Artículos de Investigación o Investigación Creación

Esta Canción es como un Río: La Creación Musical Colectiva como Punto de Partida para la Transformación Social en Antioquia

This Song is Like a River: Collective Musical Creation as a Starting Point for Social Transformation in Antioquia

Juan Fernando Alzate Londoño
Universidad de Antioquia, Colombia

Revista Académica Estesis

Tecnológico de Artes Débora Arango, Colombia

ISSN: 2539-3995

ISSN-e: 2539-3987

Periodicidad: Semestral

núm. 14, 2023

investigacion@deboraarango.edu.co

Recepción: 04 Abril 2023

Aprobación: 09 Junio 2023



DOI: https://doi.org/10.37127/25393995.179

Resumen: El presente texto describe el desenvolvimiento de una experiencia de articulación entre artistas musicales de los departamentos de Chocó y Antioquia que deciden encontrarse para conversar sobre sus prácticas culturales, circular sus piezas musicales y desarrollar una creación musical colectiva durante los tiempos del confinamiento por la pandemia del COVID-19. A través del proyecto La Chirinuestra en diálogos musicales entre el valle, la montaña y el mar, se formularon preguntas por la restauración del tejido social y la afirmación de las identidades culturales de cuatro agrupaciones musicales en el departamento de Antioquia, más precisamente entre los municipios de Támesis, Campamento, Necoclí y Acandí. Al momento de valorar esta experiencia y profundizar en esa relación entre las prácticas musicales y la restauración del tejido social, se hace pertinente enunciar tres elementos: la creación musical colectiva; los diálogos musicales y la Bitácora sonora entre el valle, la montaña y el mar. Es por eso que, para describir la experiencia creativa de estas agrupaciones musicales (La Chirinuestra de Medellín, el Totumo Encantado de Necoclí y el grupo Rebe-lion de Támesis), se adopta la narrativa del río que fluye a través de tres geografías y momentos distintos: la montaña, cuando nace el río; el valle, en el transcurso del mismo; y finalmente el mar –o el golfo-, cuando desemboca.

Palabras clave: Creación musical colectiva, músicas locales, restauración del tejido social.

Abstract: This text describes the development of an experience of collaboration between musicians from the departments of Chocó and Antioquia who decide to come together to discuss their cultural practices, share their musical pieces, and create collective music during the confinement times of the COVID-19 pandemic. Through the project "La Chirinuestra in musical dialogues between the valley, the mountain, and the sea," questions were formulated regarding the restoration of social fabric and the affirmation of cultural identities of four musical groups in the department of Antioquia, specifically in the municipalities of Támesis, Campamento, Necoclí, and Acandí. In evaluating this experience and delving into the relationship between musical practices and the restoration of social fabric, it is pertinent to mention three elements: collective musical creation, musical dialogues, and the sound logbook between the valley, the mountain, and the sea. Therefore, to describe the creative experience of these musical groups (La Chirinuestra from Medellín, El Totumo Encantado from Necoclí, and the group Rebe-lion from Támesis), the narrative of the river flowing through three different geographies and moments is adopted: the mountain, where the river is born; the valley, as it flows; and finally, the sea - or the gulf - where it ends.

Collective musical creation, local music, restoration of social fabric.

Keywords: Collective musical creation, local music, restoration of social fabric.

Introducción

A las seis de la tarde, en el corregimiento El Totumo del municipio de Necoclí, los repiques de un tambor llamador indican que la rueda bullerenguera ha comenzado. A esa misma hora, cientos de kilómetros al sur, un grupo de señores y señoras prueban el primer trago de aguardiente y afinan sus guitarras, tiples y requintos para darle vida a la parranda en el municipio de Támesis; a unas cuantas cuadras de la parranda, un par de jóvenes se reúnen en un cuarto para rasguear en sus guitarras los clásicos del Rock en español. Entre las montañas que inspiraron a Epifanio Mejía, al norte del departamento de Antioquia, otro grupo de niños y jóvenes se atreven a sonar las trompetas, los trombones, los clarinetes y las flautas en un pequeño salón que a su vez es la Escuela de Música del municipio de Campamento.

En tan solo dos años, estos grupos de personas han configurado una experiencia musical y pedagógica desde sus territorios. La osadía y la posibilidad de encontrarse en medio de circunstancias adversas como la pandemia, de acortar las distancias geográficas y de consolidar un discurso a través de las diferencias culturales, le han dado sentido a La Chirinuestra en diálogos musicales entre el Valle, la Montaña y el Mar.1

Ahora, para la lectora o el lector que le interese embarcarse en esta experiencia, le serán útiles las siguientes preguntas: ¿qué potencial devela la creación artística y musical en un momento histórico que presenta tantas adversidades para las personas?, ¿por qué es importante hablar de las identidades culturales y de la restauración del tejido social en el departamento de Antioquia?, ¿cómo se desenvuelve una experiencia de creación musical colectiva en tiempos de confinamiento?

Canaletear la Experiencia de Creación Musical Colectiva

Es bien sabido que el agua es indispensable para el desarrollo de muchas formas de vida en el planeta. Aunque son muchos los afluentes hidrográficos que constituyen los paisajes en el Noroccidente andino de Colombia y a su vez, en Antioquia, donde se reconocen varias cuencas y ríos, también asistimos a artificiosos esfuerzos que impactan el paisaje y la vida de muchas comunidades con el pretexto de la generación de energía eléctrica. Afortunadamente, algunos de los ríos entre los departamentos de Antioquia, Chocó, Córdoba y Bolívar todavía son navegables y además proveen de alimentos a muchos de los grupos humanos que allí habitan.

Estos ríos evocan la fluidez, posibilitan la circulación y el transporte, pero también encauzan la recreación y la vida. Dichas experiencias alrededor del agua, fueron suscitadas durante unos diálogos que fluyeron entre un grupo de jóvenes músicos del departamento de Antioquia que pudieron encontrarse para hacer música y contar historias. Pero ¿por qué comparar el curso de un río con una experiencia de creación musical? Un río nace, discurre y desemboca en otras aguas; la metáfora del río explica el proceso de creación musical colectiva de La Chirinuestra como una travesía por algunas culturas musicales del Noroccidente de Colombia, más precisamente, por cuatro regiones del departamento Antioquia: Urabá, Norte, Valle de Aburrá y Suroeste.

“Canaletear una experiencia de creación”2 es una frase que funciona para definir el punto de partida de la navegación por las distintas sonoridades en las regiones de Antioquia. Canaletear entonces es mantener el curso de la embarcación; y en esta travesía, los integrantes de las agrupaciones: La Chirinuestra, El Totumo Encantado y Rebe-lion, llevan su canalete para contar cada historia. Este grupo de jóvenes tuvo la oportunidad de verse presencialmente, pero los encierros por la pandemia del COVID hicieron que el primer contacto entre ellos fuera obligatoriamente virtual.

Las videollamadas se hicieron más cotidianas durante los días de confinamiento y, en muy poco tiempo, la mayoría de las personas se sintieron abrumadas frente a esa modalidad de comunicación. Mientras tanto, plataformas como Jitsi Meets facilitaron “canaletear la experiencia de creación” y sincronizar algunos esfuerzos, así como desarrollar seis encuentros para la producción de cuatro piezas sonoras, es decir, una pieza musical inédita por cada agrupación y una creación musical colectiva. Hoy, las propuestas musicales son diversas, hay músicas de bullerengue, músicas de marimba, hay influencias de las músicas andinas colombianas, y hay vestigios del rock en español de la década de los noventa.

Algunas de las agrupaciones contaron con dispositivos técnicos suficientes en sus municipios para la captura de sonido, otras tuvieron más experiencias en la grabación de audio; sin embargo, todos los navegantes contaron con el esfuerzo de los demás hasta consolidar el trabajo más significativo: consolidar una sonoridad que reuniera las identidades musicales de estas agrupaciones en una creación musical colectiva.

Entre las estrategias propuestas para la grabación se destaca una iniciativa que con el paso de las semanas y los intercambios de saberes musicales fue reconocida como Bitácora Sonora entre el valle, la montaña y el mar, nao que portea el proceso creativo entre las agrupaciones, las prácticas musicales registradas en los territorios, los paisajes sonoros grabados y algunos materiales audiovisuales que facilitan la comprensión de las culturas musicales en las mencionadas regiones de Antioquia. Los vídeos, los archivos de audio y las transcripciones musicales que reposan en la bitácora, son registrados, clasificados y reseñados por los integrantes de las agrupaciones musicales.

Es a partir de estas circunstancias que empieza la travesía por la experiencia creativa. Tanto los intercambios de saberes musicales, como la emergente bitácora sonora y los deseos de estas agrupaciones por encontrarse en las diferencias culturales, evidencian que el viaje ha comenzado.

La Montaña



“Y el sol al morir tras las montañas también muere en mi interior para poder resurgir”

Fuente: Grupo Rebe-lion

Un antecedente del encuentro entre las agrupaciones Rebe-lion de Támesis y la Chirinuestra de Medellín, aparece en las actividades de organización social y campesina que ha dinamizado la corporación Centro Taller Recreo (de Medellín) desde el año 2010 en algunos municipios del Suroeste antioqueño. Precisamente, en Támesis se ha impulsado un Circuito Económico Solidario (CESTA) y se ha acompañado a un colectivo de campesinas y campesinos (CAT) de distintas veredas del municipio que se organiza en torno a la soberanía alimentaria, la permanencia digna en los territorios y la agroecología.

Centro Taller Recreo ha favorecido el desarrollo del Festival Campesino Solidario por la Defensa de la Economía Campesina en el que La Chirinuestra ha participado desde la planeación, las actividades logísticas, la programación educativa y la agenda cultural. Rebe-lion ha coincidido con La Chirinuestra en las versiones del festival, y es a través de esas participaciones que se ha generado un reconocimiento y un vínculo entre ambas agrupaciones.

El municipio de Támesis es reconocido por su paremia: “La tierra de siempre volver”. Además del casco urbano, cuenta con dos corregimientos y treinta y siete veredas que son atravesadas por la cordillera occidental, el río Cauca y el río Cartama; sumado a estas condiciones, Támesis es un municipio que basa su economía en actividades agropecuarias y el comercio de bienes y servicios (Garcés, 2018). La incidencia eclesiástica en la cultura tamesina es muy evidente, y si se hace una observación generalizada de su población es posible afirmar una tendencia conservadora en sus prácticas culturales. Frente a ese panorama, los movimientos del rock se han posicionado como una apuesta contracultural desde la década de los ochenta y a pesar de que hoy ya no goza del mismo auge dentro de la población, resulta particular notar cómo una agrupación de jóvenes se apropia de estos referentes para su expresión vital en el municipio.

Rebe-lion nace en la tierra del siempre volver a partir de la iniciativa de dos adolescentes que estudiaban en el colegio Liceo San Antonio de Padua y que sienten la afinidad por tocar los instrumentos de cuerda y percusión. Con la compañía de su profesor de música, estudiantes de música y otros músicos de la escena local tamesina, el dueto emergente se transforma en un formato de batería, bajo, guitarra eléctrica, teclado, saxofón, trompeta y voces.

Además de la escena rockera, en Támesis hay una banda sinfónica que lleva por nombre Santa Cecilia, hay una escena del rap, hay agrupaciones de músicas tropicales, músicas guascas y carrileras y desde hace aproximadamente quince años, se celebra el Festival de Músicas Campesinas Luis Bernardo Saldarriaga. Este universo musical y cultural tan vasto, hace que los integrantes de Rebe-lion transiten por diferentes senderos ya que, algunos músicos de la agrupación no tocan exclusivamente rock, sino que también participan de la Banda Sinfónica y de los grupos tropicales. Estos trayectos espontáneos entre diversas escenas musicales del municipio facilitan el diálogo de Rebe-lion con otras sonoridades del departamento.

Cuando los integrantes de La Chirinuestra invitan al grupo Rebe-lion a participar de los diálogos musicales del mes de septiembre del año 2020, sus participantes afirmaron que esa era la primera ocasión que se les proponía componer una letra y una música inéditas. Influenciados por los repertorios del rock en español, la banda decide sacar a la luz una canción que se titula “Palabras”. La grabación de las pistas (que utilizó un formato de batería, guitarra eléctrica, bajo, teclado, saxofón, trompeta y dos voces) fue orientada por dos integrantes de La Chirinuestra en las instalaciones del Parque Educativo de Támesis utilizando equipos propios y otros de la emisora local y de la Banda del municipio.

Panorama del municipio de Támesis visto desde el Hogar Juvenil
Fig. 1
Panorama del municipio de Támesis visto desde el Hogar Juvenil
Fotografía: Alzate Londoño, J.F. (2021)

Esta pieza está compuesta sobre la tonalidad de re mayor, cuenta con un lenguaje armónico intuitivo determinado por la guitarra, el bajo y el sintetizador; su estructura es de carácter estrófico y sus secciones se conectan a través de frases melódicas interpretadas por el saxofón y la trompeta. El tempo veloz de la pieza sugiere una atmósfera fulgurante que es coherente con el contenido lírico de la canción.

Sin ser tan exhaustivos en los paisajes que logran verbalizar y musicalizar los jóvenes de Rebe-lion, es importante anotar que la diversidad de los ecosistemas que constituyen al Suroeste antioqueño se ha visto amenazada por intereses extractivos de diversos proyectos mineros. Frente a la avanzada de empresas multinacionales, se posicionan movimientos sociales y ambientales —algunos mencionados anteriormente— que reivindican una cultura de la conciencia por el territorio; estas tendencias se hacen evidentes en algunos programas de los municipios y especialmente en Támesis, donde ha habido un interés por acercarse al patrimonio arqueológico3 en miras de generar políticas educativas y ambientales que protejan al territorio de intervenciones perjudiciales para sus ecosistemas.

Así como el grupo Rebe-lion evoca los paisajes de la montaña, en la región del Suroeste se identificaron artistas juveniles que en sus composiciones exaltan la biodiversidad de los territorios, pero también satirizan las tensiones administrativas y ambientales relacionadas con la minería4. Además de las problemáticas ambientales, hay otros temas que circundan la producción musical de estas agrupaciones en el departamento de Antioquia que, a través del Valle, siguiendo el cauce de estas aguas, presentan un tópico que atraviesa la realidad global: el destierro y el despojo.

David Villa en sesión de grabación de guitarras en el Parque Educativo de Támesis
Fig. 2
David Villa en sesión de grabación de guitarras en el Parque Educativo de Támesis
Fotografía: Alzate Londoño, J.F. (2020).

Juan José Conde en sesión de grabación de batería en el Parque Educativo de Támesis
Fig. 3
Juan José Conde en sesión de grabación de batería en el Parque Educativo de Támesis
Fotografía: Alzate Londoño, J.F. (2020).

El Valle



“(…) Mi historia es de ceniza y mi destino sobrevivir”

Fuente: La Chirinuestra

Son innumerables las alusiones al destierro y el despojo en Colombia, muchas de ellas vacías de reflexión. Para irradiar un poco esta realidad, el foco que quiso darle La Chirinuestra al fenómeno consistió en describir precisamente esas circunstancias de habitantes del campo que migran hacia las urbes para resolver algunas de sus necesidades o para encontrar otras alternativas de vida; paradójicamente, en las últimas décadas se ha evidenciado un proceso inverso en el que habitantes de ciudades muy pobladas se desplazan a centros urbanos más pequeños e incluso hacia las zonas rurales en busca de estilos de vida menos agitados. La pandemia, con los confinamientos y las posibilidades del teletrabajo, acentuaron esta situación. Llegar al valle implica atravesar unos tramos caudalosos en los que surgen preguntas por las brechas y las fracturas entre los distintos grupos sociales.

Esta centralidad urbana, de accidentada geografía, de altos relieves, de nacimientos y desembocaduras, de pequeños afluentes, constituye un escenario de conflictos históricos, materiales y culturales que se expresan con la fuerza del caudal de una cascada. Canaletear estas aguas de manera individual es absurdamente pretencioso porque se necesita del esfuerzo colectivo, de las capacidades y experticias que configuran la historia de vida de cada navegante; y en este caso, producir una pieza sonora que toque la esencia del valle, implica dinamizar el encuentro creativo de los integrantes de La Chirinuestra.

El encuentro creativo para producir “Cenizas” consistió en el desarrollo de diálogos musicales virtuales y en la grabación remota de sus instrumentos. Uno de los integrantes grabó el clarinete desde el municipio de Yarumal en el Norte de Antioquia. Otros aprovecharon la flexibilización de los confinamientos (el pico y cédula) para encontrarse en sus casas y grabar la trompeta, el trombón, la guitarra, las voces; y para terminar los procesos de captura de audio y desplazarse hasta el municipio de Angelópolis donde se grabó a uno de los integrantes de la agrupación que interpretaba la percusión.

De izquierda a derecha: Leonardo Arbeláez y Juan Fernando Alzate en sesión de grabación en el municipio de Angelópolis
Fig. 4
De izquierda a derecha: Leonardo Arbeláez y Juan Fernando Alzate en sesión de grabación en el municipio de Angelópolis
Fotografía: Gil González, D. (2020).

David Gil y Leonardo Arbeláez en sesión de grabación en el municipio de Angelópolis
Fig. 5
David Gil y Leonardo Arbeláez en sesión de grabación en el municipio de Angelópolis
Fotografía: Alzate Londoño, J.F. (2020).

La edición de la pieza, y posterior masterización, se hizo a través de dos softwares. Se decidió grabar sin metrónomo y se tomó como referencia el tempo de la guitarra acústica con la intención de privilegiar una métrica más flexible; la canción, que alterna la matriz rítmica de los bambucos y los currulaos con la clave habanera, adquiere características de diversas músicas del Caribe; dentro de la paleta tímbrica se encuentran dos guitarras acústicas, un bajo, una marimba, un botellón de agua, un guasá, unas claves, un clarinete, una trompeta, un trombón, una voz principal y un coro. La hibridación sonora que se escucha en “Cenizas” da cuenta del paisaje citadino, de las culturas musicales que confluyen y se transforman por las relaciones entre sus intérpretes y sus públicos.

La Chirinuestra, agrupación que compone e interpreta “Cenizas”, está integrada por músicos en formación, del Valle de Aburrá. Este nombre particular es el resultado de un juego de palabras a partir del término Chirimía, una expresión que hace referencia, en primer lugar, a un instrumento “artesanal” tradicional de Antioquia y, en segundo lugar, a dos tipos de formatos instrumentales de tradición popular en Colombia: uno en el departamento de Chocó, y otro en las montañas del Cauca y el Huila. Sin embargo, en el contexto de los eventos festivos de las ciudades, el término Chirimía es empleado deliberadamente para definir un tipo de agrupación musical conformado por instrumentos de viento y percusión, que interpreta repertorios tradicionales o de músicas tropicales, y que se contrata para amenizar festividades. La razón por la cual se reconfigura el nombre de chirimía a chirinuestra, está sustentada en la necesidad, por parte de los colectivos musicales, de compartir y expresar saberes alrededor de las culturas musicales, la creación colectiva, la circulación de sus sonoridades y la reconfiguración de las fuerzas sociales –los públicos– que habitan los territorios en cuestión. Cada gota de agua compone el río, y es ese carácter colectivo de la experiencia vital y la práctica musical, lo que les da sentido a estas aguas.

Canaletear hasta el mar significó el encuentro presencial entre los participantes de los colectivos musicales, de sus sonoridades de montaña, valle y litoral. Esta fluidez de actividades que comenzó a través de las videollamadas, desembocó en el desarrollo de un festival en el corregimiento el Totumo del municipio de Necoclí dos años después del primer acercamiento creativo.

El Mar



“Cantándoles bullerengue, en el Golfo de Urabá”

Fuente: Totumo Encantado de Necoclí

La iniciativa de una profesora de teatro, Flor María Cortés, sumada al interés de un grupo de adolescentes en el corregimiento el Totumo de Necoclí, dieron vida al Centro Cultural Totumo Encantado: un espacio de formación artística y proyección cultural que cuenta con casi quince años de existencia y que ha sido un referente de organización cultural en el departamento de Antioquia.

Aunque en un primer momento su actividad artística se concentraba en las artes escénicas y la danza, el reconocimiento de sus culturas musicales dentro del municipio los acercó al bullerengue, y fue a partir de esas búsquedas sonoras que se vincularon con La Chirinuestra para canaletear la experiencia de creación musical.

El bullerengue es una manifestación coreográfica, musical y tradicional que atraviesa un período de florecimiento en la región de Urabá, en el cual se han reconocido varias agrupaciones y semilleros que aseguran su expresión en el tiempo (López et al., 2017). En el bullerengue, su danza y su música se desenvuelven de manera simultánea: hay un tambor llamador, un tambor alegre, palmas, tablitas, voces que entonan las tonadas y coreografías que conjuran la vida en la rueda. La rueda, es a su vez sinónimo de ceremonia, es el círculo en el que se convocan cantadores, cantadoras, bailadores y tamboleros para festejar la vida y el encuentro.

Las músicas de acordeón también tienen una significación relevante en la identidad cultural del Totumo. Precisamente, durante las visitas de campo, La Chirinuestra pudo acercarse a los vestigios de una agrupación de los años 90 que se disolvió por los motivos del conflicto armado. Al escuchar los relatos de Sotero, acordeonero de la agrupación, supimos que las restricciones impuestas por parte de los grupos armados afectaron la movilización de la población por los municipios de Apartadó, Carepa, Mutatá, incluso Santa Fe de Antioquia. Hasta la fecha de hoy, se identifican en el corregimiento algunos músicos que tocan acordeones, cajas y guacharacas en los cultos religiosos.

Al fondo José Félix escuchando sesión de grabación del grupo de bullerengue en el corregimiento del Totumo, Necoclí; Robert toca el llamador, Yeferson Racero toca el alegre y Geraldine Bedoya toca la totuma
Fig. 6
Al fondo José Félix escuchando sesión de grabación del grupo de bullerengue en el corregimiento del Totumo, Necoclí; Robert toca el llamador, Yeferson Racero toca el alegre y Geraldine Bedoya toca la totuma
Fotografía: Alzate Londoño, J.F. (2021).

Cuando los participantes del Totumo aceptaron la invitación de La Chirinuestra para participar en los diálogos musicales, decidieron compartir dos tonadas bullerengueras de su autoría: “El negrito tiene sueño”, una chalupa basada en el poema de Mary Grueso5; y un fandango titulado “En el Golfo de Urabá”. También fue determinante la base del bullerengue sentao6 para darle vida a la pieza colectiva que lleva por título “Entre el valle, la montaña y el mar”.

“Vamos pa’ la tierra, el calor se siente/ mar, valles, montañas que nos unen siempre” así transcurre la letra de la creación musical colectiva. La base del sentao y las voces que acompañan la tonada auguran el viaje: una gaita corta y una quena sugieren el chillido de un mochuelo o de algún aguilucho sobre las aguas del río; el bajo soporta la estructura de la canoa -y el canalete- con motivos melódicos sutiles que apenas responden a los repiques de los tambores; el recorrido continúa hasta la entrada de la batería y la guitarra que le dan un ímpetu irreverente a esta construcción en la que se confunden el ska, el bullerengue, las músicas andinas, las músicas de marimba y las baladas.

Esta canción es como un río porque además de conectar las sonoridades de la Chirinuestra, el Totumo Encantado y Rebe-lion, nutre las prácticas culturales de estas regiones distantes y desconocidas entre sí. Aquellos imaginarios tienen un sentido en la trayectoria de estas aguas: apuntan al desarrollo de artistas y públicos garantes de una cultura más solidaria, de sujetos más conscientes de la necesidad de bienestar común, del lugar de todos en el planeta y de seres dispuestos a inventar maneras para sumarse a aquel horizonte.

Después de canaletear esta experiencia de creación musical, es necesario entonces canaletear la experiencia pedagógica: el curso de un río alimentado por varios afluentes. Las confluencias entre gestores culturales, músicos, públicos e instituciones siguen dando vida a esta experiencia. Procesos de formación musical en municipios como Campamento continúan alentando este viaje por las culturas musicales de Antioquia. Así mismo, durante el mes de septiembre del 2022 se celebraron en el corregimiento del Totumo de Necoclí los primeros Diálogos Musicales Entre el Valle, la Montaña y el Mar de manera presencial, y fue a partir del encuentro vivo para hacer música, para reflexionar sobre lo acontecido y para divulgar los aprendizajes de este par de años, que se empezó a configurar una experiencia de devolución de lo aprendido.

La Bitácora Sonora Entre el Valle, la Montaña y el Mar se encuentra en proceso de publicación a través de los Centros Culturales, de Documentación y las Escuelas en los municipios de Támesis, Necoclí, Campamento y Medellín. Lo que está al alcance de este grupo de músicos para favorecer los procesos de restauración de tejido social en Antioquia se evidencia en un impulso muy específico desde varios afluentes: por un lado está la creación musical colectiva, entendida como una posibilidad metodológica para dinamizar la actividad creativa de estas agrupaciones en Antioquia; así mismo están los diálogos musicales, que hacen referencia a los grupos focales y eventos que ponen en diálogo las experiencias y saberes culturales; y la mencionada Bitácora Sonora Entre el Valle, la Montaña y el Mar, como instrumento etnomusicológico para la comprensión de las culturas musicales en los contextos particulares de las agrupaciones musicales. Seguir canaleteando aguas de creación musical significa reconocer los distintos rostros culturales de Antioquia, afirmar los esfuerzos de la gente que confía en las oportunidades para encontrarse a repensar la vida digna.

Referencias

Arcila E., María Teresa; López, Gustavo y Hurtado, Luisa (2017). “Inventario participativo del bullerengue en Urabá” (trabajo de investigación). Medellín, Facultad de Artes, Universidad de Antioquia

Cardona Garzón, M. (2009). El método de creación colectiva en la propuesta didáctica del maestro Enrique Buenaventura. Revista Historia de la Educación Colombiana, 105-122.

Garcés, J. L. (2018). No a la minería por nuestro territorio. Iniciativas para la defensa del territorio, el medio ambiente y la cultura de Támesis. [Tesis de grado antropología]. Medellín, Universidad de Antioquia.

Maturana, H. & Pörksen, B. (2004). III Historia de una teoría. Comunicaciones Noreste (Ed.). En: Del Ser al Hacer: los orígenes de la biología del conocer (pp. 75-80)

Ochoa Gautier, A. M. (2003). Músicas locales en tiempos de globalización. Buenos Aires: Norma.

Rendón Marín, H. V., López Gil, G. A., Tobón Restrepo, A., Mora Ángel, F., & Cortés Pulgarín, M. T. (2014). Cuerdas vivas. Utopías de bandolas, tiples y guitarras en Antioquia. Medellín: Facultad de Artes. Universidad de Antioquia.

Vega Cantor, R. (2012). Colombia, un ejemplo contemporáneo de acumulación por desposesión. Revista Theomai (26). Argentina.

Enlaces de las piezas audiovisuales de la experiencia

La Chirinuestra en diálogos musicales entre el valle, la montaña y el mar. [Archivo de vídeo]

Alzate Londoño, J.F. (31 de marzo de 2021). La Chirinuestra en diálogos musicales entre el valle, la montaña y el mar. [Archivo de vídeo]. Youtube https://www.youtube.com/watch?v=QnVE_hCf7Gs&t=123s

Alzate Londoño, J.F. (9 de diciembre de 2021). La Chirinuestra al compás de un son. [Archivo de vídeo]. Youtube https://www.youtube.com/watch?v=rgSqkS2iPx4

Alzate Londoño, J.F. (4 de diciembre de 2022). Bitácora Pedagógica. Travesías sonoras en el municipio de Campamento, Antioquia. [Archivo de vídeo]. Youtube https://www.youtube.com/watch?v=SEJyFiYZdeQ&t=232s

Notas

1 El desarrollo de las comunicaciones y las tecnologías de la información han facilitado encuentros artísticos que, en décadas anteriores, parecían imposibles. Durante el 2020, en tiempos de confinamiento, un grupo de jóvenes habitantes de distintos municipios del departamento de Antioquia deciden sumar sus voces y sonoridades para la creación de esta propuesta musical. A través del bullerengue, el rock y la influencia de otras músicas, se propone la metáfora de un río imaginario que conecta las geografías de la montaña, el valle y que finalmente desemboca en las aguas del mar (Alzate Londoño, J.F. (31 de marzo de 2021).
2 En el pensamiento de Humberto Maturana (1928-2021), biólogo, filósofo y escritor chileno, la cibernética está relacionada con la capacidad del navegante para movilizar el kybernetes de un lado a otro, mantener el curso de la embarcación y evitar que esta se desvíe o se estanque en movimientos circulares sobre el agua. El kybernetes es una palabra griega que hace referencia al timón de una embarcación. En términos de los pueblos ribereños y costeros del Caribe y el Pacífico colombiano, el kybernetes puede compararse con el canalete.
3 En Támesis se han registrado más de 93 petroglifos y se ha impulsado un programa de apropiación del patrimonio arqueológico. Véase Garcés, J. L. (2018, 14 de septiembre). Patrimonio arqueológico a la defensa de Támesis. Alma Mater, p. 4
4 Un ejemplo de esto se registra en la bitácora sonora: dos adolescentes interpretan en la tarima de la Feria del Libro de Támesis una canción inédita que titulan “El monstruo de las garras de oro” haciendo referencia a la empresa minera AngloGold Ashanti.
6 En las músicas de bullerengue se reconocen tres variantes, aires o patrones rítmicos que son: sentao y chalupa de división de tiempo binaria, siendo el sentao de una métrica más reposada que la chalupa; y fandango, un patrón rítmico de división de tempo ternaria (López et al., 2017)
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