EL GENERO DE TERROR: EJERCICIO ESCRITURAL EN LA LITERATURA

Jenny Andrea Torres Peña
Universidad Francisco José de Caldas, Bogotá – Colombia,, Colombia

ESCRITURA CREATIVA

Escriba Escuela de Escritores, Venezuela

ISSN-e: 2665-0452

Periodicidad: Semestral

vol. 4, núm. 1, 2023

revistaescrituracreativa@gmail.com

Recepción: 18 Enero 2023

Aprobación: 11 Abril 2023



Resumen: El género de Terror enaltece a la literatura por su dinamismo, exigencia con los elementos para conseguir imaginarios y por los colores escénicos que debe llevar; por eso, no es tan sencillo escribir un cuento de terror, sin embargo, es la propuesta para perfeccionar el estilo de la escritura y diseñar todo un mundo de misterio. De ahí que el objetivo del ensayo es argumentar el género de terror como un ejercicio imaginativo en la literatura. Se concluye que el género de Terror, aparte de ser emocionante por las intrigas y los miedos que produce, enriquece a la literatura por su ritmo, por su puesta en escena con los personajes y por los giros y estrategias esbozados para asombrar y encantar. Es una invitación para leer, pero más que todo, para escribir Terror.

Palabras clave: Escribir, Género, Literatura, Terror.

Abstract: The genre of Terror exalts literature for its dynamism, demand with the elements to achieve imaginary and for the scenic colors that it must carry; For this reason, it is not so easy to write a horror story, however, it is the proposal to perfect the writing style and design a whole world of mystery. Hence, the objective of the essay is to argue the horror genre as an imaginative exercise in literature. It is concluded that the Horror genre, apart from being exciting due to the intrigues and fears it produces, enriches literature due to its rhythm, its staging with the characters and the twists and strategies outlined to amaze and enchant. It is an invitation to read, but more than anything, to write Terror.

Keywords: Write, Genere, Literature, Horror.

Introducción

El artículo tiene como propósito argumentar por qué el terror es un género que, aparte de mostrar su atmósfera oscura y de misterio, aporta de manera especial a la literatura por los elementos y las herramientas que se exigen para realizar un excelente ejercicio de la escritura. Además, el género de misterio y de terror trasforma y crea imaginarios y cumple con una profunda esteticidad que permite al lector a entrarse en los castillos embrujados, a ver los fantasmas o espectros que ven los personajes o a alucinar con lo sinestro, sin dejar a un lado, el miedo y el escalofrío que por lo general son las funciones que juegan con un lector escéptico, pues lo hacen dudar y reflexionar ante una eminente posibilidad de la existencia de lo que tanto ha negado.

También, el terror se ha encargado de buscar y encontrar lo que se guarda en el subconsciente humano: paranoias, pesadillas, traumas, entre otros, estados emocionales que como piezas claves dan vida a lo espeluznante que enriquecen la parte creativa en la escritura, hace ver lo increíble como algo creíble, transmite la posibilidad de creer, así sea por unos instantes, en lo paranormal, en otros mundos, y se atreve a cuestionar la realidad que muchas veces, no es tan evidente. Por lo tanto, para escribir terror se necesita ser creativo; emplear lo imaginario y los elementos que la constituyen. No es una tarea fácil y, por eso, es un género exigente

La estrategia comunicativa del género de terror

El terror no solo debe contar las historias como cualquier cuento, debe tener un ritmo, una estrategia comunicativa. La escritura debe ser planificada, contar con los personajes y el acento. El comienzo de un cuento de terror debe ser intrigante, con una introducción que pueda ya sujetar y adentrar al lector a esa espesura, a esa niebla de intriga que hará más llevadero el suspenso. Muchas veces, empezar a escribir un cuento de terror no es fácil, pero es la llave maestra para el terror. El inicio de la novela del Edgar Allan Poe según Yaconic (2020), El gato negro, cuando empieza diciendo lo siguiente:

El terror no solo debe contar las historias como cualquier cuento, debe tener un ritmo, una estrategia comunicativa. La escritura debe ser planificada, contar con los personajes y el acento. El comienzo de un cuento de terror debe ser intrigante, con una introducción que pueda ya sujetar y adentrar al lector a esa espesura, a esa niebla de intriga que hará más llevadero el suspenso. Muchas veces, empezar a escribir un cuento de terror no es fácil, pero es la llave maestra para el terror. El inicio de la novela del Edgar Allan Poe según Yaconic (2020), El gato negro, cuando empieza diciendo lo siguiente:

No espero ni remotamente que se conceda el menor crédito a la extraña, aunque familiar historia que voy a relatar. Sería verdaderamente insensato esperarlo cuando mis mismos sentidos rechazan su propio testimonio. No obstante, yo no estoy loco, y ciertamente no sueño. Pero, por si muero mañana, quiero aliviar hoy mi alma (p.1).

Es de suponer varias cosas que inquietan al lector: Por un lado, se sabe ya de entrada que el personaje (quien es mismo que narra la historia) no está del todo bien. Supone una alteración, una locura prematura en el cuento y somete al lector a la intriga por la historia que contará. Se llega a pensar que tal vez lo que va a contar no es del todo real, pues advierte el personaje que sus sentidos se niegan a testiguar su historia, haciendo creer que puede ser por una alucinación o que los sentidos no son del todo fiables.

Este inicio es clave, porque el escritor compromete al lector con el inicio de su cuento. Al leer el inicio del Gato Negro es una evidente invitación a entrarse en el misterio, algo de admirar y es un punto clave para el género de terror. Otro ejemplo es el de Lovecraft (2014) con su cuento Él, cuyo inicio empieza con “Lo vi en medio de la noche de insomnio, mientras preso de la desesperación daba una caminata para salvar mi alma y no perder la razón…”. (p.1).

Este texto invita a dos cosas: Primero, el lector puede persuadir que el protagonista (también como narrador de su propia historia) es un ser perturbado por el insomnio y que para lidiar con ese desespero decide caminar y ve algo que al lector le intriga de inmediato y lo hace preguntar ¿qué ha visto? ¿será un fantasma? ¿una sombra o simplemente una persona que también iba caminando al igual que él?

Los interrogantes van más allá, pues lleva a pensar más sobre el protagonista, que puede que esté alucinando, que es presa de la locura o por qué no, esté soñando. Una idea paradójica cuando dice tener insomnio, pero resulta que uno de los elementos que emplea el género de terror es persuadir al lector en la atención que debe tener en el personaje, en no perder las pistas que ayuden a dar un giro al cuento y pueda comprender el porqué del suceso.

A parte de los inicios, la voz es una de las estrategias más importantes en la composición de un cuento o novela de terror; es el alma del mismo género. La voz es la que atestigua la vida o la condena de los personajes. Las voces, ya sea la del narrador o la de los personajes, cumplen la misión de abrir las puertas de las vidas de cada uno de ellos, sus pensamientos y sus angustias. No hay como una voz que describa, que explique el ambiente y la atmósfera de los escenarios con sigilo poético o abrumador que es una fuerte característica del terror.

La voz como el personaje de El Horla, de Guy de Maupassant, escritor de terror francés. Su obra, El Horla, es una de las más destacadas, ya que refleja el conflicto interno del personaje y la locura desvelada en su máxima potencia, por ser la misma voz del personaje muestran poder en la intervención, no sólo cuenta su propia experiencia y su elocuencia (sea voz en off o soliloquio), sino su extrañeza al vivir acontecimientos raros e impactantes, como la muerte.

Es indudable que el espectador, el lector como testigo, se involucre en la historia, gracias a la voz o a las voces de los personajes que, con su tono, su teatralidad y, también, su desgarramiento convoca a despertar interés por los acontecimientos de la novela o el cuento de terror. La voz es el imán para encantar y guiar al lector, es la que domina y encanta con su tono misterioso, hace abordar la imaginación y sus características.

Otro elemento importante son los personajes extraños, aquellos que promueven el terror y desafían la naturaleza con sus aspectos físicos o mentales inauditos. Los personajes de la literatura del terror, con su anomalía y su rareza, asustan y fascinan, puesto que esos seres incomprendidos y espantosos son más valorados en los escenarios oscuros y brumosos, por una razón especial: el lector en cierta manera se identifica con ellos.

El asombro es el sentimiento más evidente en el género de terror. Las escenas de persecución, la intriga en su máxima expresión y estar cara a cara con ese ser espeluznante son el clímax del misterio y del terror. Son los ingredientes que dan sabor al miedo y por qué no, a lo grotesco. El terror es y será una mezcla de varias sensaciones que tiene como producto final, atemorizar y de esa manera el lector se entregue al miedo, ya que es lo único que hace que el hombre indague por sus creencias y dude de lo ya establecido.

También, las escenas de terror son cruciales por varias cosas, entre estas, el tono y la pasividad con que se llevan los casos. Esos pasos que se dan despacio, esas pausas para saber si hay algo debajo de la cama o en el armario, esos chillidos de una puerta abriéndose o el sonido de una mecedora moviéndose sola, entre otras, son la magia del suspenso, la intriga que hace que el lector o espectador sienta y viva el terror. El lenguaje de los cuentos de misterio demuestra que el tono de las narraciones, junto con los escenarios deben estar ligados. El tono de voz conduce al lector a contemplar los escenarios con intriga, a sumergirse y participar del cuento como un personaje más.

Los colores del terror

El terror se podría clasificar en dos colores: El negro y el rojo. El primero hace alusión al crimen y al homicidio; es el terror más oscuro, más cruel y estremecedor. Las asesinos y criminales son los grandes protagonistas de la novela oscura de terror. La novela de Robert Louis Stevenson, El extraño caso de doctor Jekyll y el señor Hyde, tiene varias versiones cinematográficas. La mejor versión es la del año 1920, dirigida por John S. Robertson y protagonizada por el gran actor John Barrymore, es el ejemplo de esta clase de terror. Demuestra el declive del protagonista con esa doble cara, ese desdoblamiento de personalidad en la cual, en las noches se desata su parte más sanguinaria al cometer homicidios. También enseña que el hombre tiene su lado más oscuro y es producto de su insatisfacción con la sociedad y con su vida.

Pero no siempre el homicidio es el gran protagonista del tono negro de los cuentos de terror: está el desespero y la avaricia como temas centrales de este género. La parte histórica es un agregado interesante en los cuentos de suspenso, donde los grandes condes, los señores burgueses o los reyes son figuras que demuestran su maldad o sus traiciones; riquezas, elitismo y lujos se demuestran como agregados en las historias de terror, a parte de las típicas casas encantadas con herencias y retos de permanecer en estas durante largos días. Las dagas, el veneno, el ahorcamiento son algunos de los disfraces de la muerte que no perdona, pero simpatiza mucho en esta clase de literatura.

El rojo es pasión, amor y sexo. El erotismo en compañía del terror es un atractivo para apasionar y atemorizar; ejemplo de ello, la obra Camilla, de Sheridan Le Fanu, autor irlandés. Esta obra logró mostrar el tabú sobre el lesbianismo, pero sin mayor profundidad y por ello evitó la censura, donde el tema sexual del lesbianismo y el vampirismo son excelentes para apropiarse de varias pasiones del lector. Por cierto, no se podía quedar a un lado la obra de Drácula, de Bram Stoker, La esposa del autor, Florence Stoker, se negó a concederle el permiso al director alemán Friedrich Wilhelm Murnau para llevarla al cine. Sin embargo, se realizó la película con el título de Nosferatu.

Esto por la genialidad de transformar a un ser que amaba y que estaba también casado con la cristiandad, para convertirlo en un monstruo y decadente ser. El amor, no solo es entre dos personas, sino es la unión y el compromiso con sus creencias o con su nación. El conde Drácula se siente engañado y traicionado por Dios, por ese ser que tanto defendió y lucho por él; ahora se entrega a la oscuridad y a la eternidad. Esta es otra prueba que la sociedad daña y crea monstruos.

Los colores del terror ayudan a entender las estructuras de este género y permiten que el lector pueda reconocer la narrativa. No todo es fantasmagórico ni horripilante; hay pasiones y amores que ante la desilusión y el desespero llevan a lo terrorífico. El Cuervo, de Edgar Allan Poe, esta obra, juntas con otras del mismo autor fueron interpretadas por el gran actor Vincent Price. Véase https://www.youtube.com/watch?v=XXSbafnPsiU, muestra a un hombre desesperado y loco por la pérdida de su amada Leonora y que la muerte es otro de los personajes no visuales, pero latentes.

¿Fue un sueño? de Guy de Maupassant, es un cuento donde nuevamente se puede apreciar la tempestad existencial del personaje y de un sueño que puede ser una eminente realidad, también indaga la pérdida de una mujer, sin poder controlar el dolor de la ausencia. No hay algo más terrorífico que la muerte de un ser querido y la ausencia de este mismo.

Una primera conclusión es que el amor y el terror tienen algo en común y es que están cerca de la muerte, comparten el deseo y el desborde de la pasión. Como lo decía Georges Bataille, bibliotecario e intelectual francés que habla sobre la voluntad y la transgresión en el ser humano, el orgasmo es una pequeña muerte y se complementa con la teoría del terror al presentar el miedo con la sensación de la cercanía de morir en el instante, ya que el sexo libera al igual que la muerte y en el género del terror se evidencia.

El género de terror como ejercicio de transformar y crear

El terror ha ido más allá de inventar simples espantos, fantasmas o espectros: los ha creado con personajes ya existentes, y eso demuestra que el escritor no solo debe sentarse a escribir lo que le llegue a su mente. También ha hecho un minucioso trabajo investigativo y ha sabido recrear sucesos históricos para hacer literatura del horror.

Los viajes a otros mundos, a otras religiones han embellecido la creación en la literatura del misterio y del terror. Para hablar de ello y como ejemplo, el autor irlandés Bram Stoker (por cierto, nunca viajó a Transilvania para escribir Drácula) estaba fascinado con la historia otomana, con las invasiones turcas en los pueblos de Oriente y de la arremetida que en ese tiempo Rumania, de la mano de Vlad Tepes (El Empalador) realizó para evitar la avanzada enemiga. Quedó cautivado por la religión gitana de Rumania, sobre sus costumbres, el folclor y la brujería rumana. Todo lo leyó y lo investigó para sacar a la luz su obra magistral.

Otro caso, más contemporáneo, es la obra de El Exorcista, de William Peter Blatty. El tema del demonio Pazuzu quien invade el cuerpo de la pequeña Reagan muestra la cultura sumeria de los dioses de la tierra y del viento. Pazuzu, quien antes de ganar la fama de demonio por la religión cristiana, era el dios del viento, de las ofrendas para los recién nacidos, el que azotaba también con las enfermedades. Era un dios respetado, un dios de temer, por lo tanto, es el demonio que dice ser Legión, que dice ser muchos y nada. Así como Pazuzu, otros dioses recaen en ser demonios que atormentan la vida de los humanos y que alteran el tiempo y el espacio. Son los desafíos actuales, que en el pasado se veneraban y se les rendían tributos; ahora, son los malvados y los villanos en el terror.

El texto del Dan Simmons, El canto de Kali, es otro ejemplo de la fama que ha alcanzado esta diosa y cómo ha logrado inspirar en el terror. Se sabe que Kali es una diosa hinduista, que inspira la sexualidad y la lucha. Se le suele brindar ofrendas e incluso, fuentes de estudio aseguran que se hacían sacrificios humanos en Calcula, su ciudad de veneración. Kali es un demonio que con su sexo llama a los humanos para matarlos y cortarles la cabeza, de la misma manera como es presentada en el arte y en la cultura popular.

Los mitos y las leyendas son referencias magistrales del horror. En Latinoamérica está el mito de La llorona o La pata sola que han sido recreados en el género de terror o específicamente, en el cine. Cuando la escritura llegó y se impuso como forma de comunicar y contar historias, no solo se conformó con hacerlo de la manera más simple, sino que impulsó la tarea de hacerlo mediante la transformación y la recreación literal.

También, la radiografía del terror presenta personajes históricos siniestros, como Gilles de Rais o la misma condesa sangrienta Erzebeth Bathory, quienes, por ser unos asesinos sin escrúpulos, pasaron a formar la lista de los más cotizados en el mundo del terror. Y podría hacer más larga la lista si se nombra a grandes mandatarios de la historia como Hitler, Stalin o a Mussolini, que son caricaturizados, parodiados, pero que tienen un terreno ganado en las historias de terror.

En fin, las personificaciones del terror son imparables y llevan a pensar que donde hay controversia, hay terror. Muchas veces el terror consigue enseñar con su mismo género; la historia y los personajes más sobresalientes suelen ser más llamativos y reconocidos por la recreación literaria del terror, que por sus reconocimientos históricos. Se llegó a conocer más a Vlad Tepes por Drácula, que, por los libros de historia o en los libros como la ya nombrada obra de Blatty donde el demonio Pazuzu fue conocido como un antagonista cruel y despiadado, que como el gran dios sumerio. Estos y más personajes siguen latentes en la memoria de los lectores, gracias a la ficción que por su reconocimiento cultural.

El terror ha hecho un milagro: que la ficción supere a la realidad. Es verdad que, aunque los hechos reales son matizados o maquillados de otra manera por el terror han tenido una buena recepción por el lector y ha encantado e hipnotizado a la audiencia, gracias a la exageración, la fantasía y la oscuridad en sus narraciones; caso controversial porque para algunos es tergiversar la verdadera imagen de los personajes históricos, pero hay que reconocer que es un estilo muy ingenioso que ha aprovechado hacer el género del terror.

Conclusión

Ahora, ¿por qué escribir cuentos de terror? lo señalado evidencia la respuesta a esta pregunta, sin embargo, el género de terror hace un ejercicio no solo narrativo, sino de estimulación, como lo indica el filósofo Nöel Carroll (2005) “Así, en gran medida, el relato de terror es impulsado explícitamente por la curiosidad. Agarra al público implicándolo en un proceso de revelación, descubrimiento, prueba y explicación, hipótesis y confirmación”. (p. 376). Esto rectifica que la literatura del misterio y del terror incita a todo un recorrido de interpretación y de develación de los sucesos, casi que se podría comparar que es como un ejercicio lógico que desafía al lector.

Escribir terror es un acto creativo y vivificante. Es un ejercicio imaginativo que se debe hacer con dedicación, esmero y mucha responsabilidad, porque asustar también implica disciplina y estrategias. Por eso, no es un género que se preste para todo el mundo, aunque vale la pena sumergirse por este mundo tan atractivo y espeluznante.

Referencias

Alexandrian (2003). Historia de la Filosofía Oculta. Edición Valdemar

Arciniegas, G. (2013). Rojo sombra. Editorial laguna libros

Bataille, G. (1972). La tragedia de Gilles de Rais. Tusquets Editores

Blatty, W. (2010) El Exorcista. https://riverraid17.files.wordpress.com/2010/01/el-exorcista-de-william-blatty.pdf

Carroll, N. (2005). Filosofía del terror o paradojas del corazón. Machado Libros

De Maupassant, G. (2008). Cuentos de Guy de Maupassant. Panamericana

De Maupassant, G. (2008). Cuentos, opiniones y textos digitales. https://ciudadseva.com/autor/guy-de-maupassant/

Freud, S. (2014). Lo siniestro. Librodot.com. https://www.ucm.es/data/cont/docs/119-2014-02- 23-Freud.LoSiniestro.pdf

Henring, M. (2018). 1892: Un año insignificante. Orden policial y desorden social en la Bogotá del fin de siglo. Crítica

Le Fanu, S. (2023). Carmilla. Inforlibros.org. https://infolibros.org/libros/carmilla-joseph-sheridan-le-fanu.pdf

Lovecraft, H. (2021). La llamada de Cthulhu y otros relatos extraños. Edición Panamericana

Lovecraft, H. (2021). Ensayo sobre el horror sobrenatural en la literatura. https://web.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/Lovecraft,%20H.P.%20-

Mendoza, M. (2002). Satanás. Planeta

Penrose, V. (1996). La condesa sangrienta. Ediciones Siruela. Penrose-Valentine-La-Condesa-Sangrienta.pdf

Poe. E. (2023). Cuentos y textos digitales completos. https://ciudadseva.com/autor/edgar-allan-poe/cuentos/

Simmons, D. (1994). El canto de Kali. Ediciones B.

Ediciones B.

Stoker, B (2021). Drácula.

Modelo de publicación sin fines de lucro para conservar la naturaleza académica y abierta de la comunicación científica
HTML generado a partir de XML-JATS4R