Artículos
Geografías del turismo ovni/et en la Argentina
Geographies of ufo/et tourism in Argentina
Párrafos Geográficos
Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, Argentina
ISSN: 1853-9424
ISSN-e: 1666-5783
Periodicidad: Semestral
vol. 1, núm. 23, 2024
Recepción: 08 noviembre 2023
Aprobación: 02 julio 2024
Resumen:
Las características que adoptan las prácticas turísticas contemporáneas parecen ser cada vez más diversas, complejas y novedosas. El crecimiento del turismo de nicho y la búsqueda de experiencias alternativas van copando lugares y sitios que, con anterioridad, se sostenían en formas más convencionales de explotación turística. Dentro del mundo de las heterodoxias turísticas, y catapultado por la nueva ola cultural sobre imaginarios de ovnis y extraterrestres, irrumpe el turismo ovni o turismo extraterrestre como una actividad turística, pero -también- como una experiencia ligada a lo sagrado y lo extraordinario. Estas formas emergentes desencadenaron una serie de experiencias y prácticas espaciales que pone en valor algunos sitios transformándolos en nuevos atractivos y redefiniendo su condición de lugares de/para el turismo, nutridos por una nueva ola cultural del universo ufológico. Desde este marco, el artículo se propone sondear el panorama general del turismo ovni/et en la Argentina, evaluando los principales destinos activos a partir de tres dimensiones: la construcción de los atractivos, el rol de los actores y la producción de los lugares turísticos.
Palabras clave: Turismo ovni, Experiencias turísticas, Atractivos turísticos, Heterodoxias turísticas.
Abstract:
The characteristics adopted by contemporary tourism practices seem to be increasingly diverse, complex and original. The growth of niche tourism and the search for alternative experiences are taking over places and sites that were previously sustained by more conventional forms of tourism exploitation. Within the universe of tourism heterodoxies, and catapulted by the new cultural wave on ufo and extraterrestrial imaginaries, ufo tourism or et tourism burst in as a tourist activity, but -also- as an experience linked to the sacred and the extraordinary. These emerging forms unleashed a series of spatial experiences and practices that put in value some sites transforming them into new attractions and redefining their condition as places of/for tourism, nourished by a new cultural wave of the ufological world. Within this framework, the article proposes to survey the general panorama of ufo/et. tourism in Argentina, evaluating the main active destinations from three dimensions: the construction of the attractions, the role of the actors and the production of the tourist places.
Keywords: Ufo tourism, Tourism experiences, Tourist attractions, Tourist heterodoxies.
Contexto y precisiones teóricas
Tanto los estudios sociales del turismo como las propias prácticas turísticas están atravesando un incesante proceso de transformaciones que se ha acelerado en las últimas décadas. Nuevas modalidades, lugares y demandas de los viajeros son algunas expresiones de ese cambio sostenido.
Por su parte, el interés por el universo de lo extraordinario asociado a los ovnis, la vida extraterrestre y todo lo que esto implica, está experimentando una nueva ola cultural catapultada por los medios de comunicación, las redes sociales, los especialistas y seguidores del universo ufológico y un público ávido de consumir esas significaciones. Una encuesta reciente (2022) de la Universidad Fairleigh Dickinson, de Nueva Jersey y la Agencia Glocalities da cuenta que el 32% de la población mundial cree en ovnis y en la vida extraterrestre, y una cifra similar (30,7%) se revela para el caso argentino, según la Segunda encuesta sobre creencias y actitudes religiosas de la Argentina de 2019 desarrollada por el Centro de Estudios e Investigaciones Laborales del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CEIL-CONICET).
Asimismo, una reciente encuesta llevada a cabo por el sitio Booking de alquileres temporarios da cuenta que el 45% de los consultados manifiestan el deseo de aprovechar sus vacaciones para un avistaje de naves extraterrestres. Esta aspiración, según los entrevistados está ligada a la “necesidad creciente de vivir experiencias turísticas extremas.” (News Week, 02/03/2023).
Del cruce entre estas dos realidades florece la demanda de hallar mecanismos y marcos para poder evaluar estos modelos heterodoxos de turismo (Flores, Cáceres, 2019) que suelen ser denominados como turismo ovni (Otamendi, 2015) o turismo extraterrestre (Tarlow y Mills, 1998). Los mismos se presentan como una actividad turística, pero –también– como una experiencia ritual y sagrada (Flores, 2020). Esta liminaridad le da un matiz singular que obliga a encontrar métodos y conceptos que permitan abordar la complejidad que estos casos ameritan.
En este sentido, los instrumentos teóricos y metodológicos de la geografía cultural pueden constituir un valioso insumo para evaluar estas mutaciones en el universo del turismo y (a la vez) sumar lecturas más densas y creativas sobre estas morfologías novedosas que están irrumpiendo en el campo. Dos cuestiones son centrales a partir de estas miradas culturales: por un lado, la importancia de las prácticas que siempre son espaciales (Lindón, 2010) y, por el otro, la centralidad de los lugares (y los procesos vinculados a la construcción de los atractivos turísticos) y sus contextos, donde los imaginarios culturales juegan un rol central.
Más allá de las denominaciones y de los vicios clasificatorios (Flores, Cáceres, 2019), estas heterodoxias turísticas –además– se ligan a la imagen de un sujeto turístico comprometido, consciente y sensible con los entornos socioculturales y naturales donde despliegan sus actividades, y cuya búsqueda incluye una multiplicidad de opciones (de ocio, culturales, sociales, espirituales, personales, entre otros). La condición de heterodoxias no solo se vincula a la idea de ser experiencias poco convencionales, más porosas y menos frecuentes dentro del campo, sino que, además, subvierten aspectos centrales de la práctica turística en sí, como el hecho de concebir al turismo como una actividad exclusivamente ligada al ocio. Lejos de esto, el ocio y el tiempo libre son un componente más (inclusive a veces subsidiario) dentro del viaje, ya que las motivaciones, los intereses y las prácticas pueden encaminarse a otros fines, como el caso de los viajes místicos donde el desarrollo de experiencias espirituales o sagradas constituye el corazón de la movilidad.
Asimismo, los lugares donde se anclan este tipo de experiencias suelen relacionarse con destinos que presentan singularidades geográficas (composición de las rocas y minerales, relieves, factores climatológicos) y/o historias, leyendas o narrativas que posibilitan el desarrollo de este tipo de prácticas liminares. En este sentido, el giro espacial nos ayuda a desentramar el complejo mundo de esos espacios de representación (Lefebvre, 1991) y leer la geografía de los lugares más allá de su apariencia material penetrando en el universo de los sentidos.
En el caso del turismo ovni/et (extraterrestre) este aspecto no es menor ya que demandan atractivos y lugares con ciertas características físicas y narrativas espaciales que legitiman la posibilidad de llevar adelante estas variantes. En el universo de los practicantes es frecuente la denominación de santuarios extraterrestres (Flores, 2022) para hacer mención a los sitios donde se desarrollan estas modalidades. Esta categoría nativa representa un tópico muy presente dentro del universo ufológico y sus adeptos y hace referencia a lugares que cuentan con algunas particularidades como: a) características geológicas especiales; b) la existencia de una tradición que se refiera al lugar como un sitio de poder o donde se producían fenómenos incomprensibles; c) la presencia de antiguos asentamientos humanos con rasgos culturales especiales; d) frecuente manifestación de supuestos fenómenos inexplicados; e) lugares elegidos para la meditación en distinta épocas por grupos religiosos o por adherentes a diferentes disciplinas mágicas y f) lugares que en la actualidad han sido elegidos por los contactados y contactadas para recibir sus mensajes de Seres superiores o protagonizar experiencias extraordinarias. Estas condiciones o atributos son las que habilitan la posibilidad de convertirlos en recursos para que -posteriormente- un santuario de este tipo pueda ser el atractivo principal para el desarrollo del turismo ovni/et.
Finalmente, se hace necesario historizar y situar estas formas turísticas contextualmente, poniéndolas en diálogo con otras dimensiones políticas, económicas, sociales y culturales, e identificar el conglomerado de actores que operan a lo largo de todo el proceso y la trama de relaciones en la que se insertan antes, durante y después del viaje.
Cuestiones metodológicas
En un trabajo previo presentado en las VI Jornadas Nacionales de Investigación en Geografía Argentina - XII Jornadas de Investigación y Extensión del Centro de Investigaciones Geográficas “Territorios de la complejidad, retos mundiales y compromisos locales”, diseñamos una cartografía del universo ufológico argentino (disponible en: https://bit.ly/3Li2TrU) a partir de la mixtura de categorías nativas y otras definidas en pos de operacionalizar las localizaciones. Esta cartografía se construyó sobre la base de una selección de un conjunto de materialidades, narrativas, sentidos de lugares, significados y prácticas vinculadas al imaginario cultural sobre ovnis y extraterrestres que tienen una geolocalización en el territorio argentino.
Este mapeo (abierto a ser modificado, ampliado y repensado) se elaboró mediante el uso de la herramienta My Maps de Google y expresa la forma en que se espacializan los dispositivos territoriales. Además, constituye un insumo central para evaluar los casos activos de turismo ovni/et en la Argentina y otros potenciales.
Esta cartografía cultural se confeccionó a partir de un amplio arsenal de fuentes documentales, periodísticas, testimonios, entrevistas, blogs y otros insumos de Internet, páginas oficiales y folletería turística, estableciendo categorías[1] ordenadoras de los registros obtenidos. Como resultado, hasta el momento, se georreferenciaron: 7 zonas calientes, 4 localizaciones de agroglifos, 14 santuarios extraterrestres, 3 ciudades intraterrenas, 5 eventos ufológicos, 5 museos de temática ovni/et, 16 señalizaciones y marcas territoriales, 4 paisajes extraterrestres y 4 focos activos de turismo ovni/extraterrestre y 1 incipiente.
Para los objetivos de este artículo interesa recuperar exclusivamente la categoría zonas activas de turismo ovni, que hace referencia a
localidades, áreas y regiones en donde se llevan a cabo prácticas turísticas ovni/extraterrestre activas. Abarcan actividades como avistamientos, contactos, meditaciones, canalizaciones, tours, rituales, entre muchas otras. Es común que se dé cierto nivel de informalidad y poca institucionalidad en las actividades que se llevan a cabo en donde, además de los turistas, operan otros actores centrales como el Estado en sus diferentes escalas, las agencias turísticas, las comunidades locales, los emprendedores espirituales y las entidades ufológicas y sus expertos. (Flores, Giop, 2023).
En algunos contextos, este tipo de prácticas se yuxtaponen con otras categorías, por un lado, consideradas más clásicas (como el turismo de naturaleza), y por el otro, actividades más heterodoxas como turismo místico y de reflexión, turismo esotérico, turismo energético, astroturismo, las prácticas de terapias alternativas, la turistificación de rituales y espiritualidades de pueblos originarios, entre otras tantas combinadas y yuxtapuestas.
Más allá que todos estos dispositivos materiales y/o imaginarios, localizables, y más o menos estables constituyen insumos fundamentales para motorizar la construcción de atractivos y la puesta en marcha de prácticas turísticas, se evalúan únicamente las cuatro zonas activas donde la práctica de esta modalidad se encuentra en desarrollo.
El sondeo de estas cuatro experiencias activas se llevó a cabo combinando fuentes y técnicas, dependiendo de los casos y de la disponibilidad de las mismas; entre ellas: trabajo de campo, desarrollo de entrevistas presenciales y virtuales, análisis de material visual (folletería, páginas web, redes sociales, entre otros), estadísticas institucionales, análisis de cartografía y fotografías, y fuentes periodísticas, documentales y bibliográficas. Para poder ordenar el sondeo, cada una de las zonas fue evaluada contextual, espacial y temporalmente siguiendo tres dimensiones que posibilitan la comparación que se presenta en la síntesis final. Estas incluyen: la construcción de los atractivos, la red de actores que operan en el caso, y la producción de los lugares turísticos.
Breves antecedentes del turismo ovni/et en el mundo
Siguiendo la propuesta de Alvin Toffler, los sociólogos Peter Tarlow y Allan Mills (1998) inscriben a esta modalidad de turismo bajo la denominación de turismo de la cuarta ola, donde “una no realidad mostrada como realidad, se convierte en una forma de realidad turística” (Tarlow y Mills, 1998, p.262). Para estos autores, lo novedoso de esta cuarta ola es que, entre otras cuestiones, el viaje se convierte en una aventura hacia lo irreal, y el viajero experimenta algo que es un hecho creíble pero basado en un evento ficticio. Más allá de los cuestionamientos a cierto sesgo objetivista que denota su propuesta, constituyó un marco pionero para interpretar estas heterodoxias turísticas ligadas a viajeros motivados por el universo de los ovnis y extraterrestres.
Se considera que fue la década del 1990 la época en que emerge esta forma singular de practicar turismo y, específicamente en la ciudad de Roswell, en el estado Nuevo México (EE. UU.). El paisaje del desierto y la narrativa fundante del denominado incidente Roswell[2], motorizados por algunas películas de la industria hollywoodense, la televisión y la literatura fantástica de la época ponían el tema en agenda, y reproducían imaginarios sobre ovnis y vida extraterrestre. De este modo, en la actualidad, este asentamiento de 50 000 habitantes vive casi exclusivamente de actividades ligadas el ufoturismo. Entre los atractivos más comunes se halla el Museo y Centro de Investigación Internacional de Ovnis (https://www.roswellufomuseum.com/) y el UFO Festival (https://www.ufofestival.com/) que en su edición de julio de 2023 congregó a más de 10 000 adeptos. La localidad cuenta con hoteles, posadas, restaurantes, agencias de viajes y varios comercios que se apropian de la lógica ufo y la ponen en escena en el estilo constructivo (por ejemplo, el local del McDonald's tiene forma de nave extraterrestre), como estrategia de marketing (por ejemplo, la presencia de varias tiendas de suvenires y recuerdos exclusivamente relacionados al tema) o como consumo cultural (los recorridos históricos por lugares e instalaciones ligadas al incidente del 47). En esta última dirección, se promociona el ufo tour de Roswell (https://roswellufotour.com/), un recorrido de dos horas a pie y en vehículo que, por 50 dólares, permite conocer y reconstruir todos los lugares implicados en los sucesos fundantes. La gira ovni invita a los turistas a “estar donde estuvieron los jugadores principales..., caminarás por donde ellos caminaron... y, si lo crees, ocuparás los mismos espacios en la Tierra que alguna vez ocuparon los artefactos y viajeros extraterrestres” (The Roswell ufo tour, 2024). También desde la página oficial del estado (https://www.newmexico.org/) se promueven atractivos relacionados al universo paranormal que incluyen pueblos fantasmas, el festival ovni y el mencionado museo.
Desde hace dos décadas otros sitios cercanos (y no tanto) comenzaron a ponerse en valor e incrementaron el potencial de esta modalidad del turismo. A la ya mencionada Meca del turismo ovni/et se le sumaron otros atractivos como la autopista extraterrestre (ruta estatal 375 que recorre de norte a sur el condado de Lincoln) pasando por Área 51, la mítica base secreta militar en Nevada. Otro hito en el recorrido es un pequeño poblado de 50 habitantes en pleno desierto llamado Rachel, mencionado como el sitio de mayor cantidad de avistamientos de ovnis del mundo. En sus cercanías se encuentra otro punto de atractivo para los visitantes, que es el Little A'Le'Inn, un bar, restaurante (donde se puede consumir la famosa hamburguesa alienígena) y motel que, además, cuenta con un gift shop que ofrece todo tipo de mercancías vinculadas a la temática alien. A unos 20 km. al sur de Rachel, se encuentran los restos de lo que fue un buzón de correo de color negro, que durante años sirvió de punto de encuentro para los adeptos al mundo ufológico y que creían pertenecía al Área 51, donde se suelen dejar correspondencia destinadas a los hombres de negro. El recorrido suele terminar en Centro de Investigación de Alienígenas, en el extremo sur de la carretera, cerca de Crystal Springs. Se trata de otra tienda con productos con una estatua de un alienígena de grandes dimensiones que suele ser el marco para retratar el viaje. Este tipo de tour se ofrece desde ciudades vecinas, especialmente Las Vegas, en el día o con una noche de pernocte en Rachel, y está destinado a un público internacional que no necesariamente se encuentra ligado al universo cultural de lo ovni/et.
Este modelo de turismo ovni/et muestra un alto grado de mercantilización y, por las características, prácticas, lógicas, agentes que participan y tipo de visitantes suele distanciarse de la forma heterodoxa de turismo a la que hemos hecho mención anteriormente. En este sentido, el componente sagrado que se halla en otras morfologías de ufoturismo (como veremos en algunos de los casos activos para la Argentina) está ausente o reducido al mínimo, y si bien pueden encontrarse grupos de practicantes que recurren a estos sitios a realizar rituales, avistamientos y contactismo, lo hacen en el marco de un esquema de consumo de mercancías o lugares. Por ello, es importante matizar estas diferencias y considerar que
en todos estos casos, el viaje, si bien se envuelve dentro de un marco de significados muy particular, al mismo tiempo, adopta las formas de los tours tradicionales, indicando la secuencia de actividades para los distintos días y momentos, propios de la modalidad turística (Otamendi, 2008, p. 189).
En la actualidad, fuera de los Estados Unidos, otros atractivos se sumaron en esta modalidad, ya sea porque son sedes de actividades vinculadas al universo ufológico (eventos, congresos, jornadas, festivales, etc.), porque poseen particularidades específicas sobrenaturales (montañas sagradas, santuarios extraterrestres, paisajes, edificios, etc.), porque exponen materiales y objetos ligados a lo ufológico (museos, muestras, bibliotecas específicas) o porque constituyen flujos destinados a avistajes, contactos y otras experiencias paranormales (rutas, tours, circuitos).
En América se destacan las rutas extraterrestres de Puerto Rico en el poblado costero de Las Lajas y la central de Chile en San Clemente, catapultada por el propio Estado. También hay focos activos en el desierto de Chilca (Perú), en el de Mapimí (México) donde las narrativas espaciales afirman que existe una inusual concentración de minerales que perturba las señales electromagnéticas (por eso la llaman zona del silencio) y en Peruíbe, São Tomé das Letras y Varginha (Brasil). Más allá de estos sitios, los destinos se multiplican en el resto de los continentes y, en el marco de esta nueva ola cultural y mediática, el interés por practicar este de experiencias se viene incrementando de manera constante, ampliando el horizonte hacia la mercantilización progresiva de estos procesos.
Los casos activos en la Argentina
Capilla del Monte: la Roswell argentina
El caso cordobés con centro en Capilla del Monte, pero con derrame en toda el área del valle de Punilla es el foco de turismo ovni/extraterrestre más importante de la Argentina y con proyección mundial. Según las estimaciones de la Secretaría de Turismo de Capilla del Monte, la localidad recibe 150 000 visitantes al año que concentran como motivación central visitar el principal atractivo de la localidad: el cerro Uritorco, uno de los santuarios extraterrestres más importantes, aunque no el único de la zona. El estado municipal (con idas y vueltas[3]) fortalece las narrativas extraordinarias sobre el cerro: Mítico cerro Uritorco, tierra de enigmas y misterios (https://www.turismocapilla.gob.ar/) y promociona estas prácticas en combinación con un turismo de naturaleza, que se incrementó con la actual gestión municipal. Además, la presencia del Estado como actor que habilitó la puesta en marcha de este turismo es temprana y se ha mantenido con cierta estabilidad a lo largo de las tres últimas décadas.
Las narrativas fundantes remiten al verano de 1986 cuando, en la ladera del cerro Pajarillo, apareció una mancha en los pastizales que se atribuyó a la presencia de un ovni. Previamente, durante la década de los ochenta habían existido experiencias aisladas como ceremonias de contactismo y ufólogos que circularon por toda la región buscando la mítica ciudad intraterrena de ERKS (Encuentro de Remanentes del Kosmos Sideral) (Flores, 2020).
Pero la Huella del Pajarillo produjo un cambio significativo en las representaciones espaciales y el imaginario turístico de la ciudad que transformaría radicalmente el perfil económico, social y cultural de la villa serrana (Papalini, 2018). Un complejo entramado de actores y relaciones operaron en la emergencia de esta nueva organización espacial: la zona Uritorco (Otamendi, 2008; 2015). La participación del Estado municipal, los medios de comunicación local y nacional, y algunos emprendedores turísticos precoces catapultaron, difundieron y promovieron las nuevas lógicas espaciales y turísticas. Así, la década de los noventa y la siguiente fueron los años del turismo ovni/et en su apogeo.
En el plano de los atractivos hubo un proceso de redefinición de algunos sitios y de lugarización de otros. Al modelo de turismo propio de las localidades del valle, que ponía en valor sus paisajes, ríos y cerros, se sumaron nuevos atractivos y nuevas prácticas. El caso más emblemático fue la aparición en escena del cerro Uritorco como atractivo predilecto de este nuevo sistema socio-cultural. Este lugar está bajo propiedad de la familia Anchorena desde 1992 y fue entregado en concesión para su explotación. Varias actividades se desarrollan en todo el complejo (incluido el ascenso) y recibe alrededor de 50 000 visitas al año, según la Secretaría de turismo capillense.
En la actualidad, el turismo ovni/extraterrestre tiene un amplio desarrollo en la localidad, y está en manos de múltiples agentes privados, potenciados por el Estado municipal y la Cámara de Comercio capillense. Hay dos museos sobre cuestiones ovni/et (ambos privados), un parque temático (Pueblo Encanto), el Festival Alienígena que se realiza en el mes de febrero con el auspicio del Estado municipal y cientos de agencias y emprendedores espirituales que ofrecen avistajes, contactismos, meditaciones, rituales y visualizaciones. Respecto de estos actores hay una clara distinción entre dos grupos: por un lado, las agencias de turismo (la mayoría se encuentran en la calle principal y ofrecen una variante más relacionada al tour convencional combinando el turismo ovni/et con la visita a otros sitios y lugares); por otro lado, los emprendedores espirituales (Flores, 2020) constituido por un colectivo diverso y muy complejo. La forma de acceder a las propuestas no tiene la visibilidad que poseen las agencias. Para poder llegar a conocer y participar de estas experiencias funciona el boca a boca, las redes de lugares que se insertan en este tipo de circuitos esotéricos (como por ejemplo folletería que se halla en negocios de suvenires, librerías esotéricas, comercios newager, entre otros) y la publicidad a través de redes sociales, blogs y webs. Sin embargo, ambos grupos se encuentran vinculados.
Respecto de los lugares, a partir de los años noventa -también- hubo una ampliación de los santuarios extraterrestres de toda la zona Uritorco. Nuevos sitios se sumaron como atractivos del turismo ovni/et a partir de un proceso de esoterización y legitimación como tales: el cerro Pajarillo, el Colchiqui, Las Gemelas, Los Terrones, el Alfa, las cuevas de Ongamira, Puertas del cielo, entre otros. Estos atractivos se fundan en sus singularidades geográficas (la composición de minerales y rocas, la amplitud para poder visibilizar el paisaje, la altura de los cerros) y en las representaciones simbólicas cimentadas históricamente: leyendas indígenas, fantásticas, esotéricas; fenómenos extra e intraterrestre; zonas o portales energéticos, entre otros. Completan el panorama una variedad de comercios, hoteles, restaurantes y bares, puestos en ferias y emprendimientos en redes sociales que ofrecen mercancías y servicios ligados con la temáticas ovni/et y afines.
Capilla del Monte y su historia espacial de las últimas cuatro décadas está fuertemente ligadas a los discursos esotéricos y las narrativas ovni/et que permearon enérgicamente en gran parte de los antiguos y nuevos pobladores de la comarca. Esta marca de distinción operó como articuladora de todo un sistema cultural que generó una dimensión turística y económica en crecimiento y transformó a la localidad serrana en la Roswell argentina.
Victoria: el museo ovni
Victoria es una localidad ubicada en el sureste de la provincia de Entre Ríos, sobre el delta del Paraná. Según los últimos datos disponibles su población supera por poco los 35 000 habitantes. La geografía en la que se enmarca la localidad se corresponde con la de la clásica región litoraleña: ríos, riachos, lagunas, lomadas y bañados, donde el agua se hace presente de manera constante, sumado a la existencia de suaves ondulaciones en el relieve.
El turismo es una práctica que se lleva a cabo desde hace varias décadas: por un lado, en los atractivos y actividades del entorno natural: playas, deportes acuáticos, termas, avistaje de fauna y, por el otro, las prácticas más vinculadas al patrimonio cultural y religioso: visitas y recorridas por la ciudad de origen y estilo colonial con varios edificios, paseos y templos notables.
A toda esta oferta mencionada para los visitantes, hay que sumar el Museo Ovni de la ciudad, como principal y, probablemente, único exponente del turismo ovni/et.[4] Se trata de un museo privado cuya fundadora y creadora es Silvia Pérez Simondini[5], quien no es oriunda de Victoria, pero decidió instalarse allí justamente por la gran cantidad de sucesos ufológicos que suelen experimentarse en el casco urbano y sus alrededores. Estos avistamientos tuvieron un punto de inflexión en el año 1991 cuando el 23 de julio se generó un registro fílmico de un ovni en una estancia cercana a Victoria. A partir de ese momento comenzaron a acumularse una gran cantidad de narrativas y relatos sobre eventos congruentes con actividades extraterrestres. Según la fundadora del museo: “Acá en Victoria están los dos elementos que siempre aparecen donde hay ovnis, que son las elevaciones y el agua” (testimonio extraído de: https://bit.ly/3rEhupS). Así, cada vez más interesados y aficionados en la temática ufológica arribaron a la localidad del suroeste entrerriano.
En el año 2005 se realizó la apertura formal del Museo Ovni, donde se expone una colección privada de objetos extraterrestres y distintos contenidos vinculados a dicha temática. Con el correr del tiempo, los visitantes fueron en aumento, y el edifico demandó una serie de reformas para expandir sus muestras y colecciones. Tres años más tarde, durante la Fiesta Provincial del Turismo, autoridades locales entregaron un reconocimiento a la directora del museo por su labor y aporte al turismo local, y en 2012, la institución fue declarada de interés legislativo por el Senado de la provincia de Entre Ríos. Además, durante el 2017, los municipios de Victoria y Capilla de Monte celebraron un convenio para generar, entre otros acuerdos, el Corredor de la Ruta Ovni, debido al desarrollo de este tipo de turismo en ambas localidades (El Once, 22/07/2017). Estos hitos expresan el nivel de institucionalización, formalización y reconocimiento que adquirió el lugar como proyecto turístico en esa modalidad con la presencia del Estado como legitimador.
Los visitantes, a grandes rasgos, se podrían dividir, por un lado, en aquellos sujetos inmersos en el universo de creencias sobre seres de otros mundos, con conocimientos al respecto y que acuden al lugar con un bagaje cultural específico de la temática. Por el otro lado, turistas legos, pero motivados principalmente por la curiosidad. Inclusive son frecuentes las visitas de grupos escolares locales y regionales.
En cuanto a la cantidad de visitantes que recibe el museo, según estadísticas propias de la institución, desde el 2015 en adelante se registran más de 5 000 visitas anuales, las cuales mostraron una tendencia de aumento, salvo en los años de pandemia por el COVID-19. En 2022 el número fue de 5 950 y para 2023 la cifra escaló hacia 6 149 visitantes.
Además, como evento vinculado al museo, es necesario mencionar el Congreso Internacional de Ovnilogía de Victoria. El encuentro, motorizado principalmente por el Museo Ovni, pero que se organiza con apoyo y promoción del Estado municipal, se celebra de manera anual. Las cifras de participantes también muestran una tendencia creciente, ya que, en un principio superaban por poco los 100 inscriptos, pero en sus ediciones 2022 y 2023, contaron con 301 y 372 participantes, respectivamente.[6]
En la actualidad, la Dirección de Turismo de Victoria incluye y fomenta dentro de sus propuestas las visitas al Museo Ovni a través de diferentes canales y portales como YouTube, Instagram y Facebook. Además, en la web de turismo de Entre Ríos (https://www.entrerios.tur.ar/actividad/432) aparece el museo como atractivo para ser visitado.
La actividad en la página oficial del museo (http://www.visionovni.com.ar/) es dinámica y se actualiza permanentemente. Si bien hay una sección dedicada de manera exclusiva al contenido, se generaron otros espacios para divulgar información de sucesos de interés ufológico.
Al museo se accede a través del pago de una entrada y cuenta en la actualidad con varias salas de exposición de objetos extraterrestres y afines. Algunas piezas fueron donadas por Fabio Zerpa, ufólogo de gran reconocimiento dentro del campo. Se exhibe una muestra fotográfica que refleja testimonios de actividades extraterrestres como objetos voladores, seres luminosos, animales mutilados y otras potenciales pruebas. En una de sus salas, por ejemplo, se montó una muestra específica que intenta representar los episodios ocurridos en Roswell. La puesta en escena de este suceso fundante da cuenta que se trata de una actividad que reproduce patrones de legitimidad (y en este caso sería Roswell), pero también demanda de elementos novedosos. En este sentido, uno de los objetos considerados de mayor relevancia dentro del inventario tiene que ver con una pieza de material metálico que fue obtenida tras un evento ocurrido en la localidad de Rincón del Doll, perteneciente al departamento de Victoria. Según los relatos, dicho dispositivo correspondería a la parte del fuselaje de un ovni y sería de un material de gran resistencia y con capacidades de transparencia (Página 12, 23/08/2009).
Más allá de las diferentes colecciones y objetos que posee, también existen espacios como auditorios y una biblioteca bar, donde se llevan a cabo encuentros, charlas y congresos sobre temáticas ovni/extraterrestre (como el caso del Congreso Internacional de Ovnilogía). Además, las instalaciones cuentan con un shop donde se pueden adquirir diferentes mercaderías relacionadas al mundo extraterrestre: libros, tazas, remeras, llaveros, entre otros suvenires.
Cachi, entre los valles extraterrestres
La localidad de Cachi se encuentra en el corazón de los valles Calchaquíes salteños. Esto la posiciona como uno de los nodos más visitados del clásico turismo presente en toda la región: la vuelta a los valles (Flores, Cáceres, 2019) y muy vinculado al consumo del paisaje, la gastronomía del lugar, y en algunos casos el emergente turismo enológico (Cáceres, 2021).
En la última década una novedad se introdujo en la oferta turística local. Promocionado tanto desde la provincia (http://turismosalta.gov.ar/) como desde la Secretaría de Cultura, Turismo y Patrimonio del Municipio de Cachi (https://www.instagram.com/cachiautentico) se impuso como atractivo turístico novedoso el ovnipuerto de Cachi, abriendo el camino a la veta turística del fenómeno ovni/et que ya estaba presente en la zona y en la localidad a partir de la figura pionera de un aficionado a la ufología y antiguo residente de Cachi: Antonio Zuleta[7].
Las narrativas sobre fenómenos anómalos en la zona encuentran un linaje con experiencias muy tempranas [8] y operan como legitimadoras del lugar para el turismo ovni/et. Las tramas en las que se insertan remiten a antecedentes de avistamientos que han cobrado fama internacional entre los expertos e interesados en el fenómeno ovni, quienes, a mediados del 2011, realizaron el 1º Encuentro de Ovnilogía de la provincia de Salta con sede en la localidad de interés. Ese evento estuvo organizado por Antonio Zuleta y un empresario hotelero. En esa oportunidad disertaron funcionarios del municipio y especialistas del tema, entre ellos el suizo Werner Jaisli, quien dio a conocer la experiencia que había vivido en el barrio Fuerte Alto de Cachi en 2008, cuando dos ovnis sobrevolaron la zona, y a través de contactos telepáticos le pidieron que construyera un ovnipuerto (cita de entrevista a Werner Jaisli extraída de https://bit.ly/3GIaaNW). La noticia fue levantada por medios locales, nacionales e internacionales y constituyó el puntapié inicial para posicionar a la zona como un destino potencial.
Cuatro años después, el ovnipuerto efectivamente fue construido a 4 km. del centro de Cachi y se compone de una estrella central de 36 puntas, 48 metros de diámetro y en el medio hay otra menor, del mismo color, pero de 12 puntas. Aunque es de acceso libre, el ovnipuerto es administrado y gestionado por la municipalidad de Cachi. De esta manera, Estado local incorpora la creación del suizo en sus circuitos turísticos a través de la folletería, la señalización de acceso y de los informes en la Dirección de Patrimonio, Turismo y Cultura de la localidad.
La puesta en valor de esta infraestructura turística se nutrió de narrativas míticas sobre su creador, que alentaron las prácticas de turismo ovni/et. La desaparición repentina de Jaisli se utilizó cómo evidencia de una abducción, su retorno como una nueva persona bajo la lógica de su recorrido por otros mundos, hasta su muerte en 2021 (en Suiza) como el paso a otro plano. Esta reinterpretación de su biografía en clave fantástica potencia las propiedades del personaje y del sitio como destino para este tipo de experiencias heterodoxas.
El resguardo del lugar y su puesta en valor como atractivo comenzó con las acciones llevadas a cabo por el Municipio con proyección a otras escalas. Así, en agosto de 2020 se propuso que sea sumado al Sistema de Protección del Patrimonio Arquitectónico y Urbanístico de la provincia de Salta aludiendo a que “es un importante atractivo turístico con un gran potencial para todo el valle Calchaquí […] que debe ser incluido para preservación, salvaguarda, protección, restauración, promoción, y transmisión a las generaciones futuras” (https://copaups.com/).
Un mes más tarde, el sitio fue declarado de interés público por la Cámara de Diputados de la provincia de Salta y la intendencia continúa administrándolo sin cobrar para su acceso. Se sumó un empleado municipal en el sitio para las tareas de cuidado, y el complejo habitacional que existe en las inmediaciones pasó a denominarse barrio Ovnipuerto. En sintonía con otros destinos del turismo ovni/et hay propuestas donde se mixturan las narrativas ufológicas con relatos sobre sitios sagrados de pueblos originarios y/o prácticas new age. El intendente local expresaba: “estamos pensando en resignificar el lugar, utilizarlo para ceremonias ancestrales originarias como el Inti Raymi y darle un sentido de unidad de los pueblos” (El Tribuno, 29/08/2020) enlazado con el turismo comunitario ya presente en la zona. Asimismo, a partir de fines del 2021, el contactista pionero Zuleta realizaba sesiones de sanación y curaciones en la estrella central del ovnipuerto de manera discontinúa y resignificando el uso de ese espacio.
Respecto de la demanda, la mayor parte de los visitantes a estos sitios no lo hacen motivados por este tipo de experiencias exclusivamente, sino que, en el marco del consumo de otros lugares (principalmente los valles calchaquíes y especialmente la localidad de Cachi) descubren este atractivo y se suman a la visita dirigida por los guías municipales.
Si bien se trata de un caso de turismo ovni/et embrionario y concentrado en torno a este fijo que constituye el ovnipuerto, su potencialidad parece encaminarse hacia la combinación de la visita en el marco del consumo de otros lugares y otros atractivos del valle. Así, en tanto mercancías turísticas se incorporan en paquetes ofrecidos por las agencias de viajes, al elaborar circuitos guiados por diversos paisajes, valorizando elementos físico-naturales en combinación con discursos en torno a lo paranormal (Flores, Cáceres, 2019). En cierta forma, este sector muestra cómo el territorio se manufactura (en términos de producción social) buscando captar la atención de quienes lo visitan al diversificarles las opciones para el consumo y permanencia en el lugar.
Las Ovejas, un destino potencial
Las Ovejas es una localidad neuquina situada en el noroeste de la provincia, en el departamento de Minas, que cuenta con una población estimada de 1 500 habitantes.
El sitio oficial de la Municipalidad (https://www.lasovejaspatagonia.com.ar), en su pestaña de Destinos ofrece al mirador La Puntilla como un sitio para el desarrollo de actividades de turismo ufológico. A fines de 2018, y como una iniciativa del ex intendente Héctor Vicente Godoy (adepto a la temática ufológica) se construyó: “el primer mirador oficial de ovnis de todo el país.” (Cita de entrevista al Intendente de Las Ovejas en Radiodime, 27/09/2018). Se halla a 5 km de Las Ovejas, sobre la ruta 43, en la llamada Cordillera del Viento. En la década de los noventa, en el mismo sitio (un risco de 1 000 metros de altura) se había construido un mirador similar en madera que no resistió al desgaste del tiempo.
La apuesta a este mirador ufológico .https://bit.ly/3FXTMbW) y al turismo que puede desencadenar la construcción de este tipo de instalaciones, sitúa a la pequeña localidad como un nuevo destino (aún potencial) de turismo ovni/et de la Argentina. En su propuesta, desarrollo y potencialidad hay una participación muy presente del Estado tanto en la creación de las materialidades (infraestructura) como en la apropiación de las narrativas que certifican la producción del lugar como viable para este tipo de experiencias. En el sitio oficial se menciona que:
Por décadas se han escuchado historias de pobladores que aseguran haber tenido contacto extraterrestre. Los relatos de objetos anómalos no identificados están presentes en las conversaciones de nuestra gente, por lo tanto, aunque sea difícil de comprender, forman parte natural de la vida en comunidad. Encuentros con luces extrañas en los caminos, puertas cósmicas, objetos voladores y acontecimientos sin explicación, todos se encuentran naturalizados (Canal de YouTube del Mirador la Puntilla).
¿Cuáles serían en este caso las condiciones y procesos que habilitan la construcción del atractivo para el turismo ufológico? Un componente clave es la presencia de estas narrativas que dan cuenta de una larga y antigua existencia de fenómenos anómalos en toda la zona y, especialmente en la llamada Cordillera del Viento. “Es un lugar mágico, donde siempre nuestros pobladores han visto luces, han visto objetos voladores no identificados, han visto que ascienden y descienden luces más grandes, luces más pequeñas y en algún momento se tomó como algo cotidiano.” (Cita de entrevista al Intendente de Las Ovejas en Radiodime, 27/09/2018). A esta idea de que lo ovni forma parte de la cotidianeidad de los lugareños[9] se suma otro dato legitimador: el propio Fabio Zerpa (una autoridad en el universo ufológico) había arribado al lugar a fines de la década de los setenta para estudiar las abducciones.
En este caso, el mirador está emplazado en un sitio clave que permite una visión abierta de todo el entorno y la diafanidad del cielo. Los 6 balcones unidos por una pasarela de madera y montada sobre una estructura tubular tienen un recorrido total de 300 metros y se encuentran señalizados con cartelería temática ufológica. Desde allí se puede visualizar el río Neuquén, el volcán Domuyo, la cordillera del Viento, varias localidades vecinas y el parque arqueológico Colo Michi Có. Este último ocupa un papel central en las narrativas sobre la extraordinariedad del lugar y las condiciones necesarias que deben darse para que se active la práctica turística. En la red social del predio se sugiere que el mirador está estratégicamente orientado hacia el parque Colo Michi Có porque es considerado “como el ingreso a una puerta cósmica” (https://www.facebook.com/lapuntilla.turismoufologico) que, a su vez, “es un portal de ingreso del tema de los ovnis” (Patagonia Ambiental, 27/04/2019). Las particularidades adjudicadas a este parque se configuran a través de narrativas que aluden al misterio del lugar, tanto en su composición geológica como en cuanto a los vestigios arqueológicos. Se trata de un predio que encierra magia y misterio (http://neuquentur.gob.ar) y posee 800 petroglifos con motivos abstractos. Estas características son apropiadas y resignificadas para fortalecer las condiciones del atractivo: por ejemplo, una de las guías oficiales mencionaba: “a través de los grabados se expresaban cuestiones que todavía son un misterio, quizás información relevante, o conexiones con seres espirituales. Aún no se sabe…” (Cita de guía oficial del parque de Colo Michi Có, en http://neuquentur.gob.ar, 10/02/2020).
Actualmente, “el acceso al mirador es libre y gratuito y no tiene un horario de apertura ni cierre. Se puede ir de manera independiente y no tenemos (todavía) circuitos o tours organizados desde el Municipio.” (Cita de entrevista realizada a P., empleada de la oficina de Informes Turísticos de Las Ovejas, enero de 2022). Tampoco existen en la actualidad grupos o emprendedores espirituales que lleven a cabo prácticas de contactismo, rituales o experiencias esotéricas in situ.[10]
Si bien el caso de Las Ovejas se encuentra en una situación incipiente, la potencialidad del turismo ufológico parece motorizarse con fuerza desde la gestión local. Una serie de acciones y propuestas dan cuenta de las intenciones por consolidar esta práctica. Se prevé realizar obras de infraestructura con iluminación especial (para que no altere el paisaje y habilite la posibilidad de observar los cielos), la construcción de una confitería temática vidriada, el emplazamiento de un monumento alienígena (en alusión al evento de Manzano Amargo) y la producción de un libro que recopilará las experiencias y testimonios de los pobladores al respecto.
Conclusiones
El turismo ovni/et en la Argentina es una actividad que muestra un sostenido crecimiento e interés por parte de los viajeros, los Estados y emprendedores turísticos. Si bien ya se cuenta con un núcleo altamente consolidado de más de tres décadas y media como es Capilla del Monte, la emergencia de nuevos atractivos y prácticas vinculadas a éstos es una realidad firme en los últimos años, como podemos observar en el cuadro de la tabla I.
En esta nueva frontera del turismo, los centros turísticos ya no están limitados a atractivos físicos y repetibles. Ahora pueden alcanzar los límites exteriores de la imaginación brindando a cada comunidad el potencial para desarrollar atractivos no existentes, mientras que al mismo tiempo se pueden crear empleos reales y oportunidades económicas (Tarlow y Mills, 1998, p. 267).
El despegue de las experiencias dependerá de las capacidades de los actores para motorizar imaginarios y atractivos, imponer lógicas y desarrollar medios que permitan a los interesados poder llevar adelante este tipo de experiencias turísticas heterodoxas.
La construcción de la cartografía ufológica citada precedentemente da cuenta de la presencia de muchos insumos que pueden funcionar (algunos ya funcionan) como atractivos del turismo ovni/et, ya sean zonas calientes, ciudades míticas o santuarios extraterrestres. La puesta en valor de estos contenidos ufológicos y su explotación turística está en sintonía con patrones que se repiten, en Argentina y el mundo, pero también con singularidades o excepcionalidades que permiten crear marcas de distinción a los atractivos locales.
Las cuatro zonas activas que detectamos en el territorio nacional muestran estadios de desarrollo muy distintos, esquemas de puesta en valor y narrativas presentes similares y desafíos inciertos respecto de su continuidad en el tiempo (ver tabla 1). Lo cierto es que “más allá que los atractivos se basen en hechos creíbles o ficticios, la realidad turística implica el desarrollo de eventos concretos, empleos remunerados, oportunidades económicas y ganancias materiales” (Otamendi, 2015, p. 65).
Referencias bibliográficas
Cáceres, C. (2021), Viajeros y campesinos: valorización turística del valle Calchaquí salteño a partir del turismo rural comunitario. Chivilcoy: Ilustre.
Flores, F. (2020). Prácticas turísticas heterodoxas y lugares sagrados. Experiencias de contactismo en la Zona Uritorco. Geograficando, 16(2), s/f. FHyCH, UNLP. Doi: 10.24215/2346898Xe074.
Flores, F. (2022). “Más allá de lo sagrado. Los santuarios del contactismo ovni en Córdoba”. Barelli, I; Carballo, C; Flores, F; Nicoletti, M. (Coords.), Geografías y memorias de lo sagrado en espacio regionales, Buenos Aires: Teseo.
Flores, F. y Cáceres, C. (2019). “Heterodoxias turísticas. Lo exótico y misterioso como atractivo turístico en los valles Calchaquíes de Salta”, Posición, 1(1), 1-24, INIGEO, UNLu.
Flores, F. y Giop, M. (2023), “Cartografía del turismo ovni en la Argentina”. Actas de VI Jornadas Nacionales de Investigación en Geografía Argentina - XII Jornadas de Investigación y Extensión del Centro de Investigaciones Geográficas, Tandil, CIG/IGEHCS UNCPBA/CONICET.
Lefebvre, H. (1991). The production of space. Cambridge: Blackwell, [original de 1974].
Lindón, A. (2010). Invirtiendo el punto de vista: las geografías urbanas holográficas del sujeto habitante. Lindón, A. y Hiernaux, D. (Dirs.), Los giros de la Geografía Humana: tendencias y horizontes, (pp. 175-200). Barcelona: Anthropos-UAMI.
Otamendi, A. (2008). El turismo místico-esotérico en la Zona Uritorco (Córdoba): Síntesis de una perspectiva etnográfica. Revista Brasileira de Pesquisa em Turismo, 2(2), 20-40.
Otamendi, A. (2015). El viaje interno. Símbolos, narrativas y turismo ovni en creyentes de los extraterrestres de la Argentina. Tesis presentada de Doctorado en Antropología de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos. Recuperado de: http://repositorio.filo.uba.ar/handle/filodigital/5987.
Papalini, V. (2018). Sincretismo de la New Age sudamericana: una amalgama sin integración. El caso de Capilla del Monte, Argentina. Scripta Ethnologica. (40), 63-84.
Tarlow, P. y Mills, A. (1998). Turismo Extraterrestre y Hospitalidad: la cuarta dimensión. Estudios y Perspectivas en Turismo, (7), 258-269.
Notas