Dossier
Recepción: 02 septiembre 2024
Aprobación: 05 octubre 2024
Resumen: Este trabajo aborda las trayectorias personales y académicas de investigadores en la provincia de Jujuy, a partir de entrevistas biográficas. Desde un enfoque cualitativo con estudio de caso, se busca comprender las dinámicas familiares, de formación, docencia y labor científica de doctores en un contexto regional específico. La información obtenida se examina a la luz de los Estudios Sociales de Ciencia y Tecnología, así como de educación superior universitaria. Se realizó un análisis de progreso (descubrimiento, codificación y relativización) que reveló un panorama complejo donde convergen factores personales, institucionales y estructurales que moldean el desarrollo de la carrera científica. Como conclusión se ofrecen valiosas perspectivas sobre las modalidades de formación, producción y circulación del conocimiento en las últimas décadas en el noroeste argentino.
Palabras clave: Jujuy, trayectoria, doctores, investigación, universidad.
Abstract: This work addresses the personal and academic trajectories of researchers in the province of Jujuy, based on biographical interviews. This qualitative study with a case study seeks to understand the dynamics of training, research and scientific production in a specific regional context. The information obtained is examined in light of Latin American theories and studies on higher education, academic trajectories and scientific production. The analysis reveals a complex panorama where personal, institutional and structural factors converge that shape the development of a scientific career. In conclusion, valuable perspectives are offered on the modalities of training, production and circulation of knowledge in recent decades in northwest Argentina.
Keywords: Jujuy, career, doctors, research, university.
1. Introducción
Este artículo se desarrolla en el marco del PISAC 2022.[1] La red de investigadores participantes del proyecto estuvo compuesta por un total de 12 nodos, localizados en distintas provincias del país. Los mismos están distribuidos entre las 7 regiones académicas (Cuyo, Patagonia, Noroeste, Centro, Gran Buenos Aires, Noroeste/Litoral, Pampeana).
El objetivo general de este proyecto fue: (re)conocer y analizar la heterogénea dinámica del desarrollo CTI en el país y diseñar una cartografía integral y federal de la situación focalizando en ciertas zonas que tradicionalmente han sido consideradas “periféricas” (una suerte de “periferia dentro de la periferia”) en relación a los procesos de producción, circulación y visibilización del conocimiento. Para avanzar en esta dirección, se efectuó un relevamiento en tres niveles básicos de análisis: las políticas de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI), las instituciones del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCTI) y las trayectorias académicas de las personas. Se realizaron 56 entrevistas en profundidad y biográficas (8 por región), distribuidas entre los nodos participantes.
El presente trabajo expone algunos avances y hallazgos en torno al análisis de las experiencias de investigadores que llevan adelante las actividades de CTI en el nodo Jujuy (región noroeste). En cuanto a las características de las entrevistas analizadas, se trata de 4 casos (2 mujeres y 2 varones) de edades entre los 55 y los 65 años, casados/as y con hijos/as, y cuyas áreas disciplinares son: Biología, Geología, Tecnología e Historia. Se tratan de trayectorias amplias en las que se conjugan sus deseos y expectativas con las posibilidades de concretarlas derivadas no solo de sus capacidades y esfuerzos sino también de los múltiples contextos que atraviesan.
De las 13 categorías que se indagaron en el cuestionario inicial,[2] en esta ocasión, hacemos foco en las siguientes: situación personal y familiar; formación de grado y posgrado; actividad docente y de investigación; formación de recursos humanos; vinculación con organismos científico-tecnológicos; transferencia de conocimientos científicos y tecnológicos; y producción científica.
El análisis de las entrevistas permitió construir algunas tramas de sentido en la confrontación y articulación de todas esas experiencias. Nuestro propósito es poner en diálogo estas trayectorias particulares pudiendo extraer de ellas tanto puntos de encuentro como asimetrías que nos permitan identificar la pertinencia de la implementación de políticas CTI que puedan contener, prevenir o regular estas realidades.
Es en el relato de los sentidos e implicancias de sus estudios y el desarrollo de su profesión junto a la identificación de dificultades o facilidades en sus trayectorias, donde emergen aspectos que nos permiten adentrarnos en las cuestiones que hacen de lo biográfico una riqueza a considerar, dejándonos ver en la subjetivación los diferenciales o denominadores comunes entre cada uno/a de ellos/as.
En este sentido, cabe resaltar que en la provincia de Jujuy las carreras de doctorado fueron creadas recientemente (2010 en adelante), y el aumento de la cantidad de investigadores en organismos de Ciencia y Tecnología (CyT) que presentan formación doctoral se ha triplicado en la última década. Estas circunstancias están vinculadas a políticas universitarias y de CyT que han buscado promover la formación de doctores específicamente en esta provincia fronteriza.
2. Antecedentes teórico-empíricos
Los estudios que se vienen realizando en el marco de las trayectorias de doctores presentan múltiples abordajes y perspectivas teóricas-disciplinares. Una primera línea profundiza en las trayectorias de doctores a través de diversos indicadores sobre formación, localización, inserción laboral, entre otros; los cuales explican otras problemáticas como la evolución de los indicadores de egresados de carreras doctorales, así como la concentración de los recursos en zonas metropolitanas, la movilidad de los investigadores en el territorio nacional o internacional. Estas investigaciones realizan un análisis cuanitativo con empleo de datos estadísticos proporcionados por organismos nacionales y bases de datos de elaboración propia. En este punto se destacan investigaciones como las de Gallardo (2015); Tovar (2019); Emiliozzi (2020) Zeitlin (2021); Unzué y Emiliozzi (2021).
Algunos puntos que se destacan de los estudios son, por ejemplo, el análisis que efectúa Emiliozzi (2020) del perfil sociodemográfico y las trayectorias formativas de los titulados de doctorado en Ciencias Sociales graduados en Argentina entre el año 2003 y 2019. El autor proporciona indicadores que evidencian el aumento de doctores en el país, analiza con detenimiento cuales han sido los posgrados cursados por los doctores, procedencia institucional de estos graduados, área a la cual pertenece, edad, obtención de becas, años de tránsito en el doctorado.
La investigación de Gallardo (2015) analiza la relación entre las trayectorias de formación y la inserción institucional de los investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) en el país, como aporte se señala la escasa movilidad interinstitucional e interregional. Las dos universidades nacionales de mayor tamaño -la de Buenos Aires (UBA) y la de La Plata (UNLP)- fueron las principales instituciones de formación de los futuros investigadores del CONICET, y en general se corresponde el peso de las universidades de cada región en la formación con la proporción de investigadores por región. En “las regiones con débil tradición institucional y acumulación de capacidades de investigación -el Noreste y la Patagonia- la porción de investigadores que completa su circuito formativo/laboral dentro de la misma región es claramente minoritaria” (Gallardo, 2015, p.135). En cuanto al lugar de inserción laboral por área disciplinar, en el caso de las ciencias sociales se identificó que, si se considera la región donde el investigador obtuvo su título de grado, es muy alto el porcentaje que se insertó como investigador en la misma región. “Esto es particularmente válido para las regiones Cuyo, Metropolitana, Noreste y Noroeste” (Gallardo, 2015, p.138).
Otra línea de trabajos aborda las trayectorias de doctores y su relación con el crecimiento y expansión de las carreras de posgrado en Argentina (Chiroleu, Suasnabar y Rovelli, 2012; Unzué y Rovelli, 2017; Lamfri, Araujo, y Aguilar, 2021). Un aporte significativo es el de Jeppesen y otros (2016) quien advierte que, en los últimos años, se ha observado un crecimiento significativo en la oferta de programas de doctorado en Argentina. La autora detalla cómo la cantidad de doctorados registrados ha experimentado un incremento considerable, pasando de 244 programas en 1994, a 306 en 2003, y alcanzando los 394 en 2013. Según datos de la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU), para el año 2023, la oferta formativa en el país cuenta con un total de 529 programas doctorales acreditados. Este crecimiento es un reflejo de un fenómeno global en el cual el desarrollo de los posgrados de tinte académico va asociado a otro proceso como la “profesionalización” de las actividades de investigación.
Entre los antecedentes locales, se recupera el trabajo de Gutierrez (2021) sobre la conformación de espacios académicos para la formación en investigación en el área de ciencias sociales de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales (FHyCS) de la Universidad Nacional de Jujuy (UNJu); que dio cuenta de los factores que potencian la formación en los contextos locales. Los cuales se asocian a las tradiciones y legados disciplinares presentes en las relaciones sociales entabladas, las prácticas de la cultura académica, las habilidades, los saberes y el quehacer que se reprodujeron al interior de las disciplinas, así como las dinámicas de movilidad parcial efectuada por investigadores para la formación de posgrado en universidades localizadas en áreas metropolitanas del territorio argentino. También se identificó que la formación doctoral de múltiples investigadores localizados en Jujuy se desarrolló en el marco de políticas financiadas por organismos como CONICET o la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCYT), lo que da cuenta de la centralidad y presencia de estos en las Universidades Nacionales para la promoción de la formación en investigación.
Otro antecedente local es el de Bernasconi, González, y Scalone (2023) quienes advierten que en Jujuy existe un desequilibrio en la distribución de becarios/as e investigadores/as de CONICET por áreas de conocimiento, frente a un arreglo más armónico en los totales nacionales. La principal disciplina de trabajo es la de Humanidades y Ciencias Sociales, aunque en el área de Tecnología la provincia se encuentra por encima de los niveles medios de Argentina.
3. El escenario jujeño
Argentina se caracteriza por una distribución desigual de científicos en todos los campos y las regiones, la lógica del sistema estimula la concentración de investigadores en las universidades de larga tradición académica, ubicadas en el centro del país (Oteiza, 1992). La provincia de Jujuy no escapa a esta problemática, el desarrollo de la educación superior universitaria se remonta al año 1973 con la creación de la UNJu. En un periodo de expansión del sistema universitario argentino que buscaba descentralizar la educación superior y fomentar el desarrollo regional, el cual se reconoce como la primera ola de expansión que se dio entre los años de 1960 y 1970. Esta primera ola de expansión fue impulsada por el Plan Taquini que resultó en la creación de 19 universidades públicas (Abdala, 2021). Con esto se buscó descentralizar la educación superior, llevando instituciones educativas a regiones previamente desatendidas, y marcó un cambio en la distribución geográfica de las universidades en Argentina.
La UNJu se originó a partir de la integración de varias instituciones preexistentes en la región, como el Instituto Superior de Ciencias Económicas, la Escuela de Minas, el Instituto de Biología de la Altura y el Instituto de Geología y Minería, entre otros. Esta institución ha experimentado un crecimiento sostenido desde su creación, ampliando su oferta académica y desarrollando una infraestructura que le ha permitido consolidarse como una institución clave en la región (Lagos, 2017). Durante la década de 1980, con el retorno de la democracia, la UNJu vivió un proceso de normalización y democratización que fortaleció su gobierno universitario y amplió su oferta educativa.
La investigación en la UNJu ha estado históricamente vinculada a las necesidades regionales, abordando temáticas relacionadas con la agricultura, la minería, la salud pública, y la conservación del medio ambiente, entre otras. Desde sus primeros años, la universidad contó con centros de investigación clave, como el Instituto de Biología de la Altura, que continuó el legado de la Misión de Estudios de Patología Regional Argentina (MEPRA), fundada por Salvador Mazza en la década de 1920.
El Programa de Incentivos para Docentes-Investigadores, implementado en la década de 1990, fue un hito importante que permitió incrementar la cantidad de proyectos de investigación y fomentar la actividad científica dentro de la universidad. A pesar de las dificultades económicas derivadas de las políticas neoliberales, la UNJu logró expandir su matrícula y duplicar su oferta académica, además de fortalecer sus actividades de investigación. Este periodo también fue significativo para la consolidación del perfil de docente-investigador en la universidad, impulsado por programas de incentivos que promovieron la investigación científica como una actividad central en la vida universitaria.
En el siglo XXI, la UNJu ha continuado consolidando su capacidad investigativa, ampliando la cantidad de becarios e investigadores de organismos como CONICET. En los últimos años, “la provincia de Jujuy se encuentra entre las diez provincias argentinas con mayor cantidad de organismos de CONICET relativizados por su respectiva población, ya que cuenta con 5 Unidades Ejecutoras” (Bernasconi, M. González, N. y Scalone, L, 2023, p. 13). En el año 2020, en la provincia de Jujuy se localizaban 68 investigadores, 81 becarios doctorales y 44 becarios posdoctorales (Tabla 1).
Este crecimiento también ha sido acompañado por la creación de nuevas carreras de posgrado, que han facilitado la formación avanzada de los investigadores dentro de la misma institución. En 2024, la UNJu incluye en su oferta académica 37 carreras de posgrado distribuidas en sus unidades académicas (6 doctorados, 10 maestrías y 12 especializaciones).
La combinación de estos factores ha permitido que la UNJu se convierta en un referente en la investigación científica en el noroeste argentino, con un enfoque particular en problemáticas locales y regionales. El desarrollo de la investigación también ha tenido un impacto significativo en la sociedad jujeña. A través de proyectos de vinculación tecnológica y programas de extensión, la universidad ha transferido conocimiento y tecnologías a distintos sectores productivos, contribuyendo al desarrollo económico y social de la región.
4. Estrategia metodológica
Uno de los objetivos específicos establecidos en el PISAC 2022 "Mapeando la heterogeneidad estructural y capacidades diferenciales de producción y circulación de conocimientos en Argentina (2022-2024): fortalecimiento CTI, con enfoque federal, multidisciplinar y de género" fue: "Examinar la configuración de trayectorias de docentes investigadores, a fin de conocer los estilos de producción y modos de circulación del conocimiento CTI de docentes-investigadores/as de las universidades seleccionadas, teniendo en cuenta las asimetrías de género, generacionales, disciplinares y de articulación con otros organismos CTI, además de las propiamente territoriales" (Algañaraz, 2022).
En este nivel de análisis, se desarrollaron entrevistas en profundidad y biográficas, distribuidas entre los nodos participantes de la investigación. Para ello se trabajó con estudios de caso únicos (Yin, 1989) y biográficos que incorporen las problemáticas atravesadas por los/as académicos/as de la región. Cabe agregar que, el estudio de caso aborda los fenómenos de investigación en sus escenarios concretos de acontecimiento, de forma holística y contextual captando la complejidad propia de la vida social y recuperando la presencia, el papel y el significado de los actores en el desenvolvimiento de los procesos sociales. El caso o los casos de un estudio, pueden estar constituidos por un hecho, un grupo, una institución, un proceso social, o una situación o escenario específico, construido a partir de un determinado recorte empírico y conceptual de la realidad social, que conforma un tema y/o problema de investigación (Neiman y Quaranta, 2007). La delimitación de los casos se ha tomado teniendo en cuenta: a) la importancia de recuperar las particularidades geográficas, b) el género de los/as agentes, y c) la filiación institucional y procedencia disciplinar de aquellos/as.
En este artículo, se abordan los cuatro casos correspondientes al nodo Jujuy (región noroeste). La metodología empleada para su análisis fue cualitativa. A través de ella, se pretendió alcanzar niveles de comprensión profunda de los procesos analizados, recuperando la voz de los sujetos, de los protagonistas, las percepciones y representaciones que tienen en torno a sus prácticas. Erickson (1989) afirma que desde esta perspectiva se busca comprender los fenómenos dentro del contexto en el que se producen. Por lo tanto, los discursos y percepciones de los actores no pueden ser analizados e interpretados fuera de las relaciones sociales, históricas y culturales que los determinan.
El análisis se realizó siguiendo las recomendaciones de Taylor y Bogdan (1994), quienes consideran que el objetivo central del análisis es dar sentido a los datos descriptivos recogidos mediante métodos de investigación cualitativa y desarrollar una comprensión profunda de los escenarios o personas estudiadas. Se desarrolló un análisis de progreso, basado en tres momentos: descubrimiento, codificación y relativización.
En este marco, la noción de trayectoria resulta de vital importancia, pues permitió articular en el análisis a la dimensión subjetiva de los actores (expectativas, valoraciones, elecciones) junto a los elementos contextuales en los cuales se desarrollan sus itinerarios personales. Según De Venanzi (1990), las trayectorias devienen de un complejo entramado de factores cuyos antecedentes no comienzan con el ingreso formal al campo, sino que se elaboran antes y por la acción de otros varios elementos.
Al hablar de trayectorias académicas, entonces, no se pretende hacer referencia a eventos académicos aislados, expresados en logros objetivos visibilizados en los currículums de los investigadores. Por el contrario, se alude al tránsito que atraviesan en los diferentes niveles académicos, en interacción con el poder institucional local que regula normativamente las dinámicas relacionales de sus agentes.
5. Estudio de itinerarios biográficos y académicos
5.1. Dinámica familiar
El análisis de las trayectorias académicas de los investigadores de Jujuy revela la profunda influencia del contexto familiar en el desarrollo profesional. Tenti Fanfani (2004), en su estudio sobre la sociología de la educación en Argentina, destaca cómo el capital cultural familiar juega un papel crucial en el éxito académico. El autor argumenta que las familias transmiten no solo conocimientos, sino también disposiciones y estrategias que facilitan el desempeño en el sistema educativo. Asimismo, destaca que las familias con recursos económicos limitados, pero con una sólida ética de trabajo y aspiraciones de movilidad social, pueden compensar la falta de capital económico con un capital social y cultural elevado.
La familia de origen (y clase social) de los investigadores, desempeña un rol crucial en las oportunidades y desafíos que enfrentan en su desarrollo académico y profesional. Así se observa que, la presencia de padres con roles profesionales en la educación y en el sector público parece haber influido positivamente en la valoración del conocimiento y el desarrollo académico. En entornos donde la educación era una prioridad, se observa una tendencia a que los hijos sigan caminos similares, impulsados por el ejemplo y el apoyo familiar. Es el caso de una de las investigadoras (E4),[3] con un padre médico y una madre profesora, donde se observa una influencia directa de la educación en el hogar. De este modo, se benefició de un ambiente familiar que valoraba tanto la ciencia como la educación, lo que puede haber facilitado su camino hacia el ámbito académico.
De manera distinta, aquellos investigadores provenientes de clases medias bajas han enfrentado limitaciones económicas, sin embargo, han utilizado la educación como una herramienta para la movilidad social ascendente. Crecer en familias con recursos limitados, pero con una fuerte ética de trabajo y valores de superación personal ha promovido en los investigadores un sentido de resiliencia y determinación que les permitió sortear barreras económicas y sociales para alcanzar sus objetivos académicos. Es el caso de un investigador (E2),[4] con una madre ama de casa y un padre empleado que, a pesar de provenir de un entorno de clase media baja, su trayectoria sugiere que logró superar los desafíos adicionales para acceder a recursos educativos de calidad.
Otro de los puntos sobre los que se indaga en el estudio, es cómo está conformada actualmente la familia del investigador. El apoyo de la pareja y la red familiar es esencial para la estabilidad emocional y el éxito profesional, como lo discuten Wainerman y Gherardi (2007). Al respecto, los/as cuatro entrevistados/as mencionan la importancia de una organización cuidadosa de los horarios y la distribución de las responsabilidades familiares para poder dedicarse plenamente a su trabajo académico. La colaboración y comprensión dentro del núcleo familiar les han permitido gestionar mejor las demandas de su vida profesional, lo que refuerza la idea de que la familia no solo es una fuente de apoyo emocional, sino también un factor estructurante que posibilita la continuidad y el avance en las carreras académicas. La planificación familiar fue indispensable para acompañar el proceso de cursado, por ejemplo, de carreras de doctorado, en uno de los casos se menciona como esta instancia formativa requirió de una migración parcial a otro país de todo el grupo familiar.
También, la maternidad aparece como una categoría crucial que muestra diferencias en la planificación y el impacto en las carreras de los investigadores. Nieves Rico (2008), argumenta que la maternidad impone una serie de desafíos específicos para las mujeres en el ámbito laboral, incluidos los esfuerzos por equilibrar las responsabilidades de cuidado con las demandas profesionales. Asimismo, estudios como el de Torrado (1993), demuestran que las mujeres enfrentan una penalización en sus carreras debido a las responsabilidades de cuidado, un fenómeno conocido como “techo de cristal”. Esto se manifiesta en la dificultad para acceder a posiciones de mayor responsabilidad y en la necesidad de realizar sacrificios personales para mantener el equilibrio entre el trabajo y la familia. Este equilibrio es particularmente difícil en el contexto académico, donde se espera un alto nivel de dedicación y productividad.
Por su parte, Chiroleu (2018) en su análisis sobre la educación superior en Argentina, aborda específicamente los desafíos que enfrentan las mujeres en el ámbito académico. En este sentido, señala cómo las responsabilidades familiares, especialmente la maternidad, pueden impactar negativamente en la progresión de las carreras académicas de las mujeres, un fenómeno observable, especialmente, en las experiencias de las investigadoras entrevistadas. Ellas destacan, cómo las tareas de cuidado han influido significativamente en su capacidad para dedicarse a su trabajo de manera continua y sin interrupciones:
“El cuidado de mis hijas influyó bastante en el tiempo que podía dedicarle a la investigación. Cuando eran pequeñas, tuve la suerte de tener los dos primeros años a mi mamá que me asistía, pero a veces se me hacía difícil, porque mi esposo trabajaba en el campo” (E1).[5]
“Las tareas de cuidado siguen influyendo, porque después que uno deja de tener hijos pequeños empieza a cuidar padres y después empieza a cuidar nietos. Resta tiempo y es difícil tener la cabeza despejada para ocuparse exclusivamente de la investigación” (E4).
Zemelman (2005), argumenta que el éxito en la carrera académica depende tanto de las condiciones estructurales como de la capacidad de los investigadores para adaptarse a las exigencias del campo académico. Los factores que han facilitado u obstaculizado las carreras de grado de los investigadores son diversos y contextuales. Entre los primeros se encuentran el acceso local a la educación superior, el apoyo familiar y un ambiente académico enriquecedor. Estos elementos han permitido a los investigadores desarrollar sus carreras en un entorno favorable, donde el conocimiento y la formación continua eran valorados. En la voz de un investigador:
“Poder estudiar en la misma ciudad donde vivía fue muy positivo, aunque a veces debía trabajar y abandonaba el estudio. El apoyo familiar fue incondicional” (E2).
Sin embargo, también se han mencionado obstáculos significativos como las interrupciones en la educación debido a paros docentes y la necesidad de trabajar mientras se estudiaba. En este sentido, una de las investigadoras resalta su experiencia como profesora de francés mientras estudiaba, lo que sugiere que su carrera se construyó sobre una base de dedicación y multifuncionalidad, adaptándose a las necesidades del momento.
5.2. Formación académica superior
En Argentina, las carreras de posgrados se originaron a fines del siglo XIX bajo un modelo profesionalista, a través del doctorado que más adelante fue evolucionando hacia estructuras disciplinares. Lamfri (2021) especificó que desde la década de 1960 el crecimiento de especializaciones y maestrías respondieron a las dinámicas particulares de las disciplinas.
A partir de 2003, diversos autores, entre ellos Suasnábar y Rovelli (2011) identificaron la emergencia de políticas públicas en Argentina que han influido de manera directa o indirecta en la decisión de los individuos de cursar estudios de posgrado. Esto es consistente con el análisis de Beigel, Bekerman y otros (2019), quienes argumentan que programas como el PROINCE han contribuido significativamente al aumento y expansión de la investigación en las universidades argentinas, aunque también subrayan los desafíos que presenta el proceso de evaluación y categorización en el marco de estas políticas. En esta línea, Barsky y Dávila (2012) al analizar la expansión universitaria como objeto, identificaron que la discusión del posgrado se centró en aspectos ligados al financiamiento de las actividades de posgrado y la tendencia academicista.
En las trayectorias de los investigadores, los estudios de posgrado, particularmente los doctorados han tenido un impacto significativo en su desarrollo profesional. Estos motivos son consistentes con lo desarrollado por Emiliozzi (2020), quien argumentaba que el doctorado se ha convertido en un requisito indispensable para ingresar a la carrera de investigador científico en el CONICET o para mejorar las posibilidades de inserción laboral en el sistema universitario.
Cuando se analizó la vinculación del posgrado con las trayectorias académicas de los investigadores, las motivaciones se vincularon a necesidades académicas, profesionales y personales. En primer lugar, se encontraron aquellas asociadas al crecimiento profesional y a la posibilidad de dirigir proyectos de investigación, formar recursos humanos y escalar en la carrera docente universitaria. Esto muestra cómo la formación doctoral facilitó la expansión del rol académico y se constituyó en un paso necesario para acceder a mejores oportunidades profesionales y académicas. Otra motivación se vinculó al acompañamiento de directores o académicos que propiciaron la continuidad de la etapa formativa del posgrado, se destacó la importancia de la orientación académica y la influencia de figuras reconocidas.
Respecto al impacto de la formación doctoral, los investigadores destacan que reforzó la formación en sus disciplinas, fortaleció las capacidades de investigación personales y de las instituciones en las que se desempeñan. Cabe destacar que entre los perfiles entrevistados todos han desarrollado tareas de gestión en organismos de ciencia y técnica y en el contexto universitario. De ahí que han tenido un papel preponderante en la creación de Institutos de investigación de CONICET y la UNJu en la última década, así como en la creación de carreras de grado y posgrado en el ámbito universitario.
Otro aspecto que se encontró como diferenciador de las trayectorias son los modos en que se han financiado los posgrados. Por un lado, dos de los entrevistados manifiestan haber efectuado los posgrados en el marco de becas de CONICET. Otro de ellos alude a haber contado con una beca de las universidades donde cursó el posgrado. Finalmente, el cuarto perfil manifiesta no haber contado con beca. En este sentido se destaca que las políticas de apoyo en los estudios de posgrado varían según el país y la época. Los programas de becas del CONICET en Argentina han jugado un papel crucial en permitir que los estudiantes accedan a oportunidades de investigación y educación avanzada.
Unzué y Rovelli (2017) muestran que el crecimiento de los doctorados en Argentina ha permitido una reestructuración de la carrera académica, facilitando la formación de recursos humanos altamente calificados y respondiendo a las demandas sociales y productivas del país. Sin embargo, también señalan que este proceso ha sido desigual, con ciertas limitaciones en el financiamiento y la infraestructura para sostener el crecimiento de los investigadores. Este punto es una de las limitaciones con las que se han encontrado los investigadores dada la localización y desarrollo que presentaba Jujuy en torno a la investigación en los años destinados al cursado de los doctorados (1980-1990). El incremento de inversión en ciencia y tecnología en la provincia de Jujuy es un fenómeno reciente que se ve reflejado en el aumento de la cantidad de becas para estudios de posgrado otorgadas por el CONICET y otros organismos como la ANPCYT.
Finalmente, otro de los impactos identificados refiere a las redes construidas con otros investigadores sobre todas aquellas en colaboración internacional. Este punto concuerda con una tendencia identificada por Gutiérrez (2021) en el marco de la FHyCS (UNJu) que advertía que los investigadores presentaban predisposición a establecer relaciones más estrechas con instituciones en las que realizaron algún tipo de formación académica, ya sea de grado o posgrado, o donde se encontraban colegas con quienes colaboraron a lo largo de su trayectoria académica. A nivel nacional, se destacaron los intercambios con universidades de la región Centro.
5.3. Progresión en la docencia
En el marco de las trayectorias, uno de los puntos clave se vinculó con el ejercicio de la docencia. Es importante destacar que la experiencia de los investigadores se efectuó en diferentes niveles educativos. Las trayectorias iniciaron en el nivel secundario o terciario y posteriormente fue posible su ingreso a la universidad pública en cargos de auxiliares de primera o segunda. En la actualidad los investigadores ocupan cargos con alta dedicación, son profesores titulares y/o adjuntos en la UNJu.
Un punto coincidente de la actividad docente, estuvo dada por la influencia notable en el progreso de su carrera académica y de investigación, en la medida que permitió el trabajo con pares interesados en temáticas afines, así como desarrollar proyectos de investigación. En este sentido se destacaron algunos dilemas asociados al ejercicio de la docencia y la yuxtaposición con la investigación, por un lado, se menciona que “la docencia reduce el tiempo que uno dedica a la investigación” (E1) y por el otro “dedicarme full time a la universidad me permitió volver a tener proyectos de investigación” (E3).[6]
La idea de cómo la docencia puede reducir el tiempo disponible para la investigación, está alineada con las tensiones históricas entre los roles de docencia e investigación en la profesión académica. Según Algañaraz Soria (2021), las tareas de investigación son fundamentales para el avance en la carrera docente, especialmente a través de la participación en proyectos científicos y en CONICET, pero la investigación a menudo se prioriza sobre la docencia en términos de reconocimiento y promoción. Esto crea una dinámica en la que los docentes se ven obligados a equilibrar sus responsabilidades de enseñanza con la necesidad de participar en investigación para asegurar su avance profesional. También se identificó que la docencia presenta una retroalimentación con la investigación. Sin embargo, se advierte que la actividad docente en múltiples discursos está supeditada a la investigación. Los investigadores manifestaban: “nosotros enseñamos lo que investigamos” (E1). Algañaraz Soria (2021) señala que esta relación es compleja, ya que, “aunque ambos roles son importantes, la investigación tiende a recibir más reconocimiento y recursos, lo que puede influir en la percepción de la carrera docente” (p. 27).
Otras actividades asociadas al ejercicio de la docencia fue la vinculación con recursos humanos con los que han estado involucrados en su formación de grado y posgrado. Los estudiantes que participan en las cátedras de los investigadores suelen realizar prácticas de campo, laboratorio e investigación. También se mencionaba la formación de estudiantes en becas de inicio a la investigación como las del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN). La formación de estos estudiantes se basaba en la realización de trabajos de investigación que complementan su formación académica, adaptándose a los perfiles de cada uno según sus áreas de interés, en la mayoría de los casos esta instancia de formación finalizó con la escritura de la tesis de grado. La docencia también se extiende al dictado de cursos en posgrados, especialmente en maestrías y doctorados en universidades nacionales del Noroeste.
Sobre la carrera docente en general, el grupo de investigadores destaca que en los últimos años las políticas universitarias han promovido la creación de nuevas carreras y mejorado la infraestructura universitaria, como la creación de laboratorios y edificios destinados a tareas de investigación. Sin embargo, es importante señalar que entre las limitaciones que encuentran se mencionaron la dificultad de acceder a promociones y cargos de mayor jerarquía dentro de la universidad a través del concurso. Este problema de movilidad está claramente vinculado a factores estructurales, políticos y culturales que afectan a las universidades argentinas, como lo señala Claverie (2015, p.68), “la estructura burocrática de las universidades, junto con la dependencia del financiamiento estatal y la especialización creciente del conocimiento, complican la gestión de las carreras académicas”. La gran problemática en palabras de los entrevistados se da por “la falta de regularidad de concursos” (E4).
La presencia de mecanismos informales para la movilidad, como la selección “a dedo” o el patronazgo, también influye en la progresión de la carrera docente (Claverie, 2015, p. 68) y se evidencian en lo explicitado por los entrevistados en aspectos como “Aquí depende mucho de la amistad o la cercanía política que se tengan con las autoridades. No había ascensos en la carrera, uno se capacitaba y trataba de construir ciertos requisitos como proyecto de investigación y sin embargo décadas y décadas con el mismo cargo” (E2).
El acceso a la carrera docente estuvo condicionado por factores como la disponibilidad de fondos para la realización de concursos y las relaciones personales o políticas con las autoridades. La falta de ascensos regulares y el presupuesto limitado fueron obstáculos recurrentes en su carrera, aunque la creación de nuevas carreras y la necesidad de cubrir vacantes permitieron su incorporación a la docencia.
5.4. Labor científica
Los/as cuatro científicos/as muestran trayectorias consolidadas en la investigación universitaria, con inicios que datan desde la década de 1980 hasta mediados de 1990. Todos ellos desempeñan roles de liderazgo en equipos de investigación, dirigiendo proyectos financiados por diversas entidades como la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (AGENCIA I+D+i), la Secretaría de Ciencia y Técnica y Estudios Regionales (SECTER- UNJu), y el CONICET.
Esta consolidación de trayectorias refleja lo que Fernández Lamarra y Marquina (2012) describen como la profesionalización de la carrera académica en Argentina, un proceso que ha implicado la institucionalización de la investigación como parte fundamental del trabajo universitario. Los investigadores han logrado posicionarse en categorías altas dentro del Programa de Incentivos (I y II) lo que, según estos autores, es indicativo de una carrera académica exitosa y de un compromiso sostenido con la producción científica.
De esta manera, un geólogo destaca su participación en proyectos tanto a nivel local como internacional, lo que denota una flexibilidad y capacidad de adaptación a diferentes ambientes de investigación:
“Soy investigador en la UNJu y además participo en proyectos de otras universidades, como la Universidad Nacional de Tucumán y Universidad Nacional de Córdoba. También tengo colaboraciones con colegas de Alemania y de Australia” (E3).
En cuanto a la producción científica, se observa una clara orientación hacia la publicación en revistas de alto impacto, principalmente en los primeros cuatro cuartiles. Esta tendencia se alinea con lo que Beigel (2017) denomina la “cultura evaluativa” predominante en América Latina, donde el prestigio y la carrera académica están fuertemente vinculados a la publicación en revistas indexadas internacionalmente. Además, se mencionan consideraciones prácticas en la elección de revistas, como el acceso libre y los costos de publicación, lo que evidencia las limitaciones presupuestarias que enfrentan los investigadores en la región.
Asimismo, los/as entrevistados/as participan activamente en la formación de nuevos investigadores, principalmente a través de la dirección de becarios doctorales y posdoctorales. Las estrategias de formación mencionadas incluyen la participación en proyectos de investigación, la práctica en la formulación de proyectos, el ejercicio de la escritura académica y la presentación de trabajos. Una historiadora describe en detalle esta actividad:
“El trabajo en archivo, la práctica en la definición y formulación de proyectos, el ejercicio en la escritura, de la argumentación, de la demostración, la escritura de las primeras ponencias para presentar en congresos y luego la transformación de esas ponencias en artículos” (E4).
Estas prácticas se alinean con lo que Wainerman y Di Virgilio (2010) describen como el “oficio de investigador”, un conjunto de habilidades y conocimientos que se transmiten principalmente a través de la práctica y la mentoría. Sumado a ello, los testimonios coinciden en que el seguimiento de los becarios se realiza a través de reuniones periódicas, comisiones de seguimiento y evaluaciones de avance. Al respecto, un doctor en tecnología de los alimentos explica el modo en que desarrollan la búsqueda de recursos económicos:
“Tenemos diferentes proyectos de equipamientos de investigación, con los que soportamos las tesis de los doctorandos. Como son tesis de tecnología necesitamos muchísimo dinero para la compra de patrones, reactivos y equipamiento” (E2).
En estrecha vinculación, las competencias más valoradas o “habitus científico” (Ortiz, 2010) incluyen la capacidad analítica, la producción fundada, la flexibilidad, la perseverancia, y la habilidad para trabajar en equipo.
Finalmente, los investigadores muestran una fuerte vinculación con organismos científico-tecnológicos como el INTA,[7] INTI,[8] CNEA,[9] y CONICET, así como con instituciones gubernamentales y empresas privadas. Una doctora en biología señala:
“Trabajamos con el Ministerio de Salud de la provincia porque asistimos en la identificación de artrópodos ponzoñosos, también con la actividad privada haciendo servicios a terceros con el INTA y con otras instituciones que requieren la identificación de insectos sobre todo plagas o de interés médico veterinario” (E1).
Además, muestran una preocupación por la difusión local de sus resultados, especialmente cuando estos tienen aplicación directa en sectores como la agricultura o la salud veterinaria. Es así que se promueve la transferencia de soluciones tecnológicas adaptadas a las necesidades y contextos locales. Así lo narra un investigador:
“Trabajamos con el INTA y a través de ellos con productores regionales, también con el Ministerio de Producción hicimos en forma conjunta una encuesta nutricional y de producción de alimentos en toda la provincia. Además, hicimos transferencias de sistemas de calidad con el Ingenio Río Grande, y con una empresa productora de fibra de vicuñas” (E2).
6. Reflexiones finales
En primer lugar, se evidencia la importancia crucial del entorno familiar en la formación y desarrollo profesional de los investigadores. El capital cultural transmitido por las familias, ya sea a través de la valoración de la educación en hogares profesionales o mediante una fuerte ética de trabajo en familias de clase media-baja, ha sido determinante en la superación de barreras socioeconómicas y en el impulso hacia carreras académicas.
La formación de posgrado, particularmente a nivel doctoral, emerge como un hito fundamental en las trayectorias analizadas. Los programas de becas, especialmente los ofrecidos por CONICET, han sido relevantes para facilitar el acceso a esta formación avanzada. Sin embargo, se observan disparidades en las oportunidades de financiamiento y en las condiciones de realización de estos estudios, lo que refleja las desigualdades estructurales dentro del sistema científico argentino.
La carrera docente universitaria se presenta como un espacio de tensiones y oportunidades. Por un lado, ofrece un marco institucional para el desarrollo de la investigación y la formación de recursos humanos. Por otro, los investigadores enfrentan desafíos significativos en términos de progresión de la carrera, acceso a promociones y equilibrio entre las demandas de docencia e investigación.
En cuanto a la producción científica, si bien se manifiesta una clara orientación hacia la publicación en revistas de alto impacto, los investigadores también muestran una preocupación por la difusión local de sus resultados, especialmente cuando estos tienen aplicación directa en sectores productivos regionales. Esta dualidad refleja la tensión entre la búsqueda de reconocimiento internacional y la atención a las necesidades locales, un fenómeno característico de la producción científica en contextos periféricos.
Un hallazgo significativo es la fuerte vinculación de los investigadores con organismos científico-tecnológicos y sectores productivos locales. Estas relaciones no solo facilitan la transferencia de conocimientos, sino que también contribuyen a adaptar la investigación a las necesidades específicas del contexto regional.
Este estudio revela cómo las trayectorias académicas en Jujuy se construyen en la intersección de políticas nacionales de ciencia y tecnología, dinámicas institucionales locales y estrategias individuales de adaptación y superación. Los investigadores navegan entre las exigencias de la producción científica global y las necesidades específicas de su contexto regional, contribuyendo así a la construcción de un espacio científico con características propias.
Estos hallazgos subrayan la necesidad de políticas científicas que reconozcan y aborden las particularidades de los contextos regionales, promoviendo un desarrollo más equilibrado del sistema científico nacional. Asimismo, ponen de manifiesto la importancia de considerar las trayectorias personales y las dinámicas locales en la comprensión y planificación del desarrollo científico-tecnológico en áreas tradicionalmente consideradas periféricas.
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Notas
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