Presentación

El viaje, la investigación y el relato

GUSTAVO ABAD ORDÓÑEZ

Textos y Contextos

Universidad Central del Ecuador, Ecuador

ISSN: 1390-695X

ISSN-e: 2600-5735

Periodicidad: Semestral

núm. 19, 2019

textosycontextos@uce.edu.ec



DOI: https://doi.org/10.29166/tyc.v1i19.2081

Hace veinticinco años, Alessandro Baricco publicó una bella historia de humanismo liberador. Se titula Novecento, como el nombre de su personaje principal, un pianista que nació en un barco y nunca en su vida puso sus pies fuera de las maderas de aquel navío llamado Virginian. Novecento no tenía patria, ni dinero, ni documentos, ni la mínima intención de tenerlos. Nunca quiso descender en puerto alguno porque, en lugar de visitar el mundo, dejaba que el mundo lo visitara mediante los relatos que le contaban los viajeros entre Liverpool y Nueva York, entre Río de Janeiro y Génova. Así, se gastó sus días tocando el piano con un virtuosismo fuera de este mundo, y murió sobreuna carga de explosivos cuando las autoridades decidieron hundir en el océano la chatarra oxidada enque se había convertido el Virginian después de la guerra. Barico parece concentrar toda su sabiduríanarrativa en una sola frase, en boca del pianista, antes del final: “no estás jodido verdaderamente mientras tengas una buena historia a cuestas y alguien a quién contársela”.

En esta edición de Textos y Contextos refrendamos esa premisa y la ponemos al servicio de nuestro Tema Central denominado Dos décadas de procesos migratorios: tensiones y aprendizajes, que reúne varios textos acerca de una de las experiencias más profundas de las personas, como es la migración. Tenemos historias, pero también datos; testimonios y análisis; periodismo y literatura... El viaje permite narrar los hechos, la investigación ayuda a narrar el descubrimiento.

Las personas que emigran modifican no solo su vida sino también la de las sociedades que lasacogen, como nos cuenta el colectivo Corredores migratorios en un trabajo polifónico para este número. La transformación de la conciencia, que nunca ocurre sin una transformación del lenguaje, estambién una forma de migración, según propone Sofía Yánez. Desde su sensibilidad juvenil, Dachel García y Mariela Pozo recurren al testimonio como estrategia narrativa para contar una historia acercade la huida como único camino hacia la libertad. Más adelante, Gawel Walczak describe el trabajo deuna comunidad de migrantes ucranianos en Polonia y el modo en que sus miembros alcanzan un sitialpolítico a partir de la convulsión social en su país de origen. Y desde México, Hugo Martínez Montoyanos pone al tanto de la distancia que existe entre el ideal justiciero de las leyes referidas al desplazamiento forzado y su aplicación en la vida diaria.

La sección Enfoques se consolida en este número como un espacio de temáticas diversas, aunquesiempre relacionadas con la comunicación, la cultura y la política. Martha Rodríguez analiza al sujetoliterario transnacional en dos obras de Esteban Mayorga e identifica una mirada “bifocal” entre lo local y lo global. Sandra Carbajal, por su parte, pone la mira en dos temáticas insoslayables en lo social y potentes en lo literario: el exilio y la homosexualidad en una novela y un cuento de Eugenia Viteri. Y aquello que algunos llaman “patria” parece que no deja de ser una gastada pero vigente moneda política ydemagógica, como revela el estudio de María Elena Pérez respecto del uso de ese concepto en el régimencorreísta. Al final, Julio Carrión busca respuestas a la pregunta: ¿qué tipo de información consumenlos jóvenes universitarios de Quito y cómo la procesan? Los primeros datos son exploratorios, pero abren un campo de estudio al respecto.

Un saber narrativo y un saber investigativo se unen en esta edición no solo para conocer el mundo del otro, sino también para dejar que el otro ingrese al nuestro.

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