |
Capital | Isidora Vidal | 58 | Cocinera | José Vidal |
Capital | Gregoria Billegas | 44 | Cocinera | Romana Arriola |
Capital | Cecilia Obregón | 48 | Todo servicio | Miguel Obregón |
Capital | Nicolasa Obregón | 46 | Todo servicio | Miguel Obregón |
Capital | Juliana Molinas | 40 | Cocinera | D Raymundo Molinas |
Capital | Catalina Molinas | 41 | Cocinera | D. Raymundo Molinas |
Capital | Celestino Molinas | 41 | Albañil | “ |
Capital | Manuel Molinas | 55 | Curtidor | “ |
Sección | Bacilia Cossio | 60 | Cocinera | Rosa Cossio |
Sección | Feliciana Cosio | 50 | Planchadora | Rosa Cossio |
Sección | Magdalena Cosio | 40 | Lavandera | Rosa Cossio |
Sección | Francisca Cueto | 62 | Cocinera | Mercedes Cueto |
Sección | Catalina Cueto | 45 | Planchadora | Mercedes Cueto |
Sección | Rosario Cosio | 42 | Cocinera | Modesta Cossio |
Mburucuya | Damiana Flores | 48 | Jacinto Flores | |
Mburucuya | Ana Flores | 43 | Rosa Ortiz | |
Mburucuya | Juan Gil Flores | 41 | Labrador | Eusebio Flores |
Mburucuya | Petrona Flores | 42 | Eusebio Flores | |
Mburucuya | Pedro Solis | 40 | Labrador | Luis Galarza |
Mburucuya | Agustín Solis | 45 | Labrador | Andres Galarza |
Mburucuya | Juana Comisario | 44 | Rosa Comisario | |
Mburucuya | Marcelo Ojeda | 50 | Labrador | Rosalia Flores |
Mburucuya | Anastacia Lopez | 48 | Esteban Pacheco | |
Mburucuya | Maria Solis | 40 | Pedro Antonio Silva | |
Mburucuya | Juana Gomez | 42 | Placida Gomez | |
Mburucuya | Maria Gomez | 44 | Placida Gomez | |
Itaty | Domingo Maydana | 80 | Labrador | Ambrocio Maydana |
Itaty | Magdalena Cueto | 90 | Estanislao Cueto | |
Itaty | Victoriano | 37 | cantor de coro y organista | Iglesia |
Itaty | Rosa | 46 | peón de todo trabajo | Iglesia |
Itaty | Vicencia | 39 | Sirvienta | Iglesia |
Itaty | Pilar | 40 | Invalida | Iglesia |
Ensenada | Dominga Zacarias | 48 | manejo ordinario de criadas | Alejandro Zacarias |
San Luis del Palmar | Leandro Aquino | 43 | Labrador | Marcelino Duarte |
San Luis del Palmar | Dionicio Nuñez | 54 | Marcos Duarte | |
San Roque | Juan de Rosa Ballejos | 50 | Labrador | Jose Antonio Romero |
San Roque | Manuel Fernandez | 47 | Maria del Rosario Benitez | |
La Cruz | Jose Meza | 30 | Pedro de Meza | |
La Cruz | (sin nombre) | Lorenza Triana | ||
SECCÍON 6 | Simona Benitez | 46 | de servicio | Jose de los Vargas |
Bella Vista | Baltazar Gauna | 41 | Labrador | Testamentarias de los Gaunas |
Bella Vista | Maria Gauna | 53 | Testamentarias de los Gaunas | |
Curuzu Cuatia | Juan Romero | 42 | Mucamo | Raymundo Romero |
Curuzu Cuatia | Antonio Sotelo | 80 | servicio de campo | Martin Sotelo |
Curuzu Cuatia | Romualda Ramirez | 50 | Cocina | General Ramirez |
Curuzu Cuatia | Josefa Antonia Avalos | Cocina | Leonardo Avalos | |
Curuzu Cuatia | Calixta Ballesteros | 50 | Cocina | Manuel Ballesteros |
Curuzu Cuatia | Rosa Ramirez | 38 | Cocina | Manuela Ramirez |
Curuzu Cuatia | Manuela Benitez | 45 | sin un buen servicio | Jacinta Benitez |
San Lorenzo | Juan de Dios | 60 | Gregorio Cabral | |
San Lorenzo | Petrona Balenzuela Guambi | 30 | Maria Facunda Casco | |
San Lorenzo | Francisco | 40 | servicio domestico | Luciano Acuña |
Pay Ubre | Juan de Dios Gonzalez | 40 | arte zapatero | Eugenio Arebalo |
Pay Ubre | Ana Barberan | 45 | Domestica | Dorotea Arebalo |
Pay Ubre | Miguel Aguirre | 60 | Domingo Nuñez | |
Pay Ubre | Pedro Montiel | 40 | Juan Cabral | |
Pay Ubre | Solano Araujo | 36 | Domestico | Juan Cabral |
Pay Ubre | Isidoro Martinez | 34 | útil para servicio | Juan Cabral |
Goya | Antonio Pedro | 50 | servicio mecánico | vicario don Juan de los Remedios |
Goya | Birginia | 22 | Julian Rodriguez |
Las mujeres esclavizadas registradas eran unas 54 y los varones esclavizados unos 29. Las mujeres eran el 56,84% y los varones, el 43,15%. El promedio de edad rondaba en 41 años de edad.
En cuanto a su distribución espacial, unos 33 esclavizados habitaban el área urbana y unos 62 el área rural en los partidos y pagos de la campaña correntina. A diferencia de lo que ocurría en tiempos tempranos del siglo XIX, la mayoría de los esclavizados hacia 1853 habitaban el área rural (Valenzuela, 2019). Este aspecto es de singular importancia porque demuestra movilidad y cambios en la tenencia de los esclavos por parte de los vecinos de la ciudad de Corrientes hacia mediados del siglo XIX.
En cuanto a sus oficios y ocupaciones, hemos distribuido a los esclavizados según cuatro tipos de tareas laborales: las domésticas o de la casa, las rurales, las artesanales y las vinculadas a la Iglesia en el siguiente cuadro. Incluimos en el grupo de tareas de la casa a las siguientes categorías: lavandera, cocinera, planchadora, todo servicio, mucama. En las tareas rurales, agrupamos a los peones, labradores y peón de todo trabajo. En las tareas artesanales, incluimos a albañiles y sastres. Por último, registramos a los esclavizados que cumplían la tarea de coristas y organistas en la Iglesia.
En los cuarteles urbanos de la ciudad, los esclavizados presentaban oficios diferenciados según su sexo. Las mujeres tenían oficios vinculados al trabajo doméstico: cocineras, lavanderas, planchadoras, “todo servicio”13, mucama o inútil. Los varones, en cambio, presentaban oficios vinculados a algunas tareas especializadas: sastre, zapatero o albañil.
En la campaña correntina, los esclavizados mantenían la diferenciación de tareas presentada en el espacio urbano. Los varones desarrollaban tareas vinculadas a la ganadería: curtidor, peón o labrador. También desarrollaban tareas artesanales como la mecánica, la zapatería y actividades vinculadas a la Iglesia de Itati, como ser cantores. En cambio, las mujeres desarrollaban tareas domésticas asociadas a la casa. Encontramos las siguientes categorías: manejo de las criadas de la casa14, sirviente, cocina, entre otras.
c) Los esclavizados en los registros de asiento de esclavatura
Los registros de esclavatura nos permiten una identificación pormenorizada de cada uno de estos individuos que tuvo un largo pasado sujeto a la esclavización, opresión y dominación. A lo largo del análisis trabajaremos con un conjunto de variables morfológicas y económicas como la edad, procedencia, años de servicio, precio, formas de obtención.
En el cuadro N° 2, listamos a los esclavizados registrados en esta documentación e incluimos datos de sus edades, años de servicio, formas de obtención y el nombre del amo.
Nombre | Año | Edad | Años de servicio | Forma de obtención | Amo |
Jose Canciano | v | 29 | 13 | compra | Pedro Alcantara Meza |
María Bernarda | m | 50 | compra | Juliana Fraga | |
María de la Paz Alegre | m | 55 | 20 | compra | Juan Torrent |
María de la Concepción | m | 55 | 25 | compra | Juan Torrent |
Manuela Cabrera | m | 50 | 34 | compra | Juan Torrent |
Juliana Infante | m | 50 | 30 | compra | Concepción de Meza |
Gregoria Gomez | m | 51 | 26 | compra | Ramona Arriola |
Dorotea Balbuena | m | 49 | casa | Dominga Cabral de Latorre | |
Antonino Balbuena | v | 47 | casa | Dominga Cabral de Latorre | |
Juana Paulina Gonzalez | m | 60 | casa | Ramon de Galarraga | |
Pedro Martir Gonzalez | v | 54 | casa | Ramon de Galarraga | |
Tomas Torres | v | 51 | donacion | Ramon de Galarraga | |
Dolores Gonzalez | m | 50 | casa | Ramon de Galarraga | |
Francisca de Paula Peres | m | 47 | casa | Manuel Ignacio Lagraña | |
Maria del Carmen Machado | m | 52 | 20 | compra | Bernarda Romero |
Teodoro Bargas | m | 48 | 28 | compra | Bernarda Romero |
Teresa Valdes | m | 60 | 11 | compra | Dolores Mantilla |
Cecilia Obregon | m | 47 | casa | Miguel Obregon | |
Nicolasa Obregon | m | 45 | casa | Miguel Obregon | |
Anastacia Lagraña | m | 45 | 10 | compra | Jose Fonteneau |
Victoria Pampin | m | 64 | casa | Fermin Felix Pampin | |
Francisca Atienza | m | 50 | 24 | compra | Encarnacion Atienza de Alsina |
Maria de la Cruz Solis | m | 70 | 30 | compra | Antonio Ruda |
Romana Torres | m | 57 | herencia | Francisca Javiera Soto | |
Serafina Cabral | m | 50 | compra | Manuel Fernandez | |
Bonifacia Perrugorria | m | 48 | casa | Maria de Jesus Perrugorria | |
Martina Marques | m | 44 | casa | Maria de Jesus Perrugorria | |
Jose de Azula | v | 50 | compra | Teodoro Gauna | |
Rosario Palacios | m | 45 | 5 | compra | Maria de los Angeles Araujo |
Juana Gomez | m | 50 | compra | Jose de los Santos | |
Tomas Lopez | v | 50 | casa | Juan Bautista Lopez | |
Blas Lopez | v | 47 | casa | Juan Bautista Lopez | |
Luisa Fernandez | m | 52 | 15 | compra | Doroteo Cabral |
Mercedes Fernandez | m | 59 | compra | Brigida Arujo de Vivar | |
Catalina Molinas | m | 43 | casa | Raymundo Molinas | |
Manuel Molinas | v | 70 | compra | Raymundo Molinas | |
Juliana Molinas | m | 50 | cambio | Raymundo Molinas | |
Celestino Baes | v | 50 | compra | Raymundo Molinas | |
Juan Jose Benitez | v | 65 | casa | Teodoro Bedoya | |
Francisco Pingacho | v | 65 | 35 | compra | Teodoro Bedoya |
Feliciana Coscio | m | 45 | herencia | Teodoro Bedoya | |
Magdalena Coscio | m | 43 | herencia | teodoro Bedoya | |
Francisca Torres | m | 64 | casa | Teodoro Bedoya | |
Catalina Coscio | m | 42 | herencia | Teodoro Bedoya | |
Mariano Martinez | v | 40 | compra | Rafael Nibeiro | |
Manuel Torres | v | 46 | 8 | compra | Teodoro Gauna |
Pablo Cossio | v | 60 | compra | Lorenzo Escobar | |
Silveria Gomez | m | 45 | compra | Juana Achineli | |
Solanas Araujo | m | 52 | compra | Tiburcio Fonseca | |
Pedro Pacheco | v | 50 | 15 | compra | Leocadia Latorre de Cabral |
Sebastian Rojo | v | 50 | 16 | compra | Rafaela Cardoso |
Felipe Santiago Soto | v | 55 | 28 | compra | Juan Jose Lencinas |
Maria Catalina Geneyro | m | 50 | 31 | compra | Juan Jose Lencinas |
Petrona Guambi | m | 48 | 26 | compra | Facunda Casco |
Tomas Galarza | v | 60 | 16 | compra | Mercedes Carballo |
Eusebio Sanchez | v | 40 | 23 | compra | Victoriana Sanchez |
Francisca Gomez | m | 41 | 29 | compra | Isabel Barrios |
leandro Duarte | v | 45 | 19 | compra | Marcelino Duarte |
Baltazar Gauna | v | 50 | 45 | compra | Juana Gauna |
Lucia Aguirre | m | 43 | 25 | compra | Norbesrta Cena |
Candida Aguirre | m | 50 | 28 | compra | Norberta Cena |
Rosa Maciel | m | 60 | 28 | compra | Donato Gauna |
Magdalena Coscio | m | compra | Hilario Garcia | ||
Domingo Maydana | v | 79 | 22 | compra | Ambrocio Maydana |
Eustaquia Florinda | m | 50 | 38 | compra | Manuel Duarte |
Carlota | m | 40 | 32 | Juan Napunoceno Alegre | |
Vicencia Olechar | m | 50 | 42 | Juan Napunoceno Alegre | |
Toribio Gomez | v | 50 | 40 | Juan Napunoceno Alegre | |
Larrosa Olechar | v | 55 | 40 | Juan Napunoceno Alegre | |
Jose Baltazar centurion | v | 49 | 7 | herencia | Josefa Nuñez de Caceres |
Celestina Silva | m | 50 | herencia | Maria Isabel Silva | |
Baltazar Silva | v | 45 | 20 | herencia | Maria gregoria Silva |
Eugenio Isan | v | 54 | herencia | Jose Tomas Isan | |
Agustín de la Roca Cabrera | v | 45 | 27 | compra | Juan Jose |
Vicencia Sanchez | m | 50 | 20 | compra | Rosalia Zalazar |
La primera lectura del cuadro puede hacerse en torno a la distribución de mujeres y varones esclavizados. Se registraron unas 47 esclavizadas (62,6%) y unos 28 esclavizados (37,3%). Este porcentaje refleja una marcada concentración de esclavizadas en tiempos de abolición. El predominio de mujeres esclavizadas en Corrientes fue uno de los aspectos significativos de la esclavitud en este espacio, cuestión semejante a lo que ocurría en otros territorios americanos (Valenzuela, 2020). El registro de un mayor número de mujeres tiene correlación con las concesiones de libertad que también recaían en ese sexo.
La otra lectura que puede hacerse es en torno a la edad de los esclavizados, una variable morfológica central que nos lleva a considerar el nacimiento y la procedencia de estos individuos. Más de 41 años, supondría que habían nacido antes del 31 de enero de 1813, fecha en que se estableció el cumplimiento del decreto de Libertad de Vientres, por lo que se deduce que no pudieron acceder a este beneficio dictado por la Asamblea General Constituyente (Candioti, 2016; Valenzuela, 2017). Como se observa en el siguiente gráfico, unos 27 individuos tenían entre 40 y 50 años; unos 34 entre 51 y 60 años; unos 9 entre 61 y 70 años y 3 individuos tenían más de 70 años. El mayor número de esclavizados tenía edades superiores a los 41 años, es decir, habían nacido durante los últimos años del período colonial, entre 1790 y 1810.
De los esclavos mayores de 40 años, identificamos dos grupos: los oriundos del territorio correntino en tiempos anteriores a la Libertad de Vientres y los procedentes de otros territorios como el caso de María del Carmen Machado que se compró por doscientos setenta y cinco pesos y había nacido en África.
Los esclavizados menores a los 41 años eran 5 individuos, en estos casos, la edad era un dato muy relativo. Cada uno tenía una historia e itinerario de vida particular que nos lleva a repensar por qué no gozaron de la condición de libertad. Dos de ellos proveían de otros espacios cercanos a Corrientes, como por ejemplo, Jose Canciano que había nacido en San Borja e ingresado en la provincia en la década del 4015. El resto de los esclavizados habían nacido en la provincia y tenían alrededor de 40 años, es decir, habían nacido en 1814 o 1813 aproximadamente. Por ejemplo, Eusebio Sánchez tenía 40 años, era natural de la provincia y tenía 23 años de servicio a su ama actual16.
En el caso de estos esclavizados, los documentos señalan que los individuos reconocían a sus amos y no discutían su libertad en estos casos. Por otro lado, los esclavizados provenientes de San Borja, Mina, Guinea, África17 no gozaron de la libertad por pisar el suelo libre18. Aunque informaban los años de servicio con los amos, no brindaban mayores precisiones de cuándo habían ingresado al territorio correntino.
En el gráfico N° 3 se establecen los lugares de nacimiento consignados en la documentación. Como se observa, unos 62 eran naturales de Corrientes y el resto se distribuían de otras ciudades rioplatenses y territorios externos. En el caso de los individuos que mencionaban ser de África registraban como lugares de origen a Guinea, Benguela o África. En el caso del Brasil, habían arribado de San Borja y Mina.
Los cinco esclavizados de África habían sido comprados entre 1810 y 1843, y tenían muchos años de servicio a cargo de sus amos. Por ejemplo: Teresa Valdés tenía 60 años, unos 11 años de servicio y había sido comprada en 1843. De la misma forma, los esclavos procedentes de Brasil y las ciudades del Río de la Plata eran esclavos que los amos correntinos los habían comprado y llevado a Corrientes. En otros dos casos se habían obtenido por cambios o herencia de esclavos o de bienes. La esclava procedente de Santa Fe, Juliana Molina había sido cambiada por un vecino, Don Salvador Espeleta, del Paraná a un mercader destacado de Corrientes, Raymundo Molina. El esclavo Eugenio Isan, procedente del Paraguay, había sido dado en herencia por el padre, José Tomas Isan, que habitaban la república.
El tiempo de servicio de los esclavos con sus amos era un dato sumamente necesario para el control desarrollado por el gobierno correntino. Los años de servicio servirían para definir el costo de la indemnización a los dueños o propietarios. Un gran porcentaje no definió los años de servicio que habían cumplido con los propietarios. En estos casos, los esclavos habían nacido en la misma casa del amo o fueron heredados de los padres, con lo cual, desde su nacimiento habían servido al mismo amo. El dato de los años de servicio era semejante con la edad del individuo. Por ejemplo: “Francisca de Paula Peres había nacido en 1807 de madre esclava en la casa de Manuel Ignacio Lagraña que representaba a Mercedes Gramajo”19.
El dato de los años de servicio se volvía necesario y fundamental para los esclavos que habían sido comprados por el amo que los declaraba. En esos casos, el documento que avalaba la posesión era la carta de compra-venta que tenía además la información sobre el valor del esclavo. Como se observa en el cuadro n° 4, 36 esclavizados no informaron sus años de servicio. Pero estos habían servido más de 40 años de trabajo para sus amos. El promedio estimado de años de servicio era de 51 años aproximadamente.
El cuadro expone una situación central: largos años de servicio para un mismo amo que se extendían de 11 a más de 40 años. Este aspecto es de singular importancia para pensar qué posibilidades laborales tendrían post-abolición o sobre todo, para pensar cómo se enfrentarían al mundo laboral si habían servido a un mismo amo casi la mitad de su vida.
Los registros de esclavatura y concesión de libertad no solo nos sirven para conocer quiénes eran los esclavos; sino, sobre todo, para dar cuenta de cómo los amos obtuvieron a estos esclavizados y conocer si tenían o no en su poder algún documento que certificara la propiedad. El gráfico 5 sistematiza las 5 formas de obtención de los esclavos: la compra, la herencia, el nacimiento en la propia casa, el cambio de esclavos y la donación.
En el 46,3% de los casos fueron obtenidos por la compra; en estos casos, los amos presentaban sus certificados de compra. En el 17,3% de los casos eran esclavizados que nacieron en el propio hogar del amo, por lo cual, los amos no solían contar con la documentación que testifique su posesión. Esa razón obligaba a los jueces a preguntar a los esclavos si sabían y conocían a sus amos, en estos casos, la palabra del esclavizado constituía la prueba fiel de posesión. En el 9,3% de los casos habían sido entregados en herencia por vía testamentaria. Aquí los testamentos eran la prueba de la posesión que acompañaba la presentación. El 2,3% constituía una donación graciosa de vecinos correntinos a la Iglesia de Nuestra Señora de Itati y al Convento de San Francisco. Por último, el 2,3% de los casos eran un cambio, intercambio o trueque de bienes por esclavizados.
Las fuentes trabajadas nos permiten considerar quiénes eran los dueños de esclavos hacia mediados del siglo XIX. Las familias tradicionales y principales de Corrientes eran las que retenían esclavos entre 1853-1854. Con respecto al número de esclavos a su cargo, unos 55 amos presentaron tan solo 1 esclavo a los jueces de paz y 20 un número mayor. Lo que nos permite relacionar con el proceso de manumisión que se venía dando a lo largo del siglo. Las familias, poco a poco, fueron concediendo la libertad antes de la abolición (Valenzuela 2020a).
Los itinerarios post-abolicionistas
En el escenario local, encontramos que se fueron estableciendo algunos dispositivos normativos para reglamentar el paso del trabajo esclavizado al libre. El Estado provincial reglamentó una normativa local que definía nuevas relaciones y dependencias para los antiguos esclavos20. Esta normativa establecía dos figuras laborales y legales: los sirvientes21 y los patrones. Los esclavizados se convirtieron en sirvientes y los amos en patrones. Los primeros debían respeto y sumisión al patrón y los segundos debían asegurar la educación, ejemplo moral, la ropa necesaria a su ejercicio, la abstención de castigos rigurosos y servicios extemporáneos y superiores a su fuerza o estado de salud y la moderación en el proceder y tratamiento con el sirviente22. El patrón podía conservar a su sirviente mientras cumpliese con sus obligaciones anteriores, de lo contrario, el sirviente podía recurrir al juez respectivo con el fin de exigir la separación de la casa del patrón y avisar al gobierno para que se le documente provisoriamente.
En Montevideo, Cuba, Colombia e incluso otras provincias del Río de la Plata habían aparecido normativas semejantes que apuntaban especialmente a la necesidad de reglamentar las formas laborales emergentes y controlar la mano de obra por medio de la policía o los jueces de paz (Borucki, Chagas y Stalla, 2004; Scott, 2001)23. En el caso de Santa Fe, la disposición del gobernador Manuel Leiva establecía la necesidad de informar el medio o trabajo honesto para adquirir subsistencia a la policía (Candioti, 2021, p. 224).
A pesar de que se reguló y fijó esta normativa, encontramos en la correspondencia oficial una definición aportada por el juez de paz Martín Ballejos. El mismo, cuando habla de la condición del sirviente, establece que el esclavo tenía dos caminos: “quedarse al servicio de sus amos como sirvientes o separarse a buscar subsistencia libremente con gusto”24. En el caso del amo, el paso del esclavizado al sirviente no implicaba un cambio sustancial en las relaciones laborales, económicas y familiares. Por lo cual, ese desenlace explicaría por qué no encontramos reclamos de resarcimiento tras la abolición, salvo referencias en los testamentos. Los amos no necesitaban que se les abonara el dinero correspondiente a sus esclavizados si los seguirían teniendo a su cargo bajo la condición de sirvientes (Valenzuela 2020b).
El estudio de las trayectorias individualizadas de antiguos esclavizados nos permite observar los caminos e itinerarios laborales desplegados por estos. Siguiendo la renovada historiografía brasileña, nos preguntamos por la precariedad y los espacios de libertad para elegir nuevos itinerarios laborales post-emancipación.
Apelando a los nombres que teníamos de todos los esclavizados en 1854, se los buscó en los censos de 185725 y 186926. En este sentido, los nombres y apellidos fueron la forma de identificarlos y seguirlos en los registros. De los cuales, hemos podido encontrar 12 esclavizados viviendo en el área urbana de la ciudad; y unos 23 esclavizados en el área rural. En los siguientes apartados, analizamos las formas laborales desarrolladas en la ciudad y campaña de forma diferenciada, y también, examinamos si llegaron a establecer unidades domésticas dependientes o independientes a sus patrones.
a) Los itinerarios laborales desplegados en el área de la ciudad
En el espacio urbano, nos hemos encontrado con 12 antiguos esclavizados liberados que seguían habitando los cuarteles de la ciudad. De estos 12 individuos, 11 eran mujeres y 1 hombre. Este aspecto es de singular relevancia porque nos permite observar un mayor predominio de presencia femenina en la ciudad.
Con respecto a los itinerarios laborales, encontramos tres situaciones: los esclavizados que seguían trabajando para sus antiguos amos bajo la condición de sirvientes; los que habían cambiado de patrón; y los que habían constituido una propia unidad doméstica independiente.
En el caso de las esclavizadas, organizamos los itinerarios laborales en tres momentos: 1854, 1857 y 1869. En el siguiente cuadro, sistematizamos para quiénes trabajaban, sus oficios y ocupaciones:
Esclavizadas | En tiempos de la abolición -1854- | Dependencia laboral en 1857 | Actividad u oficio | Dependencia laboral en 1865 | Actividad u oficio |
Magdalena Cossio | Teodoro Bedoya | Francisca Beláustegui | Doméstica | Rosa de Cossio | Doméstica |
Feliciana | Doméstica | ----- | ------- | ||
Francisca Cossio | Cocinera | ----- | ---- | ||
Catalina Cueto | Doméstica | ----- | ---- | ||
Teresa Valdés | Bernarda Romero | Joseph de Noga | Cocinera | ----- | ---- |
María Gomez | Plácido Gomez | Basilio Gómez | Lavandera | ----- | ---- |
Carmen Machado | Bernarda Romero | Transito Atienza | Sirviente | Daniel Rivero | Lavandera |
Victoria Pampín | Don Fermín Felix Pampin | Sirviente | ---- | ---- | ----- |
En los primeros 7 casos, las mujeres esclavizadas habían cambiado de amos en tiempos de post-abolición, lo cual lo marcamos con un color amarrillo en el cuadro. El cambio de patrones parece ser una cuestión recurrente en el mundo laboral urbano de Corrientes. Estas mujeres vivían con sus patrones y formaban parte del servicio doméstico, o sea, prestaban servicios personales para realizar tareas vinculadas a la reproducción cotidiana de los miembros de una familia (Allemandi, 2012, p. 399). A pesar de haber cambiado de patrones, estas antiguas esclavizadas seguían desempeñando una esclavitud doméstica más o menos disfrazada, como señala Miguel Ángel Rosal para el caso porteño (1994, p. 183).
El único caso de una esclavizada que aún se mantenía con el mismo amo, el de Victoria Pampin27 ilustra que todavía tiempo después de la abolición seguía en la casa de don Fermín Felix Pampin28. Este caso demuestra que no todos buscaron nuevos caminos laborales; Victoria siguió formando parte de su antigua unidad doméstica. Ella trabajaba junto a otras sirvientas como Casilda y Gerónima Pampin. En este sentido, vivir con el antiguo amo daba cuenta de la fragilidad laboral y de los cortos márgenes de independencia laboral que se daban en el espacio urbano de la ciudad de Corrientes. Y si centramos la Mirada en los cambios o rupturas laborales, esta esclavizada seguía formando parte del servicio doméstico; con lo cual la abolición no habría representado una gran ruptura en su vida laboral.
En el caso de los varones, solo un esclavizado se encontraba habitando la ciudad y con una unidad doméstica propia. Manuel Torres, esclavo proveniente de Buenos Aires de Teodoro Gauna, había alcanzado la libertad y se desempeñaba como albañil. Su unidad doméstica estaba compuesta por su esposa, Rosario Pintos, y su pequeño hijo Faustino Torres.
En el caso de las mujeres, dos antiguas esclavizadas vivían en forma independiente a cualquier patrón y eran cabeza de familia; o sea tenían una unidad doméstica independiente en la ciudad de Corrientes. Juana Paulina Gonzalez tenía una casa en la ciudad propia29 y vivía junto con María de los Ángeles, Juana y Josefa, mujeres que se dedicaban a hilar o cocer. Dolores González que vivía junto con sus hijos: Juliana, Carmen, Celestina, Manuel, Juana y Juan Antonio30.
Con el paso del tiempo, las antiguas esclavas van a ir modificando sus trabajos y ocupaciones en el área urbana. Si tomamos el primer censo nacional de 1869, nos encontramos con María del Carmen Machado, que aparece como lavandera, o Dolores Gonzales como costurera. Lo cual, nos permite pensar en su inserción en el mundo laboral vinculado al mundo artesanal o proto-industrial, en formación en Corrientes.
b) Los itinerarios laborales desplegados en la campaña correntina
Un gran número de esclavizados había sido empadronado en el área rural de la provincia de Corrientes. En la campaña, pudimos seguir a unos 11 hombres esclavizados y unas 12 mujeres. El mundo laboral fue más diversificado en el área rural debido a los procesos socio-económicos estructurales que se estaban produciendo a mediados del siglo XIX. Se requería mano de obra para atender las actividades ganaderas en constante auge y existía una gran disponibilidad de tierras que permitió la adjudicación de estas a particulares (Schaller, 2014-2015). Estas situaciones coyunturales explican la inserción laboral de los antiguos esclavizados y la posibilidad de construir sus propias unidades familiares en la campaña correntina.
Los varones esclavizados siguieron ocupándose de las actividades vinculadas al campo, por esa razón, los encontramos siendo jornaleros, labradores o peones como se observa en el siguiente cuadro. Pero la diferencia sustancial en estos años de post-abolición radica en la movilización, migración y dispersión en diferentes espacios de la campaña correntina. A lo que se suma que estos pudieron convertirse en estancieros en la región de Caa-Caty, aspecto que denota cierta movilidad social ascendente en una coyuntura de crecimiento económico y requerimiento de mano de obra en el mercado laboral rural.
Nombre del esclavizado liberado | Ocupación | Lugar | Año |
Balentin Monzon | Labrador | Caa-cati | 1869 |
Cayetano Monzon | Estanciero | Caa-cati | 1869 |
Manuel Antonio Monzón | Estanciero | Caa-catí | 1869 |
Juan Monzón | Labrador | San José de Feliciano (Entre Ríos) | 1869 |
Manuel Torres | Peón | Esquina | 1869 |
Juan Fernández | Jornalero | Yaguareté Corá | 1869 |
Ciprian Maidana | Labrador | Curuzú Cuatía | 1869 |
Blas López | Labrador | Lomas | 1869 |
Juan Eusebio Sánchez | Hacendado | Ábalos, Curuzú Cuatía | 1895 |
Juan Tomas Galarza | Labrador | Empedrado | 1869 |
Pedro Martin González | Labrador | Mburucuyá | 1869 |
En la campaña se dieron mayores posibilidades para la formación de unidades domésticas propias, a diferencia de la ciudad en donde solo encontramos 3 casos. Por ejemplo, Valentín Monzón estaba casado con María Recalde y tenían varios hijos que vivían en su misma casa31. Juan Romero residía junto con su esposa Cipriana Rivero y sus tres hijos. Juan Vicente Fernández tenía su unidad familiar integrada por su mujer Victoria Beloso y sus once hijos en Yaguareté Corá32. En cambio, otros antiguos esclavizados vivían en las chacras o estancias de los patrones. Estos últimos no eran los mismos amos, sino que habían generado nuevos lazos laborales y de dependencia. Por ejemplo, Miguel Aguirre se desempeñaba como un labrador de la chacra para Simón Alegre, un comerciante de Yaguareté Corá33. Si observamos su itinerario, había abandonado a su antiguo amo y emigrado del Pay Ubre a Yaguareté Corá. Manuel Torres, también, había migrado y se desempeñaba como peón en la estancia de Marcelino Romero34. Pedro Solís, antiguo esclavo de Andrés Galarza, se transformó en sirviente de Nicacia Acuña en el partido de Mburucuyá35.
La vida laboral de las mujeres liberadas fue diversificada como se esquematiza en el cuadro 7. De las 12 esclavizadas, 4 aparecían sin profesión, 2 eran sirvientas y 6 hilanderas, tejedoras y costureras, o sea formaban parte de la denominada industria doméstica rural36. Es decir, el mayor número de antiguas esclavizadas se encontraba desempeñando tareas y oficios vinculados a una proto-industria rural37.
De estas 6 mujeres desempeñando oficios, encontramos que 4 de ellas formaron su casa en independencia a sus patrones. Lo que refleja ciertas posibilidades económicas alcanzadas con su desempeño profesional e incluso una mirada centrada en la unidad doméstica. Esto nos permite visualizar que estas mujeres eran jefas de familias que tenían a su cargo a sus hijos y estaban solas y/o abandonas. Por lo cual, era necesario encontrar en el mercado laboral correntino emergente una garantía de lograr su subsistencia para ellas y sus hijos. Esto explica su emigración en torno a mejores oportunidades para el desempeño de sus oficios. Anastacia López, antigua esclava de Esteban Pacheco, había emigrado de Mburucuyá al Partido de Lomas. En este nuevo lugar se desempeñaba como costurera y tenía una unidad doméstica integrada por sus dos hijos38. Simona Benites, antigua esclava de José Vargas, se desempeñaba como costurera en Monte Caseros y tenía tres hijos a su cargo dado que estaba viuda39. María Gauna, de la testamentaría de los Gauna de Bella Vista, se encontraba viviendo en el partido de San Luis del Palmar como costurera. En su casa, vivía junto con cinco hijos a su cargo40. Gregoria Gómez, esclava de Ramona Arriola, se encontraba viviendo en Saladas y se desempeñaba como costurera. Su pequeña unidad doméstica la integraba ella junto con sus tres hijas.
Esclavizadas | Ocupación | Lugar | Año |
Juana Esquivel | Tejedora | Caa Catí | 1869 |
María Valentina Luque | Hilandera | San Roque | 1869 |
Lorenza Monzón | Sirvienta | Caa-Catí | 1869 |
Mónica Monzón | Lavandera doméstica | Caa-Catí | 1869 |
Francisca Pérez | Sin profesión | Esquina | 1869 |
Celestina Silva | Sin profesión | Bella Vista | 1869 |
Cándida Aguirre | Tejedora | Lomas | 1869 |
Francisca Gómez | Sin profesión | Itati | 1869 |
Catalina Geneiro | Sin profesión | Empedrado | 1895 |
Manuela Cabrera | Costurera | Caa-Catí | 1869 |
Gregoria Gómez | Costurera | Saladas | 1869 |
Juana Gómez | Hilandera | Empedrado | 1869 |
En solo dos casos vinculados al trabajo proto-industrial vivían con sus patrones, como el de María Cabrera que era hilandera en la casa de Pedro Leiba, un labrador en el partido de Yaguareté Corá. Aunque la mayoría de las mujeres lograba independencia, en ocasiones, no conseguían constituir una casa propia con el peculio obtenido en los oficios requeridos en la industria rural correntina. En cambio, las mujeres que se desempeñaban en los trabajos domésticos habitaban el mismo hogar que sus patrones como Lorenza Monzón que era sirvienta en la casa de don Juan Rivera y Mónica Monzón y se desempeñaba como lavandera doméstica de don Pío González, un carpintero de Caa Catí41.
Algunas nociones finales
A lo largo del artículo hemos reconstruido el proceso de la abolición en la provincia de Corrientes. El análisis pormenorizado de diversas fuentes nos permitió desarrollar un abordaje social de los sujetos y sus formas laborales.
En una primera instancia, la nómina de los jueces de paz y los registros de asiento y esclavatura nos permitieron desarrollar un análisis en torno a un conjunto de variables morfológicas de los esclavizados. A partir de la edad, los años de servicio, la procedencia y las formas de obtención se pudo conocer y caracterizar a estos esclavizados. Por un lado, nos encontramos con unos 62 esclavizados naturales de la provincia de Corrientes y unos 13 provenientes de otros territorios. Por otro, la mayoría de los esclavizados tenían edades superiores a los 40 años, lo que implicaba haber nacido mucho tiempo antes de la Libertad de Vientres. Por último, los años de servicio y las formas de obtención de los esclavos nos permitieron observar que llevaban más de la mitad de su vida trabajando y conviviendo con su amo, aspecto central para repensar qué itinerarios laborales asumirían tiempo después de la abolición. Es decir, los esclavizados tenían una marcada permanencia de trabajo para un mismo amo en tiempos de la abolición, algo que generaba lazos parentales y de dominación.
En la segunda instancia, las fuentes censales de 1857 y 1869 nos posibilitaron realizar un rastreo de los sujetos esclavizados con el fin de determinar sus cambios en las formas de trabajo y dependencia laboral. En este aspecto, retomamos algunas nociones encontradas en la correspondencia oficial, en donde se definían los cambios de los amos y esclavos por las nuevas condiciones laborales de patrón-sirviente.
Los itinerarios nos mostraron que un porcentaje mayoritario de mujeres esclavizadas habían cambiado de patrones en el ámbito urbano, no obstante, siguieron ejerciendo actividades laborales vinculadas al servicio doméstico. Hacia 1869, encontramos estas antiguas esclavizadas desarrollando nuevos oficios, como ser lavandera y costurera. En el caso de los varones, observamos que solo un esclavizado vivía en la ciudad y había logrado su propia unidad doméstica.
En el caso de la campaña, observamos que los varones liberados pudieron gozar de unidades domésticas propias, y a su vez, sus actividades laborales se vinculaban a las tareas de labranza o ganadería. Así, los encontramos siendo jornaleros, labradores, peones en los departamentos de Lomas, Mburucuyá, Caa Catí y Empedrado. En ese sentido, los casos explorados nos permiten observar cierta movilidad y desplazamiento en el área rural en el período estudiado. En el caso de las mujeres liberadas desarrollaban oficios y tareas domésticas como costureras, tejedoras, lavanderas y sirvientas. Algunas de ellas eran cabeza de familia de unidades domésticas de la campaña, y otras en cambio, vivían en dependencias de sus patrones.
Estos itinerarios de vida nos permitieron repensar los efectos de la disposición abolicionista sancionada en la Constitución Nacional de 1853. Aunque los esclavos fueron liberados, inicialmente sus formas de vida fueron muy semejantes en el ámbito urbano. Con el paso del tiempo, observamos reconfiguraciones laborales en el caso de las antiguas esclavizadas que reflejan un mundo laboral emergente y complejo. En el ámbito rural, quizás, las posibilidades laborales fueron mayores para ambos sexos: la necesidad de fuerza laboral en estancias y chacras al sur de Corrientes, explica la constitución de sus propias unidades familiares y domésticas. Hilanderas, costureras, planchadoras y lavanderas aparecen como oficios que permitieron cierta movilidad social para antiguas esclavizadas en el área rural correntina. En el caso de los esclavizados, sus posibilidades laborales fueron más amplias en diversos espacios que obligaron a su constante movilización y migración desde el sur al centro correntino.
A futuro será necesario seguir analizando el mercado laboral correntino desde una historia social del trabajo con el fin de clarificar con mayor detalle estos cambios y configuraciones del mercado laboral para esclavizados y esclavizadas hacia mediados del siglo XIX.
Fuentes:
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Correspondencia Oficial. Tomo 139-147. Años 1853-1854.
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Censo Confederal. Foja 1-440.
Primer Censo Nacional de 1869.
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Notas