Interseccionalidad en los estudios de familia: género, raza y sexualidad

¡No tenemos hijos!, narrativas de familias contemporáneas frente a la parentalidad*

We do not have children! Narratives of contemporary families in the face of parenthood

Maira Alejandra González-Gaviria **
Corporación Universitaria Minuto de Dios – UNIMINUTO, Colombia
Clara Stella García Quintero ***
Corporación Universitaria Minuto de Dios – UNIMINUTO, Colombia
German Arley Baena Vallejo ****
Corporación Universitaria Minuto de Dios – UNIMINUTO, Colombia
Daniel Stivan Velásquez Muñoz *****
Corporación Universitaria Minuto de Dios – UNIMINUTO, Colombia

Revista Latinoamericana de Estudios de Familia

Universidad de Caldas, Colombia

ISSN: 2145-6445

ISSN-e: 2215-8758

Periodicidad: Semestral

vol. 14, núm. 1, 2022

revista.latinofamilia@ucaldas.edu.co

Recepción: 20 Mayo 2021

Aprobación: 11 Agosto 2021



DOI: https://doi.org/10.17151/rlef.2022.14.1.8

Resumen: Objetivo. Identificar en las narrativas de nueve parejas heterosexuales los motivos asociados a la ausencia de hijos. Metodología. Bajo el paradigma constructivista y la entrevista semiestructurada se accedió a la realidad de cada pareja, luego los testimonios se categorizaron y codificaron, para así reconocer los motivos implícitos y explícitos que dan lugar al fenómeno, en total se asociaron ocho. Resultados. La ausencia de hijos no siempre es una decisión consciente, también es un acontecer que responde a la realidad de cada pareja e individuo, como es la biológica e ideológica que permite considerar los pros y los contras personales, sociales, políticos, económicos y demográficos de tener un hijo. Conclusiones. Puede haber tantas razones para no tener hijos como parejas o individuos hay, pues todo caso, esta decisión consciente o inconsciente, transitoria o definitiva obedece a una lógica relacional establecida consigo mismo y el otro, sea del pasado o del presente.

Palabras clave: familias contemporáneas, ausencia de hijos, percepción de parentalidad.

Abstract: Objective. To identify the reasons associated with the absence of children in the narratives of nine heterosexual couples. Methodology. Under the constructivist paradigm and the semi-structured interview, the reality of each couple was accessed and then, the testimonies were categorized and coded in order to recognize the implicit and explicit reasons that give rise to the phenomenon. Eight in total were associated. Results. The absence of children is not always a conscious decision. It is also an event that responds to the reality of each couple and individual such as the biological and ideological reality that allows considering the personal, social, political, economic and demographic pros and cons of having a child. Conclusions. There may be as many reasons for not having children as there are couples or individuals because, in any case, this conscious or unconscious, transitory or definitive decision obeys a relational logic established with oneself and the other, whether from the past or present.

Keywords: contemporary families, absence of children, perception of parenthood.

Introducción

La transformación en la dinámica poblacional que desde mitad del siglo pasado se ha experimentado a nivel mundial ha propiciado el surgimiento de nuevos fenómenos que han diversificado instituciones sociales fundamentales; así, la Transición Demográfica-TD, que implica una reducción en la Tasa Total de Fecundidad-TTF, conlleva a que el número de miembros que conforman las familias de hoy se reduzca, al punto en que los hogares familiares sin hijos o unipersonales se han convertido en una tendencia (Observatorio de Políticas de Familias [OPF], 2015; 2016; Ullmann et al., 2014).

Al respecto, se evidencia que tras clasificar los hogares según su tipología, en los reportes del OPF y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe- CEPAL, se indicó que dentro de la tipología de estructura familiar basada en la relación de parentesco de sus miembros1 la frecuencia de hogares familiares nucleares sin hijos creció, así, en América Latina representaron el 10,9% en 2010, en Colombia el 15,3% y en Antioquia el 18,9% en 2014, tendencia que se distribuye principalmente en parejas jóvenes (la mujer tiene hasta 40 años) y parejas mayores (la mujer tiene más de 40 años), esto considerando solamente dos de las categorías de la tipología basada en la dependencia a lo largo del ciclo vital (OPF, 2015; 2016; Ullmann et al., 2014). Las razones que subyacen a la ausencia de hijos se diferencian, mientras que para las parejas mayores suele deberse al fenómeno de nido vacío (la salida de los hijos del hogar), para las parejas jóvenes suele darse por la postergación de la fecundidad (Arriagada, 2009; OPF, 2015).

Los análisis indican que esta tendencia se debe —entre otras razones— a que la modernización de los países desarrollados fue importada a América Latina rápidamente (Arriagada, 2009), es decir, pese al poco desarrollo social, político y económico de la zona, se dieron cambios sociales y culturales asociados a la “revolución sexual, transformación educativa, inserción de las mujeres en la fuerza laboral, entre otros” (OPF, 2015, p. 8). Investigaciones al respecto subrayan que la participación de las mujeres en los mercados educativo y laboral favoreció a que cambiara su rol social, siendo esto la causa de las importantes transformaciones familiares, así, dejaron de ser exclusivamente las amas de casa o madres (Ávila, 2005; Baena et al., 2020; Barimboim et al., 2013; Chacón y Tapia, 2017; Ferreira, 2019; Granada, 2019; Hanco, 2012; Martínez, 2006; Zicavo, 2013).

Esto, a su vez, les ha permitido a los jóvenes retrasar la emancipación de sus padres, la unión con sus parejas o decidir no tener hijos transitoria o definitivamente, así como tener mayor capacidad adquisitiva para invertir en la satisfacción individual (Alberdi, 2014; Benítez, 2017; Oliva y Villa, 2014; Rojas, 2013; Sánchez et al., 2011), de ahí que sea principalmente en los estratos socioeconómicos medio y alto en los cuales esta tendencia ha sido más representativa (OPF, 2015; 2016).

Lo presentado hasta aquí indica que, aun cuando la familia es una institución social que permanece en el tiempo, se transforma, ya que los individuos que la conforman reflejan las condiciones sociales, políticas, económicas, demográficas y culturales de las sociedades. Ahora, estas ideas sobre lo cambiante y heterogéneas que son las familias vienen tomando fuerza en los últimos tiempos, pues la naturalización de la familia pre-moderna cuyo núcleo era el padre, la madre y los hijos, todavía tiene un fuerte arraigo (Baena et al., 2020; Granada, 2019; Palacio, 2010; Palacio y Cárdenas, 2017).

Esto permite considerar, primero, que el sistema de parentesco por consanguinidad mediante el cual se define a la familia no es sólido por sí mismo (Baena et al., 2020), pues es posible que en arreglos familiares con hijos las personas no se conciban como familia, ya que esta convicción (como en esta investigación concebimos la familia) responde al deseo de construir un vínculo (Benavides- Ocampo et al., 2021; Granada, 2019; Moreno, 2014; Oliva y Villa, 2014; Palacio y Cárdenas, 2017); y, segundo, reflexionar sobre la crisis de la familia, pues no es que vaya a desaparecer como institución, sino que se están transformando sus referentes (Palacio, 2009; 2010).

Por esto, pese a que las familias suelen ser entendidas con base en tener o no hijos, dadas las nuevas dinámicas poblacionales, los estudios han ido resaltando los motivos que subyacen a la decisión de no tener hijos, tanto desde la perspectiva de las mujeres (Ávila, 2005; Chacón y Tapia, 2017; Zicavo, 2013), como de las parejas (Barimboim et al., 2013; Granada, 2019; Hanco, 2012; Martínez, 2006); encontrándose que la ausencia de hijos ha permitido ejercer la feminidad y construir la familia con base a los propios ideales, es decir, conforme a los valores de la modernidad, entre ellos la autonomía, para así lograr los objetivos propios, veamos.

Con “la inclusión del feminismo en el debate de las Ciencias Sociales se cuestionó la rigidez con la que se interpretaban las identidades de género” (Chacón y Tapia, 2017, p. 5), esto le ha permitido a las mujeres transitar hacia feminidades gestadas en lo público, emancipadas y liberadas; con la capacidad para conducir su propia vida, esto al elegir proyectos encaminados tanto al beneficio individual (la independencia económica, por ejemplo) como al colectivo (cambiar el mundo aplicando sus aprendizajes académicos y experienciales) (Ávila, 2005), lo que genera que se postergue o renuncie a la maternidad (Benavides-Ocampo et al., 2021; Zicavo, 2013).

Para las parejas, por su parte, el hecho de pertenecer a una sociedad de consumo las ha llevado a cuestionar el amor para toda la vida, al punto que esta frase ha dejado de tener sentido, así, el mientras dure cada vez cobra más fuerza, pues está apoyada en la independencia y libertad, esto es, que el proyecto de pareja es paralelo al proyecto individual y que hay la posibilidad de romper el vínculo cuando el amor se acabe o si el bienestar personal es vulnerado, lo que no sería posible con un hijo de por medio, ya que este requiere de ese compromiso para toda la vida; asimismo, en tanto un hijo representa una dedicación completa, esto implicaría un pérdida en la atención y satisfacción de los bienes y servicios de consumo personales y de pareja, es decir en la adquisición de objetos materiales o tangibles y vivencias de experiencias, por ejemplo, los viajes u otras intangibles, respectivamente (Barimboim et al., 2013; Benavides- Ocampo et al., 2021; Martínez, 2006).

Es así como aquí se busca identificar en las narrativas de nueve parejas heterosexuales los motivos asociados a la ausencia de hijos. Ahora bien, considerando solamente estos siete antecedentes —ya que el estudio fue más amplio—, al invitar a las nueve parejas a ser participantes se consideró: 1) la sugerencia de Chacón y Tapia (2017) de incluir a los hombres para conocer las razones por las se presenta la ausencia de hijos; 2) el hecho de que Hanco (2012) realizó un estudio con una pareja, siendo así el único reporte en el cual se indagó por la perspectiva de un hombre respecto al fenómeno, ya que en Ávila (2005) y Zicavo (2013) solamente se encuentran los puntos de vista de mujeres; 3) pese a que Barimboim et al. (2013) y Martínez (2006) hablan sobre de las parejas, lo que incluye el discurso de los hombres, dichos resultados son producto de fuentes documentales y no de la construcción social de la realidad; y, 4) el hecho de que en los diferentes momentos en que se realizó la búsqueda de antecedentes solamente se encontró un reporte similar del contexto local (Granada, 2019) —pues las otras seis eran del otros contextos latinoamericanos como Chile, México, Perú—, en el que se describieron los valores propios de los hombres y mujeres de la ciudad de Medellín que no tenían hijos, sin que su participación se condicionara al ser pareja.

Método

Esta investigación se realizó bajo el paradigma constructivista, en tanto se considera que la realidad se hace comprensible a partir del acceso a la variedad de significados e interpretaciones mentales e intangibles que los individuos otorgan y sostienen de los fenómenos, las cuales les permiten darle forma y contenido a la sociedad (Guba y Lincoln, 2002). Así, el hecho de haber considerado categorías que corresponden a la dimensión subjetiva le dio un estatuto cualitativo al estudio (Páramo, 2011). En ese sentido, para comprender las dinámicas singulares a cada pareja participante, se llevó a cabo un estudio de caso como estrategia metodológica, elegido por la organización de las unidades sociales (Galeano, 2012).

Participantes

Los participantes de la investigación fueron nueve parejas heterosexuales sin hijos, pertenecientes al Valle de Aburrá de Medellín-Antioquia (Colombia). Elegidos a conveniencia bajo los criterios: vivir en el Valle de Aburrá, tener por lo menos un año de convivencia, no tener hijos como pareja o fuera de ella y con edad mayor a 25 años. La caracterización de las parejas permite decir lo siguiente: excepto una pareja que tan solo lleva conviviendo 1.5 años al momento de entrevistarla, las parejas se han mantenido en el tiempo, esto al considerar el tiempo de relación en el que se perciben como pareja y durante el cual han convivido; todas las parejas son jóvenes y solo en dos organizaciones hay adultos maduros de sexo masculino (están entre los 40 y 60 años). La residencia de las parejas se distribuye en los estratos socioeconómicos 3 y 4; también se encuentran distintos niveles de formación académica entre los participantes, lo que se relaciona con la responsabilidad laboral de cada uno de los miembros de las parejas (ver Tabla 1).

Tabla 1
Caracterización de las parejas
Caracterización de las parejas
Fuente: elaboración propia

Instrumento y procedimiento de análisis

La información se recolectó mediante entrevista semiestructurada, primero a la pareja y luego a cada miembro de la pareja, en total se realizaron 27 entrevistas, las cuales fueron grabadas y transcritas. Este instrumento se diseñó para conocer y comprender los significados que de pareja y familia han construido los participantes. Así, se consideraron las categorías iniciales derivadas de los objetivos de la investigación, a saber, significados de pareja, significados de pareja sin hijos, significados de familia . significados de familia sin hijos, tanto para construir las preguntas como para realizar el ejercicio interpretativo; este último mediante una matriz categorial construida en Excel, en la cual se extrajeron los fragmentos del discurso y se plasmaron los comentarios analíticos realizados que el equipo de investigación realizó por cada pareja y en general a las parejas, esto en función de cada categoría. Lo anterior evidencia que durante este momento de la investigación se procuró hallar el sentido explicito e implícito de las significaciones de los participantes, llevando a cabo un análisis de los testimonios desde una postura hermenéutica (Álvarez-Gayou, 2009).

Ahora bien, en la categoría denominada significado de pareja sin hijos, se hicieron presentes los motivos que explican por qué las parejas no tienen hijos transitoria o definitivamente, siendo este un resultado emergente. Estos motivos fueron extraídos mediante la asignación de un código al fragmento del discurso que evidenciaba la razón explicativa del fenómeno, códigos que guardan relación con las nominaciones empleadas en los antecedentes que se seleccionaron para construir este artículo. A continuación, se presentarán estos ocho motivos identificados en orden descendente según su frecuencia.

Consideraciones éticas

La información presentada cumple con las normativas científicas, técnicas y administrativas para la investigación en salud (Ministerio de Salud, 1993) y los deberes éticos respecto a la investigación científica, la propiedad intelectual y las publicaciones del psicólogo en Colombia (Congreso de la República, 2006), en ese sentido se consideró el respeto a la dignidad, los derechos y la integridad de los participantes, garantizando su voluntariedad, el anonimato de su identidad y la respectiva comunicación de los resultados obtenidos a través del estudio; aspectos pactados en el consentimiento informado.

Resultados

1. Conservar libertades personales y como pareja

No cohibirse en libertades está presente en el discurso de ocho parejas. La libertad es entendida por las parejas como la posibilidad de realizar actividades de esparcimiento (que implicarían la ausencia del hogar: salidas nocturnas, viajes, etc.) sean planeadas o espontáneas, sin que las consecuencias de estas repercutan en el bienestar de otro. Ahora bien, toda vez que las parejas participantes perciben a un hijo como un ser que requiere de la presencia de los padres para el cuidado constante, se relaciona como un agente por el cual se perdería el derecho de actuar conforme a los deseos del momento; el hombre de la pareja dos refiere:

Tienes que pensar que ya no podemos salir a comer un sábado por la noche y tomarnos una cerveza, si queremos quedarnos por ahí, quedarnos hasta tarde viendo películas o así, un montón de cosas que el tiempo que uno tiene como pareja, tiene que estar pensando si va a salir, salga con el niño, que se durmió, que está llorando, que esto y que lo otro. (P2H, comunicación personal, 2019)

Así pues, la presencia de un hijo traería como consecuencia que como pareja tuvieran que renunciar a espacios de disfrute, dado el nivel de dependencia de un hijo, que en suma acarrea responsabilidad, esto es, disponibilidad de tiempo para acompañar en diferentes momentos, tiempo que es primordial para continuar con la construcción de pareja o la realización personal, que en caso de ser destinado a un hijo les supondría re-construir su lógica relacional. Asimismo, en las parejas que está el deseo de tener un hijo a futuro se reconoce lo que implicaría tenerlo, al respecto, el hombre de la pareja siete dice “tampoco hay que decir que todo ha sido malo por el hecho de no tener hijos, (…) es cierto que hemos tenido ciertas libertades no solamente para hacer cosas que nos gustan sino como menos carga” (P7H, comunicación personal, 2019).

En lo que respecta a las libertades personales, se evidencia una menor referencia a estas, sin embargo, se rescata que dicen emplear el tiempo en aquello que les procura una satisfacción personal sea esta una actividad de esparcimiento, educativa o laboral, al respecto, la mujer de la pareja seis dice:

A mí me encanta estar sola, y yo me ponía a pensar en todo eso en retrospectiva, viendo que cuando yo estaba en mi casa, mis tías con sus niños y yo quería estar sola metida en mi cuento leyendo o haciendo cualquier cantidad de cosas y los niños encima, entonces no. (P6M, comunicación personal, 2019)

Asimismo, se relacionan las características de la personalidad que se reconocen como incompatibles con las necesidades de un hijo, por ejemplo, la mujer de la pareja ocho dice “odio la situación de dependencia de otros” (P8M, comunicación personal, 2019). Así como la posibilidad de terminar la relación en caso de que aparezcan desencuentros con la pareja que atenten contra las convicciones individuales, lo cual no se podría dar en caso de que haya hijos, toda vez que para los participantes estos son símbolo de una unión para toda la vida.

2. Preocupaciones frente al contexto económico, social y demográfico

Las preocupaciones por las condiciones económicas, sociales y demográficas amenazantes están presentes en el discurso de siete parejas. Para algunas de estas, la familia es análoga a una pequeña empresa en la que se prevén costos (ingresos y gastos); en esa medida un hijo bien puede suponer un gasto actual o una inversión a futuro, es decir, ser un ingreso económico o relacional para la vejez. Así pues, incluir un hijo en la conformación familiar implicaría desestabilidad a nivel económico, en tanto se reconoce que el sostenimiento de una familia con hijos es más complicado. Esta apreciación remite a los sujetos a experiencias vividas en el pasado; por ejemplo, el hombre de pareja uno expresa “yo fui una persona muy pobre económicamente” (P1H, comunicación personal, 2019), o en su actual conformación, la mujer de la pareja tres dice:

Me doy cuenta que estoy embarazada, ya ahí se complica todo porque ya como tengo que cuidarme más por el diagnóstico, (...) él se viene para Medellín, yo me quedo con mis papás viviendo y al tiempo como la falta de estar juntos nos venimos y perdimos el bebé, una etapa muy compleja para nosotros porque pasamos muchas dificultades económicas. (P3M, comunicación personal, 2019)

De acuerdo con lo anterior, lo económico se convierte en una especie de restricción o barrera para llegar a tener un hijo, en este caso un ideal de vida donde la economía esté resuelta y dado que en la sociedad actual la precariedad de las condiciones laborales es característica (Arbuet, 2014; Márquez, 2010; Martínez, 2006), la posibilidad de tener un hijo se posterga o no se contempla, dado que el dinero no es suficiente para cubrir todas las necesidades de cada miembro de la familia; sobre esto el hombre de la pareja cinco plantea:

No quiero pensar que la plata no me va a alcanzar para lo que quiero, sino que quiero comprar pañales, ya la plata no me la voy a poder gastar, por ejemplo, comprándome algo que a mí me gusta, sino comprar algo que el niño necesita. (P5H, comunicación personal, 2019)

En lo que respecta a la relación entre el ámbito social y familiar, los participantes perciben que las condiciones sociales actuales son bastante inseguras para los menores dados los índices de violencia, siendo este aspecto una causa de mayor peso para abstenerse a tomar la decisión de tener o adoptar un hijo, para así no someter a otro ser a condiciones peligrosas; al respecto el hombre de la pareja seis dice “para mí era un caos ver tanto niño sufriendo (…), por tanta ruptura social y eso me ha preocupado (…) pero en ese sentido no quisiera ver sufrir a otra persona y máxime si es sangre de mi sangre” (P6H, comunicación personal, 2019).

Finalmente, en lo relacionado con lo demográfico, las parejas cuatro y seis reconocen que el planeta está sobrepoblado, así, el no tener hijos se convierten en su aporte para el cuidado del medio ambiente; al respecto, la mujer de la pareja cuatro refiere “yo no lo descarto, en cambio él sí, prácticamente la superpoblación, el medio ambiente ya no necesita seres humanos, entonces cero hijos” (P4M, comunicación personal, 2019). En el caso de la pareja seis esta misma concepción permite considerar la posibilidad de adoptar un hijo.

3. Ideales frente a la crianza de un hijo

La crianza entendida como la orientación de los padres al momento de favorecer y promover el bienestar y desarrollo del niño (Bocanegra, 2007), al parecer genera ansiedad en los participantes, aspecto que de alguna manera la idealiza, es decir, como si debiera de ser perfecta.

Por un lado, es concebida como una práctica en la que cualquier error traería consecuencias garrafales, en tanto se está formando moralmente a un ser que en el futuro va a entrar en contacto con el resto de la sociedad, así, se evidencia que no soportarían la culpa ante el error; en su lugar, refieren que no se sienten preparados para asumir el rol como padres. Por otro lado, perciben, ya sea por lo que estuvo o no presente en su historia, que los padres son los encargados de cuidar a un hijo y ya que tienen otras prioridades, sean individuales o como pareja, se preguntan: ¿quién lo va a cuidar?, así pues, aparece una descalificación en el acompañamiento que otras redes de apoyo pueden brindar en dicha labor, pues refieren que esta es una manera de des- responsabilizarse o que no asegura la calidad de la formación de un hijo, por ejemplo, la mujer de la pareja ocho dice:

No estoy de acuerdo que una mujer tenga hijos y se los deje a la niñera o a la vecina o a la mamá a cuidar mientras ella se va a trabajar, no lo estás cuidando tú, los está cuidando cualquier otra persona y ahí radica muchos problemas que hay de comportamiento hoy en día en la sociedad, antiguamente la mujer se quedaba, tristemente, se quedaba en la casa todo el día cuidando sus hijos pero eso de alguna manera ayudaba, según yo, a que esa persona evitara malas influencias, malos caminos. (P8M, comunicación personal, 2019)

De esta manera la presión social, por parte de amigos o familiares, que algunas conformaciones refieren, no es suficiente para tomar la decisión de tener un hijo, pues su posición precisamente responde a una ideología construida conforme a su trayectoria de vida, que evidencia una actitud meditada.

4. Desacuerdo entre los ideales de los miembros de la pareja

Los entrevistados reconocen que hablar sobre el tema de tener o no hijos es necesario en toda pareja, no porque esto las defina como familia, sino porque esto les permite tomar decisiones, de acuerdo con sus ideales, como pareja y como individuos. En una de las nueve parejas entrevistadas se evidencia mayor disparidad entre sus miembros, en tanto uno desea tener hijos mientras que el otro no, de ahí a que no haya una decisión definitiva (ver referencia de P4M en el apartado dos), en todo caso, esta situación en la pareja hace que tomar esta decisión sea más difícil.

Ahora, en otros casos, el desencuentro en este tema puede ser más tenue, como sucede en las parejas uno, seis y nueve, pues en uno de sus miembros el deseo de tener hijos está definido, mientras que en el otro es dubitativo, por ejemplo, la mujer de la pareja uno plantea:

Yo estoy enfocada en otras cosas, por el momento no es tener un hijo, sin embargo, no me disgusta tampoco la idea, sé que en pareja lo hemos dialogado, pero no es algo que yo tengo plenamente definido, pero sí, me parece bonita la idea, solo que en el momento tengo pensado ubicarme laboralmente, eso hace que yo no defina bien esa situación. (P1M, comunicación personal, 2019)

Esto evidencia que algunas personas pueden ceder transitoria o definitivamente a su deseo de querer tener hijos para conservar la relación que mantienen, o bien en su deseo de no querer tener hijos, como es el caso del hombre de la pareja cinco quien podría tener o adoptar un hijo con su esposa si esta lo desea.

5. No se desea asumir el rol como padre o madre

En el discurso de cinco parejas aparece que no hay interés en ser padre o madre, ya que en su historia reconocen experiencias pasadas o presentes que les permite orientarse hacia esta idea, esto pone en evidencia que la parentalidad en lugar de ser un hecho natural se convierte en una construcción que obedece a la subjetividad permeada por la experiencia como hijo/a y la posición que frente a este quehacer se tome.

Las experiencias pasadas son más determinantes en los casos de dos hombres, el de la pareja cuatro, en quien las delegaciones2 familiares conforman este deseo y el de la pareja cinco, quien fue el cuidador de sus hermanos y quedó “curado”, hastiado; asimismo de dos mujeres, la de la pareja seis, quien vivió rodeadas de primos que molestaban su privacidad (ver referencia de P6M en el apartado uno) y además sufrió la pérdida de su madre al ella nacer y heredó sus enfermedades, y la de la pareja ocho en quien también las delegaciones familiares conforman este deseo.

Por el lado de la pareja dos las experiencias presentes son más determinantes; en ese sentido la mujer de esta pareja nombra:

Porque ya tenemos hijos se va a dañar la relación, ¡no!, pero sí cambia, se transforma la relación porque ya dejamos de ser pareja y ya empezamos a estar pendientes de otra persona, entonces pues por ahora que nosotros ya tenemos una familia, que solamente somos nosotros dos y que así vivimos bien. (P2M, comunicación personal, 2019)

En definitiva, los discursos relacionados al deseo de no tener hijos desmontan el mito frente a la maternidad que ha presionado a las mujeres a lo largo de la historia a tener hijos; asimismo, evidencian que desde la posición masculina ya se piensa la paternidad como un compromiso en mayor medida, lo que antes sucedida relativamente poco.

6. Realizar sus proyectos educativos, laborales o personales

Las cuatro parejas que hicieron referencia a sus proyectos educativos, laborales y personales relacionaron que lo característico de estos es el tiempo y esfuerzo que les demandan, lo cual hace que la idea de tener hijos sea suspendida o bien descartada, aspecto que va en vía de lo presentado en el apartado tres: preferiblemente los padres son quienes deben cuidar a un hijo para asegurarse de la calidad de la formación, de otro modo sería des-responsabilizarse de dicha labor, por lo que actualmente no está en sus planes interrumpir sus proyectos para dedicarse al cuidado de un hijo; al respecto la mujer de la pareja cinco refiere:

El hijo lo veo como eso, pues ya no vamos a volver a ir a campeonatos [deportivos] porque hay que cuidar al niño, hay que estar con él, hay que trabajar porque hay que sostener al niño, si trabajo no estoy con el niño, sería lo mismo que el perrito, todo el día en un guardaría o que lo esté cuidando alguien. (P5M, comunicación personal, 2019)

Lo dicho devela que de momento hay prioridad en la satisfacción individual antes que sacrificar los intereses educativos, laborales o personales por otro, en especial por parte de las mujeres, pues llama la atención que el intento por tener un hijo biológico o adoptado se ha dilatado en tres de estas cuatro conformaciones, ya que están a la espera que las mujeres culminen con sus estudios universitarios o bien se ubiquen laboralmente, al respecto el hombre de la pareja seis dice “de parte mía, esperando a que ella termine la carrera y tenga el compromiso para con este nuevo ser, esté más al tiempo de dedicación que necesite” (P6H, comunicación personal, 2019).

Ahora, cabe aclarar que esto no quiere decir que haya un intento de perpetuar los roles tradicionales y hegemónicos de hombres y mujeres, pues en el discurso de las parejas se evidencia una distribución equitativa de estos; por el contrario, esto transmite una idea de que cada vez está más aceptada y extendida, a saber, que las mujeres no solamente deben ser las amas de casa o madres, y, además, que los hombres respetan sus proyectos educativos y laborales.

7. Lealtad a las delegaciones familiares

Garciandía (2015) sostiene que “las delegaciones familiares están muy presentes en cómo los individuos actúan sus vida cumpliendo funciones que no corresponden a su self, sino a personas con las que se han relacionado” (p. 127), toda vez que es a partir de las conversaciones que se tienen con los otros, en especial los cuidadores primarios, que se construye e interioriza una percepción sobre sí mismo y sobre lo que se debe hacer o no, de manera que con nuestros pensamientos y comportamiento cotidianos, además, le estamos dando voz a quienes fueron o son importantes en nuestras vidas, al tiempo que cumplimos con sus mandatos.

Un reflejo de lo anterior es evidenciado en tres participantes en quienes los discursos insistentes de sus familias de origen durante su infancia o adolescencia aún resuenan: “cuidarse de una barriga” (P1M, comunicación personal, 2019), “no dañarse la vida” (P8M, comunicación personal, 2019) o “tener plata” (P4H, comunicación personal, 2019). Por lo tanto, estas expresiones permiten construir discursos que tienen un efecto de verdad sobre los sujetos y se convierten en un factor definitorio respecto a los significados que se asocian al no querer tener hijos.

8. Estado de salud de un miembro de la pareja

En tres parejas, la ausencia de los hijos se presenta, además, a causa de enfermedades que padecen las mujeres que las conforman, la cuales ponen en riesgo su salud en caso de quedar en embarazo o definitivamente se los impide. Ahora, en estos casos coexisten deseos que se orientan en dos vías y les permiten asumir esta realidad de manera diferente; por un lado, está la mujer de la pareja seis quien, desde temprana edad, dadas sus experiencias familiares, reconoció que no quería tener hijos para que su individualidad no fuera invadida, de ahí a que su condición se haga más llevadera y sumen otros motivos para apoyar esta decisión (ver referencias de P6M en el apartado uno, de P6H en el apartado dos y seis).

Caso contrario sucede con las mujeres de las parejas tres y siete, quienes reconocen que en su deseo está tener un hijo a futuro, aspecto que si bien les permite reconocer lo que esto implicaría (ver referencias de P7H en el apartado uno y de P3M en el dos), también las lleva a considerar de manera más clara otras posibilidades como tratamientos asistidos o la adopción junto con sus parejas, al respecto el hombre de la pareja tres dice “sí, si más adelante no se pudiera tener por lo de la enfermedad y eso, buscar otras opciones como adoptar o algo, no ahora pero sí por ahí en tres o cuatro años” (P3H, comunicación personal, 2019) y el de la pareja siete dice:

Persiste, claro, eso de todas maneras no ha generado la idea ni la ausencia de esfuerzo para tener hijos, en este momento estamos a la espera de otro intento de inseminación, entre otras cosas, porque nos han dicho que el problema de ella físico no es grave, que quizá se está acercando una edad donde es más complicado. (P7H, comunicación personal, 2019)

Quedando claro, a partir de lo dicho aquí, que la ausencia de hijos no siempre es una decisión consciente, sino que también es un acontecer que responde a la realidad de cada pareja, como es la biológica e ideológica en este caso o como es el caso de otras de las parejas participantes en esta investigación, que consideran los pro y los contra sociales, políticos, económicos y demográficos de tener un hijo, de manera que no solo responde a la imposibilidad de concebir.

Discusión y conclusión

Lo desarrollado hasta este punto constata que los significados construidos por cada pareja amplían los motivos que explican por qué las familias no tienen hijos; así pues, si volvemos al paradigma que permitió entender este fenómeno o realidad se podría decir que pueden haber tantas razones para no tener hijos como parejas e individuos hay —y aquí cabe aclarar esto no anula la referencia a la realidad social compartida—, pues en todo caso, esta decisión consciente o inconsciente, transitoria o definitiva obedece a una lógica relacional establecida consigo mismo y el otro, ya sea en el pasado o en el presente.

Así pues, son muchas las coincidencias que evidencian ciertos ideales compartidos por los individuos contemporáneos, ideales que estos consideran van en contravía de las necesidades que puede llegar a presentar un hijo. Así, es común que los individuos reconozcan que no hay presencia de hijos por el temor a perder la libertar para realizar el proyecto de vida laboral o educativo, ideas que comparten Barimboim et al. (2013), Chacón y Tapia (2017), Martínez (2006) y Zicavo (2013) en los resultados de sus estudios; este temor también incluye las actividades de esparcimiento planeadas o esporádicas; en suma, un estilo de vida que como lo dijo Alberdi (2014) se ha construido, tal como lo manifestaron los participantes de esta investigación: un hijo requeriría la multiplicación de los esfuerzos, de modo que la ausencia de los hijos, en ocasiones, se percibe como una ventaja pese a que pueda existir el deseo de tener un hijo a futuro, percepción que también comparten los participantes de las investigaciones lideradas por Hanco (2012) y Zicavo (2013).

En otros casos, se evita ejercer de nuevo este rol, es decir, la experiencia vivida en el lugar de hijo, quizá mayor, que cuidaba a los hermanos en ausencia de los padres continúa influenciando las decisiones, así, la parentalización temprana, como también lo encontraron Barimboim et al. (2013), Chacón y Tapia (2017) y Zicavo (2013) bien pudo permitir el reconocimiento de las responsabilidades que implicaría tener un hijo o pudo extenuar las energías para ejercer dicho rol, que en todo caso devienen de la percepción de que no se cuentan con los recursos materiales o personales para disponerse a recibir a un hijo en el hogar. En esta misma vía, Ávila (2005) presenta vivencias infantiles relacionadas con la violencia intrafamiliar, también están presentes en los motivos para no tener hijos.

Se evidencia así una cuestión interesante tanto en este estudio como en otros, respecto a la presencia o ausencia de los hijos en el hogar, a saber, que la decisión de tener hijos se ve atravesada por la reflexión previa de la representación de sí mismo, es decir, se consideran, por ejemplo, si existe el deseo para asumir el rol como padre o madre o si los gustos, necesidades y proyectos individuales son compatibles con las necesidades que tendría un hijo (Alberdi, 2014; Barimboim et al., 2013; Martínez, 2006).

De esta manera, en la vía de lo que propone Zicavo (2013), la decisión transitoria o definitiva de no tener hijos se da en un contexto en el que predomina el paradigma individualista que entra en tensión con el modelo altruista, en el que paradójicamente se piensa en el daño que se le llegaría a causar en el futuro a otro, sea por la ausencia que supondrían las responsabilidades laborales o educativas, o porque los gustos, necesidades y proyectos individuales van en contravía de las necesidades que tendría un hijo, así podría decirse que los individuos contemporáneos, al parecer, piensan en la parentalidad más como una posición como padre o madre que como el tener un hijo como un objeto o como el despliegue del instinto paterno o materno, siendo esto:

Una razón de carácter novedoso que aparece para posponer los hijos es la falta de tiempo para estar con ellos. El trabajo del hombre, y sobre todo el trabajo de la mujer, son argumentos de peso en la explicación de esta causa. (Alberdi, 2014, p. 18)

Lo anterior, en la perspectiva de los hallazgos de esta investigación, pone en tensión lo dicho por Zicavo (2013), pues no solo es el modelo de feminidad tradicional y hegemónico el que se está replanteando en las interacciones sociales, el que a su vez produce cambios en las formas de relacionarse con sí mismo y con el otro, también el modelo de masculinidad, pues en este estudio, conocer la perspectiva de los hombres permitió identificar que estos, a partir de la decisión de no tener hijos transitoria o definitivamente, también cuestionan ideales sociales frente a la pareja, la familia y el género (Barimboim et al., 2013).

Bajo este mismo paradigma también aparece una consciencia ecológica, mediante la cual se busca cuidar los recursos del planeta, postura que hasta ahora no se había nombrado en los antecedentes relacionados; asimismo la conciencia de finitud frente a la relación de pareja, la cual es incompatible con la unión para toda la vida que supondría un hijo (Barimboim et al., 2013; Zicavo, 2013), de ahí a que se suspenda o descarte la decisión de tener un hijo, esto último porque particularmente los participantes de esta investigación piensan que la separación entre padres o entre padres e hijos es incompatible con un ambiente de crianza adecuado.

Lo anterior permite considerar, tal como lo encontró Martínez (2006), que para las parejas participantes el valor social de los hijos no ha cambiado, pues de lo contrario no se presentaría la preocupación por establecer y favorecer un ambiente material y relacional idóneo. Ahora, lo que sí se muestra como una modificación novedosa es lo que los hijos representan; Hanco (2012) se suma a estas ideas diciendo que en la actualidad los hijos ya no están rodeados por ese encanto que favorecía que solamente se hablara de lo maravilloso que era tener hijos, mientras que se hablaba poco de las dificultades que se presentaban al ser padre o madre; ni significan esa realidad inevitable producto de la naturaleza, en tanto ahora son producto de la reflexión y libre elección de cada pareja, lo cual permite pensar que actualmente los hijos tienen más valor sea que se quieran tener o no (Martínez, 2006).

Los significados de estas parejas muestran que los individuos contemporáneos ya no limitan la noción y el valor de la familia a la presencia de los hijos, sino que con mayor presencia se da lugar a las elaboraciones mismas que configuran formas diversas de familia desde las representaciones de sus miembros (Alberdi, 2014; Hanco, 2012), para así construir nuevas formas de ser familia que no están supeditadas a la presencia de los hijos, en tanto estas no pervierten la convicción con base a la cual se la conforma (Granada, 2019; Moreno, 2014; Oliva y Villa, 2014; Palacio, 2009; 2010; Palacio y Cárdenas, 2017).

Asimismo, separan la sexualidad de la reproducción, ampliando así las maneras en que esta se puede llevar a cabo, es decir, más allá del sexo, está el disfrute por compartir momentos con el otro sea como pareja o como individuos (Alberdi, 2014; Martínez, 2006). Además, esto incentiva a considerar con detenimiento las situaciones sociales, políticas, económicas y demográficas antes de tomar la decisión de tener un hijo (Alberdi, 2014; Hanco, 2012; Zicavo, 2013). Así como las situaciones mismas que se pueden presentar al interior de la familia, esto con relación al estado de salud de los miembros que la conforman —aspecto que hasta ahora no se había nombrado— y a la representación de los hijos como un gasto en el presente o un recurso relacional para la vejez; de esto último Hanco (2012) plantea que al final se pasará la vida con la pareja, es decir, hay conciencia de que los hijos partirán del hogar.

De esta manera, queda claro que lo reconocido por las parejas participantes se da en el seno de sus familias de origen, lo cual les permite cuestionar y transformar las ideologías tradicionales, transmitidas de generación en generación, esto es evidente no solo en esta investigación, sino también en la realizada por Barimboim et al. (2013), Cárdenas-Medina et al., (2015), Hanco (2012), Martínez (2006) y Zicavo (2013), pues no solamente las mujeres se están preocupando por la implicaciones que hay tras tener un hijo o la decisión misma (Ávila, 2005; Chacón y Tapia, 2017; Zicavo, 2013), sino también los hombres, rompiendo así con los estereotipos de género (Ferreira, 2019).

Ahora, los participantes de esta investigación, al haber crecido en familias tradicionales, dejan claro que este no es el único referente bajo el cual se va a conformar la propia familia, pues hay múltiples influencias del contexto. Granada (2019) reconoce la cercanía al mundo digital, aspecto que también es reconocido por un miembro de las parejas participantes del estudio (P2H, comunicación personal, 2019); así, sean cercanos o lejanos, estos favorecen que se construyan otros ideales familiares, dejando abierta la posibilidad a cuestionar otras conformaciones familiares sobre las cuales se tienen prejuicios como son las familias homoparentales, tal como lo plantea Ferreira (2019) o que quizá no han sido objeto de atención, como una tía y un sobrino que viven juntos, como lo reconoce un miembro de las parejas participantes (P6M, comunicación personal, 2019).

Finalmente, se puede decir que, con base en la narrativa de los participantes de la presente investigación y lo rastreado en las fuentes investigadas, posteriores investigaciones que se realicen pueden atender a: 1) comprender el significado, las diferencias e implicaciones que hay entre tener . adoptar un hijo; 2) describir los periodos o etapas de crisis que enfrentan las familias sin hijos, pues como sucede en el caso de las parejas que deciden tener hijos, la llegada de estos implica una reestructuración familiar que puede ser entendida como un periodo o etapa de crisis; 3) comprender el fenómeno que a la postre emerge en los hogares familiares sin hijos, a saber, el lugar que antes se le otorgaba a los hijos ahora parece ser que se le está otorgando a las mascotas y en esa vía identificar en qué están siendo desplegadas las funciones parentales en los hogares familiares sin hijos; y 4) describir la influencia que ha tenido el contexto educativo en el cambio de concepción de la familia o bien identificar cuáles han sido esos contextos que han influido en dicho cambio de concepción.

Asimismo, es importante que se contrasten los indicios que aquí se presentan, pues estos corresponden a las nueve parejas participantes, en esa vía están revestidos de aspectos sociales, políticos, económicos, demográficos, culturales y subjetivos que, si bien pueden ser similares en otros contextos, otros participantes no se pueden sostener de manera inalterada. Otro aspecto para profundizar, teniendo en cuenta las limitaciones del estudio, implica ocuparse de la diversidad de parejas, pues aquí, como una delimitación metodológica para focalizar el problema de la reproducción y la familia, solamente nos ocupamos de las parejas heterosexuales. Por último, también se puede poner en tensión aspectos como: el momento vital en el que se encuentran las parejas, pues la edad de los participantes se constituyó como otra limitación de este estudio, ya que solo participaron parejas jóvenes; el nivel académico, ocupación y las condiciones socioeconómicas, pues la mayoría de los participantes cuenta con educación superior, lo que los sitúa en contextos laborales, educativos o ambos y en los estrato medio-bajo (esto teniendo en cuenta las clasificaciones colombianas), respectivamente.

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Notas

* Trabajo realizado en el marco del proyecto de investigación Significados de familia en parejas heterosexuales sin hijos, que se llevó a cabo desde agosto de 2018 hasta junio de 2020 en la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales de la Corporación Universitaria Minuto de Dios – UNIMINUTO. Bello, Antioquia, Colombia.
1 Dentro de esta clasificación también se encuentran la tipología generacional, basada en la edad de los miembros y la tipología de ciclo de vida, basada en la relación de dependencia a lo largo del ciclo de vida del hogar; a su vez, dentro de esta tipología se categorizan los hogares familiares: nucleares con hijos; amplio extenso o compuesto; familiares sin núcleo y los hogares no familiares: unipersonales; no familiares sin núcleo.
2 Las referencias de P4H y P8M sobre las delegaciones familiares se encuentran en el apartado siete, pues aun cuando se relacionen con las experiencias pasadas, es un fenómeno diferenciado que vale la pena presentar de forma particular.
Cómo citar este artículo: González Gaviria, M. A., García Quintero, C. S., Baena Vallejo, G. A. y Velásquez Muñoz, D. S. (2022). ¡No tenemos hijos!, narrativas de familias contemporáneas frente a la parentalidad. Revista Latinoamericana de Estudios de Familia, 14(1), 139-158. https://doi.org/10.17151/rlef.2022.14.1.8.

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