Artículos de Reflexión
Emprendimientos de subsistencia: Concepto, alcances y limitaciones bajo el modelo neoliberal
Subsistence Enterprises: Concept, Scope and Limitations under the Neoliberal Model
Empresas de subsistência: conceito e limitações sob o modelo neoliberal
Pensamiento Americano
Corporación Universitaria Americana, Colombia
ISSN: 2027-2448
ISSN-e: 2745-1402
Periodicidad: Frecuencia continua
vol. 13, núm. 25, 2020
Recepción: 13 Octubre 2019
Aprobación: 20 Noviembre 2019
Resumen: Este artículo considera que en los emprendimientos de subsistencia existe un trasfondo social, político y económico, que incide de manera negativa en la posibilidad de vivir dignamente en la época actual y gozar de las libertades de participación que ofrece el sistema de mercado. De ahí, que no pretenda ofrecer una postura unidireccional en torno a tales iniciativas, sino más por el contrario, favorecer desde una reflexión apoyada en diferentes autores, la identificación de diversas formas de sociabilidad, virtudes morales y desarrollo de capacidades en los sujetos que las agencian, en el entendido que estas mismas se constituyen en formas alternativas para afrontar la crisis social derivada de la depredación adelantada por la directriz económica neoliberal, en aquellos contextos ya empobrecidos y con una fuerte amenaza frente a la posibilidad de vivir.
Palabras clave: Emprendimiento, neoliberalismo, vida y subjetividad.
Abstract: This article considers that in subsistence enterprises there is a social, political and economic background, which negatively affects the possibility of living with dignity in the current era and enjoying the freedoms of participation offered by the market system. Hence, it does not intend to offer a unidirectional position on such initiatives, but rather, on the contrary, to favor from a reflection supported by different authors, the identification of different forms of sociability, moral virtues and development of capabilities in the subjects that agency, in the understanding that these are constituted in alternative ways to face the social crisis derived from the depredation advanced by the neoliberal economic directive, in those already impoverished contexts and with a strong threat against the possibility of living.
Keywords: Entrepreneurship, neoliberalism, life and Subjectivity.
Resumo: Este artigo considera que nas empresas de subsistência existe um background social, político e econômico, o que afeta negativamente a possibilidade de viver com dignidade nos tempos atuais e de usufruir da liberdade de participação oferecida pelo sistema de mercado. Assim, não se pretende propor um posicionamento unidireccional em torno de tais iniciativas, mas, pelo contrário, favorecer, a partir de uma reflexão apoiada por diversos autores, a identificação de várias formas de sociabilidade, virtudes morais e desenvolvimento de capacidades nos sujeitos. Essa agência, no entendimento de que constituem caminhos alternativos para o enfrentamento da crise social decorrente da predação promovida pela diretriz econômica neoliberal, naqueles contextos já empobrecidos e com forte ameaça à possibilidade de viver.
Palavras-chave: Empreendedorismo, Neoliberalismo, Vida e Subjetividade.
Introducción
La actual crisis por la que atraviesan varios Estados y sociedades a nivel global se halla signada por un desajuste en su balanza comercial y la imposibilidad de pensar alternativas frente al modelo económico e instrumental, en que se ha convertido el neoliberalismo. Si bien es cierto, dentro de los efectos que este modelo de racionalidad ha venido presentando para los países más pobres, involucra problemas socioambientales, de actualización tecnológica, ineficiencia estatal e instauración de un pensamiento único como caldo de cultivo para la emergencia de problemas morales (corrupción). Resulta sano reflexionar, ante aquellos casos en los que la humanidad inalienable, empuja al sujeto a corregir desde sí mismo y para sí, las fallas estructurales de un sistema que amenaza su posibilidad de hacerse un lugar para existir.
Dentro del modelo neoliberal, el sujeto se configura como un empresario de sí “gestor de sí, un sujeto activo, exitoso, capaz de crear y administrar sus potenciales ganancias” (González, 2015, p.209), y superar así la monstruosa pobreza. Una condición, propia de la vida económica en la cual nadie quiere nacer, pero en donde los que ya están, sea por herencia, pasado o infortunio intentan liberarse, haciéndose conscientes de sí mismos. El modo en que las relaciones palpables entre neoliberalismo-globalización-deslocalización, han afectado las iniciativas particulares, así como la gestión de las economías de subsistencia, da cuenta de que como el poder económico aprovecha la tragedia humana para desarrollar negocios.
Es decir, para positivar el caos inconciliable que hay entre nosotros y los marcos institucionales que pretenden controlar nuestro deseo de ser reales, únicos y vivos. Esto en virtud, a que como lo declara Hesse (1991) “Todos llevan consigo, hasta el fin, viscosidades cáscaras de huevo de un mundo primordial” (p.16), pero no único. La realidad actual, se traduce en un intenso fluir que tensiona la iniciativa individual (autoprotección), con el caos y riesgo que trae una sociedad abierta y controlada por instituciones.
Razón para reflexionar frente al futuro posible y real, que presentan los emprendimientos de subsistencia, en tanto iniciativas funcionales gestadas desde los individuos, para superar las condiciones problemáticas que afectan su vida y dificultan la generación de relaciones económicas y humanas positivas con el régimen político. A causa de una dinámica económica global, incapaz de garantizar condiciones materiales de vida buena para todos y ofrecer respuestas efectivas a los problemas humanos (falta de confianza, trabajo cooperativo) y sociales más apremiantes (corrupción y apego a la ley).
En lo que sigue de este artículo se quiere, en primer lugar, aproximarnos al concepto y características de los emprendimientos de subsistencia. Para luego, responder a cuáles son los alcances y limitaciones que dichas iniciativas socioindividuales presentan bajo un contexto neoliberal. Esto con el fin de mostrar, como los emprendimientos de subsistencia, aunque constituyen una forma agencia miento factible para la consecución de ingresos de un modo marginal en la época actual, no poseen en sí mismos una viabilidad que permita superar de forma “segura”, el problema de la sobrevivencia dentro de hegemonías económicas, como en efecto lo es el neoliberalismo. Según Guevara-Fletcher (2008) aunque el nivel de ingresos constituye una variable importante en el análisis del Estado de bienestar de los individuos, su aporte es limitado en cuanto no determina el grado de dificultad al que se enfrentan los sujetos pobres. La base sobre la cual descansa los emprendimientos de subsistencia es la resignación que presentan los individuos, ante una realidad empresarial e industrial, que incorpora nuevos territorios, poblaciones y naturaleza a las dinámicas de mercado y consolidación del sistema-mundo.
Marco Teórico
Emprendimientos de subsistencia: concepto y características
Arriesgarse a ofrecer un concepto en torno a los emprendimientos de subsistencia, en tanto iniciativa funcional, gestadas desde los sujetos sociales o individuales para superar el empobrecimiento de sus condiciones de vida, y la imposibilidad de generar relaciones económicas y humanas positivas con el poder, dentro de un modelo de racionalidad económica global (neoliberalismo), cuyas bondades no han logrado conjurar la reconquista territorial y naturalización de modos de vida en los pueblos neocoloniales. Involucra de una parte, señalar que estos se enmarcan per se dentro en la economía informal y su intención es prevalecer ante un horizonte marcado por la pobreza, exclusión social y desigualdad, en tanto factores limitantes para hacerse a una vida buena, dentro de los actuales procesos productivos que se vienen dando en el ámbito mundial.
Pese al cariz negativo que pueda tener esta aproximación, hay que resaltar la construcción de redes, tejido social, aumento del capital sociocultural, diálogo de saberes y fortalecimiento de la identidad local, en tanto elementos claves en la apuesta por alcanzar una vida feliz y plena, dentro de la triada trabajos-circunstancias personales y proyecto de vida. Este tipo de emprendimientos, a lo que se orientan es a favorecer el desarrollo de una actividad ocupacional no calificada pero lucrativa, para aquellos agentes de trabajo, no absorbidos por los sectores productivos de economías en crecimiento, dentro de contextos urbanos mayoritariamente. Hablamos de “[…] prácticas que mixturan circuitos mercantiles, modalidades de sobrevivencia familiar, emprendimientos que se apropian de saberes autogestivos, y una informalidad que hace de la independencia un valor” (Gago, 2011, p.50).
Todo esto, dentro de un mundo cuyas coordenadas históricas, presenta reconfiguraciones políticas, económicas, sociales y culturales, que limitan la sobrevivencia día a día, como producto de una dinámica global mercantil, que celebra la flexibilidad laboral, restructuración del mercado de trabajo, pero en cuyo horizonte pone de manifiesto el cumplimiento de ciertos requisitos -elevados niveles de capital de trabajo, productividad, apropiación tecnológica y formación de sus gestores-, por parte de los emprendimientos de subsistencia para hacerlos perdurables. Esto incluso cuando Gago (2011) afirma que “[…] el actual impulso capitalista logra competitividad y dinamismo a fuerza de articularse de modo flexible con prácticas, redes y atributos que históricamente caracterizaron los flujos de trabajo no pago” (pp.50-51).
Situación, que evidencia la presencia de una modernidad tardía en el contexto de la América hispánica, pero sobre todo de un proceso de modernización, que ha segmentado regiones, deslocalizado comunidades y ampliado las inequidades frente al acceso a la tecnología, así como de la generación de apuestas innovadoras y con valor agregado. Los despojos contemporáneos agenciados por los Estados y las empresas trasnacionales con su dinámica de capital-global (expulsión de las poblaciones de sus territorios de origen y ocupación, vulneración de derechos), han acrecentado las brechas de clase y raza, así como las desigualdades de género con la justificativa del crecimiento económico.
Hablamos de problemas sociales surgidos en otrora, pero que en la actualidad y dada la consolidación del poder capitalístico (producción de subjetividad) y capitalocéntrico (unificación de sentidos) llevada a cabo a lo largo del siglo XX, permiten identificar la generación de una vida ilusoria, que se refuerza gracias al boom de la publicidad y comunicación de masas. Estas últimas imponen, a los seres humanos un régimen de verdad, a partir de la acumulación de objetos, dinero y formación académica que, a su vez, termina por legitimar el carácter asimétrico de las relaciones de poder. Una cuestión, a la cual los gestores de los emprendimientos de subsistencia, no escapan si quieren desarrollar sus iniciativas, ya no es, solo, el coraje y ganas de vivir que agencian los sujetos que integran estas iniciativas, la fuerza necesaria requerida para gestionarlos, y de esa manera lograr sobrevivir, sino que ahora, también se hace imperativo atender a las relaciones entre medios y fines que se generan en el contexto, y terminan por configurar nuestra subjetividad política y ciudadana.
Los emprendimientos como forma de gubernamentalidad hoy se despliegan a través de un discurso polifónico, cargado de dispositivos de control, que terminan por configurar desde los planteamientos de Maca-Urbano y Valencia-Molina (2018) “una nueva especificación del sujeto de gobierno como agente activo de su propio destino que debe gobernarse a sí mismo de manera responsable, gestionar sus propios recursos, lograr autoasegurarse, autorregularse y buscar su autorrealización” (p.141). Descripción, que desde las palabras de Mendoza (2015) permite comparar a los emprendimientos de subsistencia y a sus protagonistas con “[…] un aventurero que [posee] la fuerza suficiente como para integrase en los agrestes y terribles territorios de la marginalidad” (p.101). Este tipo de iniciativas, se caracterizan por tener un alto grado de informalidad y estar orientados a cubrir deudas con los ingresos obtenidos, además de estar sujetos a habilidades prácticas de los emprendedores, lo cual permiten dilucidar un bajo nivel de escolaridad. A diferencia de los emprendimientos de oportunidad, cuya meta es la autorealización profesional y personal del emprendedor, además del involucramiento de conocimiento y algún grado de tecnología e innovación, los emprendimientos de subsistencia perciben el conocimiento científico como insulso y soso. Adornado de desconfianza y recelo.
El poder de la gubernamentalidad ya lo mencionaba Michel Foucault, no se vincula con la represión, sino más por el contrario con una gestión biopolítica y productiva de la población, que lo lleva a preservar la vida, acudiendo a diversas formas administrativas agenciadas por el Estado. Cuestión que permite recordar como la burocracia en tanto forma de gobierno cuya base descansa en lo legal-racional, puede operar como elemento obstaculizador-limitador de la iniciativa individual, además de establecer un conjunto de reglas estables que disminuyan el riesgo y permita dado el marco neoliberal al que se adscriben algunos países particularmente occidentales la competencia.
En la reflexión sobre el poder, el análisis ya no solo se centra en las formas de dominación ejecutadas por los otros, sino en la relación que existe entre estas y el gobierno de sí, dentro de modos de gobierno tales como el neoliberalismo. Este último entendido como una forma de vida en la que el mercado impregna todos los aspectos de la fábrica social (Ettlinger, 2016), y que, en términos históricos, revelaría el distanciamiento con el liberalismo clásico al sustituir la lógica del intercambio por la lógica de la competencia. Además de establecer en el sujeto una exposición al riesgo y la reinvención permanente, como elementos constitutivos de un ethos productivo que lo hace empresario de sí. Un sujeto, sujetado y subjetivado por la economía, el Estado y la sociedad, pero siempre, preocupado, “sin sentimentalismos ni retóricas, en proteger su pan de cada día, con la naturalidad de quien, para mantener la vida, no aprendió a pensar más de lo indispensable” (Saramago,1998).
Alcances y limitaciones de los emprendimientos de subsistencia
Hablar del emprendimiento como un fenómeno social orientado a la mejora de las condiciones socioeconómicas de un grupo social o individuo en un contexto particular, sin duda, se ha constituido en la característica más importante que desde diferentes perspectivas teóricas y epistemológicas se ha dado para explicar tal iniciativa. Sin embargo, cuando se menciona los emprendimientos de subsistencia, lo que se evidencia es que estos surgen dentro de entornos desfavorables y cuyo horizonte está en la supervivencia.
Contrario a los emprendimientos empresariales, en donde el sujeto-trabajador debe cumplir con la sentencia de “trabajarás de sol a sol todos los días de tu vida mientras me plazca y convenga en lo demás harás lo que quieras” (Saramago, 2003, p.352-353). Los emprendimientos de subsistencia, se anclan a perseguir una oportunidad en la cual de acuerdo con Zahra, Korri y Yu (2005) citado por García-Cabrera, Déniz-Déniz, y Cuéllar-Molina D. G. (2015, p.67) “[…] el emprendedor toma sus decisiones basándose tanto en criterios racionales como no racionales”, que podrían identificarse como atributos de su personalidad (asumir riesgos y ser autoeficiente), y que terminarían por influir de forma positiva en el desarrollo y mantenimiento de tales iniciativas dentro de los respectivos contextos en que se gestan. Siguiendo los planteamientos de Marulanda-Valencia, Montoya-Restrepo y Vélez-Restrepo (2014) “El papel del emprendimiento en el desarrollo económico y social es ampliamente reconocido y adquiere mayor importancia con el aumento de las tasas de desempleo, en especial asociadas con la actual crisis mundial” (p.90).
Una crisis, cuyas visibilidades están en el orden del aumento en el precio de las materias primas, dificultades frente al cumplimiento de requisitos económico-financieros para acceder a microcréditos y créditos, además del alto coste para la transformación tecnológica y formación instruccional en el oficio o actividad que desarrolla el emprendedor de subsistencia. La evidencia empírica, lo que muestra es que, aunque existe una fuerte motivación por parte de los emprendedores, para dinamizar este tipo de iniciativas, los emprendimientos de subsistencia resultan poco viables y sin una intención clara frente a la generación de valores agregados formales (empleo, desarrollo tecnológico e innovación), que sin duda han sido ampliamente abordados desde la teoría económica y en especial desde la noción de mercado.
Los emprendimientos de subsistencia han sido de forma tradicional representados como negativos para la dimensión económica en el mundo de la vida, obviando su valor como reconstructores de vínculos sociales en contextos de atomización. Gracias a la generación de formas de sociabilidad horizontal -comparten afectos, reconocimiento, apoyo-, que son aprovechadas en favor de la generación del propio bienestar y de una integración adaptativa a las nuevas dinámicas mercantiles que azuzan las políticas neoliberales y a las cuales pretenden resistir los protagonistas de estas iniciativas autogestionadas. A partir de un conjunto de prácticas cuyo horizonte se proyecta hacia la consolidación de una economía popular afincada en las conurbaciones de las grandes ciudades, pero con una significativa movilidad a lo largo y ancho de las mismas.
Cuestión, que pone en evidencia como el capitalismo de corte neoliberal, ha favorecido la emergencia de este tipo de emprendimientos, en razón al control de los mercados, concentración empresarial y práctica del lobby político ejecutado por las grandes empresas a todo nivel. Dejando entrever así, sus propias contradicciones. Gran parte del empleo creado con la condición capitalista neoliberal, no se ha dado gracias a las grandes empresas, o a una economía de escala, sino a través de pequeñas o medianas unidades económicas, que nacen al interior de la vida cotidiana y cuyo propósito es lograr un trabajo, dentro de un horizonte de futuro deseado por los diferentes individuos de una comunidad.
Si se preguntará por la eficiencia de la producción capitalista, la respuesta que ubicaríamos es la de un alto costo, mientras que los emprendimientos populares no la tendrían, en razón a que estos no deben pagar una renta, no involucran un alto porcentaje de fuerza de trabajo, pago de publicidad, ni adopción tecnológica relevante, aunque si deban lidiar con problemas de abastecimiento y seguridad tales como la disponibilidad y garantía de acceso a materias primas y la extorsión. Lo anterior, debido a que tales iniciativas nacen en contextos precarios y de debilidad institucional, que, aunque van superándose a través del tiempo, constituyen un desgaste para sus agenciadores, en lo que refiere a la consolidación de sus proyectos de vida. Cuestión que respalda, explorar los devenires subjetivos implicados en la experiencia social de emprender, así como de la eficacia práctica que los emprendimientos de subsistencia tendrían para elevar los niveles de bienestar social.
No obstante, a lo anterior, y de acuerdo con algunas investigaciones empíricas llevadas a cabo por Williams (2009) citado por Lafuente Ibáñez, López Domínguez y Poza Lara (2018) se tiene que:
los emprendedores informales no son solo de ingresos bajos, sino que se sitúan en ambos extremos de lo que llamaríamos escala salarial: los que ganan poco y los que ganan mucho son más propensos a emprender «en la sombra». La diferencia entre ellos es que aquellos con menores ingresos se mantienen completamente al margen de la economía formal, mientras que los más acaudalados lo hacen fuera de la formalidad solo parte de su actividad empresarial (pp. 21-25).
Reflexión que sugiere con base en el informe Global de Entrepreneurship Monitor (GEM, 2017) que el seguimiento realizado a los emprendimientos haya estado guiado por las características de dichas acciones empresariales, motivaciones y ambiciones de los empresarios, además de las actitudes de la sociedad. Según este mismo informe GEM (2017) Colombia está impulsada por una economía de eficiencia que agrupa las variables: altos niveles de educación y capacitación, eficiencia en los mercados de bienes y servicios, eficiencia en el mercado laboral, sofisticación del mercado financiero, preparación y actualización tecnológica. Elementos, en su mayoría ajenos a los emprendimientos de subsistencia.
No obstante, al revisar los datos de la Tasa de Actividad Emprendedora (TEA) por género para Colombia, se encuentre que la mayoría de los emprendedores realizan iniciativas de emprendimiento por oportunidad (hombres 79,2% y mujeres 75,5%), cifras que al compararse con América Latina disminuyen significativamente (hombre 74,8% y mujeres 68,1%). Además, al analizar variable edad de los emprendedores en el rango de 18 a 24 años para Colombia, esta arroje como resultado un 20,2%, mientras que América Latina registra tan solo un 16,5%. Datos que ubican a Colombia como la quinta economía de América Latina con emprendedores jóvenes, son Guatemala, Ecuador, Perú y Brasil los países que lideran tal escenario.
Ahora bien, al considerar la variable de distribución de sectores productivos en Colombia el sector mejor calificación fue el de transporte con 4,3%, comparado con la calificación promedio de América Latina (3,4%); seguido del sector financiero con una calificación 2%, mientras la calificación promedio para los países de la región fue del 1%; el último sector es el de ventas por mayor y menor con una calificación de 55,8%, siendo el promedio de América latina de 55.7%. Así mismo, los colombianos en la calificación de la variable de espíritu emprendedor están muy bien posicionados, ya que ocupan el puesto 9 dentro de una muestra de 54 países que participaron del estudio. Otro aspecto por destacar es que los colombianos tienen sus propias percepciones sobre el espíritu emprendedor, en comparación con países vecinos como Ecuador, Perú y México (Tabla No1).
Países | Colombia | Ecuador | Perú | México | ||||
Percepciones propias sobre el espíritu empresarial | % | Rank | % | Rank | % | Rank | % | Rank |
Oportunidades percibidas | 52,4 | 14 | 51,2 | 16 | 55,8 | 10 | 36,4 | 35 |
Capacidades percibidas | 68,5 | 4 | 74,1 | 2 | 67,6 | 5 | 50,1 | 22 |
Miedo al fracaso | 26,1 | 50 | 27,1 | 48 | 30,7 | 40 | 28,4 | 46 |
Intenciones empresariales | 52,3 | 3 | 48,2 | 2 | 43,2 | 8 | 13,2 | 36T |
Fuente: Informe Global de Entrepreneurship Monitor (GEM, 2017).
Como se observa desde el gráfico en Colombia los emprendedores tienen una percepción positiva para agenciar sus emprendimientos en el país, en la mayoría de los casos estos encuentran respaldo a través de programas de apoyo gubernamental, acompañamiento de organismos de cooperación internacional, o mediante la asociatividad, además los colombianos afirman elegir ser emprendedor como carrera de desarrollo personal. Estos resultados son similares con Ecuador.
Sin embargo, a lo antes expuesto hay que mencionar que son la insuficiente planeación estratégica, sumada a la deficiente planeación financiera y baja generación de valor agregado, los factores que más afectan la sostenibilidad de los emprendimientos de subsistencia, esto toda vez, a que mantenerse en el tiempo, en el mercado y encontrar las opciones reales para el desarrollo de las propias capacidades, dependen en su mayoría de la gestión que adelante el agente emprendedor. El cual, precisa de ciertos elementos cognitivos -comprender, analizar e interpretar-, que al emplazarlos le permiten ir en la búsqueda de sus objetivos, pero sin olvidar las condiciones que esboza el contexto.
Un escenario que, para el caso de América Latina, en 2015, según cifras de la CEPAL (2016) presento 175 millones de personas pobres. Y en 2016 comprobó las asimétricas brechas de desigualdad social y amenaza al proyecto democrático liberal, que se ciernen sobre esta región y que siguen siendo explicadas, pronosticadas e intervenidas desde la directriz hegemónica neoliberal. Es decir, desde aquella línea de pensamiento dominante, en la cual la vida se define a través del alcance del éxito personal, desmoronamiento de mercados y volatilidad del capital, dentro de unas coordenadas históricas que cada vez más se alejan de la cultura, ciencia y el arte, y cuyos efectos son susceptibles de rastrear a través de la percepción de la esperanza de vida, cantidad y calidad de los vínculos afectivos de las personas.
Desde esta postura, por ejemplo, el ser humano, la fuerza productiva y configuradora de la realidad, ahora se convierte en algo material, susceptible de ser agotado, consumido y porque no negado, a partir de su valor de uso. En otras palabras, de la forma en que orienta y da forma a su voluntad, al interior del mundo de la vida y en la interacción propia que establece con la naturaleza. Según Millán (2018) en la modalidad capitalista:
Lo específicamente humano del sujeto social, su capacidad para decidir sobre sí mismo, es suplantado por la lógica de otro sujeto, el sujeto automático del valor valorizándose, el sujeto abstracto del capital que descentra el proceso de reproducción social para trasladarlo justamente hacia el bien producido, el producto, las cosas que adquieren vida propia en detrimento de la riqueza social, de las relaciones sociales (p.170).
Cuestión, que sugiere que el sujeto humano social, no es solo explotado en lo físico, sino que también se halla limitado a la hora de decidir sobre sí mismo, dado la efectividad de la instauración ideológica del capitalismo y su afincamiento como forma de vida y matriz cultural. Hoy el neoliberalismo ha dejado de ser un modelo político-económico rígido, para ahora mutar a un sistema de racionalidad que permea la cotidianidad de las personas -normas, expectativas y formas de percibirse a sí mismas-, dentro de contextos ya modelizados por este mismo sistema. Y que visibilizaría el margen de libertad y peligro en que vivimos todos y para lo cual habría que aprender la técnica (conocimientos y formas de trabajo) para vivir bien y consolidar tales iniciativas.
En Colombia al decir de Castiblanco-Moreno (2018), el tema del emprendimiento empezó a hacerse evidente, a partir de la Ley 1014 de 2006, con la obligación de dictar este tipo de cátedra en los colegios, mientras que en las universidades fue a través de la REUNE, una iniciativa de ASCUN, para potenciar las industrias creativas. En palabras de Aranguren, Larrea y Peña (1999):
El capital humano del emprendedor, entendido como la cantidad y calidad de conocimiento adquirido, el grado de aprendizaje y de productividad es catalogado como uno de los factores más relevantes en la sostenibilidad de una nueva empresa. Por tanto, las probabilidades de lograr el éxito empresarial serán mayores en la medida en que su capital humano sea más abundante y productivo. (p.15)
Situación, que contrasta de forma negativa con el contexto real en que se desenvuelven los emprendedores de subsistencia, ya que buena parte de estos, carecen de una base formativa y experiencia formal en el campo de la organización empresarial, pero no así de la creación y sostenibilidad de tales iniciativas. La necesidad de obtener ingresos constituye la guía que orienta su realización, aunque los resultados no sean del todo óptimos.
Conclusiones
Los emprendimientos de subsistencia son la respuesta “dura” agenciada por un sujeto individual o colectivo, ante la multiplicidad de embates que la estructura económica de corte capitalista-neoliberal ha tenido al interior de las sociedades modernas, y cuyos efectos no solo afectan la dimensión individual de cada sujeto, sino también sus áreas relacionales más próximas -político, social, ambiental y cultural-. Bajo la condición neoliberal, hay una modelización de la subjetividad, que lleva al sujeto a asumir riesgos y actuar tan solo guiado por sus propios intereses, dentro de una dinámica de competencia, que además de excluirlo del mercado en términos de materialidad formal, lo que deja como saldo, es un aumento de la tensión existente entre intentar no morir y las condiciones efectivas de pobreza, desintegración social, ausencia institucional, que caracterizan a gran parte de los contextos geográficos en que emergen estas iniciativas socioeconómicas. Las cuales, sin duda alguna se valen del mercado como espacio de intercambio para lograr subsistir, dentro de sistemas de pensamiento cada vez más institucionalizados y portadores de una racionalidad dominante, que amenaza de manera latente sus condiciones de bienestar y porque no la vida misma.
Hablamos de tecnologías de gestión política que, con sus propios modos de organizar la sociedad, legitimar la dominación y establecer un relato común, logran subjetivar y sujetar a los sujetos, a tal punto de conducir su conducta, deseos y aspiraciones, como en efecto lo hace la burocracia. Mientras, que la noción de gubernamentalidad, se orientaría a un trabajo sobre sí mismo, cuyo fin es condicionar las relaciones de poder que surgen entre gobernantes y gobernados, y que en algunos casos puede llegar a requerir de ciertas formas de inteligencia individual o colectiva, además de llevar al límite la responsabilidad, solidaridad y previsión, en tanto capacidades humanas para enfrentarse a los riesgos que trae la vida y triunfar sobre estos.
Tal y como se ha evidenciado a lo largo del texto, las fuerzas del mercado como la oferta y la demanda, la inflación y el desempleo, pueden ocasionar tragedias humanas e institucionales, que vistas desde el capitalismo, pueden ser aprovechadas para adelantar reformas sustanciales que le beneficien y robustezcan. A tal punto, de generar mayores niveles de exclusión, explotación y debilitamiento del aparato institucional, como ocurre con la informalidad, trabajo precario, mínimo uso de la tecnología, baja productividad, que caracterizan a los emprendimientos de subsistencia.
Referencias
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Notas