Secciones
Referencias
Resumen
Servicios
Buscar
Fuente


Historia(s) de la(s) Geografía en Argentina. Trayectorias y proyectos (1870-2024)
The history(ies) of Geography(ies) in Argentina. Trajectories and projects (1870-2024)
Geográfica Digital, vol. 22, núm. 43, 2025
Universidad Nacional del Nordeste

Artículos Libres

Geográfica Digital
Universidad Nacional del Nordeste, Argentina
ISSN-e: 1668-5180
Periodicidad: Frecuencia continua
vol. 22, núm. 43, 2025

Recepción: 24 febrero 2025

Aprobación: 05 mayo 2025

Los autores conservan los derechos de autor y ceden a la revista el derecho de la primera publicación. La revista registra los documentos con la Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial 4.0 Internacional, que permite a terceros utilizar lo publicado siempre y cuando mencionen la autoría del trabajo y a la primera publicación en esta revista.

Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial 4.0 Internacional.

Resumen: El presente escrito tiene como objetivo identificar algunos de los proyectos de Geografía que fueron definiéndose desde inicios del siglo XIX hasta la actualidad en Argentina. Así, se examinan cinco períodos en los que emergen diversas propuestas disciplinarias de Geografía utilitaria, de Geografía regional, de Geografía social y de Geopolítica. Se entiende que en el quinto periodo conviven las perspectivas anteriores a las que se añaden otras de emergencia reciente. El análisis de cada etapa se realiza teniendo en cuenta la interacción entre el contexto y la formación de instituciones, el desempeño de ciertos especialistas, la escritura de textos clave y las disputas entre distintas posturas.

Palabras clave: Historias de la Geografía Argentina, Geografía utilitaria, Geografía regional, Geopolítica, Geografía social.

Abstract: The present paper aims to identify some of the projects in geography that were defined from the beginning of the 19th century until today in Argentina. Thus, five periods are examined in which various disciplinary proposals emerge projects of utilitarian Geography, regional Geography, social Geography and Geopolitics were defined. It is understood that in the fifth period, previous perspectives coexist alongside newly emerging ones. The analysis of each stage takes into account the interaction between the context and the organizations of institutions, the performance of certain scholars, the writing of key texts and the struggles between different positions.

Keywords: Histories of Argentine Geography, utilitarian Geography, regional Geography, geopolitics, social Geography.

1. Introducción

El estudio de las historias de la Geografía contribuye a comprender las circunstancias que llevaron a su institucionalización; a su vez, aporta a identificar las vicisitudes que configuraron los problemas, temas, conceptos que dan cuerpo al campo de conocimiento geográfico en la actualidad. Finalmente, esta aproximación permite reflexionar sobre los compromisos políticos, institucionales y epistemológicos que adquirió este saber en articulación con las prácticas disciplinares.

A pesar de estas contribuciones, son escasas las líneas de investigación en el país que se interesan en reconstruir las historias de la Geografía en Argentina.

En términos amplios el derrotero seguido por las distintas investigaciones ha implicado la configuración de múltiples relatos con abordajes y formas de escrituras diferentes. Se conformó así un campo heterogéneo de narraciones con referencias por veces globales (considerando a la Geografía argentina como un todo homogéneo), por veces fragmentadas (haciendo referencia a lugares, tiempos y personalidades particulares). Así, ciertos estudios seleccionaron aspectos del pasado disciplinar para legitimar los contenidos atribuidos a la disciplina en el presente. Esta tarea fue llevada adelante, por ejemplo, por algunos autores que defendían la perspectiva regional (Rey Balmaceda, 1977) o la perspectiva cuantitativa (Buzai, 2001). Esta búsqueda de legitimación se acompañó, muchas veces, de reconstrucciones biográficas, realización de diagnósticos o balances de gestión que dieron cuenta de una lectura internalista, un reporte ‘desde adentro’ del estado del conocimiento geográfico. En contraposición, hacia finales de la década de 1980, comenzaron a desarrollarse estudios que articulaban el desenvolvimiento de determinadas instituciones, sujetos o ideas con particulares contextos de referencia (Cicalese, 2012; Escolar, 1996). Esta propuesta de carácter contextual (Berdoulay, 2017) ha puesto el foco en algunas coyunturas en detrimento de otras. Así, períodos como el de formación del Estado nación (Souto, 1996; Quintero Palacios, 1995), el del gobierno peronista (Ajón, 1995; Souto 1996; Lois, 2012; Rainer, 2023), el de la última dictadura cívico-militar (Cavanagh y Palladino, 2012; Cicalese 2009) y el del último retorno a la democracia (Vigliecca, 2011; Busch, 2015; Lus Bietti, 2024) concentraron la atención.

En este marco, el presente escrito tiene como objeto proponer una interpretación de la historia disciplinar que tome en cuenta su(s) trayectoria(s) desde inicios del siglo XIX hasta la actualidad en Argentina. Ello implicó recuperar las investigaciones realizadas hasta el momento en el país y que han centrado su preocupación en abordar el recorrido de la Geografía[1] en instituciones de Buenos Aires y, en menor medida, en otros lugares como Córdoba, Mendoza, La Plata o Tucumán. A partir de ellas pudimos reconstruir algunos de los proyectos de Geografía que fueron diseñándose y adquirieron preeminencia a lo largo del período en cuestión.

El artículo se organiza en cinco partes. Luego de esta primera parte en la que se caracteriza la problemática, se describe la postura teórico- epistemológica que orienta el análisis. En la tercera se explicita la estrategia teórico-metodológica y se detallan los materiales analizados. En la cuarta se despliegan los resultados de la investigación para luego, en la quinta, concluir con unas consideraciones finales.

2. Marco Teórico y Antecedentes

El análisis se sitúa en el campo de la historia social de la Ciencia y de la Geografía. Desde este punto de vista, Livingstone (1992) considera que son las siguientes preguntas las que orientan esta perspectiva en la historia disciplinar. ¿Qué papel jugó la geografía en el pasado? ¿Fue usada por grupos particulares con propósitos políticos, económicos o religiosos? ¿Quién se benefició y quién se perjudicó? Por su lado, Escolar (1996) sostiene que la perspectiva de historia social de la Geografía supone una reconstrucción del proceso de formación disciplinar en relación con el contexto social de referencia bajo dos aspectos mutuamente relacionados: la producción geográfica de la realidad social y la producción social de la Geografía como institución y discurso autónomo.

Este abordaje ha llevado a investigar el proceso de institucionalización de la Geografía en los distintos niveles de enseñanza y en distintos recortes nacionales, y sus vínculos con los procesos de formación de los estados nacionales y de los imperios (Hooson, 1994; Godlewska y Smith, 1994; Oliveira y Sarmento, 2022). También ha permitido comprender el desarrollo de ciertos proyectos epistemológicos de base evolucionista en estos contextos (Berdoulay y Souberayn, 1991) y sus pugnas con otros saberes para adquirir el monopolio de la autoridad científica en el proceso de consolidación de la Geografía Moderna (Rhein, 1982; Lus Bietti 2022).

Investigaciones más recientes han discutido el papel de la Geografía en la colonización del conocimiento, la circulación de sus conceptos a nivel Norte –Sur (Ferretti y Viotto Pedrosa, 2018; Llorens y Cecchetto, 2024) y Sur- Sur (de Souza Haracenko, 2021; Bomfim, 2020). En este análisis se destacan las figuras mediadoras de esta circulación y particularmente las traducciones en el viaje de ideas (Davies, 2021; Ribeiro, 2021). Esta propuesta se orienta a configurar una geografía que visibilice la pluralidad de tradiciones configuradas por voces emergentes desde distintos lugares de enunciación (Keighren, 2017; Ferretti, 2025; Zusman 2024).

3. Materiales y Métodos

La estrategia teórico-metodológica de la investigación tuvo un carácter cualitativo y contó con la utilización de la técnica de análisis de contenido (Andreu Abela, 2001; Bernete García, 2014). En primer lugar, se hizo una identificación y sistematización de la producción sobre la historia de la Geografía en Argentina. En este sentido, se relevaron aquellos estudios que se ocuparon de examinar el devenir de distintas instituciones, carreras y personalidades que participaron en la construcción de la tradición disciplinar en Argentina. En segundo lugar, a partir de los portales institucionales, se hizo un relevamiento de los proyectos de investigación llevados adelante en los institutos de Geografía correspondientes a las distintas universidades públicas del país. En tercer lugar, a fin de reconocer las líneas de trabajo emergentes se revisaron las tesis doctorales defendidas en los últimos 10 años en los repositorios digitales de las distintas universidades y la biblioteca electrónica de ciencia y tecnología del antiguo Ministerio de Ciencias, Tecnología e Innovación Productiva.

4. Resultados

Cinco proyectos geográficos para cinco periodos

El reconocimiento de un vínculo entre el contexto histórico-territorial, y la definición de las distintas propuestas disciplinarias, nos lleva identificar cinco períodos en la(s) trayectoria(s) de la Geografía de Argentina. En el primer período (1870-1930) se relaciona el proceso de formación del territorio del Estado-Nación con el desarrollo de una Geografía de carácter utilitaria. En el segundo período (1945-1955) se articulan las propuestas territoriales del peronismo con la institucionalización de la Geografía a nivel universitario y con la aparición de la Geografía regional como propuesta hegemónica. En el tercer período (1960-1976) se asocian las perspectivas territoriales desarrollistas y el impulso otorgado por un nuevo gobierno peronista a las primeras expresiones de una Geografía social que pone en cuestión las lecturas regionales clásicas (resignificadas bajo los aportes de Richard Hartshorne). En el cuarto período (1976-1982) se explica la ligazón entre las prácticas territoriales del último gobierno militar, el nacionalismo territorial y la adquisición de cierta hegemonía del discurso de la Geopolítica. El retorno de la democracia (1983-actualidad) es presentado como un quinto período en el que la apertura y coexistencia de distintos espacios de cultivo de la Geografía permite la convivencia de diversos proyectos disciplinarios. Esta pluralidad se expresa en trabajos sobre distintas temáticas orientados por diferentes perspectivas teóricas. El análisis de cada etapa nos lleva al reconocimiento de instituciones, sujetos, textos o disputas que adquieren un papel clave en la caracterización de las trayectorias y proyectos en cuestión.

4.1. La Geografía en la construcción del territorio del Estado y la nación (1870-1930)

Como en otros países latinoamericanos, la institucionalización de la Geografía en Argentina, es decir la definición de un campo autónomo de este saber en términos institucionales y epistemológicos, estuvo asociada a los intereses de la elite liberal ilustrada que llevó adelante la construcción del Estado.

Las dos sociedades geográficas creadas a fines del siglo XIX, el Instituto Geográfico Argentino (1879) y la Sociedad Geográfica Argentina (1881), participaron activamente en la exploración del territorio pretendido de dominación, en el reconocimiento de los recursos naturales y en la definición de los límites internacionales. Sus miembros, en su mayoría militares y naturalistas, promovieron y formaron parte de las campañas militares dirigidas a ocupar las áreas que hoy se conocen como el Chaco, la Pampa y la Patagonia. Cabe destacar que a partir de estas campañas las poblaciones indígenas que habitaban en esas áreas fueron desalojadas. Sus tierras fueron incorporadas a la producción agropecuaria que garantizaría la inserción de Argentina en el mercado internacional (Zusman y Minvielle, 2002).

Las actividades del Instituto Geográfico Argentino y de la Sociedad Geográfica Argentina fueron acompañadas de la acción de la Oficina Topográfica Militar (1879-1885). Este organismo, además de colaborar en las tareas de reconocimiento territorial, se hizo cargo de llevar adelante las labores de medición y de levantamiento cartográfico del país. Las acciones iniciadas por la Oficina Topográfica Militar serán continuadas por el Instituto Geográfico Militar[2] (1904). Este se ocupó de elaborar una cartografía de la República al millonésimo, a fin de insertar la representación del país en el mapa que se quería elaborar a nivel mundial a dicha escala (Lois, 2003). Cabe señalar que el Instituto Geográfico Militar, poco a poco, irá adquiriendo el monopolio de la producción cartográfica oficial del Estado Argentino (Lois, 2006; Lois y Mazzitelli, 2009).

Simultáneamente la Geografía comenzó a ser impartida como disciplina en las escuelas secundarias formadoras de las elites intelectuales (colegios nacionales y escuelas normales) (Quintero Palacios, 1995) y en las universidades. Así, por ejemplo, en la Universidad de Buenos Aires se organizaron las cátedras de Geografía Física y Geografía Política (1904), como parte de la formación del historiador (Souto, 1996). En otras casas de estudios superiores como las de la Universidad Nacional de Córdoba y de la Universidad Nacional de La Plata se crearon los cursos de Ingeniero Geógrafo (1892 y 1906 respectivamente) (Cecchetto y Barrionuevo, 2012; Villar, 1995). Asimismo se constituyeron los primeros Institutos de formación de profesores en Geografía en la Ciudad de Buenos Aires (1904) y en la Universidad de la Plata (1906). En este contexto, los futuros docentes de enseñanza secundaria eran vistos como sujetos responsables de socializar a las nuevas generaciones en las imágenes del territorio que servían a los fines de crear una visión de la nación homogénea, sin diferencias étnicas ni de clase (Escolar et al., 1994).

En estos distintos ámbitos la Geografía se fue definiendo como una disciplina con un perfil utilitario. Este perfil se expresaba a través de dos vertientes: una descriptiva y otra matemática. La tendencia descriptiva (cultivada fundamentalmente por los naturalistas) permitía reconocer las potencialidades del país en términos de recursos naturales que podrían ser explotados económicamente. A su vez, la perspectiva matemática (trabajada por los ingenieros geógrafos o ingenieros topógrafos) contribuía a medir el territorio, establecer sus límites, promover los levantamientos cartográficos y realizar obras de infraestructura.

El perfil utilitario de la Geografía comenzó a ser criticado hacia las primeras décadas del siglo XX. Para ese entonces, como resultado de las políticas de incentivo a la migración europea, la proporción de población extranjera representaba un 30% del total. El crecimiento de las clases medias y el compromiso de algunos migrantes con el socialismo o con el anarquismo pusieron en cuestión los ideales de las elites liberales, particularmente a partir del reclamo por participación política de esta población incorporada en las actividades económicas como mano de obra (Svampa, 1994).

Es este el contexto de surgimiento de distintos movimientos nacionalistas en Argentina. Entre las distintas vertientes nacionalistas, aquella de carácter cultural, encontraron en algunas figuras representativas de “lo propio” como el indígena, el gaucho o los distintos paisajes, las bases simbólicas sobre las cuales construir la imagen del país. En estas circunstancias algunos intelectuales como Félix Outes (1878-1939) y sus discípulos Romualdo Ardissone (1891-1961) y Francisco de Aparicio (1892-1951) se interesaron por promover un proyecto de Antropogeografía que, nutriéndose de los aportes de Friedrich Ratzel y Jean Brunhes, pudiera dialogar con las humanidades a partir de interesarse por el estudio de la diversidad cultural. Esta diversidad podría ser abordada a partir del examen de los vestigios dejados por las poblaciones indígenas (la toponimia sería una expresión de ello) o a través de la identificación de los artefactos que las sociedades rurales construían al vincularse con su medio (los distintos tipos de vivienda natural[3] serían un ejemplo de ello) (Barros, 2001; Lus Bietti y Zusman, 2016). Se define así un proyecto disciplinar que se nutre del intercambio con los estudios antropológicos y que encuentra en la Sección de Geografía de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires su ámbito de desarrollo (1918).

Con pocos años de diferencia, otros especialistas se nuclearon en la Sociedad Argentina de Estudios Geográficos [GAEA] (1922). En sus inicios GAEA, bajo la labor de Elina González Acha de Correa Morales (1861-1942), tuvo como objetivo renovar los contenidos y métodos de la enseñanza de la Geografía en la escuela media. Así siguiendo los avances a nivel internacional de la Geografía que denominaban como moderna, sus miembros participaron activamente en las reformas curriculares llevadas adelante por el Ministerio de Educación en el año 1926. Estas reformas buscaban incentivar el abandono del estudio memorístico y su sustitución por el uso de las metodologías propias de las ciencias naturales[4] (tal como estaba ocurriendo en el ámbito europeo). A partir de este momento, y hasta la década de 1980, GAEA se va tornando en un referente de la Geografía nacional, particularmente en el ámbito de la enseñanza (Zusman, 2001; Lascano y Curto, 2022). Este rol se acentuará a partir de que Federico Daus (1901-1988) asuma la presidencia de esta institución (1947-1957). De hecho, Daus desempeñará un papel clave en la articulación de las relaciones entre GAEA, el Estado y los docentes de Geografía de la escuela secundaria, particularmente durante el gobierno peronista.

4.2. La institucionalización universitaria y la hegemonía de la Geografía regional (1945-1955)

Durante la década de 1940 Argentina vivenció transformaciones económicas y sociales que redefinieron la geografía del país. Algunas de ellas tuvieron que ver con el proceso de sustitución de importaciones y con la intensificación de las migraciones de las áreas rurales a las urbanas, especialmente hacia aquellas que se concentraban los centros industriales como eran las ciudades del litoral. La conformación de un empresariado industrial y de una clase obrera constituyeron el marco en el que Juan Domingo Perón llegó al poder (1946-1955). Durante su gobierno se definió el perfil de un Estado interventor que procuró asegurar la independencia económica del país y promover la inclusión social. En este marco el Estado apareció como vertebrador de proyectos de planificación territorial (expresados en los planes quinquenales) y como configurador de una imagen de nación que encontraba en la integración territorial un elemento de cohesión que no estaba asegurada a nivel social. En este sentido, el aprovechamiento de los recursos naturales era incorporado a la planificación y al discurso de lo nacional. Este último ahora añadía una nueva componente: la búsqueda de la independencia económica, en particular, a partir de la explotación de los recursos energéticos (Ajón, 1995).

Frente a la relevancia otorgada al territorio, la Geografía apareció como un saber significativo que encontraba nuevos ámbitos de expresión. Uno de ellos fue la constitución de cursos independientes de los de Historia en las principales universidades nacionales, pero siempre en las facultades de humanidades. En este marco tuvieron origen las primeras carreras de Geografía del país en Tucumán (1947), La Plata y Buenos Aires (1953) y Mendoza (1954).[5] La primera se organizó bajo la influencia de geógrafos alemanes, en algunos casos vinculados con el régimen nazi (Rainer, 2023). Ellos impulsaron investigaciones que iban desde trabajos de Geografía física hasta estudios corológicos, pasando por análisis de Geografía histórica (abordando en particular las transformaciones del paisaje de la provincia a partir de la producción de caña de azúcar) (Bolsi, 1991). Las segundas recibieron el impulso de Federico Daus quien, se desempeñó a su vez como presidente de GAEA y docente de ambas casas de estudio y del Instituto Superior del Profesorado (1946-1955). Daus llevó a que la región geográfica, inspirada teórica y metodológicamente en la propuesta regional del Paul Vidal de la Blache basada en la interacción entre la sociedad y el medio (Ozouf-Marignier y Robic, 1995), se tornase hegemónica en la disciplina (Souto, 1996)[6]. Finalmente, la tercera, comenzó a conformar su cuerpo teórico y empírico a partir de intercambios sostenidos con geógrafos y geógrafas francesas[7] provenientes principalmente de la Universidad de Burdeos que, también desde una perspectiva regional, orientaron el estudio de los procesos urbanos y rurales, específicamente en la organización de la producción vitivinícola en la región cuyana (Zamarono, 1959; Cicalese, 2014).

Afirmábamos en el apartado anterior que hacia 1918 se había desarrollado en la Universidad de Buenos Aires una propuesta de Antropogeografía, que había sido cultivada por Félix Outes y sus discípulos Francisco de Aparicio y Romualdo Ardissone. En la década de 1950, en diálogo con esta perspectiva, Francisco de Aparicio, desde fuera de la Universidad,[8] comenzó a liderar la redacción del primer compendio de Geografía Humana elaborado en el país y sobre el país: La Argentina: Suma de Geografía (1958-1963). Este servirá de modelo para emprendimientos similares futuros (Montes, 2014; 2021). Según el prólogo, esta enciclopedia, conformada por nueve tomos, abordaba las siguientes temáticas:

La historia del conocimiento geográfico del país muestra en el primer capítulo que las modernas obras científicas no inician, sino que coronan un largo proceso de acumulación de datos y de laboriosa interpretación de los mismos. Por ser nuestra unidad de partida el territorio estatal, se estudian su área y límites internacionales juntamente con la geografía histórica de cada frontera. El aspecto geológico ha sido encarado con un orden regional según el criterio geográfico. Las regiones naturales y las unidades de paisaje comprendidas en ellas se describen luego, en tanto que el contenido de las macro-regiones recibe adecuados desarrollos sistemáticos en los capítulos sobre el clima, hidrografía, mar y costas, orografía, fitogeografía y zoogeografía. La población, la circulación de habitantes y bienes, la vivienda, los modos de vida con sus principales aspectos y su formación histórica del territorio constituyen los elementos de la geografía humana. Capítulos sobre geografía médica y alimentación, toponimia, voces geográficas populares y cartografía dan cabida a materiales nuevos o bibliográficamente esparcidos y no agrupados hasta ahora en estudios de conjunto. (Aparicio y Difrieri, 1958, p. XVI)

Desde el punto de vista epistemológico, la Suma de la Geografía seguía las pautas de la llamada Geografía moderna, y daba cuenta de los ‘avances’ en términos empíricos que se habían realizado en el país hacia inicios del siglo XX; desde el punto de vista de sus autores ella se tornaba en un referente “para la ciencia pura, la enseñanza y el saber práctico”. (Aparicio y Difrieri 1958, p.VIII).

Por su lado, Romualdo Ardissone encontrará su inserción en la Universidad de Buenos Aires desempeñándose como profesor de la cátedra de Geografía Humana entre 1938 y 1953. El Instituto de Geografía, del cual fue director (1947-1961), será el ámbito de producción y divulgación de sus trabajos sobre la instalación humana en algunos valles del noroeste argentino (Ardissone 1942;1953). Este tipo de estudios se orientaron a analizar las relaciones de ciertos grupos sociales con el medio, a partir de la oferta natural de materiales. La observación directa, la investigación en archivos históricos y el análisis de los testimonios arqueológicos fueron las técnicas usadas para construir este tipo de aproximación (Chiozza, 1984).

Mientras que la propuesta de Antropogeografía desarrollada por Ardissone y la perspectiva regional diseñada por Federico Daus delinearon el perfil de la Geografía Humana que tomaba cuerpo con la institucionalización de la carrera en la Universidad de Buenos Aires (1953), algunos de los especialistas nucleados en torno a La Argentina. Suma de la Geografía avanzaron en la elaboración de un proyecto de Geografía social que se irá configurando en la Universidad de Buenos Aires hacia inicios de la década 1960, una vez que el peronismo hubiera sido derrocado por un golpe militar[9] y que aquellas personas que estaban fuera de la universidad peronista se incorporasen a la misma (Iut, 2015).

4.3. La emergencia del proyecto de Geografía social en medio de la preeminencia de la perspectiva regional (1960-1976)

Hacia la década de 1960 en el marco de los proyectos desarrollistas, la Geografía fue valorizada como un saber útil a los fines de la planificación. En este contexto, se comprendía que el especialista en esta área podía incorporarse como personal técnico en los trabajos de los organismos como el Consejo Nacional del Desarrollo [CONADE], el Consejo Federal de Inversiones [CFI] o en los equipos que participaban en el diseño de las obras públicas de la época que, siguiendo las propuestas de François Perroux, concebían que la organización de grandes emprendimientos de infraestructura podían promover el desarrollo en algunas áreas. Un ejemplo de ellos son los proyectos destinados a la producción energética (Chocón-Cerros Colorados, en el área de la Patagonia Norte) o a la canalización de la comunicación vial (Zárate-Brazo Largo, en el área litoral).

Esta perspectiva puso en cuestión la concepción de la Geografía como un saber erudito y humanista, orientado fundamentalmente hacia la enseñanza para comenzar a proponer “un modelo de disciplina más orientado a la profesionalización, tanto en la investigación como en la búsqueda de una salida laboral en el ámbito extraacadémico” (Iut, 2015, p.61). A su vez, en este contexto, el saber disciplinar mantuvo fecundos intercambios con distintas ciencias sociales, en particular con la Sociología y la Antropología que, junto con la Psicología y las Ciencias de la Educación, se incorporaron como carreras en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA entre los años de 1957 y 1958 (Sigal, 2002).

Consideramos que la trayectoria de Elena Chiozza (1919-2011) en este período resulta representativa del nuevo perfil que adquirió la disciplina en la década de 1960. En primer lugar, ella se desempeñó como asesora en los primeros equipos de planificación territorial de la Patagonia (Grippo, 2010). En segundo lugar, ella comenzó a actuar como docente en la Universidad de Buenos Aires, en la Universidad Nacional de la Plata y en la Universidad Nacional del Sur (en esta última también actuó como directora de la Carrera entre los años 1971 y 1973). Como secretaria del Departamento de Geografía de la Universidad de Buenos Aires participó en la promoción de un plan de estudios que puso el énfasis en el estudio de la Geografía Humana (en sus distintas vertientes económica, urbana y política) y en una Geografía Argentina que daba menor prioridad a las Geografía regionales de otros hemisferios (Iut, 2015; Cicalese, 2018).

En su Geografía las problemáticas sociales adquirieron preeminencia en el análisis, y fueron articuladas con el estudio de la organización espacial (de hecho, podemos decir que a través de sus trabajos se introdujo el concepto de espacio geográfico). Esta perspectiva se hizo presente en el segundo compendio sobre la Geografía argentina que se produce en el país. Se trata de El País de los Argentinos (1974-1976) dirigido precisamente por Elena Chiozza. Esta enciclopedia, publicada en entregas semanales, presentaba las problemáticas sociales, políticas y culturales que se observaban en las regiones del país. Las regiones no eran aquí entendidas como un dato de la realidad sino como producciones históricas, ligadas a la forma de inserción del país en la economía nacional y mundial. Esta aproximación llevaba a identificar las desigualdades regionales y a destacar la situación de marginalidad de las poblaciones tradicionales y originarias, así como los obstáculos que se presentaban para su incorporación a la economía moderna (Cicalese, 2008).

Esta propuesta de Geografía social convivió con la Geografía regional hegemónica que, en esta década había comenzado a valerse de la lectura neokantiana de Richard Hartshorne para entender a la región como el tratamiento localizado de las interrelaciones entre fenómenos heterogéneos y a la Geografía como el estudio de la diferenciación de áreas. En este caso, la propuesta regional aparecía como un abordaje sintético que se diferenciaba de la Geografía general interesada en “el examen sistemático de ciertas categorías de relaciones en todo el mundo o en una parte muy amplia de esta” (Hartshorne, 1991, p.54). A su vez, la región –a diferencia de las lecturas vidalianas locales- era presentada una construcción del investigador y no un dato de la realidad (Moraes, 2005).

Hacia la década de 1970 tuvieron lugar enfrentamientos entre la Geografía social y la Geografía regional. En realidad, estos no fueron más que reflejo de los conflictos políticos y sociales que en esta década se desarrollaron en el país. El País de los Argentinos fue uno de los focos de la disputa; de hecho, los representantes de la Geografía lo cuestionaron por su contenido ideológico y por pretender deformar la imagen del país (Randle, 1976/1977).

Bajo la llegada de un nuevo gobierno peronista (1973-1976), otra variante de Geografía social comenzó a ser desarrollada entre estudiantes y docentes de distintas carreras de Geografía del país en vinculación con pares de Uruguay y Brasil. Una muestra de ello fueron los encuentros latinoamericanos de la llamada ‘Nueva Geografía’ celebrados en Salto (Uruguay, 1973) y Neuquén (Argentina, 1974), en el que participaron geógrafos locales y de otros países de América Latina como el uruguayo German Wettstein y el brasilero Milton Santos. Los analistas de estos eventos (Cicalese, 2007; Quintero Palacios et al., 2009; Ferretti, 2023; Lus Bietti, 2024) coinciden en caracterizar el proyecto de ‘Nueva Geografía’ como un conocimiento politizado (en oposición a la perspectiva que sostenía el carácter neutral del saber científico) que contemplaba la situación de dependencia y subdesarrollo de América Latina y que buscaba tomar cierta distancia de las propuestas teóricas provenientes de los países centrales. En este contexto, la lectura sobre el desempeño profesional de geógrafos y geógrafas en los organismos de planificación estatal implicaba promover un compromiso con la comunidad y particularmente con los sectores desfavorecidos. De esta manera las jóvenes generaciones se mostraban proclives a contribuir más a una transformación social que a una renovación conceptual (Quintero Palacios et al., 2009).

Esta perspectiva, con distintos alcances, se plasmó en diferentes carreras de Geografía del país. Por ejemplo, en la Universidad de Buenos Aires, en los años 1973-1974 jóvenes graduados y graduadas asumieron tanto la dirección como la enseñanza en la institución y realizaron profundos cambios epistemológicos, avanzando en una propuesta disciplinar que se mostraba preocupada por la organización del espacio nacional y latinoamericano, y comprometida en superar las situaciones de subdesarrollo dependiente (Quintero Palacios et al., 2009). Por su parte, en la Universidad Nacional de Cuyo, una propuesta similar encontró limitaciones para su implementación ya que las autoridades de la Facultad de Filosofía y Letras, no promovieron cambios en la planta docente (Lus Bietti, 2024). Tras el giro conservador, violento y persecutorio del gobierno democrático (1975-1976) y con el advenimiento de la dictadura militar (1976-1983), esta Geografía social perdió toda posibilidad de desarrollo. Muchos de sus mentores tuvieron que exiliarse o recluirse en centros de estudios privados o en la práctica profesional (Reboratti, 2001).

Cabe destacar que para entonces el país contaba con diecisiete Carreras de Geografía,[10] seis institutos de investigación geográfica y tres doctorados en Geografía en las universidades nacionales de La Plata, Cuyo y Nordeste (Iut, 2015).

4.4. Cuando la Geografía humana deja el espacio a la Geopolítica (1976-1982)

La fuerte represión social que acompañó la aplicación de las políticas de ajuste económico en la década de 1970 implicó la ruptura del tejido social, entre otros espacios, en los barrios, en las fábricas y en los ámbitos universitarios. Concomitantemente al cierre de algunas universidades (como la Universidad Nacional de Luján), de carreras universitarias (como las de Antropología, Psicología, Ciencia Política o Sociología en distintas universidades como las de La Plata, Mar del Plata o Buenos Aires) y de algunos centros de formación docente, la perspectiva de una Geografía útil a los fines del Estado militarizado se volvió hegemónica. En este marco, el llamado Proceso de Reorganización Nacional recurrió al territorio (una vez más) para crear cohesión social e hizo de la Geopolítica su campo de trabajo. El discurso de la Geopolítica contribuyó a crear una ‘cortina de humo’ frente a los efectos de la instalación del modelo neoliberal y del avance del terrorismo de Estado.

Cabe señalar que el discurso geopolítico que se desarrolló en este período encontró sus fuentes en el nacionalismo de base territorial de finales del siglo XIX. Este consideraba, por ejemplo, que la extensión del territorio argentino debería coincidir con aquel correspondiente al Virreinato del Rio de la Plata. Las diferencias entre la extensión del territorio del Virreinato y del territorio del país hacia finales del siglo XIX eran leídas en términos de pérdidas territoriales (Cavaleri, 2004). Esta lectura hace caso omiso a los procesos históricos y políticos que dieron origen a los distintos países de América del Sur, al mismo tiempo que evita tomar en cuenta el proceso de expansión que se deriva de la apropiación de los territorios bajo dominio indígena. A esta interpretación se suman las actuaciones del Instituto Geográfico Militar y de algunos de los geógrafos nucleados en GAEA como Federico Daus durante la década de 1940, que llevaron a integrar al ‘cuerpo del territorio de la nación’ tanto textualmente (particularmente en los libros destinados a la enseñanza) como cartográficamente, a las Islas Orcadas, Georgias, Sandwich, las Malvinas y el sector antártico argentino[11]. A partir de la incorporación de estas áreas al territorio argentino su superficie pasaría de 2.780.400 a 3.761.274 kilómetros cuadrados (Souto, 2003; Lois, 2012). Tanto el nacionalismo territorial de finales del siglo XIX como aquellas lecturas de la década de 1940 se basaban en la interpretación ratzeliana según la cual existiría una relación entre el poder del Estado y su extensión territorial (Reboratti, 1983).

Sobre estos puntos de partida, la hipótesis de conflicto territorial con los países limítrofes y con Inglaterra se tornó un elemento dominante de la comunidad imaginada (Anderson, 1993) y fue recreada en los distintos centros de enseñanza e investigación en el período en cuestión. Esta hipótesis se asociaba a la búsqueda de salvar la ‘carencia de conciencia territorial’ que según los miembros de GAEA, por un lado, habría permitido el avance de las ideas políticas de carácter marxista, ajenas al ‘ser nacional’ y, por el otro, habría llevado a los jóvenes[12] a alejarse de la Geografía para producir conocimientos que no podrían ser caratulados bajo esta denominación (Randle, 1978b).

La cuestión de la conciencia territorial fue objeto de un encuentro entre distintos especialistas en ciencias sociales. Sus contribuciones fueron recopiladas en dos libros titulados: La conciencia territorial y su déficit en la Argentina actual (Randle, 1978b) y La geografía y la historia en la identidad nacional (Randle, 1981). El conjunto de textos contenidos en estas obras abordan la necesidad de desarrollar la conciencia territorial entre la población del país, particularmente en los espacios de enseñanza (Rodríguez, 2014). Estas ideas legitimaron algunas políticas territoriales del período como aquellas que promovieron la ocupación de la Patagonia y del Chaco (espacios concebidos por el Estado como vacíos. Su poca densidad poblacional podría despertar el interés de los países vecinos por su ocupación) y la implementación de la ley de promoción industrial en distintas áreas del país, especialmente en Tierra del Fuego. También bajo el lema ¡Argentinos! Marchemos hacia las fronteras (1979), se incentivó a los estudiantes de colegios secundarios de las ciudades del país a entrar en contacto con los alumnos de escuelas localizadas en zonas fronterizas. A ello se suma la política de censura cartográfica llevada adelante por el IGM por la cual no se podían vender al público cartografía correspondiente a las llamadas áreas de fronteras. En este marco, también se activó el conflicto con Chile por la zona del Canal de Beagle (resuelto a partir de la mediación del Papa Juan Pablo II en 1978), se discutió la construcción de represas en la Cuenca del Plata por parte de Brasil (especialmente Corpus e Itaipú) y se organizó la ocupación militar de las Islas Malvinas en (1982) :

En este contexto, la Sociedad Argentina de Estudios Geográficas (GAEA) se convirtió en un centro de debate y de legitimación de las acciones territoriales castrenses. A través de su boletín y sus congresos se daban a conocer las posiciones que ellos consideraban se tejían en nombre de la geografía argentina (…) y a partir de argumentos (…) firmemente anclados en la rigurosa aplicación de los términos de la ciencia geográfica. (Cicalese, 2009, p.6)

La centralidad que adquirió la discusión de las cuestiones de límites encontró su expresión en el libro que editó en la época Rey Balmaceda (1979) Límites y fronteras de la República Argentina referido a los conflictos históricos y recientes que Argentina mantenía con sus países vecinos. A la vez, la temática fue incorporada en algunos programas de Geografía como en el de Geografía Humana de la Universidad Nacional de Córdoba (Cavanagh y Palladino, 2012). También cabe destacar el rol desempeñado por el Centro de Estudios Interdisciplinarios de Fronteras Argentinas [CEIFAR] vinculado a la Universidad Nacional de Cuyo que, si bien fue creado en 1973 con el objetivo de promover la planificación de las áreas de fronteras siguiendo la propuesta del Plan Trienal del tercer gobierno peronista (1973-1974), durante el gobierno militar acrecentaría su relevancia. El CEIFAR entró en la órbita del CONICET gracias a la conformación del Centro Regional de Investigaciones en Ciencia y Tecnología [CRICYT] en la provincia de Mendoza. A partir de 1978 el CEIFAR dio luz a la serie Cuadernos del CEIFAR. Los cuadernos incluyeron, por un lado, artículos que reflexionaron sobre el nacionalismo territorial, las problemáticas de las áreas de fronteras y los conflictos con países limítrofes. Por el otro, incorporaron estudios de tipo cuantitativos, corriente en auge en este período en la Universidad Nacional de Cuyo. El abordaje cuantitativo permitía localizar y planificar acciones en las zonas de fronteras bajo metodologías legitimadas por su rigurosidad científica (Lus Bietti, 2024).

De esta manera, la Geografía del período contribuyó activamente en la reafirmación de los sentimientos nacionales de base territorial. El desarrollo de esta relación afectiva con el territorio explica que la ocupación de las Islas Malvinas por parte de los militares y la guerra que mantuvo Argentina con Gran Bretaña entre los meses de abril y junio de 1982 contara con apoyo popular. La derrota en la guerra no solo significó la caída del gobierno militar sino también un cuestionamiento al proyecto geopolítico y al papel de la GAEA como legitimadora de este tipo de pensamiento.

4.5. La vuelta a la democracia, las múltiples geografías (1983 -actualidad)

Con la recuperación de la democracia a partir de diciembre de 1983 se produjo una reestructuración de las universidades nacionales que, en algunos casos, favoreció una apertura teórica y epistemológica. Así, la coexistencia de distintos espacios de cultivo de la Geografía permitió (e hizo más explícita) la convivencia de diversos proyectos disciplinarios.

Los proyectos de desarrollo de la Geografía social fueron retomados hacia mediados de la década de 1980 junto con el reingreso a los ámbitos universitarios de los geógrafos y geógrafas desplazadas hacia finales de la década de 1970. En el marco de esta perspectiva se inició un período de renovación de posturas y temáticas de investigación. La Geografía crítica brasilera, tanto por sus desarrollos teóricos y epistemológicos, como por sus intereses temáticos se tornó un ejemplo a emular. De hecho, las frecuentes visitas de Milton Santos a las distintas universidades del país comenzaron a dejar sus huellas en la Geografía producida en Bahía Blanca, Neuquén, Tandil o Buenos Aires (Reboratti, 1996; Martínez, 2002).

Simultáneamente algunos geógrafos y geógrafas que promovieron el proyecto de Geografía social se incorporaron en las actividades de planificación estatal para trabajar en las áreas de transporte, en temas ambientales, de manejo de cuencas, o para abordar cuestiones estadísticas. Algunos de ellos participaron en la elaboración del mapa de la Pobreza de la Argentina, construido a partir del índice de necesidades básicas insatisfechas desde el Instituto Nacional de Estadística y Censos [INDEC]. Además, comenzaron a compartir algunos espacios con los seguidores de las propuestas regionalistas clásicas y, a hacer de estos, ámbitos de disputas. Así, ellos se incorporaron en las discusiones sobre las reformas curriculares en el Ministerio de Educación (Busch, 2015), en los cursos de capacitación docente y también en la producción de libros destinados a la enseñanza primaria y secundaria.

En este período, dentro de la Geografía producida en algunas universidades (Buenos Aires, Luján, Comahue, Mar del Plata y Tandil), podemos diferenciar dos tipos de trabajos: algunos de carácter teórico-epistemológico y otros de carácter empírico. Los estudios de índole teórico epistemológico realizaban una crítica a los conceptos trabajados por la Geografía clásica argentina, proponían enriquecer las lecturas disciplinarias a partir del diálogo con otras ciencias sociales y se interesaban fundamentalmente por conceptualizar el vínculo entre procesos sociales y procesos espaciales. Los análisis de carácter empírico, partían de algunos abordajes marxistas (particularmente de las contribuciones de David Harvey, Manuel Castells o Christian Topalov) para estudiar las desigualdades socio-espaciales regionales o urbanas. En estas investigaciones se comprendía que el origen de estas desigualdades se encontraba en la comprensión de las dinámicas de producción y reproducción del capitalismo. De hecho, son estos puntos de vista los que orientaron los tres volúmenes del texto Aportes para el estudio del Espacio Socioeconómico (1986-1989), compilado por Yanes y Liberali (1986; 1988; 1989). Las distintas contribuciones de estos libros abordan las dimensiones espaciales de los procesos de producción, distribución y consumo, las relaciones entre economía y política pública, los desequilibrios regionales y la dimensión espacial de la pobreza (Zusman et al., 2007).

Tres aspectos nos permiten comprender el aumento y diversificación en la producción de la Geografía a partir de la década de 1980 hasta la actualidad en el país.

En primer lugar, creció el número de carreras de geografía (los cursos de formación más recientes son aquellos organizados en la Universidad de San Martín-Buenos Aires 2001; en la Universidad Nacional de Córdoba, 2004; en la Universidad Autónoma de Entre Ríos, 2008; en la Universidad de General Sarmiento-Buenos Aires, 2013 y en la Universidad Nacional de Quilmes-Buenos Aires, 2015) o de cursos afines (así en el año 2003 fueron organizados la carrera de Turismo en la Universidad Nacional del Sur, Bahía Blanca o la Tecnicatura y Licenciatura en Información Ambiental en la Universidad Nacional de Luján). A su vez, y particularmente a partir de la década de 1990 se incrementó el número de cursos destinados a la formación de posgrado (maestría o doctorado) en Geografía o áreas afines en todo el país (Ver Figura 1).



Figura 1.

Localización de Universidades Públicas donde se dicta Geografía (grado y posgrado)

Fuente: Elaboración propia en base a Fábregas et al. (2016, p.10-11).

En segundo lugar, se amplió el número de becas de formación de posgrado y el financiamiento de investigaciones otorgados por las universidades, la Comisión Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET)[13] o las áreas gubernamentales destinadas a promover el desarrollo científico (como el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva). Ello contribuyó a la formación de equipos de investigación en distintas áreas de la Geografía en el país.

En tercer lugar, se procuró configurar ámbitos corporativos y de discusión académica, alternativos a los ofrecidos por GAEA. Una de las primeras tentativas fue la organización de un Colegio de Graduados Universitarios en Geografía (1983) creado desde Buenos Aires, que pretendió convertirse en un espacio de formación, discusión académica y de promoción del reconocimiento social de la labor de geógrafos y geógrafas[14] (Vigliecca, 2011; Lus Bietti, 2024). Sin embargo, este tipo de institución tuvo corta duración. El vacío dejado por el Colegio de Geógrafos intentó ser sustituido por el Centro de Estudios Alexander von Humboldt en 1995.

Este Centro de Estudios se formó por iniciativa de miembros de la cátedra de Geografía Económica de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires y por docentes de Geografía de la Universidades de Mar del Plata. Según la visión de los propios fundadores, esta institución buscó atender las demandas de los docentes por mantener la unidad disciplinaria y la presencia de la Geografía en la enseñanza media puesta en cuestión por las reformas que se impulsaban desde el Ministerio de Educación en ese momento (Centro de Estudios Alexander von Humboldt, 1995).

El centro Humboldt logró conformar una red de geógrafos y geógrafas de carácter internacional (incluyendo muchos y muchas de origen latinoamericano). A la vez comenzó a publicar la revista Meridiano y a realizar encuentros de Geografía en distintos lugares de Argentina. En los últimos años, algunos de estos eventos se realizan en Argentina y otros en países latinoamericanos como Brasil, Ecuador o México. Su importancia fue creciendo entre los docentes de enseñanza media. La lista de interés ‘Noticias del CEHU’ ha contribuido a la difusión de sus actividades a nivel nacional e internacional.

Simultáneamente, las carreras de Geografía de las universidades nacionales buscaron crear y participar en espacios de colaboración, discusión e intercambio. Así en el año 1999 comienzan a organizarse las Jornadas Interdepartamentales de Geografía de la Universidades Públicas que dieron pie a los Congresos Nacionales de Geografía de Universidades Públicas. Estos se organizan cada dos años. Mientras que el primero se celebró en la Universidad de Río Cuarto (Córdoba 2007), el último fue realizado en la Universidad de Buenos Aires (Buenos Aires 2023). Argentina fue sede también de dos Encuentros de Geógrafos de América Latina[15] (EGAL), en los años 1996 (Universidad de Buenos Aires) y 2021 (Universidad Nacional de Córdoba).

La Geografía argentina hoy en día se caracteriza por su diversidad. Ella se nutre de distintas perspectivas, desde aquella de carácter analítico hasta aquellas marxistas, fenomenológicas, o posestructuralistas. Estas posturas epistemológicas orientan diferentes tipos de investigaciones. A continuación, presentamos un cuadro donde se distinguen múltiples temáticas de investigación identificadas en los institutos y centros de investigación en Geografía de las universidades públicas del país. Agrupamos estas temáticas en cuatro áreas: estudios ambientales, enseñanza, lecturas de la globalización y temas emergentes. Algunos de los temas abordan los efectos del neoliberalismo a nivel espacial, otros hablan del cruce de las agendas políticas con las disciplinarias como aquellos que discuten el cambio climático, la Educación Sexual Integral, la Educación Ambiental Integral, las políticas de diversidad y de patrimonialización, o los avances en términos de tecnologías digitales (Ver Tabla 1).

Tabla 1.
Temas de Investigación en la Geografía Argentina

Fuente: Elaboración propia en base a la información sobre los proyectos existentes en los sitios web correspondientes a los institutos y centros de investigación en Geografía de las universidades públicas argentinas.

Para finalizar deseamos destacar también algunas investigaciones recientes llevadas adelante por jóvenes geógrafas y geógrafos. En ellas se procura, por un lado, otorgar protagonismo a aquellos sectores subalternos que a partir de la crisis económica del 2001 adquirieron mayor visibilidad en la escena nacional. Estas investigaciones se han concentrado fundamentalmente en las territorialidades construidas por los movimientos indígenas (Palladino, 2020; Benzi, 2022), por los movimientos piqueteros (Foray, 2015) o en el estudio del espacio público como campo de disputa política (Rizzo, 2010; Barrionuevo, 2014). Por otro lado, se destacan los avances en el tratamiento de los procesos de exclusión asociados a la diferencia de género y de la diversidad sexual, como así también por discapacidad (Rocha, 2020; Larreche, 2022; Fernández Romero, 2023; Moreno, 2024).

5. Conclusiones

La trayectoria de la Geografía en Argentina estuvo marcada por su asociación con los intereses del Estado. En este sentido, el desarrollo de la Geografía acompañó tanto la formación del territorio (y sus continuas redefiniciones) como las sucesivas resignificaciones que los sectores en el poder le otorgaron a la idea de nación.

En los distintos períodos señalados emergieron diferentes proyectos disciplinares que conviven en la actualidad. En ámbitos públicos y privados se produce una Geografía utilitaria orientada al diseño de las políticas de planificación o a la toma de decisiones sobre y en el territorio, apoyadas, en muchos casos, en la utilización de geotecnologías. Esta Geografía dialoga y, a la vez, nutre la producción de las universidades que en su mayor parte se desarrolla sobre las bases dejadas por la Geografía social iniciada en la década de 1960 y consolidada en la década de 1980. De hecho, según la Tabla 1, las investigaciones críticas de la globalización o los temas emergentes aparecen como insumos en la formulación de políticas ambientales, turísticas, patrimoniales o de ordenamiento territorial.

Las propuestas regionales clásicas tienen una débil presencia en los círculos educativos en la actualidad. Se acude a ellas con fines metodológicos en los trabajos de investigación o en la planificación y, en menor medida, en la caracterización de la configuración geográfica del país. Las lecturas geopolíticas se manifiestan en ciertos organismos como en el Instituto Geográfico Nacional o en el Ministerio de Defensa en los que se observa cierta asociación entre Estado y territorio, expresada en la producción cartográfica, o en el interés por hacer de la seguridad de las fronteras eje de una política que pretende actualizar la diferenciación entre ‘nosotros’ y ‘los otros’.

Sin embargo, en los últimos años emergen otras perspectivas de análisis en los institutos de investigación universitarios asociados a la visión de la Geopolítica crítica que buscan abordar los cambios y conflictos en la escena global a diferentes escalas. A su vez, surgen algunas propuestas que ponen en cuestión esta asociación Geografía–Estado. Ellas buscan otorgar voz a las prácticas territoriales de los sectores subalternos y de los movimientos sociales que critican las políticas extractivistas. Estas lecturas se acompañan de trabajos llevados adelante en el campo de Geografía cultural que muestran que los procesos de construcción identitaria (en términos de clase, étnicos, de género) no se vinculan directamente con las acciones estatales sino con las prácticas cotidianas (entre ellas, las de consumo) o con las de los movimientos sociales o de derechos humanos.

En síntesis, podemos afirmar que los diferentes proyectos disciplinares que se fueron esbozando a lo largo de cada periodo, no sólo coexisten en la actualidad, sino que dan lugar a nuevos abordajes y diálogos. Ellos, finalmente, también contribuyen tanto a consolidar como a desafiar los procesos de (re)definición del territorio del Estado y de (re)configuración de la identidad nacional.

Para abrir más que cerrar este trabajo, anhelamos que este primer intento de pensar historias de la Geografía en Argentina de ‘larga duración’ encuentre nuevas preguntas que propongan nuevos desafíos a futuro.

Referencias Bibliográficas

Academia Nacional de Geografía. Buenos Aires (2025). Historia. http://www.an-geografia.org.ar/?page_id=2763

Ajón, A. (1995). Imágenes y mitos geográficos en el discurso de Juan D. Perón (1943-1946) [Tesis de Licenciatura, Departamento de Geografía. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires].

Anderson, B. (1993). Comunidades imaginadas. Fondo de Cultura Económica.

Andreu Abela, J. (2001). Las técnicas de análisis de contenido: una revisión actualizada. Fundación Centro Estudios Andaluces, Universidad de Granada, 10(2), 1-34.

Aparicio, F. (1931). La vivienda natural en la Región Serrana de Córdoba (Serie A, 1, Publicaciones del Museo Antropológico y Etnográfico de la Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires). Imprenta de la Universidad de Buenos Aires.

Aparicio, F. y Difrieri, H. (1958). La Argentina. Suma de Geografía. Ed. Peuser.

Ardissone, R. (1942). Un ejemplo de instalación humana en el Valle Calchaquí. Instituto de Geografía. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires.

Ardissone, R. (1953). La instalación aborigen en el Valle Fértil (Serie A, 18). Ministerio de Educación, Universidad de Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras, Instituto de Geografía. LIBRO

Barros, C. (2001). La Antropogeografía en Buenos Aires. Surgimiento y desaparición de un espacio académico en la Argentina a principios del Siglo XX. Terra Brasilis [Online], 3, 19-40. https://doi.org/10.4000/terrabrasilis.326

Barrionuevo, L. (2014). Gobernar el medio. La videovigilancia policial en la ciudad de Córdoba (2007-2013) [Trabajo final de Licenciatura, Departamento de Geografía. Facultad de Filosofía y Humanidades. Universidad Nacional de Córdoba].

Benzi, M. (2022). Incidencias de las transformaciones espaciales de los últimos cincuenta años en los sentidos y prácticas alimenticias de la comunidad moqoit Com Caia de la localidad de Recreo, Provincia de Santa Fe [Tesis de doctorado, Doctorado en Humanidades. Universidad Nacional del Litoral].

Berdoulay, V. (2017). A escola francesa de geografia: uma abordagem contextual. Ed. Perspectiva.

Berdoulay, V. y Soubeyran, O. (1991). Lamarck, Darwin et Vidal : aux fondements naturalistes de la géographie humaine. Annales de Géographie, (561/562), 617-634. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6691758

Bernete García, F. (2014). Análisis de Contenido (Cuantitativo y Cualitativo). En A. Lucas Marín y A. Noboa (Eds.), Conocer lo Social: Estrategias y Técnicas de Construcción y Análisis de Datos (pp. 221-262). Fragua.

Bolsi, A. (1991). Evolución del pensamiento geográfico argentino. Anales de la Academia Nacional de Geografía, 15, 155-186.

Bomfim, P. A. (2020). Interpretações cuyanas sobre a geografia no Brasil. Punto Sur, (3), 170-190. http://doi.org/10.34096/ps.n3.9703

Busch, S. (2015). La incorporación de la geografía crítica al currículum en la Argentina: un estudio de las disputas entre actores y enfoques en la reforma curricular de los ’90. Biblio 3W. Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, XX(1107). http://www.ub.es/geocrit/b3w-1107.htm.

Buzai, G. (2001). Geografía Global. El paradigma geotecnológico y el espacio interdisciplinario en la interpretación del siglo XXI. Estudios Geográficos, 62(245), 621-648. https://doi.org/10.3989/egeogr.2001.i245.269.

Cavaleri, P. (2004). La restauración del Virreinato. Orígenes del nacionalismo territorial argentino. Universidad Nacional de Quilmes.

Cavanagh, E. y Palladino, L. (2012). Geopolítica y nacionalismo territorial. La cátedra de Geografía Humana de la Escuela de Historia de la Universidad Nacional de Córdoba y la legitimación de las prácticas de la dictadura militar. En G. Cecchetto y P. Zusman (Eds.), La Institucionalización de la Geografía en Córdoba. Contextos, instituciones, sujetos, prácticas y discursos (1878 – 1984) (pp. 197-213). Editorial de la Universidad Nacional de Córdoba.

Cecchetto, G. y Barrionuevo, L. (2012). La carrera de Ingeniero Geógrafo en la Universidad Nacional de Córdoba en el marco del proyecto territorial estatal. Planes de estudio y tensiones en torno a las competencias profesionales. En G. Cecchetto y P. Zusman (Eds.), La Institucionalización de la Geografía en Córdoba. Contextos, instituciones, sujetos, prácticas y discursos (1878 – 1984) (pp. 113-133). Editorial de la Universidad Nacional de Córdoba.

Centro de Estudios Alexander Von Humboldt (16 de julio de 1995). 20 años: 1995.http://centrohumboldt95.blogspot.com.ar/2015/07/20-anos-1995.html.

Chiozza, E. (1984). “Hablamos con…”. Espacio Libre, Revista de Estudiantes de Geografía, 3, 4-13.

Chiozza, E. (1996). Discurso de la presentación en la Academia de la Dra. Elena Chiozza evocando al Prof. Francisco de Aparicio antes de Exponer su disertación sobre el Padre Lozano. Anales de la Academia Nacional de Geografía, (20), 37-40.

Cicalese, G. (2007). Ortodoxia, ideología y compromiso político en la geografía argentina en la década de 1970. Biblio 3W, Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, XII (767). http://www.ub.edu/geocrit/b3w-767.htm.

Cicalese G. (2008). La Geografía como oficio y magisterio: “Entonces, uno se queda con la satisfacción y dice: misión cumplida, la lección fue aprendida”. Entrevista a la geógrafa Elena Margarita Chiozza. Notas, comentarios, recuadros y citas del entrevistador. Geográficos, Boletín, (4), 1-31. http://nulan.mdp.edu.ar/1446/.

Cicalese, G. (2009). Geografía, Guerra y Nacionalismo. La Sociedad Argentina de Estudios Geográficos (GAEA) en las encrucijadas patrióticas del gobierno militar, 1976-1983. Scripta Nova, XIII (308). http://www.ub.edu/geocrit/sn/sn-308.htm.

Cicalese, G. (2012). Notas sobre los relatos del pasado de la Geografía argentina en el último cuarto del siglo XX. En G. Ceccheto y P. Zusman (Eds.), La Institucionalización de la Geografía en Córdoba. Contextos, instituciones, sujetos, prácticas y discursos (1878 – 1984) (pp. 19-53). Editorial de la Universidad Nacional de Córdoba.

Cicalese, G. (2014). Diplomacia de ideas, política académica regional y Geografía. Una ciencia francesa para narrar e intervenir el territorio argentino de la Región Cuyana a la Pampa Gringa, 1947-1973. Scripta Nova Revista electrónica de Geografía y Ciencias Sociales, 18(465). http://www.ub.edu/geocrit/sn/sn-465.htm.

Cicalese, G. (2018). Elena Chiozza. Un itinerario intelectual entre la docencia, la consultoría y las geografías populares. Terra Brasilis, (10). https://doi.org/10.4000/terrabrasilis.2492

Daus, F. (1957). Geografía y Unidad Argentina. Editorial Nova.

Davies, A. (2021). The Politics and Geopolitics of Translation. The Multilingual Circulation of Knowledge and Transnational Histories of Geography: An Anglophone Perspective. Terra Brasilis, (15). http://doi.org/110.4000/terrabrasilis.8004

de Souza Haracenko, A. A. (2021). Os vínculos entre a geografia brasileira e a geografia cubana: instituições, redes e círculos de afinidades. Punto Sur, (5). https://doi.org/10.34096/ps.n5.9983

Escolar, M. (1996). Crítica ao discurso geográfico. Hucitec.

Escolar, M., Quintero S. y Reboratti, C. (1994). Geographical identity and Patriotic Representation in Argentina. En D. Hooson (Ed.), Geography and National Identity in Argentina (pp. 346-366). Blackwell.

Fábregas, M., Gatti, I. y Salizzi, E. (2016). La Geografía en Argentina. En M. Fábregas, I. Gatti, C. Mastrolorenzo, M. Moreno, L. Muñecas, E. Salizzi y A. Zanotti, Mapa Institucional de la Geografía en Argentina, Australia, Nueva Zelandia, Caribe, India, Israel, y Sudáfrica (pp.8-32). Cátedra Introducción a la Geografía. Facultad de Filosofía y Letras, UBA.

Fernández Romero, F. (2023). Transeúntes inesperadxs: exclusión socio-espacial de las feminidades trans y las personas con discapacidad en los espacios públicos de la ciudad de Buenos Aires [Tesis doctoral. Doctorado en Geografía.Facultad de Filosofía y Letras Universidad de Buenos Aires]. http://repositorio.filo.uba.ar/handle/filodigital/16590

Ferretti, F. (2023). South of the South: Political Dissidence, Exile, and Latin American Transnationalism Around the “New Geography” Meetings in the Southern Cone (1960s–1970s). Annals of the American Association of Geographers, 113(8), 1745–1761. https://doi.org/10.1080/24694452.2023.2192266.

Ferretti, F. (2025). Translations, translocations, and pluralism: A transnational and multilingual analysis of the circulation of radical geographical knowledge. Transactions of the Institute of British Geographers, (00:e12743). https://doi.org/10.1111/tran.12743.

Ferretti, F. y Viotto Pedrosa, B. (2018). Inventing critical development: A Brazilian geographer and his Northern networks. Transactions of the Institute of British Geographers, 43(4), 703–717. https://doi.org/10.1111/tran.12241

Foray, F. (2015). Territorialidad y estrategias de acción colectiva en el Conurbano sur. El caso del MTD-Lanús en el período 2002-2003 [Tesis de Licenciatura, Departamento de Geografía. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires].

Godlewska, A. y Smith, N. (1994). (Eds.). Geography and Empire. Blackwell.

Grippo, S. (2010). Dra. Profesora Elena Margarita Chiozza: Una pérdida irreparable para la geografía argentina. Revista Universitaria de Geografía, 19(1), 13-14. https://bibliotecadigital.uns.edu.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1852-42652010001100003&lng=en&nrm=iso

Hartshorne, R. (1991). El concepto de Geografía como ciencia del espacio. De Kant y Humboldt a Hettner. Document’s D’Anàlisi Geogràfica, 18, 31-54. https://ddd.uab.cat/pub/dag/02121573n18/02121573n18p31.pdf.

Hooson, D. (Ed.). (1994). Geography and national identity. Blackwell.

Iut, V. (2015). La formación del campo profesional de geógrafos en la Argentina (1947-1975). Cuadernos de Territorio, (16). https://geografia.institutos.filo.uba.ar/publicacion/cuaderno-de-territorio-n%C2%BA-16

Keighren, I. M. (2017). History and philosophy of geography I: the slow, the turbulent, and the dissenting. Progress in Human Geography, 41(5). 638–647. https://doi.org/10.1177/03091325166532

Keidel, J. (1932). Discurso de Apertura pronunciado por el presidente del Consejo Directivo Dr. Juan Keidel, en la Primera Reunión Nacional de Geografía. Anales de la Sociedad Argentina de Estudios Geográficos "GAEA", (Tomo 4 parte 1).

Larreche, J. I. (2022) Geografía de las sexualidades en un espacio no metropolitano de Argentina : el caso de Bahía Blanca [ Tesis de Doctorado, Doctorado en Geografía. Universidad Nacional del Sur]. https://repositoriodigital.uns.edu.ar/handle/123456789/6337.

Lascano, M. y Curto, I. (2022). Elina González Acha de Correa Morales 1861-1942. En E. Baigent y A. Novaes (Eds.), Biobibliographical studies Volumen 40 (pp. 25-56). Bloomsbury Publishing

Livingstone, D. (1992). The Geographical Tradition. Episodes in the history of a contested enterprise. Blackwell Publishing.

Lois, C. (2003). Hacia la definición de un discurso cartográfico oficial en la Argentina entre finales del siglo XIX mediados del XX. En V. Berdoulay y H. M. Vargas (Eds.), Unidad y diversidad del pensamiento geográfico en el mundo. Retos y perspectivas (pp. 159-176). UNAM, Instituto Nacional de Estadísticas, Geografía e Informática.

Lois, C. (2006). Técnica, política y “deseo territorial” en la cartografía oficial de la Argentina (1852-1941). Scripta Nova, X (218). https://www.ub.edu/geocrit/sn/sn-218-52.htm

Lois, C. (2012). La patria es una e indivisible. Terra Brasilis (Nueva Serie), 1, 1-29. https://doi.org/10.4000/terrabrasilis.138.

Lois, C. y Mazzitelli, M. (2009). IGN-Una historia de la Cartografía Argentina. En IGM 130 años IGN (pp.36-75). Instituto Geográfico Nacional.

Lus Bietti, G. (2022). La relación sociedad-naturaleza: un estudio en disputa entre la Geografía Humana y la Morfología Social. Colección Cuadernos de Territorio, (21). https://publicaciones.filo.uba.ar/sites/publicaciones.filo.uba.ar/files/Cuadernos%20de%20Territorio%2021_interactivo.pdf

Lus Bietti, G. (2024). Las trayectorias de la Geografía en Argentina. Los avatares políticos y epistemológicos en las universidades de Buenos Aires (UBA) y Cuyo (UNCuyo) entre 1983 y 2001 [Tesis doctoral, Doctorado en Geografía. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires]. http://repositorio.filo.uba.ar/handle/filodigital/18432

Lus Bietti, G. y Zusman, P. (21 al 25 noviembre 2016). Una Geografía para las Humanidades. La propuesta epistemológica de Antropogeografía en la revista Verbum (1912-1925). En Filo 120: 1896-2016. Legados, debates, desafíos, Facultad de Filosofía y Letras.

Llorens, S. y Cecchetto, G. (2024). Disputas sobre la legitimación de la geografía. Redes y trayectorias de Oskar Schmieder en la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina) (1919-1925). Punto Sur, (10), 34-53. http://revistascientificas.filo.uba.ar/index.php/RPS/article/view/13225

Martínez, M. N. (2002). Milton Santos en Neuquén, Argentina: una presencia que marcó rumbos. Scripta Nova, VI(124). http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-124.htm.

Montes, N. (2014). Geografía argentina para un lector imaginado. Questión, 41(1), 233-247. http://perio.unlp.edu.ar/ojs/index.php/question/article/view/2082.

Montes, N. (2021). La cultura como problema territorial La Geografía humana y la superposición de espacios de producción intelectual en argentina durante la primera mitad del siglo XX. Boletín de Estudios Geográficos, (114), 33-52. https://revistas.uncu.edu.ar/ojs3/index.php/beg/article/view/4739

Moraes, A. C. R. (2005). Geografia. Pequena história crítica. Annablume.

Moreno, M. (2024). La configuración espacial de la trata de personas con fines de explotación sexual en Argentina, 2008-2018 [Tesis Doctoral, Doctorado en Geografía. Universidad Autónoma de Barcelona].

Oliveira, F. R. y Sarmento J. (2022). Portuguese Geography, Tropics and Late Colonialism. Terra Brasilis, 17. https://doi.org/10.4000/terrabrasilis.10538

Ozouf-Marignier, M. V. y Robic, M. C. (2007). A França no limiar de novos tempos: Paul Vidal de La Blache e a regionalização. GEOgraphia,9(18), 7-31. https://doi.org/10.22409/GEOgraphia2007.v9i18.a13540

Palladino, L. (2020). Movilizando sentidos de pertenencia indígenas. Una etnografía de los procesos de comunalización y territorialización de las comunidades del Pueblo de La Toma y Ticas. (Provincia de Córdoba) [Tesis de Doctorado, Doctorado en Antropología Social. Universidad Nacional de Córdoba].

Quintero Palacios, S. (1995). Geografía y Nación. Estrategias educativas en la representación del territorio argentino (1862-1870). Territorio, (7). http://geografia.institutos.filo.uba.ar/sites/geografia.institutos.filo.uba.ar/files/Instituto%20de%20Geograf%C3%ADa%20Territorio%207.pdf

Quintero Palacios, S. (2002). Geografías Regionales en la Argentina. Imagen y valorización del territorio durante la primera mitad del siglo XX. Scripta Nova, VI(127). http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-127.htm.

Quintero, S., Dufour, E. y Iut, V. (2009). Los Encuentros de la Nueva Geografía y el surgimiento de la geografía crítica en Uruguay y Argentina durante los años ’70. XII Encuentros de Geógrafos de América Latina, Montevideo, Uruguay. http://observatoriogeograficoamericalatina.org.mx/egal12/Teoriaymetodo/Geografiahistoricaehistoriadelageografia/02.pdf

Rainer, G. (2023). La Universidad Nacional de Tucumán, la Argentina peronista y el nacionalsocialismo. Una mirada desde y más allá de la geografía. Población & Sociedad, 30(1), 149-159. https://doi.org/10.19137/pys-2023-300107

Randle, P. (1976). Teoría de la Geografía. Oikos.

Randle, P. (1976/1977). El país de “algunos” argentinos. Boletín GAEA, (96), 7-9.

Randle, P. (1978a). El método de la Geografía. Cuestiones epistemológicas. Oikos.

Randle, P. (1978b). La conciencia territorial y su déficit en la Argentina actual. Oikos.

Randle, P. (1981). La geografía y la historia en la identidad nacional. Oikos.

Reboratti, C. (1983). El encanto de la oscuridad: notas acerca de la Geopolítica en la Argentina. Desarrollo Económico, 23(89), 137-144.

Reboratti, C. (1996). El “efecto Milton”: Milton Santos y la geografía en la Argentina. En M. A. A. Souza de (Org.), O mundo do cidadao. Um cidadao do mundo (pp.208-214). Hucitec.

Reboratti, C. (2001). La geografía profesional en la Argentina. Document’s d’Anàlisi Geogràfica, (39), 119-130. https://raco.cat/index.php/DocumentsAnalisi/article/view/31751

Rey Balmaceda, R. (1977). Geografía Regional. Teoría y Aplicación. Ed. Estrada.

Rey Balmaceda, R. (1979). Límites y fronteras en la República Argentina. Oikos.

Rhein, C. (1982). La géographie, discipline scolaire et/ou science sociale? (1860-1920). Revue Francaise de Sociologie, 23(2), 223-251.

Ribeiro, G. (2021). Políticas e geopolíticas de tradução. Circulação multilíngue do conhecimento e histórias transnacionais da geografia. Perspectivas brasileiras. Terra Brasilis, 15. https://doi.org/10.4000/terrabrasilis.8000

Rizzo, P. (2010). El Espacio Público de la Ciudad de Mendoza (Argentina). Espacio de Disputa y Expresión Ciudadana. ACME: An International E-Journal for Critical Geographies, 9(2), 164-190. https://doi.org/10.14288/acme.v9i2.865.

Rocha, L. H. (2020). Consumo de drogas, violencia y muerte: entre la institución de espacialidades y la configuración de masculinidades de adolescentes varones pobres implicados en el narcotráfico en el Gran Buenos Aires, Argentina [Tesis doctoral, Doctorado en Geografía. Universidad Nacional de la Plata]. https://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/117268

Rodríguez, L. G. (2014). La noción de frontera en el pensamiento geográfico de 1970 y 1980 en Argentina. Cuadernos de Geografía. Revista Colombiana de Geografía, 23(2), 107-119. https://doi.org/10.15446/rcdg.v23n2.38288

Sigal, S. (2002). Intelectuales y poder en Argentina en la década del sesenta. Siglo XXI.

Souto, P. (1996). Geografía y Universidad. Institucionalización académica y legitimación científica del discurso territorial en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Cuadernos de Territorio, (8).http://geografia.institutos.filo.uba.ar/sites/geografia.institutos.filo.uba.ar/files/Instituto%20de%20Geograf%C3%ADa%20Territorio%208.pdf

Souto, P. (2003). Patagonia: valorización económica, valorización política y discurso geográfico en la construcción de una identidad regional. En V. Berdoulay y H. M. Vargas (Eds.), Unidad y diversidad del pensamiento geográfico en el mundo. Retos y perspectivas (147-158). UNAM, Instituto Nacional de Estadísticas, Geografía e Informática.

Svampa, M. (1994). El dilema argentino. Civilización o Barbarie. El Cielo por Asalto.

Vigliecca, M. (2011). La geografía académica argentina y la transición democrática. Un análisis político institucional de la Geografía en la Universidad de Buenos Aires. 1982-1992 [Tesis de Licenciatura, Departamento de Geografía. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires].

Villar, N. (1995). Naturalismo y humanismo en los orígenes científico-institucionales de la Geografía Argentina (Universidad Nacional de La Plata 1906-1926) [Programa de Transformación de la Formación Docente]. Dirección Nacional de Gestión de Programas y Proyectos, Programa de Formación y Capacitación Docente, Ministerio de Cultura y Educación, Buenos Aires.

Yanes, L. y Liberali, A. (1986). Aportes para el estudio del espacio socioeconómico. Vol. I. El Coloquio.

Yanes, L. y Liberali, A. (1988) Aportes para el estudio del espacio socioeconómico. Vol. II. El Coloquio

Yanes, L. y Liberali, A. (1989). Aportes para el estudio del espacio socioeconómico. Vol. III. El Coloquio

Zamorano, M. (1959). El viñedo en Mendoza. Boletín de Estudios Geográficos, 6(23), 49-99. https://bdigital.uncu.edu.ar/objetos_digitales/12318/01-zamorano-real.pdf

Zamorano, M. (1987). Los cuarenta años de existencia del Instituto de Geografía. Boletín de Estudios Geográficos, 23(85), 193-200. https://bdigital.uncu.edu.ar/objetos_digitales/9589/85-i-1-87.pdf

Zusman, P. (2001). Naturaleza y tradición en los orígenes de la geografía Argentina. El proyecto disciplinario de Elina Correa Morales. Terra Brasilis [Online], 3.https://doi.org/10.4000/terrabrasilis.335

Zusman, P. (15 de octubre 2024). Atrás do movimento: Entre as narrativas de viagens e a circulação do conhecimento em Geografia. VI Encontro Nacional de História da Geografia, IV Encontro Nacional de Geografia Histórica [Conferencia Inaugural]. San Salvador de Bahía, Brasil.

Zusman, P. y Minvielle, S. (2002). Sociedades Geográficas y delimitación del territorio en la construcción del Estado-Nación argentino. Educ.ar Biblioteca Digital. https://www.educ.ar/recursos/93053/sociedades-geograficas-y-delimitacion-del-territorio-en-la-construccion-del-estado-nacion-argentino

Zusman, P., Castro, H. y Soto M. (2007). Cultural and social geography in Argentina: precedents and recent trends. Social & Cultural Geography, 8(5), 775-79. https://doi.org/10.1080/14649360701633360

Notas

[1] En el capítulo diferenciamos “Geografía” de “geografía”. Usamos Geografía para referirnos al conjunto de discursos, instituciones, sujetos que conforman la tradición disciplinaria. Cuando escribimos geografía estamos refiriéndonos a procesos de producción espacial.
[2] Desde el año 2009 recibe el nombre de Instituto Geográfico Nacional.
[3] Se entiende por vivienda natural “aquellas (…), en cuya confección solo se emplean materias primas suministradas por la naturaleza, [ellas] adquieren, lógicamente, caracteres propios impuestos por las condiciones geográficas del lugar (…) Por esta circunstancia me he decidido a denominar ‘natural’ el tipo de habitación aquí estudiado, usando esta palabra en el sentido en que Ratzel le aplicaba a los pueblos que están más supeditados a la naturaleza (…) los demás calificativos usados corrientemente para designar tipos análogos de residencias: rural, campesina, rústica, etc, sugieren lugar de emplazamiento, noción de calidad pero nunca la íntima relación con el suelo que es el factor de positivo valor antropogeográfico” (Aparicio 1931, p.7).
[4] Un ejemplo de esta estrategia será dado por la adopción del concepto de nexo-situación desarrollado en España por Huguet del Villar e introducido en Argentina por Félix Outes. El geólogo Juan Keidel explica esta noción en la Primera Reunión Nacional de Geografía celebrada en 1931. Para Keidel (1932) el interés de la Geografía no estaría en ocuparse de objetos o de los procesos de la superficie terrestre (ellos serían discutidos por otras ciencias). La Geografía se ocuparía de abordar específicamente la situación y vínculos de los objetos y procesos determinada por circunstancia naturales.
[5] La formación de las carreras de Geografía en estas ciudades fue precedida por la organización del Instituto de Investigaciones Geográficas en la Universidad Nacional de la Plata 1939; del Instituto de Estudios Geográficos en la Universidad Nacional de Tucumán 1942; del Instituto de Geografía en Universidad de Buenos Aires 1947; y de la Sección de Estudios Geográficos en la Universidad Nacional de Cuyo 1947 (Iut, 2015, p. 24).
[6] La región geográfica era entendida como la “síntesis de múltiples elementos formando una unidad física de límites bastantes precisos, y supone una homogeneidad interna en términos naturales, económicos y culturales” (Souto, 2003, p.148). La propuesta de regionalización argentina impulsada por Daus (1957) (la diferenciación entre La Pampa, Las Sierras Pampeanas, El país de Cuyo, El Noroeste, El Chaco, La Mesopotamia y La Patagonia) ha dejado una impronta en el imaginario geográfico de las y los habitantes ya que aún se valen de ella para describir las distintas porciones del territorio argentino. A su vez, ella sirvió de base para delinear las propuestas de planificación de las décadas siguientes (Quintero Palacios, 2002). Cabe señalar también que esta regionalización fue orgánica a los objetivos territoriales del Estado. Por un lado, a partir de la supuesta armonía existente entre estas diversas unidades complementarias que conformaban el territorio argentino (Escolar, 1996) se superaban las disputas provinciales y se construía la unidad nacional. Por el otro, ella se tornaba en la unidad espacial básica sobre la que se apoyaban las distintas políticas territoriales promovidas por los planes quinquenales, orientados fundamentalmente a alcanzar la independencia económica (Ajón, 1995; Souto, 2003).
[7] Los estudios sobre la institucionalización de la Geografía en Mendoza destacan el viaje de docentes y estudiantes a Francia, especialmente a la Universidad de Burdeos, con fines de perfeccionamiento desde 1953. A su vez, señalan la visita a la Universidad de Cuyo de Pierre Deffontaines, Pierre Monbeig, Roman Gaignard o René Clozier (Zamorano, 1987; Bolsi 1991; Cicalese, 2014).
[8] Elena Chiozza plantea que la propuesta de llevar adelante la Argentina: Suma de la Geografía surge en el contexto de una serie de reuniones que Francisco Aparicio, expulsado de la Facultad de Filosofía y Letras, realizaba en su casa los días domingos. Ellas se realizaban para “compartir (…) nuestras inquietudes por la suerte del país, consultar su rica biblioteca o (…) compartir el día con algún visitante ilustre como Braudel o Josué de Castro” ( Chiozza, 1996).
[9] El ingreso de los docentes antiperonistas en la universidad se vio acompañado de la promulgación de la organización de las Academias Nacionales que, según la ley 4362 del año 1955, promoverían el desarrollo de las disciplinas y la difusión de su producción. En este contexto se crea en el año 1956 la Academia Argentina de Geografía pensada como una institución “selectiva, compuesta exclusivamente por especialistas en algunas de las múltiples disciplinas que concurren al saber geográfico, al margen de ideas políticas y religiosas, orientadas al cultivo intensivo de la ciencia y a la dilucidación de los problemas que pudieran presentarse.” (Academia Nacional de Geografía. Buenos Aires, 2025). La Academia buscó mostrarse como la voz oficial de la geografía en algunos temas de debate público particularmente a partir de la década de 1970 sobre temas de frontera y enseñanza.
[10] A las carreras creadas durante el peronismo podemos agregar la organización de cursos en la Universidad Nacional del Sur, Bahía Blanca (1956); en la Universidad del Salvador (universidad privada situada en la ciudad de Buenos Aires, 1958), en la Universidad del Nordeste, Resistencia (1958), en la Universidad de Tandil, luego Universidad Nacional Centro, Tandil (1964), en la Universidad del Litoral, Santa Fe (1967), en la Universidad Provincial de Neuquén, luego Universidad Nacional del Comahue, Neuquén (1968), Universidad de Santiago del Estero (1971), Universidad Católica de Mar del Plata Stella Maris, luego Universidad de Mar del Plata (1971), en las Universidades de Catamarca, La Pampa, La Patagonia y Río Cuarto (1975) (Iut, 2015, p. 24).
[11] El sector que Argentina pretende sobre la Antártida se extiende entre los meridianos 74°O y 25°O, el paralelo 60°S y el Polo Sur. El Tratado Antártico (1959) congeló este tipo de reivindicaciones al sostener su uso pacífico y científico. Sin embargo, los mapas oficiales lo incluyen como representación del territorio deseado (Lois, 2012).
[12] El interés de los jóvenes geógrafos por incorporar las teorías sociales (particularmente el marxismo) a los análisis de la disciplina lleva a las propuestas regionalistas (principalmente aquella guiada por la lectura de Richard Hartshorne) a producir una reflexión teórica sobre el espacio y el tiempo en la Geografía y a traducir algunos estudios clásicos de la geografía en Argentina. Esta tarea es particularmente asumida por el arquitecto Patricio Randle que se había doctorado en Inglaterra bajo la dirección de H. C. Darby. Al respecto ver Randle (1976; 1978a).
[13] La Comisión Nacional de Ciencia y Tecnología (CONICET) se conforma en el año 1956. Según Cicalese (2009) durante el período comprendido entre los años 1976-1982, ella financió fundamentalmente investigaciones que se llevaban adelante en centros ajenos a la universidad. Con el regreso a la democracia priorizó el apoyo a la formación de investigadores y equipos que se alojaron en estos centros de altos estudios. Por su lado, el Ministerio de Ciencia y Tecnología se conformó en el año 2007 en el marco de una política que busca jerarquizar el desarrollo de la ciencia y la tecnología en el país.
[14] En el año se creó en Mendoza también un Colegio de Graduados Universitario de Geografía de alcance provincial también de corta vida. El reconocimiento social de la profesión obtenido en Mendoza llevó a la promulgación de la ley provincial No 8063 del año 2009, a partir de la cual se organizó el Colegio de geógrafos y profesionales en Geografía de la provincia de Mendoza.
[15] A partir del año 2021 el evento pasó a denominarse Encuentro de Geografías de América Latina y a partir del 2023 Encuentros de Geografías de América Latina y el Caribe (EGALC).


Buscar:
Ir a la Página
IR
Modelo de publicación sin fines de lucro para conservar la naturaleza académica y abierta de la comunicación científica
Visor de artículos científicos generados a partir de XML-JATS4R