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Migrantes venezolanos. Readaptación al mercado laboral impuesto por la pandemia. Estudio de caso en Bahía Blanca, Provincia de Buenos Aires, Argentina

Venezuelan migrants. Readjustment to the labor market imposed by the pandemic: A case study in Bahía Blanca, Buenos Aires Province, Argentina

Loreana C Espasa
Departamento de Geografía y Turismo. Universidad Nacional del Sur, Argentina
Rosa Ángela Fittipaldi
Departamento de Geografía y Turismo. Universidad Nacional del Sur, Argentina
Germán Daniel Adaro
Departamento de Geografía y Turismo. Universidad Nacional del Sur, Argentina

Párrafos Geográficos

Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, Argentina

ISSN: 1853-9424

ISSN-e: 1666-5783

Periodicidad: Semestral

vol. 1, núm. 22, 2023

parrafosgeograficos@fhcs.unp.edu.ar

Recepción: 03 Diciembre 2022

Aprobación: 18 Abril 2023



Cita sugerida: Espasa, L. C., Fittipaldi, R. A. y Adaro, G. D. (2023). Migrantes venezolanos. Readaptación al mercado laboral impuesto por la pandemia. Estudio de caso en Bahía Blanca, Provincia de Buenos Aires, Argentina. Párrafos Geográficos, 22 (1). ISSN: 1853-9424. ISSN-e: 1666-5783.

Resumen: La pandemia por COVID-19 acentuó la crisis económica, política y social que América Latina venía atravesando desde mediados de la década anterior. En este marco, el mercado laboral de la mayoría de los países ha sufrido cambios radicales tras las restricciones impuestas a la movilidad de las personas. La situación de vulnerabilidad en la que se encontraban los migrantes venezolanos se profundizó, afectando a una de las variables más sensible dentro de su proyecto migratorio: el empleo. El objetivo del presente artículo es analizar los cambios en el mercado laboral tras la pandemia y las readaptaciones de los migrantes venezolanos a la nueva realidad en la ciudad de Bahía Blanca. Este estudio, de carácter exploratorio, utilizan datos publicados en diferentes fuentes e informes oficiales, micro relatos obtenidos de encuestas y entrevistas semi – estructuradas así como técnicas de análisis comparativo para establecer las diferencias entre los escenarios iniciales en los que se produce el movimiento migratorio y aquellos que devienen de la pandemia como contexto de las nuevas estrategias de supervivencia. Las medidas de aislamiento social obligatorio implementadas por los distintos gobiernos - entre las cuales se incluyó el cierre de fronteras - han restringido la movilidad y el tránsito de personas migrantes y han dificultado la posibilidad de encontrar empleo. Como consecuencia, muchos migrantes han tenido que modificar varias de las expectativas que marcaron el inicio de su proyecto migratorio para adaptarse a la nueva situación de crisis. Los datos obtenidos a partir de la investigación, ponen al descubierto las características del espacio emergente en un escenario post-pandemia, en el cual los migrantes redefinen y readaptan estrategias para continuar su proyecto migratorio, entre la precarización de empleos y los micro - emprendimientos individuales y /o colectivos para paliar los efectos de la crisis.

Palabras clave: Migraciones recientes, Mercado laboral, Procesos migratorios, Migrantes venezolanos.

Abstract: The COVID-19 pandemic accentuated the economic, political, and social crisis that Latin America had been going through since the middle of the previous decade. In this framework, the labor market in most countries has undergone radical changes following the restrictions imposed on the mobility of people. The situation of vulnerability in which venezuelan migrants found themselves deepened, affecting one of the most sensitive variables within their migration project: employment. The aim of this article is to analyze changes in labor market after the pandemic and the readjustments of venezuelan migrants to the new reality in Bahía Blanca city. This study, of an exploratory nature, uses data published in different official sources, micro reports obtained from surveys and semi-structured interviews, and comparative analysis techniques to establish the differences between the initial scenarios in which the migratory movement occurs and those that come out from pandemic as a context for new survival strategies. The mandatory social isolation measures implemented by different governments - among which the closure of borders was included - have restricted the mobility and transit of migrants and have made it difficult to find employment. As a consequence, many migrants have had to modify several of their expectations that marked the beginning of their migratory project in order to adapt to the new crisis situation. Data obtained from this research reveals the characteristics of the emerging space in a post-pandemic scenario, in which migrants redefine and readapt strategies to continue their migratory project, between the precariousness of jobs and micro - individual and/or collective undertakings to alleviate the effects of the crisis.

Keywords: Recent migrations, Labor market, Migratory processes, Venezuelan migrants.

Introducción

Es de público conocimiento que la pandemia del COVID-19 ha afectado gravemente la economía global con fuerte impacto sobre todo en los países más desfavorecidos del mundo. América Latina agrava su situación sumando a los problemas provocados por el virus, la crisis política y social que se acentúa año tras año en la región. En tal contexto, el mercado laboral de la mayoría de los países ha sufrido cambios radicales y profundos, más aún tras las restricciones impuestas por la pandemia a la movilidad de las personas en el período 2020 – 2021. Si bien resulta evidente que ha generado cambios sin precedentes en el mundo del trabajo afectando a todas las personas trabajadoras, las personas migrantes y sus familias, especialmente aquellas que se encuentran en situación migratoria irregular y/o se dedican a trabajos informales, enfrentan retos adicionales (OIT, 2021) En este marco, la situación de vulnerabilidad en la que se encontraba la población de migrantes venezolanos de reciente arribo a nuestro país, sufre las consecuencias en lo que ellos mismos consideran la variable más sensible dentro de su proyecto migratorio como es el empleo.

Según estimaciones de la Organización Mundial del Trabajo (OIT, 2022a) la destrucción de empleos a causa de la pandemia para América Latina alcanzó a 25 millones de empleos de tiempo completo, equivalentes a 40 horas por semana. Se observó una caída total del empleo de 187.000 puestos entre febrero y octubre de 2020, de los cuales 185.200 corresponden a los asalariados registrados (CIPPEC, 2021). La alarmante situación se ve en todos los ámbitos a nivel global, pero adquiere un alto impacto en torno a la población de inmigrantes. Por ejemplo, en la Argentina se realizaron consultas en diferentes centros urbanos como Ciudad Autónoma de Buenos Aires, localidades del Gran Buenos Aires y Córdoba, en las cuales el 70% de los migrantes encuestados plantearon tener problemas de ingreso al mercado laboral formal desde el inicio de la pandemia, mientras que aquellos que se encontraban con empleo dejaron de percibir sus ingresos en un 58% (Diez y Hendel, 2020). En respuesta a esta situación, muchos migrantes han tenido que modificar varias de las aspiraciones y expectativas que marcaron el inicio de su proyecto migratorio para adaptarse a la nueva situación de crisis pensando en retornar a su país, migrar a otro o quedarse y seguir buscando empleo, decisiones muy difíciles de abordar en un ámbito de movilidades controladas y restringidas.

Durante la última década, la migración y el desplazamiento internacional e intrarregional de personas en América Latina y el Caribe se han vuelto cada vez más complejo debido a una serie de factores sociales, económicos, políticos y ambientales. Los flujos migratorios han adquirido una complejidad tal que todos los países de la región se han convertido en países de origen, muchos de ellos países de destino y la mayoría en territorios de tránsito (OIT, 2021). Particularmente, los desplazamientos de población venezolana hacia la Argentina comenzaron a partir del año 2010, representando en el Censo Nacional de Población, Hogares y Vivienda un bajísimo porcentaje. Recién entre los años 2016 – 2018 se evidenciaron con mayor preponderancia alcanzando récord de ingresos (1600%) en 2019, año a partir del cual pasaron a ocupar el primer puesto de ingresos extranjeros al país (Fittipaldi, et al. 2020). Un hecho previo que facilitó la llegada de migrantes venezolanos a la Argentina fue que, en 2005, se incluyó a Venezuela entre los países cuyos ciudadanos podían solicitar residencia temporaria por dos años. En un principio se trató de hombres y mujeres jóvenes con un elevado nivel educativo, profesionales de clase media afectados por la falta de empleo y los bajos salarios (Pacceca, 2019).

De acuerdo con datos extraídos de la Plataforma de Coordinación Intragerencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela R4V(1), para febrero de 2023, se contabilizaba un total de 7.177.885 de venezolanos refugiados y migrantes en el mundo, el 84% de los cuales, es decir unos 6.033.396, residían en América Latina y el Caribe. Para esa fecha, los países de la región con mayor cantidad de población migrante venezolana fueron Colombia (2.480.000), Perú, (1.510.000), seguidos por Ecuador (502.200), Chile (444.400) y Brasil (414.500). Entre los países del Cono Sur, Argentina se destaca en la cantidad de refugiados y migrantes venezolanos, con 171.000, frente a Uruguay (26.000); Bolivia (13.800) y Paraguay (5.800).

Las medidas de aislamiento social obligatorio implementadas a escala global por los distintos gobiernos, debido a la pandemia del COVID-19, entre las cuales se incluía el cierre de fronteras, han provocado que la movilidad de los migrantes se detenga, que el tránsito de personas se encuentre restringido o prohibido, y que, además, la posibilidad de encontrar trabajo sea más difícil. Asimismo, la cuarentena ha dañado a las economías de gran cantidad de países, lo cual significa que la situación de los migrantes y personas de bajos recursos sea desalentadora (Toro, 2020). Es importante destacar que posiblemente la recesión económica provocada por la pandemia, no solo afectará a los migrantes en el país de destino, sino también a las familias en el país de origen, debido a la interrupción de los flujos de remesas, frente a las dificultades que impone el mercado laboral y la falta de oportunidades.

En relación con la metodología, se adopta un enfoque cualitativo, sustentando en una revisión de bibliografía específica sobre la temática objeto de análisis, la consulta de informes oficiales elaborados por organismos internacionales y nacionales, y la aplicación de entrevistas semi estructuradas y cuestionarios on line autoadministrados, como herramientas de recolección de datos que permitan refrendar los argumentos teóricos esbozados en el trabajo. Asimismo, coincidiendo con Nicolao (2022), es importante señalar que una de las principales limitaciones metodológicas con las que se han enfrentado los estudios de la movilidad venezolana hacia la Argentina ha sido la escasez de datos estadísticos actualizados que permitan medir y extraer conclusiones más representativas sobre las modalidades y desafíos de integración de este colectivo migrante. A esta limitación, se suman las dificultades propias del análisis de un proceso social en curso, cuyas características se van transformando y dinamizando de forma constante, especialmente en el marco de la crisis sanitaria generada por la pandemia de COVID-19 y la reciente salida de la misma (período de pospandemia).

Cabe destacar que la ausencia de información cuantitativa en nuestro país sobre la población migrante no solo afecta la representatividad y exhaustividad de los estudios que buscan caracterizar y comprender este fenómeno histórico y contemporáneo en un plano académico e investigativo, sino también las estrategias destinadas a garantizar los derechos de este colectivo por parte de las organizaciones de la sociedad y el diseño de políticas públicas basadas en evidencia (Anuario Estadístico Migratorio de la Argentina 2020).

El presente trabajo se estructura en varios apartados que dan cuenta, no solo de las particularidades que adquiere la migración de venezolanos en los diferentes escenarios de su movilidad reciente, las condiciones y especificidades en el contexto del mercado laboral, trabajo y empleo, los efectos provocados por la pandemia y las apreciaciones y perspectivas de los sujetos migrantes en el estudio de caso, que no hacen más que confirmar las tendencias globales en los escenarios de la pos pandemia.

Particularidades de la migración venezolana

El éxodo de más de cinco millones de venezolanos a partir de mediados de la década pasada marca sin duda un hecho histórico sin precedentes en la región, sobre todo porque se trata de una migración que se desplaza en su mayoría hacia América del Sur, y en particular a los países andinos, una subregión que no se ha reconocido a sí misma históricamente como un espacio receptor de inmigrantes (Herrera, 2021). Más allá de la coyuntura que significó la pandemia, es importante resaltar que la migración venezolana presenta particularidades dentro del contexto de la migración regional que ha recibido históricamente la Argentina y respecto de otros flujos migratorios extrarregionales de arribo reciente. En este sentido, la migración venezolana residente en nuestro país presenta características diferenciales respecto del resto de otros grupos, configurando un colectivo con particularidades, necesidades y proyectos migratorios específicos (Nicolao et al., 2022).

En cuanto a las causas de los estos desplazamientos, si bien el factor empleo ocupa un lugar preponderante, convergen cada vez más factores económicos con motivos relacionados con la violencia social, con la búsqueda de seguridad humana, con el colapso de servicios públicos y, en general, con un sentido de desprotección y desesperanza frente al futuro inmediato.

Los desplazamientos tienen lugar en medio de un panorama político confuso para la región sudamericana, que parece cada vez más alejada de la política migratoria aperturista y de libre circulación que la caracterizó entre 2000 y 2015. Los flujos migratorios actuales, en cambio, ocurren en un marco de desaceleración de la economía que ha golpeado fuertemente a la región a partir de esa fecha, por lo que los contextos de llegada y tránsito con los que se encuentran los migrantes están marcados por mercados laborales frágiles y entornos sociales de creciente racismo y xenofobia (Herrera, 2021), que se han exacerbado a raíz de la pandemia de COVID – 19, identificando a los migrantes como vectores de contagio.

A partir de la misma, varios países comienzan a “adoptar políticas que combinan perspectivas nacionalistas de seguridad nacional y soberanía con articulaciones transnacionales de cierre de fronteras, muy apegadas a proyectos interestatales globales de control migratorio. (Herrera, 2021:107-108). En este contexto, la pandemia produjo una exacerbación de las desigualdades sociales, en una población migrante ya sometida a procesos de precarización de su reproducción social en los últimos años. Sin embargo, emergen también consecuencias no esperadas, como nuevas formas de exclusión vinculadas con la desigualdad. Entre ellas, se establece una nueva desigualdad entre quienes continuaron movilizándose durante la pandemia y quienes suspendieron toda forma de movilidad, lo cual tuvo un impacto significativo en las estrategias de vida de la población migrante, obligándolos a implementar readaptaciones para continuar con su proyecto migratorio.

La exacerbación de las desigualdades en el marco de la pandemia de COVID – 19 evidencia las precarias condiciones de integración económica de la población migrante que se inserta, en su mayoría, en sectores informales de la economía y que, especialmente en el caso de la población venezolana, mantiene importantes brechas entre su capital cultural y el tipo de empleo alcanzado. La población migrante suele ocupar sectores más precarizados del mercado laboral en comparación con la población nacional.

En este escenario de desigualdades marcadas, en el caso particular de la población venezolana, es importante considerar que buena parte depende para su supervivencia de actividades desarrolladas en las calles, como el reparto de alimentos y medicinas a través de plataformas digitales, de acuerdo con un informe de la OIT de 2021.

Para analizar las particularidades de las migraciones durante la pandemia, Xiang & Nyberg Sorensen (2020, en Herrera, 2021) proponen el concepto de shock mobilities (movilidades de choque) para referirse a movimientos relacionados con cambios repentinos en el desplazamiento de las personas. Este tipo de movilidades debe entenderse como articulaciones entre varios movimientos, o como un ensamblaje de movilidades que son relevantes para captar diversos procesos, como el retorno de migrantes internos o internacionales a sus comunidades y países de origen, o a la concentración de los migrantes en trabajos que requieren su continua movilidad. De hecho, uno de los impactos inesperados del COVID- 19 sobre los movimientos migratorios en América Latina han sido los procesos de movilidad en medio de las restricciones y cierre de fronteras.

Otro fenómeno que se produce son las movilidades sustitutas, es decir, según Xiang (2020, en Herrera, 2021), la movilidad de algunos trabajadores para que otras personas puedan permanecer inmóviles, evidenciando la reconfiguración de las nociones de riesgo versus seguridad individual en el marco del capitalismo de pandemia. Ejemplo de ello es el caso de las plataformas digitales de reparto de alimentos, mercadería y pasajeros (Uber, Cabify, Glovo, Rappi) con una alta participación de población migrante entre sus trabajadores. Estas actividades, altamente riesgosas en cuanto a la exposición al contagio, evidencian su precariedad al no contar con regímenes de protección social. Estas movilidades sustitutas reflejan una nueva forma de desigualdad fundada en la exposición al riesgo que, además, se encubre con un discurso sobre la autonomía, la libertad de movimiento y el emprendedorismo.

A la hora de analizar las particularidades de los flujos migratorios actuales, resulta fundamental considerar que todo proyecto migratorio presenta una dimensión subjetiva y objetiva que se dan en forma articulada. La primea de ellas se basa en la expectativa y el diseño previsto en el país de destino, mientras que la segunda se encuentra condicionada por las políticas migratorias y de integración, las barreras normativas e institucionales y la situación socio-económica tanto en el país de origen como en el de destino (Nicolao et al., 2022). El modo en que se construyen y se reconfiguran los proyectos migratorios familiares o individuales constituye un dato importante para la percepción propia de la experiencia migratoria como transitoria o permanente y, por ende, como variable potencialmente influyente a la hora de comprender la integración socioeconómica con población local.

Asimismo, otro de los factores que le otorgan particularidad a los flujos migratorios actuales en este escenario impuesto por la pandemia es el protagonismo creciente de los espacios de tránsito en los desplazamientos migratorios, instalando nuevas dinámicas que rompen con las tradicionales concepciones de la migración como proceso unilineal de salida y asentamiento en un determinado destino. El tránsito se convierte así en un aspecto central del proceso migratorio, especialmente en el caso de la población venezolana que .se moviliza por varias ciudades andinas antes de instalarse en un destino que no necesariamente considera como definitivo” (Herrera, 2021:107). Un aspecto importante a destacar en la dinámica de los flujos migratorios es observar cómo ciertas áreas que en un momento han sido receptoras de población, pasan a un segundo plano frente a otros destinos que se posicionan como preferidos por los migrantes. Este es el caso de la Argentina que ha registrado una significativa disminución de llegada de migrantes y refugiados venezolanos desde 2019, fecha en la que el país se posicionaba como el destino con mayor cantidad de venezolanos radicados. (Fittipaldi, et al. 2020).

Migrantes venezolanos: el empleo como eje del proyecto migratorio

La Organización Internacional del Trabajo (2018), plantea que la integración de los trabajadores migrantes en el mercado laboral de la sociedad receptora debe analizarse de acuerdo a ciertos indicadores tales como: situación ocupacional y tasas de empleo, nivel de registro de la actividad, calificaciones que este colectivo trae consigo al lugar de destino y su correspondencia con el tipo de empleos a los que acceden, entre otras. Por su parte, Blanco (2001, en Nicolao et al. 2022) sostiene que existen factores que condicionan la integración económico-laboral de la población migrante en un determinado espacio relacionados con el contexto económico de la sociedad receptora, la existencia previa de enclaves étnicos, las características y el tipo de migración del que se trate, así como sus cualificaciones profesionales.

Así, se observa que el empleo adquiere un carácter central en el proyecto migratorio de los sujetos migrantes. Dicha centralidad requiere renovar las perspectivas sobre el trabajo para abordarlo, como propone Lindón (2002), desde una visión de la vida cotidiana que integre el trabajo, la familia y la vida urbana a través de una dimensión nodal que las articula: la espacialidad. Ello implica alejarse de los abordajes del trabajo desde la óptica del proceso productivo, para analizarlo dentro del conjunto de la vida cotidiana del sujeto migrante en tanto trabajador. Es decir, se propone resituar al trabajo desde la articulación de distintas dimensiones de la vida social en torno al trabajo.

Se plantea considerar el trabajo en torno a la trilogía cotidianidad, subjetividad y espacialidad. Desde la perspectiva adoptada, el concepto de cotidianidad hace referencia a las prácticas diarias que realizan los sujetos migrantes como propias de la vida doméstica. La cotidianidad da cuenta de todas las prácticas desplegadas por los sujetos (Lindón, 2002). Por su parte, el concepto de subjetividad social se refiere al conjunto de ideas, esquemas de pensamiento, imágenes, tramas de sentido y significados con los cuales los sujetos se orientan en su vida práctica, en su vida cotidiana. Por último, en relación con la espacialidad, desde el enfoque de la Geografía Humanista, se manifiesta como espacio de vida, es decir, aquellos espacios frecuentados y recorridos por los sujetos, y como espacios vividos, vinculados con las representaciones y significados otorgados al espacio.

Por otra parte, la calificación de los migrantes reviste especial interés ya que debería funcionar, en principio, como una ventaja comparativa para acceder al mercado laboral y a distintos bienes y servicios en la comunidad receptora. Además, contribuye a explicar la centralidad que han adquirido los procesos vinculados a la convalidación, revalidación y homologación de títulos universitarios para este colectivo, convirtiéndose en uno de sus mayores temas de interés (Pedone y Mallimacci, 2019 en Nicolao et al. 2022) e incluso en un impulso para la creación de diversas organizaciones y asociaciones en Argentina (Pacecca y Liguori, 2019 en Nicolao et al. 2022)

Según datos aportados por la Encuesta Nacional Migrante de Argentina(2) (ENMA) llevada a cabo en 2020, la población venezolana se encuentra altamente concentrada (en torno al 80%) en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la Provincia de Buenos Aires, con una inserción predominantemente urbana, lo cual condiciona su inserción laboral y las actividades a las que se dedican.

El análisis realizado a partir de las entrevistas evidencia, tal como sostienen Fittipadli et al 2018, la multiplicidad de aspectos que intervienen en el proceso de conformación social del espacio que habitan, así como la complejidad de las experiencias de los migrantes venezolanos en su inserción en la sociedad receptora.

En relación con el empleo y la inserción al mercado laboral, siguiendo los aportes de Lindón (2002) es posible concebir al trabajo como necesidad o como medio y como un fin en sí mismo. En el primer caso, la centralidad del trabajo en la vida cotidiana deriva de su capacidad para generar ingresos. En términos de subjetividad, el trabajo como necesidad suele ser representado como el instrumento que permite resolver la supervivencia del grupo familiar. Al mismo tiempo, es posible considerar al trabajo como un fin en sí mismo, vinculado con el progreso familiar y el logro del proyecto migratorio.

Durante las últimas décadas, la migración internacional hacia la Argentina –en su mayoría de origen latinoamericano– ha tenido un perfil laboral, conformado por personas en busca de empleo, mejores condiciones salariales y/o mayores posibilidades de ascenso social. En este sentido, el análisis realizado por la ENMA 2020 muestra que la variable motivos económicos se mantiene constante en sus proporciones en relación con los años de residencia y al género de la población, y se modifica levemente en relación con los grupos de edad donde se observa una leve ventaja en la incidencia entre las personas de 55 años o más.

En relación con la integración laboral de los migrantes venezolanos, en términos generales, se observa la existencia de aspectos que la favorecen, mientras que otros la obstaculizan. Entre los primeros, determinadas características como su elevado nivel formativo y el gran porcentaje de población joven económicamente activa, facilitan el acceso al trabajo, permitiéndoles alcanzar tasas de formalidad más altas que la población migrante en general. Entre los segundos, el carácter reciente de su proceso de instalación en el país ha limitado sus posibilidades de continuidad laboral y de percepción de ingresos, en un contexto económico crítico agudizado por la pandemia.

Resulta importante destacar que la integración laboral de la población venezolana no sólo en Argentina, sino en toda la región sudamericana, es una temática que viene siendo objeto de análisis dentro del ámbito académico, de los organismos internacionales y de la propia sociedad civil migrante organizada (Pacecca, 2019, Nicolao et al. 2022, Bonilla, 2022)

De acuerdo con datos obtenidos de la ENMA, las principales problemáticas que se han identificado en torno a la integración laboral de la población venezolana en los países del Cono Sur se relacionan con que el ingreso competitivo al mercado laboral requiere, por un lado, el reconocimiento, la validación y la homologación de capacidades técnicas y títulos profesionales con los que ya cuenta esta población (y donde encuentran importantes limitaciones) pero también con la capacitación y orientación de la formación técnica y profesional con vistas a su inserción competitiva para quienes no poseen capacidades acreditadas. Por su parte, el carácter reciente de la migración condiciona los tiempos de acceso al DNI, un factor influyente en las posibilidades de acceso a un empleo y, particularmente, a un empleo registrado (Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela).

La variable temporal es central para comprender las trayectorias migratorias de las personas en situación de movilidad internacional, debido a su influencia sobre las posibilidades de integración en la comunidad de destino, el acceso a derechos y las condiciones de vida que pueden alcanzar según su tiempo de residencia (Nicolao et al 2022). En este punto, diversas investigaciones coinciden en que, durante los primeros años, la migración está signada por graves procesos de desclasamiento económico y desprotección social, que se suman a una ausencia relativa de redes sociales de apoyo. Por el contrario, a medida que transcurre el tiempo de residencia, todas las variables de integración comienzan a mejorar de manera considerable, acortándose las brechas (OIM, 2019b). En este sentido, se observa que el tiempo de residencia en el país es una variable central a la hora de evaluar la integración laboral de este colectivo: de acuerdo con la ENMA 2020, el 56% de los venezolanos que arribaron a la Argentina hace más de 2 años contaba con un empleo en relación de dependencia y salario fijo, mientras que entre quienes llegaron en los últimos 2 años este porcentaje se ve reducido a un 30%. De forma inversa, a menor tiempo de residencia, más elevada proporcionalmente su participación en las categorías de trabajos no remunerados y esporádicos y mayor incidencia del desempleo.

Migrantes en pandemia: entre las posibilidades y el riesgo

De acuerdo con el informe elaborado por la OIT (2022b) “Migración laboral: Crisis por la pandemia agudiza vulnerabilidad laboral de migrantes en América Latina y el Caribe” la pandemia ha evidenciado aún más el papel que desempeñan migrantes y refugiados como actores de desarrollo y trabajadores esenciales en la región. Dicho organismo sostiene que

el aporte que personas refugiadas y migrantes venezolanas brindan diariamente mediante su trabajo en la primera línea frente a la COVID-19 juega un papel fundamental en las economías de los países de América Latina, a pesar de desempeñar sus labores en condiciones poco favorables (OIT, 2022b).

Los trabajadores migrantes y refugiados, lejos de ser “vulnerables”, han sido pilares de las economías de la región desde que empezó la pandemia. En el caso particular de los venezolanos, el organismo señala que su participación ha sido especialmente relevante en los servicios esenciales vinculados con los rubros salud y reparto de alimentos. El primer estudio – “El aporte de las personas refugiadas y migrantes venezolanas frente a la pandemia de la COVID-19 en los servicios esenciales de salud” - elaborado por la Oficina Regional de la OIT (2022b) reveló que solo el 52 % de profesionales sanitarios venezolanos en América Latina ejerce su profesión, y que la mayoría fueron contratados a raíz la pandemia. Este dato fue arrojado en base a una encuesta realizada a 772 personas venezolanas que se desempeñan en el sector salud en Argentina, Brasil, Colombia, Chile, México y Perú.

La pandemia por la COVID-19 ha permitido la contratación de profesionales de la salud de Venezuela en los sistemas sanitarios de los países de acogida, contribuyendo a proteger, detectar pacientes infectados con el virus y brindar su atención médica, sostiene el documento. Sin embargo, el análisis de OIT también reveló un exceso de trabajo por parte de estos profesionales, con un promedio 48 horas semanales trabajadas, y en condiciones que no corresponden al trabajo decente: solamente el 10% tiene seguro de vida en caso de incapacidad o muerte a causa de COVID-19.

Respecto al segundo estudio, - “El aporte de las personas refugiadas y migrantes venezolanas en los servicios esenciales de reparto de alimentos y medicina durante la pandemia de la COVID-19: Argentina, Colombia, y Perú” - a pesar que, durante la pandemia realizar servicios de reparto de alimentos y medicinas se convirtió en una oportunidad de empleo para la población migrante venezolana, el análisis de la OIT puso en evidencia la compleja situación laboral que viven en los países de acogida. En Argentina, el 58 % del personal venezolano encuestado que realiza el servicio de reparto de alimentos y medicinas a través de plataformas digitales no tienen seguro de salud.

El servicio de reparto de alimentos y medicinas a través de plataformas digitales fue una de las actividades autorizadas por los diferentes Estados en el marco de las medidas de confinamiento de la población y la consecuente paralización parcial de la actividad económica. La provisión de este servicio ha sido fundamental para que numerosas familias pudieran cumplir con tales medidas, evitando salir de sus viviendas para abastecerse de alimentos y medicinas. Las personas encargadas de realizar estas actividades cumplieron un rol destacado como trabajadores esenciales - pero desechables, OIT, 2021 - en un contexto de emergencia sanitaria, Se trató, en muchos casos de migrantes venezolanos que, debido a las dificultades para insertarse en mercado laboral en los países de acogida, encontraron en las plataformas digitales de reparto de alimentos y medicinas la oportunidad para conseguir un empleo.

De acuerdo con los informes de la OIT (2021 y 2022b), los servicios de reparto de alimentos y medicinas a través de plataformas digitales han experimentado una expansión en los últimos años, que se puede explicar por la irrupción de Internet, la masificación de los teléfonos celulares, la demanda de los consumidores por satisfacer sus necesidades de manera inmediata y la creciente cantidad de jóvenes que encuentran restricciones para insertarse en el mercado de trabajo. Las medidas de confinamiento aumentaron la demanda de los clientes – principalmente de segmentos de la población de ingresos altos y medios -, al tiempo que generó una masiva pérdida de empleo, derivada del cierre de una serie de actividades económicas que produjo un aumento de la cantidad de personas dispuestas a ofrecer sus servicios como repartidores de diversos tipos de mercancías.

El trabajo en el reparto de alimentos y mercancías a través de plataformas digitales representa una importante fuente de empleo para numerosos migrantes venezolanos ante la imposibilidad de insertarse en otro tipo de trabajo. Los resultados obtenidos a partir de las encuestas realizadas, evidencian que este no es el primer trabajo que realizan al llegar a los países de acogida. Los factores que explican el recurso a este tipo de empleo, tienen que ver con la situación económica, las características del mercado de trabajo, las escasas redes de trabajo con las que cuentan los migrantes, así como las limitaciones para acreditar su formación profesional y sus competencias laborales en el país de acogida.

Un rasgo particular de la población venezolana, tal como se desprende de los informes de la OIT y se refuerza con los testimonios obtenidos de las entrevistas realizadas, es que su nivel educativo no guarda correspondencia con el trabajo realizado, lo cual revela las limitaciones de este colectivo migrante para insertarse en ocupaciones acordes a sus competencias y capacidades en los países de acogida. En relación con ello, se evidencian las brechas para alcanzar un empleo formal o trabajo decente expresadas en la falta de legislación laboral que regule los mecanismos de contratación de personal por parte de las empresas de plataformas digitales, la precariedad de los servicios de protección social y prevención de riesgos laborales que llevan a los migrantes a situaciones de vulnerabilidad laboral.

A partir de las entrevistas realizadas, y tal como se afirmara en el apartado anterior, se observa una diferencia entre el nivel educativo de los migrantes venezolanos que cuentan con menos de dos años en el país y aquellos que cuentan con mayor tiempo de permanencia. Aun así, en conjunto, el 90% de las personas venezolanas acreditan un nivel de formación medio o alto. Sobre esta incipiente diversificación de los perfiles formativos coinciden estudios previos, que advierten una composición relativamente menos calificada que podría deberse a desplazamientos más recientes realizados con escasa planificación (salidas más abruptas y forzadas).

Además, otro de los factores que inciden en la vulnerabilidad laboral de los migrantes que cuentan con formación profesional y competencias para insertarse en otros ámbitos laborales, tiene que ver con las limitaciones que enfrentan en términos de acceso a la información y de recursos económicos para solventar los procesos de convalidación de sus títulos profesionales y la habilitación para ejercer su profesión. A esto se suma el largo tiempo de espera para obtener la documentación exigida tanto para la regularización de su condición migratoria como para la convalidación de sus títulos. Este caso adquiere ciertas particularidades en las personas dedicadas al campo de la salud a quienes la emergencia sanitaria producto de la pandemia por COVID – 19, ha permitido incorporarse de manera temporal y transitoria a los sistemas de salud en los países de acogida. Otro hecho a destacar, es que la pandemia ha contribuido a la disminución de la brecha existente en la inserción laboral según la edad de los profesionales. En este sentido, se ha incrementado la participación en el mercado laboral como profesionales de la salud de quienes tienen 35 años o menos, de quienes han migrado antes de la pandemia y de quienes aún no cuentan con su título convalidado.

Por lo expuesto, se destaca la situación de la población venezolana en la primera línea de batalla frente al COVID – 19, ya sea por formar parte del sistema de salud o por dedicarse al servicio de reparto de alimentos y mercancías a través de plataformas digitales. En relación con esta situación, los informes de la OIT (2021 y 2022b) proponen una serie de recomendaciones para fomentar la integración socioeconómica y el acceso al trabajo decente de trabajadores migrantes y refugiados venezolanos: poner en marcha un sistema de información que identifique al personal profesional de la salud migrante; fortalecer los espacios de diálogo y de coordinación entre las instituciones involucradas en estos procesos; crear un registro de personas venezolanas que se dedican al servicio de reparto de alimentos y medicinas; establecer accesos a mecanismos de protección social para que cuenten con seguro de salud y pensión.

Trabajo y empleo desde la perspectiva de los sujetos migrantes en Bahía Blanca

En la ciudad de Bahía Blanca (Figura N°1), antes de la pandemia (2019), se registraron datos (extraídos de 49 encuestas semi - estructuradas realizadas por el grupo de investigación sobre Migración y Territorio del Departamento de Geografía y Turismo de la Universidad Nacional del Sur, agosto 2019) que referían a una importante inserción de migrantes venezolanos en el ámbito laboral, sobre todo en los rubros industria, comercio y servicios.

Área de estudio: Ciudad
de Bahía Blanca
Figura N°1
Área de estudio: Ciudad de Bahía Blanca
Adaro, G (2022) sobre la base de Google Earth

La ciudad de Bahía Blanca, de aproximadamente 320.000 habitantes (INDEC, 2022) es cabecera del partido homónimo y se localiza en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires a unos 700 kilómetros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Constituye un centro urbano regional como nodo de comunicaciones y transporte a escala nacional (Figura N°1) y un importante centro de servicios de una de las zonas agroexportadoras más importantes del país. Asimismo, se distingue por la diversidad de la oferta educativa, por su dinámico sector comercial e industrial y por la actividad de su puerto de aguas profundas, funciones que explican su rol preponderante como centro de interacción económica, social y cultural a nivel regional, nacional e internacional (Fittipaldi, et.al 2019).

Del total de los encuestados (36,73% ingenieros, 14,29% profesionales de la salud, 12,24% administración y economía, 12,24% docentes y licenciados, 10,20% técnicos, 6,12% servicios, 6,12% bachilleres, 2,04% abogados), el 86% consiguió empleo al llegar a la ciudad (37,04% en industrias, 22,22% en comercio, 14,81% en servicios, 7,4% negocios, 3,70% en administración, 14,81% desempleados – Figura N°2) Estas cifras permiten afirmar que el nivel de empleo en ese año fue aceptable dado el correlato entre profesionales encuestados y tipos de empleo conseguido, asimismo con alto nivel de satisfacción ya que el 76% expresó su conformidad con el empleo.

Ámbitos de inserción laboral de
venezolanos en la ciudad de Bahía Blanca en 2019
Figura N°2
Ámbitos de inserción laboral de venezolanos en la ciudad de Bahía Blanca en 2019
Fittipaldi, R et al. 2020

Sin embargo, los efectos de la pandemia se hacen sentir fuertemente en las cuestiones de empleo. En el mes de agosto de 2020 (con el aislamiento social preventivo y obligatorio (ASPO) decretado por el gobierno nacional), una nueva encuesta arroja los siguientes resultados: alrededor del 28% de los encuestados cuenta con empleo, el 26% dice emplearse en trabajos informales, el 28% en trabajos esporádicos y el 17%, se encuentra sin empleo. En medio de esta situación sumamente precarizada, el 60% de las personas indicó que al momento del ASPO, dejó de percibir salario y de ellos, el 77% afirmó no recibir ayuda social de ningún tipo. Estos datos ponen al descubierto las características del nuevo espacio emergente de la situación planteada, en el cual los migrantes redefinen y readaptan estrategias para continuar su proyecto migratorio, entre la precarización de empleos y los micro - emprendimientos individuales y /o colectivos para paliar los efectos de la crisis.

La situación de crisis por la que atraviesa nuestro país en el escenario pos pandemia, ha agravado la situación de algunos migrantes que ven alterado su proyecto migratorio. En el momento de mayor afluencia de población venezolana (entre los años 2016 y 2019), la situación económica por la que atravesaba la Argentina era más favorable que la actual. Los migrantes llegaban en busca de nuevas posibilidades laborales y podían contar con ingresos que alcanzaban para cubrir sus necesidades y aspiraciones en forma satisfactoria. Buena proporción de los encuestados informó no tener claridad acerca de sus planes migratorios, lo que implica que casi la mitad de la población venezolana mantiene proyectos migratorios abiertos. Por su parte, varias de las personas entrevistadas indicaron haberse establecido en la Argentina sin tener intenciones de mudarse, lo que constituye un dato central para el Estado argentino, en términos de la formulación eventual de políticas públicas de integración dirigidas a este colectivo con vocación de arraigo en su territorio. Finalmente, una proporción menor informó su intención de migrar a un tercer país y otra de retornar a Venezuela.

La persistencia de la crisis, manifestada principalmente en la recesión económica y la inflación, es uno de los factores más señalados por las personas encuestadas como un aspecto negativo de su trayectoria migratoria. En este sentido, en relación con los principales problemas que afrontan a diario vinculados a la vida cotidiana y las relaciones interculturales / transnacionales, una de las mujeres venezolanas entrevistadas afirma: “La verdad es que la situación en comparación a cuando llegamos está cada vez peor, es complicado para comer, vestir y pagar servicios porque no hay plata que alcance, es realmente muy triste sentir que se repite la historia”.

En cuanto a su trayectoria laboral, las respuestas obtenidas varían entre personas que han podido mantener su empleo y quienes no han podido conservarlo y han tenido que dedicarse a actividades que no se relacionan directamente con su formación profesional. Los siguientes microrrelatos (obtenidos de las encuestas semi – estructuradas realizadas en el mes de agosto 2022) dan cuenta de la situación planteada:

en Venezuela era asesor de seguros por tradición familiar, ahora me desempeño como Ing. en informática que fue para lo que estudié (Femenino, 38 años)

en Venezuela tenía una empresa distribuidora de plástico, acá emprendí con comida venezolana y de eso vivo desde que llegué (Femenino, 44 años)

En cuanto a las posibilidades que cree que brinda la Argentina frente a su país en relación con la oferta laboral, las personas encuestadas sostienen, en general, que nuestro país brinda buenas oportunidades de empleo, una de las personas entrevistadas expresa que:

…es muy fuerte la situación en mi país. Aquí en Argentina, al menos hay lugares donde puedes intentar buscar empleos (…). En el área de salud puedo decir que hay muchas posibilidades de insertarse laboralmente por la falta de profesionales de la salud, en mi rubro (informática) hay posibilidades, tenemos buena reputación.

También se obtiene de la encuesta el dato que confirma, de acuerdo a lo planteado inicialmente, que las oportunidades son para pocos y que predomina la oferta de empleo precarizado en el sector de los servicios, independientemente de la formación profesional, como revela el siguiente testimonio: .La Argentina no ofrece puestos para profesionales, la mayoría de trabajos son para servicios”, “No lo consideraría empleo de dependencia ya que parece poco un sueldo para vivir”. Conforme a la información recopilada de la encuesta acerca los rubros/nichos laborales de inserción los más reiterados han sido: rotisería, gastronomía, carpintería (pero en bajo nivel), reparto de mercaderías, hostelería, administración y ventas, salud, entre los más representativos. Asimismo, varios encuestados coinciden en afirmar que el hecho de contar con algún tipo de formación profesional representa una herramienta de inserción laboral para los migrantes. “Hay un amplio mercado laboral cuando tienes estudios y más cuando sabes oficios” .(Femenino, 38 años).

Por último, en relación con la posibilidad de que su condición de migrante influya en las oportunidades de empleo, las respuestas son variadas. Algunos de los encuestados señalan que su condición puede influir de manera negativa, tal como afirma el siguiente testimonio: “Miran mucho el cómo eres como persona a la hora de darte un trabajo y en algunos casos, no te dan trabajo solo al ver que eres de otro país” (Masculino, 31 años). Mientras que otras de las personas encuestadas señalan que el hecho de ser migrantes venezolanos es una condición que se valora positivamente a la hora de buscar empleo, como es posible observar en los siguientes microrrelatos: “en mi caso influyó positivamente, los venezolanos tenemos buena reputación en mi mercado” (rubro Informática) (Femenino, 38 años). “De manera positiva ya que la mirada que tienen sobre el venezolano es que es trabajador” (Femenino, 27 años).

A través de estos testimonios obtenidos mediante las entrevistas realizadas, es posible considerar a los desplazamientos de venezolanos como migración calificada. Al respecto, Fittipaldi et al. 2016, analizan sobre la base de Bermúdez Rico (2015) las distintas modalidades de este tipo de migración, estableciendo las siguientes categorías: 1) Migrantes calificados en el marco de programas de recepción de mano de obra calificada en un país desarrollado; 2) Migrantes calificados que se insertan en trabajos no calificados en el país de destino; 3) Migrantes calificados asociados a redes empresariales; 4) Migrantes calificados refugiados políticos y 5) Estudiantes de grado y posgrado con movilidad internacional. Dentro de las categorías propuestas, es posible ubicar a la población venezolana, objeto de estudio, en las tipologías 2 y 4. En el primer caso, se trata de migrantes presionados por las condiciones de insuficiencia del mercado laboral en su país de origen y que están dispuestos a insertarse en el mundo del trabajo en el país de destino en cualquier tipo de actividad, aun en aquellas no directamente vinculadas con su formación profesional de origen. En el segundo caso, son exiliados políticos profesionales que han salido del país acogiéndose a programas de asilo debido a una persecución política. Este tipo de movilidad generalmente contempla una reunificación familiar y está asociada a redes institucionales y suele estar apoyada por redes de amigos.

En las últimas décadas se han producido cambios en los patrones sociodemográficos que caracterizan a dichos flujos, asociados con factores estructurales, tanto en las sociedades de pertenencia como en las receptoras, diversificando orígenes y destinos de las mismas. (Bermúdez Rico, 2015). El creciente grado de complejidad que adquiere la movilidad de personas en el escenario de pospandemia, ha dado lugar a la resignificación de las estrategias migratorias en las que la duración de los desplazamientos se ha visto modificada, reduciéndose aquellas que tenían un carácter definitivo para tomar mayor notoriedad los desplazamientos temporarios, como es el caso de las migraciones calificadas (Fittipaldi et al 2020).

Reflexiones finales

A lo largo de la investigación se analizaron los escenarios que se fueron conformando por impacto de la pandemia y posterior salida de la misma, en torno al mercado laboral, sus cambios y su incidencia en la continuidad del proyecto migratorio de miles de venezolanos que arribaron recientemente a la Argentina en busca de una vida mejor. El análisis de las fuentes consultadas, permite afirmar que estamos frente a un proceso migratorio que se distingue por su escaso tiempo de residencia en el país, su composición joven y levemente feminizada, su concentración en los centros urbanos más importantes del país y su mayor calificación relativa. Además, se trata de una migración con fuerte componente familiar, cuyo desplazamiento está en gran medida motivado por la imposibilidad de cubrir sus necesidades básicas en su país de nacimiento.

Dentro de las particularidades que adquiere esta migración se pueden señalar aspectos como lo reciente de su producción, el hecho de tratarse de población joven con alta formación profesional y la rápida adaptación a las nuevas condiciones del mercado laboral, en medio de un panorama político confuso, donde la descentralización de la economía impacta fuertemente en los contextos de llegada y de tránsito de los migrantes con mercados laborales frágiles y entornos sociales altamente vulnerables y de marcadas desigualdades.

La pandemia acentúo estos procesos y sus efectos en la población de migrantes venezolanos que ya venían sufriendo procesos de precarización de empleos a los que se suman nuevas formas de exclusión social vinculadas al nuevo escenario de restricciones y riesgos constantes. El énfasis puesto en los trabajos esenciales (repartos de mercaderías y salud), en los que se han ocupado mayormente a los migrantes, generó una brecha importante entre el capital cultural y el tipo de empleo alcanzado. Cabe destacar que, aún en los empleos del rubro salud, la precarización se puede observar en los bajos salarios no acordes a la función y a la exposición permanente a los riesgos.

Se pudo comprobar que gran parte de los migrantes venezolanos desarrollan sus actividades en el sector informal de la economía como parte de sus estrategias de supervivencia en los nuevos contextos de movilidades sustitutas. Quedan expuestos los factores limitantes en la mejora de la situación de vulnerabilidad laboral en la que se encuentran los migrantes tales como, precarización de los servicios de protección social y prevención de riesgos laborales, acceso a la información y a recursos económicos para solventar los procesos de convalidación de sus títulos y la habilitación para ejercer su profesión. Considerar estos factores sería de gran relevancia en la integración socio – económica y el acceso al trabajo decente de miles de migrantes venezolanos. Los datos analizados en el estudio de caso no hacen más que reforzar las tendencias globales en los mercados laborales de la pos pandemia.

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Notas

(1) La Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes (R4V) está conformada por más de 200 organizaciones (incluyendo Agencias ONU, sociedad civil, organizaciones religiosas y ONGs, entre otras) que coordinan sus esfuerzos bajo el Plan de Respuesta para Refugiados y Migrantes de Venezuela (RMRP por sus siglas en inglés) en 17 países de América Latina y el Caribe. https://www.r4v.info/es/home
(2) La Encuesta Nacional Migrante de Argentina (ENMA) surge como proyecto del Eje Migración y Asilo de la Red Orientada a la Resolución de Problemas en Derechos Humanos de CONICET (RIOSP DDHH) y un amplio conjunto de organizaciones de migrantes y de derechos humanos en el año 2020. Se propone como una respuesta, desde la academia y las organizaciones de la sociedad civil, a la ausencia de información actualizada, nacional y confiable sobre la situación de las personas migrantes residentes en la Argentina.

Información adicional

Cita sugerida: Espasa, L. C., Fittipaldi, R. A. y Adaro, G. D. (2023). Migrantes venezolanos. Readaptación al mercado laboral impuesto por la pandemia. Estudio de caso en Bahía Blanca, Provincia de Buenos Aires, Argentina. Párrafos Geográficos, 22 (1). ISSN: 1853-9424. ISSN-e: 1666-5783.

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