Artículos de Investigación
Diferencias intergeneracionales en el Sentido de Comunidad entre un grupo de niños y adultos mayores de la parcela de Cujacal en la ciudad de San Juan de Pasto – Colombia
Intergenerational differences in the sense of community of a group of children and older adults of the Cujacal plot in San Juan de Pasto city - Colombia.
Diferenças intergeracionais no sentido de comunidade entre um grupo de crianças e adultos da terceira idade de Cujacal, na cidade de San Juan de Pasto – Colômbia.
Pensamiento Americano
Corporación Universitaria Americana, Colombia
ISSN: 2027-2448
ISSN-e: 2745-1402
Periodicidad: Frecuencia continua
vol. 12, núm. 23, 2019
Recepción: 10 Septiembre 2018
Aprobación: 15 Diciembre 2018
Resumen: Introducción: El sentido de comunidad constituye un fenómeno fundamental al momento de analizar las realidades comunitarias, por ello el presente artículo se propone su abordaje desde una perspectiva intergeneracional, la cual permite el reconocimiento de diferencias sustantivas en los campos perceptivos y de representación del sentido de comunidad en adultos mayores y niños, pese a compartir el mismo espacio geográfico - comunitario. Objetivo: Reconocer las diferencias intergeneracionales entre adultos mayores y niños de la comunidad de Cujacal Centro frente al sentido de comunidad. Metodología: Se propuso un estudio cualitativo, con enfoque histórico hermenéutico y perspectiva fenomenológica. En el estudio participaron adultos mayores y niños, y se aplicaron grupos focales y entrevistas a profundidad. Resultados: Se presentan diferencias en diversas dimensiones de los componentes del sentido de comunidad y algunos puntos de confluencia. Las diferencias más destacadas se ubican entorno a la conexión emocional compartida, la integración, satisfacción de necesidades y la membresía, mientras que hay confluencias en la percepción de influencia, aunque en diversos niveles. Conclusión: Se reconocen diferencias intergeneracionales que dan cuenta que el espacio geográfico compartido no determina la misma percepción del sentido de comunidad, de igual manera, se identifica que tanto niños como adultos mayores, no tienen un fortalecido sentido de comunidad y no comparten escenarios de interacción que les permita su integración, razón por la cual se aduce que la comunidad de Cujacal presenta indicios de fragmentación comunitaria.
Palabras clave: Sentido de Comunidad, intergeneracional, adultos mayores, niños, comunidad.
Abstract: Introduction: The sense of community includes a fundamental phenomenon when analyzing community realities, for this reason the present article proposes its approach from an intergenerational perspective, which allows the recognition of substantive differences in the perceptive fields and representation of the sense of community in older adults and children, despite sharing the same geographic space - community. Objective: Recognize the intergenerational differences of older adults and children of the community of Cujacal Centro in the face of the sense of community. Methodology: A qualitative study was proposed, with historical hermeneutic approach and phenomenological perspective. The study involved 18 older adults and 32 children, and focus groups and in-depth interviews were applied. Results: There are differences in different dimensions of the components such as the sense of community, and some points of confluence. The most outstanding differences are located around the shared emotional connection, integration and satisfaction of needs and membership, while there are confluences in the perception of influence, but at different levels. Conclusion: Intergenerational differences are recognized that show that the shared geographical space does not determine the same perception of the sense of community, in the same way, it is identified that both children and older adults do not have a strengthened sense of community, and do not share scenarios of interaction that allows their integration, which is why it is alleged that the community of Cujacal shows signs of community fragmentation.
Keywords: Sense of Community, intergenerational, elderly, children, community.
Resumo: O sentido de comunidade constitui um fenômeno fundamental no momento de analisar as realidades comunitárias; sua abordagem desde uma perspectiva intergeracional permita o reconhecimento de diferenças e confluências subjetivas nos participantes, apesar de compartilhar os mesmos espaços geográficos. Reconhecer as diferenças intergeracionais entre adultos da terceira-idade e crianças da comunidade de Cuajacal centro em face ao sentido de comunidade. Foi proposto um estudo qualitativo com enfoque histórico-hermenêutico e perspectiva fenomenológica. Foi utilizada a técnica de grupos focais e entrevistas em profundidade. Resultados: Foram notadas diferenças e pontos de confluência. As diferenças mais destacadas se localizam sobre a conexão emocional compartilhada, a integração, a satisfação de necessidades e a filiação, enquanto existem confluências na percepção de influência. São reconhecidas as diferenças intergeracionais que sinalizam que o espaço geográfico compartilhado não determina a mesma percepção do sentido de comunidade, do mesmo modo se identifica que tantas crianças como adultos da terceira-idade não tem o sentido de comunidade fortalecido, como tampouco compartilham cenários de interação que lhes permita sua integração.
Palavras-chave: Sentido de comunidade, intergeracional, adultos da terceira-idade, crianças, comunidade.
INTRODUCCIÓN
El concepto de comunidad ha sido definido como un grupo humano enmarcado en un espacio geográfico determinado que comparte, en lo fundamental, comunión de actitudes, sentimientos, tradiciones, usos y patrones lingüísticos comunes correspondientes a una lengua histórica o idioma; con las características propias que le permiten identificarse como tal. Este grupo de personas que vive en un área geográficamente específica comparten actividades e intereses comunes, en las cuales pueden o no cooperar formal e informalmente con el fin de dar solución a los problemas colectivos (Causse, 2009). Por su parte, Sánchez Vidal (1996), plantea que la comunidad es un sistema o grupo social de raíz local, diferenciable en el seno de la sociedad de la cual se es parte con base a características e intereses compartidos por sus miembros y subsistemas que incluyen: localidad geográfica, interdependencia e interacción psicosocial estable, sentido de pertenencia a la comunidad e identificación con sus símbolos e instituciones, todos ellos enmercados en un sentimiento o sentido de comunidad (Meza, 2009).
En los últimos 20 años el sentido de comunidad, como concepto incorporado a la reflexión de los procesos sociales ha incrementado su relevancia a nivel investigativo, debido a que en el contexto actual se refleja una pérdida progresiva de la cohesión, integración, filiación y pertenencia de los individuos a sus comunidades (Guitart y Sánchez, 2012); razón por la cual, el estudio del sentido comunitario y la búsqueda de estrategias que lleven a su fortalecimiento se ha convertido en una preocupación central en la Psicología Comunitaria y otras disciplinas llamadas a comprender la organización social y los diversos fenómenos que den cuenta tanto de factores protectores como de problemas sociales.
Tal es el caso de la comunidad de Cujacal Centro, ubicada en el corredor oriental del Municipio de Pasto en el Corregimiento de Buesaquillo, zona de amplio impacto por la construcción de la nueva vía panamericana que fracciona en dos sectores su territorio, además por el crecimiento urbano de la ciudad que deja la cabecera veredal ya a 6 minutos del casco urbano. El sector de Cujacal Centro al limitar con los Barrios Sindagua y Nueva Sindagua, éste último proyecto de vivienda social en el programa del Ministerio de Vivienda, en el cual fueron beneficiadas personas de estratos socioeconómicos 0 y 1 ha venido presentando nuevas dinámicas asociadas a la inseguridad, creciente consumo de SPA en población juvenil y cambios en las prácticas de sostenimiento familiar, del sector agricola al de construcción. Adicionalmente, en la comunidad se identifican procesos de conurbación que impactan las dinámicas de organización comunitaria, integración, sistema de creencias y prácticas sociales, por cuanto sus habitantes perciben amenazante en su estructura social el influjo de los imaginarios y prácticas de la ciudad que se yuxtaponen abruptamente desde la población juvenil a las dinámicas históricas de su comunidad, factor que centra el interés del estudio en el análisis de los sentidos de comunidad en adultos mayores y niños, los primeros como receborio de la identidad cultural y comunitaria de la comunidad, los últimos al presenciar un nuevo escenario de interacción comunitaria, lo que inscribe la intencionalidad del artículo, en proponer un análisis del sentido de comunidad en el marco de los estudios intergeneracionales.
Dilthey, (1875, citado por Paolo, 1999) define la generación como una entidad constituida por un grupo de individuos que han compartido una experiencia histórica, vivencia de la cual se deriva su orientación moral y un destino común; mientras Ojeda y López, (2017), señalan dentro de las relaciones intergeneracionales a aquellas mediadas por algún componente cultural como los valores, las prácticas y las acciones, que favorecen la interacción de personas pertenecientes a distintas generaciones, tal es el caso de los niños y los adultos mayores. Razón por la cual se asume el concepto de generación en un sentido histórico, es decir, desde la perspectiva del grupo de edad, como una cohorte de individuos que comparten similar identidad etaria y que se constituyen como grupo social (Paolo, 1999), de modo, que las generaciones se entienden como un conjunto de individuos que comparten un nicho de experiencias que les sujetan a hechos históricos compartidos, y que les circunscriben a una fase del ciclo vital (Caballero y Baygorria, 2013).
En cuanto al sentido de comunidad, Sarason (1974; citado por Montero, 2004), fue el primero en usar dich noción, refiriéndose a ésta como la percepción de similitud con otros, una interdependencia consciente, una voluntad de mantener esa relación de influencia dando o haciendo a otros lo que se espera de ellos; por ende, se convierte en aquel sentimiento de que se es parte de una estructura mayor, estable y de la que se depende (Montero, 2004). Asimismo, el sentido de comunidad involucra a las personas en acciones para la resolución de problemas, generando en el actuar colectivo posibles soluciones efectivas a los diversos problemas de la comunidad (Távara, 2012). En esa perspectiva McMillan y Chavis (1986) proponen cuatro componentes con el fin de explicar el concepto de sentido de comunidad, los cuales son, membresía o pertenencia, influencia social, integración y satisfacción de necesidades y conexión emocional compartida.
El componente de Membresía o Pertenencia consiste en el sentimiento de haber invertido parte de sí mismo en la comunidad, y de pertenecer a ella. Concretamente, esto conlleva (a) la delimitación de una frontera entre los miembros y los que no lo son, (b) la existencia de un sistema de símbolos compartidos, (c) la experiencia de seguridad emocional, (d) la inversión personal en la comunidad y, finalmente, (e) el sentimiento de pertenencia e identificación (McMillan y Chavis, 1986); es decir, este componente abarca la historia y la identidad social compartida por los miembros, los símbolos comunes, la seguridad y el apoyo emocional, la inversión personal en la comunidad; además de los derechos y deberes provenientes de ser parte de esta (Montero, 2004).
El componente de Influenciase refiere al poder que los miembros ejercen sobre el colectivo y recíprocamente el poder de las dinámicas del grupo sobre sus miembros (McMillan y Chavis, 1986). Este componente implica la cohesión y la unidad del grupo, esta cohesión depende de si el grupo tiene o no influencia sobre sus miembros (Meza, 2009) y hace referencia a la capacidad, tal como es percibida, de inducir a otros a actuar de una cierta forma, así como de ser consultados o de que su opinión sea escuchada y tenga un alto valor en la comunidad (Montero, 2004).
El componente de Integración y satisfacción de necesidades tiene que ver, con los valores compartidos por los miembros del grupo; y se refiere al intercambio de recursos para satisfacer las necesidades de los integrantes (McMillan y Chavis, 1986); es decir, tiene que ver con los beneficios que la persona recibe por el hecho de pertenecer a la comunidad. Estos beneficios pueden ser en términos de status, respeto, valores compartidos, popularidad y ayuda material y psicológica en momentos de necesidad (Maya, 2004). Asimismo, el componente de Conexión Emocional, en el cual los miembros reconocen la existencia de un lazo compartido, y destacan éste vínculo como el resultado del contacto positivo prolongado y de participar de experiencias y una historia común (Maya, 2004). Según McMillan y Chavis (1986), este es el componente fundamental en el Sentido de Comunidad.
Finalmente, los estudios intergeneracionales posibilitan el conocimiento de las interacciones sociales en las dimensiones macro y microsocial (Ojeda y López, 2017), de allí el interés del presente artículo de describir las diferencias intergeneracionales como campo de oportunidad en el reconocimiento de los roles sociales de los grupos etarios frente al sentido de comunidad, y proponer como marco de reflexión la existencia de diferencias sustantivas en los componentes de pertenencia, conexión emocional, influencia e integración de acuerdo a las vivencias generacionales como individuales desde las cuales se construyen campos de representación simbólica y valoración del entorno.
METODOLOGÍA
Paradigma
El paradigma en el que se fundamentó este proyecto de investigación es de tipo cualitativo, por cuanto es una herramienta que intenta hacer una aproximación global de las situaciones sociales para explorarlas, describirlas y comprenderlas, teniendo en cuenta los conocimientos que tienen las diferentes personas involucradas en ella, lo cual supone que los individuos interactúan, con el fin de obtener un concepto común de la realidad que comparten (Bonilla y Rodríguez, citado en Del Canto, 2012).
De acuerdo a Martinez, (2006) la investigación cualitativa trata de identificar la naturaleza profunda de las realidades, su estructura dinámica y relaciones que se establecen, es decir da razón plena del comportamiento y manifestaciones, con el fin de recoger datos, categorizarlos e interpretarlos; por lo tanto, considera que el conocimiento es el resultado de una relación compresiva entre el investigador y la realidad abordada. En efecto, la investigación tuvo como fin reconocer las diferencias intergeneracionales en la percepción del sentido de comunidad desde un marco de indagación discursivo, que permita el reconocimiento subjetivo de cada participante frente a los componentes del sentido de comunidad como construcción social, por tanto, se enfatizó en explorar de manera sistemática los conocimientos, actitudes y valores que comparten los individuos en un determinado contexto social (Bryman, 1988, citado en Bonilla y Rodríguez, 1997).
En coherencia, el trabajo realizado siguió el enfoque histórico-hermenéutico, el cual según López (2001), busca comprender e interpretar un fenómeno o realidad en un contexto concreto, que para fines de la investigación radica exclusivamente en el reconocimiento de las diferencias intergeneracionales en el sentido de comunidad del entorno veredal de Cujacal Centro.
Método Fenomenológico
De acuerdo a Martínez (1998) la fenomenología centra su interés en el significado colectivo que los participantes le otorgan a su experiencia, devalando las estructuras sociales que constituyen prácticas comunitarias y establecen lógicas de significación, postulado coherente con lo planteado por Mari et al., (2010) para quien “las estructuras fenomenológicas no son directamente observables y es necesaria la construcción de modelos de evaluación que reflejen las intenciones y significados de los actores” (p.115) de manera que la función social de investigador es facilitar el acceso a lo vivido en la compilación de la experiencia tal como se va produciendo socialmente.
Unidad de Análisis
Adultos mayores y niños pertenecientes a la comunidad de Cujacal Centro – Municipio de Pasto, Colombia, cuyo nacimiento, residencia actual y vivencia histórica se reporte dentro del entorno veredal. Se entiende por vivencia histórica, cuando una persona ha vivido más del 80% del ciclo vital o de la edad cronológica dentro de una comunidad.
Sujetos de Estudio
32 niños entre los 7 a 12 años y 18 adultos mayores entre los 69 a 78 años, de género masculino y femenino pertenecientes al entorno rural de la comunidad de Cujacal Centro – Municipio de Pasto, Colombia, cuyo nacimiento, residencia actual y vivencia histórica se reporta dentro del entorno veredal.
Técnicas de Recolección de Información
Los instrumentos que se implementaron en desarrollo de esta investigación corresponden, en primer término a 6 sesiones de grupo focal, herramienta que permite investigar los relatos de las acciones, de modo que se identifiquen y develen experiencias cotidianas organizadas según la racionalidad de la acción; por cuanto indaga la dimensión práctica de los mundos sociales, que se sostienen en los universos discursivos, ésta técnica tuvo como propósito registrar cómo los participantes perciben los componentes del sentido de comunidad teniendo como referencia su vivencia histórica (Aigneren, 2006).
A su vez, se implementaron 18 entrevistas a profundidad a algunos informantes claves, con quienes se realizaron encuentros reiterados cara a cara entre el investigador y los informantes, dirigidos hacia la comprensión de las perspectivas que tienen los informantes respecto de sus vidas, experiencias o situaciones, tal como las expresan con sus propias palabras (Robles, 2011); por informante clave entendimos a adultos mayores de amplia tradición en la comunidad y niños que desempeñaban roles comunitarios, deportivos o de liderazgo en la comunidad. Esta técnica permitió obtener la información necesaria proveniente del discurso de los adultos mayores y los niños quienes relataron sus vivencias comunitarias, sentidos y significados atribuidos a la membresia, la integración, conexión emocional e influencia comunitarias.
Procedimiento
Inicialmente, se realizó el primer contacto con los participantes a quienes se expuso la naturaleza y relevancia de la investigación, de modo que se garanticen los elementos éticos para que los interesados tomen sin coacción alguna, la decisión de participar del presente estudio dando lugar a la firma del consentimiento informado para los adultos y el asentimiento informado para los menores de edad, donde se incluyen condiciones de participación, las cuales fueron respetadas a lo largo del trabajo de campo e informe de investigación.
Seguidamente, se adelantó una inserción en el contexto de interacción comunitaria de los sujetos de estudio, desde la observación independiente, dando lugar al trabajo de campo propuesto desde escenarios de grupo focal y entrevista a profundidad. Una vez, terminado el trabajo de campo se implementó el plan de análisis de información consistente en la reducción, organización de información y emisión de conclusiones desde la elaboración de unidades de significado general de cara a la redacción final del informe de investigación.
Plan de Análisis de Información
Por análisis de datos cualitativos se entiende el proceso mediante el cual se organiza y manipula la información recogida por los investigadores para establecer relaciones, interpretar, extraer significados y conclusiones (Spradley, 1980). El análisis de información de los datos cualitativos de la presente investigación siguió tres etapas, como sugieren Rodríguez-Sabiote, Quiles & Herrera-Torres (2005).
a) Reducción de Datos
Comprendió la separación de unidades de contenido en las dimensiones temática, conversacional y social; desde los cuales se identificó y clasificó elementos que facilitaron una categorización y codificación (Spradley, 1980).
b) Elaboración de Unidades de significado general
Para Mari et al., (2010) se trata de recoger las diversas intervenciones agrupándolas en porciones que formen una unidad de significado bien desde una categoría deductiva prevista anticipadamente o categorías emergentes del trabajo de campo. Una vez obtenidas las unidades de significado relevantes para la investigación se buscó criterios teóricos que permitan agrupar algunas de estas unidades de significado a través de una matriz de organización categorial que refleje la relación fenomenológica de los hallazgos.
Posterior a la identificación de las unidades de significado general y las relaciones fenomenológicas entre las categorías y microcategorías de análisis, se establecieron relaciones teóricas a fin de develar el horizonte interpretativo de la vivencia procedente de narrativas, acciones e interacciones de los participantes frente al fenómeno en estudio (Rodríguez-Sabiote, Quiles & Herrera-Torres, 2005). En el proceso de clasificación se estableció un marco de relación fenomenológica de las categorías identificadas.
c) Generación de resultados y conclusiones.
Constituye la fase de consolidación teórica, discusión crítica con otros postulados y el establecimiento de conclusiones (Rodríguez-Sabiote, Quiles & Herrera-Torres, 2005). Se partió de un análisis fenomenológico y problematización de datos desde los componentes del sentido de comunidad y otros hallazgos.
Consideraciones éticas
El proyecto del que se deriva el estudio fue sometido al Comité de Ética de la Universidad de Nariño el cuál dió aval al mismo, dictaminando la viabilidad del consemiento y asentimiento informado de la investigación, el cual garantizó el derecho de confidencialidad, libertad de participación y acción sin daño.
RESULTADOS
Para la comprensión del sentido de comunidad y el establecimiento de las diferencias intergeneracionales desde una perspectiva cualitativa, el estudio se orientó desde las cuatro componentes propuestos por McMillan y Chavis (1986) y Sarason (1974), mismos que fueron indagados en el sujeto de estudio desde un marco de indagación discursivo.
En relación a la membresía, se atienden los criterios propuestos por (Maya, 2004; McMillan y Chavis, 1986), desde los cuales se identifican importantes elementos diferenciales entre los grupos poblacionales del estudio. En los niños, se presenta una concepción de parcela amplia, es decir, para ellos la comunidad es el conjunto de personas con quienes interactúan, sin darle relevancia a los límites geográficos “yo soy de acá y tengo amigos de muchas partes”, mientras que los adultos mayores tienen conocimiento de cuales son los límites geográficos que tiene su comunidad, además identifican las familias con quienes se construyó el nicho simbólico de la comunidad “Cujacal tiene historia, los Martínez, Delgado y Merchancano fundaron el pueblo que va desde el puente de tabla hasta la cuesta alta”. En cuanto a la percepción de seguridad emocional, los adultos mayores no se sienten involucrados en la dinámica comunitaria, encontrándose las necesidades afectivas insatisfechas “ya uno de viejo no importa en la comunidad, poco lo tienen en cuenta”; por su parte los niños, conciben que la comunidad les ofrece espacios donde pueden expresar sus sentimientos, ser reconocidos y protegidos, también valoran espacios recreativos, culturales y deportivos donde son satisfechas sus necesidades afectivas “yo me siento contento de mi sector porque tenemos todo y mis papás me sacan al parque a jugar y vienen las escuelas de arte”.
En relación con el sentido de pertenencia e identificación, los adultos mayores conservan un sistema de creencias asociado a la historia de la comunidad, y tienen expectativas de filiación colectiva con sus pares generacionales, desde donde integran un punto de referencia en su identificación y pertenencia a la comunidad “en la comunidad siempre hemos sido colaboradores, varios apoyamos la construcción del acueducto por eso a veces nos reunimos a recordar”; al contrario los niños, no tienen una expectativa sujeta a una identidad común, entre tanto los procesos de integración son más amplios, reconocen que hacen parte de un entorno veredal, pero su adhesión y pertenencia es más de filiación generacional que de identidad comunitaria “yo conozco a muchos niños porque jugamos en la escuela o en la cancha, pero esos niños vienen de varias partes”.
Existe una amplia diferencia en cuanto a la historia y sistema simbólico compartido, los adultos mayores tienen un amplio repertorio de la memoria histórica y cultural de la comunidad, por tanto expresan mayor sensibilidad frente a acontecimientos históricos de la comunidad y reconocen los símbolos religiosos y de paisaje natural propios de la vereda “acá la patrona es María Auxiliadora que la trajimos en el 45 desde lejos” “naturales hay varios lugares importantes en el nacimiento del acueducto o el valle de las piedras”; por su parte lo niños, no comparten un sistema simbólico relacionado con su identificación y reconocimiento de la comunidad, destacan como símbolos culturales sólo la fiesta patronal, desconociendo la construcción histórica, la memoria oral y paisaje natural asociado, dinámica comunitaria que se soporta en el cambio de los procesos comunicacionales entre los roles familiares, y el acceso de los niños a la tecnología y la internet.
Se encuentra una posición común entre los grupos poblacionales, en relación a la inversión personal, donde no se reporta en ninguno de los grupos etarios, esfuerzo por hacer parte de la comunidad, siendo claro, que los dos grupos se sienten parte vinculante de su comunidad por el hecho de residir en ella, no por compartir significaciones e imaginarios colectivos comunes. En cuanto al componente de la influencia, los niños consideran que sus acciones no afectan a su comunidad, sin embargo, destacan que las acciones de los adultos sí “los niños todavía no somos grandes, nuestros papás si hacen cosas por el pueblo”; en el mismo sentido, los adultos mayores, reportan que han ido perdiendo con el envejecimiento la influencia en la comunidad, afirmando que tanto su participación como el conocimiento de la comunidad son subutilizados por la población adulta media que ejerce liderazgo e influencia en todos los niveles “ya uno para los jóvenes no vale nada, antes se respetaba a los mayores ahora ya no servimos”. En cuanto al ejercicio del poder y la influencia, para los niños es normalizado que dicho rol sea ejercido por los adultos, mientras los adultos mayores expresan niveles de exclusión social en la toma de decisiones, lo que incide en su percepción de cohesión comunitaria. Situación que da cuenta además de la baja autoestima colectiva de los adultos mayores, quienes presentan percepciones negativas frente a su propia valía, desconocen sus aportes a la comunidad y restan valor a su experiencia como aportes comunitarios.
En referencia a la integración y satisfacción de necesidades, los niños se sienten vinculados a un núcleo común liderado por los adultos, el cual logra satisfacer necesidades afiliativas, recreativas, culturales y educativas; mientras los adultos mayores, reportan un nivel más bajo de integración, y expresan que la comunidad logra parcialmente satisfacer sus necesidades recreativas, de afiliación y de salud “ahora ya no hay los espacios de antes, algunas veces nos llevan a celebrar a los adultos mayores pero rara vez”. Asimismo, los adultos mayores consideran que la comunidad no logra transformar sus necesidades en metas colectivas, por cuanto priorizan en las necesidades de los niños, sobre las del resto de miembros de la comunidad. Adicionalmente, no se encuentran reportes verbales que den cuenta de la capacidad de niños y adultos mayores en la satisfacción de sus necesidades por sí mismos.
En cuanto a la conexión emocional en la que se identifican lazos afectivos más estrechos entre los niños y la comunidad lo que explica una positiva percepción de apoyo social, contraria a la percepción de los adultos mayores, para quienes no existen escenarios que permitan la búsqueda conjunta de decisiones colectivas que repercutan en su integración y bienestar “cuando uno es viejo ya no lo tienen en cuenta para nada, a veces somos estorbos para las familias”. Al respecto, se observa que los dos grupos no hacen parte de la búsqueda conjunta de soluciones a los problemas de la comunidad, ni que perciban las mismas necesidades, situación que dificulta el intercambio de recursos y la creación de redes intergeneracionales que soporten relaciones de mutualidad entre adultos mayores y niños. En efecto, la comunidad no se soporta en redes comunitarias ni grupos de interés que permitan la convergencia de las necesidades e intereses de los diversos grupos, pese a las diferencias reportadas en la percepción de apoyo social.
En relación a los procesos socioafectivos, el estudio evidencia la existencia de diferencias sustanciales, los niños sienten mayores niveles de reconocimiento y de apoyo “yo soy feliz en el pueblo porque acá nos quieren arto a los niños”, mientras los adultos mayores afirman vivir procesos de exclusión social, percepción que minimiza sus niveles de participación y agudiza la sensación de bajo apoyo social y satisfacción de necesidades. Finalmente, se destaca que las vivencias individuales y generacionales presentes determinan las significaciones que tanto adultos mayores como niños dan a su experiencia de comunidad, siendo relevante para las partes el reconocimiento afectivo y el soporte social que pueda brindarles el nicho comunitario.
DISCUSION
Gracia y Herrero (2006) proponen que la comunidad como sistema geográfico actúa como un elemento de conexión entre la persona y su estructura social, no obstante, el estudio da cuenta de una variación entre los niños y los adultos mayores en diversas dimensiones del sentido de comunidad, pese a compartir el mismo espacio geográfico. En éste nivel, para los primeros la dimensión territorial y geográfica no se constituye en un elemento relevante de membresía, mientras para los segundos dicha dimensión se articula con la memoria oral de la comunidad y favorece su identificación y pertenencia (Gardner y Davis, 2014); Es posible que los lugares físicos para los niños y adolescentes, ya no representen la importancia que los adultos le dan. Hoy en día en una sociedad digital, virtual, gracias al internet, los jóvenes navegan por sitios o lugares virtuales lo que puede estar relacionado con esa falta de conexión. Los niños se identifican con lugares y personas que ya no hacen parte de su entorno más cercano y real, lo que les lleva a estar más conectados con extraños que con sus propios vecinos, padres o abuelos (Gardner y Davis, 2014).
Frente al sentido de comunidad Camargo y Palacio (2017) sostienen que está relacionado de manera intrapsicológica con la capacidad del individuo de establecer relaciones íntimas dentro de la comunidad, como el tiempo de convivencia, la participación activa en reuniones y la filiación a grupos de interés; al respecto, los niños se perciben más integrados a la comunidad, en la medida que ésta les ofrece varios espacios interactivos, situación opuesta a los adultos mayores quienes se perciben menos integrados al no existir espacios dónde se encuentren vinculados y que les permitan conservan un rol activo dentro de la comunidad.
En relación a la membresía y pertenencia, de acuerdo a Montero (2004) este componente consiste en el sentimiento de haber invertido parte de sí mismo en la comunidad y de pertenecer a ella. Se identificaron diferencias importantes en cuanto a la no existencia de símbolos compartidos y como punto de confluencia que ninguno de los grupos intergeneracionales generaran una inversión personal en la comunidad. En cuanto a los adultos mayores logran delimitar las fronteras entre quienes son reconocidos como miembros de la comunidad y no, mientras que los niños establecen redes comunitarias ampliadas y su concepción de membresía va más allá de los limites territoriales y comunitarios (Maya, 2004); es decir, en referencia a lo postulado por Montero, (2004) los adultos mayores y los niños no tienen una historia e identidad social compartida, lo que implica ausencia de los símbolos comunes, y diferencias en la percepción de seguridad y el apoyo emocional, así como de los derechos y deberes derivados del ser parte de una comunidad (Montero, 2004).
Lo anterior, concuerda con lo propuesto por Cueto et al (2015), quien concibe que el sentido de comunidad ofrece un balance subjetivo respecto al sentido de pertenencia, los procesos socioafectivos y las vivencias de los individuos o grupos respecto a la satisfacción de sus necesidades y el reconocimiento. Supuesto evidenciado en los resultados del estudio, donde a modo global existe un mayor sentido de pertenencia de los adultos mayores por su comunidad consecuencia de la vivencia y participación en la construcción histórica de la comunidad de Cujacal, acumulada en su memoria histórica y cultural, la cual se ve menguada por la percepción de exclusión social y socioafectiva; contrario a los niños quienes desconocen marcos de referencia históricos y simbólicos en su comunidad, lo que expresa su poca identificación con la membresía.
En cuanto a la influencia, Montero (2004) sostiene que representa al poder que los miembros ejercen sobre el colectivo y recíprocamente al poder de las dinámicas del grupo sobre sus miembros, factor asociado con la cohesión y la unidad del grupo la cual depende de si el grupo tiene o no influencia sobre sus miembros; en el estudio se evidencia que tanto adultos mayores como niños reconocen que la capacidad de influencia la concentran los adultos medios y perciben que son influenciados permanentemente por las decisiones de ellos; generando malestar para algunos adultos mayores el hecho de perder con el paso de los años su nivel de influencia para verse relegados por las dinámicas impuestas por los adultos medios; en el caso de los niños, asumen de manera receptiva la influencia de los adultos, al verlos como autoridad moral y formativa de la comunidad (Ramos, 2014). En conformidad a lo propuesto por Seminario (2014) teniendo como marco de interpretación una estructura de influencia centro-periferia, los individuos o adultos productivos están ubicados al centro mientras los grupos o individuos que requieren cuidado se ubican en la periferia, postulado que contrasta los reportes verbales de adultos mayores y niños teóricamente ubicados en la periferia, cumpliendo un rol pasivo en las dinámicas de grupo, lo que explica el locus de control bajo.
Lo anterior, corrobora además lo planteado por Ramos y Maya, (2014) quienes afirman que la influencia tiende a ser el componente que se presenta más débil en la mayoría de estudios realizados frente al sentido de comunidad, lo que explica la sensación de que las personas no tienen el poder para influir en su entorno y mucho menos en los demás, dejando para el caso del estudio, que tanto niños como adultos mayores crean que son sólo los adultos medios o individuos con capacidad productiva son quienes tienen la capacidad de decidir sobre algunas cosas que suceden en la comunidad; situación que genera una insatisfacción de las necesidades en los adultos mayores, por cuanto aluden que la estructura comunitaria no favorece el intercambio de valores y recursos. Al respecto, Carmona y Granada (2010) señalan que la integración y satisfacción de necesidades es concebida como un requerimiento imprescindible o esencial para alcanzar una condición de vida positiva y cohesión comunitaria, mientras Maya (2004), lo concibe como un elemento que se relaciona con los valores compartidos por los miembros de un grupo y con el intercambio de recursos para la solución de problemas.
Los adultos mayores perciben una perdida progresiva de su participación y su influencia en la toma de decisiones, lo que obstaculiza el establecimiento común de metas colectivas (Cueto et al, 2015), asimismo, se identifica que la comunidad de Cujacal no brinda a sus miembros la oportunidad y la capacidad de satisfacer sus necesidades por sí mismos, lo que obstaculiza el intercambio de recursos internos y externos. Contexto problemático, cuando Carmona y Granada, (2010) subrayan que la satisfacción de necesidades colectivas se constituye como un componente indicador de la existencia de sentido de comunidad, lo que da cuenta que tanto niños y adultos mayores no se perciben integrados ni parte activa de la comunidad desde indicadores de intercambio, interacción común e integración (Carmona y Granada, 2010). Adicionalmente, de acuerdo a lo propuesto por Gracia y Herrero (2006) cabe destacar que el deterioro en los procesos de participación del adulto mayor influye negativamente en la percepción de apoyo comunitario, hecho que reduce la calidad de vida, la satisfacción de necesidades y la conexión emocional, lo que deteriora su vida social y crea un sentimiento de exclusión y desconfianza.
En cuanto a la conexión emocional compartida, representa el componente mediante el cual los miembros de una comunidad reconocen la existencia de un lazo compartido, vinculo que de acuerdo a Maya (2004) es el resultado del contacto positivo prolongado de participar de experiencias y una historia común. La conexión emocional compartida es un concepto que surge a partir tanto de los procesos de interacción en la vida cotidiana de los grupos y comunidades que comparten la historia y las experiencias vividas conjuntamente. Los resultados dan cuenta, de que los adultos mayores y niños de la comunidad de Cujacal no reconocen experiencias socioafectivas positivas a nivel intergeneracional, ni tienen afectos comunes hacia los espacios, grupos de interés o referencias históricas lo que minimiza la percepción de sentido de comunidad (Circado, Gonzáles y Martínez, 2015) lo anterior, puede explicarse debido a que los dos grupos no solo están separados por cuestiones de edad y ciclo vital, sino porque las prácticas de crianza e imaginarios globales les ubica en intereses totalmente distintos; puesto que para que haya conexión emocional además debe haber empatía debe existir una identificación común que les permita la convergencia relacional y afectiva. De igual manera, Meza (2009) define a este elemento como el reconocimiento por parte de los miembros de un grupo o comunidad de la existencia de un lazo compartido que es el resultado del contacto positivo prolongado y de la participación en experiencias e historias comunes, contacto que se ve menguado por los reportes de exclusión social y los procesos culturales, deportivos y recreativos ofertados de manera exclusiva para los niños.
Lo anterior, corrobora la necesidad de generar programas comunitarios que incentiven las redes sociales de carácter intergeneracional y el fomento del apoyo social, permitiendo el incremento de sentimientos de pertenencia e identidad. En cuanto a la conexión emocional también se destaca la dimensión de relaciones positivas en los niños y la percepción de exclusión en los adultos mayores, que puede ser referida a una menor percepción de apoyo social percibido (Vivaldi, 2012). Además de lo planteado por Hombrados y López (2014) respecto a que la conexión entre vecinos y el apoyo social son aspectos importantes del sentido de comunidad, hecho que explica como la baja percepción en la conexión emocional compartida de los adultos mayores lleva a la disminución de su sentimiento de comunidad y aumenta la percepción de exclusión. Asimismo, el autor señala que en los estratos socioeconómicos bajos, la participación comunitaria, la percepción del apoyo social institucional y la participación individual influyen positivamente en el sentido de comunidad, supuesto corroborado en los reportes verbales del adulto mayor, para quienes la exclusión de los procesos de participación comunitaria disminuye su percepción de influencia social creando sentimientos asociados a la exclusión razón por las cuales se aíslan de la vida comunitaria (Gracia y Herrero, 2006).
En contraste, la vinculación de los niños a diversos colectivos culturales, deportivos o educativos les permite experimentar el apoyo social, situación que favorece la ampliación de redes, la pertenencia activa a grupos y desde ellos una mayor satisfacción con su comunidad, así como el acceso a fuentes alternativas de influencia y apoyo lo que supone una mayor integración con su entorno (Gracia y Herrero, 2006). De igual manera, conforme a lo planteado por McMillan, (2011) las personas que adquieren control sobre su entorno tienen mayor identificación y pertenencia a él, en efecto, el estudio evidencia la perdida de control social en los adultos mayores, dados sus menguados procesos de participación en la vida comunitaria, razón por la cual pese a reconocer que tienen una historia común han legado la responsabilidad de la comunidad en los adultos medios, suprimiendo relaciones de influencia bidireccional, pues conciben que los adultos medios los influyen y afectan mientras ellos progresivamente son relegados. Al respecto, las experiencias de participación efectivas, favorecen en niños o adultos mayores tanto la pertenencia como la integración a la comunidad.
A diferencia McMillan y Chavis, (1986) y Sarason (1974) Soto, et al (2008) propone que el sentido de comunidad se describe desde cuatro características, coherencia, cohesión, cuidado y contacto, siendo el espacio de interacción el que favorece el contacto como principal dimensión del sentido comunitario; conforme a lo anterior, el estudio evidencia que los niños cuentan con espacios de mayor contacto comunitario que los adultos mayores, lo que favorece la integración de los mismos a la vida comunitaria y mejora de manera significativa la percepción de apoyo social percibido y membresía. A modo global contrario a lo planteado por Kitchen et al. (2012) quienes afirman que el sentido de comunidad tiende a ser más alto en los ambientes rurales en comparación con las áreas urbanas, la comunidad de Cujacal da cuenta de una fragmentación en el sentido de comunidad en la medida que existen distancias intergeneracionales que no permiten la interacción de los adultos mayores y los niños, minimizando los niveles de cohesión y contacto, factores indispensables en sentidos comunitarios fortalecidos.
Finalmente, los resultados del estudio dan cuenta de la necesidad de abordar las dinámicas intergeneracionales en el momento de aproximarse a la comprensión del sentido de comunidad, entre tanto, existen diferencias sustantivas en el campo de representación de los diversos grupos de edad que hacen parte de una comunidad. De igual modo, el sentido de comunidad es dinámico, va mutando en la medida que el individuo inmerso en la vida social, adquiere vivencias y construye significaciones de su entorno que le llevan a valorar su experiencia subjetiva en el marco de un espacio territorial y comunitario, siendo las experiencias individuales y colectivas de acuerdo a la generación histórica a la que se pertenezca, las que determinan los niveles de pertenencia, integración, influencia y conexión emocional de los individuos respecto a sus comunidades.
REFERENCIAS
Aigneren, M. (2006). La técnica de recolección de información mediante los grupos focales. Tomado el 14 de Junio de 2017, de http:// ccp.ucr.ac.cr/bvp/texto/14/grupos_focales.htm.
Bonilla, E. y Rodríguez, P. (1997). Más allá del dilema de los métodos. Bogotá: Ediciones Unidades- Grupo editorial Norma.
Caballero, M., y Baigorri, A. (2013). ¿Es operativo el concepto de generación?. Aposta, núm. 56, pp. 1-45
Camargo, A. y Palacio, J. (2017). Apoyo social y sentido de comunidad en desplazados y damnificados en el Departamento del Magdalena. Revista Duazary, 14, 35 -44. DOI: http://dx.doi.org/10.21676/2389783X.1735
Carmona, H., Granada, H. (2010). Una mirada psicosocial a la solidaridad y a la satisfacción de necesidades. El caso del barrio "La Honda II - Balboa" de Buga. Revista Cooperativismo y desarrollo, 18, (97).
Causse, M. (2009). El concepto de comunidad desde el punto de vista socio -histórico-cultural y lingüístico. Ciencia en su PC, (3), 12-21.
Circado, J. González, L. y Martinez, D. (2015). Procesos de fortalecimiento, liderazgo y organización comunitaria de la Casa del Espíritu Juvenil Jaime Garzón Localidad La Candelaria - Bogotá (Tesis). Universidad Católica de Colombia, Bogotá.
Cueto, R; Espinosa, A; Guillén, H; Seminario, M. (2015). Sentido de Comunidad Como Fuente de Bienestar en Poblaciones Socialmente Vulnerables de Lima, Perú. Psykhe, vol. 25, (1). 1-18. https://dx.doi.org/10.7764/psykhe.25.1.814
Del Canto, E. (2012). Investigación y métodos cualitativos: un abordaje teórico desde un nuevo paradigma. Ciencias de la educación, 22(1) 181-199. Recuperado de http://servicio.bc.uc.edu.ve/educacion/revista/n40/art09.pdf
Gardner, H. y Davis, K. (2014). La generación APP: Cómo los jóvenes gestionan su identidad, su privacidad y su imaginación en el mundo digital. Barcelona: Paidós, 238 p.
Gracia, E., & Herrero, J. (2006). La comunidad como fuente de apoyo social: evaluación e implicaciones en los ámbitos individual y comunitario. Revista Latinoamericana de Psicología, 38 (2), 327-342.
Guitart, M., y Sánchez, A. (2012). Sentido de comunidad en jóvenes indígenas y mestizos de San Cristóbal de las Casas (Chiapas, México). Un estudio empírico. Anales de Psicología, 28(2) 532-540. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=16723135024
López, H. (2001). un enfoque histórico-hermenéutico y crítico-social en psicología y educación ambiental. Universidad Pontificia Bolivariana, Medellín., Colombia
Hombrados, I; López, T. (2014). Dimensiones del sentido de comunidad que predicen la calidad de vida residencial en barrios con diferentes posiciones socioeconómicas. Psychosocial Intervention, vol. 23, (3). 159-167.
Kitchen, P., Williams, A., & Chowhan, J. (2012). Sense of belonging and mental health in Hamilton, Ontario: An intra-urban analysis. Social Indicators Research, 108(2), 277–297.
Marí, R., M. Bo, R & Climent, T. (2010). Propuesta de Análisis Fenomenológico de los Datos Obtenidos en la Entrevista. UT. Revista de Ciències de l'Educació, pag 113-133.
Martínez, M. (1998). La investigación cualitativa (síntesis conceptual). REVISTA IIPSI, 9, 123-146.
Martínez, M. (2006). La Investigación Cualitativa. Revista de investigación en psicología, 9(1) 123-146. Recuperado de http://sisbib.unmsm.edu.pe/bvrevistas/investigacion_psicologia/v09_n1/pdf/a09v9n1.pdf
Maya, I. (2004). Sentido de comunidad y potenciación comunitaria. Apuntes de Psicología, 22(2) 187-211. Recuperado de http://www.cop.es/delegaci/andocci/files/contenidos/vol22_2_3.pdf
Meza, G. (2009). Comunidad y sentido de comunidad (tesis de pregrado). Universidad de Chile. Recuperado de http://www.tesis.uchile.cl/tesis/uchile/2009/cs-meza_g/pdfAmont/cs-meza_g.pdf
McMillan, D. W. (2011). Sense of community, theory not a value: a response to Nowell and Boyd. Journal of Community Psychology, 39, 507-519.
McMillan, D. W. & Chavis, D. M. (1986). Sense of community: A definition and theory. Journal of Community Psychology, 14, 6-23. doi:10.1002/1520-6629(198601)14:1<6::AID-JCOP2290140103>3.0.CO;2-I
Montero, M. (2004). Introducción a la psicología comunitaria. Desarrollo, conceptos y procesos. Buenos Aires, Argentina: Editorial Paidós. Recuperado de http://saber.ucv.ve/jspui/bitstream/123456789/4207/1/montero-introduccion-a-la-psicologia-comunitaria.pdf
Ojeda, D., y López, E. (2017). Relaciones intergeneracionales en la construcción social de la percepción del riesgo. Desacatos. Revista de Ciencias Sociales, (54), 106-121.
Paolo Donati, P. (1999). Familias y generaciones. Desacatos. Revista de Ciencias Sociales, (2), 0.
Ramos, I. (2014). La experiencia de múltiples sentidos de comunidad. Psicología Política, vol 48. 47-67.
Ramos, I., Maya, I. (2014). Sentido de comunidad, empoderamiento psicológico y participación ciudadana en trabajadores de organizaciones culturales. Psychosocial Intervention, 23 (3) 169-176.
Robles, B. (2011). La entrevista en profundidad: una técnica útil dentro del campo antropofísico. Revista Cuicuilco No. 52.
Rodríguez, C., Quiles, O., & Herrera, L. (2005). Teoría y Práctica del Análisis de Datos cualitativos. Proceso General y Criterios de Calidad. Revista Internacional de Ciencias Sociales y Humanas, 15 (2), 133-154.
Sanchez Vidal, A. (1996). Psicología comunitaria, bases conceptuales y métodos de intervención. Barcelona: EUB.
Sarason, S. (1974). The psychological sense of community. Proaspects Community Psychology. San Francisco, CA: Jossey Bass.
Seminario, M. A. (2014). Sentido de comunidad, participación comunitaria y valores en lideres/as comunitarios/as en contextos de vulnerabilidad social (tesis para optar el título de Licenciado en Psicología con mención en Psicología Social). Pontificia Universidad Católica del Perú. Recuperado de http://tesis.pucp.edu.pe/repositorio/bitstream/handle/123456789/5819/SEMINARIO_OBANDO_MIGUEL_SENTIDO_LIDERES.pdf?sequence=1
Soto-Johnson, H., Yestness, N y Dalton, C. (2008): Students´ perceptións of sense of community in abstract algebra: constributing factors and benefits. Eurasia journal of mathemactics, science y tecnólogy education. 4 (4): 373 - 380. DOI: https://doi.org/10.12973/ejmste/75363
Spradley, J. P. (1980). Observación Participante. Madrid: Santillana.
Távara, M. (2012). Sentido de comunidad en un contexto de violencia comunitaria (tesis de maestría). Pontificia Universidad Católica del Perú. Recuperado de: http://tesis.pucp.edu.pe/repositorio/bitstream/handle/123456789/1651/TAVARA_VASQUEZ_MARIA_SENTIDO_VIOLENCIA.pdf?sequence=1
Vivaldi, Flavia, & Barra, Enrique. (2012). Bienestar Psicológico, Apoyo Social Percibido y Percepción de Salud en Adultos Mayores. Terapia psicológica, 30(2), 23-29. https://dx.doi.org/10.4067/S0718-48082012000200002