Artículos de investigación
Croquis paradigmático de la Teoría de la Modernización. Una perspectiva desde la economía del desarrollo
Paradigmatic sketch of modernization theory. A perspective from the theory of development
AD-GNOSIS
Corporación Universitaria Americana, Colombia
ISSN: 2344-7516
ISSN-e: 2745-1364
Periodicidad: Anual
vol. 11, núm. 11, 2022
Recepción: 05 Mayo 2022
Aprobación: 08 Junio 2022
Resumen: Este artículo pretende analizar el concepto de modernización entendido como el cierre de la brecha entre tradición y modernidad, buscando imitar a los países industrializados. Los autores más destacados que abordan esta temática son Walt Rostow (etapas del crecimiento), Talcott Parsons (acción social), Arthur Lewis (dualismo) y Simon Kuznets (estructura del capitalismo). Basados en estas fuentes, se evaluarán las etapas del crecimiento que son impactadas por la inversión-ahorro, el Tricle-down y la Ü invertida de Kuznets. Por limitaciones de espacio, otros pioneros se proponen al final para continuar con una investigación formativa.
Palabras clave: Etapas de crecimiento, Tricle-down, Dualismo, Ü invertida, Pobreza.
Abstract: This article aims to analyze the concept of modernization understood as the closing of the gap between tradition and modernity, seeking to imitate the industrialized countries. The most prominent authors who study this topic are Walt Rostow (stages of growth), Talcott Parsons (social action), Arthur Lewis (dualism) and Simon Kuznets (structure of capitalism). Based in these authors, it is evaluated by the growth stages are impacted by the investment-saving, the Tricle-down and the reversed Ü of Kuznets. Due to limitations of space, other pioneers are proposed at the end to continue with a formative research.
Keywords: Growth stages, Tricle-down, Dualism, Ü inverted, Poverty.
Introducción
La Teoría de la Modernización es una propuesta de intelectuales como Talcott Parson, Walt W. Rostow, Arthur Lewis, Simon Kuznets para enfrentar el comunismo a partir de la década de 1960, pues consideraban que la modernización y el crecimiento económico podrían generar desarrollo y evitar que países cayeran en la órbita de la distopía marxista. Es un aporte válido para su época, pero dista del paradigma del desarrollo sostenible, la termoeconomía y de la economía circular del siglo XXI.
Objetivo
El objetivo de este artículo es explicar las premisas y aportes fundamentales de las Teorías de la Modernización (1940-1970) como las etapas del crecimiento, la inversión-ahorro que impacta el crecimiento económico, el Tricle-down y la Ü invertida de Kuznets.
Metodología
Fundamentalmente, se hizo una revisión bibliográfica de los principales autores y sus obras (acudiendo a la fuente primaria en la Biblioteca Luis Ángel Arango) que contribuyeron a construir la Teoría de la Modernización.
1.1 Definición del paradigma modernizador
La Teoría de la Modernización es la respuesta a una batalla ideológica entre el capitalismo occidental y el comunismo que procuraban la lealtad de los países del tercer mundo ante el fracaso por insertar las economías al sistema global; en particular, es el revés o descalabro del modelo de sustitución de importaciones por producción interna, mientras el comunismo era un modelo que ofrecía eficacia y rapidez (Subgerencia Cultural del Banco de la República, 2015).
La Teoría de la Modernización tiene una herencia darwinista; en una analogía de la evolución biológica (simple a complejo), la evolución social es un paso de lo tradicional a lo moderno, es decir, se procura imitar a las sociedades más desarrollada en una visión lineal del proceso modernizante. Esta teoría plantea dos tipos de sociedades: tradicional y moderna. La sociedad tradicional presenta una dinámica social de relaciones interpersonales con enlaces emocionales, un elevado componente religioso, la población se concentra en áreas rurales y la economía se basa en fuentes agrarias y de productos primarios; por ende, todo lo anterior impide el desarrollo de un mercado capitalista.
La sociedad moderna establece relaciones de tipo impersonal y carácter neutro; para alcanzar la industrialización se requiere un cambio en valores y estructuras sociales desde la familia hasta el Estado, que debe ser fuerte y estable. Sus críticos se quejaron de su mirada eurocentrista; y Samuel Huntington predijo que los gobiernos autocráticos se establecerían como ocurrió en América Latina en los años 60 del siglo XX, con excepción de Colombia.
El profesor Alvin So analiza que la Teoría de la Modernización aparece en medio de tres acontecimientos históricos:
Surgimiento de Estados Unidos como potencia después de la Segunda Guerra Mundial e implementación del Plan Marshall que reconstruyó Europa. Según el planteamiento de George Kennan de contención y prioridad, se benefició a los países asiáticos como Taiwán, Japón y Corea del Sur sobre países de América Latina.
Fortalecimiento de la Unión Soviética y construcción de la Cortina de Hierro en Europa del Este
Desintegración de imperios coloniales en Asia, África y América Latina.
La modernización es un proceso socio-económico de industrialización y tecnificación cuyo fin es la modernidad. Se inicia con la asunción de Estados Unidos como primera potencia mundial, el fortalecimiento del fordismo que traspasa fronteras, provocando capitalismo en Europa y Japón. Sus características principales son:
Diferenciación de la estructura política (complejidad social)
Secularización de la cultura política (democratización)
Aumento de la capacidad del sistema político de una sociedad (burocratización)
Promoción de prácticas de acumulación capitalista (crecimiento y auto-dependencia)
Promoción de prácticas de acumulación capitalista (crecimiento y auto-dependencia)
La modernización conduce a las sociedades tradicionales a cambios en la urbanización, industrialización, racionalidad, diferenciación social, educación, extensión de medios de comunicación, desarrollo político, entre otros aspectos.
El profesor de Ciencias Políticas Samuel Huntington, citado por Bula (1994), resume en nueve las características del proceso de modernización: revolucionario, complejo, sistémico, global, lento, diversas fases, homogeneizador, irreversible, progresivo.
En Estados Unidos, la investigación académica fue apoyada por el gobierno y por agencias privadas a fin de que interpretaran la realidad del Tercer Mundo y elaborarán un marco teórico que mostrará la vía de desarrollo requerida para mejorar su situación económica, social y política (Bula, 1994, p. 71).
Los principales supuestos de la Teoría de la Modernización se basan fundamentalmente en concebir a la modernización como un proceso que se realiza a través de fases (Reyes, 2007). De conformidad con la teoría del desarrollo económico de Rostow, para una sociedad en particular existen cinco etapas. Resumiéndolas, serían: (i) la sociedad tradicional; (ii) precondición para el despegue; (iii) el proceso de despegue; (iv) el camino hacia la madurez; y (iv) una sociedad de alto consumo masivo.
Estas etapas fueron planteadas en la creación de la Alianza para el Progreso de Punta del Este (Uruguay) en 1960 con el propósito de evitar gobiernos comunistas en América Latina. La idea central era que si los países necesitaban inversión, esta se les podría facilitar en términos de ayuda en capital, tecnología y experiencia. Después de dicha conferencia, cuya cosmovisión se extendió a América Latina, este continente propondría la Teoría de la Dependencia, entre cuyos autores estaban Andre Gunder Frank, Raúl Prebisch, Celso Furtado, Theotonio Dos Santos, Ruy Mauro Marini y Fernando Henrique Cardoso.
1.2 Alteraciones y transformaciones conceptuales
Se han realizado críticas a la Teoría de la Modernización. Por ejemplo, es fundamental la existencia de una élite empresarial capaz de enfrentar problemas; la diferencia entre lo tradicional y lo moderno es una simplificación burda porque no son caracteres mutuamente excluyentes; igualmente, se requieren cambios políticos; además, se deben tener en cuenta las particularidades de las sociedades como la cultura y sus valores propios. Todos estos argumentos son una crítica a la linealidad y el occidentalismo del paradigma.
En el siglo XX, la Teoría de la Modernización se puede referenciar con Immanuel Wallerstein y su sistema-mundo que determina la tendencia a la globalización sin haber resuelto las desigualdades y riesgos sociales. Muchas de estas explicaciones son asumidas por movimientos antiglobalización y ecologistas, y derivan en tesis agresivas contra el capitalismo en manos de Michael Hardt o Antonio Negri. En el siglo XXI, en la denominada postmodernidad o modernidad reflexiva, sociólogos como Ulrich Beck plantean problemas a la modernidad contemporánea como crisis del trabajo, crisis ecológica, feminismo, y piden el fin del neoliberalismo y hasta del capitalismo.
Así, frente al derrumbe del orden mundial Este-Oeste ha habido intentos ocultos, pero cuasi triunfantes para renovar las pretensiones de la condenada Iluminación europea. Además, como lo expresa Beck, los peligros de la sociedad industrial dominan el debate y los conflictos públicos, políticos y privados; la sociedad industrial se ve y se critica como sociedad de riesgo. Ya no es posible pensar en modelos de crecimiento lineal; hay una crisis institucional de la sociedad industrial, entonces, es necesario repensar la sociedad para que se vuelva reflexiva (1999, p. 32).
Con el fin de evaluar la Teoría de la Modernización, a continuación, se sintetizarán los aportes de Walt Whitman Rostow, Talcott Parsons, Wiliam Arthur Lewis y Simon Kuznets.
1.3 Aportes de Walt Whitman Rostow
Rostow fue un economista y político estadounidense (1916-2003), referenciado por su oposición al comunismo y convencido de la eficacia del capitalismo y la libre empresa. Fue profesor de Harvard, historiador económico, miembro del brain-trust[2]del presidente Kennedy. En 1960, colaboró con la campaña presidencial del entonces senador John F. Kennedy, destacando su habilidad para convertir conceptos académicos rigurosos en términos accesibles para el electorado no instruido en temas político-económicos; suyos fueron lemas como Hagamos que el país se ponga en marcha, . la nueva frontera, la década del desarrollo.
A comienzos de 1961, el presidente Kennedy lo nombró número dos del Consejo de Seguridad Nacional (después Lyndon Johnson lo escogió como su consejero de Seguridad Nacional: 1966-1969), y a finales de ese año fue designado presidente del Consejo de Planificación Política, principal apoyo estratégico del Departamento de Estado. Entre 1964 y 1966, Rostow sirvió como miembro del Comité Interamericano de la Alianza para el Progreso con rango de Embajador. Fue un académico que mezcló sus actividades universitarias y de escritor con labores políticas de alto nivel.
Aunque aparece como el creador de una corriente que busca explicar las transformaciones económicas de largo plazo con argumentos capitalistas, para enfrentar al marxismo, el origen de su pensamiento se basa en la escuela histórica alemana. No obstante, como lo expresa Gutiérrez (2004: 295), la producción académica escrita de Rostow no sólo es de gran trascendencia en el ámbito de la historia económica, sino también en el del desarrollo económico, los sectores líderes, el desarrollo tecnológico y el crecimiento demográfico. Cabe destacar que, su concepto central es Etapas del crecimiento económico, tema sobre el cual publicó artículos y libros.
1.3.1 Contribución a la historia económica
El objetivo de la obra rostoniana -según sus palabras en introducciones de sus libros- es aplicar la teoría económica a la historia económica, y entender las interrelaciones que tienen las fuerzas económicas con otras ideologías, ya sean sociales, políticas, culturales, que están presentes en las sociedades. Un ejemplo de este aporte es su trabajo La economía británica en el siglo XIX, el cual contiene ensayos sobre los ciclos económicos, las tendencias de largo plazo como los ciclos Kondratieff, y la vinculación entre las fuerzas sociales, políticas y económicas.
Rostow consideraba que la unidad óptima para el estudio de la historia económica no era la nación, sino el área comercial formada por diferentes países, de manera que la macroeconomía convencional le haya parecido limitada. Por esta razón, elaboró una matriz que le facilitase analizar algo más allá de lo que permiten las teorías monetaria y keynesiana; en el mencionado molde incluyó aspectos que no estaban explicados por la teoría económica como la innovación o invención.
En la década de los cincuenta del siglo XX, los temas relacionados con la innovación eran demasiado vagos para los economistas que se preocupaban por cuantificarlos mediante ecuaciones y modelos; eran una quimera. Fue el Premio Nobel Robert Solow el primero que obtuvo y alcanzó capturar estas preocupaciones en un modelo de crecimiento económico que publicó en 1957, y en el que asocia el progreso técnico con la función de producción agregada.
Sin apartarnos del tema, el modelo de crecimiento económico de Solow es de largo plazo y explica cómo las variables inciden en el crecimiento, cuyo factor clave es el progreso técnico que determina el salario real; es un modelo dinámico donde el ahorro desempeña un papel sobresaliente, y la innovación tecnológica contrarresta los rendimientos decrecientes, aún con una cantidad fija de capital y trabajo. Como el incremento de la desigualdad es un efecto no deseado del crecimiento económico, esta se puede contrarrestar con la inversión en capital humano.
De todas formas, vale la pena resaltar que el mayor aporte rostoniano es la teoría de las etapas del crecimiento que se analizarán a continuación, previo análisis de antecedentes.
1.3.2 Antecedentes de la teoría de las etapas del crecimiento
Las etapas del crecimiento económico son una contribución fundamental de la teoría de Rostow y, aunque nunca lo mencionó, el origen evolucionista de su hipótesis o conjetura es la escuela histórica alemana, la cual le sirvió para enfrentar las etapas del marxismo.
Como lo anota Brue y Grant (2009), dicha escuela surgió a partir de 1840 con las publicaciones de Friedrich List y Wilhelm Roscher, y terminó en 1917, cuando murió Gustav Schmoller (p. 195). Los cuatro principios básicos en el pensamiento de los economistas históricos alemanes eran: enfoque evolucionista de la economía, énfasis en el papel positivo del gobierno, enfoque histórico/inductivo para generalizar en leyes del desarrollo y defensa de la reserva conservadora.
Hoseltiz señala que entre los economistas que desarrollaron las teorías de las etapas económicas, se han destacado algunos pertenecientes a esta escuela. Luego, continúa explicando que el modelo de las etapas fue expuesto por varios economistas de ese país en el siglo XIX, particularmente, Friedrich List, Bruno Hildebrand, Karl Bücher, Gustav Schomeller y Werner Sombart (Hoseltiz, 1964, pp. 289-291). El objetivo de estos autores era tratar de descubrir las leyes de desarrollo de las economías nacionales, aunque diferían en los métodos a utilizar para el descubrimiento de esas leyes, y en la esperanza de que tales normas o preceptos pudieran expresarse con algún grado de precisión.
Al valorar el papel asignado a las leyes de la evolución económica, pueden distinguirse tres enfoques que pueden vislumbrarse de las varias interpretaciones del progreso humano en los escritos de los filósofos del siglo XVII y XVIII:
El principio de la evolución económica como análogo a la vida orgánica, planteado por Wilhelm Roscher, las economías crecen, maduran y decaen.
El desarrollo económico es un aspecto de la tendencia general del progreso de la cultura humana, sugerido por Karl Knies.
El crecimiento económico realizado es la sucesión de etapas cada vez más elevadas de organización económica, esbozado por Bruno Hildebrand.
A manera de ejemplo, citados por Hoselitz (1964, pp. 296 y 314), el examen detallado de la clasificación de List establece cinco etapas: a) la salvaje, b) la pastoral, c) la agrícola, d) la agrícola y manufacturera, e) la agrícola, manufacturera y comercial. Pero la teoría de las etapas económicas más popular y discutida es la elaborada por Karl Bücher, quien propone tres etapas: a) economía casera o doméstica independiente, b) economía de la ciudad, c) economía nacional.
Desde otra mirada, se puede observar que Marx presentó cuatro etapas: sociedad medieval, capitalismo, socialismo y comunismo. Entonces, la teoría de Rostow es una respuesta a lo planteado por Marx.
1.3.3 Contribución a la teoría del desarrollo económico
En los años 50 del siglo XX, Rostow acometió la teoría del desarrollo económico en la época en que el desarrollo se asimilaba al crecimiento económico. En ese momento, se concretó una teoría dinámica del crecimiento de la economía mundial, la cual obligaba a Estados Unidos a enfrentar al bloque socialista con una posición sobre el proceso de modernización en el mundo en desarrollo. Rostow pretendió esclarecer e interpretar, mediante una alternativa de largo plazo, el proceso de desarrollo que había propuesto Karl Marx en el siglo XIX e, incluso, dilucidar la obra de Joseph Schumpeter, Capitalismo, socialismo y democracia.
En relación con Marx, este filósofo y economista alemán posicionó la lucha de clases como el eje de la evolución del sistema capitalista, que atravesaba la historia desde la sociedad feudal hasta el comunismo, franqueado por el capitalismo y el socialismo. La lucha de clases es un concepto que explica la existencia de conflictos sociales como el resultado de antagonismo inherente a toda sociedad políticamente organizada entre los intereses de diferentes sectores o clases sociales. Marx dice que las decisiones de una sociedad son simplemente una función del que tiene la propiedad.
Por su parte, Schumpeter -quien de joven no había estado de acuerdo con el concepto de Marx sobre el materialismo histórico-, al final de su vida, consideró que el poder de las grandes empresas orientaría o encaminará progresivamente al corporativismo y al domino de grandes conglomerados, bajo el modelo de competencia imperfecta, con estructuras oligopólicas o monopólicas. De esta forma, el capitalismo claudicaría y su destrucción permitiría la construcción de un mundo más igualitario desde un régimen democrático. En síntesis, además de la destrucción creativa y de la teoría de los ciclos, existe un pesimismo sobre el capitalismo por parte del autor mencionado.
De otra parte, Rostow analiza los planteamientos de Marx y Schumpeter con reserva, afirmando que no debe observarse la historia con una perspectiva fatalista, ya que esta no puede escribirse únicamente a partir de la lucha de los opuestos. Él asevera que el capitalismo es la forma de organización menos imperfecta, y que como organización económica-social está designada o propuesta para generar beneficios crecientes en el largo plazo.
Son dos los libros que sintetizan el pensamiento rostoniano sobre crecimiento: Las etapas del crecimiento económico (1961) y El proceso de crecimiento económico (1967). A estas obras, se le adiciona la visión del crecimiento económico y su relación con la revolución científica.
1.3.3.1 Etapas del crecimiento económico
En Las etapas del crecimiento económico (1960), se afirma que el subdesarrollo es sólo una fase precursora del desarrollo, pues todos los países desarrollados de la actualidad en el pasado eran subdesarrollados; además, la ubicación geográfica de cada uno, o el momento de inicio de las etapas, no tendría ninguna influencia en la capacidad de una nación para franquearlas o atravesarlas con éxito y alcanzar el desarrollo.
Rostow propone una concepción de la historia moderna que podría reemplazar la teoría marxista (1960, pp. 57-70), sosteniendo que todas las sociedades atravesarían cinco fases que pueden sintetizarse de la siguiente manera:
Sociedad tradicional. La producción aumenta en función del mayor consumo de factores productivos o de insumos, pero sin el incremento de la productividad total de los factores. Es un tipo de sociedad prenewtoniana que carece de desarrollos científicos y tecnológicos donde la innovación es esporádica y desarticulada, de manera que su aporte al mejoramiento de la condición de vida de los ciudadanos es casi nulo; o en algunos casos, no se aplican las posibilidades de la ciencia en la producción
En esta etapa, hay producción para el consumo propio y el trueque. Ejemplo de este tipo de sociedades son las dinastías en China, las civilizaciones de Mesoriente y el Mediterráneo, la Europa medieval, donde la organización política es jerárquica y se carece de leyes reguladoras de la propiedad.
Condiciones previas al impulso. Etapa de transición que aumenta la especialización del trabajo y el excedente económico. En este trayecto son importantes elementos que antes pasaban desapercibidos, pero que tienen un papel fundamental en el crecimiento económico como la dignidad nacional, el bienestar general, la educación, el espíritu empresarial, el ahorro, la asunción del riesgo, la expansión del comercio y utilización de nuevos métodos de producción en las empresas manufactureras
No obstante, existe una baja productividad, y el ritmo es muy lento, debido a unos valores anticuados y por instituciones políticas que no tienen carácter nacional. Sin embargo, el mayor avance que se produce es de tipo político por la construcción de un Estado fundado con elementos nacionalistas que se oponen a la captura del Estado por grupos tradicionales respecto a la posesión de la tierra.
Ejemplo de estas sociedades en proceso de transición es la Europa occidental entre finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII, unos años antes de la Revolución Industrial, la cual se inició en la segunda mitad del siglo XVIII. Fue una fase de las mayores transformaciones económicas, sociales y tecnológicas que se hubiese tenido noticia desde el neolítico, ocurrida en el Reino Unido y extendida a gran parte de Europa occidental y Estados Unidos, finalizando entre 1820 y 1840; dicho transcurso permitió el avance de una economía basada en la agricultura y el comercio a una economía urbana, industrializada y mecanizada.
El impulso inicial. Despegue económico donde se incrementa la industrialización, y las inversiones alcanzan el 10% del PIB. En esta fase, el producto nacional crece progresivamente a tasas más elevadas que la población, lo cual implica un mejoramiento permanente del ingreso per cápita. A partir de este momento, la fórmula de interés compuesto aplicada al crecimiento de largo plazo adquiere sentido. Su duración sería de 20 años.
Camino a la madurez. Se diversifica la economía, se invierte en tecnología y aumenta la producción de bienes y servicios, lo cual reduce la dependencia. Es un largo intervalo de progreso sostenido. La inversión representa entre el 10% y el 20% del ingreso nacional. Con la tecnología mejorada, se acelera el desarrollo de nuevas industrias, y la economía se inserta en los mercados internacionales a través de flujos comerciales, exportando sus excedentes e importando aquellos productos que aumentan el bienestar poblacional. Su duración fue establecida en 40 años.
Consumo de gran escala. Este período es de alto consumo en masa, donde las sociedades en un determinado momento transitan hacia el consumo de bienes y servicios durables. A manera de ejemplo, Rostow destaca el consumo masivo de aparatos electrodomésticos y del automóvil, cuya producción es fundamental en la banda de montaje sin fin utilizada por Ford
Existe no en libro, pero sí en la práctica, una sexta etapa que puede denominarse Calidad. Muchas compañías, iniciando por las japonesas, implementaron el justo a tiempo, la calidad total, los círculos de calidad, la producción por objetivos y los clusters para asegurar calidad en los productos de alto consumo en masa.
1.3.3.2 El proceso de crecimiento económico
Rostow expresa que los objetivos de El proceso del crecimiento económico son tres: formular determinantes del crecimiento económico, exponer el proceso dinámico de crecimiento, y aislar factores que producen repetición periódica de ciclos económicos y la secuencia de tendencias seculares (1967, pp.27-34). En esta obra, él resalta las ideas de otros economistas que asociaron, durante los años treinta del siglo XX, el papel predominante de los sectores líderes en el crecimiento económico. Los mencionados sectores tienen una elevada formación de capital, mayor potencial de crecimiento económico y una alta tasa de innovación tecnológica, de manera que se convierten en los más importantes de la economía.
En este libro, Rostow también analiza la vinculación de los sectores líderes con el crecimiento económico. Citado por Gutiérrez (2004), este economista norteamericano recuerda el papel de la industria del algodón en el alto crecimiento de la Gran Bretaña entre 1780 y 1840; pero cuando esta clase de manufactura se desaceleró, el liderazgo se concentró en la extracción del hierro, impulsada por la industria ferroviaria, nacional y extranjera durante las décadas de los 40 y 50 del siglo XIX. Esto condujo a que el acero se convirtiera, en las décadas de los 60 y 80, en el nuevo sector líder; después vendrían las industrias química, eléctrica y mecánica ligera. Secuencias similares se dieron, aunque con cierto rezago, en Estados Unidos, Alemania, Francia y Rusia (p. 300).
1.3.3.3 Aportes de Rostow para crear un mercado nacional
A propósito de que el actual paradigma del crecimiento expone la necesidad de abrir fronteras y fortalecer el comercio internacional, es curiosa la propuesta de Rostow de crear un mercado nacional.
En uno de sus discursos, él señala que hay regiones de África, Asia, e incluso algunas de América Latina, que son todavía bastante primitivas (1963, pp. 4-15). Para Rostow, antes de poder iniciar una industrialización sistemática, ordenada, las naciones deben transitar un período cuyas tareas decisivas, cruciales, sean la educación, la formación de la capacidad administrativa, la construcción de infraestructura de transporte, la explotación de fuentes de energía, y agrega un etcétera indeterminado.
En el documento reseñado, que es una conferencia dada en New Orleans, Rostow compara la existencia de desequilibrio entre las comunidades rurales y urbanas, que se puede sintetizar por:
Existencia de una capacidad industrial desarrollada para sustituir la importación de ciertos artículos de consumo.
El mercado para estos artículos es reducido, con la tendencia a disminuir la industrialización, una vez que se ha realizado la sustitución.
A pesar de la evolución agrícola, la diferencia entre la vida rural y urbana se acentúa cada vez más.
Como resultado de estos desequilibrios, las personas emigran del campo hacia las luces citadinas. Al no existir desarrollo industrial, a pesar de ser una pesada carga para los presupuestos gubernamentales, viven en condiciones miserables en las chabolas, tugurios, favelas.
La tesis central se basa en cómo crear un mercado nacional. En la próxima década -argumentaba Rostow-, la tarea fundamental debía ser acabar con esos desequilibrios estructurales, propender por una expansión agrícola e industrial y crear mercados nacionales dentro de los países. Como parte de una estrategia nacional para construir un mercado nacional, debían realizarse cuatro tareas primordiales, en las cuales la empresa privada jugaría un papel importante, no solo ensamblando o fabricando bienes, autos, sino poniendo al servicio de la población su experiencia en cuestiones de manufactura y mercadeo. Dichas tareas serían:
Incrementar la productividad agrícola.
Revolucionar los sistemas de mercadeo de productos agrícolas en las ciudades.
Virar a la industria hacia la producción de equipos sencillos para la agricultura y artículos de consumo para mercados masivos.
Revolucionar los métodos de mercadeo de este tipo de productos económicos, especialmente, en áreas rurales.
1.4 Origen de las aportaciones de Talcott Parsons
Talcott Parsons (1902-1979) fue un académico estadounidense, considerado figura influyente de la sociología del siglo XX, perteneciente a la tradición clásica de esa disciplina, y conocido principalmente por su teoría de la acción social y su enfoque estructural-funcionalista. Luego de obtener un doctorado en Economía, trabajó en la Universidad de Harvard desde 1927 a 1979, y en 1930 estuvo entre los primeros profesores del recientemente creado departamento de sociología.
La teoría de la acción social de Parsons fue la primera teoría de sistemas sociales desarrollada en Estados Unidos con un carácter amplio, sistemático y generalizable. Parsons estudió las obras de Max Weber, Emile Durkheim, Vilfredo Pareto y Alfred Marshall, cuyos trabajos lo influenciaron en su teoría de la acción social, en la cual visualizó la acción de la voluntad a través de los valores culturales y las estructuras social que imponen y obligan las elecciones para, de esta forma, determinar todas las acciones sociales, en oposición a la idea de que las acciones están determinadas con base en procesos psicológicos internos.
El estructural-funcionalismo es cercano a la homeóstasis, es decir, cuando existen desequilibrios en la sociedad, estos se autorregulan para lograr el nuevo equilibrio. Aunque Parsons es generalmente considerado un estructural-funcionalista, hacia el final de su carrera publicó un artículo en el que declara que los términos "funcional" y "estructural-funcionalista" eran formas inapropiadas de describir el carácter de su teoría (Parsons, 1977).
Por otra parte, como anota Fukuyama (2014), en las décadas de 1950 y 1960 estaba en pleno apogeo la teoría de la modernización, que constituye tal vez el intento más ambicioso de formular en la ciencia norteamericana una teoría empírica global sobre el cambio social humano (pp. XIII,XIV).
La teoría de la modernización tiene sus orígenes en las obras de los teóricos sociales europeos de finales del siglo XIX como Henry Maine, Emile Durkheim, Karl Marx, Ferdinand Tönnies y Max Weber, en cuyos textos se definían una serie de conceptos (por ejemplo, estatus/contrato, solidaridad mecánica/orgánica, comunidad/sociedad, autoridad carismática/burocrático-racional) con los que se pretendía describir los cambios que se producen en las normas y las relaciones sociales a medida que se realiza la transición de la producción agrícola a la industrial en las sociedades humanas. Aunque se basaban en las experiencias de los primeros países modernizadores como Gran Bretaña o Estados Unidos, aspiraban a formular leyes generales sobre el desarrollo social.
La teoría social europea fue víctima -tanto en sentido literal como figurado- de las dos guerras mundiales, pero las ideas emigraron a Estados Unidos, donde fueron retomadas por investigadores norteamericanos tras la Segunda Guerra Mundial en lugares como el Departamento de Política Comparada de Harvard, el Centro de Estudios Internacionales del MIT o el Comité de Política Comparada del Consejo de Investigaciones de Ciencias Sociales.
En el departamento de Harvard, bajo la dirección del discípulo de Max Weber, Talcott Parsons tenía como objetivo la creación de una ciencia social unificada e interdisciplinar que englobase la economía, la sociología, la ciencia política y la antropología.
Era algo similar a lo que propondría años después Kenneth Boulding (1910-1993), al expresarse de la socioesfera, compuesta por la econosfera, la polisfera, la cultusfera. Este economista fue un integrador creativo del conocimiento y una figura magistral en la disciplina de las ciencias sociales, para quien la economía y la sociología eran todos los aspectos de una única ciencia social dedicada al estudio de los seres humanos y sus relaciones (organizaciones), razones por las cuales encabezó un acercamiento evolutivo a las ciencias económicas.
Tanto Parsons como Boulding procuraban una integración de las ciencias sociales opuesta a lo presentado por Gary Becker, quien planteó un monopolio intelectual de la economía mediante la aplicación de su metodología y su epistemología a otras áreas del conocimiento. En efecto, Becker trabajó con Milton Friedman en investigaciones donde explicaban temas como los prejuicios del ingreso, empleo y las minorías con ayuda de la teoría económica; posteriormente, recibió el Premio Nobel de Economía en 1992 por ampliar el dominio del análisis microeconómico a un mayor rango de comportamientos humanos fuera del mercado, como las decisiones para tener hijos, casarse, divorciarse, compartir vivienda y la razón de que las personas cometan delitos.
Vale la pena destacar que, el debate teórico en la época de la actividad académica en Harvard del profesor de Parsons, era el objeto de las ciencias sociales, siendo la cuestión fundamental la afectación de la investigación científica en aspectos metodológicos y epistemológicos. Su respuesta fue una teoría general de la sociedad en su totalidad con capacidad predictiva y explicativa. Sin duda, frente a ese tipo de generalización surge la pregunta de ¿cuál era el papel del individuo frente a supraentidades? Si tenemos presente el estructuralismo funcional, según el cual los individuos están sumergidos en celdas de la estructura social que son determinantes, entonces, ¿dónde queda la decisión individual?
Para su teoría, Parson asume posturas teóricas de otros sociólogos. De Durkheim, adopta la definición de sociedad como sistema; de Weber, abraza el concepto de acción social, la cual es una conducta referenciada culturalmente; de Freud, asume el concepto de ello como tendencia natural del organismo, el superyó como algo ideal, y el yo como parte del ello modificado por la educación y la cultura, pues considera que el malestar de la cultura presenta la sociedad como represora de instintos; de Bertalanffy, acoge la Teoría General de Sistemas y el ordenamiento.
1.4.1 Fases de la teoría parsoniana
Parsons evoluciona en su teoría. Apoyado en Domínguez (2008, p.134) y Girola (2010, p.170), son cuatro las fases de su teoría:
Fase 1. Sintetiza una teoría general a imagen de la mecánica clásica para explicar y predecir comportamientos individuales y sociales. De esta época es su libro La estructura de la acción social (1937), el cual puede considerarse su más importante aporte. En el texto, busca una teoría general de la acción social, descubriendo facetas nuevas en el pensamiento de Durkheim, Pareto, Weber y Marshall para considerar que la acción social es un proceso creativo, diferente a la conducta, la cual es una respuesta mecánica.
Según Parsons, a través del monóculo de los valores culturales y las estructuras se coartan las elecciones y se determinan las acciones, en contra de la idea que las acciones provienen de decisiones psicológicas internas. Basándose en Weber, acentúa el voluntarismo de la vida social; y leyendo a Durkheim introduce normas sociales para resolver el ordenamiento societal. De Pareto, descubre la noción de sistema, y de Marshall acoge la perspectiva individualista de sistemas.
Esta obra estudia la trilogía utilitarismo-positivismo-idealismo, incluyendo los errores de estas posturas. Del utilitarismo, reconoce el excesivo hincapié en el carácter individual y racional; del positivismo, su reduccionismo biológico, siendo el único medio de conocimiento la experiencia comprobada a través de los sentidos; del idealismo asevera que exagera la esfera espiritual del ser humano. Probablemente, tratando de contribuir al aspecto sociológico del desarrollo, Parsons descuidó los aspectos psicológicos; pero como lo expresa él mismo, la dirección del texto es la elaboración de refinados modelos teóricos del análisis estructural-funcional, incluyendo la motivación y su relación con la cultura (1937, pp. 17-27).
El funcionalismo-estructuralismo del texto establece que las sociedades tienden a la autorregulación y la interconexión de valores, metas y funciones; la autosuficiencia está determinada por necesidades básicas: preservación del orden social, abastecimiento de bienes y servicios, educación para socializar y protección de la infancia. Para Parsons, el acto como unidad tiene cuatro elementos que son: un fin, el actor, la acción, los valores y normas; y que la organización social influye en los actores. Esta obra, su más importante, es un ambicioso proyecto de sistematización de la acción social.
Fase 2. Vinculación de la historia con la cultura y sociedad. De esta época es su libro El sistema social (1951). Consciente de las dificultades encontradas, Parsons busca una solución intermedia que lo conduce al funcionalismo estructural, estableciendo relación entre la personalidad, cultura y sociedad; en esos momentos discute procesos de cambio y permanencia dentro de la perspectiva histórica.
Está influenciado por la teoría general de sistemas, las teorías antropológicas culturales, el pragmatismo y el psicoanálisis de Freud. De esta forma, se enriquece intelectualmente y presenta un nuevo esquema teórico basado en la confianza en las normas sociales y una perspectiva funcionalista con énfasis en la interacción de los actores sociales, y la división entre sistema, personalidad, cultura y lo social. Además, escribió con Edward Shils el artículo “Motives, values and systems of action” en Working papers de 1953, donde se buscaba una teoría general de la acción y la construcción de un acervo conceptual.
Fase 3. En este período (1950-1979), Parsons escribió con Neil Smelser Economy and Society, y dos textos de sistemas evolutivos: La sociedad . El sistema de las sociedades modernas.
Girola reseña que Parsons trata sobre el cambio evolutivo, es decir, el cambio social hacia formas más complejas de organización: que los actores se hagan responsables del desempeño eficaz de funciones; las organizaciones asignen recursos a los más competentes y responsables; que exista una estratificación en la sociedad industrial de masas, concluyendo que la equidad y la movilidad es un logro evolutivo (Girola, 2010, pp. 172-177).
Posteriormente, en la obra de Parsons hay un cambio evolutivo en su paradigma, ya que en la mitad de la década de 1950 se presenta un giro sistémico, incorporando a su obra la Teoría General de Sistemas (TGS) y la cibernética. Su instrumento explicativo es el esquema de necesidades sistémicas denominado AGIL, el cual puede resumirse en cuatro subsistemas que son imperativos funcionales, así: Adaptación, Goal (alcanzar metas), Integración y Latencia (propiciar motivación).
Parsons (1977) define el concepto de sistema humano de acción, sistema social y de sociedad. El primero está conformado por lo social, lo conductual, el individuo (personalidad) y la cultura, elementos que se interpenetran, cuyas categorías funcionales son: integración, adaptación, alcanzar metas y mantener patrones, respectivamente. El sistema social, por su parte, es la interacción de individuos humanos, donde el actor tiene metas, ideas, actitudes, y es objeto de orientación para otros actores como para sí mismo (pp. 18-21).
En cuanto a la sociedad, en su famoso libro La sociedad: perspectivas evolutivas y comparativas (1974), su visión contrasta con la idea común de la sociedad como unidad compuesta por individuos humanos concretos; por el contrario, Parsons plantea que la autosuficiencia de una sociedad es una función de la combinación de sus controles sobre sus ambientes y su propio estado de integración interna (pp. 21-24). Igualmente, este sociólogo considera que el núcleo de una sociedad como sistema es el orden normativo, ubicado dentro de un patrón a través del que se organiza la vida de la población. La sociedad en su interior contiene normas particularizadas, reglas referenciadas culturalmente para resaltar significados y legitimaciones, estatutos, derechos y obligaciones diferenciados según grupos.
En La sociedad, se bosqueja que los procesos tecnológicos satisfacen necesidades, y que la economía es un elemento importante de la sociedad, siendo un complejo de instituciones que reglamenta el empleo, la propiedad y los contratos (1974, p. 32).
A manera de conclusión, Parsons esboza que la sociedad es el tipo relativamente más autosuficiente de sistema social y, en palabras de Roscoe Pound, políticamente organizada (1974, p. 11). La autosuficiencia está relacionada con el control normativo, las prioridades económicas, los compromisos motivacionales, lo tecnológico-organizacional, lo político y lo jerárquico. Las categorías estructurales son valores, normas, colectividades y roles.
Este sociólogo estadounidense expresa que la evolución social es análoga a la evolución biológica, y a manera de ejemplo está la capacidad de adaptación de los sistemas sociales a un entorno complejo. Al respecto, Girola (2010) bosqueja los elementos que conforman el paradigma del cambio evolutivo en la teoría parsoniana: procesos cada vez más complejos de diferenciación estructural, adaptación al entorno, inclusión de sectores y grupos en proyectos societales, y generalización de valores (p. 177).
En cuanto a su teoría de la evolución, Parsons señala principios meta teóricos que no están explicitados, y principios meta empíricos, porque no hay demostración en la Historia. En relación con el primero, es posible descubrir en la sociedad no solo regularidades y recurrencias, sino leyes de carácter universal que referencian ordenamientos institucionales o mecanismos de cambio, y también reitera que lo progresivo no significa progreso.
Fase 4. Construcción conceptual creativa. En este trayecto intelectual, Parsons se dedica a la construcción de conceptos creativos, a formalizar problemas conceptuales, lo cual era importante para construir una teoría de los conflictos y luchas sociales de la evolución social, de la contingencia y las movilizaciones colectivas.
Sin embargo, en la teoría parsoniana, las contradicciones y luchas están ausentes en su concepción evolucionista que implica solo mejoramiento en códigos culturales y adaptación. Aunque critica el individualismo y el utilitarismo culturales en la concepción neoliberal, su paradigma no confronta los conflictos, tal vez porque fue escrita en los Estados Unidos en la época de oro del capitalismo (1945-1970), en pleno apogeo del fordismo, la modernidad y el estado de bienestar.
Continuando con el conflicto, Parsons propone que la clase en sentido marxista debe ser desechada por el debilitamiento en la sociedad avanzada del status, poder, derechos de propiedad (Duek, 2014). Luego, complementa explicando que la estratificación es sociología del consenso, y que cierta desigualdad es necesaria para que las posiciones más importantes sean ocupadas por los más calificados (Parsons, 1959). El autor argumenta que la estratificación en sistemas estables se encuentra en función de la integración y la ordenación; además, aduce que la recompensa es proporcional al mérito en términos de status y prestigio, y que la cúspide del sistema es amplio y difuso con altos ejecutivos, altos funcionarios, científicos y escritores de renombre.
A manera de conclusión, retomando el resumen de Almaraz (1981), la obra de Parsons constituye uno de los más ambiciosos proyectos de sistematización emprendidos en el ámbito de las Ciencias Sociales. Su progresión teórica enhebra, a lo largo de la época de mayor expansión institucional y conceptual de la Sociología, los principales planteamientos de la discusión científico-social del siglo XX: ciencia natural-ciencia social, teoría-empirismo, conflicto-consenso, tratamiento causal-tratamiento funcional, estática-dinámica, etcétera.
La obra parsoniana aborda no solo el campo de la economía, de la psicología, de la antropología cultural y de la filosofía moderna, sino que integra también aportaciones de la fisiología, la biología, la genética, la lingüística y de la teoría de la información y de la comunicación. El resultado es un sistema de teoría que pretende asumir, desde la contemporaneidad científica, las más viejas vetas del pensamiento social.
1.5 Aportes de William Arthur Lewis
Es el único Premio Nobel de Economía negro (1979) y nacido en Latinoamérica (Isla Santa Lucía), considerado uno de los fundadores de la economía del desarrollo y del crecimiento económico. Su teoría se resume en que el desarrollo económico debe presentar una función social determinante, razón por la cual incluye elementos provenientes de la psicología social y de la sociología. En consecuencia, Lewis defiende la necesidad de una expansión armónica y global de todos los sectores económicos de un país, planteando su famoso modelo de sectores duales.
1.5.1 Modelo de sectores duales
Una economía dual se refiere a la coexistencia o concomitancia de dos sectores, independientes y relacionados entre sí, al interior de un mismo espacio, pero con diferentes niveles de desarrollo, tecnología, patrones de demanda y oferta. Un sector tendrá uso intensivo de capital y será tecnológicamente más avanzado; mientras el otro sector utilizará con mucha intensidad más mano de obra y será más primitivo en tecnología. El concepto fue originalmente creado por Herman Boeke para describir la presencia conjunta de sectores modernos y tradicionales en una economía colonial.
Relacionado con lo anterior, Lewis escribió en 1954 un célebre artículo titulado El desarrollo económico con oferta ilimitada de trabajo, el cual puede considerarse como la contribución más influyente para el establecimiento de la economía del desarrollo. Esta obra laureada la escribió cuando fue rechazado por la Universidad de Liverpool y, luego, fue aceptado como eventual reemplazo del famoso profesor Hicks en la Universidad de Manchester (1946-1957).
El modelo del sector dual (o modelo Lewis) analiza el crecimiento de una economía en desarrollo en términos de la transición de trabajo, el sector capitalista y el sector de subsistencia (Blacutt, 2013, p. 39). Se origina en que, en la década del 50, los teóricos empezaron a preguntarse por qué en los países subdesarrollados había tantos recursos naturales y humanos ociosos, y por qué el Estado no tomaba cartas en el asunto, al estilo keynesiano. La pregunta de la comunidad académica de expertos en desarrollo originó otra propuesta, esta vez, del Lord inglés Arthur Lewis, quien sugirió aprovechar la mano de obra excedentaria para trasladarla de la agricultura a la industria, y lograr así un proceso franco de crecimiento. Su modelo se llamó Desarrollo con oferta ilimitada de mano de obra.
Como lo explica Clavijo (2007), Lewis planteaba que la existencia de economías duales podría ser aprovechada para impulsar el desarrollo en la medida en que el diferencial de salarios superara el 30% y este despertara cierta dinámica en los sectores líderes (p. 69). Esta argumentación les resultará familiar a lectores que recuerden el Plan Colombia de Currie o Las cuatro estrategias de Pastrana (1970-1974); el origen de muchas de estas ideas proviene de Lewis quien, a su vez, se basó en Boeke.
Según la teoría, en los países subdesarrollados había un sector rural en el que existía mano de obra excedentaria, y lo único que debía hacerse era convocar a los capitalistas para que invirtieran en las industrias, atrayendo la mano de obra redundante. Esta forma de reclutar trabajadores sería muy sencilla: se les pagaría algo más que el salario de subsistencia y, como antes de ir a la ciudad los trabajadores excedentarios prácticamente no ganaban salario, el costo de oportunidad de trasladarse a los centros urbanos tendía a cero.
1.5.1.1 Teoría del modelo dual
Lewis divide la economía de un país subdesarrollado en dos sectores, suponiendo una economía dual así:
Una economía en desarrollo tiene un excedente de mano de obra improductiva en el sector agrícola o de subsistencia.
Estos trabajadores se sienten atraídos por el sector manufacturero en crecimiento donde se ofrecen salarios más altos.
Los empresarios obtienen ganancias porque cobran un precio por encima de la tasa de salario.
Los beneficios se reinvertirán en el negocio en forma de capital fijo.
Un sector de la manufactura avanzada significa una economía que ha pasado de una tradicional a una industrializada.
1.5.1.2 Sectores y su relación
Lewis definió dos sectores: capitalista y el de subsistencia. El primero puede considerarse como aquella parte de la economía que utiliza el capital reproducible y que controla el uso del capital; incluye la fabricación, plantas modernas, minas, etcétera; puede ser privado o público. Por su parte, el sector subsistencia es aquella parte de la economía que no está utilizando el capital reproducible, o los trabajadores por cuenta propia del sector.
El sector modelo dual es una teoría del desarrollo en el que la mano de obra excedente del sector agrícola tradicional se traslada al sector industrial moderno, cuyo crecimiento en el tiempo asimila el excedente de trabajo, promoviendo la industrialización y estimulando el desarrollo económico. En el modelo Lewis, el sector agrícola de subsistencia se caracteriza por bajos salarios y por abundante mano de obra de baja productividad con utilización de mano de obra intensiva. Por el contrario, el sector capitalista se reconoce por salarios altos relativamente en el sector agrícola, con mayor productividad marginal y mayor demanda de trabajadores.
La relación primera entre los dos sectores ocurre cuando el sector capitalista se expande y demanda mano de obra del sector agrícola, lo cual genera un aumento de la producción per cápita de los trabajadores que se desplazan desde el sector de subsistencia al sector capitalista. Lewis asume que la oferta de mano de obra no calificada para el sector capitalista es ilimitada, lo cual permite la creación de nuevas industrias y la ampliación de las existentes. Gran parte de la oferta ilimitada de mano de obra está conformada por el desempleo encubierto en la agricultura y actividades de servicio como domésticos, trabajos ocasionales y comercio minorista.
El sector agrícola tiene una cantidad ilimitada de tierra para cultivar, y el producto marginal de un agricultor adicional se asume que es cero cuando la ley de los rendimientos marginales decrecientes ha llegado a su fin por el ingreso de más tierra; de esta forma, el sector agrícola tiene una enorme cantidad de trabajadores que no contribuyen a su producción, ya que sus utilidades marginales son iguales a cero. La relación entre los dos sectores es que, debido a la diferencia de salarios entre el sector capitalista y el de subsistencia, los trabajadores tenderán a la mudanza o a metamorfosearse de la agricultura a la fabricación industrial para obtener la gratificación y el estímulo de los salarios más altos.
1.5.2 La planeación económica
En 1952, Lewis escribió el libro La planeación económica. Una de las preguntas que se planteó fue por qué era importante planear Expresaba que, como las oscilaciones del péndulo, las facultades del Estado fluctuaban entre ser demasiado grandes o pequeños.
William Lewis señala que en la Inglaterra del siglo XVIII, el Estado reguló excesivamente la economía, existiendo un ataque al Estado encabezado por progresistas y resistido por conservadores; luego, en el siglo XX, los conservadores se opusieron a la planeación, y la izquierda que abogó por el laissez-faire, lo denunció (1952, p. 9). Esto significa que ambas posiciones han estado a favor y en contra del Estado de acuerdo con las circunstancias.
Para este economista, ni el más grande de los apologistas del laissez-faire ha sugerido jamás que no debía haber Estado. Este último, afirmaba Lewis, tiene obligaciones respecto de:
Instituciones a las que solo el Estado puede dar fuerza o poner vigor como la justicia y la defensa nacional.
Infraestructura para la cual los beneficiarios no pueden ser gravados como los faros para navegación.
Situaciones y acciones para las cuales el juicio del Estado es superior al de los ciudadanos, por ejemplo: número de años que los padres deben enviar a sus hijos a la escuela, horario para bares y discotecas, propensión al ahorro (1952, p. 13).
Por otra parte, Lewis observa las debilidades del laissez-faire como un ingreso no distribuido equitativamente (pp. 13-15). En relación con esa compulsión planeadora, él establece argumentos en contra de la planeación así:
La planificación central no puede prever todas las consecuencias de sus actos y precaverse contra ellos.
La planeación por compulsión tiene que ser inflexible; una vez trazado el plan hay que apegarse a él.
La realización del plan es imperfecto, aunque su diseño fuera perfecto.
La planeación se parece al hecho de Procusto (pp. 18-22).
Por tanto, Lewis en esta obra propone realizar una planeación a través de los mercados; asimismo, preservar los mercados libres; y que el Estado planee no por compulsión, sino por manipulación del mercado. Si el Estado desea que más empresas produzcan más mercancías de la clase que compran los pobres y menos de las que compran los ricos, no debe establecer más controles, sino aumentar los impuestos a los ricos y disminuir los impuestos a los pobres.
Lewis explica que los controles de precios es un instrumento delicado que fácilmente puede ser mal empleado porque origina escasez general o parcial; esta última cuando un sector asume escasez, mientras otro sector compensa con sobreabundancia de producción. Además, el control de precios afecta la calidad, pues los productores utilizan materia prima de mala calidad para incrementar las utilidades que han sido coartadas por la intervención o fiscalización gubernamental. Cuando la demanda es mayor que la oferta, entonces, aparecen los mercados negros (1952, pp. 25-30).
1.5.3 Teoría del desarrollo económico
En 1955, Arthur Lewis escribió Teoría del desarrollo económico, donde afirmaba que todo proceso de desarrollo produce costos entre los cuales incluye tensiones sociales e individuales, monopolios y excesiva rapidez urbanizadora. En el prefacio de su obra, expresaba que el título es engañoso, si por él se entiende que puede existir una sola teoría del crecimiento económico. Los factores que determinan el crecimiento son muy numerosos, y cada uno cuenta con su propio conjunto de teorías. Posteriormente, manifiesta que existen diferentes teorías para estudiar la tenencia de la tierra, la difusión de las nuevas ideas, el ciclo de crecimiento, el crecimiento poblacional, el presupuesto gubernamental. Para él, más apropiado habría sido decir Teoría del desarrollo económico.
No obstante, Lewis dice que hubiera sido igualmente engañoso, al indicar que el libro se proponía pasar revista a todo lo escrito sobre el desarrollo económico (1995, p. 7). Por lo tanto, explica que no ha construido una teoría, sino un mapa que puede publicarse en diferentes escalas, y donde es fácil extraviarse a menos de que se cuente con una perspectiva general del tema. Ilustra este autor que los artículos en revistas técnicas corresponden a un mapa de 1 pulgada por milla, mientras su libro está construido a una escala de 1 pulgada por 100 millas.
Según Lewis, la última gran obra que abarcó este vasto sujeto de estudio fue en Principios de economía política, de John Stuart Mill, publicado en 1848; luego, los economistas fueron cautos como para tratar de abarcar un campo tan enorme en un solo volumen, y lo abandonaron, en parte, porque no se consideraban competentes para analizar tan extenso tema (p.7).
En Teoría del desarrollo económico, el asunto por excelencia es el crecimiento de la producción por habitante, y en ningún caso la distribución; en otras palabras, no es la deseabilidad de la producción, ni su relación de la búsqueda de bienes con la felicidad. Este paradigma ocurrió cuando el crecimiento era sinónimo de desarrollo; pero lo grave es la posibilidad de que crezca la producción y que la masa del pueblo se empobrezca por la mala distribución de la renta. Lo importante no es solo el consumo, sino también la producción. La producción puede aumentar; y el consumo, disminuir, ya sea porque la propensión al ahorro aumenta, o porque el gobierno utiliza una mayor proporción del producto para sus propios fines (Flores, 1967, p. 783).
El plan de la obra fue sintetizado por Lewis en temas como el esfuerzo por economizar; el rol del conocimiento en el desarrollo y los procesos que favorecen tanto la acumulación como la difusión del conocimiento; recursos por habitante y la cuestión poblacional; y el papel desempeñado por el gobierno en el desarrollo económico. Asimismo, un cambio social acumulativo; metodología y factores generadores de crecimiento (1955, pp. 19-21).
En cuanto a la metodología, Lewis cree que el crecimiento de la producción depende de los recursos naturales y la conducta humana; por ello, considera que las acciones humanas se deben investigar en tres niveles: esfuerzo por economizar, aumento del conocimiento y su aplicación, e incremento del volumen de capital y otros recursos por habitante (p.11). Sobre las condiciones más favorables para que aparezcan fuerzas que promuevan el crecimiento, se examinan la clase de instituciones, valores materiales y espirituales, y el crecimiento como factor acumulativo (pp. 12-13).
Este campo de análisis queda acotado en las distintas ramas de las ciencias sociales, pues los economistas estudian la especialización y el capital, la movilidad, la invención y el asumir riesgos sin olvidar las instituciones. En el siglo XIX, ellos estudiaron las instituciones; luego, el tema pasó de moda, y en el segundo cuarto del siglo XX esto se volvió nuevamente estudio de los economistas; para Lewis, los sociólogos han abandonado el estudio de las instituciones económicas a los economistas, y estos últimos han dejado el tema a los sociólogos.
Por lo anterior, Lewis expresa que la historia se puede reescribir en función de nuevas teorías, y si bien el historiador apela a los datos, debe hacerlo en forma diferente al químico o el biólogo; debe escoger cuáles son las causas más importantes, porque cada acontecimiento tiene detrás de sí más historia (1955, p. 16).
1.5.4 Teoría de la planificación económica
En el prefacio de su libro Teoría de la planificación económica (1966), William Lewis asegura que se ha escrito mucho sobre la teoría del desarrollo económico y muy poco sobre cómo se elabora un plan de desarrollo, cuáles son sus partes más difíciles y qué distingue a un buen plan de uno deficiente; por ende, recomienda que el ciudadano común y corriente (cuya vida es afectada por esos planes) debería disponer de un texto breve y sencillo que le ayude a entenderlos (p. 7). Además, sostiene que el texto La teoría del desarrollo económico es filosófico, mientras que La teoría de la planificación económica es práctico e instrumental; consta de cuatro partes: patrones de planeación, estrategia del plan, la aritmética y el procedimiento de la planeación.
El plan de desarrollo consta de un diagnóstico o condiciones económicas actuales, de un gasto público o inversión, desarrollo probable del sector privado, proyecciones macroeconómicas de la economía, y de una revisión de las políticas gubernamentales. Lewis sugiere que debe hacerse planeación indicativa, buscando que la economía responda principalmente a la demanda interna, como en el caso de las economías en plena madurez; y resalta la importancia de decisiones eficaces del gobierno versus un gobierno ineficiente, corrompido y despilfarrador (1966, pp. 12-17).
Más adelante, Lewis expresa que la primera tarea del plan de desarrollo es ordenar y fijar prioridades, o sea, establecer políticas de desarrollo; por ello, plantea investigar el potencial de los mercados; evaluar la provisión de bienes públicos como agua, energía, transporte y comunicaciones; resaltar la educación como prioritario; sugiere la necesidad de perfeccionar el sistema legal y de crear mercados; asistir técnicamente a los empresarios; mejorar uso de los recursos; e incrementar el ahorro público-privado (1966, p. 18).
El capítulo 11 del texto esboza la estrategia del plan, considerando que los recursos deben colocarse de forma tal que maximice el ingreso nacional, siendo necesario establecer el ingreso máximo inmediato o lograrlo posteriormente (1966, pp. 21-149). Al final, se sintetiza el apostolado por el desarrollo con el comentario de que el crecimiento rápido es posible, pero exige cambios institucionales; en otras palabras, debe ser una preocupación mundial, prerrequisito del desarrollo.
1.6 Contribuciones de Simon Kuznets
Nacido en Rusia de padres judíos, inició sus estudios en su país natal, pero en 1922 se trasladó a Estados Unidos, finalizando su carrera de Economía en la Universidad de Columbia. Es conocido por su sistema de contabilidad nacional y sus análisis en torno a los ciclos de negocio, área en la que publicó varios libros; también se dedicó a la investigación de los ciclos económicos, e identificó el ciclo de construcción con una duración de entre 15 y 25 años, que fue bautizado como Ciclo Kuznets.
Este profesor relacionó el crecimiento económico y la distribución de ingreso, originando su famosa Curva de Kuznets, una curva que se plasma gráficamente como una U invertida; según esta, el crecimiento basta para reducir la desigualdad en el largo plazo. Las variables de la curva son la desigualdad o el coeficiente de Gini en el eje Y, y el desarrollo económico o tiempo o ingreso per cápita en el eje X. Este economista supone que a medida que un país se va desarrollando, el ingreso se concentra y la distribución del ingreso empeora, y luego, en el largo plazo, la desigualdad se nivela; no obstante, siempre fue un crítico con la pretensión de medir el bienestar exclusivamente sobre la base del ingreso per cápita.
1.6.1 Medición del desarrollo económico
Según Kuznets, el desarrollo económico de un país es el crecimiento sostenido en su magnitud como una unidad económica. A la inversa, el estancamiento y la decadencia pueden definirse como la incapacidad sostenida de crecimiento de la magnitud económica de la nación, o su persistente disminución (1947, pp. 72-73).
Desarrollo es un proceso, resultado indirecto de fuerzas químicas, osmóticas y de otra especie, mediante el cual se introduce la materia en el organismo, y se transfiere de una parte de este a otra. Por analogía, el desarrollo económico es un proceso mediante el cual se introduce la materia económica en la economía de una nación, y se traslada una parte de esta a otra.
Como lo expresa Kuznets (1976), existen dificultades inherentes a la medición del crecimiento económico, aparte de la disponibilidad de datos empíricos, que residen en el crecimiento económico moderno, ya que supone grandes cambios estructurales y modificaciones consiguientemente importantes de las condiciones sociales e institucionales en las que se logra el marcado incremento del producto per cápita (pp. 316-348).
1.6.2 Crecimiento económico y estructura económica
Según Kuznest, el crecimiento económico produce transformaciones en la estructura socioeconómica como cambio estructural. En su obra Crecimiento económico y estructura económica (1974), estudia comparativamente el crecimiento económico de las naciones y, de modo especial, el crecimiento en el período que comprende los dos últimos siglos, desde 1870, considerándolo como una época específica. El libro comprende por época económica un periodo relativamente extenso que abarca más de un siglo, poseedor de características precisas que lo dotan de unidad y lo diferencian de las épocas que lo preceden o siguen.
Kuznets deduce que existe crecimiento económico cuando aumenta la población y su producto per cápita de modo constante, creando transformaciones estructurales (1995, p. 27). Por ejemplo: modificaciones en el peso relativo de los diferentes sectores productivos dentro de la producción del país, con cambios paralelos en la composición profesional de los trabajadores, en la tipología de la organización económica e, incluso, en los componentes de consumo e inversión. Su objetivo es fundamentar una teoría del crecimiento económico moderno, y para ello incluye la desigualdad por cuantía con la Curva de Kuznets (1973, p. 45).
Para ilustrar lo anterior, vale la pena analizar los componentes del consumo. En los países de ingresos bajos, la proporción de la renta destinada al consumo privado es elevada (80% del PIB) porque su mayor parte se destina a la adquisición de bienes básicos para la vida; mientras en los países de ingresos más elevados el consumo público es el 20% del PIB como consecuencia del desarrollo del Estado de bienestar y de las mayores prestaciones de servicios públicos (Kuznets, 1973, p. 429). Lo anterior constituye un caso particular a escala internacional de la llamada Ley de Engel, confirmada mediante estudios comparativos de la estructura del consumo en diferentes niveles de renta, como lo explica Kuznets (1974, p.180).
Una conclusión de los estudios de este economista la presentan Gutiérrez-Barbarrusa y Malfeito (2017, p. 15), asegurando que -probablemente como consecuencia de la globalización, que conlleva la mayor integración mundial de los mercados y el fenómeno de deslocalización y la industrialización progresiva de los países en vías de desarrollo- hay un nuevo proceso de cambio estructural que comienza a cuestionar las interrelaciones específicas de estos componentes como hechos estilizados, al menos desde finales de los años 90. Sin embargo, Kuznets considera que un cuarto de siglo es un período de tiempo demasiado breve como para poder afirmar que estemos siendo testigos de un cambio estructural en una nueva etapa económica.
Conclusiones
La teoría de la modernización es el proceso por el cual se elimina la brecha entre tradición y modernidad, imitando países que, se supone, han conocido una ruptura histórica como, por ejemplo, la Revolución Industrial. Se propone por medio de etapas imitar a los países desarrollados como Estados Unidos y los de Europa Occidental.
Entre los aportantes intelectuales evaluados, se encuentran Walt Rostow (etapas del crecimiento), el estructural-funcionalismo de Talcott Parsons (acción social), William Arthur Lewis (dualismo) y Simón Kuznetz (estructura del capitalismo). Por limitaciones de espacio, algunos otros pioneros no fueron contemplados, pero en el siguiente párrafo son enunciados para efectos de continuar la investigación formativa.
Dentro de la teoría del crecimiento económico existen dos escuelas que representan puntos de partida dispares o diversos; se trata de las teorías de crecimiento económico equilibrado y las de crecimiento desequilibrado. Como teóricos de la primera estrategia están Cassel (1927), Rosenstein-Rodan (1943), Nurske (1953), Lewis (1965); y como voceros de la segunda se encuentran Perroux (1955), Hirschman (1958), Myrdal (1957) y Streeten (1959). Scitovsky (1954) es ubicado en ambas estrategias según uno u otro pensador.
Recomendaciones
Para los académicos, es importante la construcción de conocimiento significativo, es decir, aquel que sirve para solucionar los problemas de la sociedad. Este artículo puede ser involucrado en los planes de estudio de aprendizaje estratégico y de calidad, puesto que no se debe continuar con un modelo de crecimiento con paradigmas de mediados del siglo XX que destruye el medio ambiente.
Jaramillo (2017) en la Introducción expresa que existe una evolución en el mundo de los negocios y, por tanto, se requiere un direccionamiento empresarial para conquistar nuevos mercados. Resalta que no es solo un reto económico-empresarial, sino una apuesta al desarrollo. Más adelante, este autor expresa que el precio no es el único determinante de la ventaja y, por ende, se requiere un debate sobre la competitividad (pp. 89, 90). Asimismo, Jaramillo cita a Montoya y Castellanos (2008) para ratificar la necesidad de dejar a un lado las ventajas comparativas y buscar ventajas competitivas, las cuales deben estar inmersas en el cuidado del medio ambiente. Para efectos de complemento sobre esta temática, consultar Erik Reinert en La globalización de la pobreza (2007) y Ha-Joon Chang con Retirar la escalera (2009).
Otra recomendación está influenciada en Barraza (2018), quien define currículo como la oferta o propuesta educativa que implica acciones institucionales de la academia con la intencionalidad de formación de los educandos baja consideraciones de calidad, justicia social, flexibilidad, democratización, participación comunitaria (p. 115). Ello sugiere incluir los temas del cambio climático y la destrucción del medio ambiente por razones de industrialización, modelo este obsesionado por el crecimiento económico sustentado sin relacionar las externalidades negativas como la contaminación.
Teniendo en cuenta este artículo de Barraza, es menester pensar que en los procesos industriales debe existir un proceso de mímesis a la naturaleza, donde todos los desperdicios son in-put para otro proceso. En otras palabras, no hay desperdicio; tal vez la excepción que presenta la naturaleza son las migraciones.
Una tercera recomendación está basada en Polo y Villasmil (2018) quienes plantean que Colombia ha establecido lineamientos para la estructura y el marco legal del IVA, incluyendo ventas de bienes corporales muebles, venta o cesión de activos intangibles, prestación de servicios en el país o el exterior, exportaciones, juegos de suerte o azar, los cuales son grabados con una tarifa entre el 5% y el 19% (p. 21). Por lo anterior, se desprende la idea de grabar aquellas actividades contaminantes que todavía sobreviven a ese paradigma de industrialización que confunde el crecimiento económico con el desarrollo
Referencias
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