Lectura: Conocimiento y Pasión por un Mundo por Descubrir
ESCRITURA CREATIVA
Escriba Escuela de Escritores, Venezuela
ISSN-e: 2665-0452
Periodicidad: Semestral
vol. 2, núm. 1, 2021
Recepción: 19 Agosto 2022
Aprobación: 22 Septiembre 2022
Resumen: La lectura es proceso cognitivo de aprendizaje que permite el acceso al saber y abre una ventana hacia el descubrimiento de innumerables senderos por recorrer. De ahí que el objetivo del artículo es reflexionar sobre su importancia de la lectura en el proceso de obtención y construcción del conocimiento, así como hábito placentero que alimenta la curiosidad, el entretenimiento, el espíritu. Se aborda como un proceso de revisión documental que permite concluir que la lectura deriva de la suma de habilidades complejas que abriga la comunicación, el aprendizaje y el disfrute. Constituye a su vez un indicador de calidad de vida y desarrollo de los pueblos ya que es cimiento para los cambios paradigmáticos que conducen a los procesos de transformación.
Palabras clave: Conocimiento, Hábito Lector, Placer.
Abstract: Reading is a cognitive learning process that allows access to knowledge and opens a window to the discovery of innumerable paths to follow. Hence, the objective of the article is to reflect on the importance of reading in the process of obtaining and building knowledge, as well as a pleasant habit that feeds curiosity, entertainment, and spirit. It is approached as a documentary review process that allows us to conclude that reading derives from the sum of complex skills that communication, learning and enjoyment harbor. In turn, it constitutes an indicator of quality of life and development of peoples, since it is the foundation for the paradigmatic changes that lead to transformation processes.
Keywords: Knowledge, Reading Habit, Pleasure.
Introducción
La lectura constituye un pilar fundamental de los procesos cognitivos de aprendizaje, una forma de comunicarse y mantenerse informados de las novedades de la ciencia, la tecnología, la academia, el arte, la cotidianidad y la expresión de la vida y su diversidad a través de las manifestaciones culturales. En este sentido, la alfabetización es un indicador de desarrollo, pues permite la superación de barreras de comunicación, el acceso al conocimiento existente y la formación de las personas en distintas áreas del saber.
Constituye también un hábito que se potencia en el hogar y en la escuela con las experiencias gratificantes de la lectura, sea cual sea el género de predilección o las necesidades particulares. Consolidado este hábito, la lectura también se traduce en disfrute, en el placer de explorar aventuras, imaginar nuevos mundos, transportar a mágicos parajes, sentirse el protagonista de una historia, dar sosiego al espíritu, ser el anclaje para interminables aprendizajes y generar formas diversas de pensamiento que trasciendan quizás en transformaciones sociales.
Lectura y conocimiento.
Sin retroceder a los aspectos históricos del origen de la escritura y la lectura que son de altísima importancia, sin lugar a duda, la lectura conduce al aprendizaje, al encuentro con el conocimiento local, regional o global. Apertura la posibilidad de caracterizar, explicar, comprender, reflexionar, discernir sobre las realidades que ocupan. Permite el desarrollo del lenguaje, el mejoramiento de la escritura y promueve la creatividad e imaginación. Así mismo, es un elemento inclusivo que forma parte de los derechos de los ciudadanos a la educación. En este orden de ideas, Márquez Jiménez (2017) destaca que la lectura “constituye tanto un fin como un medio que resulta fundamental para ampliar las posibilidades y oportunidades de desarrollo individual y de la sociedad en general” (p.13).
Por otra parte, la lectura, como lo plantea Millán (2008) es “una suma de habilidades complejas” que permite la construcción del conocimiento y su comunicación” (p.29). En el mismo orden de ideas, Cerrillo (2009) destaca:
La lectura no es sólo el reconocimiento de unos sonidos, de unas sílabas o de unas palabras en el conjunto de un texto; las palabras pueden significar cosas muy diferentes, que sólo un lector competente sabrá "leer" en cada momento. Debemos entender la lectura, pues, como la capacidad de comprender e interpretar mensajes, que posibilita –además– para dar opiniones y realizar valoraciones de lo leído (p.1).
De allí, que poder leer y ser poseedor de información no se transforma necesariamente en conocimiento si el lector no tiene habilidades de comprensión, habilidades cognitivas que le permitan diferenciar, discernir, interpelar, contextualizar, valorar, asimilar, procesar, darle sentido a lo leído. En la era de la información, la comunicación, la globalización del saber, el uso de las tecnologías de información da acceso a los productos de la sociedad del conocimiento, conectados a diario con innumerables fuentes de información a través de las herramientas tecnológicas de acceso abierto que colocan al alcance del público en general los avances de las ciencias, la tecnología y demás áreas del saber. Ante esta realidad, se hace indispensable no solo saber leer, también se debe promover la habilidad y competencia lectora.
Al hablar de la relación de la lectura con el aprendizaje, la formación académica y el conocimiento Pérez Payrol, Baute Rosales y Luque Espinoza (2018) destacan:
Leer conlleva a entrar en contacto con las problemáticas de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento del hombre. Leer un texto permite conocer, grandes pensadores, invenciones y acontecimientos de todos los tiempos, comprender pensamientos, descubrir propósitos, reflexionar hacia lo interno por medio de preguntas y tratar de hallar respuestas. En otras palabras, leer es responder a las exigencias del saber, a las necesidades e inquietudes del conocimiento, es conceder valor al querer saber, cuando se lee se busca comprender y adoptar una postura o actitud, pensar para valorar, refutar o compartir las ideas que nos proponen (p.181).
Ciertamente, la lectura habilita para una mayor comprensión del mundo y en consecuencia interactuar en éste, para adoptar posiciones en la cotidianidad, ser parte de las iniciativas y cambios, resolver conflictos personales, familiares o profesionales, tener acceso a este multiverso complejo en el que se resignifican las posturas, se acepta la incertidumbre y el caos como parte de la realidad ya que las verdades absolutas se desmoronan ante el demoledor devenir que pone a prueba el saber y el hacer constantemente.
Son diversos los factores que inciden en el fenómeno de la lectura, algunos propios o cercanos al lector: comprensión lectora, interés o motivación por la lectura, patrones culturales y familiares asociados a la lectura, entre otros; factores sociales o externos al lector como: la política educativa, el acceso a la información y a la educación. Por lo tanto, deben existir acciones desde diversos frentes para fomentar la lectura y que esta se transforme en conocimiento, que derive en acciones en todas las áreas del saber, en el arte, en la convivencia, en la búsqueda del bienestar y el mejoramiento de la calidad de vida de la humanidad.
Sobre este último planteamiento, es de destacar los resultados de la investigación de Domínguez Scotto (2019) en los cuales evidencian las percepciones de docentes y estudiantes acerca de las prácticas de lectura y escritura, destacando que:
Están aquellos que sostienen que los espacios de docencia no son el ámbito en el que corresponde enseñar la lectura y escritura; otro grupo que asume la postura de ocuparse de la temática, pero no describe sus acciones; los profesores que consideran que las prácticas de lectura y escritura no deben incluirse dentro del currículo, sino que debe ser un proceso paralelo (p.166).
Sus resultados dejan ver los desencuentros entre docentes y estudiantes, y enfatiza la necesidad de canalización de acciones para fomentar la lectura y escritura en las universidades. Quizás, se derivan las responsabilidades hacia la educación primaria, como si la lectura y sus problemas en la población estudiantil ya no debe ser un asunto de los académicos a niveles universitarios.
Las universidades, casas del saber, de donde emerge la ciencia, la tecnología, el arte, las letras, en fin, el conocimiento universal debe preocuparse por el fomento de la lectura, no solo como proceso de apropiación y producción de conocimiento, sino también de la inventiva, la creatividad, el ingenio, el desarrollo del lenguaje, el mejoramiento de la escritura, la argumentación, la retórica, y, por ende, su aporte a las transformaciones constantes que la sociedad en su devenir reclama. El saber permea las acciones, permite desenvolverse mejor, ser competentes, gracias a la amalgama de competencias que se desarrollan y ponen en práctica. En este orden de ideas, la lectura constituye uno de los pilares que promueven y generan la exitosa adaptación a las situaciones de la vida.
Hábito lector. Fuente de conocimiento y disfrute
El gusto por la lectura se inicia desde edades tempranas, apoyado por el sistema educativo formal y por las experiencias agradables, significativas y afectivas que mueven a lo largo de la vida a buscar en el texto respuestas a las interrogantes propias, los conocimientos existentes en las distintas áreas del saber, dejar volar la imaginación a mundos de ficción, visitar lugares, identificarnos con los personajes del cuento, encontrar ayuda y consuelo, vivir la aventura, el suspenso, el romance. Desde esta perspectiva, la lectura es tanto fuente de apropiación del saber, como un espacio para el disfrute.
Una vez adquirido el hábito de la lectura, esta se convierte en parte sustancial de la vida, agregando el aspecto hedónico, placentero, de disfrute que ofrece. Pueden ser diversos los géneros que apasionan, la literatura, la poesía, el thriller, la autoayuda, la espiritualidad, el arte, la farándula, la fantasía, la mecánica, el deporte, entre otros. Pero lo importante es la motivación interna que lleva a deleitarse de un sin número de posibilidades. Ahora, gracias al avance tecnológico, no solo se cuenta con textos físicos, sino también con versiones digitales, descargables en dispositivos electrónicos (teléfonos, Tablet, iPad). Ya no hay excusa para no disfrutar de la lectura en cualquier minuto disponible y en cualquier lugar.
Sin embargo, adquirir y disfrutar de este hábito es un proceso complejo que requiere de experiencias enriquecedoras y motivadoras del mismo, especialmente en edades tempranas, entre estas destacan la lectura compartida. Quien no recuerda de manera agradable a los abuelos, los padres o cualquier persona significativa de la familia o la escuela leyendo un cuento, dándole vida con su voz a esos personajes, reflejando a través de sus gestos y expresiones el significado especial en cada historia. Sobre este particular, Santana Hernández, Alemán Falcón y López Torrijo (2017) expresan: “La lectura compartida de libros, en voz alta, en interacción y diálogo entre adulto y niño, es una vía que padres y educadores deben estimular y utilizar para desarrollar el gusto y el placer de leer” (p.88).
En este sentido, los educadores y la familia juegan un papel crucial en la motivación no solo de la lectura como parte de las competencias necesarias que se debe adquirir, sino del disfrute de esta, modelando a través de sus acciones, su interés y su apoyo, los beneficios y el goce de la lectura que en resumidas cuentas es alimento de mente y espíritu. Al respecto, Pérez-López y Gómez Narváez (2011) señalan: “Tener experiencias gratificantes con la lectura desde pequeños es la mayor garantía de crear el hábito lector”(s/p).
Por otra parte, el gusto por la lectura no es algo exclusivo de los estudiantes en sus distintos niveles de formación, los profesionales o académicos de las diversas ramas del saber, porque seguramente se encuentre que muchos de ellos que no les guste leer, que prefieren ver el resumen, el extracto, la versión simplificada o la película, sí ya existe, (sin desmeritar la labor del cine que también es enriquecedora), para los que leer 10 o más páginas es una tragedia. En este orden de ideas, Domingo Argüelles en UNAM (2015) expresa:
Reflexiones de cierre
Leer es un proceso cognitivo que permite la comunicación, el aprendizaje, la búsqueda del conocimiento y la transformación de este, así como enrumba hacia una senda infinita de posibilidades de descubrimiento y disfrute. Su hábito, repercute positivamente en las habilidades y competencias de comprensión del mundo y da acceso a la información, la educación, al empleo, en fin, al desarrollo personal y social.
Igualmente, produce disfrute, al llevar de la mano por los insondables caminos de la imaginación, despertando la creatividad, alimentando el espíritu, siendo un espacio para la calma, para desconectarse de la cotidianidad que agobia y sumergirse en aquello que complace, deleita, intriga y alimenta.
Referencias
Domínguez Scotto, Alma M, (2019). La construcción del conocimiento a partir de los procesos de lectura y escritura: La visión de docentes y estudiantes en Formación Docente y los espacios de tutoría en la asignatura Historia de la Educación. (Tesis Maestría en enseñanza universitaria). Uruguay: Universidad de Uruguay.
Márquez Jiménez, A. (2017). Perfiles Educativos, XXXIX (155). México: IISUE-UNAM Alejandro
Millán, J. (2008). La lectura y la sociedad del conocimiento. España: Gobierno de Navarra. Departamento de Educación