Introducción

El Decreto 1330 de 2019 del Ministerio de Educación Nacional “Por el cual se sustituye el Capítulo 2 y se suprime el Capítulo 7 del Título 3 de la Parte 5 del Libro 2 del Decreto 1075 de 2015

-Único Reglamentario del Sector Educación”, integra los resultados de aprendizaje (RA), como

un factor a tener en cuenta dentro de la cultura de autoevaluación, desde donde

se conciben como

las declaraciones expresas de lo que se espera que un estudiante conozca y evidencie durante su

proceso de formación. Según Ruiz y Moya (2020), los RA se definen como aquellas habilidades

medibles y conocimientos comprobables

que el estudiante adquiere o mejora durante su proceso

de formación; es decir, los enunciados acerca de lo que se espera que el estudiante sea capaz de

hacer,

comprender y demostrar. En el marco de los procesos de formación universitaria en el país, la definición y establecimiento de los RA de aprendizaje en los programas académicos no ha avanzado con la rapidez esperada, principalmente por la demora en los aspectos relacionados con la reglamentación práctica del Decreto 1330 de 2019, los nuevos lineamiento de acreditación y su oficialización desde el CESU, y

otros aspectos relacionados con el bajo número de expertos en el área y los retos que la apropiación e implementación de los RA suponen en los procesos curriculares y de conceptualización de los modelos pedagógico y de evaluación (Observatorio de la Universidad Colombiana, 2020), además de las dificultas procedimentales para su clara diferenciación con las competencias definidas para cada programa académico (Jerez, 2012). A pesar de los inconvenientes presentados, programas como el de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad de la Amazonía, que se encuentra actualmente en los trámites de solicitud de

su quinta acreditación de alta calidad, requieren del pronto y adecuado establecimiento de sus RA

como parte integran del proceso formativo, pues resulta importa señalar que a pesar de encontrarse

definidos principalmente como aspectos medibles en los estudiantes, su evaluación y seguimiento

suponen la revaloración continua de la labor del docente, pues los mismos pueden ser entendidos también como un indicador útil de la calidad de la actuación de los mismos (Jornet, González y Bakieva, 2012).

La construcción de los RA debe atender claramente al perfil del egresado del programa, así como a las competencias definidas para el mismos en el marco de las dinámicas de formación a lo largo de la vida, de manera que garanticen un ejercicio profesional responsable, claramente orientado desde el proceso formativo. Es por esto que la presente investigación tuvo como objetivo central analizar los insumos y proponer RA que respondan a las particularidades del programa de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad de la Amazonía.

METODOLOGÍA

La investigación fue desarrollada a partir del análisis de la normatividad vigente relacionada con RA del orden nacional e institucional, como mecanismo para establecer su clara definición, delimitación y proyección. Los conceptos principales en torno al tema de investigación, fueron estructurados mediante el uso de información referida o publicada, tanto en el marco normativo

anteriormente señalado, como por autores reconocidos en esta área. Y para la proyección de resultados de aprendizaje para el programa de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad de la

Amazonía, fueron revisados cada uno de los componentes establecidos en el Proyecto Educativo

del Programa, con particular atención al perfil del egresado y las competencias, últimas que fueron

producto de la discusión y concertación del colectivo docente, por lo que fue este mismo colectivo

el llamado a validar los RA propuestos, como fase final del proceso de investigación.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Los RA, se conciben como aquellas habilidades medibles y conocimientos comprobables en el estudiante, las declaraciones expresas de lo que se espera que conozca y evidencie durante su proceso

de formación (Ruiz y Moya, 2020; Decreto 1330 de 2019), es decir, las

declaraciones de lo que se

espera

que

un

estudiante

comprenda

y

sea capaz de hacer al final de un periodo de aprendizaje;

las cualidades evidentes y medibles de la interiorización y uso de los conocimientos adquiridos

por los estudiantes en contextos reales de su campo profesional, articulados con los objetivos de

formación (Noman-Acevedo, Daza-Orozco y Caro-Gómez, 2021), últimos que se consolidan en

las competencias definidas para cada programa académico.

A partir de lo anterior, resulta importante reconocer el perfil del egresado del programa académico de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad de la Amazonía, que fue establecido mediante el Acuerdo 163 del 2017 del Consejo de Facultad de Ciencias Agropecuarias “Por el cual

se deroga en todas sus partes el Acuerdo 176 del 04 de diciembre de 2012 y se adopta el nuevo Proyecto Educativo del Programa de Medicina Veterinaria y Zootecnia”, y reza:

“El Médico Veterinario Zootecnista de la Universidad de la Amazonía es un profesional integral formado con los más altos valores éticos, bioéticos, humanísticos,

científicos y tecnológicos, responsable con el ambiente y la sociedad, que domina los

principios de la producción, sanidad preventiva y curativa en animales domésticos y

silvestres, con un conocimiento amplio de la problemática regional amazónica.

Este profesional se encuentra preparado para emprender, liderar, planear, gestionar, ejecutar y optimizar proyectos de gestión e investigación para el desarrollo regional, nacional e internacional. Que identifica, caracteriza y propone alternativas de

solución a los diversos problemas de producción, manejo y sanidad que se presentan

en zonas tropicales de manera participativa con las comunidades humanas. Que for- mula, evalúa, desarrolla, asesora, diseña y mejora los sistemas de producción animal con el propósito de contribuir a la seguridad alimentaria, y la conservación y uso racional de ecosistemas. Que interpreta información, se integra a redes y utiliza adecuadamente tecnologías especializadas en el campo de la producción sostenible y la

sanidad animal” (p. 19).

A partir del postulado anterior, y con la participación del colectivo docente, fue posible extraer las habilidades proyectadas en los egresados, que son:

• Realiza su ejercicio profesional con los más altos valores éticos, bioéticos, humanísticos, científicos y tecnológicos, responsable con el ambiente y la sociedad.

• Domina los principios de la producción y la sanidad preventiva y curativa en animales domésticos y silvestres.

• Es capaz de emprender, liderar, planear, gestionar, ejecutar y optimizar proyectos de gestión e investigación para el desarrollo regional, nacional e internacional.

• Identifica, caracteriza y propone alternativas de solución a los diversos problemas de producción, manejo y sanidad que se presentan en zonas tropicales de manera participativa con las

comunidades humanas.

• Formula, evalúa, desarrolla, asesora, diseña y mejora los sistemas de producción animal con el propósito de contribuir a la seguridad alimentaria, y a la conservación y uso racional de los ecosistemas.

• Interpreta información, se integra a redes y utiliza adecuadamente tecnologías especializadas en el campo de la producción sostenible y la sanidad animal.

Resulta importante poner de relieve la necesaria articulación entre las competencias y el perfil del egresado, dado que este último deberá encontrarse necesariamente definido por las competencias, pues, según Tobón, entrevistado por Becerra y Ruiz (2010), las competencias permiten una efectiva inserción laboral de los egresados y garantizan su participación efectiva en empresas competitivas con el propósito de alcanzar el desarrollo por parte de los países, por lo que se espera que la educación contribuya a comprender y resolver los problemas sociales.

En consideración de lo anterior, una vez identificadas las habilidades señalas en el perfil del egresado, se procedió a realizar su análisis a la luz de las competencias del programa, que fueron también

establecidas por el Acuerdo 163 del 2017, anteriormente citado, y son:

• Prevenir, diagnosticar e intervenir terapéuticamente las enfermedades de los animales de forma oportuna y efectiva, manteniéndose alerta a los riesgos zoonóticos existentes, respetando las normas sanitarias vigentes.

• Organizar estrategias innovadoras para los sistemas sostenibles de producción, seleccionado con criterio de calidad, pertinencia y bienestar, las especies vegetales y animales requeridas en las empresas productivas en que se desempeñe.

• Tratar al animal como un ser vivo capaz de sentir dolor y sufrimiento, cuyo manejo es justificado por el bien común bajo criterios de bienestar animal

• Investigar problemas relacionados con su ejercicio profesional y siendo capaz de emprender sus procesos de formación continua en las diversas áreas de la Medicina Veterinaria y Zootecnia.

• Actuar profesional y conscientemente sobre la base de los lineamientos establecidos por el código deontológico y demás normas vinculadas con el Médico Veterinario Zootecnista, con actitud crítica, reflexiva y proactiva.

Al realizar el análisis comparativo entre competencias y las habilidades derivadas del perfil del egresado, puede evidenciarse la clara correlación o convergencia entre las mismas, lo que garantiza su definición como propósito de formación del programa académico (Tabla 1).

Tabla 1. Continuación.

En el proceso de análisis, tanto de las competencias como de las habilidades extraídas del perfil del egresado, se mantuvo, en término filosófico y procedimentales, la concepción del superior carácter que identifica a los seres humanos, y desde este referente, la indiscutible responsabilidad ética de los profesionales de la Medicina Veterinaria y Zootecnia, que los obliga, como lo indican Estrada y Luján (2013) “...a su continuo repensar, en el marco de desarrollos culturales más apropiados y respetuosos de los ambientes en los que habita y los seres con quienes se relaciona”, por lo que debe quedar permanente la idea de necedad de continuos replanteamientos sobre el contexto, es decir, el ideal de egresado y las habilidades requeridas para este momento puntual de tiempo, no podrán ser exactamente iguales que las de un futuro, producto de continuos cambios. Para el paso siguiente de definición de los RA a partir de las competencias, fue necesario desarrollar una clara diferenciación entre las mismas, pues como lo señala Jerez (2012), la literatura no es precisa en este aspecto, por lo que se procedió a reflexionar sobre la definición inicialmente planteada de RA y la propuesta para competencias, que según el análisis de diversas fuentes desarrollado por Pimentel y otros (2019), pueden definirse como “el conjunto de comportamientos so-cioafectivos y habilidades cognoscitivas, psicológicas, sensoriales y motoras que permiten llevar a cabo adecuadamente un desempeño, una función, una actividad o una tarea” (p. 39). El concepto puede ser ampliado a partir de la definición propuesta por Ramón y Vilchez (2019), que indica que las competencias son:“ Procesos generales contextualizados, referidos al desempeño de la persona dentro de una determinada Área del desarrollo humano. Son la orientación del desempeño humano hacia la idoneidad en la realización de actividades y resolución de problemas. Se apoyan en los indicadores de logro como una manera de ir estableciendo su formación en etapas. Las competencias se basan en indicadores de desempeño y estos corresponden a los indicadores de logro (criterios de desempeño y evidencias requeridas). Las competencias indican las metas por alcanzar en procesos pedagógicos asumidos en su integralidad, mientras que los estándares se refieren a metas específicas por lograr durante las fases de dicho proceso. Por ende, los estándares se establecen según la orientación de las competencias”. (p. 260)Como síntesis de lo anterior se establece que las competencias suponen la combinación de conocimientos, actitudes, aptitudes, destrezas y valores para el desarrollo de actividades específicas en un campo determinado, por lo que son medibles en el producto del proceso, es decir, en el graduado del programa, en confirmación de lo planteado por Ruiz y Moya (2020), que afirman que ” las competencias son adquiridas a largo plazo durante el proceso de aprendizaje, a partir los conocimientos, habilidades, valores y actitudes que va desarrollando el estudiante durante este proceso” (p.128). En consecuencia, las competencias pueden ser valorables en el profesional formado, mientras que los RA, corresponden a cada uno de los componentes evidenciables o verificables en cada una de las etapas de este proceso de formación. En síntesis, las competencias pueden entonces ser entendidas como el propósito final del proceso de formación, y los RA como la forma en que tales propósitos pretenden ser alcanzados o lo que Ramón y Vilchez (2019) denominan indicadores de logro o estándares. En consecuencia, las competencias pueden ser valoradas en el profesional formado, mientras que los RA corresponden a cada uno de los componentes evidenciables o verificables en cada una de las etapas de este proceso de formación; así las cosas, una competencia podría constituir uno o más RA. Esta definición de los RA ofrece coherencia con el currículo orientado por competencias, y valida los procesos de evaluación de los RA de los estudiantes, determinando objetivamente el nivel de alcance de las metas establecidas tanto al interior del programa académico, como en cada uno de los espacios académicos que conforman la estructura curricular; además, deben dar cuenta de la tridimensionalidad que sugiere el desarrollo de competencias: conceptual o del saber, que involucra conocimientos, conceptos y teorías; procedimental o del saber hacer, determinando habilidades Amazoníaprocedimentales y técnicas; y actitudinal o del saber ser, para lo relacionado con actitudes y valores (Centro de Desarrollo de la Docencia, 2015?, Fundación Universitaria Católica del Norte, 2011).Para la adecuada construcción de estos RA, Jerez (2012), propone una estructura compuesta por:• Un verbo presentado en presente simple, que en lo determine procesos de pensamiento com-plejo como: analiza, explica, modela, etc., teniendo en cuenta las competencias definidas para el programa académico o de curso.• El contenidodefinido como el área del conocimiento que pretende ser demostrado mediante la acción.• Y el contexto donde se determina el lugar y las condiciones en las que se realizará la acción, y es desde este desde donde se deberán definir las metodologías de evaluación.Tomando como referente el Centro de Desarrollo de la Docencia (2015?), la construcción de los RA debe tener en cuenta los siguientes pasos:1. Comenzar la formulación de cada RA con un verbo que denote acción.2. Utilizar sólo un verbo para cada RA.3. Evitar términos vagos o ambiguos.4. Evitar redacciones complicadas. En caso de ser necesario, utilizar más de una oración para clarificar.5. Asegurar que en su conjunto, los RA del espacio académico abarquen de manera total o par-cial, algunos de los resultados globales del programa6. La formulación de los RA debe permitir observar y cuantificar dichos resultados.7. Asegurarse que, de los RA elaborados, sea posible diseñar pautas y criterios claros de eva-luación, así como los tiempos necesarios para alcanzarlos.Para la identificación del verbo que denota la acción en la formulación de los RA se sugiere utili-zar, como herramienta didáctica, la taxonomía de Bloom revisada por Anderson, y Krathwohl (2001), citada por Conklin, J. (2005), principalmente para el campo de dominio cognitivo, que se divide en seis categorías jerarquizadas, cada una con un conjunto de verbos que la identifica (Tabla 2).

Tabla 2. Algunos verbos para las categorías del dominio cognitivo de la taxonomía de Boom revisada

De manera general, para los programas de pregrado en Colombia, se recomienda no proponer más de ocho competencias; definiendo de entre tres y cinco RA por espacio académico, de los que al menos uno debe corresponder al ser, desde donde se considera la capacidad de actuar como persona y actor social, con pensamiento autónomo y crítico (Galvis, 2017), es decir, que determine actitudes y valores.A partir de lo anterior, y nuevamente con la participación y concertación del colectivo docen-te, se propone para las competencias del programa, los siguientes RA (Tabla 3).

Tabla 3. Resultados de aprendizaje propuestos para el programa de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad de la Amazonía.

Una vez definidos los RA, para cada espacio académico deberán establecerse los mecanismos de evaluación de los mismos, con el fin de valorar su nivel de alcance. Estos mecanismos deben ser confiables, válidos y contar con impacto del proceso educativo (Cejas y Álvarez, 2006), y deberán definirse de acuerdo a la naturaleza del RA, pudiéndose utilizar conjuntamente varios métodos de avaluación, que deben contar con criterios claros y detallados (Aneca, 2013), presentados adecua-damente y en completitud en el acuerdo pedagógico establecido con cada grupo. A partir de lo anterior, y a manera de ejemplo, se presenta a continuación el proceso establecido para el espacio académico de Bienestar animal, del III semestre del programa de Medicina Veterinaria y Zootec-nia, de la Universidad de la Amazonía, de naturaleza teórico-práctica (Tabla 4).

Tabla 4. RA y procesos de evaluación para el espacio académico de Bienestar animal

Tabla 4. Continuación

CONCLUSIONES

Los RA deben ser construidos siguiendo metodologías organizadas, unificadas y participativas, en completa correlación con las competencias del programa y en orientación directa al propósito final de formación, es decir, el perfil de egresado que se pretende formar, por lo que previo al proceso de proyección de los RA, debe verificarse el nivel de correspondencia entre las competencias y el perfil del egresado, para lo que se debe extraer de este último las habilidades específicas.

A partir de las competencias establecidas para el programa académico de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad de la Amazonía, se proponen los siguientes RA:

• Propone estrategias, mecanismos y procedimientos oportunos y efectivos de prevención y manejo de alteraciones físicas y conductuales para los animales bajo su cuidado• Elabora estrategias creativas, participativas, innovadoras, humanitarias y viables para el desarrollo sostenible en las producciones a su cargo.

• Justifica el uso de los animales, asumiéndolos como seres vivos capaces de sentir dolor y sufrimiento.

• Planifica en forma permanente su capacitación en campos específicos del conocimiento como fundamento de la práctica.

• Siguiere soluciones para los problemas relacionados con su ejercicio profesional• Desarrolla, en todas las actividades de su proceso de formación, los lineamientos establecidos por el código deontológico y demás normas vinculadas con el ejercicio de la Medicina Veterinaria y Zootecnia.

• Genera continuamente espacios de discusión, debate y toma de decisiones en el marco del respeto, la compasión y la solidaridad

Referencias Bibliográficas

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