Artículos

La Columna Mariscal López del Partido Comunista Paraguayo. Apuntes sobre su emergencia, composición social, y las respuestas del régimen stronista ante el desafío insurgente (1958-1970)

The Mariscal López Column of the Paraguayan Communist Party. Notes on its emergency, social composition, and the responses of the stronist regime to the insurgent challenge (1958-1970)

Mariano Damián Montero *
Universidad de Buenos Aires, Paraguay

Contenciosa

Universidad Nacional del Litoral, Argentina

ISSN-e: 2347-0011

Periodicidad: Anual

núm. 12, e0022, 2022

revistacontenciosa@fhuc.unl.edu.ar

Recepción: 05 Mayo 2022

Aprobación: 12 Julio 2022



DOI: https://doi.org/10.14409/rc.10.12.e0022

Resumen: Las menciones e informaciones sobre la Columna Mariscal López —guerrilla rural del Partido Comunista Paraguayo activa durante los años sesenta— son escasas y prácticamente no existen trabajos académicos sobre la misma. El presente artículo se propone establecer una primera aproximación sobre los motivos de su emergencia en base a las características de su composición social —tanto de sus miembros activos como de sus puntos de apoyo— y a las zonas geográficas en las que tuvo influencia. A través de métodos cuantitativos, cualitativos e interpretativos sobre los archivos de la represión, se analizan los factores objetivos que incidieron en su articulación y permanencia por el espacio de una década y las respuestas de la dictadura de Alfredo Stroessner a su desafío insurgente.

Palabras clave: Partido Comunista Paraguayo, columna Mariscal López, dictadura de Stroessner, guerrilla rural, marcha hacia el este.

Abstract: The mentions and information about the Columna Mariscal López —rural guerrilla of the Paraguayan Communist Party active during the sixties— are scarce and there are practically no academic works on it. This article aims to establish a first approximation on the reasons for its emergence based on the characteristics of its social composition —both its active members and its support points— and the geographical areas in which it had influence. Through quantitative, qualitative and interpretive methods on the archives of repression, the objective factors that influenced their articulation and permanence for the space of a decade and the responses of the dictatorship of Alfredo Stroessner to his insurgent challenge are analyzed.

Keywords: Paraguayan Communist Party, Mariscal López column, Stroessner dictatorship, rural guerrilla, road to the east.

Introducción

La producción académica sobre las guerrillas paraguayas de los años sesenta es, en el mejor de los casos, escasa. Como indicamos en otro trabajo (Montero, 2022), llama la atención la marginación que pesa sobre esta experiencia por parte de los estudios académicos, especialmente del caso de la guerrilla rural del Partido Comunista Paraguayo (PCP), la Columna Mariscal López (CML), ya que representa un caso precursor en la implicación de la dirección de un partido comunista latinoamericano en la lucha armada, siendo el primero de toda Sudamérica en adoptar esta estrategia y el segundo, luego del cubano, en toda Latinoamérica.[1]

En cuanto a un estado de la cuestión de los estudios sobre la CML, es poco lo que se puede mencionar. Al muy completo texto de Cristina Treherne, publicado en Inglaterra en 1982,[2] hay que sumar el pionero artículo de Víctor Duré y Agripino Silva (Duré y Silva, 2004), publicado hace casi veinte años y que, lamentablemente, no tuvo continuadores. La otra referencia obligada se trata de la serie de cuadernillos denominada Dictadura y Memoria (Grupo Memoria, 2006-2013). Existen otras publicaciones sobre la insurgencia paraguaya de los años sesenta pero que estudian a otros grupos y no específicamente a la CML (Zamorano, 1992; Arellano, 2005; Rivarola, 2012; Nickson, 2013). No obstante, frente a esta carencia de trabajos, en los últimos tres años aparecieron libros y artículos que comenzaron a rellenar este vacío (Montero, 2019a; Montero, 2019b; Montero, 2021; Montero, 2022).

Habiendo desarrollado en otros textos particularidades del proceso de la CML, como el rol de las mujeres (Montero, 2021), la construcción del discurso que desembocó en la línea de la lucha armada (Montero, 2022), su proceso de concientización entre el campesinado cordillerano (Montero, 2019b) y el estudio biográfico de su comandante más reconocido (Montero, 2019a); en este artículo nos planteamos el objetivo de construir una radiografía de la composición social de la CML vinculada a las zonas en donde esta tuvo influencia, con el fin de aproximarnos a una explicación sobre el surgimiento de la misma. ¿Quiénes la conformaron?, ¿a qué clase social pertenecían?, ¿de qué pueblos o comunidades rurales provenían?, ¿cuál era el promedio de edad?, ¿qué nivel educativo poseían?, ¿de cuáles tradiciones partidarias provenían? Mencionamos objetivos en lugar de hipótesis, debido al carácter descriptivo del texto, teniendo en cuenta la escasez de trabajos precedentes sobre el tema. La intención es ofrecer un texto con información fáctica del cual puedan partir otros investigadores interesados en la materia para profundizar en otros aspectos de la misma. Lo anterior no invalida que propongamos algunas conclusiones con respecto a los motivos de la emergencia insurgente.

A través de métodos cuantitativos, cualitativos e interpretativos sobre los archivos de la represión, se analizan los factores objetivos que incidieron en su articulación y permanencia por el espacio de una década y las respuestas de la dictadura de Alfredo Stroessner a su desafío insurgente.

Con respecto a la metodología empleada, se trabajó con los archivos de la represión stronista y testimonios orales de puntos de apoyo de la columna. Acerca de los primeros, provienen del Centro de Documentación y Archivo para la Defensa de los Derechos Humanos (CDADDH), más conocido como el Archivo del Terror, de Asunción, resultado de materiales secuestrados por la policía y el ejército.[3] Estos archivos nos permitieron reconstruir las identidades de los miembros de la CML, como de sus puntos de apoyo. Publicaciones de aquellos años, también fueron útiles para nuestro estudio.[4] Por último, se recurrió a puntuales testimonios orales que permitieron obtener datos ausentes de los archivos policiales.[5]

El artículo, de carácter expositivo-descriptivo, inicia con un breve cuadro de la situación nacional e internacional previa al surgimiento de la CML que permite comprender su aparición. Continúa con los pasos dados por el PCP hasta adoptar el camino de la lucha armada y la presentación de un resumen de las diferentes etapas de la guerrilla entre 1958 y 1970. Posteriormente, se exponen cuadros estadísticos que permiten obtener una radiografía de la composición social de la CML y comprender el apoyo que tuvo en algunas regiones, trabajo que se realizó tanto sobre sus miembros como sus puntos de apoyo. Luego se analizan las diferentes respuestas del régimen stronista a este desafío insurgente, y, por último, se proponen algunas reflexiones finales y conclusiones.

1. Antecedentes. Contexto nacional e internacional, 1954-1958

Usualmente se menciona el golpe de Estado en Guatemala contra el gobierno de Jacobo Arbenz como un momento clave y simbólico del comienzo de la Guerra Fría en América Latina, debido a la intervención encubierta de la CIA contra un gobierno progresista. Sin embargo, un mes antes, el 4 de mayo de 1954 se había ejecutado el golpe de Estado que –luego de una breve administración de Tomás Romero Pereira- llevó al poder a Alfredo Stroessner en el Paraguay y desembocó en la dictadura más duradera de Sudamérica en el siglo XX (1954-1989), caracterizada por un marcado perfil anticomunista y profundización del alineamiento geopolítico con Brasil y Estados Unidos, en detrimento de la posición anterior marcada por la hegemonía anglo-argentina y acercamientos con el peronismo. Este acercamiento a Brasil se inició a principios de 1940 y se profundizó entre 1956 y 1958 (Soler, 2012: 106; Orué Pozzo, 2015: 137; 2020: 232). Stroessner fue un claro emergente tanto de las condiciones locales como internacionales de la época y al derrocar al gobierno de Federico Cháves (1949-1954), se constituyó en la “continuidad ‘autoritaria-militar’ del chavismo, que fue, a su vez, un gobierno ‘autoritario-civil’” (Orué Pozzo, 2020: 228). No fue casualidad que su dictadura fue derrocada a principios de 1989, año que también simboliza el fin de la Guerra Fría.

En sus primeros cuatro años, Stroessner supo resistir diferentes intentos de desplazarlo del poder, desde conatos de golpes de Estado, pasando por acciones políticas armadas y resistencias en el propio partido de gobierno (Duré y Silva, 2004: 65-66; Nickson, 2013). Esto lo logró gracias a lo que se conoció como la unidad granítica entre el Poder Ejecutivo, el Ejército Nacional y la Asociación Nacional Republicana (Soler, 2012: 84). También se sucedieron manifestaciones populares, como la huelga general el 27 de agosto de 1958, y las movilizaciones estudiantiles de mayo de 1959 que motivó la expulsión de legisladores de la bancada oficialista, quienes, además de solicitar explicaciones de la represión al Ejecutivo, antes habían exigido en un manifiesto firmado por 17 legisladores, el fin del estado de sitio, una ley de amnistía y libertad de prensa, lo que desembocó en el cierre del parlamento. Uno a uno se fueron clausurando los escasos espacios de participación democrática y los intentos de golpes de Estado ya no eran efectivos ante un ejército que había constituido desde 1936 un bloque de poder militar que, paulatinamente, subordinó al Partido Colorado a sus intereses.

Fue en esta coyuntura que el PCP y otras fuerzas políticas consideraron la posibilidad de aplicar la línea de la lucha armada contra la dictadura de Alfredo Stroessner. En el caso del PCP, es necesario recordar que en marzo de 1956, luego de una reunión plenaria ampliada de su comité central para analizar las resoluciones que surgieron del XX Congreso del PCUS, establecieron que “el régimen militar antinacional cierra el camino pacífico” y que debía ser “derrocado por las luchas revolucionarias de un amplio frente nacional, anti-dictatorial, cuya fuerza principal debe ser la alianza obrero-campesina”.[6] Con esta posición, implícitamente se aceptaba la opción del uso de la violencia. Sin embargo, este pronunciamiento no tuvo efectos prácticos inmediatos, y entre 1956 y 1959 el PCP acompañó la línea de coexistencia pacífica propuesta por la Unión Soviética.[7] No fue sino hasta el 27 de agosto de 1959 en que, de forma resuelta y explícita a través de un folleto público,[8] llamó a los obreros y campesinos a prepararse para la lucha armada.

La Revolución Cubana fue otro factor que entusiasmó e impulsó a la oposición paraguaya contra la dictadura stronista. Incluso, inmediatamente después del triunfo de la Revolución, desde el gobierno revolucionario cubano se mencionó al Paraguay como uno de los países a liberar, junto a República Dominicana, Nicaragua y Haití, debido a la similitud entre sus dictaduras con la de Fulgencio Batista. No obstante, sostengo que fueron los acontecimientos internos los que llevaron a algunos grupos políticos a adoptar la línea de la lucha armada, más que los externos, como puede ser el ejemplo de la Revolución Cubana. Concretamente los sostenidos y constantes cierres de los pocos canales de participación para la ciudadanía entre 1954 y 1959.

En diciembre de 1959, cuatro meses después del llamado a la lucha armada del PCP, un grupo de jóvenes del Partido Liberal, bajo la denominación de Movimiento 14 de Mayo (M14), inspirados en el ejemplo cubano, lanzaron varias columnas guerrilleras al interior del Paraguay desde territorio argentino (Arellano, 2005; Nickson, 2013), siendo totalmente aniquiladas por las fuerzas de la dictadura. Pese a esto, hacia abril de 1960 lanzaron otras columnas que volvieron a ser masacradas. Fue esta “segunda invasión” del M14 lo que llevó a la dirección del PCP a acelerar los preparativos de inicio de la lucha armada para no quedar a la saga de fuerzas burguesas en la lucha revolucionaria.

En 1960, en el Paraguay se desarrolló un “laboratorio de contrainsurgencia”, inédito hasta ese momento en Sudamérica (Montero, 2022) en donde uno a uno fueron exterminadas todas las columnas del M14 y del Frente Unido de Liberación Nacional (FULNA).[9] Sin embargo, una de estas pequeñas unidades guerrilleras formada por campesinos minifundiarios del interior del país, que había sido creada para dispersar a las fuerzas de la dictadura, sobrevivió. Se trataba de la Columna Mariscal López, que permanecería con presencia en los departamentos de Cordillera, Caaguazu y Paraguarí hasta 1965 en que fue desarticulada, y que luego tuvo un intento de reconstitución entre 1967 y 1970. Sobre este grupo político-militar realizaremos el estudio de su composición social, pero antes describiremos brevemente sus diferentes etapas para una mejor comprensión de los datos estadísticos.

1.1 Etapas y caracterización de la CML

Aquí propongo una cronología amplia de las etapas de la CML. Parto de 1958 y no de 1960, año de su primera acción, debido a que dos años antes el grupo ya estaba formado y efectuaban acciones. Y finalizo en 1970 y no en 1965, año de desarticulación de la CML, debido a que entre 1966 y 1970 existieron intentos de reconstruirla por parte de uno de sus comandantes, que chocaron contra la dirección del partido. Entonces, si bien establecer una duración de 1960 a 1965 sería correcto, mi propuesta es incorporar los años previos en donde el grupo era innominado, y los años posteriores de conflictos internos entre una línea que proponía la reconstitución de la guerrilla y otra que se oponía.

Existen dos grandes etapas. La primera, de 1958 a 1965, y la segunda, de 1966 a 1970.

Primera etapa, 1958-1965

Segunda etapa, 1966-1970

2. Composición social de la CML. Cuadros estadísticos e interpretación

Las condiciones objetivas[10] de la emergencia de la CML se encuentran fuertemente vinculadas con la estructura agraria de las zonas en que tuvo influencia. A continuación, se presentan cuadros estadísticos con múltiples variables que permiten establecer conexiones causales entre la presión campesina por la tierra y el surgimiento de la CML.

Una primera aclaración es con respecto a los miembros efectivos de la columna y a los puntos de apoyo (PA), es decir, aquellos campesinos y campesinas que colaboraban con la CML proveyendo comida, lugares de refugio y alertas sobre presencia policial o militar en la zona. Debido a la prácticamente nula actividad militar de la columna, muchas veces la frontera entre ser un miembro del grupo militar o un punto de apoyo (PA), era difusa. La principal diferencia radicaba en que los primeros formaban parte del grupo que estaba armado y escondido en los diferentes refugios, que caminaban de pueblo en pueblo e iban hablando con la gente. Muchas veces, alguien que era PA podía estar un tiempo dentro del grupo armado y viceversa.

En cuanto al número de miembros del grupo militar, identificamos 15 del período 1958-63, y otros 16 del período 1964-65. Descontando a los tres primeros comandantes que fueron reemplazados, tenemos hacia principios de 1965 a unos 28 miembros de la CML, o que alguna vez pasaron por su grupo militar, ya que la actividad no era permanente debido a que la mayor parte del tiempo la pasaban como agricultores en sus parcelas, quiere decir que en raros casos ingresaban a la vida clandestina. El número final de combatientes termina siendo aproximado al que se revela en uno de los informes escritos por uno de los comandantes guerrilleros,[11] lo que nos permite llegar a un número confiable de la cantidad de miembros del grupo militar.

Se sabe que una de las dificultades principales de las guerrillas, en general, es lograr el apoyo de la población en donde operan. En relación a los PA, lo primero que hay que subrayar es que fue el punto fuerte de la CML, que le permitió la permanencia en la zona durante una década. Se logró identificar a 99 casos del período 1958-1965 y a 80 del período 1966-1970. Sin embargo, en las zonas donde operó la CML, a esos 179 campesinos se debería multiplicarlos por seis para tener un número más aproximado de la red de apoyo al grupo insurgente, ya que cuando un jefe de familia era ganado o convencido para colaborar, automáticamente se sumaban de una u otra forma su esposa, hijos, hijas, hermanos, hermanas, primos y tíos.[12]

Los cuadros son de elaboración propia en base a los datos extraídos de los documentos detallados en la nota no. 3 del presente texto, a lo que se sumaron testimonios orales. Sistematizamos los datos de los individuos que conformaron la CML, tanto de guerrilleros como de puntos de apoyo, para poder llegar a una primera caracterización de esta guerrilla rural.

2.1. Origen social y ocupaciones/profesiones

De acuerdo a la interpretación del cuadro 1, la primera de las características fuertes de la CML es que fue compuesta, principalmente, por campesinos minifundiarios[13] que se dedicaban en su gran mayoría a la agricultura, con una mínima participación de representantes de sectores medios rurales o campesinado autosuficiente[14] entre los que incluimos a los que llegaron a desarrollar carreras profesionales; y de trabajadores urbanos y rurales.[15] El componente rural es absoluto, ya que los dos miembros que aparecen en la categoría de trabajadores urbanos, es debido a que eran ferroviarios, pero su pueblo natal era Escobar, departamento de Paraguarí (los hermanos Celso y Lucas Ávalos Ocampos).

Por otro lado, el componente del campesinado autosuficiente / sector medio rural fue predominante en su comandancia. De seis comandantes que la CML tuvo en esta etapa, tres pertenecían a este segmento, dos a la clase obrera urbana y del restante no tenemos datos sobre su origen. Los tres comandantes que lideraron la CML entre 1960 y 1963 tuvieron una mayor identificación con su base social. Uno fue un profesor normal oriundo de Eusebio Ayala y conocedor de la idiosincrasia del campesino de la zona;[16] otro, un obrero ferroviario oriundo del norte de Paraguarí (Celso Ávalos Ocampos) y el tercero, un campesino de la compañía 4 de Julio de Piribebuy, propietario de más tierras que el promedio de la zona (Romilio González). En cambio, los tres comandantes que los reemplazaron fueron un peluquero oriundo de Asunción que fue enviado por el PCP a Cuba para instrucción guerrillera (Andrés García Valiente), un profesor normal oriundo de Acahay, Paraguarí (Blas Ignacio Alvarenga), y otro del cual no existen referencias sobre sus orígenes (Santiago Coronel Acevedo).



Con respecto al cuadro 2, se advierte claramente una correspondencia natural entre el porcentaje de campesinos minifundiarios del cuadro 1 y los agricultores del cuadro 2. Muy pocos se dedicaban a la cría de animales, actividad que requería mayor cantidad de hectáreas. También se corresponde con el 76% de habitantes totales de Cordillera que se registraron como agricultores (Ministerio de Hacienda, 1965: cuadro 27).

En contraste con otras experiencias guerrilleras del continente, existió muy poca presencia del sector gremial, solo los hermanos Ávalos Ocampos, ferroviarios. Una causa podría ser que luego de la represión a la huelga de 1958, desarrollada principalmente en Asunción, el movimiento obrero antidictatorial quedó prácticamente anulado.

Otro punto llamativo es la ausencia total de estudiantes universitarios, grupo que usualmente integró muchas agrupaciones insurgentes –incluso rurales- en países de la región. Esto puede deberse a que, en la estructura del PCP, estos integraban la Federación de Estudiantes Democráticos Revolucionarios (FEDRE), la cual formaba parte del frente urbano de Asunción del PCP en la lucha contra la dictadura. Integrado mayormente por hijos e hijas de sectores medios asuncenos, actuaban como apoyo urbano de la guerrilla rural, recuperando armas para enviar al campo.



En la comparación del origen social entre los miembros de la CML (cuadro 1) y sus PA (cuadro 3), se advierte una correspondencia importante entre ambos. Solo se nota en los PA un mayor porcentaje de campesinos minifundiarios en detrimento del campesinado autosuficiente. Igual observación puede hacerse en la comparación entre las profesiones/ocupaciones de los miembros de la guerrilla (cuadro 2) y sus PA (cuadro 4) predominando en ambos los agricultores.

Para el período 1966-1970, la situación cambia sustancialmente, tanto por el hecho de tratarse de un grupo de otra naturaleza, más político que armado —aunque como señalamos, existió una tensión interna con respecto a esto—, operando en otra región y con miembros nuevos.





En esta etapa se reduce considerablemente el componente campesino minifundiario y gana mayor presencia la participación del campesinado autosuficiente y de los trabajadores urbanos. Además, solo dos personas del nuevo núcleo eran oriundas de la zona donde activaban (Tomás Casey, de Colonia Blas Garay; y Fabriciano Enciso, de Colonia Melo de Portugal), rompiendo con una fuerte característica de la primera etapa, en la que los integrantes del grupo militar se confundían con su base social. La comparación entre el cuadro 5 y el 7 en cuanto al componente minifundiario y del cambio operado en él, es clara, y se extiende a la comparación entre el cuadro 6 y 8 de profesiones/ocupaciones.

¿Qué propuesta de la CML era atractiva para que un sector de los campesinos minifundiarios de distritos de los departamentos de Cordillera, Paraguarí y Caaguazu hayan participado tanto como integrantes como PA?

La primera respuesta la tenemos a fines de 1959, cuando el PCP incluye en su Proyecto de Programa de Liberación Nacional un capítulo sobre la Reforma Agraria, que contiene diez puntos. En el punto 20 se prometía una “Expropiación sin indemnización de las tierras y el ganado de los latifundistas que se opongan activamente a la revolución”,[17] en el punto 21, “Donde haya tierra suficiente, los campesinos recibirán lotes de 20 a 50 hectáreas de tierra cultivable y campo o monte”,[18] es decir, como mínimo, cuatro veces el tamaño promedio de las hectáreas que poseían; y en el punto 25 se prometía la anulación de deudas por los créditos agrícolas. Estos tres puntos serán la base del futuro Decreto N 1 de la CML[19] firmado por el Comandante Valiente, que, meses después, con el inicio de la lucha armada a principios de 1960, se difundió en la zona. Lo reproducimos entero a continuación:

“El Comandante de la Columna “Mariscal López” del Frente Unido de Liberación Nacional, Decreta 1 – Ocupación de las tierras fiscales y de la propiedad de los hacendados y terratenientes que apoyan a Stroessner. 2 - El Comando Guerrillero entregará los títulos de propiedad que el Gobierno Provisional Revolucionario reconocerá como tales y los inscribirá en el Registro de la Propiedad, juntamente con la propiedad de los colonos, a quienes también se les entregarán los títulos correspondientes. 3 – Anulación de los siguientes impuestos: tasa militar, libreta de conscripción vial y patente de carreta. 4 – Anulación de las deudas de los campesinos con el Banco”.[20]

El capítulo agrario del programa del PCP, que entre 1960 y 1963 pasó a ser el programa del FULNA, como se lo conoció, fue el elemento clave para que el campesinado de la zona con más presión sobre la tierra del Paraguay apoye decididamente a la CML. Se trataban de agricultores que no tenían posibilidad de tener acceso a más tierra por la existencia de los latifundios extractivos hacia el este. Quiere decir que la base social de la CML estaba compuesta por campesinos sin acceso a nuevas tierras cultivables. “Los campesinos de Cordillera habían ido como peones hacia Caaguazu, Coronel Oviedo, lugares de explotación forestal, habían visto esas tierras de mucha fertilidad. Con este programa del FULNA, el campesinado se ilusionó, soñó que el acceso a estas tierras se podía dar con el programa del FULNA, por eso esto juega, por eso se da la persistencia de la guerrilla y del FULNA a lo largo de la década del sesenta”.[21]

Sin embargo, para una comprensión más profunda de este proceso, es necesario exponer un resumen de la lucha por la tierra en el Paraguay y analizar las zonas en donde tuvo mayor prédica la CML con el programa del FULNA.

2.2. Lugar de procedencia

Luego de la Guerra Guasu (1864-1870), entre 1885 y 1914 se vivió en el Paraguay un proceso de venta de tierras fiscales por parte del Estado a particulares que favoreció la concentración de la misma en pocos propietarios e inició un proceso de doble cara: extensos latifundios, por un lado, y su contracara, el minifundio (Rojas Villagra y Areco, 2017: 18).

Entre 1918 (Ley de Homestead) y 1960 (Ley de Colonización y Urbanización de Hecho) se promulgaron varias leyes que intentaron establecer un reparto más equitativo de la tierra, pero el común denominador de todas fue su falta de aplicación (Rojas Villagra y Areco, 2017: 19). La excepción fue la reforma agraria llevada a cabo por el gobierno del coronel Rafael Franco (1936-1937) que en un año llegó a expropiar y redistribuir 95.000 hectáreas a campesinos que habían vuelto de combatir en el ejército paraguayo durante la Guerra del Chaco (1932-1935).

Durante la década del cuarenta y del cincuenta, el reparto de tierras junto a la fundación de colonias se había paralizado. Hasta la década del cincuenta, la primera región de colonización campesina tuvo como núcleo a los departamentos Guairá, Cordillera, Paraguarí y la zona oeste de Caaguazu (Rojas Villagra y Areco, 2017: 55). Entonces, no fue una casualidad que a principios de 1960 fue en esta zona del país en que emergió la CML y su base de apoyo de campesinos minifundiarios, en momentos en que el crecimiento poblacional se encontró con una frontera agrícola paralizada. Muchos de los PA eran oriundos de colonias públicas fundadas entre 1920 y 1940 (Colonia Curupayty, 1920; Pedro Pablo Caballero, 1928; Blas Garay, 1930; Pedro Melo de Portugal, 1935; Nueva Australia, 1939; Serafini, 1939).

La CML surgió en tres departamentos claves para la agricultura paraguaya. Datos del Instituto Interamericano de Ciencias Agrícolas de la OEA (IICA) demuestran que la suma de la producción agrícola de los departamentos de Cordillera, Paraguarí y Caaguazu representaba el 34% de la producción total del país (Cordillera, 13%; Paraguarí, 13,3%, Cagauazú, 7,7%, Instituto Interamericano de Ciencias Agrícolas de la OEA, 1965: 6 cuadro 1). En Cordillera, los cultivos más importantes eran la mandioca (20.3%), seguido de maíz (7%), carne bovina (6,6%) aves y bananas (6,2%). En Paraguarí, coinciden los dos primeros, pero el tercero es el algodón (8.9%) que apenas superaba a la carne bovina, y en Caaguazu, se mantienen los mismos cultivos, pero con el tabaco en tercer lugar (IICA, 1965: 10, cuadro 3). En los distritos donde la CML tuvo mayor presencia, los cultivos más importantes eran el maíz y la mandioca acompañada de la cría de aves (Piribebuy, Itacurubí de la Cordillera y Valenzuela), los anteriores más la cría de porcinos (Santa Elena) (IICA, 1965: 14-15).

En cuanto a la superficie ocupada de cada departamento, no sorprende que Cordillera, cuna de la CML, aparezca con el 100% de ocupación, Paraguarí con el 82,7% y Caaguazu solo con el 17,5% (IICA, 1965: 32).

De las 149.614 explotaciones registradas en el censo agropecuario de 1956 en todo el país, correspondientes a 16.816.618 hectáreas, 68.714 explotaciones tenían menos de 5 hectáreas de superficie y representaban solo el 1% de la superficie. Mientras, en el otro extremo, existían 145 explotaciones de más de 20.000 hectáreas que, con 8.782.991 hectáreas, representaban el 52% de la superficie (Censo agropecuario, 1956).

El departamento de Cordillera contaba con 22.681 explotaciones que totalizaban unas 494.356 hectáreas. De aquellas explotaciones, solo 241 de más de 100 hectáreas representaban el 70% de la tierra del departamento. En el otro extremo, en el segmento de 0 a 4,9 hectáreas, 12.283 representaban solo el 5,91% de las tierras (Censo agropecuario, 1956).

De los distritos donde la CML tuvo presencia, según datos de 1968, correspondían a lotes de entre 0 a 4,9 hectáreas, el 65,2% de las explotaciones de Santa Elena, el 63% de las tierras de Caraguatay, el 59,4% de Itacurubi, el 45,8% de las de Eusebio Ayala y el 43% de las de Piribebuy (Oficina de Desarrollo de la Comunidad, 1968).

Debido a que las estadísticas no discriminan los datos de las diferentes compañías, aquí, como en lo relativo a la población, debemos recurrir a otro tipo de fuentes, como los testimonios orales. De acuerdo a los mismos, en compañías como la 4 de Julio las dimensiones de los minifundios eran mínimas.[22]

El testimonio de uno de los hijos de un miembro de la CML asesinado y desaparecido en 1965, nos brindó una descripción de la actividad promedio de los campesinos minifundiarios de la zona de Piribebuy, centro original del surgimiento de la CML:

“ganado, casi nada…mi papá tenía algo de ganado, pero tenía tres: dos bueyes y un novillo tenía, y después mi abuelo tenía una lechera…no tenían ellos bueyes, tío Ramón tenía también una yunta de bueyes…mi papá era como un adelantado porque tenía bueyes, una carpidora, arado y carreta. No había ganado porque había mucha pobreza…yo te puedo decir lo que cultivaba mi papá: una hectárea de algodón, media de mandioca, una de maíz, un cuarto de hectárea de poroto, otro tanto de maní…y después la gente más vivía de la gente que tenía plata, iban a hacer changas, iba a carpir o corpir, más se vivió de eso, más se vivió de los Castagnino que en aquella época tenían treinta hectáreas (…) pero todos eran muy pobres, muy pobres (acentúa), parece que no sé por qué, castigada toda esa zona…éramos tan pobres che”[23]


Mapa 1

El análisis de los resultados del cuadro 9, 10 y 11, no deja lugar a dudas sobre la correlación entre distritos donde predominaba el minifundio con las zonas de influencia de la CML.




Presencia de bases y PA de la CML en el
departamento de Cordillera 1960-1965.
Mapa 2.
Presencia de bases y PA de la CML en el departamento de Cordillera 1960-1965.

El mapa precedente tiene en rojo los distritos de donde eran oriundos los integrantes de la CML. Como muestra el cuadro 9, un 74% provenía de Piribebuy, y a su vez, 10 del total de los 11 de Piribebuy, provenían de la Compañía 4 de Julio,[24] que se constituyó en la zona más segura y con más PA para la CML entre 1958 y 1963.

El cuadro 10 expone la influencia que tuvo la decisión de trasladar la columna guerrillera desde su base en Piribebuy a Santa Elena. Aun manteniendo el mayor porcentaje de miembros, este baja considerablemente y se incrementa el de los oriundos de Santa Elena.[25]

Finalmente, el cuadro 11, correspondiente a la procedencia de los PA, exhibe una proximidad entre los pobladores de Piribebuy y de Santa Elena, junto a una presencia importante en Itacurubí y en Caraguatay. La Compañía 4 de Julio se destaca con 21 de los 99 PA relevados, lo que prueba la identificación de un porcentaje no menor de su población con la CML, y establece un vínculo entre esta y su base social si comparamos al cuadro 9 con el 11.

Presencia de bases y PA de la CML en el
departamento de Paraguarí 1958-1965
Mapa 3
Presencia de bases y PA de la CML en el departamento de Paraguarí 1958-1965

Originalmente, el centro fue la zona sur de Cordillera, extendiéndose hacia el sur en algunos distritos norteños de Paraguarí, y hacia el este llegando a la frontera con Caaguazu, es decir, el límite de la frontera agrícola, zona en la que se haría más fuerte en su segunda etapa de 1966-1970, como veremos a continuación.



Presencia de bases y PA de la CML en el
departamento de Caaguazu 1966-1970
Mapa 4.
Presencia de bases y PA de la CML en el departamento de Caaguazu 1966-1970

Los cuadros 12 y 13 correspondientes a la segunda etapa (1966-1970), junto al mapa 4, demuestran que la represión stronista golpeó muy fuerte a los campesinos de Piribebuy y Santa Elena durante la destrucción de la CML entre junio y agosto de 1965. La nueva zona de influencia ahora será la zona sudoeste del departamento de Caaguazu, con los núcleos más numerosos de PA radicados en la Colonia Blas Garay (distrito de Coronel Oviedo) y en la Colonia Serafini (distrito de San José de los Arroyos).

El cuadro 12 demuestra que los integrantes del grupo ya no conservaban una correspondencia geográfica directa con sus bases y tampoco entre ellos mismos, aunque se mantiene la identificación con Cordillera y Caaguazu.[26]

No existen cifras oficiales sobre la cantidad de habitantes de las compañías o comunidades rurales que conformaban los diferentes distritos de cada departamento. Esto quiere decir que contamos con la cantidad de habitantes del departamento de Cordillera y la cantidad de todos sus distritos, por ejemplo, Piribebuy, pero dentro de este último solo se discrimina entre población urbana y rural, sin especificar la cantidad exacta de cada compañía o pueblo.

Lo que sí podemos afirmar es que la CML surgió en el distrito de mayor población de Cordillera, otra característica de la columna: actuaba donde estaba la población, no en remotos parajes como el caso de otras experiencias regionales. Piribebuy contaba hacia mediados de la década del sesenta con 22.108 habitantes, de los cuales 18.070 correspondían a población rural. De 17 distritos de Cordillera, la CML tuvo presencia en cuatro de los seis más poblados, como el mencionado Piribebuy (1), Caraguatay (4), Eusebio Ayala (5) y Santa Elena (6) (Oficina de Desarrollo de la Comunidad, 1968: 8).

Si 37 PA de la CML, entre 1958 y 1965, eran oriundos de diferentes compañías de Piribebuy, en base a los testimonios recabados que indican que si un campesino colaboraba, eso significaba que lo hacía prácticamente toda la familia (esposa, hijos, padres, madres, etc.); podemos multiplicar el número 37 por seis.[27] De este modo, estaríamos considerando a 222 personas actuando como PA en Piribebuy, lo cual es muy poco en relación a la población rural de 18.070. Sin embargo, la situación cambia si tomamos a la Compañía 4 de Julio como referencia, comunidad de la que registramos a unos 21 PA, que crecen a 28 si sumamos a la compañía lindera, Tapeguasu, que hasta 1964 estaba integrada a la primera. En estos casos en que no existen datos oficiales, el recurso de los testimonios es una herramienta válida, con las debidas precauciones. De acuerdo a entrevistas tomadas por otros autores (Duré y Silva, 2004) y por quien escribe estas líneas, los antiguos pobladores de la 4 de Julio hablan de aproximadamente cien familias asentadas en aquellos años, lo que nos llevaría a estimar aproximadamente un 30% de apoyo de la comunidad a la CML, que claramente podría haber sido superior, teniendo en cuenta que solo registramos la adhesión de aquellos que fueron presos y registrados como tales, pudiendo haber existido muchos otros que apoyaron, no fueron apresados, y continúan en el anonimato.[28] En todo caso, el porcentaje de apoyo a la CML en la zona, deberá ser abordado con mayor precisión y más elementos en futuros estudios.

2.3. Rango etario

También hubo cambios en cuanto al promedio de edad de sus miembros y PA. El grupo original armado de 1960 (cuadro 14) tenía un promedio de edad de 32 años, siendo el más joven Gilberto López, con 18 años, y el mayor Pedro Ignacio Cabral, con 48 años. Con el reemplazo de comandantes en 1963 y el traslado de la columna de Piribebuy a Santa Elena, el promedio de edad bajó considerablemente a 27 años (cuadro 15). En este caso, tomamos como base el año 1963, y el miembro más joven fue Egón Cabrera, que contaba con 15 años, y el mayor, Severo Verdún, con 41 años.





Finalmente, en el cuadro 16 unificamos a los integrantes de los períodos 1958-1963 y 1964-1965, y el resultado arroja un promedio de edad de 31 años.

En la comandancia también se refleja una baja del promedio de edad, pero mucho más pronunciada, de 35 a 23. Los primeros comandantes tenían 30, 36 y 40 años (1960), y los nuevos contaban con 22, 23 y 26 años.

La pregunta evidente es ¿a qué se debe la baja de la edad? Ante esto solo podemos ensayar hipótesis: ¿la baja habrá sido reflejo de la edad de los nuevos comandantes?, ¿la represión de 1960 habrá hecho desistir a los mayores, jefes de familia, de seguir en el grupo? También podemos tener en cuenta que la formación de los primeros integrantes llevó años de trabajo político del PCP en la zona, durante toda la década del cincuenta. ¿Quizá las circunstancias obligaban al rápido reclutamiento y no había tiempo para la formación política?

Con respecto a los rangos de edad[29] de los PA (cuadro 17), predomina el segmento de 31-40 años. En la muestra de 99 casos, solo nueve de ellos son mujeres, quienes claramente están sub-representadas debido a que, en la generalidad de los casos, los mismos policías no las detenían entendiendo que el campo de la política y aún más, de la insurgencia, era un tema de hombres (Montero, 2021).

En cuanto a la última etapa (1966-1970) representada en el cuadro 18, el promedio de edad es de 37 años. Sin embargo, fueron los más jóvenes los que tuvieron los cargos de mayor responsabilidad (Apolonio Lezcano, estimada su edad en 30 años; y Albino Nicomedes Rodríguez, de 24). Esta juventud de los máximos responsables, coincide con los datos del período 1964-1965. Finalmente, el rango de edad predominante de los PA de esta etapa es el segmento de 31-40 años, pero solo con un caso más del segmento siguiente de 41-50 años (cuadro 19), lo que lo diferencia sutilmente al de la primera etapa (cuadro 17).



2.4. Nivel educativo

En cuanto al nivel educativo, fue imposible acceder a documentos que nos permitan establecer el nivel promedio de estudios de los integrantes de la CML. De 31 casos en la etapa 1958-1965, encontramos a dos profesores normales y a cuatro que cumplieron con diferentes grados del ciclo primario, pero de los otros 25 integrantes no tenemos datos. De los 99 PA, tres cursaron el primer grado, cuatro el segundo, dos el tercero, seis el cuarto, cinco el quinto y solo uno llegó al 6º grado. Se registran dos analfabetos y un solo caso de educación superior (Juan José Spaini). No pudimos obtener datos de los 75 restantes.

De los integrantes de la etapa 1966-1970, salvo del profesor Arturo López, del resto no pudimos obtener sus datos educativos. En cuanto a los 80 PA, cinco llegaron a segundo grado, dos a tercero, uno a cuarto, uno a quinto y otro a sexto. Uno solo está registrado con educación universitaria (Tomás Alderete Paniagua). De los otros 69 casos, no pudimos obtener datos.

La cantidad de casos de los que pudimos conseguir datos es poco representativa, no obstante, permite inferir que el promedio de los campesinos que apoyaron a la CML cumplieron solo con diferentes grados del ciclo primario, correspondiéndose con la situación educativa general del área rural en el Paraguay como se indica en el informe del Comité Interamericano de Desarrollo Agrícola, en donde se detalla que en 1960, en el departamento de Cordillera, de 14.200 niños que comenzaron el primer grado, solo 1.200 llegaron a cursar el sexto, lo que demostraba una alta deserción escolar en el ámbito rural (CIDA, 1963: 29). El mismo informe afirmaba que la proporción de personas de la población agrícola que saben leer y escribir es muy baja y que “En el Paraguay, el 33% de la población de siete años y más no había recibido instrucción alguna; el 48% no había pasado del tercer grado de la escuela primaria y solamente el cinco por ciento de la población total había ingresado a la escuela secundaria (CIDA, 1963: 28).

La falta de establecimientos cercanos a las comunidades rurales era otro problema. A este respecto, es muy gráfico el testimonio de alguien que pasó su niñez en la Compañía 4 de Julio en aquellos años: “Yo como vivía en la campaña, a nosotros nos costaba llegar hasta el pueblo por ejemplo, estábamos nosotros a ocho kilómetros del pueblo de Piribebuy (donde estaba el colegio)”.[30]

En conclusión, los integrantes y los PA de la CML no escapaban a las generalidades de la población rural del Paraguay en materia educativa.

2.5. Identidad o tradición familiar partidaria

Entre los miembros del grupo armado, predominó la identidad y tradición familiar ligada al Partido Liberal (cuadros 18 y 20), pero con respecto a los PA, pese a que predominó la identidad liberal entre 1958 y 1965, esta cambió en la etapa 1966-1970, donde los campesinos vinculados a la ANR-Partido Colorado sobresalieron.





La diferencia entre los PA de la primera etapa y los de la segunda tiene que ver fundamentalmente con una cuestión geográfica, ya que la zona de Cordillera donde operaron entre 1958 y 1965 siempre se identificó mayoritariamente con el liberalismo, mientras que el sudoeste de Caaguazu, de donde provienen los PA de la segunda etapa, mantuvieron históricamente una identidad colorada.[31]

Esta doble identidad política entre un partido tradicional y la CML, en algunos contados casos tiene que ver con una recomendación del propio PCP a sus militantes para afiliarse a los partidos tradicionales y así tener una mayor cobertura; pero en la gran mayoría de nuestros casos está vinculada a la diferenciación que José Nicolás Morínigo realiza entre identidad partidaria e ideología, en que en la primera predomina una relación afectiva heredada por la familia, y en la segunda lo hacen las ideas que influyen en la acción política de las personas (Lachi y Rojas Scheffer, 2018: 11).

3. Respuestas del régimen stronista al desafío insurgente

Se sabe que ningún régimen dictatorial prolongado en el tiempo puede sostenerse solamente ejerciendo violencia sobre la población, y el stronismo no fue la excepción. A continuación, analizamos los dos tipos de respuesta del régimen stronista al desafío insurgente.

3.1. Represiva

De los seis comandantes que tuvo la CML entre 1960 y 1965, tres fueron asesinados y desaparecidos, dos lograron eludir su detención (Celso Ávalos Ocampos y Andrés García Valiente) y uno fue detenido y estuvo nueve años preso entre 1964 y 1973 (Romilio González).

De los nueve miembros del grupo político de 1966-970 —equivalente a los miembros de la CML del período 1958-1965—, ocho fueron ejecutados y desaparecidos por las fuerzas represivas, y uno (Apolonio Lezcano) hasta el día de hoy no está claro si “desertó” del partido o también fue desaparecido por la dictadura.

De lo anterior se desprende que la respuesta represiva sobre la CML fue selectiva y altamente efectiva en cuanto eliminaron físicamente a los líderes.[32] Los PA sufrieron tres grandes represiones en donde muchos fueron detenidos brevemente y torturados para extraerles información. La primera, en mayo y junio de 1960, luego de la toma de Barrero Grande por parte de la CML. La segunda, entre julio y agosto de 1965, que supuso la destrucción de la CML y que se coronó con los actos de rebautismo[33] sobre más de cien PA. Y la tercera, entre abril y junio de 1970 que destruyó todas las bases de apoyo de la CML en la región del sudoeste de Caaguazu, y junto al asesinato de Agapito Valiente, el 17 de mayo de 1970, supuso el fin definitivo de los intentos de lucha armada del PCP, que nunca más intentó reiniciarlos.

3.2. Político-social

A. Marcha hacia el este.

La respuesta violenta y selectiva hacia miembros y PA de la CML-PCP Creydt se complementó con una política social de reparto de tierras y fundación de nuevas colonias para el resto del campesinado que podía llegar a integrarse a la CML o a otros grupos. El proceso principal fue la profundización del proceso iniciado dos décadas atrás, conocido como “marcha hacia el este” (Riquelme, 2003: 27; Rojas Villagra y Areco, 2017: 24; Orué Pozzo, 2020: 216).

Para el año 1963, la dictadura tenía en claro el problema. No fue casualidad que entre 1960 y 1963, se sancionaron cuatro leyes relativas al problema agrario. Nunca se habían sancionado tantas leyes sobre la tierra en un lapso tan corto de tiempo.[34] A su vez, aprovechó de forma muy eficaz la necesidad geopolítica y económica del Brasil, país que ya en la década del cuarenta había iniciado su “marcha hacia el oeste” motivado por el desarrollo industrial de Sao Paulo que desplazó hacia el sur a las actividades agropecuarias (Rojas Villagra, 2016: 71). La “marcha hacia el este” del Paraguay coincidió y se complementó con la “marcha hacia el oeste” del Brasil. Sin embargo, pese a ser propuesto e iniciado por el Brasil, esta profundización de la alianza –o subordinación- de Paraguay con Brasil, le permitió al primero resolver una serie de problemas internos, como, por ejemplo, el de la insurgencia campesina de la región central representada en la CML y el de la posibilidad de futuras protestas por la tierra.

Hace 50 años, Yves Lacoste había planteado el uso de la geografía como “arma para la guerra”, es decir, como puede ser usada para ordenar el territorio de un modo en que el Estado tenga las facilidades para reprimir todo tipo de insurgencia (Lacoste, 1990). Con la “marcha hacia el este”, la dictadura paraguaya desplazó y reubicó a miles de familias campesinas que habitaban desde generaciones la región central y se convirtió en su acreedor a través del pago en cuotas de sus lotes.[35]

B. Clubes 4C y proyectos financiados por la Organización de Estados Americanos.

La segunda modalidad de esta respuesta político-social fue dirigida a aquellos campesinos que permanecerían en sus tierras de la región central, y fue la de fomentar la fundación de los Clubes 4C y la puesta en marcha de proyectos de educación agrícola de la OEA.

Los Clubes Agrarios Juveniles, activos hasta la actualidad, eran organizaciones con origen en los Estados Unidos a fines del siglo XIX, cuyo fin era que los jóvenes del ámbito rural puedan capacitarse para llevar adelante emprendimientos en su lugar de origen y no tengan la necesidad de migrar a las grandes ciudades. Este modelo fue importado al Paraguay, en donde se desarrolló con el nombre de Clubes 4-C.[36] Estos funcionaron como organismos de control en el campo durante los años de acción de la CML, con el objetivo de evitar que los campesinos jóvenes sean atraídos por núcleos contestatarios. Estuvieron ligados directamente al Servicio Técnico Interamericano de Cooperación Agrícola (STICA) y crecieron exponencialmente a partir de 1959/60 como se puede apreciar en el informe del CIDA (CIDA, 1963: 43).

Oportuno es mencionar aquí que, en el año 1968, en un proyecto llevado a cabo por la Oficina de Desarrollo de la Comunidad, de la Secretaría Técnica de Planificación, se eligieron siete distritos representativos de zonas caracterizadas por el predominio del minifundio, y que tres de ellos (Santa Elena, Itacurubí de la Cordillera, Pirayú) fueron zonas de influencia de la CML. Parte de los objetivos eran la “formación de los hijos de los agricultores” y la “capacitación de los agricultores” (Oficina de Desarrollo de la Comunidad, 1968: 20-22).

Representación del movimiento de
colonización conocido como “marcha hacia el este”
Mapa 5.
Representación del movimiento de colonización conocido como “marcha hacia el este”

4. Guerrilla y “marcha hacia el este” en la visión de la dictadura

En los actos del “rebautismo” fue donde se manifestaron ambos tipos de respuesta del régimen, la represiva y la social. La primera, mediante la exposición y humillación pública de los campesinos que apoyaron a la CML, torturados previamente y obligados a jurar sobre una biblia y ante un sacerdote abjurar del “comunismo y Satanás” (Montero, 2021). La segunda, reflejada en el discurso que en esos actos pronunció Juan Manuel Frutos, el presidente del IBR, junto a las declaraciones del ministro del Interior, Edgar Ynsfrán. La crónica señalaba que en Santa Elena –última base de la CML antes de su destrucción en julio de 1965- “Dijo el Dr. Frutos, que, en el transcurso de esta década, el gobierno del General Stroessner había otorgado títulos de propiedad a más de 45.000 familias del agro paraguayo, afirmando el concepto de profunda raigambre social de que la tierra debe ser de quien la trabaje. Agregó a continuación que, anteriormente a la década de su referencia, solo se había otorgado 5.000 títulos entre los agricultores, con lo que queda demostrado el gran interés con que se ha emprendido la ardua tarea de la Reforma Agraria”.[37]

Este discurso del titular del IBR en un acto público, en el que humillaron y estigmatizaron a más de cien campesinos vinculados a la CML, permite repensar la profundización de la “marcha hacia el este” a mediados de los años sesenta. Pese a haber sido iniciada a principios de los años cuarenta y fundamentada en decisiones geopolíticas, esta ingeniería poblacional fue utilizada por la dictadura stronista para desactivar a los núcleos campesinos que apoyaban a la CML.

En la misma crónica periodística, se describe cómo el ministro del Interior, Edgar Ynsfrán, fue a visitar las comunidades rurales donde vivían los campesinos apresados que eran PA de la CML: “Con este simpático gesto el Dr. Ynsfran pudo conocer más de cerca el ambiente donde se fue gestando la decisión de participar de tan descabellados propósitos subversivos”.[38] Décadas después, Ynsfrán demostró en sus Memorias que el régimen tenía muy clara la relación entre las guerrillas y la presión sobre la tierra:

“La reforma agraria que se estaba ejecutando con excesiva parsimonia, seguía el viejo esquema rutinario del reparto ocasional de parcelas, más como propaganda que como beneficio real para el campesino. Sin duda alguna, el desafío de las guerrillas aceleró el proceso de los cambios, que comenzaron con el reconocimiento legal de las ocupaciones de hecho que se habían ido formando en los inmensos y descuidados latifundios” (Ynsfran, 2015: 213).[39]

5. Conclusiones y reflexiones finales

A través de los datos estadísticos que sistematizamos en los 23 cuadros que integran este trabajo, se demuestra que las condiciones objetivas de la emergencia de la CML estuvieron profundamente ligadas con la estructura agraria de las zonas en que tuvo influencia. Los números nos permiten confirmar una serie de características que distinguieron a esta formación político-militar paraguaya de la década del sesenta, entre las cuales podemos enumerar las siguientes.

Fue conformada por campesinos minifundiarios, con lotes promedio de cinco hectáreas e incluso menos, que se dedicaban a la agricultura familiar y que tenían vedado el acceso a nuevas tierras cultivables, con muy poca presencia de otros sectores sociales. La comandancia original tuvo una fuerte identificación con su base social, atributo que se fue transformando en las siguientes etapas. En esta alteración tuvo principal importancia el traslado de la CML a otra zona. El promedio de edad de sus miembros fue descendiendo a través de los años, tanto en la comandancia como en sus miembros.

En materia de escolarización, sus miembros y PA no escaparon a la realidad de la educación rural del Paraguay de aquellos años, cumpliendo con diferentes grados del ciclo primario. En cuanto a las tradiciones partidarias de sus miembros y familias, tampoco desmarcan a sus miembros y PA de los datos habituales sobre los comportamientos políticos de los paraguayos.[40]

La mayoría de los autores señalan que las colonizaciones en la frontera del Alto Paraná tuvieron el fin de prevenir nuevas incursiones guerrilleras como las de los años 1959 y 1960 desde la frontera argentina (Fogel, 2001: 41, entre otros), y que la marcha hacia el este tuvo el objetivo de descomprimir la tensión social sobre la tierra en el área central. No obstante, no existen estudios que relacionen la emergencia de la CML con esta presión sobre la tierra. Es decir, resaltan más la medida preventiva contra futuras guerrillas en la frontera, que el efecto de haber desarticulado a una guerrilla ya existente en el área central.

El conocimiento sobre la CML se debe seguir profundizando a través del análisis de otros aspectos, para así lograr fortalecer la bibliografía específica sobre la misma y, de esa manera, permitir su integración a diferentes estudios transnacionales de la insurgencia de los años sesenta en la región.

Referencias bibliográficas

Arellano, D. (2005). Movimiento 14 de Mayo para la Liberación del Paraguay, 1959. Editorial Universitaria Misiones.

Comité Interamericano de Desarrollo Agrícola, CIDA. (1963). Inventario de la información básica para la programación del desarrollo agrícola en la América Latina. Paraguay. Secretaría General de la Organización de Estado Americanos. Washington: Unión Panamericana.

Creydt, O. (2010). Formación Histórica de la Nación Paraguaya. Servilibro.

Duré, V. y Silva, A. (2004). Frente Unido de Liberación Nacional (1959-1965), guerra de guerrillas como guerra del pueblo, en Novapolis, No. 8, agosto 2004, pp.61-90.

Fogel, R. (2001). Las luchas campesinas: tierra y condiciones de producción. CIPAE-CERI.

Galeano, Luis. (2016). Transformación del modelo agrícola y cambios en la estructura de clases. En Ortiz, Luis (Coord.) Desigualdad y clases sociales. Estudios sobre la estructura social paraguaya. Asunción-Buenos Aires: CLACSO, CEADUC, ICSO, pp. 167-191.

Grupo Memoria (2006-2013). Cuadernillos Dictadura y Memoria. Edición propia.

Instituto Interamericano de Ciencias Agrícolas de la OEA. (1965). Zonificación agropecuaria en el Paraguay. Asunción.

Lacoste, Y. (1990). La geografía: un arma para la guerra. Anagrama.

Lachi, M. y Rojas Scheffer, R. (2018). Correligionarios. Actitudes y prácticas políticas del electorado paraguayo. Germinal-Arandurã.

Ministerio de Agricultura y Ganadería. (1961). Censo Agropecuario de 1956. Asunción: El Arte.

Ministerio de Hacienda. Dirección General de Estadística y Censos. (1965). Censo de Población y Vivienda. Departamento de la Cordillera, 14 de octubre de 1962. Asunción.

Montero, M. (2019a). Agapito Valiente. Stroessner kyhyjeha. Reconstruyendo la vida de Arturo López Areco. El Partido Comunista Paraguayo y la Columna Mariscal López. Arandurã.

Montero, M. (2019b). “Los nuevos curas”. La Columna guerrillera Mariscal López y las Ligas Agrarias Cristianas. Estrategias de organización y educación del campesinado para la acción política. El caso de la compañía 4 de julio en Piribebuy (1960-1970). En Novapolis,No.15, Junio 2019, pp. 35-62.

Montero, M. (2021). “Esas mujeres”. Testimonios de campesinas insurgentes paraguayas durante la dictadura de Stroessner. Invisibilización e interseccionalidad. En Testimonios, Año 10, No. 10, 2021, ISSN 1852-4532, Buenos Aires. Disponible en https://revistas.unc.edu.ar/index.php/testimonios/article/view/36260/36534

Montero, M. (2022). “El Paraguay es un país ideal para la guerra de guerrillas”. El Partido Comunista Paraguayo y el inicio de la lucha armada. Discursos y prácticas, 1956-1961. En Historia Colectiva, revista interdisciplinar de Historia y Ciencias Sociales, (en prensa).

Nickson, A. (2013). Las guerrillas del Alto Paraná. El Lector.

Oficina de Desarrollo de la Comunidad de la Secretaría Técnica de Planificación con la Ayuda Técnica de la Misión de las Naciones Unidas para el Desarrollo de la Comunidad. (1968). Algunos datos y criterios para la selección de un distrito apropiado para un proyecto de desarrollo de la comunidad en la zona minifundiaria (Dptos. Central, Cordillera, Guairá y Paraguarí). Asunción.

Orué Pozzo, A. (2015). Años de plomo y margaritas: las relaciones Paraguay-Brasil y el camino hacia el Este, en Orué Pozzo, A. (organizador). Relaciones bilaterales Paraguay-Brasil. Sociedad, economía y cultura. Escuela de Posgrado de la Universidad Nacional del Este, pp.133-142.

Orué Pozzo, A. (2020). Los primeros años del stronismo: conflictos internos y relaciones Paraguay-Brasil 1956-1958. En Revista Estudios Paraguayos, Vol. 38, No. 1, junio 2020, pp.209-252.

Riquelme, Q. (2003). Los sin tierra en Paraguay. Conflictos agrarios y movimiento campesino. CLACSO.

Rivarola, M. (2012). Letras de sangre. Servilibro.

Rojas Villagra, L. (2016). Campesino rapé. Apuntes teóricos e históricos sobre el campesinado y la tierra en el Paraguay. BASE-IS.

Rojas Villagra, L. y Areco, A. (2017). Las colonias campesinas en el Paraguay. BASE-IS y Fundación Rosa Luxemburgo.

Soler, L. (2012). La larga invención del golpe. Imago Mundi.

Treherne, C. (1982). The Guerrilla war of the Paraguayan Communist Party. Prensa Libre.

Ynsfrán, Edgar. (2015). Memorias Vol. II. Fundación Ymaguaré.

Zamorano, C. (1992). Paraguay insurreccional del siglo XX. Sapucai.

Notas

[1] Limitando el análisis solo a los casos de los partidos comunistas que desde su misma dirección optaron por la vía armada guerrillera iniciada en Cuba, observamos que luego del involucramiento del Partido Socialista Popular de Cuba, en 1958, el PCP es el segundo caso luego de este (1960), siendo el primero en Sudamérica y el segundo en Latinoamérica. Le siguieron el PC de Venezuela (1961), El Salvador (1962), Guatemala (1962) y Colombia (1964, año de la fundación de las FARC, sin tener en cuenta los años previos de grupos campesinos de autodefensa).
[2] Treherne, C. (1982). The Guerrilla war of the Paraguayan Communist Party. Prensa Libre. El nombre de la autora era el pseudónimo de la investigadora británica Possy Hill, quien se desempeñó a principios de los años ochenta en el Banco Paraguayo de Datos y se vio obligada a abandonar el país a raíz de la represión que este centro de investigación sufrió por parte de la dictadura.
[3] El detalle de los documentos utilizados para elaborar la base de datos que permitió la creación de los cuadros estadísticos, es el siguiente: 00054F-0110 a 0111 Informe sobre las actividades subversivas de índole comunista, redactado por Felipe Nery Saldivar, con la identificación de 18 guerrilleros (14 de mayo de 1965). 00259F-0314 a 0317 Datos obtenidos en la operación de limpieza en la zona de Itacurubí de la Cordillera – Santa Elena y Colonia La Esperanza en la última semana de julio (30 de julio de 1965), contiene la identificación de 46 personas involucradas con la CML, tanto guerrilleros como puntos de apoyo, detenidas en las alcaldías de Piribebuy, Itacurubí y Santa Elena. 00009F-1263 Listado de 19 guerrilleros (18 de agosto de 1965). 00009F-1264 Listado de bajas sufridas por la Columna Mariscal López. Listado de prófugos, infiltrados y capturados. (18 de agosto de 1965) (19 personas). 00259F-0345 Listado de 9 puntos de apoyo, 1965. 00019F-1543 a 1551 Nómina de detenidos del PCP elaborada por la Dirección de Política y Afines (70 nombres). 00012F-1404 a 1406 Lista completa de detenidos comunistas en el Departamento de Investigaciones, Departamento Central de Policía, Comisaría No. 12 de Trinidad y Policlínico Policial (74 detenidos). 00012F-2304 al 2306 Nómina de detenidos del PCP (pro-chino) – detenidos en 1970. 00012F-1457 a 1469 Nómina de los detenidos en San José de los Arroyos, Colonia Melo de Portugal (62 detenidos). 00012F-1450 a 1452. Nómina de dirigentes comunistas detenidos en Coronel Oviedo. Carpeta “Cordilleras-Caaguazu, 1962/1966. Actividades subversivas. Frente Unido de Liberación Nacional (F.U.L.N.A) y P.C.P, Gpo Mariscal López. Documentos originales secuestrados”. Centro de Documentación y Archivo para la Defensa de los Derechos Humanos (Archivo del Terror), Asunción, Paraguay.
[4] De la Revista Ñande, año VII, No.147 (primera quincena de septiembre de 1965, Asunción), se obtuvo un listado de 73 de los 103 campesinos apresados, rebautizados y liberados.
[5] Los datos obtenidos de un determinado tipo de fuente (archivos de la represión, documentos partidarios) se cruzaron con los logrados en base a otro tipo (testimonios orales) y viceversa, logrando de este modo una mayor precisión en el grado de involucramiento de determinados militantes en la experiencia insurgente.
[6] Comité Nacional de Defensa y Reorganización del Partido Comunista Paraguayo (1967). Relatoriosobre la actividad enemiga de Oscar Creydt. Sin lugar de edición: Editorial Adelante.
[7] Para un estudio profundo de las ambigüedades del PCP con respecto a la lucha armada, entre 1956 y 1959, ver Montero, M. (2022), op. cit.
[8] PCP. Vencer o Morir, 27 de agosto de 1959, a un año del inicio de la huelga general de 1958.
[9] El FULNA fue un frente político-militar hegemonizado por el PCP, con participación marginal de un sector del Partido Revolucionario Febrerista y otro del Partido Liberal. Se mantuvo activo entre 1959 y 1963, año en que se diluyó de hecho.
[10] Para un análisis de las condiciones subjetivas y del proceso de concientización por parte de la CML del campesinado de Cordillera, ver Montero (2019b).
[11] Informe Cibils, escrito por Santiago Coronel Acevedo, allí se queja, al llegar al campamento, de que nunca existió un grupo de 45 hombres, como le habían prometido, y que “nunca pasaron de 15”. Carpeta “Cordilleras-Caaguazu, 1962/1966. Actividades subversivas. Frente Unido de Liberación Nacional (F.U.L.N.A) y P.C.P, Gpo Mariscal López. Documentos originales secuestrados”. Centro de Documentación y Archivo para la Defensa de los Derechos Humanos (Archivo del Terror), Asunción, Paraguay.
[12] Si sumamos a los 39 miembros del grupo político-militar y a los 179 PA en todas sus etapas, tenemos a casi 220 personas que multiplicadas por seis da por resultado un total aproximado de 1.300 personas que de una forma u otra colaboraron con el grupo insurgente, ya sea de forma activa (provisión de comida y refugio) o pasiva (guardando silencio ante las autoridades). Sin embargo, su núcleo operativo nunca pudo superar el número de entre 20 a 30 miembros.
[13] Utilizo la categoría tal como la definió Luis Galeano, entendiendo al campesino minifundista semi-asalariado como aquellos que “Son miembros de familias que tienen poca tierra (generalmente menos de 5 hectáreas), que, entre otros condicionamientos, impide generar la producción de bienes, suficientes para el auto-consumo y el ingreso necesarios” (Galeano, 2016: 176). Según la Ley No. 854 de creación del Estatuto Agrario, del 26 de marzo de 1963. Título III “Del Minifundio”, Art. 10, se consideraba al minifundio como todo aquel lote agrícola fuera de las zonas suburbanas, de menos de siete hectáreas. De esta forma, desde el Ministerio de Agricultura, se establecía que un terreno de menos de siete has. era considerado un minifundio. Sin embargo, estudios ordenados por la misma dictadura cinco años después, consideraban a una zona como representativa del área de minifundios si esta contaba con más del 50% de chacras de entre 0 y 5 hectáreas (Oficina de Desarrollo de la Comunidad, 1968: 10), por lo tanto, establecían el límite en cinco hectáreas. Sin embargo, en el caso de la zona de origen de la CML, la Compañía 4 de Julio, la mayoría de las tierras de los campesinos no superaban las 2 o 3 hectáreas, de acuerdo a los testimonios de sus antiguos pobladores, ya que el censo agropecuario de 1956 no discriminaba los datos de las compañías que integraban un distrito, como en este caso, Piribebuy.
[14] Categoría también utilizada por Galeano, que la define como “un estrato en el que la unidad productiva agrícola genera los bienes e ingresos suficientes para el acceso a la satisfacción de las necesidades básicas por parte de los miembros de la familia, que opera en la misma. Por lo tanto, los campesinos no tienen la necesidad de salir de sus hogares, para realizar trabajos asalariados temporales, en búsqueda de ingresos complementarios, en los mercados laborales o urbanos” (Galeano, 2016: 175). Sumo a esto que, además, poseen la capacidad de contratar a otros campesinos para trabajos puntuales de cultivo. También incluyo a aquellos que formaron un pequeño capital que les permitió establecer algún comercio o almacén.
[15] La categoría de trabajador rural tiene conexiones con las del campesino minifundiario, debido a que en muchos casos estos últimos son, al mismo tiempo, trabajadores rurales, al tener que vender su fuerza de trabajo, circunstancialmente, en otras explotaciones de campesinos propietarios de más hectáreas que no pueden trabajarlas solo con la fuerza laboral familiar. Otros ejemplos son los que trabajan de capataces de estancias y en olerías.
[16] Arturo López Areco (1920-1970), más conocido como “Agapito Valiente”, fue un profesor normal que en 1960 se convirtió en el principal comandante de la guerrilla campesina del PCP, la CML. Para un estudio pormenorizado de este líder guerrillero, remitimos a nuestro trabajo de 2019.
[17] PCP (1959). Proyecto de Programa de Liberación Nacional del Partido Comunista Paraguayo. Asunción, p. 25.
[18] Ibid. p. 25.
[19] El texto del mismo fue reproducido un año después en la Revista Che, Año 1, N 12, del 20 de abril de 1961, pp. 10-11. También existen alusiones al decreto agrario en el folleto Patriotas paraguayos en cárceles argentinas (FULNA, marzo de 1961) y en Zamorano (1992).
[20] Revista Che, Año 1, N 12, del 20 de abril de 1961, pp. 10-11.
[21] Entrevista con el investigador Agripino Silva. Pirayú, Paraguay, junio de 2016.
[22] Romilio González, quien fuera el tercer comandante de la CML, en una entrevista realizada en 2015 dijo que “en 4 de julio había mucha gente que tenía poca tierra” (Montero, 2019).
[23] Testimonio de Ramón González, nacido y criado en la compañía 4 de Julio. Buenos Aires, junio de 2017.
[24] Tres de esos diez en realidad pertenecían a la compañía Tapeguasu, lindante a la 4 de Julio, pero aquella recién adquirió autonomía a partir de 1964.
[25] Esta incluía el distrito de Mbocayaty que recién adquirió su autonomía en 1973.
[26] Previamente, a fines de la década del cincuenta, se produjo una migración de un número importante de pobladores de Cordillera y Paraguarí hacia Caaguazu, antecedente del proceso de fundación masiva de colonias en los años sesenta.
[27] En base a los datos del censo de 1962, el 68% de las mujeres del departamento de Cordillera de entre 20 y 44 años, eran madres de entre 4 y 7 hijos/as (Ministerio de Hacienda, 1965: cuadro 8, p.9), por lo que podemos estimar como promedio aproximado de integrantes de una familia a una conformada por un matrimonio y cinco hijos/as. [
[28] “Yo recuerdo, cuando estaba en segundo grado, por 1964, que mi maestra decía que en la 4 de julio había 90 familias (…) 80 u 85 % apoyaban a Agapito, los que no, quizá un par de colorados recalcitrantes, y hasta el oficial de compañía no delataba, porque tenía familiares en la comunidad, se hacía el boludo, por decirlo mal y pronto” (Testimonio de Ramón González, correo electrónico del 12 de julio de 2022). Si multiplicamos el número de 90 familias por seis, nos da como resultado que la 4 de Julio podría haber contado con alrededor de unos 540 habitantes. Si multiplicamos a los 28 PA registrados de 4 de Julio y Tapeguasu por la misma cantidad, tenemos a unas 168 personas que representarían a un 31% del total de la comunidad.
[29] En el caso de los PA, utilizamos la categoría de rango de edad para simplificar los datos y evitar el detalle de edad de cada uno de los 99 casos. Igualmente mencionamos que el promedio es de 35 años para el cuadro 18, y de 36 años para el cuadro 19.
[30] Testimonio de Ramón González, Buenos Aires, junio de 2017.
[31] Este predominio de afiliados colorados entre los capturados luego de la represión de abril de 1970, encendió las alarmas en sectores de la dictadura y fue utilizado por la prensa del Partido Liberal para instalar en la opinión pública que el partido de gobierno sufría una preocupante infiltración comunista.
[32] Exceptuando a los comandantes de la primera etapa, y a los miembros del grupo de la etapa 1966-1970, solo se registra la ejecución y desaparición de Herminio Cubilla, miembro del grupo militar de la CML, en julio de 1965, y la muerte por torturas de Juan Pedro Benítez, PA, el mismo mes y año. El ejemplo contrario fue la represión sufrida por la Columna Ytororó en julio de 1960, en la que, de 54 integrantes, apresaron, ejecutaron y desaparecieron a 52.
[33] Sobre el rebautismo, ver Montero (2021).
[34] Ley de Colonización y Urbanización de Hecho y Ley de Parcelación Proporcional de Propiedades Mayores (1960), Ley de Creación del Instituto de Bienestar Rural (IBR) y Ley de Segundo Estatuto Agrario (1963).
[35] Por una cuestión de espacio, evito referirme a los acontecimientos principales de este proceso, detallado en profundidad por otros autores (Orue Pozzo, 2015: 137; Orué Pozzo, 2020: 229).
[36] El nombre se debe a que su emblema era un trébol de 4 hojas que llevaba impresa una “C” en cada pétalo, las cuales significaban: mi cabeza para pensar mejor, mi corazón para sentir mejor, mi capacidad para producir mejor, mi cooperación para servir mejor a mi familia, a mi comunidad, a mi patria y a Dios.
[37] Ñande, Año VII, N 147, 1ra quincena de septiembre, Asunción, pp.4-6.
[38] Ñande, Año VII, N 147, 1ra quincena de septiembre, Asunción, pp.4-6.
[39] Aquí, Ynsfrán no aclara si se refiere a las guerrillas de invasión de 1959-60 o a la CML. En todo caso, la situación es la misma para la relación “guerrilla-marcha hacia el este”.
[40] Para un estudio profundo del comportamiento electoral paraguayo, ver Lachi, M. y Rojas Scheffer, R. (2018).

Notas de autor

* Mariano Damián Montero. Es argentino, Profesor de Historia recibido en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Actualmente se encuentra radicado en Paraguay. Es autor de Agapito Valiente. Stroessner kyhyjeha. Reconstruyendo la vida de Arturo López Areco. El Partido Comunista Paraguayo y la Columna Mariscal López (Arandurã, 2019) y compilador y autor del estudio preliminar de las Obras completas de Lincoln Silva (Arandurã, 2021). Publicó artículos sobre el pasado reciente del Paraguay y otros temas en revistas de Argentina, Paraguay, México, España y Rusia; y es autor de entradas para el Diccionario Biográfico de las Izquierdas Latinoamericanas, coordinado por el CEDINCI de Argentina.
Modelo de publicación sin fines de lucro para conservar la naturaleza académica y abierta de la comunicación científica
HTML generado a partir de XML-JATS4R