Reseñas
Entre la quimera y la realidad. Industrialización y utopía social en Jalisco (siglo XIX) de Federico de la Torre de la Torre
Saberes. Revista de historia de las ciencias y las humanidades
Historiadores de las Ciencias y las Humanidades, A.C., México
ISSN-e: 2448-9166
Periodicidad: Semestral
vol. 6, núm. 13, 2023
![]() | de la Torre de la Torre Federico. Entre la quimera y la realidad. Industrialización y utopía social en Jalisco (siglo XIX). 2021. Guadalajara, Jalisco, México. Universidad de Guadalajara. 615pp.. 978-607-571-214-7 |
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Recepción: 16 Diciembre 2022
Aprobación: 11 Mayo 2023
Entre la quimera y la realidad. Industrialización y utopía social en Jalisco (siglo XIX) de Federico de la Torre de la Torre
El texto Entre la quimera y la realidad. Industrialización y utopía social en Jalisco (siglo XIX) plantea desde el inicio una tesis sugerente: que para hacer una reconstrucción histórica de la ciencia y la tecnología, no basta solamente con abordar los desarrollos técnicos o dar cuenta del cambio tecnológico para cumplir con la tarea de elaborar una narrativa histórica acerca de la industrialización en el estado; más bien, hace falta también acercarse a las percepciones que se tenían al respecto en la época, a las ideas que estaban en boga.
De este modo, la perspectiva cultural nos permite comprender el quehacer de la sociedad mexicana en tanto la inventiva, la implementación de tecnología y el cambio colectivo. En otras palabras, el texto pretende reconstruir el proceso de aclimatación y aplicación de las ideas del socialismo utópico europeo en territorio jalisciense durante el siglo XIX. En ese sentido, destaca el planteamiento integral del trabajo, al no aislar el aspecto industrial como un ramo que se explique por sí mismo; al contrario, aquí el estudio de caso resulta el eje a través del cual es posible dar cuenta de procesos de fondo como: el desarrollo y contextualización de ciertas mentalidades (como el ya mencionado socialismo utópico, así como la confianza en la industria y el progreso material); la gestación y evolución del mutualismo y cooperativismo; o los inicios de los procesos industriales en la región.
Para demostrar claramente la importancia del planteamiento, el autor nos muestra un desarrollo historiográfico que da cuenta de la influencia del socialismo utópico y del cooperativismo en México y en la región. Observamos pues, una época de cierto “romanticismo” en el desarrollo industrializador, había una idea de progreso técnico bien cimentada en los actores de la época; pero sobre todo, estos trabajos dejan en claro que se percibía un clima donde el cambio era posible. En otras palabras, estamos en un momento histórico ciertamente alejado del nihilismo del profundo siglo XX, pues a lo largo de la obra varios de los actores que se muestran en ella, manifestarán la certeza que el progreso industrial y tecnológico podría ayudar a un mejoramiento social e iguamente la percepción que a través de estos avances era posible sentar las bases para un cambio social.
De este panorama, también quedan claras la relevancia y la novedad del estudio de caso en cuestión, ya que la obra plantea un estudio centrado en las ideas y el ámbito sociocultural. Lo anterior brinda un enfoque análítico peculiar, en comparación con otros trabajos que ponen su atención en el artesanado, los empresarios o en la difusión del socialismo en la prensa. Igualmente, creo necesario puntualizar que un estudio regional tiene, de entrada, relevancia desde que enfrenta el centralismo imperante en la historiografía.
Ahora bien, para dar cuenta del objeto de estudio, el autor desarrolla tres apartados extensos (que a su vez abarcan ocho capítulos en total). El primero es un panorama general de las ideas de la Ilustración y en particular del llamado socialismo utópico en México y Jalisco. La segunda parte da cuenta de los primeros proyectos industriales en el estado, las instituciones, los actores y las ideas. En la tercera parte se muestran cuáles fueron los nuevos desarrollos industriales, transformaciones tecnológicas y educativas, así como lo hecho concretamente bajo el ideario socialista, esto estudiando el órgano Las Clases Productoras.1 A continuación me permito hacer un breve recorrido por los apartados de la obra.
El primer capítulo, “El siglo XIX y las utopías sociales”, es de carácter contextual, elaborado principalmente con fuentes bibliográficas. Comienza con el desarrollo de las ideas de Saint Simon y Fourier, las cuales se explican como respuestas al descontento social derivado del acelerado proceso de inestabilidad, lo que generó la caída de los andamiajes que sostenían el Antiguo Régimen europeo.
Este apartado desarrolla la aclimatación de estas ideas en España y en América, como ejemplos puntuales se mencionan los Estados Unidos y Sudamérica. Pasa posteriormente a México y, finalmente, a Jalisco. Aquí es importante destacar que ciertamente estamos ante una serie de aclimataciones tempranas de las ideas fourieristas en la prensa, en sociedades mutualistas y en reglamentos. Estos elementos, por cierto, generaron cierto escozor centralista, al tiempo que moldearon el desarrollo de las clases productoras en la región, proyectando los procesos tempranos de industrialización. Por consiguiente, no es de extrañar que en ocasiones estas ideas se tomaron de una forma heterodoxa, como fue el caso de Francisco Severo Maldonado. Igualmente, destaca cómo el proceso de adaptación en ocasiones puede inferirse por los viajes o encuentros entre europeos y americanos, al igual que en la circulación de textos, en prensa y discursos, es posible reconstruir la manera cómo se fue moldeando una perspectiva colectivista relevante.
El segundo apartado, “Incubando una idea: Jalisco hacia la sociedad industrial”, también es contextual, en este caso de Guadalajara y su región. Se aborda el desarrollo institucional, poblacional y económico. Se hace especial énfasis en los flujos migratorios y su impacto en el desarrollo comercial tapatío; en la Universidad de Guadalajara; en la implementación de la Escuela de Dibujo y el Instituto de Ciencias; así como en los actores destacados de ese tiempo. Es un apartado que brinda mucho contexto para comprender lo sucedido en esta región. Vemos, parafraseando la obra clásica de Jaime Olveda, en su plenitud a la oligarquía de Guadalajara y los procesos comerciales e industriales emanados de aquella.
El tercer capítulo, “Las décadas de 1840 y 1850: en el umbral de la mecanización industrial”, se trata de un recorrido nutrido por los principales, y pioneros, proyectos industriales de Jalisco durante el siglo XIX: Compañía del Sur de Jalisco y la fábrica de papel, la Constancia de Tapalpa, la Compañía Industrial de Atemajac, el Batán, la Escoba y la Experiencia. Considero que, de fondo, aquí cabría una lectura política, especialmente por los conflictos con el centro derivados de la promoción e implementación del federalismo en Jalisco pues, evidentemente, estos desarrollos fabriles no se pueden explicar cabalmente sin comprender el proceso de recomposición de la oligarquía tapatía durante el siglo XIX y de su relación con el centro, todo lo cual sucedió en las décadas iniciales e intermedias de dicha centuria.
De este proceso de fondo se concentra el capítulo cuarto, “Industria, mutación sociocultural y educativa”, aquí se analiza la importancia que tuvieron los extranjeros, las instituciones de fomento y las escuelas en este largo proceso. La relación entre la ruptura económica y los vínculos oligárquicos derivados del movimiento independentista nos ayuda a comprender mejor la noción de recomposición decimonónica como una dialéctica de la ruptura. Resulta interesante en este apartado cómo estos extranjeros y mexicanos con estudios fuera del país trajeron consigo el ideario del socialismo utópico, especialmente fourierista (aquí nos acercamos a las vidas de los personajes centrales de la obra: Olasagarre, Sotero Prieto, Ortigosa, entre otros).
La fuente central del quinto capítulo, “Ideas de la asociación a la sombra del socialismo utópico: mediados del siglo XIX”, concentra el análisis en las obras y la prensa vinculada al socialismo utópico. Con una amplia hemerografía proveniente, principalmente de la Biblioteca Pública del Estado de Jalisco, se sustenta la tesis de una presencia notable, por lo menos en el ámbito de la opinión pública, del pensamiento utópico en Jalisco. De forma paralela, este amplio cúmulo de notas son una forma de mostrar que hubo una injerencia en el debate público al respecto de las intentonas por establecer un proyecto socialista utópico como tal. Es decir, que se pasara del análisis sesudo a la política pública. De la teoría a la acción. Lo anterior nos lleva a reflexionar sobre el impacto y el objetivo que tenía la prensa en dicho contexto, en este caso no se trataba solamente del dilemático debate político, se apostaba por implementaciones concretas.
Sin duda, este es uno de los capítulos principales del trabajo ya que demuestra la influencia e intentos del socialismo utópico francés aclimatado al caso jalisciense. También el apartado destaca por el tipo de análisis que lleva a cabo, aunque algunos personajes han sido ampliamente historiados por otros autores (el mencionado Olveda, por ejemplo), el foco de esos trabajos se sitúa en destacar su participación como empresarios o miembros de la “oligarquía”; en cambio, en este caso el análisis se concentra en la participación de estos personajes como impulsores y pioneros de las ideas del socialismo utópico en Jalisco. Considero que ese matiz dota de relevancia al apartado.
La última sección del libro concentra los casos particulares de la región jalisciense que dan cuenta de la hipótesis central. Así el sexto capítulo, “La industrialización en vísperas e inicios del porfiriato” aborda el proceso de industrialización en el estado, de fondo muestra la transformación del artesanado hacia la reconfiguración de lo industrial; especialmente a través de las fábricas de hilados y las ferrerías. También se menciona a los inversores extranjeros y nacionales; las familias adineradas que llevaron a cabo estos proyectos.
El séptimo apartado, “Motor de progreso industrial: educación, invención, comunicaciones y actividad expositiva”, se concentra en la recomposición formativa de la élite regional, no dirigida a las profesiones tradicionales, sino a las que tuvieron un impacto en el ámbito industrial y de mercado. Muchos de estos miembros de las clases altas y acomodadas buscaron tener la mejor preparación, ya sea viajando a la Ciudad de México o hacia otras partes del mundo. Estamos pues ante la participación e impacto de la Escuela de Ingenieros y de su Boletín, al igual que de los proyectos hidráulicos que tenían mucho de las ideas del utopismo. Aquí resulta sugerente resaltar el fomento a la cultura inventiva en contraposición con la promoción oficial, pues se trata de una inventiva que se dio a título personal, con base en el esfuerzo, sin una gran participación del Estado.
El último capítulo, “La inteligencia, el capital y el trabajo: reminicencias fourieristas en el ocaso del siglo XIX”, constituye en términos generales el análisis del órgano Las clases productoras, así como de la actividad cooperativista en el estado, se muestran ejemplos concretos del ideario socialista utópico. Este apartado postrero aborda un estudio de caso novedoso, que se ha tratado como “antecedente” del socialismo en México, pero del cual no se había profundizado lo suficiente hasta ahora.
Entre la quimera y la realidad no es un texto que muestre un segmento aislado del proceso social, tecnológico o industrial, sino que es producto de un análisis integral que intenta explicar el fenómeno de estudio a través de las ideas, los contextos políticos, el desarrollo del liberalismo decimonónico, la transformación de la educación técnica, el impacto de las élites regionales o la influencia del debate público periodístico. Lo anterior es producto de una sólida y profusa investigación en fuentes primarias, proveniente de archivos jaliscienses, de la Ciudad de México, de Estados Unidos y fondos particulares, así como de un reposado análisis producto de un prolongado tiempo en la manufactura de la obra.
Notas