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El legado humano e intelectual de Héctor Samour
The human and intellectual legacy of Héctor Samour
Realidad, Revista de Ciencias Sociales y Humanidades, núm. 163, pp. 7-9, 2024
Universidad Centroamericana José Simeón Cañas

Especial

Realidad, Revista de Ciencias Sociales y Humanidades
Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, El Salvador
ISSN: 1991-3516
ISSN-e: 2520-0526
Periodicidad: Semestral
núm. 163, 2024


Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial 4.0 Internacional.

Hablar del legado humano e intelectual de una persona no es una tarea fácil porque implica encontrar, de alguna manera, la unidad entre vida y obra de un ser humano complejo y multifacético, cuyas honduras no alcanzaremos ya a conocer. Difícilmente puede sumarse en una sola cifra el legado de una vida, al ser esta el constitutivo problema de sí misma y cuya resolución es una tarea a la que somos lanzados, a través de opciones y acciones que van dando forma a nuestro ser a lo largo del decurso vital. No se puede saber mucho mejor quién es alguien sino hasta el final, a la luz de las obras y lo que nos queda a quienes continuamos con esta faena que es vivir. Las palabras de Jesús lo resumen perfectamente: “Por sus frutos los conoceréis” (Mt. 7:16). ¿Cuáles son, pues, los frutos que nos dejó nuestro maestro, colega y amigo Héctor Samour? Muchísimos, evidentemente, pero en esta ocasión me referiré solamente a tres dimensiones: la humana, la académica y la política, por ser las que mejor condensan su trabajo intelectual, sus intereses y su labor en general.

Como ser humano, Héctor fue un hombre ejemplar, que nos deja un modelo a seguir, precisamente porque desde su humanidad limitada, sus circunstancias, triunfos y dificultades, nos entregó valores que podemos imitar en nuestra actividad: curiosidad científica, férrea ética de trabajo, sed de conocimiento, espíritu crítico, disciplina, una actitud y forma de vida estrictamente intelectuales, así como la disponibilidad para escuchar a quienes nos buscan porque necesitan apoyo y consuelo.

Como académico, fue un profesional en el sentido zubiriano y ellacuriano. Profesó la verdad y a ella se dedicó, lo cual se traduce, en la conflictiva historia de nuestro país, en la búsqueda de la justicia desde todo ámbito posible (Zubiri, 2005, pp. 5-7. Samour, 1999, pp. 142-144). En el caso de Héctor, sus trincheras fueron la filosofía, la sociología, el análisis político, la docencia y la producción académica en ingentes cantidades de artículos científicos en revistas nacionales e internacionales, dedicados al análisis de la filosofía de la liberación, la religión, la interculturalidad, el pensamiento de Ignacio Ellacuría y de Xavier Zubiri, la historia de El Salvador, la educación y universidad, la política, la historia de la filosofía y los derechos humanos, entre otros temas. También publicó diversos libros, destinados al análisis de la realidad histórica contemporánea, al pensamiento de Ignacio Ellacuría, a la filosofía del derecho, al existencialismo y también a los estudios sociales para estudiantes de tercer ciclo de educación primaria y bachillerato.2

Generó redes de solidaridad e intercambio con intelectuales de renombre de países como España, México, Cuba, Costa Rica, Chile, entre otros, que enriquecieron y siguen fortaleciendo el trabajo del Departamento de Filosofía de la UCA, del cual fue jefe en tres periodos: de 1982 a 1986, de 1990 a 1995 y de 1999 a 2009. Además, fue Director del Doctorado y la Maestría en Filosofía Iberoamericana, desde 2001 a 2010. Y no solo se dedicó a estas dimensiones del trabajo educativo, pues su servicio a nuestra comunidad universitaria también lo expresó en su labor como Decano de la Facultad de Ciencias del Hombre y la Naturaleza (entre 1993 y 2003).

En lo político, sirvió al pueblo salvadoreño como Secretario de Cultura (de 2010 a 2012) y como Viceministro de Educación, de 2012 a 2014. Héctor Samour incidió universitariamente en la realidad nacional, desde su acción en el campo de la cultura como cultivo de la realidad en lo político, la docencia y la producción académica, a través de la beligerancia que compete a la palabra eficaz, que es aquella que persigue mostrar cuál es la verdadera realidad de nuestro contexto para transformarlo efectiva y liberadoramente (Samour, 2019, pp. 424-428). Héctor Samour fue un hombre comprometido con la excelencia académica que opta por el bien, porque sabía que la efectividad de mal también radica en que tiene a su servicio a los mejores profesionales, y que los mediocres no son capaces de responder a las exigencias del clamor de una realidad histórica marcada por la injusticia (Samour, 2019, pp. 422-423, 430-431. Samour, 2015, pp. 95-96).

Por eso, Héctor fue siempre tan riguroso y exigente, y demandaba mucha autocrítica de quienes se dedican a la labor intelectual, a la política, pero sobre todo de quienes se dedican a la filosofía. En este sentido, desde lo profesional y lo académico, imitó a Jesús en lo más humano, pues pasó su vida dedicándose a hacer el bien dentro de sus limitadas fuerzas y capacidades, y entendió que es en la realización del bien y en el servicio a los demás donde mejor se expresa la potencia creadora de la propia formación intelectual y la actividad política.

Quiero concluir señalando cuál es el reto que nos deja este legado, pensando en Héctor como un árbol cuya fortaleza se enraizó en el servicio a la UCA y al pueblo salvadoreño, en su discipulado ellacuriano y el seguimiento de Cristo. Seamos también nosotros árboles fuertes, de raíces profundas y frutos abundantes, y no nos dejemos llevar por la superficialidad y la banalidad, por el ansia de poder y de fama que abundan en las arenas universitarias, intelectuales y políticas. Las obras solo son buenas y sirven cuando las propias fuerzas que las hacen posibles son radicales y realistas y están al servicio de los demás. En definitiva, continuar el legado de Héctor Samour nos invita a responder al llamado que evocan las palabras de Ignacio Ellacuría ante el doctorado honoris causa concedido a Monseñor Romero:

Hay que poner cuanto antes manos a la obra con desinterés, con lucidez y también con sacrificio. El Salvador necesita de mucho trabajo; no saldremos de la situación actual sin mucho trabajo. Arraigados en la esperanza, es preciso trabajar hoy más que nunca, cada uno en el puesto donde más pueda rendir, hasta quedar exhausto, hasta dar todo lo que tenemos dentro. El anuncio debe ser más fuerte que la denuncia. Hay que desescombrar, hay que desalambrar, pero hay que construir y que arar. Hay que dar razones para esperar y estas razones no pueden ser puras palabras, sino tareas bien definidas, que requieren mucho pensamiento y mucha creatividad (…). La tarea está llena de dificultades, tanto por la gravedad de la misma como por la situación desde la cual debe ser emprendida. Pero no por eso hay que desfallecer (Ellacuría, 2002, pp. 112-113).

Referencias bibliográficas

Ellacuría, I. (2002). La UCA ante el doctorado concedido a monseñor Romero. En: Escritos Teológicos III, UCA Editores, pp. 112-113.

Samour, H. (1999). “Filosofía y libertad”, en Sobrino, J. y Alvarado, R. (eds.). Ignacio Ellacuría, “Aquella libertad esclarecida”. UCA Editores, pp. 142-144.

Samour, H. (2015). “Ignacio Ellacuría: una vida que transforma”. Pelícano: Revista de la Facultad de Filosofía y Humanidades, 1, (1). 95-96.¡

Samour, H. (2019). “La utopía ellacuriana de otra universidad posible”. ECA: Estudios Centroamericanos, 74, (759), 424-428. https://doi.org/10.51378/eca.v74i759.1500.

Zubiri, X. (2005). ¿Qué es investigar? The Xavier Zubiri Review, 1(7). 5-7. http://www.zubiri.org/general/xzreview/2005/pdf/zubiri_2005.pdf

Notas

1 Doctora en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Es profesora del Departamento de Filosofía y directora del Posgrado en Filosofía Latinoamericana en la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”. Es autora del libro Ignacio Ellacuría, fraternidad solidaria (Herder, 2022).
2 Entre los libros dedicados a la filosofía que publicó están: Visión existencialista del hombre, UCA Editores, San Sal- vador, 1994; Curso de filosofía del derecho, UCA Editores, San Salvador, 1997; Filosofía del derecho, UCA Editores, San Salvador, 1999; Voluntad de liberación. La filosofía de Ignacio Ellacuría, UCA Editores, San Salvador, 2000 (tam- bién publicado en Editorial Comares, Granada, 2003); Crítica y liberación. Ellacuría y la realidad histórica, ADG-N Libros-Universidad Carlos III de Madrid, Madrid-Valencia, 2012 (segunda edición publicada en Tirant Lo Blanch, Va- lencia, 2019). Editó las obras colectivas Historia, ética y ciencia: el impulso crítico de la filosofía de Zubiri (co-editor Juan Antonio Nicolás), Comares, Granada, 2007 e Ignacio Ellacuría. 30 años después (co-editor Juan José Tamayo), Tirant Lo Blanch, Valencia, 2021, entre otros.

Notas de autor

Doctora en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Es profesora del Departamento de Filosofía y directora del Posgrado en Filosofía Latinoamericana en la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”. Es autora del libro Ignacio Ellacuría, fraternidad solidaria (Herder, 2022)

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