ARTÍCULOS
LOS ÚLTIMOS DE LA FILA: UNA REVISIÓN DE SUFIJOS VERBALES EN MAKÁ (MATAGUAYA)
The lasts in line: a revision of verbal suffixes in Maká (Mataguayan)
Cuadernos de Literatura. Revista de Estudios Lingüísticos y Literarios
Universidad Nacional del Nordeste, Argentina
ISSN: 0326-5102
ISSN-e: 2684-0499
Periodicidad: Semestral
núm. 21, e2111, 2023
Recepción: 07/07/23
Aprobación: 26/07/23
Resumen: En este artículo realizamos una revisión de un conjunto de morfemas del maká (familia mataguaya) que fueron clasificados como clíticos en descripciones anteriores de la lengua (Gerzenstein, 1994, p. 117). Los datos recogidos de primera mano en la última década echan luz sobre diversos aspectos de este conjunto de morfemas que nos permiten postular que son en realidad afijos con distintos valores semánticos. Como se verá a lo largo del artículo, estos morfemas presentan algunas de las características prototípicas de los clíticos (Spencer y Luís, 2012; Haspelmath y Sims, 2010), pero también presentan características propias de los afijos. Asimismo, si bien todos estos morfemas tienen una distribución similar, poseen funciones semánticas muy diversas: dirección, locación, aspecto, entre otros. En este artículo proponemos una clasificación exhaustiva de estos morfemas que toma en consideración tanto su forma como su función y significado. Para ello, recolectamos datos mediante la técnica de elicitación de oraciones y de grabación de relatos. Asimismo, contrastamos los datos obtenidos con los datos de segunda mano presentes en gramáticas, diccionarios y cuentos en la lengua vernácula. Esto nos permitió establecer que los morfemas bajo estudio están más cerca de los afijos que de los clíticos prototípicos. A su vez, clasificamos el conjunto de morfemas según su valor semántico en locativos, direccionales y aspectuales.
Palabras clave: afijos, clíticos, direccionales, aspecto, maká, Gran Chaco.
Abstract: This article presents a revision of a set of morphemes from Maká (Mataguayan family) that were classified as clitics in previous descriptions of the language (Gerzenstein, 1994, p. 117). The first-hand data, collected in the last decade, shed light on various aspects of this set of morphemes that allow us to postulate that they are actually affixes (not clitics) with different semantic values. As will be seen throughout the article, these morphemes present some of the prototypical characteristics of clitics (Spencer and Luís, 2012; Haspelmath and Sims, 2010), but they also present characteristics of affixes. Likewise, although all these morphemes have a similar distribution, they have very diverse semantic functions: directional, locative, aspect, among others. In this article we propose an exhaustive classification of these morphemes that takes into account both their form, their function and their meaning. To do this, we collected data using the technique of sentence elicitation and storytelling. We also contrast the data obtained with the second-hand data present in grammars, dictionaries and stories in the language. This allowed us to conclude that the morphemes under study are closer to affixes than to prototypical clitics. In addition, we classify the set of morphemes according to their semantic value as locative, directional, reciprocal and aspectual.
Keywords: affixes, clitics; directionals; aspect; Maká; Gran Chaco region.
Na pa’ateec dehuataxaatac. Da nmitaguec na pa’ateec neraxanaxacolec na na’aqtac ndaxacnahua maká la’aqtaqa (Mataguaya) (título en qom)
Toj ihi lapes: titetsan ihiojfwas totsonhay toj ihi lapes tokhotejlo ihioj, tolhomtes ihi maká (Mataguaya) (título en wichí)
Ana>maxare pa>aatec quena ỹo>viiquetañii: na>ajnaxanaxac quema> no>qotaxanaxatquena na>qaatqa ana>maq maká (mataguaya) (título en moqoit)
1. Introducción
La etiqueta “clítico” tiene dos acepciones o posibles interpretaciones. Por un lado, remite a aquellos elementos de las lenguas que no tienen acento propio y, por tanto, necesitan apoyarse en un elemento anfitrión. Se diferencian de los afijos por tener una mayor libertad de movimiento dentro de la oración. Por otro lado, los clíticos pueden ser definidos de una manera mucho más específica que contempla más aspectos, como su nivel de integración fonológica, la o las clases de palabras en las que puede apoyarse, etc. (Spencer y Luís, 2012; Haspelmath y Sims, 2010).
El objetivo de este artículo es discutir el estatus de un conjunto de ocho morfemas del maká que fueron clasificados como clíticos en descripciones anteriores (Gerzenstein, 1994).1 Para ello, proponemos una revisión exhaustiva de las características formales y semánticas de estos ocho morfemas y formulamos una clasificación de estos que contempla aspectos funcionales. Asimismo, esto nos permitirá compararlos con elementos similares de otras lenguas de la misma familia.
1.1. Objetivos
El objetivo central de este artículo es, como señalamos, revisar el conjunto de ocho morfemas llamados “clíticos” en la tradición descriptiva de la lengua maká (Gerzenstein, 1994) y analizar si cumplen con las características canónicas que deben presentar los clíticos de acuerdo con la bibliografía teórica (Spencer and Luís, 2012; Haspelmath y Sims, 2010). Así también, buscamos determinar su función, forma y distribución específicas. De esta manera, se intentará establecer si una clasificación funcional resulta más útil en la descripción de esta lengua tanto con fines comparativos como descriptivos en sí mismos.
Así pretendemos dar respuesta al interrogante de si estos elementos se acercan de alguna manera a sus cognados en otras lenguas de la familia y qué rasgos son relevantes a la hora de hacer un trabajo comparativo con lenguas de la familia o el área.
También intentaremos establecer si la etiqueta “clítico” es de utilidad en la descripción de este conjunto de morfemas.
1.2. Presentación de la lengua: características sociolingüísticas y gramaticales
La lengua maká pertenece a la familia lingüística mataguaya, al igual que el chorote, el wichí y el nivaclé. Esta familia de lenguas es originaria de la zona del Gran Chaco que abarca partes de Argentina, Paraguay, Bolivia y Brasil. Actualmente, residen en tres comunidades principales en Paraguay: Corumba Kué (Mariano Roque Alonso); Qemkuket (Falcón) e Ita Paso. Las tres comunidades responden a un mismo líder. Según los últimos censos y de acuerdo a las declaraciones del líder, en la actualidad son aproximadamente 2000 hablantes. En cuanto a las características sociolingüísticas del grupo, la mayoría de las mujeres y niños en edad preescolar son en su mayoría monolingües. A partir de la escuela primaria los niños y niñas adquieren también el español y el guaraní como segundas lenguas, por lo que la situación para los adultos también cambia con el tiempo. En cuanto a los hombres, estos presentan distintos grados de bilingüismo (español, guaraní) en adultos. La lengua vernácula es vehículo de comunicación dentro de las comunidades y goza de gran vitalidad. La comunidad posee una fuerte conciencia lingüística que se manifiesta en acciones concretas por defender su lengua y su cultura.
Desde el punto de vista tipológico, el maká es una lengua aglutinante. Como la mayoría de las lenguas chaqueñas, es un tipo de lengua con marcación en el núcleo que carece de adposiciones.
Con respecto a las características fonológicas de la lengua, posee 27 fonemas segmentales, veintidós consonantes y cinco vocales. Cualquiera de ellos puede ocupar la posición inicial, excepto /x/. En posición final no ocurren ni /h/ ni consonantes glotalizadas. Los tipos del maká son V, C, VC, CV, CVC, CCV y CCVC. El acento de intensidad no es distintivo dado que aparece siempre en la última sílaba de la palabra (Gerzenstein, 1994 p. 39-40).
Los nombres presentan la distinción entre inalienables y alienables por medio de prefijos que señalan 1°, 2° , 3° y 4° (1° plural inclusivo) y persona indeterminada (‘de alguien’). El número y el género se indican en el nombre mediante sufijos. El género marcado es el femenino, aunque este se indica solo en algunos nombres que refieren a seres vivos o atributos de estos. En la mayoría de los nombres, el género es inherente y se explicita mediante la concordancia con los determinantes demostrativos.
El verbo no presenta marca gramatical de tiempo. Por otra parte, la distinción aspectual neutral versus progresivo se marca opcionalmente por medio de un morfema preverbal de aspecto progresivo (mee) que es incompatible con verbos estativos (Gerzenstein, 1994, pp. 197-200). Cuando la lectura del evento es progresiva, aparece dicho morfema libre. La única categoría gramatical codificada en el verbo es el modo. Esta se indica obligatoriamente en el verbo mediante dos conjuntos de prefijos que codifican la oposición entre REALIS e IRREALIS (Gerzenstein, 1994). El verbo exhibe una compleja morfología en el que se prefijan las marcas de persona y persona-número (en el caso de la primera persona plural exclusiva) cuyas diferentes configuraciones fonológicas determinan 6 clases o conjugaciones: las clases 1, 2, 4 y 5 codifican sujetos de verbos intransitivos (S.), la 3 corresponde a verbos inactivos (S.) y las clases 6 y 6’ a participantes A. A su vez, todos los verbos de la clase 6 y algunos de la clase 6’ presentan conjunto de prefijos birreferenciales directo/inverso que codifica simultáneamente al A y al P o T/R según una jerarquía de persona (1/4 >2>3) en la que solo uno de los participantes puede aparecer en la superficie. Por otra parte, algunos de los verbos de la conjugación 6’ indexan al P de una construcción transitiva o al Tema/Recipiente de una ditransitiva mediante sufijos (Messineo, 2015). Estos índices ocurren sólo cuando un aplicativo habilita la incorporación de un argumento que funciona sintácticamente como un objeto y semánticamente como instrumental, locativo, benefactivo o direccional (Tacconi y Messineo, 2019). La mayoría de los verbos en maká tienen la posibilidad de introducir un nuevo participante a partir de su valencia mínima codificada en el prefijo de persona.
En construcciones ditransitivas, el maká exhibe un patrón de escisión de P por medio del cual en los verbos transitivos típicos (conjugación 6 y algunos de la clase 6’) presentan un alineamiendo secundativo (P=R ≠ T), mientras que en otros el alineamiento es indirectivo (P=T ≠ R).2
El orden de los constituyentes en la cláusula simple declarativa con dos sintagmas nominales es SVO para las oraciones transitivas y VS para las intransitivas. Cuando el objeto es un pronombre independiente enfático de primera o segunda persona precede siempre al verbo (OV).3
Con respecto a las clases de palabras, el maká no posee una clase definida de adjetivos y expresa estos valores semánticos a través de verbos atributivos que llevan prefijos pronominales muy similares a los prefijos posesivos de los sustantivos. Además, la lengua cuenta con verbos y sustantivos.
En esta lengua, la construcción verbal es compleja y puede estar acompañada de diversos elementos. Por un lado, puede ser precedida por las marcas de personas y algunos prefijos derivativos. Por otro lado, puede ser seguida por sufijos derivativos, marcas de plural pronominal, marcas de objeto aplicado, aplicativo y finalmente los morfemas que analizamos en este trabajo (glosado como locativo, en el ejemplo 1), en ese orden. En (1) pueden observarse varios de estos formantes:
(1)4
Con respecto a la construcción verbal, el verbo maká presenta la siguiente estructura:
pers/mod-(pers/obj)-(refl/des)-RAÍZ-(caus)-(des/prosp)-(refl)-pl.pr-apl-dir/loc/dur/rcpr
En este trabajo analizamos ocho morfemas verbales (-fik’i, -ju’/-*jo’, -pham, -ji’, -jem/ -em, -tejem, -wetju , -kii) que cierran la construcción verbal, ya que siempre se ubican en el último lugar. Los estudios previos consideraron que este grupo de morfemas eran clíticos (Gerzenstein, 1994, p. 117). En efecto, estos morfemas presentan algunas de las características prototípicas de los clíticos (Spencer y Luís, 2012) dado que no tienen acento propio, por lo que siempre aparecen ligados a un verbo, y siempre ocupan la última posición en la construcción verbal. Sin embargo, en otros aspectos se alejan de la definición prototípica, ya que conforman muchas veces una unidad de significado no descomponible con la raíz verbal, probablemente debido a procesos diacrónicos. Además, a diferencia de la mayoría de los clíticos, no aparecen ligados a otras clases de palabras, es decir no se adjuntan “promiscuamente” a cualquier categoría léxica, en términos de Spencer y Luís (2012, p. 123); ni tienen una contraparte como palabra independiente. Asimismo, si bien todos estos morfemas tienen una distribución similar, poseen funciones muy diversas: algunos funcionan como direccionales o locativos, que especifican la dirección o locación del evento, e incluso la ubicación de los participantes del evento; mientras que otros expresan valores aspectuales. Como indicamos más arriba, el objetivo central de este artículo es proponer una clasificación más detallada de estos morfemas centrada en su función.
Los datos utilizados en el análisis son de primera mano, obtenidos en sucesivos viajes de campo desde el año 2009. Estos fueron procesados en diferentes bases de datos y contrastados con los datos disponibles de Gerzenstein (1994) y con datos provenientes de cuadernillos publicados por el Ministerio de Educación de Paraguay (SIL, 2005).
La lista de los morfemas analizados es la que se detalla, junto con su significado básico, en la siguiente tabla:
En términos de Gerzenstein, este “conjunto de clíticos (…) conforman con la raíz léxica una unidad semántica compacta y no admiten nominal que dependa directamente de ellos” (Gerzenstein, 1994, p. 117), es decir que no modifican la valencia del verbo como puede observarse en (2) con el morfema -pham sufijado al verbo -. ‘ir’.
Estos morfemas pueden adjuntarse a verbos intransitivos, como los vistos en el ejemplo precedente, y a verbos transitivos (3) o transitivizados mediante aplicativos (4). En ambos ejemplos el elemento agregado (-pham en el primer caso y fiki’ en el segundo) señala dirección de la acción:
2. Aspectos formales
En este apartado caracterizaremos a los morfemas bajo análisis desde un punto de vista formal. Si bien tradicionalmente la etiqueta clíticos se ha utilizado para englobar a todos aquellos morfemas que no eran independientes pero tampoco cumplían con las características propias de los afijos (Haspelmath y Sims, 2010); existen criterios que nos permiten caracterizar de manera más ajustada estos elementos que carecen de acento propio. Según Haspelmath y Sims (2010) estos criterios son: libertad de selección de anfitrión; libertad de movimiento; menor integración prosódica: los afijos siempre están dentro del dominio del acento de la palabra, pero los clíticos pueden o no estar dentro de ese dominio; inclusión en el dominio de una regla fonológica: reglas morfofonológicas que operan dentro del domino de la forma de palabra pero no dentro del grupo clítico; inexistencia de alternancias morfofonológicas o supleciones; y la combinación de clítico-anfitrión no tiene significados idiosincráticos. A continuación veremos que los morfemas analizados no cumplen completamente con estos criterios.
Libertad de selección de anfitrión: los clíticos en maká no parecen seleccionar libremente a su anfitrión. Siempre van afijados a verbos. La única excepción, registrada por Gerzenstein (1994), se produce cuando se afijan a adverbios. Sin embargo, la clase de adverbios a los que aparecen sufijados es una clase particular ya que prefija marcas pronominales de persona, al igual que los verbos. Es decir, son, en términos de Gerzenstein adverbios verbalizados, “verbos que denotan movimiento real o metafórico y que añaden (combinan) a este significado rasgos adverbiales de modo”, y no adverbios propiamente dichos (1994, p. 190-192). A continuación vemos algunos ejemplos:
Fuera de estos adverbios verbalizados, no encontramos estos morfemas ligados a otra clase de palabras en nuestros datos; por lo tanto en cuanto a este parámetro podemos decir que no lo cumplen.
Libertad de movimiento: en maká, estos morfemas no pueden moverse libremente en la oración como sucede, por ejemplo, con los clíticos pronominales del español. Ocupan obligatoriamente el último lugar en la estructura morfológica verbal, aun cuando el verbo lleve otros sufijos o prefijos, estos morfemas ocupan siempre el último lugar en la estructura verbal y van siempre afijados al verbo. En el ejemplo (7) observamos que, además de haber un aplicativo benefactivo con su correspondiente marca de objeto, hay un morfema locativo que indica que el agua está en un recipiente o contenida dentro de un lugar:
En cuanto a este segundo criterio, estos morfemas del maká bajo análisis tampoco lo cumplen ya que su posición es obligatoria.
Menor integración prosódica: este criterio establece que los afijos siempre están dentro del dominio del acento de la palabra, mientras que los clíticos pueden o no estar dentro de ese dominio. Los morfemas analizados del maká están completamente integrados prosódicamente, dado que, al ocupar la posición final en la palabra, reciben el acento final de esta (recordemos que las palabras en maká llevan el acento principal en la última sílaba, cuando hay uno de estos morfemas en el verbo, el acento recae sobre este):
Según Haspelmath y Sims (2010), los clíticos pueden estar fuera del dominio de una regla fonológica: reglas morfofonológicas que operan dentro del domino de la forma de palabra pero no dentro del grupo clítico. Este criterio tampoco parece cumplirse para los morfemas analizados del maká. En esta lengua, por ejemplo, la oclusión laríngea se elide cuando se añaden sufijos; pero no ocurre cuando, en cambio, hay un límite entre palabras. Véase en el ejemplo (9) en el que, al añadir el sufijo de plural, cae la oclusión:
Esto fenómeno también se produce con la presencia de los morfemas que tratamos en este artículo, como vemos en (10):
Según los criterios enumerados arriba, los clíticos no disparan ni sufren alternancias morfofonológicas o supleciones. En maká, por el contrario, estos formantes pueden disparar alternancias morfofonológicas en la base a la que se adjuntan, como observamos en (11), donde se simplifica la vocal /e/:
Otro criterio indica que la combinación de clítico-anfitrión no tiene significados idiosincráticos. En maká, la combinación entre la base y estos morfemas sí da lugar a significados idiosincráticos. Como se puede observar en los ejemplos (12) y (13) donde la misma base con un morfema direccional o una aspectual forman nuevos lexemas con significados idiosincráticos:
Sin embargo, a pesar de constituir una unidad semántica, en muchos casos todavía es posible dividir base y afijo para insertar sufijos derivativos, sufijos flexivos de plural, etc. Existen incontables combinaciones de verbos combinados con los sufijos que aquí tratamos con significado idiosincrático, así como de verbos donde es posible reconocer el sufijo, pero en los que la base ya no es transparente.
En resumen, a pesar de que los elementos analizados cumplen con el requisito de no tener acento propio y, por lo tanto, aparecer siempre en el discurso apoyados en una palabra anfitrión, no parecen cumplir completamente con los criterios propuestos por Haspelmath y Sims (2010) para determinar que un elemento es un clítico:
El único indicio que nos lleva a pensar en estos formantes como clíticos es que pueden agregarse, en muchos casos, después de la flexión de número. En ese sentido, pueden parecer más externos a la palabra de lo que sería un afijo.
3. Aspectos semánticos
3.1. Los “clíticos” maká uno por uno
Si analizamos estos morfemas desde un punto de vista semántico, también observamos que su significado es muy disímil entre ellos y que, por esto mismo, cumplen funciones muy diferentes. Pueden ser clasificados en tres grandes grupos: direccionales/locativos, recíproco y marca de aspecto durativo, como se muestra en la siguiente tabla 3.
A continuación detallamos la función y la semántica de cada uno de estos elementos.
3.1 Direccionales/Locativos
El primer grupo de sufijos se adjunta a verbos básicos de posición como -n- ‘estar en posición vertical’; -w- ‘estar en posición no vertical’ que para aparecer en el discurso requieren un aplicativo o un locativo o direccional obligatoriamente, o verbos de movimiento como -k- ‘ir’ o ‘subir’. Con los primeros tienen una lectura estativa, mientras que en combinación con los segundos señalan dirección de la trayectoria o movimiento. En todos los casos, y tanto para verbos transitivos como intransitivos, los direccionales indican la posición o la dirección del argumento sujeto. En este sentido presentan una diferencia con los aplicativos que, justamente por incorporar un O, señalan muchas veces la posición o la afectación de ese objeto.
En los siguientes ejemplos se pueden contrastar ambos usos:
-fik’i ‘afuera’
-ju’ ‘abajo’
-pham ‘arriba’
-ji’ ‘dentro’ ‘en’
Este sufijo tiene una muy baja frecuencia en nuestros datos. Gerzenstein proporciona solo un ejemplo, muy similar, del agua contenida en un recipiente. Este morfema es muy cercano al aplicativo -ji casi homófono, pero sin oclusión, de muy alta frecuencia y que forma parte también de muchos lexemas nominales con la forma -jii. Por lo que cabría preguntarse si no son variantes de un mismo morfema o si no están tendiendo a asimilarse:
-tejem ‘a través’/ ‘en’
En cuanto a -jem y -tejem parecen tener significados emparentados. Mientras que -jem señala dirección ‘a través’ y es utilizado con verbos como ‘romper’ para señalar ‘división en dos partes’ del objeto; -tejem es un locativo con el significado de ‘a través’ o ‘en’ pero con la connotación de atravesar un lugar en el que se está.
3.2 Recíproco
La manera de expresar la reciprocidad varía de lengua a lengua. Algunas lenguas se valen de construcciones sintácticas mientras que otras pueden expresar este modo de acción morfológicamente. Además, el recíproco y el reflexivo expresan significados conceptualmente similares en los que el agente y el paciente son correferenciales y ambos argumentos (sujeto y objeto) reciben ambos papeles temáticos (paciente y agente), es por este motivo que en muchas lenguas reflexivo y recíproco se expresan a través del mismo morfema o construcción sintáctica (Evans, 2006). En el caso del maká, el recíproco se expresa a través del sufijo que funciona como un marcador de reciprocidad que disminuye la valencia y presenta siempre un sujeto plural, como podemos observar en los ejemplos (29) y (30) en el contraste entre los verbos -ekumi’ ‘agarrar’ y -efey ‘atropellar’ en sus variantes sin y con el sufijo
.
Este morfema recíproco parece estar relacionado con el aplicativo , que señala posición ‘frente a’. Es destacable el uso del recíproco en algunos contextos con sujeto singular y objeto plural:
Un uso similar registra Nercesian (2014, p. 246-247) con una forma de recíproco que no disminuye la valencia “cuando la actividad involucra partes del cuerpo”:
Pero en estos casos no hay un marcador explícito de reciprocidad sino que el marcador plural habilita la lectura recíproca.
En algunas lenguas, la cercanía con categorías similares como el reflexivo hace que esas categorías se codifiquen mediante el mismo morfema. En maká el recíproco parece alternar en su forma sufijal con un circunfijo que posee ambos valores: reflexivo y recíproco: wet/wen- y que exige marcas de persona de conjugación intransitiva:
Reflexivo
Recíproco
3.3 Aspectual
Finalmente, -kii y -ju’ requieren, a nuestro criterio, una consideración aparte. Según la descripción de Gerzenstein, “los clíticos ju’ y -kii se usan para marcar la pluralidad del sujeto en verbos intransitivos y la del objeto en verbos de transitividad reducida”, además -kii “indica incompatibilidad con un nominal objeto o acción reiterada y sostenida” (1994, p. 121). Sin embargo, según nuestros datos y en la comparación con datos de otras lenguas, estos morfemas parecerían indicar aspecto. Consideramos que es en realidad un marcador aspectual iterativo, distributivo o durativo (significados que es frecuente encontrar unificados en un mismo morfema en otras lenguas también, véase Heine y Kuteva, 2002) dado que señalan en realidad número verbal entendido como la expresión de la pluralidad del evento o de la extensión de este. Así, por ejemplo, podemos ver el contraste en el verbo -ejten ‘robar’ utilizado para un evento puntual y, con el morfema -kii, utilizado con valor imperfectivo o habitual. Lo mismo ocurre en el ejemplo (35) con el verbo wanat’in ‘esconderse’ que tiene una lectura durativa con el morfema -kii.
Además, encontramos ocurrencias del sufijo -ju’ con objetos singulares (recordemos que en descripciones previas se consideraba que marcaba plural del objeto), como en (37), donde señala que la acción (golpear en este caso) se realiza repetidas veces sobre un mismo objeto (cfr. con la misma oración con el objeto plural):
Marca -ju’ con O sing
Es muy frecuente también la aparición de objetos plurales sin este morfema acompañando al verbo:
Sin marca -kii/-ju’ con O plural:
Finalmente, en algunos casos si bien esta marcas aparecen con objeto plural, parecieran indicar una acción reiterada y no la pluralidad del objeto en sí:
El morfema -kii tiene además una lectura distributiva:
En algunos casos puede ser difícil establecer si la lectura es iterativa o distributiva:
El sufijo aspectual -kii también presenta una similitud con el aplicativo -k’i que indica extensión en el espacio o en el tiempo. En chorote, lengua de la misma familia, el aplicativo -k’i tiene una multiplicidad de funciones: número verbal, distributivo y aplicativo que señala trayecto o movimiento extendido. Carol precisa que:
frecuentemente no puede distinguirse cuándo -k‘i indica pluralidad de participantes y cuándo distribución del evento (o de los participantes) en distintos lugares. Una especulación sobre la relación entre la codificación de un trayecto y la distributividad es la siguiente: -k‘i codifica la localización (del participante o del evento) en una serie de puntos, lo cual puede conceptualizarse como una distribución espacial a lo largo de un trayecto o bien como una distribución en varios participantes. (2011, p. 289)
Asimismo, el autor argumenta que dos formas históricamente diferentes habrían confluido en una. Esto nos permite pensar que esas dos formas diacrónicamente diferenciadas se mantienen como tal en maká pero su significado es muy cercano o está tendiendo a confundirse, dado que en algunas ocasiones los hablantes vacilan con respecto a cuál es la forma correcta.
En el caso del chorote, Carol (2011, p. 288) considera que la forma -k'i es un clítico ya que puede adjuntarse a diferentes clases de palabras (verbos y sustantivos). Como señalamos, esto no sucede en maká.
Como hemos podido observar en los datos presentados, en términos funcionales, estos morfemas son muy diferentes, por lo que consideramos que una clasificación más exhaustiva que dé cuenta de estas diferencias puede enriquecer la descripción de la lengua.
4. Conclusiones
De acuerdo a las características vistas en los apartados anteriores, consideramos que estas partículas del maká pueden ser caracterizadas más fácilmente como afijos direccionales, locativos, recíprocos y aspectuales, que como clíticos. Si bien es cierto que estas partículas no tienen acento propio, esta no es condición suficiente para considerarlas clíticos. Por otro lado, desde un punto de vista descriptivo, pareciera ser más adecuado describirlas en términos de su función y no únicamente por sus características fonológicas. Es importante destacar, de todas formas, que en la comparación con otras lenguas de la familia podemos hipotetizar que hay un camino de gramaticalización y que cada lengua atraviesa un estadio diferente. Heine y Kuteva (2007, p. 42) señalan que el proceso palabra > clítico > afijo es frecuente en las lenguas del mundo. No sería extraño, entonces, que lenguas de la misma familia presenten distintos grados de gramaticalización de los morfemas descriptos en este trabajo.
Proponemos, además, que una clasificación que tenga en cuenta o que priorice aspectos funcionales por sobre los meramente fonológicos o formales permitiría, al menos dentro de las lenguas mataguayas, hacer una comparación más provechosa entre las lenguas y dar claridad descriptiva.
Referencias bibliográficas
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Notas
Notas de autor