Artículos de Investigación
Recepción: 31 Marzo 2016
Aprobación: 24 Agosto 2016
Resumen: El presente trabajo es una primera fase de un proyecto mayor, a saber, la caracterización histórico-cultural del deporte en Chihuahua desde 1950 hasta 2017. Por lo tanto, aquí se desarrollan los primeros apuntes del contexto social juarense y su relación con diferentes dimensiones inscritas en el fenómeno deportivo (actores, infraestructura, eventos, tendencias deportivas) obedeciendo a un corte hasta el año 2010. Se parte de una premisa común en el estudio social del deporte, ya que representa el reflejo de la sociedad que se vive. Ciudad Juárez es una región significativa en el tipo de desarrollo deportivo que ha tenido Chihuahua y su curso cultural, político, educativo, económico y de seguridad, por supuesto, ha tenido un impacto en el quehacer deportivo.
Palabras clave: Deporte y sus contextos, Ciudad Juárez, historia, 1950-2010.
INTRODUCCIÓN
Esta es una primera parte de un ejercicio mayor de investigación, el cual tiene por intención caracterizar el impacto deportivo, desde el contexto social, en el estado de Chihuahua, a partir de 1950 hasta 2010. Si bien aquí se plasman unos primeros apuntes tomando por caso a Ciudad Juárez y el entorno social que ha enfrentado (principalmente el factor maquilador y la violencia), en dicho proyecto se trabaja por la caracterización de municipios dependientes del centralismo chihuahuense, a la vez de las ciudades que regularmente concentran los estudios sociales como Chihuahua capital, Ciudad Juárez y Parral. Conviene señalar que a falta de un trabajo sistemático desde lo que podemos concebir como historia sociocultural del deporte en la región, aquí se incluyen apartados en donde se toman solo los periodos significativos a razón de sucesos o un “estado” del deporte, relativamente permanente desde la conformación social. El deporte es el reflejo de la sociedad en la cual se vive y este reconocimiento al deporte y la actividad física es una constante en quienes trabajamos de manera integral (sociocultural y biomédicamente). Con adaptaciones, estos primeros apuntes obedecen a un apartado dentro de la tesis doctoral de Ricardo Juárez (2012).[1] El propósito en esta oportunidad es plasmar la ubicación deportiva dentro de un contexto social, tomando en cuenta la segunda mitad del siglo XX (la década de los años cincuenta) y el transcurso de la primera década del siglo XXI en Ciudad Juárez. No vamos más allá de 2010 (esa es una segunda actividad que se encuentra en proceso dentro del proyecto referido). La historia de Ciudad Juárez es también la de justas, personajes, eventos, escenarios —deportivos y recreativos—, situaciones que, indudablemente, permanecen en la memoria juarense. Pero no ha existido un proyecto estable, esos que conforman la nación que se quiere y por la que se trabaja. Muchos buenos momentos, actividades y situaciones relacionados con el deporte, que han sido integrados a la identidad y memoria de Ciudad Juárez y han quedado como anécdotas maravillosas. Existen iniciativas por renacer prácticas, eventos, trayectorias de jóvenes en el deporte, que rememoran las historias de cómo los deportistas célebres llegaron a cumplir sus metas, pero también hay historias silenciadas, de aquellos y aquellas que tuvieron o pensaron el deporte como parte de su vida, pero sea por falta de oportunidades, de espacios, de apoyos, de violencia o inseguridad, les mutilaron esos sueños o metas. En lo que sigue no se capta lo anterior a formalidad (lo cual se busca en el proyecto que da pie a este ejercicio); el propósito es otro: integrar una primera versión dentro del aspecto socio-histórico-cultural de momentos de Ciudad Juárez en relación con el quehacer y la promoción deportiva, en donde la educación y la política pública en materia de deporte, así como las iniciativas individual y privada marcan esos dos ejes: el contexto maquilador y la demanda de atención ante la violencia registrada en Ciudad Juárez.
CIUDAD JUÁREZ Y EL DEPORTE: SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX
Desde el siglo XIX, Ciudad Juárez ha jugado un papel determinante en la construcción de nuestro país. En los años adversos de la república fue refugio del gobierno de Benito Juárez y, al mismo tiempo, sede de los poderes centrales. Entrando el siglo XX, el presidente de México recibió aquí la visita de su homólogo de Estados Unidos de América, en un encuentro que definió mucho de lo que sería la historia futura de México. El presidente Madero encontró en Ciudad Juárez el lugar ideal, por su posición estratégica junto a Estados Unidos. Gracias a su importancia política y militar, la ciudad adquirió resonancia y después de la Primera Guerra Mundial, al calor de la crisis económica que vivió el vecino país del norte, nació el binomio Ciudad Juárez-El Paso como una unidad económica (González de la Vara y Siller, 2006).
A partir de la Segunda Guerra Mundial su crecimiento fue sostenido, al final de la década de los años cincuenta, se asomó al desarrollo industrial y apenas un poco después nacieron las maquiladoras. La demanda de mano de obra creció y aun en medio de repetidas crisis provocadas por las devaluaciones, la ciudad como medio urbano transformó su rostro y se convirtió, junto con la ciudad de El Paso, en el nudo fronterizo más importante y de mayor tránsito de personas en el mundo (González de la Vara y Siller, 2002).
A pesar de las dificultades originadas por repentinos crecimientos de la población, Ciudad Juárez ha logrado convertirse en una urbe moderna, al cobijo de un pujante conglomerado maquilador[2] en el que la innovación y la alta calificación de sus cuadros, la han transformado en un centro de diseño mundial. Un escenario social en donde se manifiestan diversos quehaceres culturales, sean estos artísticos, deportivos, educativos, políticos, económicos, etcétera, los cuales dan reflejo de las diversas maneras de expresión y conformación de la identidad. Ciudad Juárez ha sido un escenario importante en todas sus disciplinas, abriendo espacio a muchos de los grandes deportistas que aún persisten en el recuerdo de quien vivió sus grandiosos eventos, jóvenes que soñaron y crecieron junto con el deporte en una época de oro, en donde la actividad física y el deporte fueron parte de su formación, no solamente deportiva sino de ser humano; es decir, personas que en su infancia o juventud (hayan nacido o no en la ciudad) iniciaron su experiencia deportiva en una frontera como la juarense. Por ejemplo, personajes como Kiko Martínez y Jesús Olmos del equipo olímpico de 1936; Rafael Palomar y Jesús García, seleccionados olímpicos de Montreal 1976, ambos nativos de Ciudad Juárez; Urbano Zea, Ignacio Chavira y Bertha Chiu,[3] pilares de los equipos mexicanos de basquetbol en los Juegos Olímpicos de Roma 1960; Josué Neri Santos, caso único en la historia del basquetbol mexicano, con su participación en las Olimpiadas de 1948, siendo el mejor centro e invitado a jugar con los Harlem Globetrotters. Todos ellos deportistas juarenses y en su honor los gimnasios e instalaciones deportivas más emblemáticos de Ciudad Juárez llevan sus nombres.
En 1957, un grupo de adolescentes originarios de Monterrey se encontraba en Estados Unidos participando en la Serie Mundial de Beisbol de Ligas Pequeñas. Entre los jugadores se encontraba un juarense: Gerardo Chiquilín González, quien cincuenta y tres años después dijo recordar —como si fuera ayer— el día en el que fueron levantados en hombros y recibieron el reconocimiento más importante de sus vidas,[4] y llevado a la pantalla grande con la película El juego perfecto (Alarcón, 2010).
El deporte es un espejo bastante fiel de nuestra agitada sociedad. En los años cincuenta del siglo pasado existía una gran promoción del deporte en Ciudad Juárez, principalmente del beisbol. La gente acudía a ver el espectáculo que le proporcionaba el llamado “Rey de los deportes”.[5] Víctor Manuel La Pingua Canales Lira —hermano de Jaime, cuyo nombre lleva el estadio de beisbol municipal— fue uno de los máximos exponentes.
La comunidad “indígena” de Ciudad Juárez ha sido protagonista de muchos encuentros exitosos, en donde la afición los ha seguido a lo largo de los años; recuerda con melancolía R. Menchaca Rodríguez (2011), reconocido entrenador de beisbol en la localidad:
El beisbol era el que sobresalía de todos. Los niños participaban más en el beisbol, había muchos campos de beisbol, había patrocinadores, que inscribían a sus equipos en la Liga Juárez y más tarde la Liga Fronteriza, ambas profesionales. Posteriormente, el 29 de julio de 1957, el señor Manolo Fortes, con apoyo del presidente Municipal René Mascareñas Miranda, inauguraron el primer campo de beisbol infantil Niños Héroes,[6] actualmente en ese parque se siguen formando niños en las edades infantiles.
El objetivo de la liga es educarlos deportivamente, es educativo, es escuela y salen buenos estudiantes, buenos hijos, respetuosos con sus padres, buenos peloteros. Es una disciplina muy bonita que se le inculca al niño para que vaya respetándose él mismo y que sea un hombre de bien. Son muchos los peloteros que han cruzado por el campo infantil Niños Héroes, inclusive varios de ellos llegaron a jugar en el circuito profesional (comunicación personal, 9 de marzo).
El objetivo de la liga es educarlos deportivamente, es educativo, es escuela y salen buenos estudiantes, buenos hijos, respetuosos con sus padres, buenos peloteros. Es una disciplina muy bonita que se le inculca al niño para que vaya respetándose él mismo y que sea un hombre de bien. Son muchos los peloteros que han cruzado por el campo infantil Niños Héroes, inclusive varios de ellos llegaron a jugar en el circuito profesional (comunicación personal, 9 de marzo).
Por ejemplo, Juan Palafox, Rafael García y Enrique Licón, grandes peloteros que llegaron al circuito profesional, todos ellos juarenses que llegaron a ser personas muy influyentes en la juventud de la época, líderes de los adolescentes e ídolos de los niños.
El beisbol propiciaba un ambiente de respeto entre ellos mismos y los jugadores que ocupaban su tiempo libre en actividades productivas. La mayor parte de los jóvenes que han cruzado por la liga de beisbol infantil son profesionistas actualmente. Esta actividad contribuyó significativamente en su formación como personas. Desde entonces continúan trayendo a sus hijos a practicar y se transmiten valores de generación en generación.
Los campeonatos de beisbol se llevaban a cabo en el estadio Canales Lira, el más emblemático de Ciudad Juárez, en el cual había llenos totales. Otro de los parques que tuvieron su buena época fue el Altavista,[7] en donde se promovía el deporte, principalmente el beisbol y el basquetbol. Otro fue el Carlos Amaya,[8] donde también se promovió el deporte por el padre Machado,[9] quien apoyaba a los jóvenes con actividades deportivas. La liga Río Bravo,[10] cuyos participantes jugaban en Los Hoyos, lugar por donde pasó el río Bravo, y tiempo después nació la liga Basaseachi.[11] Los padres de familia se involucraban en las actividades de sus hijos. Desde pequeños, los niños se iniciaban en la justa deportiva, sobre todo en los tres deportes más practicados de la época: el beisbol, el basquetbol y el boxeo. El boxeo fue uno de los deportes más populares en la región; el auditorio municipal fue testigo de muchas de las grandes peleas[12] que se llevaron a cabo. La gente acudía en familia al boxeo amateur y al basquetbol. Había un gimnasio muy famoso, El Apolo,[13] en la calle Mariscal, en donde se iniciaban los jóvenes en el boxeo generando también grandes exponentes.[14] Posteriormente, las prácticas se trasladaron al auditorio municipal.
Se procuraba no solamente la parte deportiva, sino también la formación personal, la adquisición de valores que ayudaban y favorecían la convivencia de los jóvenes y las familias de la época; “había mucho respeto, ahora ya no hay”, dice Menchaca (2011) (como entrenador de las ligas infantiles de beisbol) con una voz quebradiza:
Antes había unidad entre las familias, entre las personas, mucho apoyo para los niños. El deporte ha ido para atrás, el beisbol ha retrocedido, no ha tenido evolución, el nivel del beisbol ha bajado mucho, quizás por el nacimiento y la promoción de otros deportes, pero se ha notado mucho (comunicación personal, 9 de marzo).
Este fenómeno se puede deber a múltiples factores: tiempo, dinero, surgimiento de otros deportes, poca motivación hacia los niños, poca promoción y difusión del deporte, nulo apoyo de los gobiernos, entre muchos otros. Por otro lado, como parte del entretenimiento de los juarenses estaban la plaza de toros Balderas y, posteriormente, la Monumental (ya desaparecida), “en las que se llevaron a cabo espectaculares corridas”, recuerda nuestro entrevistado de aquella época.
Así también, dentro del aspecto familiar que propicia el deporte, está la lucha libre, disciplina muy practicada en los años cincuenta. M. Morales Espinoza (2011) comenta al respecto:
A finales de los años cincuenta la lucha libre fue de los deportes más concurridos, sobre todo con la aparición del famoso y reconocido luchador El Cobarde, quien inició su carrera en el auditorio municipal de Ciudad Juárez y llegó hasta el máximo circuito de la lucha libre en México. Ciudad Juárez fue por mucho tiempo la catedral de la lucha en México; acudían en familia a disfrutar del espectáculo de la lucha libre, la cual les propiciaba motivación para practicar el deporte (comunicación personal, 11 de marzo).
Los niños practicaban en las arenas, había una motivación natural de participar. Sergio El Hermoso, el Marqués, Carlos Monterrosa, el “Pescado”, Fishman, todos ellos salieron de Ciudad Juárez. Esto se ha perdido con el paso del tiempo. El 21 de mayo de 1964 fue inaugurado el Galgódromo[15] de Ciudad Juárez, con un toque de modernidad y de lujo, otro centro de entretenimiento familiar para los juarenses (Siller, 2006). Otro acontecimiento importante en nuestra ciudad fue el anuncio, el 17 de julio de 1963, en el que se resolvía el conflicto de los terrenos de El Chamizal,[16] después de cincuenta y dos años de reclamo. Así, el gobierno municipal de Ciudad Juárez aprovechó esos terrenos devueltos para construir allí el principal parque de la ciudad, un museo, centros de enseñanza e instalaciones deportivas, obras integradas con el desarrollo de la zona cultural y comercial del Pronaf.[17] El parque El Chamizal ha ofrecido un espacio arbolado para la convivencia familiar; además, los jóvenes encuentran un lugar único para realizar actividades al aire libre, lo que favorece el desarrollo y la práctica deportivos. Otra disciplina importante y que ha prevalecido en Ciudad Juárez es el taekwondo, deporte muy practicado por los niños desde 1965. El máster instructor sexto dan cinta negra, Carlos Pérez Barrio, ha sido testigo de la participación de muchos niños en torneos a nivel estatal, nacional e internacional. Carlos Pérez trabaja con niños y los ha llevado poco a poco al desarrollo de sus habilidades dentro de una cultura deportiva que está dando frutos en el terreno de la formación de personas, y ha logrado colocar a sus alumnos en torneos internacionales en donde han ganado medallas para México.[18]
LA INDUSTRIALIZACIÓN DE LA FRONTERA
En los años sesenta del siglo XX continuaron estos deportes emblemáticos de la época, como el beisbol, el basquetbol, el boxeo y la lucha libre, incorporándose el softbol rápido, que se jugaba principalmente en otoño. Además, se continuaba también con el trabajo personal y el fomento de valores en la juventud, lo cual aportaba un clima de paz y armonía en la comunidad juarense. Sin embargo, a principios de los años sesenta la actividad agropecuaria sufrió un grave descenso, lo que generó que muchos braceros quedaran desocupados. También llegaron de manera masiva miles de trabajadores deportados de Estados Unidos, que no regresaron a sus lugares de origen y se establecieron en Ciudad Juárez. De esta manera, a principios de los sesenta, ante el poco impulso de la actividad turística y el descenso de la contratación de braceros,[19] se fue generando un gran desempleo en la ciudad. La situación se agravó con el descenso de las labores agrícolas en el valle de Juárez. También, a principios de los años sesenta, se estableció el club Campestre,[20] en donde se promovía la actividad física y el deporte, aunque de manera elitista, solo para algunos cuantos. En el aspecto social cabe señalar el inicio de actividades del club Sertoma[21] hacia 1962.El boxeo es el deporte que más identifica a México en el mundo, tanto en profesional como en amateur. Figuran grandes deportistas como Antonio Durán de Ciudad Juárez, quien estuvo en dos Olimpiadas seguidas en boxeo, la primera en Tokio 1964 y la segunda en México 1968. Antonio Durán fue, además, un gran deportista de talla internacional y los jóvenes de la época lo veían como ejemplo a seguir, pues promovía valores personales que los motivaban a seguir sus pasos como la responsabilidad, el compromiso, la dedicación, la perseverancia, valores necesarios para la formación integral de las personas (Guzmán, 2007).
Otro de los deportes que han dado gloria para Ciudad Juárez es el boliche. Destacando Tito Reynolds, sorprendente proeza en la historia del boliche mexicano y, en particular, del juarense. En 1960 fue triple campeón mundial en Hamburgo, Alemania, y el único latino que lo ha sido. Nativo de la popular colonia Bellavista, en donde ofrecía sus enseñanzas a los jóvenes del conocido y popular sector; además, siempre estuvo preocupado por el deporte como medio para formar a las personas (Guzmán, 2007).
El futbol fue un deporte de gran impacto en los años sesenta, popular y de fácil acceso a los participantes por sus características de juego, el cual resurgió y se instaló en las siguientes décadas, teniendo una gran aceptación incluso hasta nuestros días. Debido a su carácter formativo y promotor de valores resulta ser uno de los deportes más atractivos.
A finales de los años sesenta, el tenis hacía presencia en ciertos grupos de la localidad. Enrique Soto Canales dominó todos los torneos de la zona norte, tanto en singles como en dobles, de 1967 a 1971. Fue un ícono y a través de las clínicas deportivas ofrecidas a los jóvenes fue que estos desarrollaron no solamente el talento en el deporte, sino también actitudes positivas que los llevaron a ser personas competentes en diferentes áreas. En 1968 fue nombrado Deportista del Año. Sus inicios fueron en 1961 en el extinto club de Tenis de Ciudad Juárez, inaugurado por el presidente municipal René Mascareñas. Ingresó al Salón de la Fama de Ciudad Juárez,[22] mérito que lo mantiene como un ejemplo de esfuerzo y dedicación para las futuras generaciones. Las carreras automovilísticas fueron muy populares en los años sesenta. El entusiasmo de todos los fanáticos de este deporte tenía como mira aliviar la penuria educativa en los niños de las rancherías circunvecinas y que asistieran a recibir instrucción a la escuelita que funcionaba en el club Optimista (El Fronterizo, 1960). El encargado de la hemeroteca, Manuel Morales (2011), comenta que:
Las carreras fueron todo un éxito en Ciudad Juárez, juntando a familias de todos los rincones de la ciudad a finales de los años sesenta. Las carreras de carros en circuito cerrado saliendo de Ciudad Juárez a Guadalajara, en el cual Roberto Pirulí González fue campeón nacional e internacional. Las carreras continuaron con gran auge hasta finales de 1994; el objetivo fue siempre la convivencia familiar (comunicación personal, 11 de marzo).
Al finalizar la década de los años sesenta, se inició la industrialización fronteriza al intensificarse la competencia internacional, ya que las empresas norteamericanas sentían la enorme demanda mundial de sus productos. La industria maquiladora[23] fue y sigue siendo la principal fuente de empleo en Ciudad Juárez, fenómeno que se ha mantenido por su alta cualificación de mano de obra.
A principios de 1970 había en Ciudad Juárez veintidós maquiladoras que empleaban a poco más de tres mil trabajadores, pero siete años después el número de plantas había llegado a ochenta y nueve, y el de trabajadores a poco más de veintiséis mil.
Más de la mitad de la población económicamente activa trabajaba ya en la maquiladora.
Fuente: Almada, 1995.
Ciudad Juárez se convirtió pronto en el principal punto ensamblador de productos exportados a Estados Unidos, superando a las ciudades asiáticas, y la industria maquiladora comenzó a dejar su sello en la región (González de la Vara, 2002: 175).
Las nuevas plantas preferían contratar a mujeres por considerarlas más aptas para los trabajos repetitivos del ensamblaje, además de ser más confiables que los hombres. Pronto muchas de ellas entraron en el mercado de trabajo. Tal es el caso de que en los años setenta más del 80 % de los operarios de las maquiladoras eran mujeres, mientras que muchos hombres estaban desempleados y se dedicaban a cuidar a los niños y a las actividades del hogar (González de la Vara, 2002). No obstante, esta inversión de los papeles de la familia tradicional fue vista como un peligro por sectores conservadores de México. La industria maquiladora crecía desmesuradamente con capital en su mayoría extranjero, generalmente de Estados Unidos; importantes empresas japonesas, coreanas y, desde luego, mexicanas se establecieron en todo el país. La Asociación de Maquiladoras, A. C. (amac) es una institución sin fines de lucro constituida en 1974 para servicio de la industria maquiladora de exportación de Ciudad Juárez, Chihuahua. La industria maquiladora en el país, y especialmente en Ciudad Juárez, es hoy un fundamental motor de desarrollo para la economía y el bienestar social de los mexicanos. Con la llegada de la industria maquiladora, Ciudad Juárez vivió una dinámica muy importante para la economía juarense. Esto tuvo sus ventajas: oferta de numerosas fuentes de empleo e inversiones en infraestructura como puentes, vías de comunicación, hoteles, restaurantes, entre otros. En números reales, durante el decenio de 1980 a 1990, el incremento en el personal ocupado en Ciudad Juárez fue mayor a las ochenta mil plazas.
El crecimiento acelerado de las plantas maquiladoras en los años ochenta trajo consigo numerosos flujos migratorios que, a su vez, provocaron una abultada población flotante que requirió de servicios urbanos y vivienda, mismos que no se desarrollaron a la velocidad de las necesidades. Sin embargo, la frontera y su programa maquilador se convirtieron en un modelo de industrialización a seguir por el resto de México. Por primera vez se veía en la frontera el futuro del país. Fue la época de oro, la de los años setenta, aquella que vive en todos los que tuvieron la oportunidad de presenciar la euforia del beisbol, principalmente. En 1973 se inició un programa de actividades deportivas para los trabajadores de la industria maquiladora, cuyo objetivo era la promoción y práctica del deporte entre los trabajadores de las maquiladoras. Según el coordinador general de actividades deportivas en la amac:
El deporte en sí de la industria maquiladora inició en 1973, y de ahí a la fecha en forma consecutiva se ha llevado a cabo el torneo que se hace regularmente cada año. Este torneo deportivo tiene ya 38 años y esta es la edición 38, precisamente en el torneo 2011, cuya finalidad es fomentar el deporte entre los trabajadores de la industria maquiladora. Ha habido la gran necesidad de que los trabajadores tengan también un momento de recreación a través de estas actividades, ya que las jornadas son bastante duras. Inclusive ellos mismos solicitan a los gerentes tener participación en el deporte como recreación (V. González; comunicación personal, 25 de febrero de 2011).
También comentó el entrevistado que —para ese tiempo— “había un promedio de 200 maquiladoras afiliadas a la amac, de las cuales el 80% participa en torneos deportivos organizados por el comité de deportes”. A raíz de la implementación de cada una de las reglas en el deporte maquilador, se ha ido elevando el nivel competitivo, y prueba de ello es que de los trece juegos nacionales que se habían llevado a cabo hasta ese momento, Ciudad Juárez había sido campeón en diez de ellos. Eso habla del buen nivel de los deportistas en la industria maquiladora, en donde se promueven los valores familiares y se trata de inculcar una cultura de la actividad física entre los empleados y sus familias.
Pedro Varela Sigala (2011), reconocido cronista deportivo (ingresado al Salón de la Fama del Deportista Juarense en 2003), narra que en los años setenta el deporte tenía un gran impulso, sobre todo el beisbol:
En los años setenta era una euforia el beisbol amateur estatal, cuando los Indios de Juárez a nivel estatal eran siempre un lleno en el estadio Jaime Canales Lira, donde pasaron peloteros muy grandes como José Luis Gómez, Pedro de León, Andrés Macías, Ignacio Chavira, gran basquetbolista mundial y también un sobresaliente en el beisbol estatal jugando la primera base; Mario Porras, Teo Pérez dentro del deporte amateur, todos ellos peloteros fuera de serie; Manuel Martínez Yu, parador en corto; Eduardo Cital, Martín Hernández El Pulpo, parador en corto, peloteros que con mucho orgullo defendían los colores de las camisetas de los Indios de Juárez. Así también del parque de beisbol infantil Niños Héroes han salido infinidad de peloteros como Enrique El Pelón Licón, Armando Almanza, quien llegó hasta las Grandes Ligas con los Gigantes de San Francisco, Rojos de Cincinnati, en el 2003 con los Marlines de Florida y le ganaron a los Yanquis de Nueva York; también El Pelón” Chepeña, grandes peloteros que han pasado por la liga de beisbol infantil Niños Héroes (comunicación personal, 9 de marzo).
El deporte juarense presentó cambios importantes en su estructura y funcionamiento; algunas disciplinas se mantenían hasta principios de los años ochenta y otras se han ido extinguiendo con el paso del tiempo. Morales (2011) nos comenta que:
Los deportes más sobresalientes desde los años sesenta y que continuaron con el mismo rigor en los ochenta son el beisbol, la lucha libre, el basquetbol y un poco el futbol, predominando, sin duda, el beisbol. Los niños juegan en la calle y apoyando el deporte de calle, de los barrios, en las diferentes disciplinas, se puede detectar mucho talento deportivo, tenemos muy buenos deportistas, sin embargo, esos deportistas de la calle no tienen el apoyo ni la oportunidad de salir adelante (comunicación personal, 11 de marzo).
El deporte se fue apagando paulatinamente durante las décadas posteriores. Por su parte, la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez hacía presencia en el terreno deportivo con grandiosos resultados, así lo escribía Martínez (1981) en los años ochenta:
Quince partidos en cinco días del mejor basquetbol estudiantil y la gente… respondieron en forma impresionante, para disfrutar del espectáculo y de la coronación de los Indios de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. Hacía tiempo que no se veía algo parecido. Las gradas del gimnasio municipal repletas, con un público entusiasta que disfrutó al máximo cada uno de esos 15 partidos con los seis conjuntos universitarios del país.
De la misma forma, el basquetbol continuaba jugándose en la localidad y, sobre todo, en los torneos estudiantiles, tal es el caso de las Liebres del Tecnológico de Ciudad Juárez en los sistemas estatal y federal de las escuelas de educación básica (Martínez, 1981). En 1981 se propuso la creación del Comité Deportivo Escolar con el objetivo de agrupar todas las escuelas preparatorias de la ciudad. Dentro de las acciones que se tomaron está la programación de la inauguración masiva de todas las escuelas en los diferentes deportes.
El auge del beisbol continuaba en los años ochenta, considerándose el deporte más practicado por los fronterizos. Igualmente, en el entorno social, Ciudad Juárez tuvo un crecimiento constante, previo a la crisis del año 2001.
Ciudad Juárez se había convertido en una de las ciudades más importantes de la concentración de maquiladoras, con el 22.5 % de los establecimientos y 20.6 % de los empleos respecto del total nacional (Jusidman, 2007).
Ya desde entonces nos encontramos con una ciudad flagelada por la delincuencia y el crimen organizado, al grado de que la actividad criminal en Ciudad Juárez se había incrementado de manera dramática desde el auge de las maquiladoras y, muy en particular, desde el establecimiento del tlcan,[24] mismo que trajo un mayor intercambio de mercancías entre México, Estados Unidos y Canadá, además de ser dos factores que atrajeron tanto al comercio internacional como a muchas mujeres jóvenes y sus familias en busca de mejores oportunidades laborales y económicamente más favorables (Sarria, 2009). En el transcurso de la administración municipal a cargo de José de Jesús Macías Delgado, se establecieron funcionales instalaciones deportivas en las áreas verdes de El Chamizal, símbolos de una dedicación a la elevación del nivel de vida de los habitantes de Ciudad Juárez. Las canchas de basquetbol en los conocidos Hoyos fueron en su momento un punto de reunión de los amantes del baloncesto, sobre todo en los años 1991 y 1992 (Moses y Mascareñas, 1991).
El futbol había repuntado con el equipo profesional Cobras de Ciudad Juárez.[25] La gente empezaba a sumarse y practicar el futbol. El equipo era una euforia para los juarenses de los años noventa, en donde había jugadores muy talentosos[26] que acaparaban la atención de chicos y grandes, juntándose las familias para disfrutar del espectáculo (Mundo Deportivo, 1993).
En cuanto al boxeo, en esas épocas era practicado por muchos en la comunidad, teniendo como ídolo a César Cobrita Soto, quien lograra un título continental, campeón del torneo Telemundo y excampeón nacional de México. Asimismo, se llevaron a cabo campeonatos amateur municipales en el gimnasio municipal y en la extinta Feria Expo (Mundo Deportivo, 1993).
El 5 de agosto de 1999 el cabildo aprobó el Consejo del Deporte,[27] el cual buscaba regular el deporte en la localidad y estaba dirigido no solo por el gobierno municipal, sino por representantes de la iniciativa privada, maquiladoras y la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. El órgano apoyaría a través de la Comisión Nacional del Deporte (conade) a los jugadores amateur y tuvo por objetivo coordinar, promover y ejecutar planes y programas en esa materia (Flores, 2011).
Sin embargo, la falta de seguimiento de los gobiernos subsecuentes y la politización en el tema afectaron cada vez más el desarrollo del deporte juarense. Salvador Gómez, impulsor del Consejo del Deporte y presidente de la Comisión del Deporte en el cabildo, afirmó que:
Hay desconocimiento en cuanto a los reglamentos y leyes por parte de quienes han sido titulares de la Dirección del Deporte, porque si se hubiera continuado con el proyecto no estaríamos en esta situación, se están pasando por encima una normatividad desde el año 2001. Otro de los objetivos del Consejo era gestionar recursos ante las instancias respectivas y aplicarlos al equipamiento e infraestructura deportiva; además contaba con un Consejo Consultivo, con un coordinador donde participaban delegados de clubes y ligas deportivas, escuelas, entrenadores, exdeportistas, cronistas y árbitros locales (Flores, 2011).
En octubre de 1999 el reglamento para la organización y funcionamiento del Consejo del Deporte fue publicado en el Periódico Oficial número 80, como folleto anexo, y entró en vigor el día 6 de ese mes. Sin embargo, no se respetó por el Concejo Municipal de José Reyes Ferriz (Partido Revolucionario Institucional) y después el exalcalde Jesús Alfredo Delgado (Partido Acción Nacional) fue el responsable de haber sepultado el proyecto. Algunos de los puntos más sobresalientes del reglamento para la organización y el funcionamiento del Consejo del Deporte para el municipio de Juárez, aprobado en 1999, mencionan que es importante la coordinación con los organismos públicos y privados con el fin de ampliar la capacidad y poder desarrollar programas para el impulso de valores a través del deporte, así como promover el equipamiento e infraestructura deportiva para alcanzar con eficacia los objetivos. La normatividad continuó vigente, sin embargo, las autoridades municipales incurrieron en desacato legal desde su creación hasta el periodo reseñado.
En el ámbito social, dos acontecimientos que repercutieron en el desempeño de las maquilas caracterizaron los años noventa: la gran devaluación del peso en 1994 y la incorporación de México al tlcan.[28]
Hemos visto que la industria maquiladora fue y continúa siendo la principal fuente de empleo a nivel local. Finalmente, hablar del contexto de Ciudad Juárez es hacerlo de la maquiladora, sus aportaciones y sus descuidos. Este breve recorrido por la historia del deporte en Ciudad Juárez y su contexto, a partir de la segunda mitad del siglo XX, nos muestra cómo este ha ido cambiando de manera paralela a los acontecimientos de las últimas décadas. Con ello, podemos decir que el deporte es el reflejo de toda sociedad, ya que juega un papel determinante en la construcción de toda comunidad. Analicemos ahora la situación en la última década, datos que nos hacen reflexionar sobre la importancia de la actividad física y el deporte como un estilo de vida, como una inversión a mediano y largo plazos, como un camino largo pero seguro de llegar, como todo proceso educativo de cohorte social bien fundamentado.
SITUACIÓN 2000-2010
Ciudad Juárez experimentó una crisis a partir del año 2001, la cual generó que un gran número de establecimientos cerrara y, con ello, la pérdida de empleos. La gran recesión que atravesó Estados Unidos impactó fuertemente a la industria maquiladora y su producción bajó considerablemente. El despido de los trabajadores estuvo acompañado por el cierre de numerosas plantas, lo que significó regresar a la misma cantidad de establecimientos que existían en 1999 (Jusidman, 2007).
La pobreza y la falta de oportunidades son factores que detonaron una situación complicada en la ciudad. La falta de empleo, si bien no determina, sí conforma un escenario propicio para que actividades ilícitas sean contempladas, además de comportar vulnerabilidad para la cooptación de grupos criminales de personas que no ven un futuro y oportunidades. Ciudad Juárez seguía siendo una ciudad industrial, específicamente una ciudad maquiladora. Este sector ha marcado el ritmo para el desarrollo económico, político y social de la ciudad, lo cual ha generado un impacto positivo y negativo a nivel comunidad. Los tiempos laborales transformaron el rol de la familia y los hijos crecieron en las calles, solitarios y arrinconados por el narcotráfico que une a sus filas a una población cada vez más joven, incluso niños.[29] Los bajos salarios de la industria maquiladora con sus jornadas que abarcan gran parte del día hábil, aunado a la falta de espacios para desarrollar una vida familiar socialmente integrada, repercuten en las familias. Esto, aunado a la falta de políticas públicas eficientes que contrarresten lo anterior, contribuyó al nacimiento de una nueva generación con rumbo incierto.
Esa nueva generación crecía con cierto rencor hacia las personas, lo que, sin duda, ha detonado el desgarramiento del tejido social, donde no se han logrado satisfacer las necesidades fisiológicas, de seguridad, de salud, de aceptación, de estima y de realización para lograr una mejor calidad de vida. La historia de Ciudad Juárez muestra una total incompatibilidad, posiblemente insensible, y una clara incapacidad tanto de los organismos públicos como de los actores privados, para hacer compatibles muchos servicios sociales con la muy elevada participación de las mujeres en el trabajo extradoméstico. Cabe destacar que la industria maquiladora no ha generado los lugares pertinentes en tiempo y espacio para favorecer a los jóvenes y sus familias; el ritmo de trabajo absorbe el tiempo familiar casi en su totalidad.
Sin embargo, es cierto que la industria, a través de la amac, lleva a cabo anualmente torneos deportivos para los trabajadores de la maquiladora como un medio de socialización entre los empleados y sus familias. Pero dichos torneos son ofertados para un pequeño grupo de empleados, por lo que queda fuera la mayor parte. Esos torneos se llevan a cabo los días sábado de cada semana en sus diferentes disciplinas deportivas, tanto en la rama varonil como en la femenil.
En entrevista, Teresa Almada Mireles (2010), directora del Centro de Asesoría y Promoción Juvenil, A. C. y profesora de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, comentó que:
…existe en Ciudad Juárez una situación muy grave de la infancia que tiene que ver con la crisis de la economía del cuidado, la gente está volcada al trabajo, especialmente en la maquiladora. Este ha sido muy intenso tanto para los hombres como para las mujeres, dando como resultado una situación en la que la gente no le alcanza la vida para los hijos. A su vez, no hay por parte de la ciudad ni de los gobiernos municipales y estatales una inversión significativa en términos de atención a la infancia. El Desarrollo Integral de la Familia (dif)[30] maneja programas atrasados, con esquemas punitivos hacia los padres que no cumplen. No hay políticas preventivas frente a las transformaciones y novedosas situaciones que se observen en las familias ni programas de apoyo a estas (comunicación personal, 12 de enero).
Por otro lado, en las mesas de trabajo de los grupos de población que sostiene el Consejo Ciudadano por el Desarrollo Social de Ciudad Juárez,[31] se señalaba que era necesario el desarrollo social, económico e integral de las familias, así como la educación y la cultura. Por otro lado, Jusidman (2007) mencionaba que en Ciudad Juárez se observa cierto abandono por parte de los adultos, para atender y proporcionar cuidado y afecto a la infancia y adolescencia, no solo entre padres sino también con los educadores: profesores, promotores deportivos, catequistas, dinamizadores culturales.
Agregaba que Ciudad Juárez tiene grandes industrias y crecimiento económico, es cierto, pero también que la identifican grandes tugurios y carencias sociales. Los empresarios son parte de la industria globalizada y poseen formación, capacidad e iniciativa. Sin embargo, las familias pobres de Ciudad Juárez carecen de casi todo lo material. La precariedad, la falta de oportunidades, la desesperanza y la pobreza han acumulado con el tiempo un escenario de frustración en miles de familias. Además, hay una ausencia casi total de políticas públicas en la juventud de la ciudad, a pesar de que el 36 % de la población —es decir, 427 508 habitantes— se ubica en un rango de edades entre los 12 y 29 años (Vega, 2003).
El consumo de sustancias entre los jóvenes ha ido acompañado de procesos masivos de abandono familiar, deserción escolar e incorporación temprana al mundo laboral desde condiciones hostiles y de explotación. Por lo tanto, la seguridad en el barrio y la ciudad es un reflejo de lo que pasa en las familias. Los jóvenes reproducen con mayor rigor, a nivel social y comunitario, la violencia que viven en sus hogares (Almada, 2004).
Si en este periodo hubo (o hay) jóvenes que se integran a pandillas (barriales ayer, del crimen organizado hoy) es porque han crecido en el abandono, en la violencia y porque no ha habido para ellos propuestas educativas, deportivas, culturales y de inserción laboral. Todas estas deficiencias se consolidan en las calles de la ciudad y la televisión. Los espacios actuales para la juventud (sin importar estatus social) son los antros,[32] ya que para ellos no existen otras alternativas de entretenimiento. Sin duda, el medio donde se desarrollan los niños, jóvenes y sus familias juega un papel determinante en la formación integral. Una nota del periódico Norte[33] considera que gran parte de las instalaciones deportivas y recreativas, se encuentran en completo abandono. Ni autoridades ni vecinos atienden los lugares de esparcimiento en algunos fraccionamientos. Este deterioro social hace que los menores resulten muy dañados por la situación actual, que pierdan el interés por visitar los lugares de esparcimiento, siendo así más fácil su adhesión al crimen organizado. Si bien la violencia que arrancó desde finales de 2007 provocó un estado de temor impidiendo transitar y hacer uso de los espacios con tranquilidad, otro factor determinante para no hacerlo es la pobreza, que en cifras ascendía a setenta y cinco mil juarenses, según el estudio presentado por El Colegio de México (tabla 5).
En el mejor de los casos han existido esfuerzos de los gobiernos en turno para tratar de solucionar este problema, sin embargo, las estrategias utilizadas no han dado resultados. Desde este esquema son muchos padres que por falta de dinero no inscriben a sus hijos en las escuelas de educación básica. Un entorno con muchas familias con carencias, en donde la falta de opciones hace que estas, y en especial los niños y los jóvenes, se sitúen en una situación de vulnerabilidad ante el impacto del crimen organizado. La falta de oportunidades básicas como el empleo, recibir un salario digno, alimentación, seguridad social, educación, espacios recreativos, áreas deportivas, programas sociales, entre otros, conlleva a las futuras generaciones a sumarse al crimen organizado (Barraza, 2010).
VIOLENCIA Y NARCOTRÁFICO
El crecimiento económico de Ciudad Juárez ha sido impresionante hasta principios del año 2000, pero ha traído consigo problemas demográficos, educativos, urbanos y sociales de gran magnitud — principalmente en la juventud—, ante los cuales los tres niveles de gobierno dieron reflejo de estar desarmados y sin rumbo en dicho contexto. Ciudad Juárez fue catalogada como la ciudad más violenta del mundo, según los medios de información nacional e internacional[34](El Universal, 2010). De los homicidios registrados, la mayor parte de las víctimas fueron jóvenes hombres y mujeres. A la vez, respecto a los victimarios, el Instituto Municipal de Investigación y Planeación (imip) destacó que cada vez más es mayor la proporción de jóvenes, incluso menores de edad, quienes cometieron delitos en Ciudad Juárez. De acuerdo con los datos de incidencia delictiva, el 36.5 % de los victimarios en 2003 fueron menores de edad (imip, 2002).
Las administraciones de gobierno no daban con la fórmula para intervenir de manera pertinente con este problema de enorme dimensión (tabla 6).
La tabla 6 ubica al estado de Chihuahua, en donde más homicidios han ocurrido en los últimos cuatro años, con un total de 10 135 asesinatos. Asimismo, en Ciudad Juárez —hasta ese periodo— ocurrió más del 42 % de los homicidios a nivel nacional. La siguiente tabla nos muestra una relación de las ciudades más violentas del mundo.
Para Ciudad Juárez, el cálculo se realizó con base en los 1362 homicidios dolosos registrados del 1 de enero al 21 de agosto de 2009. Se habían calculado para todo ese año 2293 asesinatos. Sin embargo, su cálculo quedó corto en 364 homicidios, sumando un total de 2657 asesinatos en 2009.
Fueron miles los casos de homicidios que se registraron, sin embargo, cabe señalar un particular punto: la mayor parte de las víctimas y sus victimarios son jóvenes, muchos de ellos menores de edad e incluso niños.
…68 niños habían sido asesinados en las calles de la ciudad, en el 2009, la cifra se incrementó a 120 homicidios, y reportes hasta junio del 2010 indicaban que 49 niños habían muerto, sumando un total de 237 menores asesinados hasta junio del 2010[35] (Corral, 2010: 3A)
Pero el caos se extendía incluso para las generaciones que, afortunadamente, no perdieron la vida. Patrick Sharkey (2010)[36] ha señalado que la violencia afecta la inteligencia de los niños; esto significa ser más consciente del potencial que tiene la violencia de llegar más allá de simplemente las víctimas y de aquellos que presencian un hecho violento, de alcanzar la comunidad y afectar a todos los niños de una comunidad. Esto, sin duda, coincide con los efectos del estrés postraumático. Los resultados sugieren que los niños pueden dejar la carga de la violencia mientras participan en actividades en su comunidad o el colegio. La inseguridad en Ciudad Juárez creció a tal grado que un amplio sector de la población ya no creía en nada ni en nadie —más aún cuando se observa que la propia autoridad encargada de brindar seguridad no rinde los frutos que debería de dar—. Los espacios estaban cooptados por la inseguridad y una ciudad que no genera —o defiende con eficiencia— los mecanismos para el libre esparcimiento repercute en la trayectoria de las generaciones (deportiva, recreativa, educativa y culturalmente).
Uno de los acontecimientos que han marcado a Ciudad Juárez y puesto su mirada a nivel mundial fue la matanza del 30 de enero de 2010 en Villas de Salvárcar, en donde fueron asesinados diecinueve jóvenes, en su mayoría menores de edad. La matanza dio paso a la creación de la estrategia “Todos Somos Juárez”, lanzada en marzo de 2010. Otro de los acontecimientos más dolorosos para Ciudad Juárez fue una nueva masacre ocurrida en Horizontes del Sur el 24 de octubre de 2010, en donde fueron brutalmente asesinados catorce jóvenes cuyas edades comprendían de los 13 a los 30 años de edad. Además, fueron lesionados otros diecisiete jóvenes con heridas considerables. Por su parte, Rossana Reguillo afirmó que:
A la incapacidad total del gobierno en sus distintos niveles para entender que no sólo es producto de la confrontación de grupos criminales, sino de la carencia de una política social que desde mucho tiempo debió aplicarse a esta frontera. Es lamentable, doloroso… que con tan pocos meses de diferencia hayan ocurrido en la misma ciudad dos hechos tan terribles y que el Presidente sólo aparezca en su página de twitter hablando como cualquier otro ciudadano y diciendo que el Gobierno de la República expresa su tristeza y preocupación por estos hechos, nos habla de la incapacidad de mando que tenemos. Evidencia la fallida estrategia y la actuación tan limitada de los mandos estatal y municipal que tienen una mirada miope para ver el problema (citado en Ortega, 2010: 3A).[37]
La violencia no tuvo límites en Ciudad Juárez y algunas escuelas de educación básica fueron acechadas por bandas criminales. Ante el temor de que se pudiera presentar un hecho violento con pérdidas humanas, padres de familia de por lo menos seis escuelas ubicadas al suroriente de la ciudad decidieron no dejar a sus hijos en los planteles escolares. Todo esto tras sufrir amenazas donde se indicaba que las instituciones educativas podrían ser blanco de ataques después de registrarse balaceras al exterior de las escuelas (Corral, 2010). La violencia transgredió la seguridad de los centros educativos, mostrando nuevamente el total fracaso del programa “Todos Somos Juárez”.[38] Por otro lado, y reconociendo que a grupos juveniles el crimen organizado los había cooptado, ante el afán de evitar que miembros jóvenes de pandillas en Chihuahua fueran enrolados como sicarios por el crimen organizado, cientos de ellos participaron en el XII Torneo Interpandillas de Futbol Rápido, organizado por el gobierno municipal de la ciudad de Chihuahua (Martínez, 2010: 7A)
Los gobiernos de los tres niveles, en el mejor de los casos, se esforzaron tratando de buscar estrategias para contrarrestar la ola de violencia; sin embargo, la intención es buena pero no lo suficiente, ya que se necesita un programa integral con una visión a mediano y largo plazos y no solo de periodos gubernamentales.
PROMOCIÓN DE PROGRAMAS POR PARTE DEL ESTADO
Para el año 2010, siendo estrictos ante la realidad vivida, fueron pocos los programas de atención a la niñez en el estado de Chihuahua y, en particular, en Ciudad Juárez. La falta de programas indudablemente contribuyó para que, paulatinamente, los jóvenes se integraran a otro tipo de actividades no productivas como las pandillas y el narcotráfico. Y los programas deportivos para la niñez y la juventud juarenses implementados por los tres niveles de gobierno no lograron tener una capacidad de convocatoria incluyente, motivante y estimulante para los participantes y sus familias. Representantes de las mesas ciudadanas que integran el plan federal de rescate “Todos Somos Juárez”, a través del foro del Congreso Ciudadano, consideraban que los avances anunciados en diversos rubros solo pueden representar una “pirotecnia política”, ya que a un año de que se hicieron los compromisos todavía no se había concretado nada (Ortega, 2011).
Y es que el problema fue mucho más complejo, debido a que se requería trabajar en la raíz del problema, invertir en la niñez, en las futuras generaciones que se convertirán en la sociedad del mañana. En donde la educación, la educación real y sin retórica política es fundamental. Una educación de calidad se consigue a través de una verdadera formación integral con programas de apoyo a la educación básica, espacios de convivencia, instalaciones deportivas y recreativas dignas de los juarenses, actividades extraescolares, promoción de valores, fortalecimiento familiar, todos ellos fomentando las bases para formar un proyecto de vida.
Marco Antonio Castillo, director general de la asociación civil grupo Ceiba de Guatemala, consideraba que los programas dirigidos a los jóvenes en situación de vulnerabilidad deben tener una perspectiva integral, mediante la cual la capacitación técnica sea el gancho y, sobre todo, el eje central humano que descubra la identidad de sus personas; para ello, afirma que:
El éxito de un programa en Ciudad Juárez como el implementado en Guatemala y Colombia, debe ofrecer un modelo de capacitación y educativo para su desarrollo humano que reduzca la violencia personal producto de la experiencia personal y la violencia social estructural[39] (Martínez, 2010: 2B).
En coincidencia con lo anterior, la solución sugiere que hay que trabajar desde la raíz, desde la estructura infantil y con esquemas de programas estructurales que desarrollen las habilidades y las competencias de los niños, para que el día de mañana se pueda formar una sociedad diferente desde la cobertura de la paz, la convivencia y la armonía de la vida.
INSTALACIONES PARA LA IMPLEMENTACIÓN DE PROGRAMAS
Lo anterior ratificaba la necesidad imperiosa de favorecer a la niñez y la juventud juarenses con programas complementarios a la educación formal, que verdaderamente contribuyeran en una educación de calidad e integradora.
Pese a que el discurso, durante los tres últimos años, el gobierno lo ubicó como una de sus prioridades para recuperar el tejido social en nuestra frontera, la realidad indica lo contrario. La promoción y apoyo al deporte fueron relegados por parte de las autoridades municipales durante los últimos tres años, de acuerdo con un análisis de los Presupuestos de Egresos de 2008 a 2010 (Flores y Villa, 2011).
Además del poco presupuesto asignado a esta importante y vital área, en entrevista el profesor Francisco Torres[40] consideró que:
Es muy importante que las autoridades tomen en cuenta los perfiles de quienes dirigen las áreas tan importantes para el desarrollo social como la Dirección del Deporte. El deporte forma hombres con valores, hay que estar conscientes de esto, sobre todo en estos momentos que la crisis de inseguridad ha trastocado nuestra forma de vida en Juárez. Sin embargo, no existe ni infraestructura, ni apoyo, ni recursos, son muy pobres y uno de los problemas que yo he detectado desde hace muchos años, es que los alcaldes han venido acomodando a sus amigos o compadres en esa Dirección, personas que no conocen el deporte, y que no entienden integralmente (Flores y Villa, 2011: 4A).[41]
La Dirección General del Deporte es una de las instituciones que debería tener mayor impacto social en la comunidad, ya que a través del deporte se podría vincular y complementar el desarrollo íntegro de los y las ciudadanas. A pesar de su esfuerzo se requieren más programas del gobierno que favorezcan la socialización sana y masiva; además, las áreas destinadas a este rubro están abandonadas, coinciden la mayoría de los diagnósticos elaborados por especialistas (Ortega, 2011). No obstante que el deporte es considerado como una práctica social indispensable para el desarrollo humano, diagnósticos al respecto por parte de El Colegio de la Frontera Norte (colef), la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (uacj), el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) y organismos sociales dedicados al tema exponen que:
La situación actual en nuestra ciudad es precaria, mal enfocada, y en la mayoría de los casos presenta escasa disponibilidad de infraestructura operativa y de aspectos funcionales que afectan la promoción, difusión y organización de la práctica deportiva. En Juárez encontramos una gran cantidad de espacios destinados a la práctica del deporte, pero, el problema es que “dichos espacios” no están equipados o acondicionados para su uso eficiente. En términos generales, aunado al problema de infraestructura, hay una carencia de programas que favorezcan la socialización sana y masiva, pues la mayoría de los deportes populares se encuentran asociados culturalmente al consumo de alcohol, lo que no favorece una convivencia sana y constructiva, encaminada a valores tales como la comunicación entre pares y la generación que nos lleva a una construcción social con valores. Existen varios predios particulares baldíos que se han improvisado como campos llaneros por parte de las ligas y asociaciones deportivas, recurso temporal que aminora el déficit existente, aunque no lo resuelve precario y mal enfocado apoyo al deporte (Flores y Villa, 2011: 4A).
Se constata que los estudios enfatizan que en Ciudad Juárez existen pocos programas de fomento deportivo planificados a mediano y largo plazos, que trasciendan las administraciones y que verdaderamente consigan un impacto en la sociedad.
Además, se destaca que los programas no están articulados entre sí ni cuentan con sistemas adecuados de diagnóstico, seguimiento y evaluación que les permitan planificar estrategias encaminadas a la eficiencia y la calidad, especialmente los dirigidos a grupos vulnerables. Los responsables de dirigir el fomento al deporte requieren de un plan bien estructurado encaminado a la profesionalización de su personal, además de señalar que la infraestructura y recursos financieros destinados al deporte son insuficientes para responder a la demanda de una sociedad con altos índices de crecimiento demográfico y con una imperante necesidad de espacios y programas deportivos.
Aunado a lo anterior, también se destaca la falta de coordinación entre los clubes, gimnasios y escuelas deportivas privados con las instancias de gobierno, para el impulso conjunto del deporte con metas claras de incidir en la salud, tanto física como mental, y desde las necesidades de una construcción social libre de violencia.
En el mismo sentido, el Plan Estatal de Desarrollo 2004-2010 publicó un diagnóstico en el que enumeraba las múltiples deficiencias en el ámbito deportivo en los principales municipios de la entidad, como Ciudad Juárez, y que planteaban estrategias a seguir para mejorar la situación, las condiciones que enfrenta el deporte local en donde, en el periodo, no solo no habían mejorado, sino que presentan un marcado retroceso (Ortega, 2011).
En el documento se reconocía la carencia de programas de recreación e integración familiar con base en la activación física y se exponía que, en general, las asociaciones deportivas estatales presentan una problemática que se vincula con esquemas de organización, profesionalización, infraestructura, financiamiento y autogeneración de recursos, y en el caso de las escuelas deportivas privadas ha faltado coordinación con las instancias de fomento estatal, para ampliar los impactos favorables en diferentes disciplinas del deporte.
En el año 2011, la Dirección General del Deporte[42] lanza el programa denominado Escuela de Educación Deportiva Integral (eedi), donde se buscaba dar seguimiento a las promesas deportivas y darles una buena preparación en el deporte en donde más pudieran sobresalir. Asimismo, se enfocaba al deporte popular y buscaba ser llevado a cabo en escuelas de educación básica.
Los datos mostraban que casi el 90 % de la población infantil en edad preescolar asiste a planteles escolares públicos de la comunidad de Ciudad Juárez. La grave carencia de espacios físicos y recreativos en las escuelas primarias limita de manera considerable el desarrollo integral del niño, ya que las actividades físicas y deportivas en edad escolar juegan un papel determinante en su desarrollo.
La distribución de asociaciones generales de educación básica se representa en la siguiente figura:
En lo que respecta a la educación básica están las escuelas secundarias, las cuales se ocupan de la impartición de conocimientos generales a los alumnos egresados de la educación primaria.
En el periodo, existían en Ciudad Juárez 821 aulas en escuelas secundarias, de las cuales 404 corresponden a secundaria general y 417 a secundaria técnica. De acuerdo a los datos del inegi, la población en edad escolar es de 76 454, el 5.10 % de la población total (imip, 2010). La matrícula del periodo 2008-2009 suma un total de 62 924, de la cual se estima que, aproximadamente, el 9 % de la matrícula es atendida por el sector privado.
Fuente: imip, 2010.
Se calcula que existe un déficit de 454 espacios para secundaria general y un superávit de 24 aulas en escuelas técnicas, lo cual arroja un déficit global de 431 salones de clases para este nivel educativo. Dentro de los espacios de recreación, se encontraban parques en sus distintas escalas, ya que están diseñados para que el ciudadano satisfaga su necesidad de esparcimiento, recreación y salud física y mental en un espacio que le permita el contacto con la naturaleza y su interacción con el medio que lo rodea. Otros equipamientos destinados a la recreación considerados dentro del concepto de parque y jardín público son las plazas cívicas (imip, 2010). Así, los parques están clasificados de la siguiente forma:
Jardín público: espacio de área verde cuyas alternativas de uso son de ornato en la trama urbana o de actividades básicas de ocio para vecinos del lugar.
Parque vecinal: área acondicionada y delimitada para la recreación destinada al paseo, descanso y convivencia de la población local.
Parque barrial: espacio abierto de servicio a la población en general para el paseo, descanso y convivencia, que además cuenta eventualmente con espacios deportivos no reglamentarios.
Parque distrital: zona abierta de servicio a la población en general integrado con áreas verdes, de descanso, de juego, de recreación infantil, deportivas no reglamentarias y, eventualmente, instalaciones de tipo cultural.
Parque urbano: superficie de área verde que por su gran extensión cuenta con áreas diferenciadas de uso y que ofrece posibilidades para paseo, descanso, recreación y convivencia.
Así también, la relación de parques y requerimientos al año 2009 es la siguiente
Además, cabe subrayar que los parques son espacios que se pueden aprovechar para llevar a cabo programas deportivos orientados al desarrollo de habilidades de las personas, los cuales, además de conocer y desarrollar sus propios dominios, les ayudan a ocupar su tiempo libre de una manera sana, divertida, alegre, desarrollando así un estilo de vida activo.
Podemos observar que una parte considerable de la ciudad contaba con áreas para el disfrute tanto de la actividad física como recreativa; sin embargo, estas presentaban falta de apoyo en cuanto a infraestructura y programas, de tal forma que algunas de ellas se encontraban en completo abandono por parte de las autoridades.
Dentro de los espacios deportivos tenemos el rubro de los gimnasios municipales, los cuales son los siguientes:
Tenemos también los gimnasios de las escuelas de educación media superior y de las universidades.
Los gimnasios antes mencionados cuentan también con instalaciones de usos múltiples, tales como canchas de tenis, voleibol de playa, futbol rápido, corredor deportivo, alberca, campo de beisbol, futbol americano, y áreas verdes.
Otro de los rubros son los estadios, tanto municipales, estatales, universitarios y privados.
Asimismo, dentro del ámbito privado actualmente existen seis ligas de beisbol infantil en la localidad, que se encargan de promover el deporte como parte de la formación integral del niño, las cuales son las siguientes:
De las cuales las que tienen mayor demanda son las ligas Villahermosa y Niños Héroes. Las edades de los niños oscilan entre los 4 y los 14 años de edad en todas sus categorías.
En cuanto a la disciplina del futbol soccer, un deporte ampliamente practicado en la actualidad por los juarenses en sus diferentes categorías, respecto de las ligas infantiles para la promoción y desarrollo del futbol, se cuenta con las siguientes ligas o asociaciones:
De igual forma, las categorías van desde la U6[43] hasta la U14.[44] Niños desde 4 hasta 14 años de edad. Cabe resaltar que la mayoría de las escuelas particulares cuentan con actividades extraescolares, sin embargo, estas tienen un costo extra, en ocasiones muy elevado y donde no todos los niños tienen acceso. Dentro del rubro de los clubes privados en la ciudad tenemos los siguientes:
Los clubes deportivos antes mencionados cuentan con: alberca, canchas de raquetbol, basquetbol y voleibol, áreas verdes, vapor, gimnasio, campo de golf, polo, tiro con arco, entre otras actividades recreativas.
Dentro de las actividades deportivas y recreativas acuáticas, se contaba con la siguiente infraestructura:
Dichas actividades se ofertan al público únicamente en los meses de verano, teniendo una gran aceptación por muchas de las familias juarenses.
También están los gimnasios para el mejoramiento físico y de la salud; algunos de los más emblemáticos y con gran demanda por parte de la población son los siguientes:
CONSIDERACIONES FINALES
Este recorrido por el deporte y el contexto social en Ciudad Juárez nos brinda una visión en cuanto a instalaciones, planes y programas de actividad física y salud, parte fundamental en la completa formación del ser humano. Las múltiples bondades que ofrece el ejercicio físico organizado en sus múltiples facetas tienen un impacto benéfico, tanto a nivel individual como social. Sin embargo, el inicio y la primera década del siglo XXI fue difícil y con rezagos de visión en la promoción deportiva. La violencia no fue la primera situación que alejaba a los jóvenes de los espacios y la práctica deportiva o recreativa. Víctor Quintana (Ramírez, 2010: 7A)[45] consideraba que los problemas que se vivían a finales de esa primera década eran producto del descuido que se le dio a los niños y jóvenes, lo cual se reflejaba en los altos índices de violencia juvenil que se han incrementado en los últimos años. En aquel periodo se señalaba como de vital importancia la implementación de proyectos de naturaleza integradora, un intervenir y prevenir en las futuras generaciones de Ciudad Juárez con el firme propósito de transformar esa realidad social. Se demandaba una política conjuntamente entre gobierno y sociedad, ya que los lugares donde se podían desarrollar dichos proyectos se encontraban en un completo abandono (Barraza, 2010).
Los espacios e infraestructura limitada, o abandonada y vandalizada, recortes presupuestales al exiguo apoyo al deporte local, estudiantil y popular, una sociedad con limitada cultura física y que no (re)conoce el papel de los (también) profesionales de la salud —educación, entrenamiento y rehabilitación física, y nutrición— son y han sido también los ingredientes de un caldo de cultivo que vulnera la ciudad (la región y el país) ante fuerzas como las del crimen organizado, situación que Ciudad Juárez tiene aún presente en su memoria y en muchas de sus calles y lugares.
Existieron iniciativas para incidir positivamente en las generaciones jóvenes y personas adultas. Iniciativas previas y en el momento más álgido de la violencia por parte de organizaciones de la sociedad civil, empresarios, asociación de padres de familia, organismos promotores de valores, asociaciones juveniles e instituciones de educación media y superior. Como también situaciones dignas de análisis —por separado, incluso— como el caso del equipo de futbol de la Primera División ya desaparecido, los Indios de Ciudad Juárez, y su impacto en el contexto violento de la ciudad. En el caso de la uacj, con mayores ánimos, para el año 2010 continuó con la visión de un proyecto integrador a través de las actividades educativas no formales, con el firme propósito de coadyuvar en la formación completa de los niños y jóvenes desde la concepción “mente sana en cuerpo sano”. Tal es el caso del Campamento de Verano, que se ha instrumentado desde 2007 y donde se han atendido en cada edición un promedio de más de cuatrocientas niñas y niños en edades de los 4 a los 14 años de la comunidad fronteriza (Juárez et al., 2010). Y otras iniciativas posteriores con otras situaciones sociales, políticas y educativas en Ciudad Juárez y en municipios del estado de Chihuahua. Pero ello es otra —articulada— historia.
Como la gran mayoría de las ciudades con gran movimiento, Ciudad Juárez ha sido un escenario para la práctica deportiva y con una cultura física significativa por parte de los/las habitantes, y en algunos momentos por las instituciones. Lamentablemente, como en diversos espacios del país, el deporte y la actividad física significan más en los discursos que en los hechos y, en el mejor de los casos, se carece de una visión integral que realmente haga valer que el deporte es un quehacer que impulsa el desarrollo social de los pueblos.
Así, pensar en una cultura física es hacerlo de una manera integral, no únicamente en las personas que se activan físicamente y que practican alguna disciplina deportiva, sino también es pensar qué hay en el contexto social en donde esto se supone que se realiza o se debe realizar. Es considerar qué se hace desde la familia, pero también qué hacen o dejan de hacer las instituciones públicas, desde lo que conocemos como políticas públicas. Estas no solo en materia deportiva, pues el deporte no es una esfera particular, sino también en materia de cultura recreativa, de salud y de visión que se tiene en la educación. Un país que limita, por ejemplo, las sesiones de educación física en la educación básica refleja la importancia que concede a lo anterior. Son muchos y de gran relevancia los retos educativos del siglo XXI. Pero uno de los elementos indispensables para la transformación del tejido social en México, y particularmente en Ciudad Juárez, es la educación. Nuestro sistema educativo presenta niveles inaceptables para el ofrecimiento de una formación integral para niños y jóvenes, que les permita enfrentar con éxito los enormes retos que plantea el mundo actual. La educación es la clave para el desarrollo social y económico de los pueblos. La educación formal es indispensable en la formación de las personas, pero también la informal y no formal, estas últimas dos corresponden en responsabilidad tanto a las familias, al deporte, a los medios de comunicación y a las políticas culturales. Si el deporte es el reflejo de la sociedad en que se vive, mirar y atender la promoción deportiva como un bien social es entender a la sociedad de una forma integral, multidimensional. ¿Qué sucedió entonces, qué de la promoción deportiva, la actividad y recreación física, los motivantes encuentros deportivos y familiares en una ciudad?, ¿llegamos a estar en un Estado flagelado por la violencia, ajeno a las necesidades de los infantes y la juventud, la crisis financiera, la desolación y desconfianza en calles y colonias, y desde políticas públicas de “rescate”, la atención y consideración a los y las infantes y jóvenes…?
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Notas