Dossier
Construir memoria social: transformar anarquistas en reformistas
Ciencia Nueva, revista de Historia y Política
Universidad Tecnológica de Pereira, Colombia
ISSN-e: 2539-2662
Periodicidad: Semestral
vol. 7, núm. 2, 2023
Recepción: 03 Junio 2023
Aprobación: 28 Noviembre 2023
Publicación: 31 Diciembre 2023
Resumen: El artículo aborda el tema de la construcción de la memoria social a partir de la necesidad de ajustar el discurso a nuevas circunstancias. La historia, como disciplina, se confronta con los deseos de los grupos que buscan crear una memoria sobre determinado evento, por lo que es necesario historiar la construcción de la memoria social. Se aborda el caso de Ricardo Flores Magón, un anarquista que cambió su lucha al transformarse en reformista, lo que se tornó funcional para quienes deseaban ser reconocidos en los años de la posrevolución. Sus hermanos, Jesús y Enrique, fueron parte de esa transformación. Una comparación de los escritos publicados en el periódico Regeneración, de la ciudad de México, y la participación de Enrique Flores en la década de 1930, demuestra que la idea anarquista fue sacrificada para que los hermanos Flores Magón fueran reconocidos como los hombres que realizaron el Programa del Partido Liberal Mexicano de julio de 1906, base de la Constitución de 1917. El nombre de Ricardo Flores Magón se les colocó a calles, plazas, escuelas, pero el mensaje en contra de todo gobierno, ley y religión quedó desplazado
Palabras clave: Ricardo Flores Magón, anarquismo, hermanos, hermanos Flores Magón, precursores, liberales, Ricardo Flores Magón.
Enrique Flores Magón, 1937.
A mí me urge tanto como a los demás compañeros ver al general Cárdenas porque a pesar de que el Senado me recomendó con él y que me expresó buenos deseos de ayudarme, todo se redujo a cartas de recomendación a favor de mi hijo José para que lo promuevan en Hacienda, a favor de mi hijo Pedro para que en Salubridad le den un lugar como cirujano-dentista y otra a mi favor para que el Lic. Suárez me proporcione colocación como Jefe de Oficina Federal de Hacienda y en realidad nada práctico ha resultado porque mi situación sigue igual, peor aún me encuentro recuperándome de un ataque de paludismo y estoy mucho más comprometido económicamente, al grado de que debo ya un mes de renta de casa y no cuento con más de $15.00 para nuestro gasto hasta el último del mes[1].
Enrique Flores Magón, 1937.
1. Introducción
La construcción de memorias sociales es producto de la actividad de grupos o individuos que actúan para generar una idea de pasado vinculada a la construcción de un futuro. Su efecto puede significar reconocimientos y provocar interpretaciones sobre las acciones emprendidas. Esta memoria es generada por grupos en constante cambio, abierto a la dialéctica del recuerdo y a deformaciones sucesivas, por tanto, vulnerable a las utilizaciones. Paul Ricoeur señala que:
Los acontecimientos del pasado pueden interpretarse de otra manera, la carga moral vinculada a la relación de deuda respecto al pasado puede incrementarse o rebajarse, según tengan primacía la acusación, que encierra al culpable en el sentimiento doloroso de lo irreversible, o el perdón, que abre la perspectiva de la exención de la deuda, que equivale a una conversión del propio sentido del pasado. Podemos considerar este fenómeno de la reinterpretación tanto en el plano moral como en el del simple relato, como un caso de acción retroactiva de la intencionalidad del futuro sobre la aprehensión del pasado[2].
La historia, como disciplina que se basa en evidencias y representa el pasado, se confronta a las construcciones de memoria, que son elaboradas por grupos sociales que consideran detentar el derecho a establecer e imponer su visión sobre los procesos históricos[3]. En el caso del presente escrito, se desplazó la propuesta anarquista, que buscaba la destrucción del Estado; la propiedad privada y cualquier creencia religiosa. Los ácratas del Partido Liberal Mexicano, y en particular Ricardo Flores Magón, son «reconocidos» por elaborar un programa que mantiene la propiedad privada y el Estado. ¿Cómo puede generarse esta contradicción? La respuesta la tomamos de la propuesta de Paul Ricouer, los trabajos de la memoria, es decir, la actividad produce socializar una idea de pasado: por lo tanto, obliga a dialogar sobre un momento traumático que, evocado en el presente, genera la ruptura de un discurso que se ha constituido en memoria social[4].
¿Por qué cambiar una propuesta en años posteriores? Los anarquistas del Partido Liberal Mexicano llamaron durante una década a las armas a ácratas europeos y estadounidenses, y les ofrecieron en sus publicaciones que podrían ocupar tierras en México[5]. Para ellos, la patria, entendida como territorio soberano, era una forma de dividir al proletariado, por lo que no les interesaba su defensa, sino la construcción de una sociedad universal en la que todos fueran dueños de los medios de producción, sin burguesía, autoridades ni clero[6]. Buscaban la unidad de la única clase que debía existir, los trabajadores, los únicos productores de la riqueza social, sin importar nacionalidades. Cabe señalar que, en sus escritos, no hacían distinciones entre obreros y campesinos, pues, para ellos, la desaparición de la burguesía, los funcionarios y el clero eliminaría a los opresores, por lo que no dirigieron mensajes diferentes a obreros y campesinos.
Sin embargo, el anarquismo fue dejado de lado en las explicaciones que interpretaban sus acciones, o se limita a mencionar a Ricardo Flores Magón como un «soñador», un «utopista». En cambio, fueron transformados, como precursores de la revolución mexicana, quienes dieron una ideología al movimiento armado al retomar el Programa del Partido Liberal Mexicano en la Constitución de 1917[7]. Cabe señalar que, de acuerdo con sus propios escritos y evidencias de relaciones personales, el anarquismo se Ricardo y Enrique Flores Magón, así como de Librado Rivera, se remonta a los años 1901-1903[8].
Esta idea tuvo varios actores, aquí se destaca a Enrique Flores Magón, por ser quien tuvo mayor legitimidad para realizar una transformación en sentido contrario a la lucha ácrata. En su texto «Los últimos veinte años», publicado en 1931, planteó el cambio de postura, que con el apoyo de liberales que lucharon en 1906 y 1908, se declaró socialista y demócrata y reclamó la autoría del pplm[9]. De igual forma, se relacionó con los liberales que tomaron las armas en contra de Díaz y no se mencionó la idea central del comunismo anárquico: sin gobierno, leyes o religión y sin propiedad privada. Enrique Flores Magón estableció sus diferencias con el comunismo de la Unión Soviética, y señaló que el Partido Comunista era una tiranía[10]. En dicho texto, desarrolló una de las tesis que se han repetido en años posteriores, en el sentido de que ellos buscaban una revolución social, mientras que Madero solo representaba la revolución política. Sin embargo, no mencionó que, para él y otros anarquistas, la revolución social era una lucha contra la propiedad privada, por lo que la tierra significaba la expropiación de todos los medios de producción: tierra, minas, puertos, caminos, bosques, talleres y fábricas; así lo definieron entre 1910 y 1918. En cambio, en el texto citado, la tierra significaba la lucha contra los latifundistas. Eliminó todo lo referente a la desaparición del Estado, la religión y la propiedad privada. Dicho de manera simple, retomó las propuestas que en efecto se encuentran en el Programa del Partido Liberal Mexicano de julio de 1906, redactado principalmente por Juan Sarabia.
Ricardo Flores Magón no fue el autor de programa, incluso, se opuso a su publicación e intentó que se impulsara otro proyecto[11]. Como apuntó en mayo de 1911, «…la verdad, ante todo. Juanito Sarabia redactó el Programa del Partido Liberal; muy cierto es eso»[12]. Diversos autores indican que Ricardo redactó alguna de las partes, sobre todo la introducción, pero no compartía las ideas reformistas[13].
La construcción del Estado revolucionario permitió a sus participantes ser quienes narraran sus acciones. Militares que tenían origen civil justificaron su actuación y se apropiaron de discursos de cambio social. El lenguaje de transformación fue parte de los numerosos grupos revolucionarios y los liberales del plm que se enfrentaron al gobierno de Díaz, se asumieron como los testigos en la construcción de una narrativa. Como apunta Enzo Traverso, los acontecimientos afectan a la historia que sucede, a su interpretación y a la memoria, reescritas y reelaboradas a partir de los sitios en que se construye una memoria colectiva[14]. Los actores que realizaron la transformación estaban en la Ciudad de México, cerca del gobierno o como parte de este, por lo que fueron capaces de producir una textualidad que se apegó a lo requerido: la patria, un pasado de persecución, una lucha contra el tirano desde un país extraño.
Enrique Flores Magón, sin duda fue el principal actor/testigo con un reconocimiento por los sacrificios realizados, sobre todo por sus encarcelamientos y la legítima acción revolucionaria que llevó a cabo[15]. Sin embargo, en Regeneración se plasmaron sus escritos ácratas, donde el mencionado señaló que su finalidad era terminar con todo gobierno. En el Distrito Norte de la Baja California, donde un contingente armado tuvo numerosos conflictos entre sí, la historiografía ha construido un supuesto movimiento «alterno» al de Madero, pero se deja de lado que los dirigentes –sin seguir órdenes de los ácratas del plm– así como muchos de los participantes, prefirieron pasarse al maderismo y aceptar la paz en términos de los llamados Tratados de Ciudad Juárez. Por su parte, los anarquistas del plm sí lograron promover la llegada de ácratas italianos residentes en Estados Unidos. El 13 de mayo de 1911, el poblado de Tijuana fue declarado comunista, pero dada la alta presencia de extranjeros, las especulaciones fueron en sentido de una pretendida anexión de parte de Estados Unidos[16].
En este escrito, se demuestra que una memoria social institucionalizada contradice las propuestas de los personajes, en este caso, el anarquista Ricardo Flores Magón, quien tenía como objetivo destruir el Estado. Sin embargo, como producto de los trabajos de la memoria, la historiografía ha sido impactada al grado que, a un siglo de distancia, se mantiene una categoría histórica de «precursores», idea que se impone en numerosos autores y que analizan los movimientos de esos años como si se hubiera actuado con el conocimiento de eventos posteriores. En cambio, se deja de lado que los anarquistas del plm desarrollaban acciones en el sentido de convocar a una revolución mundial que terminara con todo gobierno y, sobre todo, con la propiedad privada, institución que era para ellos el peor mal de la humanidad.
Por ello, al final de esta comunicación, planteamos la paradoja de que, en 2022, se «reconoció» a un hombre que manifestó públicamente que los gobernantes eran los enemigos de los trabajadores y llamó a eliminar las estructuras de gobierno para que ninguno tuviera la posibilidad de ejercer poder sobre otros. El político era el enemigo del pueblo trabajador, dado que mentía, engañaba y dividía al proletariado. El «reconocimiento» se basa en la transformación del personaje aludido, para incluirlo, irónicamente, en la teleología de la revolución mexicana, misma que fue criticada por Flores Magón porque no eliminaba lo que quería: leyes, constituciones, jerarquías. Como veremos, en el régimen actual se sostiene esa teleología que contradice la propuesta ácrata.
2. Memoria institucional vs el actor aludido
En la página de la Cámara de Diputados se indica:
Como parte de esta amplia movilización social y política, grupos de intelectuales, entre ellos el encabezado por Ricardo Flores Magón, dieron origen al programa del Partido Liberal Mexicano en 1906; ese mismo año, estalló la histórica huelga en la Mina de Cananea, Sonora y al año siguiente, la poderosa huelga y rebelión de Río Blanco, Veracruz. La fuerza de estas luchas se encontraba en sus demandas básicas: jornada laboral de 8 horas, descanso dominical obligatorio, abolición de las tiendas de raya[17].
Como ya apuntamos, el pplm de julio de 1906, en palabras de Ricardo, fue elaborado por Juan Sarabia. Las reformas indicadas no eran parte de las demandas del anarquismo y los miembros de la junta, entre 1910 y 1918, señalaron que la jornada de ocho horas, el salario o el reparto agrario era el camino equivocado para el logro de la sociedad igualitaria.
Los anarquistas del plm, desde Los Ángeles, California, intentaron presentar la revolución en México como el inicio de la revolución mundial, con la intención de que llegaran revolucionarios de todo el mundo[18]. Como escribió Ricardo Flores Magón,
Lo que necesitáis es que se os asegure el bienestar de vuestras familias y el pan de cada día; el bienestar de las familias no podrá dároslo ningún Gobierno. Sois vosotros los que tenéis que conquistar esas ventajas, tomando desde luego posesión de la tierra, que es la fuente primordial de la riqueza, y la tierra no os la podrá dar ningún Gobierno, ¡entendedlo bien!, porque la ley defiende el derecho de los detentadores de la riqueza; tenéis que tomarlo vosotros a despecho de la ley, a despecho del Gobierno, a despecho del pretendido derecho de propiedad; tendréis que tomarlo vosotros en nombre de la justicia natural, en nombre del derecho que todo ser humano tiene a vivir y a desarrollar su cuerpo y su inteligencia[19].
Para ellos el comunismo se había vivido en los pueblos de México, «No, hay que temer una vida sin gobiernos; anhelémosla con toda fuerza de nuestros corazones»[20]. Recordaba a sus lectores que toda autoridad era para sostener la desigualdad social[21]. Desde las escuelas, se enseñaba el amor a la bandera y lo símbolos.
De esta manera la burguesía divide en razas y en nacionalidades a los habitantes de la tierra; y el trabajador ruso se considera más valiente que su hermano el trabajador francés, mientras el proletariado inglés cree que no hay en la tierra hombre como él; y el español, por su parte, se jacta de ser la obra más perfecta del mundo; y el japonés, alemán, el italiano, el mexicano, los individuos de todas las razas, se consideran siempre mejores que los demás de las otras razas. De esta división profunda entre el proletariado de todas las razas se aprovecha la burguesía para dominar a sus anchas, pues división por nacionalidades y razas impide que los trabajadores se pongan de acuerdo para derribar el sistema que nos ahoga[22].
En contra de las reformas que le atribuye la construcción posterior a la revolución, Ricardo Flores Magón pugnaba en contra del reparto agrario realizado por el gobierno. Las reformas eran un engaño, una pastilla para el enfermo. La única emancipación era terminar con el gobierno, capital y clero, sin negociar con falsas promesas que genera el voto o la participación en congresos. Por ello, la meta era:
derribar todo gobierno, en vista de que la patria burguesa es solamente una alcahuetería inventada por los ricos y los políticos para servirse del pueblo en el terreno de la explotación, en el terreno político y en los campos de batalla.
En 1914, señaló:
¡Un Gobierno!: eso es todo lo que piden los capitalistas, tanto mexicanos como de todo el mundo, porque ellos saben bien que gobierno es tiranía; porque ellos —los capitalistas– son los verdaderos gobernantes; pues los gobernantes, lo mismo sean presidentes como sean reyes, no son otra cosa que los perros guardianes del Capital[23].
Así, los anarquistas del plm, y en particular Ricardo Flores Magón, fueron transformados para «ser reconocidos» por diferentes gobiernos, como en la Cámara de Diputados, donde se le ubica como el origen de los principios que justifican la existencia del Estado. Se trata de una memoria institucionalizada que no hace justicia a quienes se refiere, sino que elimina el tema de las relaciones sociales de los aludidos y deja de lado que el Estado, justifica su construcción en base a eliminar a quienes en realidad propusieron las reformas sociales: los liberales del plm, y en particular, el principal autor del Programa del Partido Liberal Mexicano, publicado el 1 de julio de 1906: Juan Sarabia.
3. Los precursores en 1911
Elizabeth Jelin, en su obra Los trabajos de la memoria, utiliza el concepto de «emprendedores morales de la memoria» para explicar quienes actúan en referencia a hechos contemporáneos que buscan promover un pasado que tiene implicación directa en la política pública[24]. Los precursores fue un tema que apareció con el triunfo de Francisco I. Madero, Camilo Arriaga, Jesús Flores Magón, Antonio I. Villareal, Manuel y Juan Sarabia, Antonio I. Villareal, Luis Jaso, Alfonso Cravioto, Rosalío Bustamante, Santiago R. De la Vega, Andrea y Teresa Villareal, Antonio Díaz Soto y Gama, Teodoro Hernández, Jenaro Amezcua, y muchos otros que participaron en los clubes liberales, que se formaron en los primeros años del xx y se presentaron ante la sociedad para indicar que eran los iniciadores del movimiento.
Todos ellos, desde Regeneración, publicado en la Ciudad de México de agosto a diciembre de 1911, se diferenciaban de los ácratas del plm, pero sobre todo de Ricardo, por ser un «anarquista irresponsable». Antonio I. Villareal preguntó: «¿De dónde saca Ricardo Flores Magón, los miles de pesos que ha estado gastando en la compra de armamento y en las expediciones de filibusteros que organiza en los Estados Unidos?»[25] Remarcamos la idea de que existieron por cinco meses dos periódicos Regeneración que reclamaban para sí el pasado reciente. También el hecho de que la acusación de filibusterismo estuvo presente en la edición de la Ciudad de México, desde agosto de 1911. Quienes estaban en México y en particular Jesús Flores Magón, fue quien se declaró el precursor.
Camilo Arriaga, el principal organizador de los clubes en 1900-1904, encarcelado y perseguido en Estados Unidos por Bernardo Reyes y Porfirio Díaz, fue considerado para formar parte del gabinete o la candidatura de San Luis Potosí, durante el gobierno del interino Francisco León de la Barra[26]. Arriaga quería ser parte del gobierno triunfante, como Antonio I. Villareal, Santiago R. De la Vega y sin duda, Juan Sarabia. Como lo apuntaron en 1906, en el programa multicitado:
Todo partido político que lucha por alcanzar influencia efectiva en la dirección de los negocios públicos de su país está obligado a declarar ante el pueblo, en forma clara y precisa, cuáles son los ideales porque lucha y cuál el programa que se propone llevar a la práctica, en caso de ser favorecido por la victoria[27].
No era ajeno a ellos su interés por ser parte del gobierno, dada su declaración expresa. Por ello, Sarabia, Villareal, Arriaga y Jesús Flores Magón escribieron sobre las persecuciones, los encarcelamientos, la violencia, así como su necesidad de huir a Estados Unidos.
Todos ellos, en Regeneración, publicado entre agosto y diciembre de 1911 en la Ciudad de México, narraron la historia de una continuidad revolucionaria de la cual Madero era el beneficiado. Los grupos organizados por el plm fueron la base de quienes tomaron las armas en 1911, y lograron lo que fue un propósito desde el primer número de Regeneración, publicado el 7 de agosto de 1900. Jesús Flores Magón indicó en agosto de 1911 que era necesario refundar el Partido Liberal Mexicano[28]. Antonio Díaz Soto y Gama, Antonio I. Villareal, Juan Sarabia y Camilo Arriaga estuvieron presentes en la Convención del Partido Nacional Progresista, donde se nombró a Madero y Pino Suárez para presidente y vicepresidente de la República.
Cabe señalar que Villareal formó parte de la junta de Los Ángeles hasta febrero de 1911. Su relación que tenía ocho años de iniciada se resquebrajó por el tema central entre anarquistas del plm y liberales del plm: el capitalismo o el anarquismo, dos caminos totalmente diferentes. Esta disputa solo ha sido abordada por los trabajos de la construcción de memoria institucionalizada y han sido planteadas bajo la visión de conceptos que funcionan para el Estado posrevolucionario, «magonismo», «los precursores», o «los hermanos Flores Magón».
En el gobierno de Madero, Camilo Arriaga, Villareal, Sarabia y Jesús Flores Magón ocuparon diferentes cargos. Arriaga fue encargado de los consulados en Estados Unidos; Villareal, embajador en España; Sarabia, diputado, y Jesús Flores Magón, en el ministerio de Justicia y posteriormente como secretario de Gobernación. Antonio Díaz Soto y Gama ayudó a Sarabia en la redacción de un proyecto de ley agraria, presentado en la Cámara de Diputados en octubre de 1912. Este proyecto contemplaba la expropiación de tierras y aguas, previa indemnización.
4. Reconocer al precursor, pero se cambia la lucha
De 1911 a 1920, la movilización popular fue intensa y tiene numerosas vertientes. Los liberales del plm tomaron diferentes caminos. Jesús Flores Magón, después de ser miembro del gabinete de Madero, dejó el país por temor a represiones. Camilo Arriaga también se fue a Estados Unidos. Juan Sarabia colaboró con Pascual Orozco en Chihuahua y junto con Antonio I. Villareal fue enviado a negociar con Emiliano Zapata en 1913-14. Villareal fue gobernador de Nuevo León en 1914 y presidente de Convención de Aguascalientes. Santiago R. de la Vega se mantuvo en el periodismo y apoyó al constitucionalismo, así como la formación de la Casa del Obrero Mundial. Alfonso Cravioto publicó artículos y apoyó organizaciones sociales; fue electo diputado y participó en el congreso Constituyente de Querétaro, además de ser senador en la siguiente década. Antonio Díaz Soto y Gama fue un importante colaborador de Emiliano Zapata y elaboró varios de los documentos fundamentales en 1916 y 1917[29]. Luego del asesinato del Caudillo del Sur, Soto y Gama centró su atención en formar el Partido Nacional Agrarista, por el cual fue legislador de 1920 a 1928. En 1920, murió Juan Sarabia, el principal autor del Programa del Partido Liberal Mexicano. Acababa de ser electo senador por su natal San Luis Potosí.
Los anarquistas, por su parte, se mantuvieron en Los Ángeles, California, publicando Regeneración. De manera sintética, apuntamos que llamaron a los ácratas, en Estados Unidos, Europa y Sudamérica, a sumarse a la revolución en México, que desde su perspectiva ya estaba logrando imponer el comunismo e insistían en que era el momento de realizar la revolución mundial que terminara con el capitalismo, el Estado y toda forma de creencia religiosa.
El 21 de noviembre de 1922, murió en la prisión de Leavenworth, Kansas, Estados Unidos, Ricardo Flores Magón. Librado Rivera, denunció que había sido asesinado. Cabe señalar que para ese momento las diferencias entre Enrique y Ricardo era fuertes. A pesar de compartir la cárcel, no tenían relación entre sí. En ese contexto, el diputado Antonio Díaz Soto y Gama, el 22 de diciembre de 1922, pronunció un discurso en la Cámara de Diputados. Este se ha interpretado como un reconocimiento, pero fue una transformación que se tornó común: ubicar el nombre de Ricardo Flores Magón para la causa de quien lo pronuncia, es decir, para referir que el anarquista luchaba por aquello que el exponente en turno necesita. Así, Soto y Gama, señaló que Ricardo era «…el precursor de la revolución, el verdadero autor de ella, el autor intelectual de la revolución mexicana». Era el autor del Programa del Partido Liberal Mexicano. Ricardo, había dejado la mesa puesta para que Madero y Carranza lograran la victoria. De acuerdo con Soto y Gama, el programa de julio de 1906 fue más avanzado que el «mezquino» plan de San Luis o el «ridículo» plan de Guadalupe:
…todo lo previó este hombre: previó que la conquista de la tierra era la base de todas las demás libertades, y que, conquistada la libertad económica del campesino, sobre esa libertad se edificaría todo el edificio revolucionario. Y lo dice con esa claridad, con esa llaneza de los apóstoles, sin galas retóricas, sin tonalidades líricas, con una sencillez enorme y si nada más que esto se obtuviera: Ya sería un gran paso hacer que la tierra fuera de la propiedad de todos, y si no hubiera fuerza suficiente o suficiente conciencia entre los revolucionarios para obtener más ventaja que esa, ella sería la base de reivindicaciones próximas, que, por la sola fuerza de las circunstancias, conquistaría el proletariado[30].
Así, el presidente del Partido Nacional Agrarista indicó que Ricardo abordó el tema de la tierra, pero no que esta debía ser en propiedad común, ni mucho menos que el Estado debía ser destruido para que nadie llegara al poder. Soto y Gama no indicó que para los anarquistas debían eliminarse diputados y senadores, quienes se dedicaban a engañar al proletariado y a retrasar lo inevitable, la anarquía. ¿Qué relación existe entre lo asentado por Soto y Gama y lo que tantas veces se repitió en Regeneración de los Ángeles, California? Señaló Ricardo en 1912 que la única forma de conseguir la igualdad era entregar la tierra para que se trabajara en común, no en parcelas.
Para esto los pobres no necesitamos que un gobierno nos dé la tierra, pues el gobierno tiene como misión velar por los intereses del capital, y nunca se atreverá a despojar al rico en beneficio del pobre. La expropiación debe ser hecha por el pobre, directamente, sin mediación de diputados, senadores y toda esa polilla que se llama gobierno; sin esperar a que lleguen al poder los revolucionarios burgueses, sobre la marcha, sin dilación de ninguna clase, antes de que pueda consolidarse algún gobierno…[31].
En los años siguientes, a esta transformación, se sumaron algunos liberales del plm; pero, sobre todo, Jesús y Enrique Flores Magón. Este último, como ya apuntamos de 1931 en adelante, modificó su discurso ácrata para adaptarlo a la nueva circunstancia[32].
Para ese momento, Antonio I. Villareal era secretario de Fomento. Con el trabajaban Camilo Arriaga, en la jefatura del Departamento Forestal de Caza y Pesca, así como Santiago R. de la Vega. Por su parte, Soto y Gama se confrontó con Arriaga, dado que este formaba parte del Partido Nacional Cooperativista. Cabe señalar que poco tiempo fue parte del gobierno, ya que, en años subsecuentes, Villareal apoyó a Adolfo de la Huerta en contra de Obregón, y posteriormente en contra de Calles, por lo que estar alejado de los círculos del poder no favoreció que defendiera la postura previa.
Así, los precursores de 1911, que se consideraban legítimos ante Madero y con un proyecto, en 1922 estaban lejos de ser un grupo y varios de ellos regresaron a la oposición. Soto y Gama, quien en 1903 había renunciado a la lucha contra Díaz, tenía la legitimidad de haber sido uno de los principales colaboradores de Zapata. Obregón, quien utilizó la imagen del Caudillo Suriano para su gobierno y su política agraria, tenía a Soto y Gama como dirigente de un partido al que apoyaba con ciertos límites.
5. Enrique Flores Magón: sindicalista, con un programa bajo el brazo, el precursor. Jesús Flores Magón, otra vez precursor
El regreso a México de Enrique Flores Magón implica varias preguntas que no se han trabajado a fondo. Lo evidente es que no retomó publicaciones anarquistas, como sí lo hizo Librado Rivera. Enrique recorrió varias partes del país para apoyar la formación de sindicatos, de manera contraria a lo que afirmaron en Regeneración en años precedentes[33]. De igual forma, reestableció su vínculo con su hermano Jesús quien retomó la bandera de los precursores. Por otra parte, desde la secretaría de Educación Pública, José Vasconcelos, quien participó en algunos eventos con miembros del plm, pero que se decantó por Madero, apoyó la publicación de escritos de Ricardo Flores Magón, bajo el sello del Grupo Cultural Ricardo Flores Magón[34]. Nicolas T. Bernal, quien tuvo una relación epistolar cuando Ricardo estuvo encarcelado, fue quien realizó las compilaciones. En sus Memorias, Bernal indicó haber conocido desde 1910 a los ácratas, pero prefirió seguir sus estudios en San Francisco, California, y nunca se sumó al llamado a las armas. Bernal tuvo diferencias importantes con Enrique, a quien denigró en sus memorias publicadas en 1982[35].
Las palabras de Soto y Gama han sido multicitadas, pero en 1930 la Cámara de Diputados otorgó el reconocimiento de «defensores de la integridad nacional» a los rancheros, indígenas y militares, quienes, en 1911, en Baja California, lucharon en contra de lo que fue considerada una invasión filibustera. Con el reconocimiento, se abrió una polémica que alimentó una postura que se tornó una pugna de parte de los que seguían vivos y quienes indicaron que ellos no participaron en una intervención anexionista[36]. En las siguientes tres décadas, el tema de la figura de Ricardo como un patriota, incapaz de establecer lazos con extranjeros, propició artículos periodísticos y eventos que demostraron que eso era imposible. Era un nacionalista que estaba en contra de los inversionistas extranjeros y deseaba una patria libre de intervenciones[37]. Así, los anarquistas que llamaron al proletariado del mundo a llegar a México, donde tendrían tierras para todos y se expulsaría y asesinaría a burgueses, funcionarios y clero, pasaron a ser nacionalistas y reformistas. Para contradecir esta lógica de Estado, apuntamos que Ricardo Flores Magón, en mayo de 1911, le pidió al anarquista español Pedro Esteve el apoyo para poblar el Distrito Norte de la Baja California. Señaló:
…urge que vengan a la Baja California muchos anarquistas de todas partes del mundo para que apoyen la expropiación de la tierra y de la maquinaria. Hay en la Baja California tierras preciosas, minas muy ricas y puertos magníficos. En manos de los libertarios la Baja California se sacarán de ella elementos bastantes para llevar la revolución a todo México y aún al mundo entero, porque es muy grande la península y muy rica; pero está muy poco poblada[38].
Este llamado a poblar con ácratas extranjeros fue eliminado de la discursividad. En la década de 1930, Enrique Flores Magón fue vicepresidente de la Unión de Veteranos y posteriormente fue presidente de la Legión de Precursores de la Revolución Social Mexicana de 1910. Como se puede observar en el epígrafe, se relacionaba directamente con el senado de la República, el presidente Cárdenas y posteriormente Manuel Ávila Camacho. Buscaba beneficios para sus hijos y para miembros de las organizaciones que encabezó. ¿Era el anarquista que había luchado contra toda forma de autoridad, la burguesía y la propiedad privada? ¿Era el hombre que fue golpeado, encarcelado, y que en numerosos escritos indicó que la lucha terminaría con el fin del capitalismo? ¿O era, el principal emprendedor moral de la memoria, que decidió transformar la lucha ácrata por una que reconocía la labor en contra de Porfirio Díaz, pero no en contra de todo gobierno, ley y creencia religiosa?
En esos años, algunos que tuvieron el mismo objetivo fueron Teodoro Hernández, Elfego Lugo, Luis Jaso, Antonio Díaz Soto y Gama o el para entonces reconocido general zapatista, Jenaro Amezcua. Hernández, fue autor de libros como Los precursores de la revolución (1940), Las Tinajas de Ulúa (1943) y La historia de la revolución debe hacerse (1950). De igual forma, publicaba el periódico mensual El Precursor, donde solicitaban pensiones, empleos o reparto de tierras para quienes participaron en los eventos armados. Hernández destacaba la labor de los precursores, dado que él se levantó en armas en Veracruz en 1906. Jenaro Amezcua publicó ¿Quién es Flores Magón y cuál es su obra? (1945), texto en el que destacó el papel de Enrique como reformista; en el libro se incluye una alocución de este en 1942, con un mensaje patriota en el contexto de la Segunda Guerra Mundial. Amezcua, había presidido en Puebla, una organización semejante y cuando menos de 1935 a 1950 colaboraron entre sí para negociar con el gobierno beneficios para quienes fueran incluidos entre los precursores.
¿Por qué destacar a estos personajes? Porque son parte de los autores que, en Regeneración, publicado en la Ciudad de México en 1911 y financiado por Jesús Flores Magón, estuvieron a favor de las propuestas de Juan Sarabia, Antonio I. Villareal, Camilo Arriaga. Además, por tanto, apoyaron a Francisco I. Madero. Ninguno de ellos indicó algo referente a los comentarios críticos a los anarquistas y en particular a Ricardo. De igual forma, compartieron que Madero y Pino Suarez fueran los candidatos en las elecciones[39]. Amezcua se unió al partido liberal y trabajó en su reorganización[40]; Elfego Lugo, participante en los movimientos armados, también publicó en Regeneración de la Ciudad de México, sin mostrarse en contra de las acusaciones, como la de filibustero, que se vertieron en contra de Ricardo[41].
Poco antes de su muerte en 1930, Jesús Flores Magón, al conocer las disputas sobre las intenciones de Ricardo y Enrique con respecto al filibusterismo en Baja California, y en olvido de su papel en Regeneración de agosto a diciembre de 1911, donde se presentó a sí mismo como el precursor y se publicaron textos que acusaron de filibusterismo a Ricardo, indicó que sus hermanos fueron quienes dieron las bases para el Estado mexicano, con fundamento en el Programa del Partido Liberal Mexicano. Era imposible que hubieran intentado un movimiento separatista, porque de ellos había surgido.
…la liberación del campesinado por medio de un amplio y liberal programa agrario y liberación también del obrero por medio de su manumisión del despotismo patronal. Sin aquellos esfuerzos heroicos no estarían en boga ahora las fórmulas socialistas que tantos falsos líderes han aprovechado en su movimiento de simulación política[42].
Así, Jesús Flores Magón, quien había permitido en 1911 la denostación de los ácratas incluido lo referente al filibusterismo, le otorgó a sus hermanos el programa de 1906. Renunció a lo que planteó en 1911, como fundador dos veces de Regeneración, e inició una postura que otros emprendedores de la memoria, como Enrique Flores Magón, Teodoro Hernández, Elfego Lugo, Luis Jaso, Antonio Díaz Soto y Gama o Jenaro Amezcua, todos ellos colaboradores de la edición de la Ciudad de México, sostuvieron al mantener un discurso de continuidad, como si el proyecto fuera el mismo desde 1900, 1906 o 1930.
En 1944, luego de varias propuestas por la Legión de Precursores que encabezaba Enrique, el senado de la República, trasladó los restos de Ricardo Flores Magón a la rotonda de los hombres ilustres. El argumento es que fue el autor del Programa del Partido Liberal Mexicano, base de las reformas sociales de la Constitución de 1917, documento que concentra los logros de la revolución mexicana que estaba en plena marcha, triunfante y promisoria para todos los mexicanos[43].
Enrique Flores Magón, quien murió en 1954, sostuvo la autoría del programa capitalista, reformista y patriota hasta sus últimos días. Samuel Kaplan, lo ratificó en la obra Peleamos contra la injusticia. Enrique Flores Magón, precursor de la revolución mexicana cuenta su historia (1960) en la que, él y Ricardo, «y otros», habían dejado el programa para todos los mexicanos. Atrás habían quedado los múltiples textos que surgieron de su pluma en los que la revolución mundial había estallado en México, como ejemplo para el mundo, cuando indicaba que:
No son leyes ni gobiernos que las burlen lo que necesitamos los pobres, sino Pan, Tierra y Libertad para Todos. Y esos bienes no se conquistan por medio de leyes y gobiernos, como lo demuestran los hechos, sino por medio de la expropiación, tomando cuanto existe, para el uso y beneficio de todos [44].
Este Enrique Flores Magón, anarquista, es diferente al emprendedor moral de la memoria de los años posteriores que impactó el discurso historiográfico de la revolución mexicana.
6. Mantener una memoria institucionalizada
En 1966, Eugenio Martínez Núñez publicó Juan Sarabia. Apóstol y Mártir de la Revolución Mexicana. Previamente, en 1933, en su obra La vida Heroica de Práxedis G. Guerrero, demostró que Práxedis era un anarquista que llegó por caminos distintos a dicha propuesta ideológica, y que se mantuvo independiente a los ácratas del plm. Martínez, siguió una línea semejante al demostrar que la trayectoria de Sarabia fue por sus propios méritos. Destacó lo que se ha remarcado en este escrito y en parte de la historiografía sobre el tema: Sarabia fue el principal autor del Programa del Partido Liberal Mexicano de julio de 1906. Indicó:
Hasta la fecha, todos los que han hablado o escrito sobre la historia de la Revolución, al tratar de este documento lo califican de «Programa Magonista», de «Ideario del Magonismo» o bien de «Programa de los hermanos Flores Magón», etcétera, creando con ello, como efectivamente lo han creado a fuerza de repetirlo durante largos años, un ambiente despreciativo en que se coloca en segundo o tercer término a los demás miembros de la Junta, o se les excluye definitivamente de las diversas y más o menos importantes participaciones que tuvieron alrededor del mismo Programa del Partido Liberal[45].
Martínez «desmagoniza» el programa que Ricardo, desde mayo de 1911, había indicado era autoría de Juan Sarabia. Sin embargo, desde años atrás, personajes ligados a la izquierda en México tenían como propósito llevar el nombre de Ricardo Flores Magón al muro de honor de la Cámara de Diputados: Efrén Castrejón, Alicia Pérez, Jesús Aguilar Sánchez y Fernando Córdoba Lobo, quienes dictaron conferencias y publicaron artículos. En 1963 se realizó la propuesta formal, que se rechazó cuando menos en tres ocasiones, hasta que se aprobó en el 2000.
Desde la década de 1930, el nombre de Ricardo Flores Magón ha sido colocado a calles, escuelas, o agrupaciones sindicales. En su fecha de nacimiento o muerte, en algunos lugares se realizan festejos o ceremonias en las que se le reconoce como el autor de las reformas sociales que se plasmaron en la Constitución de 1917. No obstante, es difícil encontrar menciones a que los anarquistas del plm conformaron una estrategia, se relacionaron con ácratas de otras partes del mundo y que los llamaron a poblar Baja California o México[46]. Tampoco se menciona que, para ellos, la única solución era desaparecer la propiedad privada.
Abolir ese principio, significa el aniquilamiento de todas las instituciones políticas, económicas, sociales, religiosas y morales que componen el ambiente dentro del cual se asfixian la libre iniciativa y la libre asociación de los seres humanos que se ven obligados, para no perecer, a entablar entre sí una encarnizada competencia de la que salen triunfantes no los más buenos, ni los más abnegados, ni los mejor dotados en lo físico, en lo moral y en lo intelectual, sino los más astutos, los más egoístas, los menos escrupulosos, los más duros de corazón, los que colocan su bienestar personal sobre cualquiera consideración de humana solidaridad y de humana justicia[47].
El político era quien encarnaba la mentira, el engaño, eran tristes lacayos de la burguesía que engañaban al pueblo.
En 2010, Regeneración volvió a editarse como órgano del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). El 18 de febrero de 2020, la diputada Irma Juan Carlos, del grupo parlamentario de Morena, propuso que el 2021 fuera declarado como el año de los hermanos Flores Magón. Jesús, Ricardo y Enrique, eran los precursores de la revolución que redactaron las ideas principales en beneficio de los trabajadores. Se menciona que en el Programa del Partido Liberal…
exigieron las manifestaciones de pensamientos; promovieron la supresión de los tribunales militares; exigieron la instrucción de la niñez; pidieron eliminar las garantías del clero; enaltecieron la profesión magisterial; propusieron el reconocimiento a los derechos laborales; pugnaron por la eliminación de los impuestos notoriamente inicuos; y justificaron la confiscación de los bienes de los funcionarios enriquecidos indebidamente.
Nada del anarquismo y por supuesto ninguna referencia a quienes elaboraron el programa, como Juan y Manuel Sarabia o Antonio I. Villareal. En cambio, los tres hermanos lucharon juntos, por los beneficios para el pueblo de México, con el gobierno vigilante de que los funcionarios no se enriquecieran.
En síntesis, los hermanos Flores Magón han dado grandes aportes a la historia, a la época y al cambio, no solo por ser precursores de la revolución mexicana, sino también por aportar a la revolución de las conciencias a través del periódico regeneración, principal herramienta de cambio en nuestro proyecto alternativo de nación[48].
De esta forma, los anarquistas, que lucharon por terminar con la propiedad privada, todo gobierno y autoridad, así como cualquier creencia religiosa, dieron las bases para el gobierno actual, mismo que se basa en la existencia de la autoridad, la propiedad privada y garantiza todas las creencias religiosas que se practican en México.
Un año después, el 15 de diciembre de 2021, la Cámara de Diputados, aprobó que el año 2022 fuera nombrado «2022 año de Ricardo Flores Magón». En la comunicación oficial, se señaló:
…que el Poder Ejecutivo Federal, por conducto de la Secretaría de Gobernación, en coordinación con los Poderes Legislativo, Judicial Federales y los Órganos Públicos Autónomos, establecerá un programa de actividades para conmemorar la loable obra y labor de Ricardo Flores Magón en favor de la patria[49].
¿Qué escribió sobre la patria Ricardo Flores Magón?
Cualquiera que sea la bandera política por la cual empuñáis las armas, recordad que siempre habéis sido la carne de cañón sacrificada en aras de esa cosa que no existe para vosotros: la patria. Basta de farsas: matad a Huerta, a Carranza, a Villa, a todo aquel que os hable de patria, de ley, de gobierno paternal, y como hombres, aprovechad los fusiles que tenéis en las manos para arrebatar del rico la tierra, las casas, las minas, los barcos, los ferrocarriles haciendo de ello propiedad común para que lo aprovechen por igual hombres y mujeres[50].
Para los anarquistas de Europa o Estados Unidos la patria era el mundo. Para los ácratas del plm, y en particular para Ricardo, la patria era el argumento de los tiranos, eran palabras estúpidas que habían servido de pretexto para que legiones de brutos se rompan la cabeza. Afirmó:
La patria es una mezcolanza de cosas, de ideas, de tradiciones, de prejuicios que muy pocos entienden y sin embargo, tal vez por ser incomprensible, muchos son los que ponen la panza a las balas enemigas por defender eso que no conocen y que ningún beneficio les reporta[51].
El acuerdo de la Cámara de Diputados, una vez más, era contrario a las posturas del principal aludido. Semanas después, desde el poder ejecutivo, se refrendó que el 2022 fuera el año de Ricardo Flores Magón. En el artículo 3º del decreto se indicó,
El Poder Ejecutivo Federal, por conducto de la Secretaría de Gobernación, en coordinación con los Poderes Legislativo, Judicial Federales y los Órganos Públicos Autónomos, establecerá un programa de actividades para conmemorar la loable obra y labor de Ricardo Flores Magón en favor de la patria[52].
Así, el anarquista que solicitó a los pueblos de todo el mundo a unirse para que la bandera de Tierra y Libertad fuera reconocida por todos, fue de nuevo utilizado para demostrar una alianza que el anarquismo combatía. Enrique Flores Magón, quien trabajó arduamente para construir la memoria que se institucionalizó, en sus escritos como anarquista, señaló en 1914 sobre los efectos que se provocarían si se realizaba la invasión estadounidense. Con ella…
logrará lo que nosotros no podemos lograr por más que los ansiamos: que el proletariado americano se decida al fin seguir el ejemplo del mexicano, y se levante en armas contra sus opresores y explotadores al sentirse empujado a una guerra desastraso (sic) y sin provecho para los pobres.
No temamos, pues, a la intervención americana; que de todos modos la causa proletaria avanza[53].
Su afirmación de 1914 fue la lucha que iniciaron en 1901-1903, junto con Librado Rivera. Para ellos la clase trabajadora, sin patrias ni banderas nacionales, era la única que prevalecería de la faz de la tierra.
7. Para concluir. 2022, el año del triunfo de Enrique Flores Magón, un hombre que trabajó por la memoria institucionalizada
La construcción de la memoria institucional es un producto social, no solo un acto de justicia o de lucha contra el olvido. No es suficiente recordar para construir un discurso legitimador, sino que es necesario ubicar las circunstancias de la relación futuro-pasado, así como la función de ese discurso al lograr identificaciones ante las nuevas circunstancias. Los vivos necesitan de los muertos, pero no en la forma en que convivieron con ellos, sino con una carga sustitutiva que permita una funcionalidad en un nuevo contexto[54].
En este escrito, demostramos que la memoria sobre los anarquistas del plm fue desplazada por una institucionalizada, resultado de la acción de un conjunto de eventos, en los que el eje central fue Enrique Flores Magón. Paradójicamente, tuvo colaboración de liberales que en 1911 criticaron a los anarquistas en una publicación homónima: Regeneración de la Ciudad de México.
El anarquismo que motivó la actividad durante dos décadas fue desplazado por el reformismo. El mensaje de los anarquistas del Partido Liberal Mexicano fue transformado por el enemigo, el Estado. En ello contribuyeron quienes lucharon por el reconocimiento de precursores de la revolución triunfante. Varios de ellos utilizaron el nombre de Ricardo Flores Magón para sus propias causas. Jesús Flores Magón, primero, combatió a sus hermanos para ubicarse en una línea que buscaba llegar al poder. El otro hermano, Enrique, fue anarquista hasta 1925, cuando publicó su ultimo texto en ese sentido[55].
Lo anterior permitió que se generara un «reconocimiento» aparente a Ricardo, pero no con las ideas anarquistas que motivaron la acción del mencionado y de otros como Librado Rivera, Anselmo L. Figueroa, Modesto Díaz, Francisca J. Mendoza, Trinidad Villareal, José Guerra, y varios más. El nombre se colocó a calles, bibliotecas, escuelas, libros, pero, paradójicamente, la historiografía luego de alabanzas y frases lo minimiza, lo deja fuera, sin influencia y alejado de la realidad.
Para los efectos de este escrito, como apuntó Jelin, es el trabajo de los emprendedores morales de la memoria que mantienen la tesis de continuidad en base al Programa del Partido Liberal Mexicano. Un caso de suma trascendencia en publicación de los textos de Ricardo Flores Magón fue encabezado sobre todo por Jacinto Barrera, fallecido recientemente, investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Dicho autor, desde la década de 1980, dio a conocer documentos sobre los precursores, como una continuidad en la que todos son «magonistas», a pesar de que ni Ricardo quería ese mote, por ser una palabra que contradecía su lucha anarquista[56]. Desde hace más de una década, ese trabajo se refleja en el archivo electrónico Ricardo Flores Magón, ubicado en el portal de la institución. Allí se publican periódicos, como Regeneración, de la Ciudad de México, que fueron la base para la redacción de este escrito, y que como se observa permiten ubicar cómo la construcción de memoria es un producto social, ligado a intereses y momentos específicos.
En los últimos años, la organización emprendida por uno de los descendientes de Enrique Flores Magón, Diego Flores Magón, La Casa del Hijo del Ahuizote, ha desempeñado un papel central en ratificar la transformación de los anarquistas, con apoyo del Estado, en reformistas que buscaban hacer leyes y sostenían el gobierno[57]. Se mantiene la discursividad que Enrique Flores Magón logró institucionalizar. Sin duda, una muestra de que el mensaje anarquista original fue desplazado, lo que permite que el nombre sea utilizado por el gobierno.
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Notas