Ensayos
Recepción: 15 Noviembre 2022
Aprobación: 17 Enero 2023
Resumen: Con el presente ensayo se persigue exponer la forma en que actualmente se desarrolla el deporte universitario en la Universidad Autónoma del Estado de México y los retos que afronta para alimentar el deporte profesional. Por tanto, aquí se revisa su historia e infraestructura a partir de textos académicos a los que se tuvo acceso. Se parte del planteamiento: ¿por qué el deporte universitario no es la base del deporte profesional en el país? Aunque la reflexión se dirige específicamente a la casa de estudios mencionada, sirve mencionar que, a nivel nacional, existen esfuerzos para tratar de crear ligas profesionales de deportes distintos al fútbol soccer, esto se apoya en la idea de que un país de ingresos medios como México podría sostenerlas, sin embargo, esos mismos proyectos son difíciles de gestionar, como se puede ver con la Liga de Fútbol Americano (LFA), donde dificultades diversas han impedido su despegue. Esta liga es el ejemplo de una asociación entre una organización universitaria bien consolidada, como la ONEFA, y un grupo serio de inversionistas, pero se observa que, más allá de iniciativas importantes como esta, tener a la universidad como semillero del deporte de paga, representa un gran reto debido a emergencias como la COVID-19, principalmente por la falta de apego a los lineamientos institucionales que deberían encausarla y que, por razones políticas y presupuestarias llenas de opacidad no se cumplen.
Palabras clave: Deporte universitario, Programas educativos, Desarrollo, Presupuesto.
Abstract: This essay seeks to expose the way in which university sports are currently developed at the Autonomous University of the State of Mexico and the challenges it faces to feed professional sports. Therefore, its history and infrastructure are reviewed here based on academic texts that were accessed. It starts from the approach: why is university sports not the basis of professional sports in the country? Although the reflection is directed specifically to the aforementioned university, it is worth mentioning that, at the national level, there are efforts to try to create professional leagues for sports other than soccer, this is based on the idea that a middle-income country such as Mexico could sustain them, however, those same projects are difficult to manage, as can be seen with the American Football League (LFA), where various difficulties have prevented their takeoff. This league is an example of an association between a well-established university organization, such as ONEFA, and a serious group of investors, but it is observed that, beyond important initiatives like this, having the university as a hotbed of paid sports, It represents a great challenge due to emergencies such as COVID-19, mainly due to the lack of adherence to the institutional guidelines that should prosecute it and which, for opaque political and budgetary reasons, are not met.
Keywords: University sport, Educational programs, Development, Budget.
Introducción
El presente ensayo es resultado de un estudio realizado mediante el análisis documental de registros propios de la UAEMéx. Los objetivos de la presente reflexión son: mostrar un recorrido histórico del deporte universitario, resaltar la importancia de las instituciones educativas en el desarrollo del deporte nacional, así como exponer su situación actual y sus principales problemáticas.
En primer lugar, se plantea que no se tienen metas claras para guiar el deporte en México, aunque hay casos como el del Estado de México, donde se muestra que las buenas prácticas, incluso en medio de una pandemia, pueden tener resultados de resonancia mundial, como ejemplo se mencionan las participaciones del equipo mexicano femenil de flag football, primero en el Campeonato Mundial de la especialidad, realizado en Israel en el 2021, donde obtuvo medalla de plata y después logró la presea de oro en los World Games de Birmingham 2022, que son el similar de los Juegos Olímpicos para los deportes que no están considerados en el programa de la justa veraniega. En ambos casos el representativo nacional contó con participación mexiquense y, en esencia, universitaria.
También es importante comprender las áreas que funcionan bien pero, sobre todo, entender las que pueden y deben mejorarse, ya que debe ayudar a estudiar el fenómeno y propiciar propuestas tanto de aplicación inmediata como futura, incluso conceptuales, para desarrollar el potencial de talento que se tiene en las aulas de las facultades.
Se presenta la premisa de que el deporte universitario es en sí una práctica codiciada y de que esta debe ser el semillero para detonar o impulsar el deporte profesional, sin embargo tal postura es sumamente debatible, porque para algunos el deporte universitario solo tiene valor en virtud de ser un aliciente para el buen desarrollo psicológico de los estudiantes; entonces la práctica semiprofesional o profesional, vinculada al olimpismo, se encamina en otra dirección, y el deporte profesional de largo aliento y volumen económico supone atraer a jóvenes, pero no necesariamente a universitarios, entre las razones que se esgrimen están: el presupuesto, la infraestructura física, la necesidad de una superestructura en cuanto al desarrollo de ligas e, incluso, la total falta de interés de los estudiantes.
La falta de presupuesto y de infraestructura alrededor suele ser vista como un tema de mera economía que se puede ir solucionando con voluntad y recursos, lo que no es poca cosa, pero suele ser abordado solo como un problema técnico que puede llevar años en solucionarse sin mayor problemática conceptual. Es por ello que la Liga Profesional de Fútbol Americano de México (LFA) no ha podido despegar, ya que entre otra cosas no se ha sido capaz de ser atractiva y de que lleguen de forma inmediata las personas que practican dicha disciplina, aquellas con perfil amateur de alto rendimiento y que quieren un espacio en el profesionalismo.
Según un estudio de 2007 de la Asociación Española de Ciencias del Deporte, de Cáceres, España (Molina-García et al., 2007), en el caso de los hombres que practicaban deporte y estaban físicamente activos sentían una mayor satisfacción en su vida que aquellos que no lo practicaban; en el caso de las mujeres deportistas no había diferencia significativa en cuanto a su satisfacción. Lo que deja claro, entre otras cosas, es que el género, en términos históricos aún hasta hace poco, sí es una variable importante para la práctica deportiva; por otro lado, en cuanto al nivel de satisfacción, no es un supuesto obvio pensar que a todos (o incluso a la mayoría) de los estudiantes universitarios, el tema les interese más allá de cualquier otro tópico como la educación misma que reciben u otros temas de la vida social y cultural. Otras menciones importantes, pero que no se abordarán aquí, se relacionan con los conceptos de autoestima, bienestar psicológico y bienestar en general, ideas que requieren de un desarrollo en materia de psicología. Por otro lado, está la práctica asociada a regímenes totalitarios o cuasi totalitarios para los cuales, quienes son entrenados importan poco o nada, ya que son vistos más como insumos de una maquinaria de mercado que como seres humanos. Estas vertientes no se desarrollan para este modelo ya que, aunque enriquecería el trabajo, no forman parte del marco teórico de este mismo.
El supuesto del que se parte es que la práctica deportiva universitaria es buena, deseable y necesaria para impulsar el deporte en general, pero especialmente el profesional. Hay conciencia plena de que es un punto de partida aún cuestionable, pero necesario para el desarrollo de esta reflexión en torno al tema.
Análisis y discusión
Antecedentes de la relación entre educación y deporte
A partir de la revisión de algunas civilizaciones antiguas sobre la relación del deporte con la educación, se encuentra que en la antigua Grecia consideraban incluir la actividad física como parte del programa de formación y enseñanza de niños y jóvenes. Platón y Aristóteles coincidían en que:
el entrenamiento físico y la práctica del deporte deben tener como principal objetivo (además de la preparación para la guerra, un objetivo al que las sociedades de entonces no podían sustraerse) la formación de individuos bellos, fuertes y sanos y además contribuir al bienestar mental y educación moral de los ciudadanos. (García, 2015, p. 22)
Lo anterior brinda un panorama de cómo la actividad bélica dictaba, en gran medida, el quehacer de las civilizaciones en la edad antigua, en diferentes ámbitos y esferas sociales, caso específico el de la educación que tuvo la encomienda de formar ciudadanos fuertes, tanto física como mentalmente, que a la larga se convertirían en soldados para la guerra. En Grecia se buscaba un equilibrio entre el desarrollo intelectual y físico, pues se pensaba que la actividad física excesiva, lejos de generar beneficios para sus practicantes, traería problemas a la sociedad. El caso contrario es el de la Esparta clásica, donde el entrenamiento físico era prioridad por encima de la formación académica.
Otro ejemplo es el del tiro con arco en China “institucionalizado dentro de la educación confuciana, pasando a ser una de las destrezas fundamentales del letrado” (Mezcua, 2012, p. 3); posteriormente en la dinastía Ming (1368-1644 a.C.) y Qing (1644-1911 a.C.), esta disciplina volvió a tener gran peso en la formación militar, aunque fue desplazada por el desarrollo de nuevas armas; sin embargo, conserva ese lugar como actividad primordial de la antigua China.
En el México prehispánico, a pesar de que los aztecas son reconocidos como precursores de varias actividades lúdicas, el juego de pelota es el más arraigado en esa cultura, no hay registro de que la actividad física formara parte de la educación que se le daba a los niños y jóvenes que asistían a las escuelas Calmécac y Telpochcalli, donde se formaban los futuros sacerdotes y guerreros, respectivamente (Suárez, 2001, p. 6).
Fue hasta el México post revolucionario “que la educación física se convirtió en parte del plan de estudios educativo del Estado” (Elsey y Joshua, 2021, p. 221), con la intención de modernizar al ciudadano mexicano y con ello a la nación, que vivían una marcada división social entre lo rural y lo urbano, generada por la revolución mexicana. Una acción clara que acompañó a este propósito fue la creación de la Confederación Mexicana de Deportes (CODEME) en 1932 que se encargaría de “producir atletas que pudieran honrar a la nación y, lo que es más importante, ayudar a combatir vicios que afligían al país” (Elsey y Joshua, 2021, p. 240).
Actualidad del deporte en la educación universitaria mexicana
Actualmente, en México la actividad física también se encuentra incorporada al sistema escolar, como lo señala el Programa Sectorial de Educación, derivado del Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 (SEP, 2020), la asignatura denominada Educación Física se imparte desde el nivel básico, a lo largo de los seis grados de primaria, con ejercicios elementales que se enfocan en la movilidad del cuerpo.
Uno de los objetivos prioritarios de dicho documento, publicado en el Diario Oficial de la Federación en Junio de 2020, es “Garantizar el derecho a la cultura física y a la práctica del deporte de la población en México con énfasis en la integración de las comunidades escolares, la inclusión social y la promoción de estilos de vida saludables” (Elsey y Joshua, 2021, p. 240), dado el dato proporcionado por la OMS que pone al país en el primer lugar de obesidad infantil, lo cual hace concluir que no existe cultura física en México y que los anteriores programas de educación en el deporte en las escuelas han fracasado.
Esta realidad hace que se planteen algunas interrogantes como ¿cuáles son los factores que han impedido que el deporte en México sea una práctica regular entre su población de 126 millones de habitantes (Cuéntame de México, 2020). A continuación, se proponen algunas respuestas: 1) la falta de espacios públicos para la práctica deportiva en niños y jóvenes, incluyendo las escuelas que no siempre cuentan con la infraestructura para ello; 2) el escaso presupuesto que se destina al deporte, tanto en la educación media y media superior como en los apoyos para la preparación de deportistas de alto rendimiento y su participación en torneos nacionales e internacionales; 3) la poca relevancia que se le da al deporte como elemento integrador de identidades, promotor de cambio social y pieza clave para el incremento de la calidad de vida, mediante una mejora sustancial en la salud física y mental del mexicano.
En lo que se refiere específicamente al deporte dentro de la educación superior, también llamado deporte universitario, depende de la capacidad económica de cada institución para brindar una formación deportiva de calidad: con espacios adecuados para la práctica de las disciplinas, entrenadores capacitados y esquemas de estudio que permitan a los jóvenes llevar de forma simultánea su formación profesional con el deporte, más aún cuando se trata de calidad competitiva o de alto rendimiento, ya que involucra un compromiso mayor para calendarizar actividades dentro y fuera de la institución.
Lo anterior se apoya en las palabras del Dr. Carlos Salazar, ex rector de la Universidad de Colima y ex titular del Consejo Nacional del Deporte de la Educación A.C. (CONDDE), en entrevista para la revista Este País, donde menciona:
El presupuesto para las instituciones de educación superior y media superior en nuestro país es nulo para la práctica de la disciplina deportiva, exclusivamente se limita al apoyo para eventos ocasionales; los eventos intrauniversitarios, interuniversitarios locales y regionales son costeados con recursos propios de las instituciones, así como su equipamiento, y solo el evento nacional, que se desarrolla una vez al año, y las competencias internacionales, como la Universiada, son apoyados con limitados recursos federales. (Cordera, 2011, p. 32)
Es así como las universidades, en especial las públicas, tienen que crear con sus propios recursos la mejor estrategia para ofrecer a su basta matrícula de alumnos lo siguiente:
1) La posibilidad de que todos los jóvenes tengan acceso a la práctica constante de un ejercicio físico, lo cual, además de educarlos en el cuidado de su salud física y mental, contribuye a su formación integral, pues mejora su rendimiento académico, aumenta sus habilidades sociales, los aleja del sedentarismo y de conductas de riesgo social, como violencia y adicciones.
2) La oportunidad para que aquellos alumnos que destaquen por sus aptitudes en el deporte puedan representar en un primer momento, a la institución educativa a la cual pertenecen, posteriormente a su Estado e, incluso, participar en un selectivo nacional, que los lleve a escenarios internacionales convirtiéndolos, en un mediano o largo plazo, en deportistas de alto rendimiento o bien en profesionales, dependiendo de la disciplina que practiquen.
Para lograr que las universidades se conviertan en un semillero de atletas como ocurre en otros países, además de recursos económicos, se requiere de una planeación y sobre todo de una revalorización del deporte, para ello resulta indispensable un órgano regulador y promotor del deporte universitario, en el caso de México ese rol pertenece al Consejo Nacional del Deporte de la Educación A.C. (CONDDE), creado en1986, bajo el nombre de Consejo Nacional del Deporte Estudiantil.
En el artículo 4.o de los estatutos del CONDDE se menciona que tiene como fines: promover, fomentar, patrocinar, capacitar y participar en el desarrollo del deporte entre la comunidad estudiantil de las instituciones de educación superior, públicas o privadas, federales, estatales o municipales; así como la formación de recursos humanos para el deporte, y contribuir al desarrollo de estudios de postgrado e investigación de las ciencias del deporte, y al desarrollo integral del individuo mediante el fomento e impulso del deporte universitario (CONADE, 2003, p. 2).
Las instituciones de educación superior adscritas al Consejo se agrupan en ocho regiones, el Estado de México pertenece a la Región VI (CONDDE, 2019), y actualmente la integran 19 instituciones, entre ellas la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx) que, a su vez, cuenta en su organigrama con la Dirección de Cultura Física y Deporte, encargada de la organización y regulación del deporte universitario en dicha casa de estudios.
Desarrollo del deporte universitario en la UAEMéx
Los primeros esbozos del deporte universitario en la Autónoma del Estado de México datan del año 1937, cuando aún era el Instituto Científico y Literario Autónomo, pero es hasta el año de 1956 (cuando se transforma en Universidad), que se erige la primera área u oficina de deportes, donde se promovían tan solo las disciplinas de atletismo, básquetbol, fútbol, natación, vóleibol, béisbol y box.
A lo largo del tiempo, el deporte universitario fue evolucionando y con él también lo hizo la denominación del área, hasta convertirse en lo que hoy se conoce como Dirección de Cultura Física y Deporte.
En lo que se refiere a la organización de eventos deportivos, al inicio:
«Brillaban por su ausencia». Las selecciones universitarias lo más que llegaban a jugar eran partidos amistosos contra la selección de vóleibol de la Normal Estatal, con quienes compartíamos nuestras instalaciones. La selección de básquetbol varonil participaba en la Liga Municipal de la ciudad de Toluca. El equipo de fútbol, lo hacía también en las Ligas Municipal y Mayor de nuestra ciudad. (Ramírez, 2005, p. 27)
Con el paso del tiempo y debido al aumento del número de instituciones, así como de alumnos y de la diversificación de la práctica deportiva, algunos eventos fueron modificando su estructura y otros más se fueron creando.
La UAEMéx ha sido sede en dos ocasiones de la Universiada Nacional, en 2005 y 2011, al contar con la infraestructura, el apoyo de las instancias gubernamentales y los recursos humanos necesarios para poder albergar un evento de esa magnitud, al que asisten los mejores atletas de las instituciones de educación superior adscritas al CONDDE.
A continuación, se puede observar cómo ha sido la participación de esta institución en las once ediciones más recientes de la Universiada, donde en el rubro de medallas obtenidas ha sido top 10 en cuatro ocasiones y top 20 en cinco; mientras que en puntuación total solo ha sido top 10 en dos oportunidades y top 20 en ocho participaciones.
Cuadro 1
Participación de la UAEMéx en la Universiada Nacional
En lo que se refiere a la oferta de deportes de la Dirección de Cultura Física y Deporte, de acuerdo con Elsey y Joshua (2021), se practican actualmente 22 de las 26 disciplinas que CONADE considera dentro de sus programas, solo quedan fuera bádminton, escalada deportiva, tenis y rugby.
En el Cuadro 2 se muestran todas las disciplinas y las instalaciones que la UAEMéx pone a disposición de sus alumnos de educación media superior y superior, se menciona de paso que el aumento de deportes con respecto a la transición del ICLA es notorio.
Cuadro 2
Instalaciones a disposición de los alumnos en la UAEMéx
Entre la cantidad de espacios que la universidad destinada al deporte se destacan los siguientes: un estadio con capacidad de 32 mil personas, que cuenta además con pista de tartán para atletismo; dos unidades deportivas y cuatro gimnasios, los cuales están equipados con duela, tatamis, canchas de pasto natural y sintético. Las instalaciones están en condiciones necesarias para la práctica de las distintas disciplinas.
En el Plan General de Desarrollo Institucional 2009-2021 se menciona que el deporte universitario será de alta competencia y un semillero de deportistas de alto renombre, por lo que se facilitará infraestructura de calidad y moderna, así como servicios de nutrición y medicina para el rendimiento físico de los atletas, el objetivo es que sean competitivos a nivel nacional e internacional. De igual forma, se establece que el deporte será un factor de alta trascendencia en la formación de los alumnos, por ello se otorgarán becas y se contará con un programa de tutoría académica complementaria.
Dentro del registro estadístico se encuentran variables que permiten observar el crecimiento en la participación estudiantil del deporte en la última década, antes de la pandemia por COVID-19, en el año 2020. Esto se muestra en el Cuadro 3.
Cuadro 3
Participación de la UAEMéx en el deporte antes de la COVID-19
En términos de registros administrativos, la tendencia estadística de participación deportiva es creciente, aunque con años atípicos, tal como lo marcan los ejes rectores de las distintas administraciones. No se cuenta con la información de los años 2020 y 2021, debido al cierre presencial de actividad física dentro de las instalaciones de la UAEMéx. Sin embargo, un dato importante a retomar es que en el campeonato mundial de Flag Football realizado en Israel en 2021 se consiguieron dos subcampeonatos, tanto en la rama varonil como en la femenil, solo fueron superados por los Estados Unidos, lo que se resalta de esta gesta es que fue encabezada por jóvenes universitarios, muestra del potencial competitivo que se tiene en algunos deportes aun cuando están alejados de la posibilidad del profesionalismo.
Asimismo, es importante mencionar que la Dirección de Cultura Física y Deporte de la UAEMéx, fue aperturada y creada en 2018 como Secretaría (Barrientos, 2021), es única en su género y tiene el objetivo de satisfacer las necesidades de los distintos espacios deportivos de la universidad, debido a que cada disciplina deportiva está regida por un marco normativo especial, el tratamiento debe ser distinto para las diferentes instalaciones.
En la actualidad, y haciendo frente a los retos que derivan de la pandemia, las autoridades del deporte están tomando como trascendental los aspectos correlacionados con la actividad física como la nutrición, la medicina, la salud y el entrenamiento mental, para favorecer el desarrollo integral de los estudiantes, docentes y administrativos (Olvera, 2013).
La emergencia de la COVID-19 vino a trastocar la gestión que en materia de desarrollo deportivo universitario realizaba la UAEMéx, según sus propios lineamientos de 2009, pues a muchos proyectos no se les dio seguimiento o se hizo de manera exigua, lo que en primera instancia dejó huecos en cuanto a la información estadística con la que se cuenta y que debiera ser la materia prima básica para futuros análisis.
o obstante, con la información que se tiene es claro que la UAEMéx forma una vocación de competencia deportiva. Esto está plasmado en el proyecto de la Universiada que, si bien es dirigida por CONDDE, debería tener gran relevancia para la CONADE, con el objetivo de servirse de las universidades para incrementar el volumen de jóvenes deportistas, que puedan competir por lugares en certámenes internacionales.
La UAEMéx tiene una presencia importante en el deporte universitario, aunque no al nivel de lo que se esperaría, si se toma en cuenta que se encuentra en la entidad más poblada del país y que junto con los Estados aledaños constituye la macrorregión que más recursos genera a la nación mexicana. La gran interrogante es: si el crecimiento en el semillero de deportistas llega a realizarse, ¿se otorgarán los apoyos económicos de forma proporcional, tanto para las instituciones educativas, como para las deportivas? En particular se pregunta por la formación integral de los atletas, de lo que aquí se ha hablado, y por cómo esto podría ser el detonante para que se consolide un deporte profesional que tome como base el deporte universitario.
Conclusiones
Al final se puede concluir que si bien la actividad deportiva universitaria queda establecida en distintos documentos oficiales como el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024, esto solo sirve para emitir lineamientos generales que, hoy en día, no alcanzan para establecer un proyecto bien desarrollado a largo plazo y que cuente con un estructura presupuestal y una evaluación continua de las metas programadas, todo se reduce a datos cuantificables esperados, según la importancia del Estado de México, pero no muestran indicadores de calidad y desarrollo acordes con un verdadero impulso al deporte institucionalizado.
A esto hay que agregar que deben revisarse algunos lineamientos de forma perentoria, ya que: o bien se encuentran alejados de la realidad o no se establecieron pensando en los nuevos retos. A pesar de lo anterior, es claro que, al menos en algunos deportes, y dados los resultados nacionales e internacionales, se cuenta con el potencial para desarrollar una base que eventualmente pueda llegar al profesionalismo.
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