Artículos de Investigación

La Capilla de San Nicolás Tolentino de la Ciudad de Taxco de Alarcón, Guerrero e Implicaciones de la Cosmovisión Prehispánica en su Emplazamiento

The San Nicolás Tolentino Chapel in the Taxco Alarcon city, Guerrero and implications of the pre-hispanic cosmovisión in its location

Darío Rodríguez Rodríguez
Escuela Superior de Diseño y Arquitectura, México

Pädi Boletín Científico de Ciencias Básicas e Ingenierías del ICBI

Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, México

ISSN-e: 2007-6363

Periodicidad: Semestral

vol. 6, núm. 12, 70-75, 2019

sitioweb@uaeh.edu.mx



Resumen: Este trabajo consiste en una investigación histórica y arquitectónica de la iglesia de San Nicolás Tolentino de la ciudad de Taxco de Alarcón estado de Guerrero, cuyo objetivo fue descubrir el contenido histórico y simbólico de tan singular monumento. Es una de tantas iglesias edificadas por los primeros evangelizadores de la región: los frailes mendicantes de la orden de San Francisco, llegados a Cuernavaca en 1525. Mismos que siguiendo las reglas de pobreza observadas por casi trescientos años, la fabricaron de una sola nave, con muros de mampostería de piedra asentada con lodo, a la manera prehispánica y con la techumbre de palma a dos aguas. Y a pesar de su marcada sencillez, bien se asemeja a un verdadero “palimpsesto”, donde se puede leer claramente, entre otras cosas, tres adaptaciones que a través de su historia se llevaron a efecto: la primera, cuya fábrica estuvo a cargo de los padres franciscanos en el siglo XVI, la segunda correspondiente al siglo XVIII, y la tercera a la segunda mitad del siglo XIX. En otro sentido, se puede decir que, la disposición geométrica de la planta arquitectónica del conjunto, obedeció a los cánones de proporcionalidad y simbolismo de las primeras iglesias de la cristiandad. No así su emplazamiento y orientación, pues esas características no parecen corresponder a las tradiciones propias europeas, sino más bien, a un contexto típico del “Paisaje Ritual Prehispánico”. Por lo tanto, es deseable, que el conocimiento de los atributos de la iglesia de San Nicolás Tolentino traídos a la luz ayuden a la justificación de su permanencia en un entorno urbano cada día más cambiante.

Palabras clave: Arquitectura franciscana del siglo XVI, Coloración regional, Simbolismo de la Geometría sagrada en las iglesias históricas, Paisaje ritual prehispánico.

Abstract: This work consists of a historical and architectural investigation of the church of San Nicolás Tolentino of the city of Taxco de Alarcón state of Guerrero, whose objective was to discover the historical and symbolic content of such a humble monument. It is one of the many churches built by the first evangelizers of the region: the mendicant friars of the order of San Francisco, they arrived in Cuernavaca in 1525. The same, following the rules of poverty observed for almost three hundred years, they made it from a single nave, with walls of stone masonry seated with mud, in the prehispanic way and with roof of palm to two waters. And despite its marked simplicity, it seems to be a true "palimpsest", where you can clearly read, among other things, three adaptations that through its history were carried out: The first whose factory was in charge by the parents Franciscans in the sixteenth century, the second corresponding to the eighteenth century, and the third to the second half of the nineteenth century. In another sense, it can be said that, the geometric arrangement of the architectural plan of the building, obeyed the canons of proportionality and symbolism of the first churches of Christianity. Not so its location and orientation, since these characteristics do not seem to correspond to the European own traditions, but rather, to a typical context of the "Pre-Hispanic Ritual Landscape". Therefore, it is desirable that knowledge of the attributes of the church of San Nicolás Tolentino brought to light, help to justify their permanence in an increasingly changing urban environment.

Keywords: Franciscan architecture of the 16th century, Regional coloration, Symbolism of sacred geometry in historic churches, Pre hispanic ritual landscape.

1. Introducción

Este trabajo consiste en una investigación histórica y arquitectónica de la iglesia de San Nicolás Tolentino de la ciudad de Taxco de Alarcón estado de Guerrero, cuyo objetivo fue descubrir el contenido histórico y simbólico de tan humilde monumento. Es una de muchas iglesias edificadas en la región por los primeros evangelizadores, los padres franciscanos llegados a Cuernavaca en 1525. Fabricada con muros de mampostería de piedra tipo laja asentada con lodo y con techumbre de palma a la manera prehispánica. No se mantuvo como originalmente se edificó, se fue modificando a través del tiempo según las necesidades espaciales del culto. Por tal motivo, se observar tres etapas en su construcción: la primera edificada por los franciscanos entre 1525 y 1530, la segunda, por su expresión estilística de la fachada principal, corresponde a finales del siglo XVIII. Y la tercera: reconstrucción y colocación del frontis clasicista, de acuerdo a ciertos documentos históricos, pertenece a la segunda mitad del siglo XIX. De gran ayuda resultó ser en el análisis arquitectónico el estudio de las proporciones para el fechamiento y definición de las etapas constructivas, pues se encontraron diferencias en la aplicación de la Geometría Sagrada, del siglo XVI con la del siglo XVIII.

Respecto al patrón de emplazamiento y orientación del inmueble no parecen corresponder a las tradiciones propias europeas, sino más bien, a un contexto típico del “Paisaje Ritual Prehispánico”.

2. Descripción

La iglesia de San Nicolás Tolentino se ubica en el centro de la ciudad de Taxco, en el barrio que lleva su nombre: “Barrio de San Nicolás”. Se construyó en una ladera, quedando su entrada principal al poniente, tocando una pequeña explanada que hoy es el Parque Vicente Guerrero. Es de una sola nave de planta rectangular, los muros formeros son muy gruesos y están recubiertos solamente por dentro. La cubierta es a dos aguas de madera y teja de barro, con un artesonado de duela por dentro para evitar la vista a las imperfecciones de la techumbre. Una torre campanario de planta cuadrada de dos cuerpos, se alinea a la fachada principal del lado norte. No tiene remate alguno, pues al parecer no fue terminada de construir. La fachada principal contiene una portada con jambas y un arco de medio punto de cantería rosa. La portada la completa un frontis compuesto por dos pilastras con bases y capiteles y sus respectivas cornisas que cierran el tímpano. Al centro de este, se inscribe un óculo mixtilíneo, y por encima coronando el frontis aparece un nicho vacío. El muro lo remata una moldura ondulante con sendas volutas en los extremos.

Iglesia de San Nicolás
Tolentino de la ciudad de Taxco de Alarcón Guerrero. Fotografía del autor,
2010.
Fig. 1
Iglesia de San Nicolás Tolentino de la ciudad de Taxco de Alarcón Guerrero. Fotografía del autor, 2010.

3. Antecedentes Históricos

No existe documento alguno que nos indique particularmente la antigüedad de la iglesia, se intuye que debido a la sencillez de la misma, así como la técnica utilizada en su construcción fue de las primeras edificadas en la región por los padres franciscanos cuyo arribo a Cuernavaca se llevó a cabo en 1525, según lo señala Fray Toribio de Benavente “Mololinia” en su obra Historia de los indios de la nueva España (Motolinia, 1967, op. cit., 82). Los cuales, siguiendo una tradición por trescientos años: la de evitar en lo posible el dispendio, las edificaron de piedra tipo laja asentada con lodo y las cubrieron con palma a la manera prehispánica. Vicente García Ros en su obra: Los franciscanos y la arquitectura, de San Francisco a la exclaustración, señala que era costumbre de ellos construir sus iglesias y conventos con los materiales y técnicas constructivas propias de los pueblos evangelizados. Que a dicha práctica se le llamó “Coloración regional”. Por tales razones se considera que la iglesia fue construida por dichos frailes, entre 1525 y 1530 (2000, 48).

Respecto a la iconografía de la iglesia San Nicolás Tolentino, no era un santo de la devoción de los franciscanos, pues éstos prefirieron a Santa María de la Asunción, San Miguel Arcángel, San Francisco de Asís entre otros. No se sabe claramente porque razón dentro de una zona eminentemente franciscana aparece una iglesia cuya advocación es un santo de preferencia netamente agustina. Por tal motivo se infiere que, en un principio, la iglesia fue portadora de otra advocación, propia de los padres franciscanos. El clero secular se estableció muy temprano en la región y desplazó a los mendicantes a otras latitudes. En 1530 ya había un cura en Taxco, o tal vez antes según lo señala José Enciso Contreras en su libro: Taxco en el siglo XVI, sociedad y normatividad en un real de minas novohispano (1999, 30 - 31). Sin embargo es posible que los misioneros: franciscanos y agustinos (órdenes religiosas evangelizadoras de la región de Guerrero) hayan seguido auxiliando en la atención espiritualmente de tantos pueblos de la Comarca de Taxco. En la Descripción del Arzobispado de México 1570, el padre Antonio Martínez cura de Noxtepec, pueblo cercano a la ciudad de Taxco informa que, un fraile agustino contemporáneo de él, construyo una ermita para suministrar los sacramentos a los indígenas del pueblo de Tetipac (1897, 125-126). Por la información que proporciona dicho cura es muy probable que ese fraile, de nombre Joan de la Peña, se haya hecho cargo de la capilla abandonada por los franciscanos 30 o 40 años atrás en Taxco. Y por lo tanto, dejado la huella de su estancia en la capilla con la escultura de San Nicolás Tolentino.

En el sotocoro, en el muro de la fachada principal, a la derecha y por dentro, aparece un letrero que dice: “Quemaron esta iglesia el miércoles 28 de octubre de 1863 y se bendijo el día 2 de enero 1887 y el lunes 3 del mismo, se cantó la 1ª misa a los 23 años dos meses 6 días”. Este acontecimiento lo documenta muy bien Manuel Toussaint, apoyado en una crónica del periódico “El monarca”, que publicaba Guillermo Prieto en San Luis Potosí acerca de la toma de Taxco por el General Porfirio Díaz. En el número 18 del 22 de noviembre de 1863 se lee lo siguiente:

En el año de 1863, a los 27 días del mes de octubre, se presentaron las fuerzas del señor General Don Porfirio Díaz y después de uno y medio días de ataques que riñeron las fuerzas que eran de 4,000 hombres con tres armas (de las tres armas quiso decir) contra 121 que había aquí, al mando del señor Comandante don Marcos Toledo, el cual capituló, y en su capitulación (a pesar de la capitulación, acaso quiso decir) se vio un saqueo general en todas las familias (sic, por casas); fue ultrajado el Sagrario con el sagrado depósito, se quemaron 105 casas, la iglesia de Ojeda y la de San Nicolás cuya imagen se quemó en su misma capilla… (Toussaint, 1931, 65).

No se tiene más información escrita relacionada con la capilla de San Nicolás Tolentino, la tradición dice que dicha capilla fue destinada para los oficios religiosos de la gente negra que trabajaba en las minas del lugar.

4. Análisis Arquitectónico

Constructivamente la iglesia presenta dos técnicas diferentes: los muros laterales y la fachada principal se edificaron con piedra tipo laja asentada con lodo, una técnica propia de los pueblos prehispánicos, no así los muros del presbiterio que fueron fabricados de mampostería de piedra y mezcla de cal y arena. En los muros formeros aparece un aumento de altura de mampostería. E Incrustado en el muro lateral norte del presbiterio se observa un contrafuerte que sugiere sostenía el muro testero de una iglesia primitiva (ver fig. 2).

Por su estilística de la fachada principal: una portada de cantería rosa es típica de las construidas por los franciscanos en el siglo XVI. El remate ondulante con volutas en sus extremos, el nicho vacío por encima de la entrada y el óculo mixtilíneo muestran una clara influencia del barroco de la iglesia de Santa Prisca, construida a mediados del siglo XVIII. Por tal motivo se infiere que por ese tiempo la iglesia fue ampliada y mejorada. No así el frontis clasicista que enmarca la portada, pues este fue agregado a finales del siglo XIX con la remodelación luego después de la quema de la iglesia. El canon geométrico utilizado en el trazo de la iglesia, es un sistema de medidas clasificado dentro de lo que se denomina “El conocimiento esotérico”, o sea: lo que no se ve según lo define Massimo Centini (El simbolismo esotérico, 2004, 9); es el conocimientos que solo es compartido por un grupo selecto de iniciados. En el trazo de iglesias y conventos en el siglo XVI en México, fue un aspecto de lo más importante a considerar en dichos edificios. Los frailes mendicantes fueron grandes conocedores de la Geometría Sagrada, cuyas relaciones pervivieron desde miles de años atrás. Sus antecedentes los encontramos en el libro del Éxodo de la Biblia, en las medidas dadas por Dios a Moisés en el desierto para la construcción del Arca de la Alianza y el Tabernáculo. Y mucho después para la edificación del Templo de Salomón. De la construcción del Arca de la Alianza Dios ordena a Moisés: “Harán un arca de madera de acacia, que tenga de longitud dos codos y medio, codo y medio de anchura y otro codo y medio de altura” (Éxodo 25, 10-20). Luego pues si a cada medio codo le damos el valor de la unidad, nos da un rectángulo 3x5. Este rectángulo guarda una relación estrecha con el triángulo rectángulo 3, 4, 5, consistente en la igualdad de su hipotenusa con el lado largo de dicho rectángulo.

El cual se construye abatiendo la hipotenusa como radio hasta cortar la prolongación de una paralela al lado 4 del triángulo, teniendo como separación el lado 3 y cerrando el rectángulo de un lado y otro (ver fig. 3). Por lo tanto, el punto de partida de la geometría sagrada cristiana es, sin lugar a dudas, el triángulo rectángulo 3, 4, 5.

Muro norte de la iglesia
de San Nicolás Tolentino. Al centro, del lado Izquierdo, aparece un
contrafuerte inmerso en el muro norte, mismo que sostenía al muro cabecero de
la iglesia primitiva. Fotografía del autor, 2012.
Fig. 2
Muro norte de la iglesia de San Nicolás Tolentino. Al centro, del lado Izquierdo, aparece un contrafuerte inmerso en el muro norte, mismo que sostenía al muro cabecero de la iglesia primitiva. Fotografía del autor, 2012.

Construcción del módulo
3x5 generado por el "Triángulo sagrado egipcio", de medidas 3, 4, 5.
Dibujo del autor.
Fig.3
Construcción del módulo 3x5 generado por el "Triángulo sagrado egipcio", de medidas 3, 4, 5. Dibujo del autor.

La pregunta obligadas no se hace esperar: ¿para que servían dichas relaciones? la propuesta tiene que ver con dos aspectos importantes: el estético y el simbólico religioso. El primero atiende netamente a la forma, a la belleza del edificio; la perfección arquitectónica como ideal. Según Manuel Acuña Bustamante en su obra Forma y espacio la proporción representa: la integración armoniosa de los distintos elementos que conforman una obra arquitectónica: la relación de las partes con el todo y el todo con las partes (Bustamante, 2007, 2). El segundo tiene que ver con el simbolismo propio de esas relaciones, que se fincan en cuestiones de protección al edificio; son una especie de escudo protector de las fuerzas del mal. Esas líneas relacionadas entre sí, a veces sugeridas por elementos arquitectónicos, vienen siendo un verdadero exorcismo; según lo señala Margarita Martínez del Sobral en su artículo: “La medalla de San Benito y el exorcismo en los monasterios y conventos medievales”, (1987, 19). Por lo tanto, ¿qué lugar más santo que la propia Arca de la Alianza? cuya función era guardar las tablas de la ley: la palabra de Dios. O sea que en ella habitaba el mismo Dios, pues el Evangelio de San Juan dice: “En el principio existía El Verbo y El verbo era Dios” (Juan, 1,1.). De donde, esas relaciones de medidas del Arca de la Alianza se reproducen en el trazo de iglesias y conventos con el objeto de evitar el ingreso del mal a esos lugares.

Izquierda, envolvente de
la planta arquitectónica del conjunto según aparecía en el siglo XVI.
Fig.4
Izquierda, envolvente de la planta arquitectónica del conjunto según aparecía en el siglo XVI.

La envolvente del conjunto actual: nave, presbiterio, sacristía y torre campanario; no corresponde con la Geometría Sagrada de iglesias y conventos del siglo XVI de México, corresponde más bien a un rectángulo raíz de dos, cuya generación es el resultado del abatimiento de la diagonal del cuadrado hasta cortar la prolongación de cualquiera de sus lados (ver figura 5). Este método se asocia más bien, a las composiciones arquitectónicas históricas donde el llamado “Número de oro” o “Sección aurea” son la base de todas las relaciones entre medidas, relaciones que se integran a la geometría de las iglesias cristianas en el Renacimiento, y sobre todo en la nueva Basílica de San Pedro en Roma.

Por lo tanto, por medio del análisis de las relaciones geométricas de la planta arquitectónica de la iglesia se demuestra la existencia de una iglesia primitiva construida por los primeros evangelizadores llegados a la región en 1525. Y por otro lado la modificación de la misma en el siglo XVIII cuando agrandaron la nave hacia atrás, aumentaron la altura de los muros formeros y le construyeron la torre campanario.

5. Emplazamiento

La ubicación de los centros de barrio de la ciudad de Taxco no obedeció a ningún tipo de planeación urbana. Más bien, a la llegada de los españoles al lugar, encontraron pequeñas concentraciones de población indígena (Descripción del Arzobispado, op. cit. 125-126) y seguramente esa población se asentó allí con la encomienda de dar servicio a los templos prehispánicos que subyacen en el lugar que ocupa actualmente el templo cristiano.

Estos asentamientos si bien obedecieron a una condición topográfica -pues Taxco se asienta en una ladera- en primera instancia, también es cierto que dichos espacios se construían en lugares específicos relacionados con el paisaje ritual:

Y así cortaron las encinas y árboles que estaban por allí, diciendo que habían hallado el lugar que sus dioses les habían señalado. Este lugar…[lo] tuvieron sus antepasados en mucha veneración, y dijeron que aquí fue el asiento de su dios Curicauere. Y decía el cazonci pasado que en este lugar, y no en otro ninguno, estaba la puerta del cielo por donde descendían y subían sus dioses. Y de continuo trajeron aquí sus ofrendas (Relación de Michoacán, 2003, 56).

El paisaje ritual prehispánico está asociado a los cerros que delimitan el horizonte y por lo tanto al elemento llamado altépetl, cuyo significado original es: “cerro con agua”, mismo que con el tiempo adquirió otra significación relacionada con el territorio (Territorialidad y paisaje en el altépetl del siglo XVI, 2006, 15). Por lo tanto, los centros de barrio de la ciudad de Taxco fueron los lugares señalados por los sacerdotes para edificar sus adoratorios.

En Guerrero por su complicada topografía, se puede decir que todos los pueblos de origen prehispánico evidencian lo que atinadamente señala Motolinia en relación a los conjuntos ceremoniales indígenas, dice que en lo mejor del pueblo -entendido como lo más plano- se construía un gran patio cuadrado, y en los lugares más importantes ese cuadrilátero era más grande cuando el poblado era mayor, y era menor en los pueblos pequeños (Motolinia, op. cit, 50).

La orientación de dichos templos, por lo regular era al poniente, Motolinia señala que a esa parte dejaban las gradas y subida (Ident.). Dice que dichos templos los había por todas partes, en los pueblos y en los barrios, y a cada cuarto de legua se encontraban, con uno o varios templos (Ibídem, 50-51).

Con la llegada de los españoles a la región la destrucción de los templos prehispánicos no se hizo esperar, Fray Juan de Torquemada en su crónica Monarquía indiana refiere muy bien la destrucción de los templos en Tlaxcala por los frailes franciscanos: “Lo primero que hicieron los frailes fue ponerle fuego al templo mayor, que era en quien todos los ciudadanos tenían puestos sus ojos...” (Torquemada, [1609], V, 1977, 82). Aunque dicha tarea, la emprendió Cortes desde su llegada a tierras mexicanas según lo narra Bernal Díaz del Castillo en su Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, a su llegada al poblado de Zempoala donde destruyó todos los ídolos y el templo; colocando en lo más alto de la pirámide una imagen de la Virgen y una cruz ( [1632], 1990, 131). Aunque después se prosiguió con la destrucción de una forma sistemática y por ley. Por tal motivo es lógico pensar que el templo prehispánico ubicado en el espacio que hoy ocupa la iglesia de San Nicolás Tolentino y el parque Vicente Guerrero, fue destruido por los frailes franciscanos llegados a la región en 1525. Y construyeron el nuevo templo, en el mismo lugar y con los mismos materiales producto de la demolición del templo anterior, conservando la orientación al poniente del templo prehispánico por coincidir con una tradición medieval europea de orientar las iglesias al poniente. De la cual, la Doctora Margarita Martinez del Sobral en su libro: Los conventos franciscanos poblanos y el número de oro, dice lo siguiente:

De los monasterios de occidente de los que se conocen planos y de las construcciones mismas, obtenemos una idea general del programa y función del monasterio. Sabemos que la orientación de la iglesia, de oriente a poniente, se remonta a una antigua costumbre de los primeros siglos de la cristianidad en que, para orar, se tornaba la persona hacia el oriente y no hacia jerusalem, como lo demuestran las iglesias sirias y palestinas de los siglos IV y VI. En la Anáfora Alejandrina de San Basilio, en la primitiva liturgia de Cesária, se establece este dialogo entre el diacono y el sacerdote:

D “Poneos de pie”

S “Ante ti asisten los ángeles y los arcángeles, los principados y potestades, los tronos, las dominaciones y las virtudes”.

D “Mirad al Oriente (1998, 27).

La Doctora señala que dicha costumbre parece tener su origen en el Evangelio de San Mateo, donde se lee: “…del oriente vendra el salvador para juzgar a vivos y muertos”. Sin embargo parece, que el evangelio no habla exactamente eso, más bien dice: “En realidad cuando venga el hijo del hombre, será como relámpago que parte del oriente y brilla hasta el poniente…” (Mateo 25,27).

Fray Juan de Torquemada, en su Historia Eclesiástica Indiana, refieren muy bien el porqué de la orientación de las iglesias al poniente, pues el cronista hace una apología de la orientación de los templos no solamente cristianos, sino de los templos griegos y romanos, y, desde luego de los templos cristianos encontró la misma justificación bíblica, del pasaje anterior del Evangelio (Torquemada, op. cit. V,III, 94- 96).

Las iglesias históricas de la región de Taxco en su gran mayoría están orientadas al poniente. Aunque no todas reúnen dicha condición, las que se orientan de manera diferente son casos excepcionales. Sin embargo la iglesia de San Nicolás Tolentino, si bien su eje longitudinal casi corresponde con el eje este- oeste astronómico, no precisamente su orientación se asocia a las razones antes expuestas. Según nuestras indagaciones, más bien obedece a razones de índole propias del paisaje ritual prehispánico. La iglesia se ubica en el cruce de dos ejes perpendiculares entre sí, trazados con rigurosa precisión y definidos por lugares de interés ritual prehispánico. El eje longitudinal con una distancia de 125.00 kilómetros y una dirección de 93.14O, lo determinan: al oriente un hermoso manantial situado al sur del estado de puebla, hoy convertido en un moderno balneario llamado “San Carlos”. Al poniente una cueva, la cueva de “Las Trojas” ubicada a trece kilómetros, sobre la carretera Taxco Ixcateopan de Cuauhtémoc, cerca del poblado de Chichila. Se esconde entre un peñasco por el cual baja un arroyo formando una serie de hermosa cascadas. Por lo tanto, su ingreso se torna complicado, y hay que hacer un buen rodeo para llegar a ella.

La cueva es una hendidura por debajo de una gran roca que se abre hacia el sur, aproximadamente cincuenta metros horizontalmente, con alturas variables de cero a quince metros. Su nombre se debe a la existencia de unos muros de piedra asentada con lodo, mismos que forman departamentos cuadrados y algunos de forma irregular, de origen prehispánico; ya en ruinas.

El eje transversal de la iglesia con una distancia de 153.00 kilómetros y un azimut de 183.14O, lo definen: al norte, un manantial ubicado cerca del poblado de Temoaya del Estado de México, a pocos kilómetros del Centro Ceremonial Otomí; y al sur, la iglesia de San José del poblado de Cuacoyula del Estado de Guerrero.

Pero ¿porque la iglesia de San Nicolás Tolentino la construyeron en el cruce de dichos ejes y alineada a los mismos? La respuesta viene siendo que si bien la orientación de la iglesia corresponde con la orientación del templo ceremonial prehispánico. Tal vez, al trazar la iglesia, por facilidad de trazo, los alarifes indígenas tomaron los hilos de la pirámide sin que los frailes se percataran que dichos hilos apuntaban a lugares de interés ritual prehispánico. O tal vez los albañiles indígenas le dieron esa orientación sin darlo a saber a los frailes. O bien, los frailes al percatarse que la orientación del templo indígena coincidía con la orientación de los templos cristianos lo permitieron.

Fray Juan de Torquemada, en su Historia Eclesiástica Indiana, refieren muy bien el porqué de la orientación de las iglesias al poniente, pues el cronista hace una apología de la orientación de los templos no solamente cristianos, sino de los templos griegos y romanos, y, desde luego de los templos cristianos encontró la misma justificación bíblica, del pasaje anterior del Evangelio (Torquemada, op. cit. V,III, 94- 96).

Las iglesias históricas de la región de Taxco en su gran mayoría están orientadas al poniente. Aunque no todas reúnen dicha condición, las que se orientan de manera diferente son casos excepcionales. Sin embargo la iglesia de San Nicolás Tolentino, si bien su eje longitudinal casi corresponde con el eje este- oeste astronómico, no precisamente su orientación se asocia a las razones antes expuestas. Según nuestras indagaciones, más bien obedece a razones de índole propias del paisaje ritual prehispánico. La iglesia se ubica en el cruce de dos ejes perpendiculares entre sí, trazados con rigurosa precisión y definidos por lugares de interés ritual prehispánico. El eje longitudinal con una distancia de 125.00 kilómetros y una dirección de 93.14O, lo determinan: al oriente un hermoso manantial situado al sur del estado de puebla, hoy convertido en un moderno balneario llamado “San Carlos”. Al poniente una cueva, la cueva de “Las Trojas” ubicada a trece kilómetros, sobre la carretera Taxco Ixcateopan de Cuauhtémoc, cerca del poblado de Chichila. Se esconde entre un peñasco por el cual baja un arroyo formando una serie de hermosa cascadas. Por lo tanto, su ingreso se torna complicado, y hay que hacer un buen rodeo para llegar a ella.

La cueva es una hendidura por debajo de una gran roca que se abre hacia el sur, aproximadamente cincuenta metros horizontalmente, con alturas variables de cero a quince metros. Su nombre se debe a la existencia de unos muros de piedra asentada con lodo, mismos que forman departamentos cuadrados y algunos de forma irregular, de origen prehispánico; ya en ruinas.

El eje transversal de la iglesia con una distancia de 153.00 kilómetros y un azimut de 183.14O, lo definen: al norte, un manantial ubicado cerca del poblado de Temoaya del Estado de México, a pocos kilómetros del Centro Ceremonial Otomí; y al sur, la iglesia de San José del poblado de Cuacoyula del Estado de Guerrero.

Pero ¿porque la iglesia de San Nicolás Tolentino la construyeron en el cruce de dichos ejes y alineada a los mismos? La respuesta viene siendo que si bien la orientación de la iglesia corresponde con la orientación del templo ceremonial prehispánico. Tal vez, al trazar la iglesia, por facilidad de trazo, los alarifes indígenas tomaron los hilos de la pirámide sin que los frailes se percataran que dichos hilos apuntaban a lugares de interés ritual prehispánico. O tal vez los albañiles indígenas le dieron esa orientación sin darlo a saber a los frailes. O bien, los frailes al percatarse que la orientación del templo indígena coincidía con la orientación de los templos cristianos lo permitieron.

De la señalización material de los ejes Motolinia señala que los templos indígenas: “…guardaban sus puertas a las calles y caminos principales, que todos los hacían que fuesen a dar al patio, y por honrar más sus templos sacaban los caminos muy derechos por cordel, de una y de dos leguas, que era cosa harto de ver desde lo alto del principal templo, como venían de todos los pueblos menores y barrios salían los caminos muy derechos e iban a dar al patio de los teucallis”( Motolinia, op. cit., p. 50). Probablemente estos caminos señalaban la direción de los ejes de las estructuras prehispánicas; ejes que correspondían a lugares de interés ritual.

Una pregunta es más que recurrente en el trancurso esta investigación: ¿cómo trazaron esas líneas en ocaciones de más de 100 kilómetros y con rigurosa prsición angular si en la actualidad, trazar con aparatos modernos una linea de tales dimenciones resulta complicado? Por tal motivo en este momento se puede considerar que la traza de dichas alineaciones hasta el día de hoy es un enigma.

Así tambien aflora otra duda: ¿para qué servían dichos ejes? Es bien sabido que para las culturas Mesoaméricanas, los cerros las cuevas y las fuentes de agua (componentes del altepetl), recibieron en la cosmovisión indígena una significativa importancia.

Interior de la cueva de “Las
trojas”. Se observan los muros de piedra
asentada con lodo, técnica propiamente prehispánica. Fotografía 2010.
Fig.5
Interior de la cueva de “Las trojas”. Se observan los muros de piedra asentada con lodo, técnica propiamente prehispánica. Fotografía 2010.

Ejes perpendiculares entre sí de origen prehispánico que cruzan la iglesia
de San Nicolás Tolentino, de la ciudad de Taxco Gro. Fotografía base: Google
earth 2011.
Fig. 6
Ejes perpendiculares entre sí de origen prehispánico que cruzan la iglesia de San Nicolás Tolentino, de la ciudad de Taxco Gro. Fotografía base: Google earth 2011.

6. Conclusiones

En conclusión la iglesia de San Nicolás Tolentino, de la ciudad de Taxco de Alarcón, estado de Guerrero,por las apresiaciones antes expresadas es considerado un templo construido en la primera mitad del siglo XVI. La sencillez de su construcción se debe a la forma de construir de los primeros evangelizadores, los franciscanos llegados a Cuernavaca en 1525. Por necesidad de espacio en el siglo XVIII fue agrandada hacia atrás, modificada la fachada principal y se aumentaron las alturas de los muros. Así tambien se retiró la techumbre a dos aguas de madera rolliza y, probablemente de palma o zacate. La techumbre de viguetas de madera cuadrada tambien se construyó en siglo XVIII, aunque se reconstruyó en el XIX.

Por las referencias de Fray Toribio de Benevente Motolinia se sabe que, “en lo mejor del pueblo” se construian los teocallis prehispánicos, por esa razón se infiere que el conjunto de la iglesia de De San Nicolás Tolentino y el parque Vicente Guerrero, ocupan el lugar de la plaza ceremonial prehispánica. Además, porque la iglesia la cruza un sistema de ejes perpendiculares cuyos objetivos son lugares de interes religioso; el eje longitudinal de la nave corresponde a una cueva con vestigios arqueológicos, la cueva de “La trojas”. Así tambien los extremos de los demás ejes, corresponden a lugares importantes de la cosmogonía indígean prehispánica ubicados a más de cien kilómetros. Estos ejes son propios de las estructuras religiosas prehispánicas. Por eso, la iglesia, tiene una implicación importante con el paisaje ritual prehispánico.

Sin embargo, la utilidad de dichos ejes sigue siendo un enigma, hipotéticamente, se puede decir que esas lineas eran “ejes reverenciales” que, cuando los nativos las cruzaban debían hacer una reverencia o sacrificio. Tal vez Motolinea se refiere a estos ejes cuando dice que “…por honrrar más a sus templos [los indígenas] sacaban los caminos muy derechos … de una y dos leguas…” (Motolinea op. cit 50-51).

Con la seguridad que los atributos traídos a la luz, le sumaran valor a la iglesia y recibirá el reconocimiento de apropiación de monumento histórico, sirva pues, este trabajo como ayuda para la permanencia de la misma, en un contexto urbano cada día más cambiante, en el entendido de que un monuento histórico, según lo define Carlos Chanfón Olmos en su obra Fundamentos teóricos de la restauración, tiene por finalidad: “proteger las fuentes objetivas de los conocimientos históricos…” (Chanfón, 1996, 107).

Referencias

Aveny, Anthony (1991), Observadores del cielo en el México antiguo, F. C. E. 1991, México. Babini Baan, Andrea (2005), Taxco de Alarcón, Universidad Autónoma de Guerrero, México. Benavente, Fray Toribio de (1996), Historia de los indios de la Nueva España, edit., Porrúa, México.

Babini Baan, Andrea (2005), Taxco de Alarcón, Universidad Autónoma de Guerrero, México.

Bustamante Acuña (2007), Manuel Forma y espacio, Universidad Iberoamericana, México.

Centini, Massimo (2004), El simbolismo esotérico, Editorial de Vecchi, Barcelona.

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