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Cambios y continuidades en los usos productivos de las tierras rurales del sudeste de Chubut (1902-2022)
Mudanças e continuidades nos usos produtivos das terras rurais do sudeste de Chubut (1902-2022)
Párrafos Geográficos, vol. 1, núm. 22, p. 33, 2023
Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco

Artículos

Párrafos Geográficos
Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, Argentina
ISSN: 1853-9424
ISSN-e: 1666-5783
Periodicidad: Semestral
vol. 1, núm. 22, 2023

Recepción: 19 Marzo 2023

Aprobación: 12 Junio 2023


Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.

Cita sugerida: Vazquez, A. D., Ciselli, G. y Duplatt, M. (2023). Cambios y continuidades en los usos productivos de las tierras rurales del sudeste de Chubut (1902-2022). Párrafos Geográfícos 22 (1). ISSN: 1853-9424. ISSN-e: 1666-5783.

Resumen: Con el objetivo de analizar cambios y continuidades en los usos de las tierras rurales del sudeste del Chubut durante el siglo XX y las primeras décadas del siglo XXI, el artículo se centra en Colonia Escalante. El estudio de caso se realiza a partir del análisis documental y cartográfico, la observación directa, la realización de entrevistas y el análisis espacial a través de Sistemas de Información Geográfica. Los resultados y las discusiones presentadas en el artículo giran en relación a la evolución espacial y temporal de las actividades desarrolladas en las tierras de la colonia, sus avances, cambios y retrocesos. Los lotes, inicialmente otorgados a familias provenientes de Sudáfrica, con destino a actividades agrarias, experimentaron diversas transformaciones. A los cambios de la estructura agropecuaria, se sumaron aquellos producidos por el avance del sector hidrocarburífero. La actividad petrolera irrumpió en la década de 1920 con permisos de cateo y algunos pozos en actividad, iniciando un progresivo extractivismo sobre las tierras de la colonia. El análisis de estos procesos aporta a la comprensión de la complejidad de los territorios rurales del sudeste de Chubut.

Palabras clave: Transformaciones, Territorio, Producción, Colonia Escalante, Patagonia.

Resumo: Com o objetivo de analisar as mudanças e continuidades nos usos das terras rurais no sudeste de Chubut durante o século XX e as primeiras décadas do século XXI, o artigo aborda o caso da Colônia Escalante. O estudo de caso é realizado com base na análise documental e cartográfica, observação direta, entrevistas e análise espacial através de Sistemas de Informação Geográfica. Os resultados e discussões apresentados no artigo giram em torno da evolução espacial e temporal das atividades da colônia, seus avanços, mudanças e retrocessos. As terras, inicialmente concedidas a famílias da Sudáfrica e utilizadas para o desenvolvimento de atividades agrárias, passaram por diversas transformações. As mudanças são produzidas na estrutura agrária e também pelo avanço do setor petrolífero. A atividade petrolífera iniciou-se na década de 1920 com alvarás de exploração e alguns poços ativos, iniciando uma progressiva expansão da dinâmica extrativista nas terras da colônia. A análise desses processos contribua para a compreensão da complexidade dos territórios rurais do sudeste de Chubut.

Palavras-chave: Transformações, Território, Produção, Colônia Escalante, Patagônia.

Introducción

Este artículo analiza los usos productivos del suelo de Colonia Escalante en el sudeste de Chubut complementando los estudios histórico-sociales existentes (D’Alessandro, 1998; Edwards, 1998; Pineau, 1996; Ciselli y Borquez, 2020) y presenta resultados y discusiones de investigaciones realizadas en el marco del Programa de Investigación ANP Rocas Coloradas de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco que se focaliza en una fracción de dicha Colonia. Puntualmente se centra en el “territorio hecho” durante 120 años de historia para comprender la complejidad actual de dichos espacios rurales que es producto de la conjunción de las formas materiales, jurídicas y culturales heredadas de diferentes momentos históricos con la vida rural actual, pues como señala Silveira, el territorio usado “es el territorio hecho y el territorio haciéndose, con técnicas, normas y acciones” (2008, p. 3).

Hacia finales del siglo XIX, la Patagonia fue atravesada por diferentes procesos históricos: la finalización de la mal llamada “Conquista del Desierto” (1878-1885), la inserción del país en la economía mundial como agroexportador, el interés por colonizar la región y la sanción de la Ley de Territorios Nacionales (1884) que la organizó jurídica y políticamente. El avance del Estado sobre las tierras patagónicas se reflejó en acciones para fortalecer su soberanía, como el control de la navegación atlántica a través de las subdelegaciones en las costas, la fundación de pueblos y colonias o el tendido del telégrafo. Sin embargo, lograr que los asentamientos poblacionales fueran permanentes se convirtió en un tema de agenda gubernamental cuya solución se fue delineando a partir de modificaciones en las leyes de otorgamiento de tierras fiscales y por concesiones a empresas privadas para la explotación petrolera.

En ese contexto comenzaron a realizarse diversas actividades productivas en las tierras rurales del área bajo análisis. Por un lado, las agropecuarias con el arribo de los colonos bóer[1] desde 1902 y las acciones de productores y empresas ganaderas que adquieren tierras en la Colonia Escalante. Por otro lado, desde 1920 se producen las primeras solicitudes y otorgamientos de permisos de cateo iniciándose un proceso de extracción y expansión de la actividad hidrocarburífera en dicha área que continúa hasta la actualidad.

En este artículo se realiza un abordaje geo-histórico que da cuenta de la evolución de estas actividades en Colonia Escalante y de las transformaciones territoriales asociadas a dicha evolución. El análisis de los resultados se realiza desde las Ciencias Sociales críticas y focaliza en el cambio de orientación de los sistemas agropecuarios, en los procesos de concentración y acaparamiento de tierras y el avance de actividades extractivas.

Para facilitar la lectura, se ha organizado el texto en diferentes apartados donde se indica la metodología utilizada, se recupera el marco normativo que explica la génesis de Colonia Escalante, se muestra el funcionamiento y las transformaciones de la estructura territorial agropecuaria y, por último, se aborda el proceso de expansión de la actividad hidrocarburífera sobre las tierras de la colonia.


Figura N° 1
Colonia Escalante en el contexto regional
Fuente: elaboración propia

Metodología

Se aborda un estudio de caso a partir del análisis documental -proveniente de legislación, documentos oficiales, planos topográficos y catastrales históricos y actuales, revistas de época, diarios locales, fotografías antiguas y actuales-, la observación directa en terreno, la realización de entrevistas a productores y administradores de estancias y el análisis espacial a través de Sistema de Información Geográfica.

Puntualmente para el análisis de la evolución espacio-temporal, se utilizaron como fuentes: un plano topográfico y catastral compilado y editado por Cannizaro en 1923, la Memoria publicada por el Ministerio de Agricultura en 1928, los Boletines de Informaciones Petrolíferas de YPF y la estadística de la Secretaría de Energía, información del sistema catastral de Chubut y de la cartografía temática de la Dirección General de Estadísticas y Censos del año 2010 que se agrega a la revisión documental y el trabajo de campo. Tanto el procesamiento y análisis de los datos como el diseño de las figuras se realizó con el software Qgis. Cabe aclarar que el perímetro y el parcelamiento inicial de la Colonia se construyó sobre la base de cartografía histórica, a partir de la georreferenciación y digitalización del plano de 1923, por lo tanto, puede presentar algunos desajustes.

Legislación de colonización y de tierras

Las campañas militares a la Patagonia fueron financiadas mediante la emisión de bonos con derechos sobre las nuevas tierras y donaciones a las que se sumó el arrendamiento, las ventas -directas o en remates- enmarcadas en una legislación que posibilitó el acaparamiento (Barbería, 2001; Bandieri, 2005; Bandieri y Blanco, 2009). En este sentido, la Ley de Inmigración y Colonización Nº 817 de 1876 estableció las pautas para la inmigración y la colonización, fijando el Poder Ejecutivo los territorios destinados a la colonización para luego proceder a la mensura, subdivisión y amojonamiento de las secciones. Luego la Oficina de Tierras y Colonias trasladaba las familias a cada sección, siendo los primeros cien colonos –jefes de familia y agricultores– premiados con un lote de 100 hectáreas gratis (Lajouane, 1934). En base a esta Ley se crearon en Chubut 5 pueblos -Esquel, San Martín, Sarmiento, Camarones y Comodoro Rivadavia- y varias colonias agrícolas y pastoriles (Memoria, 1928).

En la Patagonia la Ley Hogar de 1884 permitió el asentamiento colectivo a través de la creación de colonias pastoriles divididas en secciones cuadradas, entre ellas la Colonia Escalante. En base a esta norma cada colono recibió en concesión gratuita un lote de 625 ha. pudiendo arrendar más hectáreas según la Ley de 1876. La cuadrícula territorial y su escala fue el modelo que la Dirección de Tierras y Colonias de la Nación imprimió en los nuevos territorios, tanto en los lotes rurales como en los trazados de las ciudades. La Ley de Hogar fue también el marco legal para crear la Reserva del 28 de abril de 1902 y poner 50 lotes en posesión de familias provenientes de Sudáfrica[2]en la denominada Colonia Escalante, situada en el sector costero chubutense sobre la ribera atlántica. Dado que las tierras de la zona demarcada no eran muy fértiles, se decidió otorgar a cada colono una superficie de 2500 hectáreas (en vez de 625) que fue ampliada en dos oportunidades (cuadro 1).


Cuadro 1
Colonias Pastoriles en el Territorio de Chubut
Fuente: Memoria de la Dirección General de Tierras en el período administrativo 1922-1928 (1928, p.6).

Con la sanción de la ley N° 4167 de 1903 referida a la venta y arrendamiento de tierras fiscales, quedó derogada la parte de la ley N° 817 correspondiente a la colonización. Así, los artículos 1 al 3 de la nueva ley señalaron que el Poder Ejecutivo exploraría y analizaría topográficamente las condiciones de las tierras fiscales para determinar su destino, “reservando las regiones apropiadas para la fundación de pueblos y el establecimiento de colonias agrícolas y pastoriles, las cuales serán oportunamente divididas en lotes” (Lajouane, 1934, p. 467). En la Memoria de 1928 aparece claramente que el criterio que se siguió fue el de mensura y no el topográfico desequilibrando en ocasiones el potencial de los lotes (p. 3). Si bien esta ley modificó la distribución de las tierras públicas, cuando se sancionó las superficies de mejor calidad en los territorios nacionales ya estaban repartidas.

Durante los gobiernos radicales, el acaparamiento de tierras públicas fue intensamente combatido por la prédica oficialista y a través de decretos. Sin embargo, al finalizar 1922 en Chubut una sociedad extranjera poseía 155000 hectáreas de las mejores tierras (Memoria 1928, p. 7). Desde 1921 a fines de 1928 los pobladores rurales patagónicos vivieron momentos angustiosos debido a la inseguridad jurídica que trajo aparejada la errática política agraria del gobierno radical. Los efectos de la Primera Guerra Mundial, la crisis ganadera de posguerra (1921-1924) y los inicios de una desaceleración del crecimiento económico del país en esos años se vieron agravados por la crisis internacional de 1929 que impactó en el vulnerable modelo agroexportador argentino, provocando la disminución de los precios agropecuarios, el incremento de las deudas de los sectores rurales, la depreciación de la moneda, el control de cambios y la transferencia de recursos al sector industrial (Blanco, 2008). En la Revista Argentina Austral, producida desde 1929 por la Sociedad Anónima, pueden rastrearse algunos de los problemas mencionados como así también en notas que aparecieron en el Diario El Chubut de Comodoro Rivadavia los días 21-1-1929, 6-2- 1929 y 7-2-1929 bajo el título “Crisis ganadera”. El modelo económico agroexportador o de crecimiento hacia afuera estaba en una fase crítica que se aceleró con el comienzo de la Segunda Guerra Mundial y el desarrollo de un proceso de industrialización que generaría importantes conflictos al interior del mundo rural, marcando el rumbo hacia una economía estatal de carácter fuertemente intervencionista.

La llegada de sudafricanos a Colonia Escalante

A comienzos del siglo XX, el ministro de agricultura Wenceslao Escalante priorizó el asentamiento en el sureste del Territorio Nacional del Chubut de grupos con fuertes lazos comunitarios como los bóeres, que podían salvar ciertas ausencias gubernamentales además de ser descendientes de europeos lo que los convertía en potenciales invitados del gobierno (Duplatt, 2023). Su migración estuvo caracterizada por los “treks o travesías de inmigrantes organizadas colectivamente y vinculadas con la necesidad de encontrar nuevas zonas de residencia por las duras condiciones impuestas por el Imperio Británico a los sudafricanos con la finalización de la Guerra Anglo-Boer” (AAVV, 2012, p. 195). Ello permite inferir que las quince primeras familias conformaron un grupo unido que salió de Colonia del Cabo en abril de 1902 con destino a Buenos Aires, a la que le siguieron otras ocho en el mes de noviembre (Pineau, 1996; Edwards, 1998; Facchinetti, 1998). El Diario La Prensa de la época sostenía que “vienen muy bien impresionados de la Argentina y manifiestan que son suficientes motivos para estar gratos a este país las atenciones y ayuda proporcionada” (Caminoa, 2011, p. 410).

Los bóeres cruzaron el Atlántico rumbo a Buenos Aires y desde allí partieron hacia Comodoro Rivadavia, lo cual recibió el interés de algunos medios como la revista Caras y Caretas. La misma publicaba que “los últimos vapores llegados de Capetown y de Durban nos han traído numerosos inmigrantes que ya se han dirigido al Chubut para unirse en la Colonia Escalante con las treinta y tantas familias compatriotas que allí residen” (1903, p. 47). Estos primeros grupos trajeron capital, materiales y personal de servicio. Tal es el caso de Juan Coulter quien, ya instalado en Colonia Escalante, montó una granja en las proximidades de río Chico donde puso en práctica sus conocimientos de agricultura y ganadería y formó su familia, siendo su hijo Julio uno de los primeros bóer-argentinos de Chubut (Caras y Caretas, 1904).

En 1903 y en 1905 arribaron a Colonia Escalante dos contingentes más, superando la cifra de trescientas personas, lo que llevó al gobierno nacional a ampliar el perímetro de la misma asignándole 911.801 hectáreas (Memoria, 1928). Si en una primera etapa provinieron de la región de Transvaal, el grupo de 1905 provino de distintas partes de Sudáfrica, sobre todo de los distritos de Phillipstown, Colesberg, y Burgersdorp (Edwards, 1998). Para fines de 1905, la población de la Colonia Escalante superaba las 400 personas, cifra que se incrementó con la llegada de familiares o arribos individuales. Ya no se registran movimientos colectivos.

Para 1907 se calculaban 1.200 pobladores que poseían 4.000 vacunos, 4.000 yeguarizos y 150.000 ovejas (Caras y Caretas, 1909, p. 77). El punto de encuentro y embarque de los colonos fue Puerto Visser que comenzó a funcionar en 1912 por iniciativa de Conrado Visser con el objetivo de comercializar la producción agrícola-ganadera de la colonia y conectarse con el mundo, dado que por allí ingresaban los colonos y se recibían las noticias de Sudáfrica. Allí llegaban los barcos de la Sociedad Anónima y de Lahusen. Por su movimiento portuario, se formó un pequeño pueblo de unas 24 casas, Juzgado de Paz, Comisaría, Jefatura de Correos, Registro Civil y un almacén de ramos generales totalizando unos 200 habitantes en las primeras décadas del siglo XX según lo describía el Anuario Kraft en 1924 y que subsistió hasta los inicios de la década de 1940, eclipsado por el puerto de Comodoro Rivadavia (Caminoa, 2001).

En la década de 1910 se redujo la población bóer en la colonia, porque no hubo nuevas travesías de familias ni grupos, sumado al regreso de varios a Sudáfrica atraídos por la autonomía del imperio británico lograda por las repúblicas bóer de Orange y Transvaal, la creación de la Unión Africana en 1910 y la inestabilidad política argentina del momento (Duplatt, 2023).

Transformaciones en el perfil propietario y la estructura fundiaria

La estructura agraria de la Colonia es dinámica. Ya se ha mencionado el modo en que fue distribuida la tierra entre los bóeres y las actividades agropecuarias a las que se dedicaron desde 1902. Entre marzo y abril de 1919 la revista Caras y Caretas les dedica varias notas donde se refiere a la diversidad de prácticas agrarias que realizaban los colonos en ese momento. Resalta que “los campos de la colonia se prestan a la ganadería lanar, aunque hubo grandes pérdidas en los años secos en los campos de la costa y zona de río Chico. Las enfermedades que merman la hacienda son el tembleque y el saguaipé” (1919a, p. 53) y continúa describiendo que en los valles hay partes:

que sirven para el cultivo de alfalfa, frutales, avena y verduras. La alfalfa en esta zona teniendo agua suficiente, da tres cortes al año, y un potrero de pastoreo para los caballos de uso diario. Los tres cortes en conjunto dan por hectárea 9 toneladas de alfalfa seca, que hoy en día por la escasez de vapores y carestía oscila entre 120 a 130 pesos la tonelada en Comodoro Rivadavia. Tomando este precio como base resulta que una legua de campo que tenga seis hectáreas de alfalfares mantiene 1000 lanares, una tropilla de caballos, 4 o 5 vacas lecheras, 12 bueyes (para los carros). Los frutales y la verdura dan buen resultado. Sin embargo, de las tierras mencionadas las dos terceras partes no reúnen estos beneficios. Son secas, casi sin agua y pasto, no admitiendo 500 ovejas por legua. El mayor inconveniente para la agricultura, horticultura y fruticultura son los vientos fuertes del oeste que se hacen sentir durante semanas enteras y las escarchas tardías. Contra los vientos se plantaron álamos, sauces de varias clases, tamariscos en hileras de uno a tres y dan buen resultado; conocidas son las manzanas, peras, duraznos, damascos y ciruelas cultivadas en las estancias Los Manantiales, La Corona, El Progreso, Slentelspoord de Visser, entre otros. También tienen máquinas de avicultura, arados de reja y disco, rastras, cortadores de alfalfa, prensas a mano o malacate, máquinas esquiladoras Stabiles, algunos portátiles por la escasez de esquiladores, que fueron reemplazadas por las esquiladoras Cooper de dos tijeras, así cada uno esquila su propia majada. (1919a, p. 53)

Asimismo, en otra nota, la plantación de árboles forestales es considerada como “la piedra angular del progreso frutal y hortícola” de la colonia (Caras y Caretas, 1919b, p. 57), por lo que se plantaron álamos, sauces y tamariscos en hileras.

Con la interrupción inmigratoria y ante la posibilidad de regresar a Sudáfrica o de instalarse en Comodoro Rivadavia, varios de los lotes otorgados en propiedad entre 1904 y 1912 fueron vendidos posibilitando la reorganización de la explotación agraria. El caso que mejor ilustra este proceso es el de la Sociedad Anónima Ganadero-Agrícola La Salamanca que fue adquiriendo varios lotes pastoriles (Figura 2 y 3) desde 1912. La Salamanca[3] se había conformado el 13 de mayo de 1910 con el objeto de adquirir campos en el Territorio Nacional del Chubut y explotarlos como establecimientos ganaderos y agrícolas pudiendo adquirirlos por compra o en arrendamiento. Según el Boleto de compraventa del 27 de abril de 1912 Casimiro Taboada le vendió a la Sociedad “una extensión de campo compuesta de 2500 hectáreas situadas en el lote 21 de la Colonia Escalante, en Tierras destinadas a la colonización con familias de Sudáfrica”. Taboada contaba con un título de propiedad otorgado por el Superior Gobierno Nacional de acuerdo con la Ley 4167 de 1903 y por Decreto del 17 de enero de 1912 del Ministerio de Agricultura. Durante 1911 y 1912 se otorgaron otros títulos de propiedad, como son los casos de Thomas B. Vorster quien se convirtió en propietario del lote 4 en septiembre de 1911 y de Juan Barrios adjudicatario por decreto del 14 de junio de 1912 de una superficie de 2500 hectáreas en el lote pastoril 50 del Ensanche de Tierras destinadas a la colonización de Sudáfrica. Barrios, a través de un representante legal, también vendió su lote a la Sociedad. Para 1926 la Salamanca continuaba expandiéndose, en este caso sobre el lote 8 del fallecido Juan Henderick Small por lo que se exigía la escrituración del mismo a los herederos.


Figuras N° 2
Evolución de los establecimientos agropecuarios de la colonia Escalante entre 1903 y 1923
Fuente: elaboración propia sobre la base de plano compilado y editado por Cannizaro en 1923.


Figuras N° 3
Evolución de los establecimientos agropecuarios de la colonia Escalante entre 1903 y 1923
Fuente: elaboración propia sobre la base de plano compilado y editado por Cannizaro en 1923.

La situación mencionada modificó la dinámica de producción de la tierra al llegar nuevos propietarios, que en algunos casos compraron varios lotes de 2500 hectáreas generando grandes establecimientos agropecuarios para cría de ovejas. Una nota aparecida en el año 1919 en la revista Caras y Caretas da cuenta de ese cambio y del proceso de concentración de las tierras en manos de algunos de esos nuevos dueños: “hoy en día ni la mitad de los que vinieron viven aquí, en cambio compañías particulares forman estancias de dos hasta 15 leguas de campo” (1919a, p. 53). La concentración se observa también al comparar el loteo inicial de la colonia con un plano topográfico y catastral de 1923 (ver Figuras 2 y 3).

Luego de la crisis de 1929, la situación para los colonos se volvió más difícil marcando un punto de inflexión en la situación de los colonos asentados en Colonia Escalante. “Así fue que unas 15 familias boers que tenían una deuda con el banco de Dorrego y que no la lograron cancelar sufrieron el remate de sus lotes” (Ciselli, 2021, p. 14) y otras vieron sus tierras rematadas en la Cámara de Consignatarios y Martilleros de Buenos Aires y adquiridas por nuevos propietarios. Así, la década de 1930 es testigo de nuevas transacciones de tierras y la profundización de los cambios en el perfil propietario del área[4].

A partir de información obtenida en tres entrevistas realizadas se describen otros casos situados en Colonia Escalante y Ensanche Norte de Colonia Escalante.

Bruno Willatowski adquirió el lote 15 conocido como Estancia Puerto Visser hacia 1935/36) que continuó explotando su hijo y su nieto (nuestro entrevistado). Sus abuelos maternos tenían lotes colindantes a dicha estancia que vendieron en 1965. La familia de Willatowski vendía carne a los pobladores de Puerto Visser y del puesto Los Tamariscos y ganado en pie a Pedro Granson para el matadero que éste poseía en km 8. Los troperos venían arreando las ovejas desde la zona de Camarones y pasaban a buscar los animales al campo, llegaban a Comodoro con 3000 o 4000 animales. El último arreo fue entre 1965 y 1966[5].

De modo contemporáneo, el irlandés Pedro Granson fue, desde 1931 adquiriendo lotes en arrendamiento en la zona Pampa del Castillo, Sarmiento y del Pico Salamanca. A inicios de la década de 1960 compró el lote de Salamanca donde se dedicó a la explotación ganadera de diverso tipo: ovino, bovino y equino y al abastecimiento a través de su matadero, actividad que mantuvo hasta su fallecimiento en 1992. El establecimiento de más de 14000 hectáreas estaba compuesto por los lotes rurales 3, 51, 52 y 53 de la colonia. Los lotes 52 y 53, sobre la costa atlántica estaban en tierras fuera del loteo inicial de la Colonia, sin pasto y sin agua según el mapa catastral de 1923; el 3 y el 53 componían “Establecimiento El Carmen” y el lote 51 el “Puesto Aldave”[6].

El tercer caso, es el de Pedro Mogilnistky quien en 1940 adquirió a través de un remate público un establecimiento que ocupaba los lotes 10 y 11 de la Fracción D en Ensanche Norte de Colonia Escalante, que se encontraban separados por una reserva fiscal destinada a la creación del pueblo presidente Figueroa Alcorta (al norte de Pueblo Visser). Ambos lotes habían sido de Conrado Visser y por varios años se explotaron conjuntamente con una parte de la reserva fiscal mencionada. En 1954, su viuda Enriqueta Polich cedió la propiedad a su hija Olga quien decidiò mensurar en 1964[7].

En la segunda mitad del S. XX se produjeron nuevas transacciones de tierras profundizando los cambios en los propietarios de los establecimientos. Tal es así que, en los años 1960 y 1970, la firma Hermanos Berutti y Gosio compró dos leguas cuadradas (lote 13 y 13 bis) y otras seis en los setenta que mantuvieron hasta 1987, cuando se la vendieron a Mottino, su actual propietario. El perímetro actual de Manantiales tiene 120 km y hasta la década de 1990 podía mantener hasta 1000 ovinos por legua cuadrada, pero de ahí en adelante la carga de todos los cuadros se redujo en un 25 %.


Figura N° 4
Establecimientos rurales de Escalante en 2010
Fuente: elaboración propia en base a información catastral y cartografía temática de la Dirección General de Estadísticas y Censos de 2010. Nota: La figura es de uso temático, no catastral, y está sujeta a revisión.

En las últimas décadas, más allá de los cambios del sector productivo, el interés por las tierras y la compra de los establecimientos para la explotación ganadera se mantuvo pero con cambios en el perfil propietario. Entre los actores que adquirieron tierras en las últimas décadas se encuentran empresarios del sector de servicios petroleros, empresarios del sector de la construcción, comerciantes y profesionales de Comodoro Rivadavia, entre otros. Este cambio de dueños y el proceso de concentración de las tierras del área se expresa en la estructura fundiaria actual (Figura N° 4) con estancias de tamaño variable en un rango de entre 2.500 hectáreas y más de 50.000 hectáreas. En el área se encuentran los tres tipos de Estancias patagónicas según la clasificación de Cepparo (1986): estancias pequeñas (hasta 10.000 has), estancias medianas (entre 10.000 y 50.000 has) y estancias grandes (más de 50.000 has).

Desde un primer momento, la cría de ovejas se ha realizado de manera extensiva y con un manejo «año redondo» de los campos de pastoreo, es decir, sin la rotación estacional del ganado(veranada/invernada) que es habitual en zonas agroecológicas de la Patagonia. La cobertura vegetal de los suelos es relativamente baja, predominando los arbustos (malaspina, duraznillo y neneo, entre otros) por sobre las gramíneas y en consecuencia la receptividad ganadera de los campos es baja. Sin embargo, la presencia de bajos húmedos (vegas o mallines) en algunas parcelas, aumenta la disponibilidad de forraje y la receptividad de ganado de los campos e incluso permite la cría de bovinos. Tal es así que en algunos sectores del área se requieren más de treinta hectáreas para el pastoreo de un ovino, pero la carga promedio oscila entre 0,18 y 0,30 ovinos por hectárea (Schorr y Segui, 2008). Por ejemplo, en la Estancia Puerto Visser la carga aproximada es de un ovino cada cuatro hectáreas y en la Estancia Los Manantiales es de un ovino cada tres hectáreas.

La actividad ganadera se desarrolló en plenitud hasta los años ochenta del siglo XX. Desde entonces, diversos factores socio-ambientales, económicos y culturales impactaron negativamente sobre la actividad ganadera. Los entrevistados destacan las sequías prolongadas, el despoblamiento de los campos, la caída en el precio internacional de la lana y la proliferación de depredadores y competidores de la oveja. El poco valor de lanas y cueros y el incremento en los costos de explotación llevaron al abandono o venta de los lotes que fueron ocupados por depredadores como los pumas, zorros y guanacos. Si bien las explotaciones se orientaron hacia la cría de ovinos de raza Merino para la producción de lana, la comercialización de carne ha generado ingresos adicionales. Por la cercanía a Comodoro Rivadavia, la venta de ganado en pie para consumo fue importante en algunos momentos como así también el establecimiento de cabañas de carneros reproductores que mejoran la genética de los rebaños y se venden en las exposiciones rurales de la región.

En la actualidad, algunas estancias del área están en producción, con un stock de ganado que se encuentra por debajo de sus registros históricos. Según Rubén Alonso, administrador de la Ea Los Manantiales, hasta los años 1990 podía mantener hasta 1000 ovinos por legua cuadrada, pero desde esa década la carga de todos los cuadros se redujo en un 25 % en parte a una disminución de las lluvias, al despoblamiento de los campos y a la presencia de depredadores. Las estancias en actividad han apostado por el mejoramiento de sus rebaños a través de la compra de reproductores y la incorporación de nuevas prácticas especialmente entre las estancias más grande: esquila que promueve el Programa de Asistencia para el Mejoramiento de la Calidad de la Lana -PROLANA-, esquila pre-parto, evaluación de pastizales, entre otras. Las estancias pequeñas han mantenido en su mayoría las prácticas agropecuarias tradicionales.

Respecto de los propietarios, algunos lotes continúan en manos de descendientes de los primeros colonos. Entre las familias que optaron por quedarse están los Myburg, quienes aún se dedican a la explotación de la ganadería ovina, participan en la Sociedad Rural de Comodoro Rivadavia, en las Ferias de Ganaderas y como cabañeros.

Expansión de la actividad hidrocarburífera sobre tierras de Colonia Escalante

Luego del descubrimiento en Comodoro Rivadavia a fines de 1907, el Poder Ejecutivo creó una reserva nacional donde se prohibía la concesión privada de 200.000 hectáreas alrededor de Comodoro Rivadavia. En 1910 esta se redujo a 5000 hectáreas, por lo cual unas 195.000 hectáreas se abrieron a inversores privados que pudieron solicitar concesiones y permisos de cateos a la Dirección de Minas. Los trabajos quedaron bajo el control de la Dirección de Minas hasta la creación de la Dirección General de Explotación del Petróleo de Comodoro Rivadavia en 1910 que fue reorganizada en junio 1922 cuando el gobierno nacional creó la Dirección General de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF).

Desde 1907 la empresa estatal avanzó con las exploraciones sumándose en 1912 el “Sindicato Petrolífero Astra Argentina” que inició sus trabajos mineros amparados por el primer permiso de cateo y exploración del 30 de julio de 1912 en Km 20. En 1915, cuando obtuvo personería jurídica el Poder Ejecutivo le acordó a la empresa Astra una concesión de 1500 hectáreas que se amplió en 1916 con la compra del lote 138 de 2500 hectáreas ubicado en el Ensanche Sud de la Colonia Escalante al bóer Juan Du Plessis (Ciselli, 2017).

En 1915, la Compañía Argentina de Comodoro Rivadavia se asentó en Km. 8 donde puso en funcionamiento el primer pozo en la mina Burmeister. Desde esa fecha hasta 1920, la compañía perforó 14 pozos, algunos con escasa producción. En 1920 se constituyó la sociedad comercial Compañía Ferrocarrilera de Petróleo[8] que adquirió las áreas de exploración y las instalaciones en Km. 8, de esa anterior concesionaria de la década del diez y en 1935 la Compañía Ferrocarrilera adquirió los derechos de explotación de las siguientes compañías: Anglo Persian (en Manantial Rosales), Sirius (en Bahía Solano) y Standard Oil Company (en Km. 9). La Compañía Sirius se había instalado en 1922 en el lote 23, lindante a la estancia Vooerspoed perteneciente al sudafricano Conrado Visser y en 1935 la Cía Ferrocarrilera estableció allí un campamento para una población que no superaba las 250 personas, con todos los servicios (Dittler, 2022: 20). Para 1923 la Cía Ferrocarrilera era propietaria del lote 23, Astra del lote 22 y Mina Carmen comenzaba a explotarse en la zona de Pico Salamanca.

En la década de 1920 se conformaron otras empresas que desaparecieron en breve tiempo, como Kinkelin, Anglo Persian, Sirius y la Standard Oil. Algunas solicitaron permisos de cateo y al no tener éxito con sus exploraciones abandonaron el área solicitada o transfirieron sus permisos a otros interesados. En tierras del Ensanche Norte de la Colonia y a unos 80 kilómetros al norte de Puerto Visser se instaló la compañía Mina Kinkelín que armó un campamento en dicho puerto (El Chubut, 12 de junio de 1921, p. 5). Colindando con esta compañía y también sobre el límite norte del campo petrolífero de la compañía Astra, Juan Koster, miembro de la compañía Sirius de petróleo, obtuvo permisos de cateo.

Después de esos primeros años de actividad en la Colonia y durante las dos décadas siguientes se produjo el descubrimiento de nuevos yacimientos y la expansión de la actividad en Manantiales Behr, Diadema[9], Km 20 y Restinga Alí que afectó a los lotes ubicados en el sur de la Colonia. Paralelamente a la profundización de la actividad en las dos primeras filas de lotes se inició una notable expansión hacia el norte, principalmente en el yacimiento Manatiales Behr, sobre los lotes 44 y 39. Las Figuras 5 y 6 muestran el avance de la actividad hidrocarburífera en esa primera mitad del siglo XX y la expansión de la actividad que se produjo entre el Boom Petrolero de 1958 y principios del siglo XXI.


Figura N° 5
Expansión de la actividad hidrocarburífera en Colonia Escalante y alrededores entre 1920 y 2001
Fuente: elaboración propia con datos de la Secretaría de Energía actualizados a junio de 2022, disponibles en https://datos.gob.ar/dataset. Nota aclaratoria: se consideraron pozos con fecha de iniciación publicada que se encuentran en diferentes estados: en extracción o inyección efectiva, parado transitoriamente, en estudio, en reserva para recuperación secundaria, abandonado o en abandono temporario.


Figura N° 6
Expansión de la actividad hidrocarburífera en Colonia Escalante y alrededores entre 1920 y 2001
Fuente: elaboración propia con datos de la Secretaría de Energía actualizados a junio de 2022, disponibles en https://datos.gob.ar/dataset. Nota aclaratoria: se consideraron pozos con fecha de iniciación publicada que se encuentran en diferentes estados: en extracción o inyección efectiva, parado transitoriamente, en estudio, en reserva para recuperación secundaria, abandonado o en abandono temporario.

La expansión de la actividad de los años sesenta y setenta continuó sobre los mismos sectores de la Colonia. La excepción es el sector sur involucrado en el yacimiento Diadema, pues en enero de 1960 la empresa Shell perforaba el último pozo en el yacimiento, iniciando el cese de sus actividades y el abandono del yacimiento.

En los setenta se observa una marcada expansión de la actividad hacia el norte del yacimiento Escalante, operado por YPF que llevaba décadas de producción tras su descubrimiento en 1930. El avance de la actividad en dicho sector se prolongó hasta finales de siglo XX, impactando principalmente sobre los lotes 50, 47 y 46, ubicados en el extremo sudoeste de la Colonia.

En 1977 Shell vendió el yacimiento Diadema a la Compañía Austral Petrolera, una Sociedad Anónima constituida por las empresas Competrol SA, Técnica Patagónica SA y Servicios Ryder Scott SA agrupados bajo el nombre de Compañías Asociadas Petroleras Sociedad Anónima (CAPSA). CAPSA reactivó la producción en el yacimiento observándose entre 1978 y 1980 la expansión sobre los lotes 36 y 25 de la Colonia. Desde entonces la empresa, actual poseedora de otros yacimientos en la zona, incrementó los niveles de producción y se transformó en una de las operadoras más importantes en la cuenca del Golfo San Jorge.

Desde fines de los ochenta se profundizaron los cambios en el conjunto de empresas que operan en la zona. En 1989 se creó la empresa provincial Petrominera Chubut S.E (Ley Nº 3422, modificada por la Ley Nº 5231 de 2004), en 1992 la empresa Repsol compró la estatal YPF y en 1996 la misma empresa de capitales españoles compró la empresa ASTRA.


Figura N° 7
Expansión de la actividad hidrocarburífera en Colonia Escalante y alrededores entre 2002 y 2022
Fuente: elaboración propia con datos de la Secretaría de Energía actualizados a junio de 2022, disponibles en https://datos.gob.ar/dataset. Nota aclaratoria: se consideraron pozos con fecha de iniciación publicada que se encuentran en diferentes estados: en extracción o inyección efectiva, parado transitoriamente, en estudio, en reserva para recuperación secundaria, abandonado o en abandono temporario.

Después de la crisis argentina del año 2001, en un contexto marcado por el fin de la convertibilidad monetaria y la consecuente devaluación de la moneda argentina y por el alza del precio internacional del petróleo, las operadoras incrementan los niveles de producción al ser beneficiadas por la baja de los costos y la renta generada por los nuevos valores (Schweitzer, 2012). Tanto es así que desde el año 2002 se produce una gran expansión de la actividad en la colonia y su ensanche norte. En la colonia se expande principalmente en el oeste, sobre prácticamente la totalidad de los lotes de ese sector y con mayor intensidad sobre los lotes 40, 49, 38 y 36 (ver figura 7).

Lo mostrado en este apartado da cuenta de un proceso expansivo de la actividad sobre la colonia que se ha dado de manera continua desde los años veinte hasta nuestros días. No obstante, es posible reconocer diferentes ritmos en ese avance de la actividad y una aceleración muy marcada en las últimas décadas. El análisis estadístico realizado con los datos publicados por la Secretaría de Energía, muestra que la cantidad de pozos iniciados entre 2002 y 2022 es igual a la cantidad de pozos iniciados entre 1928 y 2001.

Conclusiones

El artículo ha avanzado en el análisis del proceso de producción de los territorios rurales del sudeste de Chubut en un recorte temporal de 120 años que va desde la creación de la colonia Escalante hasta nuestros días. Los resultados y discusiones han mostrado la evolución de diferentes actividades y usos de las tierras de la colonia y sus alrededores: sus avances, transformaciones y retrocesos. A modo de cierre del artículo se recuperan algunas conclusiones generales que surgen del análisis de la evolución de cada una de estas actividades.

El avance de las actividades agropecuarias iniciado a finales del S. XIX, se consolidó con la creación de la colonia Escalante y el asentamiento de la población bóer procedente de Sudáfrica. Enmarcada en las políticas de tierras la colonia pastoril fue ensanchada a la par de la expansión ganadera y de otras actividades agrarias. En el análisis documental y cartográfico realizado, se pudo observar que desde la década de 1910 y hasta nuestros días se han producido múltiples transacciones de tierras, cambios en el perfil de los productores/propietarios de las tierras y en la estructura fundiaria. Con el arribo de nuevos actores y la progresiva concentración de la propiedad de las tierras, se profundizó el perfil ganadero extensivo de Escalante. Sin embargo, la actividad ganadera se desarrolló en plenitud hasta los años ochenta del siglo XX y desde entonces, diversos factores socio-ambientales, económicos y culturales han impactado de forma negativa sobre la actividad.

El avance de la actividad petrolera sobre las tierras de la Colonia y sus alrededores se produjo a inicios de 1921 cuando la Compañía Kinkelin solicitó permisos de cateo en el Ensanche Norte de Colonia Escalante y se estableció en cercanías de Puerto Visser. Para 1923 gran parte de los lotes pastoriles del límite sur de la Colonia fueron objeto de solicitudes de concesiones petroleras e incluso algunos de ellos adquiridos en propiedad por la empresa Astra y la Compañía Ferrocarrilera de Petróleo. Con el transcurrir del S. XX, la actividad se fue expandiendo sobre las tierras de la colonia, a partir de las acciones de empresas privadas y empresas estatales como YPF y Petrominera Sociedad del Estado de la Provincia de Chubut, coexistiendo con la ganadería o desplazándola. Desde el año 2002, se ha producido una notable expansión de la actividad en la colonia y su ensanche norte que se observa en la proliferación de pozos petroleros.

Con esta reconstrucción discursiva de la evolución de actividades y usos, se avanzó en el análisis de la complejidad actual de estos territorios rurales del sudeste de Chubut dada por la coexistencia de las diferentes actividades productivas. La existencia de esas múltiples actividades y funciones es el resultado de la presencia de una multiplicidad de actores, intencionalidades y lógicas de valorización de los recursos de estos territorios del sudeste de Chubut.

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Notas

[1] Bóer es el término que se utiliza para definir a quienes ocuparon la colonia Escalante y que significa campesino en neerlandés, lengua de origen germánico que llevaron los holandeses a África a mediados del siglo XVII. Sin embargo, del análisis de las Actas de Registro Civil de Comodoro Rivadavia de la primera década del siglo XX se observa que declararon ser afrikáner, nacionalidad que refería a los descendientes de los colonos holandeses de la República Sudafricana. De la misma fuente, pero referida a 1913, se comprueba que se autoreferenciaron como sudafricanos aunque en Chubut usualmente se los denominó colonos bóeres hasta que se popularizó el de sudafricanos, casi a fines de siglo XX, de modo coincidente con su autodenominación.
[2] Finalizada la guerra anglo-bóer (1899-1902), se produjo una doble circulación de mensajeros entre nuestro país y Sudáfrica sumado a avisos de prensa y contactos personales para negociar el establecimiento de una colonia destinada a familias sudafricanas lo cual era resorte de la Dirección de Tierras y Colonias. Con ese objetivo poblador, el gobierno argentino creó en la década de 1880 un Consulado en Ciudad del Cabo con un doble propósito: convertir al sur de África en un mercado agropecuario y atraer a familias bóer para poblar la Patagonia..
[3] Expediente de La Salamanca que contiene varios boletos de Compra-venta y los títulos de propiedad de Taboada, Vorster, Barrios y Henderick Small. Información relevada por Graciela Ciselli durante el trabajo de campo realizado en el Establecimiento Los Manantiales en 2022.
[4] Entrevista a Rubén Alonso, administrador de la Ea. Los Manantiales durante el trabajo de campo realizado por Alberto Vázquez en 2020 y Graciela Ciselli en 2021.
[5] Entrevista Ricardo Willatowski, realizada por Alberto Vázquez en 2020.
[6] Entrevista a Herminda Granson de Amilibia, realizada por Graciela Ciselli, vía mail en 2020.
[7] Entrevista a Ana Stingl, nieta de Pedro Mogilnistky realizada por Graciela Ciselli en 2021.
[8] Conformada por tres compañías londinenses asociadas: Ferrocarril del Sud de Buenos Aires Ltda., Ferrocarril de Buenos Aires al Pacífico Ltda. y Ferrocarril Oeste de Buenos Aires Ltda. con el fin de extraer combustible para sus locomotoras y obtener la concesión de la Compañía de Petróleo de Comodoro Rivadavia.
[9] La Shell Oil Company Argentina inició un asentamiento en Km. 27, en terrenos próximos al tendido de la línea ferroviaria que iba de Comodoro Rivadavia a Colonia Sarmiento. En 1923, ya inscripta oficialmente como Diadema Argentina S. A. de Petróleo obtuvo más permisos hasta lograr, en 1926, unas 6.900 hectáreas.

Información adicional

Cita sugerida: Vazquez, A. D., Ciselli, G. y Duplatt, M. (2023). Cambios y continuidades en los usos productivos de las tierras rurales del sudeste de Chubut (1902-2022). Párrafos Geográfícos 22 (1). ISSN: 1853-9424. ISSN-e: 1666-5783.



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