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Resumen: Camilla Herculiana era una boticaria en Padua en el siglo XVI. En 1584 publica sus Lettere di philosophia naturale, en las que debate sobre las causas del Diluvio Universal, la naturaleza del ser humano y la formación del arco iris. Esta obra está escrita en forma de cartas con Georges Garnier y el canciller de Transilvania, Márton Berzeviczy, a quienes conoció gracias al ambiente cultural e intelectual de Padua, del que también formaban parte sus interlocutores. El objetivo de este trabajo es estudiar y destacar la importancia del ambiente en el que se formó y desarrolló su trabajo Camilla Herculiana.
Palabras clave: Camilla Herculiana, Padua, Ciencia, s. XVI, Lettere di phiolosophia naturale.
Abstract: Camilla Herculiana was an apothecary in Padova in the 16th century. In 1584 she published her Lettere di philosophia naturale, in which she discussed the causes of the Universal Flood, the nature of the human being, and the formation of the celestial arc. This work is written in the form of letters with Georges Garnier and the Chancellor of Transylvania, Márton Berzeviczy, whom she met in the cultural and intellectual environment of Padua, of which her interlocutors also belong. The objective of this work is to study and highlight the importance of the environment in which Camilla Herculliana was formed and developed her work.
Keywords: Camilla Herculiana, Padua, Science, 16th Century, Lettere di phiolosophia naturale.
Introducción
El opúsculo Lettere di philosophia naturale1 de Camilla Herculiana (Herculiana, 1584) permaneció durante siglos ignorado por los investigadores, a nuestro entender, por dos razones: En primer lugar, por el poco aprecio de la obra de las mujeres, que se recupera lentamente a medida que crece la conciencia del vacío que se creó alrededor de ellas, y, en segundo lugar, por la poca atención que generaron entre los estudiosos los opúsculos u hojas volantes de la imprenta en Europa en el siglo XVI. La primera de las razones va siendo corregida por un buen grupo de investigadoras e investigadores que reivindican la presencia de las mujeres y las sacan a la luz, con estudios serios y rigurosos. La digitalización de los fondos bibliotecarios europeos, con la facilidad que ofrecen las nuevas tecnologías, ha permitido en plataformas y en bases de datos de varia naturaleza, que los investigadores tengan al alcance de su mano, a precios accesibles o gratis, la lectura de estos impresos, con lo que la recuperación de autores y obras se ha incrementado y la comunidad científica se beneficia del acceso a estos documentos de nuestro pasado.
El caso de Camilla Herculiana es un buen ejemplo de lo que decimos. Ignorada durante siglos, es objeto de estudio desde el año 2013, cuando Eleonora Carinci publicó un artículo en la revista Italian Studies titulado “Una ‘speziala’ padovana: Lettere di philosophia naturale di Camilla Erculiani (1584)” (Carinci, 2013) sobre la obra de Camilla Herculiana. Posteriormente, en el año 2016, junto con Sandra Plastina, publicó el libro Corrispondenze scientifiche tra Cinquecento e Seicento. Camilla Erculiani “Lettere di philosophia naturale” (1584). Margherita Sarrocchi “Lettere a Galilei” (1611-1612)2 (Carinci y Plastina, 2016). Una tesis de doctorado de Jelena Bakić3 (Bakić, 2017) titulada Women Authors and Paratext between the Two Shores of the Adriatic. Three Case Studies from the Sixteenth Century, completan por el momento los trabajos sobre Camilla Herculiana.
Nuestra intención al abordar este trabajo es contribuir con alguna reflexión y datos nuevos a destacar la importancia del ambiente en que se formó y desarrolló su trabajo Camilla Herculiana, que logró desafiar las dificultades para publicar su pensamiento sobre la formación del arco iris y el Diluvio Universal, temas de la filosofía natural, que habían despertado ya el interés de algunos pensadores. Y además lo escribió en italiano, que era otro desafío a la comunidad científica.
Camilla Herculiana nació en Padua en el siglo XVI, hija de Andrea Greghetti. Se formó como farmacéutica en la botica de su primer marido, Alovisio Stella, del que tuvo un hijo llamado Melchiorre o Marchioro. Se la conoce como Camilla Herculiani después de casarse con Giacomo Herculiani en 1573. Giacomo era también farmacéutico en otra botica y cuando murió el primer marido de Camilla pasó a trabajar en la “Tre stelle”4.
Camilla anuncia que no tiene formación ninguna: “È vero che si potranno molto maravigliar, ch’io senza veder libri, m’habbia posta a dar’ fuori queste quattro mal composte righe”5 (LPh, f.1v); pero esta era una fórmula habitual de falsa modestia, con la que las escritoras buscaban ser aceptadas en un mundo herméticamente cerrado. Eleonora Carinci sugiere que, como mínimo, en casa de su padre se le enseñó a leer y escribir, y recibió formación científica en la farmacia de su primer marido. Padua era en ese momento un centro científico y médico muy importante, debido a la presencia de la Universidad y del Orto Botanico, y las farmacias servían de lugar de encuentro de personajes ilustres, que debatían sobre todo tipo de conceptos científicos y filosóficos. Su trabajo en la farmacia le permitió entrar en contacto con ellos y aprender todo lo que allí se debatía. Por ello hay estudiosos que afirman que probablemente esta disculpa de su falta de conocimientos obedecería a una retórica propia de la sensibilidad misógina de la época, porque es difícil pensar que una persona pueda abordar una obra como la suya desde la más absoluta ignorancia.
Probablemente por su oficio de boticaria o especiera debió conocer al polaco Jan Januszowski (Kilianczyk-Zieba, 2019), que estudió en Padua durante los años 1575 y 1576. Era hijo de Lazarz Androsowicz. Nació en 1550 en Cracovia y en 1588, cuando fue ordenado caballero por el Rey Segismundo III, adoptó el pseudónimo de Jan Januszowski hasta su muerte en 1613. En 1577, después de la muerte de su padre, asumió la dirección de la imprenta familiar Lazarzowic y se dedicó a la edición de obras de tipo literario, científico y musical. Fue secretario real del rey Segismundo Augusto II y de los reyes de Polonia, Stefan Báthory y Anna Jagiellonka, última reina de la dinastía Jagellón, a quién Camilla Herculiana dedica su obra “alla Serenissima Regina di Polonia” (LPh f.1r) en 1584.
Este periodo de la cultura polaca ha sido considerado como un Siglo de Oro por el contacto, las influencias e intercambios de Polonia con el resto de Europa (Lenart, 2011). Este país disfrutó de unas condiciones de tolerancia excepcionales que propiciaron un gran desarrollo cultural y científico (Lenart, 2017). La coexistencia de varias religiones, como el luteranismo, la iglesia rusa ortodoxa, el calvinismo y el catolicismo, dio lugar al desarrollo de la imprenta y las escuelas como medios de propaganda de todas estas confesiones religiosas. En estos momentos se realizaron varias traducciones de la Biblia al polaco, como la edición de Jan Januszowski en 1599, traducida por Jakub Wujek.
La obra de Camilla Lettere di philosophia naturale, di Camilla Erculiana, speaciala alle tre stelle in Padoua fue publicada en Cracovia en la imprenta Lazarwic, nella stamperia di Lazaro, en 1584. Adopta la forma de un epistolario organizado en 4 cartas: las tres primeras datan de 1577 y la última de 1581. Las cartas de 1577 forman parte de una correspondencia con Georges Garnier (Giorgio Garnero), un médico belga nacido en el 1550, autor de la obra Liber de peste, quae grassata est Venetiis a. 15766. En las cartas discuten sobre la veracidad y las causas del Diluvio Universal7 (Benavent y Teodoro, 2008), así como sobre la naturaleza del hombre y la causa del arco iris. La última misiva está dirigida al Canciller de Transilvania Márton Berzeviczy8. El paso del canciller dejó constancia en los epistolarios latinos de Marc Antoine Muretus9, que había sido profesor en París, y maestro de Michel de Montaigne. Muret enseñó en Padua pero no llegó a hacerlo en Cracovia, a pesar de la insistencia del rey.
En la primera carta dirigida a Georges Garnier, Camilla abre un debate sobre el Diluvio Universal explicando su idea de que Dios mandó el diluvio porque había demasiadas personas en el mundo y longevas en exceso. Posteriormente habla de la naturaleza del hombre y de su alma y relaciona el equilibro de los elementos en el alma humana con el equilibro de los planetas, que representan estos elementos. Finalmente se despide de Garnier y hace referencia a su encuentro en Padua, lo que nos indica que se conocieron allí antes de agosto de 1577, año de datación de la carta. En la respuesta de Garnier, que data de septiembre del mismo año, empieza alabando el estudio de la filosofía, tanto por hombres como por mujeres, y no entiende cómo se tenía por algo “despreciable” en aquel momento. Asimismo, valora el estudio de Camilla Herculiana y que le escriba con sus pensamientos, defendiéndola con argumentos de pensadores como Lactancio:
(f.9r) ...Volevano, dico essi Stoici, che non solamente gl’homini si dessero a philosophare e contemplare le cose naturali, ma etiamdio volevano che tutte le loro donne facessero il simile, cosa in vero lotadissima da tutti i nostri maggiori, et hora da non so che raggione leggierissima e così odiata, e quasi dal mondo sbandita, non solamente dalle donne ma che è più da gl’huomini istessi e così sprezzata, tal che // (f.9v) par cosa vilissima il philosophare e sapere le cose naturale, il che non pur a i dotti e prudentissimi huomini, ma a Dio istesso grandemente spiace. Perché se tutti, o almeno una buona parte si dessero a philosophare et a cercare la sua natura e compositione, invero le città si componerebbono di sapienti e virtuosi (come diceva il divino Platone) e non de vitiosi e muri caduchi, come hora per tutto si vede. Però, chiarissima come madre sempre osservandissima, tanto più sono lodati quei pochi e pochissime donne, le quali con grand’ingegno, dedicandosi del tutto alle dottrine e scienze, affaticandosi (come dice Lattantio Firmiano nel primo libro delle Divine Institutioni, “Contra gentili” (cap. primo) con ogni suo potere, e sprezzando tutte le sue attioni e pubbliche e private solo per varcare nel studio della verità delle cose, credendo essi essere cosa assai più illustre investigare e saper la ragione delle cose humane e divine che d’acquistar ricchezze, honori et altre cose simili corrottibili e vane, tra i quali meritevolmente V. S. deve esser annumerata, per haver così a cuore le scienze e virtù, reputando lei tutte l’altre cose baie vane, e di nissun valore, fuorché saper le cose naturali.
Posteriormente discute sobre los temas que le propone Camilla en su misiva. La última carta de Camilla responde a esta segunda, y data de noviembre de ese año. En esta última sigue con el tema del Diluvio y sus causas y del arco iris, que vio Noé “qual gran’ philosopho et astrologo” (LPh, f.17r) después del Diluvio, lo que en la Biblia se indica como un pacto entre Dios y Noé para no volver a destruir el mundo. A continuación, explica las causas naturales de este fenómeno y cómo los colores del arco iris pueden anunciar las características meteorológicas del año entrante.
La última misiva está dirigida a Márton Berzeviczy, Canciller de Transilvania, en respuesta a una petición del Canciller para que le explicara su teoría sobre el diluvio. En esta carta Camilla aborda el Diluvio Universal, donde vuelve a exponer que se dio como consecuencia de la superpoblación del mundo. Para explicarlo cita el Génesis y expone que antes del diluvio las personas vivían cientos y cientos de años y habitaban en ella gigantes, y que eso impedía la conservación del mundo10, pero que no para destruirlo, sino que se trató solo de una inundación para reducir la población. Estas declaraciones sobre el Diluvio Universal le costaron ser interrogada por la Inquisición en 158411. Para apoyar su argumentación citaba a Alessandro Piccolomini “come benissimo dichiara Alesandro Piccolhomini nella seconda parte della sua philosophia naturale nel secondo libro”12 (LPh, f.21r) (Piccolomini, 1554), lo que contradice sus primeras declaraciones sobre su falta de cultura, como cuando cita, al final de la primera carta dirigida a Garnier, a Galeno: “M’affatico con il nostro Galeno” (LPh, f.8v), de quien nombra las obras Elementos, De li morbi vulgari, el cuarto libro de Método, “Delle differenze delle febbri”, Libro de cibis boni et mali, etc. Pero no solo. En esta obra Camilla Herculiana cita las obras de Aristóteles Meteora, Física, Anima13 y el VII libro de la Metafísica. Es también recordada la Historia Natural de Plinio, o Leucipo, Demócrito y los pitagóricos. De Lactancio menciona Divinae Instituciones14, y de Cicerón, Tusculanae Disputationes; Diodoro Sículo, el primer libro de Bibliotheca historica. Tampoco olvida a Zenón. Platón siempre es evocado con el apelativo de “il divino” (LPh, f.9v) y las referencias a la Biblia son constantes15.
Describe el arco iris como un fenómeno digno de observar por un filósofo y astrólogo como Noé para mostrar la disminución de la tierra “theologicamente e philosophicamente”. Está formado por varios colores: rojo, verde y blanco, y se debe a la sombra de la tierra, que llega a Venus y se pierde en Mercurio. No obstante, “fa bisogno ch’habbia piovuto, overo che voglia piovere, o che sia l’aria offoscata da le nebbie” (LPh, f.17v), que, al darles la luz del sol, generará una sombra que se verá en el lado opuesto al sol por eso “s’il sole farà in levante, l’ombra appare in ponente: e se à in ponente, l’ombra appare in levante” (LPh, f.17v), lo que explica que no se dé este fenómeno ni en verano ni cuando el Sol está en Capricornio, pues está demasiado alto o bajo para producir esta sombra. Además, tiene que generar una sombra curva, que llegue hasta Venus y se pierda en Mercurio. La forma piramidal de la sombra permite que se forme esta curva de colores.
Informa a los astrónomos que se puede adivinar cómo será el año en general según los colores que más destaquen en el arco iris. Cuando domina el blanco, habrá inundaciones y los hombres serán blandos; si prevalece el rojo, el verano será más caluroso y seco de lo normal y el invierno no tan frío, pero si el rojo domina en otoño, los hombres serán iracundos. Si domina el verde más que el blanco, entonces el año será bueno para frutas y cultivos, pacífico.
Actualmente el arco iris está muy estudiado y se describe como un sencillo efecto óptico. En este fenómeno sí intervienen el agua y la luz, como muy bien dice Camilla: los rayos de luz que atraviesan las gotas de lluvia o las gotas de agua de la niebla generan un efecto prisma. Este efecto fue demostrado por Issac Newton en 1665, quién probó que la luz blanca se descomponía en luces de colores al atravesar un cristal con forma de prisma. La luz blanca atraviesa el agua, que actúa como un cristal, y refracta la luz descomponiéndola en todas las luces que la forman: roja, naranja, amarilla, verde, azul y violeta. La teoría del arcoíris la desarrolló Antonius de Demini en 1611, pero la redefinió René Descartes en 1637, quien llegó a describir el ángulo exacto de incidencia de los rayos de luz en las gotas de agua que generan el efecto: 138 grados. Es interesante saber que la intensidad del color del arco iris en los extremos no se debe a la proximidad de estos a la tierra, sino al tamaño de las gotas de agua: cuanto más grandes son más intensidad de color refractan y las gotas más cercanas al suelo son más grandes porque se ven aplastadas por el aire al caer.
De la obra de Camilla Herculiana destaca la introducción, en la que se dirige a los lectores. El valor testimonial de su pensamiento nos anima a incluir en este artículo la edición de su nota introductoria, ya que en ella se contiene la imperiosa necesidad de expresarse y las dificultades que fue capaz de vencer. Ella es plenamente consciente de que en el tiempo en que vivió su trabajo no era propio de las mujeres, pero los cambios que se percibían la llevaban a “considerar la mutatione de tempi, e delli stati, e de gl’huomini, e con qual materia sian creati; trovarà che non è la donna priva di quelle providenze e virtù che si sian gl’huomini” (LPh, f.1v) como un anuncio de tiempos nuevos para las mujeres. Se lamenta de haber sido engañada y de que se apropiaran de su obra para publicarla con otro nombre, pero desconocemos quién pudo ser y bajo qué título y dónde se publicó. Lo que más le dolía de este asunto era que sus pensamientos no sirvieran para que se vieran las capacidades de las mujeres, “far conoscere il buon animo delle donne de nostri tempi” (LPh, f.1v). El impreso publicado en Polonia debió compensarla del disgusto.
Aunque fueran muchos los desconfiados, confiaba en los lectores inteligentes: “A gl’intelligente non parerà cosa fuori della verità” (LPh, f.17r). A pesar de las tareas de su condición de mujer “ancor ch’io habbia il travaglio d’allevar figlioli, il peso del governo della casa e l’obedienza del marito, e la mia complessione non troppo sana”, (LPh, f.1v) y de saber que muchos la vituperarían por haberse atrevido a escribir sobre filosofía natural, pues tomarían sus escritos como blasfemias, o como tarea vana o de poca estima por ser obra de mujer “per esser tenute tali le donne de nostri tempi”, reta a los caballeros a ir a buscarla a Padua con espadas, sabedora de que al menos los lectores inteligentes admirarían su voluntad y sus pensamientos. A todos desea que sean felices.
Veamos su nota introductoria a los lectores, según nuestra edición:
Parrà senza dubio maraviglia ad alcuno ch’io, donna, mi sia posta a scrivere e dare alla stampa cose che non s’appartengono (secondo l’uso de nostri tempi) a donna. (...) Parrà senza dubio difficile il provar questo ad alcuni, ma a gl’intelligenti non parerà cosa fuori della verità, e questo si darà in luce poco dappoi queste, secondo che mi parrà, che questo poche righe siano tenute et accettate con quel buon’ animo che io le dò in luce hora a voi; insieme darò con altre bellissime dechiarationi d’authori non molto facili ad interdersi. Né il far questo mi da noia ancor ch’io habbia il travaglio d’allevar figliuoli, il peso del governo della casa, e l’obedienza del marito, e la mia complessione non troppo sana, quanto mi da noia il conosce- // (f.2r)re che da molti velati da spirito maligno saranno queste mie fatiche, o scritti, biasimate, e tanto più saranno tenute vane e di poca stima, per esser tenute tali le donne de nostri tempi. Ma con tutto ciò non voglio restar d’affaticarmi per ricuperar in parte l’honor delle spensierate, e farò forsi una causa e svegliamento a gl’inteletti loro. E son sicura che s’attendessero a questo, non havriano ardire i cavallieri esterni di venir’ in questa inclita città di Padova e volere con spada e lanza provar e tassar noi d’imperfectione, oltreché son sicura che molti santi et intelligenti lettori di questa opera non si faranno beffe dell’inventione di quella et ammiraranno la volontà mia, insieme con il desiderio de i mieri pensieri. Vivete felici.
La recuperación de los opúsculos del siglo XVI revela un doble descubrimiento, gracias a la digitalización masiva y de acceso libre de los fondos de los archivos y bibliotecas europeos. Esta recuperación del patrimonio escrito hace emerger muchas obras breves, consideradas hasta ahora de escaso valor literario, y desvela también muchas obras escritas por mujeres de las que no se tenían noticias. Con toda seguridad fueron menospreciadas por ser opúsculos. Es el caso de Camilla Herculiana, Lettere di philosophia naturale, que aborda la difícil tarea de escribir sobre la filosofía natural en lengua vulgar en un mundo dominado por los hombres y en latín. La preparación de Camilla Herculiana era de alto nivel, como vemos en las fuentes que cita en su opúsculo. Su experiencia en el oficio de la farmacia le permitió formar parte de un círculo de intelectuales, miembros de una Universidad que reunía a profesores y estudiantes de toda Europa, con quienes mantuvo correspondencia. Su formación y el ambiente la determinaron a expresarse, y a hacerlo en el ámbito científico. Superó las dificultades de la Inquisición y del abuso de alguien que usurpó sus pensamientos, de quien no menciona el nombre, pero finalmente pudo publicar su obra en Polonia, un reino tolerante en el siglo XVI. El apoyo explícito de Garnier, y de Márton Berzeviczy, Canciller de Transilvania, y la determinación del impresor Jan Januszowski, con el privilegio concedido por la reina de Polonia Anna Jagiellonka, hicieron posible que sus esfuerzos fueran reconocidos. Aunque solo tenemos este testimonio en la imprenta del siglo XVI, es posible que no fuera el único y que entre los fondos manuscritos o impresos de las bibliotecas europeas puedan aparecer otras obras escritas por mujeres.
Referencias
Bakić, J., Defence from the Margin. Women Authors and Paratext between the Two Shores of the Adriatic. Three Case Studies from the Sixteenth Century. Porto, Universidade do Porto, 2017.
Benavent, J., Teodoro, J. L., De situ Paradisi, València, Institució Alfons el Magnànim, 2008.