Secciones
Referencias
Resumen
Servicios
Descargas
HTML
ePub
PDF
Buscar
Fuente


Wenceslao Soto Artuñedo, SJ (2018). Alonso de Barzana, SJ (1530-1597), el Javier de las Indias Occidentales. Vida y obra. Bilbao: Ediciones Mensajero. ISBN 978-84-271- 4190.
IHS. Antiguos Jesuitas en Iberoamérica, vol.. 6, núm. 2, 2018
Universidad Nacional de Córdoba

Reseñas Bibliográficas

https://revistas.unc.edu.ar/index.php/ihs/about/submissions#copyrightNotice
Soto Artuñedo, SJ Wenceslao. Alonso de Barzana, SJ (1530-1597), el Javier de las Indias Occidentales. Vida y obra. . 2018. Bilbao: Ediciones Mensajero. . ISBN 978-84-271- 4190.

DOI: https://doi.org/10.31057/2314.3908.v6.n2.22964

En los últimos años, tal vez en las últimas dos décadas, el interés por los estudios acerca de la historia de la Compañía de Jesús ha crecido enormemente. Aunque a los menos iniciados en el tema pueda resultarles un poco extraño, un alto, altísimo porcentaje de estos estudios están siendo llevados a cabo por investigadores y grupos de investigación de diversas universidades españolas y europeas con una muy escasa o incluso nula participación de historiadores jesuitas. Son, en su mayor parte, estudios serios y rigurosos que están ayudando a que se conozcan numerosos aspectos muy desconocidos de la historia de esta Compañía o «reconociendo» y reinterpretando de manera novedosa otros aspectos «de toda la vida».

A ello han contribuido tanto el trabajo en equipos o grupos de investigación como la formación de redes de estudio que favorecen una mayor eficacia reflejada en la publicación de actas de simposios, congresos o, sencillamente, gruesos «libros en colaboración». A esta proliferación de historia- dores bien motivados ha venido a sumarse una política de apertura de archivos y bibliotecas por parte de los jesuitas, así como la digitalización incesante de manuscritos y documentos de primera mano que han facilitado tanto a curiosos como a profesionales el acercamiento a la historia de esta empresa centenaria.

Acercarse al patrimonio histórico-cultural de la Compañía de Jesús produce, yo diría que por este orden, sorpresa, admiración e, incluso, pasmo. La frágil institución que el 27 de septiembre de 1540 fue canónicamente aprobada por el papa Pablo III, conocida entre los primeros compañeros de Ignacio de Loyola como la «mínima Compañía de Jesús», fue produciendo una fecunda estela que a lo largo de los 478 años de su historia alcanzó a numerosos campos del saber, tal vez como ninguna otra institución había logrado desarrollar. Asomarse a las fuentes críticamente editadas en Monumenta Historica Societatis Iesu o a la impresionante Bibliothèque de la Compagnie de Jésus realizada por el P. Charles Sommervogel, o «navegar» por las páginas del más reciente Diccionario histórico de la Compañía de Jesús, da una primera idea de la significativa aportación de la Compañía a la construcción de Europa y sus territorios de ultramar desde la segunda mitad del XVI hasta nuestros días.




Algunos nombres propios, algunas instituciones o misiones, han tenido más fortuna en la memoria colectiva de pueblos, tradiciones, culturas o estados: Francisco Javier y su evangelización de la India, las conocidas como «reducciones del Paraguay» en Latinoamérica o las aportaciones de Mateo Ricci en China son solo unos ejemplos conocidos por todos. Por el contrario, otros grandes proyectos encarnados en personas y grupos de colaboradores, por muy diversas y a veces inverosímiles razones, han permanecido en la sombra y niebla de una injusta memoria, esperando la curiosidad inquieta de algún historiador competente o la circunstancia histórica que justificase su salida al luminoso escenario de la publicación.

Estas dos circunstancias vienen a coincidir en el caso del protagonista de este libro, el P. Alonso de Barzana (1530-1597). Wenceslao Soto, ya de larga tradición en los estudios históricos jesuíticos, respondió con diligencia religiosa y competencia profesional a la invitación del papa Francisco y a la llamada del P. General Adolfo Nicolás para comenzar a investigar la vida y obra del P. Barzana. Aproximarse a este infatigable misionero del siglo XVI es volver a caer en la cuenta de hasta dónde y «hasta cómo» era posible llegar desde la sólida motivación por el anuncio de Jesucristo y de la expansión de su Evangelio. El lector no dejará de sorprenderse de la actividad vertiginosa del apóstol de las Américas en medio de la lentitud de comunicaciones de la época y de cuánto y cuán bueno fue posible construir en los apenas treinta años de vida misionera del P. Barzana por tierras del entonces virreinato del Perú (1569-1597).

Wenceslao Soto maneja de manera brillante los tres elementos principales de su técnica narrativa. En primer lugar, el rigor metodológico. El autor no da nada por su- puesto ni avanza en su exposición sin ofrecer en el lugar preciso el dato histórico verificable que lo avale; de no ser así, nos ofrecerá la hipótesis más verosímil a partir de los datos disponibles. En segundo lugar, la claridad en la narración y en la descripción. En este libro no se pretende ni se busca un ornato literario que pudiera oscurecer, por su atractivo formal, el episodio que se está narrando: lo importante es el personaje de Barzana y su misión; el resto quedará supeditado a este fin en la empresa del libro. En tercer lugar, la discreción en la perspectiva adoptada. El personaje es muy atractivo y de una talla humana, misionera y religiosa enorme. El autor no se deja llevar por la tentación de «añadir más» gloria, fama o renombre al padre Barzana: su vida y su obra hablan por sí mismas y desde sí mismas. Será el lector quien desde la última línea del texto habrá de emitir, si lo estima necesario, una valoración y un juicio sobre la aportación de Alonso de Barzana a la construcción de lo que hoy es Latinoamérica.

Pero un «libro de personaje», como suele ocurrir con los grandes personajes, al final es mucho más que una biografía. Barzana fue un religioso, fue un jesuita, y la Compañía de Jesús recibe con alegría esta «vida y obra» que el lector tiene en sus manos. Pero no es ese dato el más importante del misionero, pues su vida y su obra ya lo han ido conduciendo suavemente al patrimonio común de la humanidad. Seguir la pista de Barzana, más allá de ir conociendo su rico mundo interior, es, yo diría que sobre todo, ir adentrándose en todo un proyecto misionero de los jesuitas del siglo XVI, en un estilo y en una manera, un «modo de proceder» a la hora de interactuar con las culturas: su interés y atención a la dignidad de las personas, su dedicación a la promoción social y económica de los pueblos, su respeto a sus tradiciones, ritos y lenguas… y, en medio de todo eso, el anuncio, hoy diríamos, inculturado de la Buena Noticia. Todo esto encontrará sobrado fundamento en el despliegue tan rico y variado de documentación de archivo de primera mano, en la abundante bibliografía secundaria que Wenceslao mane- ja con soltura y espíritu crítico y en las selectas ilustraciones (mapas, planos, tablas…) que ponen imagen acertada a la descripción verbal. La detallada cronología final y las reseñas biográficas que el autor ofrece arraigan y consolidan todavía más, si cabe, el fundamento histórico de esta brillante obra.

Los interesados y aficionados a la historia y a la espiritualidad de la Compañía de Jesús (con frecuencia difíciles de separar) agradecemos al papa Francisco su profundo deseo de sacar a la luz a este gran personaje de la historia de Latinoamérica, y al P. Adolfo Nicolás el interés mostrado por que la investigación acerca de la persona y la obra de Alonso de Barzana fuera adelante con competencia y rigor. El deseo de uno y el interés del otro han cristalizado en este libro que hoy Wenceslao Soto nos ofrece; una obra veraz y rigurosa en su método y contenido, al tiempo que adaptada en su forma a un público amplio para que pueda disfrutar con una de las empresas misioneras más apasionantes de la historia de la Compañía de Jesús.



Buscar:
Ir a la Página
IR