Artículos de investigación
Representaciones sociales de profesores y estudiantes acerca de plagio: estudio comparativo
Social Representations of Teachers and Students About Plagiarism: A Comparative Study1
Revista de Investigaciones de la Universidad Católica de Manizales
Universidad Católica de Manizales, Colombia
ISSN: 2539-5122
ISSN-e: 0121-067X
Periodicidad: Semestral
vol. 15, núm. 25, 2015
Recepción: 13/02/2015
Aprobación: 31/03/2015
Resumen: Objetivo: indagar acerca de las percepciones de profesores y estudiantes sobre el tema del plagio, con el presupuesto de que la claridad respecto a este fenómeno, es un paso ineludible para avanzar hacia su solución. Metodología: se utilizaron dos tipos de instrumentos: un cuestionario cerrado y un cuestionario semiestructurado de preguntas abiertas. Hallazgos: se muestra la comparación de las perspectivas de ambas poblaciones con base en el cuestionario abierto. Conclusiones: los resultados evidencian que hay discrepancias importantes en las percepciones de docentes y estudiantes en tópicos como la gravedad del plagio y los factores asociados a él.
Palabras clave: propiedad intelectual, educación comparada, participación del profesor, participación estudiantil.
Abstract: Objective: inquire about the perceptions of teachers and students on the topic of plagiarism, with the assumption that clarity regarding this phenomenon is an unavoidable step forward towards a solution. Methodology: two types of instruments were used: a closed questionnaire and a semi-structured questionnaire with open questions. Findings: the comparison of both populations’ perspectives is shown based on the open questionnaire. Conclussions: the results show that there are important differences in the perceptions of teachers and students in topics such as the severity of plagiarism and factors associated to it.
Keywords: intelectual property, comparative education, teacher participation, student participation.
Introducción
El plagio es un fenómeno que se relaciona con conceptos como fraude y propiedad intelectual. Si bien hay en la actualidad programas informáticos que detectan el plagio, esta práctica se realiza por parte de estudiantes e incluso profesores de distintos niveles educativos; la investigación que a continuación se presenta se centró en el plagio que se realiza a nivel universitario.
Se buscó identificar cuáles eran las percepciones de profesores y estudiantes acerca del plagio, establecer semejanzas y diferencias entre dichas perspectivas con el fin de comprender lo que los une y separa, todo ello con el presupuesto de que esta comprensión permite encontrar alternativas de solución a este problema.
Se entrevistaron 36 estudiantes: 30 de pregrado y 6 de maestría; y a 21 profesores de los departamentos de geografía, historia, lingüística, literatura, psicología, trabajo social, lenguas y sociología, profesores de pregrado y maestría, todos ellos de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional, sede Bogotá.
Marco teórico y estado de la cuestión
Las representaciones sociales son constructos que las personas hacen en relación con diversos tópicos de la vida social. Estos constructos dependen en gran medida del contexto histórico- cultural del cual hacen parte los individuos. Ya Moscovici y Marková (1998) habían señalado la importancia del entorno en la constitución de las representaciones, de allí su carácter social, “Nuestras representaciones también son instituciones que compartimos y que existen antes de que accedamos a ellas. Formamos nuevas representaciones a partir de las anteriores o contra ellas” (p.124).
Las representaciones sociales que tienen los individuos se forman a partir de su experiencia de participar en una comunidad de habla, tal como fue definida por Hymes (1972, 1974), en tanto las representaciones se construyen a través de la praxis y de las interacciones comunicativas.
Las representaciones sociales están mediadas por el conocimiento, los deseos, necesidades y preferencias de quien las construye, pero también por los valores, normas y sistema de creencias del grupo al cual se pertenece.
Los actores sociales saben lo que ocurre en su entorno (Coulon, 1988) y en esa medida, pueden hacer importantes contribuciones a la solución de problemas sociales. Al hacer explícitas representaciones sobre un problema o una esfera de la realidad, es posible entender dicho problema y encontrar alternativas de solución, propuestas incluso por los mismos actores sociales.
De otra parte, la educación configura lo que en términos de Bourdieu (2002) se denomina un campo intelectual, es decir, una comunidad académica con unas reglas determinadas. Se accede a esta comunidad por medio de procesos formativos que se establecen entre actores con distinto peso funcional y distinta experiencia: expertos y novatos. Los productos como artículos de investigación, libros o capítulos de libro legitiman dichas comunidades no solo por el proceso de socialización, sino también por el de reconocimiento de otros grupos similares.
Partiendo de estos supuestos, la investigación indagó acerca de las representaciones que tienen estudiantes y profesores en torno al tema del plagio; desde la consideración de que plagiar es tomar las ideas de otros y presentarlas como si fueran propias, ya sea a través de la copia literal o de la paráfrasis de la información.
En la revisión del estado de la cuestión en relación con el problema que nos ocupa se encontraron en la bibliografía cuatro trabajos que indagan acerca de percepciones sociales en torno al problema del plagio. Mavrinac et al. (2010) indagaron sobre las actitudes (positivas o negativas) de 256 estudiantes en torno al tema del plagio; Devlin y Gray (2007) preguntaron a 56 estudiantes su punto de vista acerca de las razones del plagio en su institución; los resultados muestran que hay variados factores relacionados con el plagio como criterios de admisión institucionales, comprensión de los estudiantes del plagio, habilidades académicas pobres, factores de la personalidad y las presiones externas.
Hayes e Introna (2005) encontraron que valores culturales diversos pueden explicar el plagio entre estudiantes extranjeros que asisten a programas universitarios del Reino Unido; además, que estudiantes asiáticos, de China y de Grecia, no consideran, por su experiencia anterior en las aulas de sus países, que copiar frases o incluso parafrasear sea algo grave. Estos alumnos consideran que incluso el copiar partes de un texto, al presuponer una comprensión de lo dicho para construir un texto coherente, es una forma de aprendizaje. Son estudiantes que vienen de unas prácticas de aprendizaje centradas en la memorización y casi que en la repetición textual. Por lo tanto, tienen poca experiencia en la elaboración de textos y en el proceso de referenciación. De otra parte, debido a un grado de negligencia en sus lugares de formación, les parece un delito menor elaborar un trabajo para otros.
Algo similar podemos afirmar de estudiantes colombianos: vienen de prácticas de escritura reducidas a “cortar y pegar” y por lo tanto, no ven la gravedad del plagio.
Sureda, Comas y Murey (2009) exploraron las actitudes de profesores en torno al tema del plagio. La información proveniente de una encuesta muestra que “la comodidad, las facilidades que ofrece Internet, el sentimiento de impunidad y el no saber realizar trabajos académicos son los factores ordenados de mayor a menor relevancia” (p.197) están relacionados con el plagio; en cambio, en discusiones de grupos focales, "los profesores atribuyen una gran parte de culpa de tal práctica entre los alumnos a su propio comportamiento como docentes y a la metodología y estrategias didácticas empleadas".
De acuerdo con los estudiantes, frente a la producción de conocimiento hay dos tipos de profesores: por un lado, los que estimulan la producción propia y, por otro, los que buscan que los estudiantes se apropien de los marcos teóricos de las disciplinas.
Como veremos más adelante, algunas de estas ideas también aparecen en el imaginario de algunos docentes.
De otra parte, un trabajo cercano aunque más general a este es el de Ordoñez y Mejía (2004), quienes investigaron sobre el fraude académico, prácticas diversas entre las que se encuentra el plagio.
Así mismo, los trabajos de Cueva y Ochoa (2014a, b, c y 2015) que indagan acerca de la representación de estudiantes por una parte y de profesores por otra, y de la relación entre escritura académica y plagio es el antecedente más importante de esta investigación.
También, se encuentra en la bibliografía trabajos que dan cuenta de aspectos puntuales relacionados con el plagio como el trabajo de Jordan (2001) relacionado con la motivación y las conductas académicas fraudulentas y los trabajos de Comas y Sureda (2007) y Agnes (2008) que indagan acerca de la relación entre internet y plagio.
Resultados
A continuación se presentan los resultados a partir de las categorías anteriormente señaladas2.
Profesores y estudiantes coinciden al opinar acerca de lo que es el plagio y sus límites. Para ambas poblaciones plagiar es tomar ideas ajenas y hacerlas pasar como propias. Con base en esta definición, para varios entrevistados es tajante el límite de cuándo se hace plagio y cuándo no, mientras que para otros, sin embargo, el límite no es tan claro, como en casos en los que hay un resumen o cuando hay pericia en hacer el plagio de manera que no se puede descubrir.
Unos pocos entrevistados señalaron que se sanciona al que comete plagio de manera burda pero no al experto que «maquilla» bien el texto. A pesar de que ninguno de los profesores reconoció haber hecho esto, sí surgió la duda respecto a si se comete plagio cuando se toman apartados de un texto y de otro para construir un texto nuevo. Esta pregunta es interesante no solo con miras a la limitación del plagio, sino frente a lo que Bourdieu llama el peso funcional. No puede tener el mismo peso de culpa y responsabilidad el que copia literalmente una idea que aquel que maquilla las ideas de otros, ni el estudiante frente al profesor. La pregunta resulta también pertinente para separar qué es plagio frente a, por ejemplo, tomar ideas de varios autores y construir un discurso propio. En este último caso se acepta que hay un proceso de apropiación y construcción de conocimiento.
Sobre la gravedad del plagio, los momentos y sus consecuencias, los profesores y estudiantes tienen una valoración distinta. Para el 80% de los profesores el plagio es un fenómeno muy grave, ya que atenta contra la propiedad intelectual y contra las comunidades académicas. Por el contrario, para la mayoría de estudiantes el plagio es poco grave en tanto no afecta los derechos de autor de los plagiados (ninguno ha interpuesto una demanda contra un estudiante) y puede remediarse repitiendo el trabajo.
Es preciso [...] generar una discusión en las instituciones sobre el plagio, ayudar a los estudiantes a volverse escritores independientes, diseñar mecanismos para que los estudiantes desarrollen su competencia académica escrita.
Así mismo, los estudiantes consideran que el plagio se comete sobre todo en los primeros semestres y al final del semestre cuando hay mayor presión por entregar los trabajos. Los profesores, en cambio, perciben que los estudiantes cometen plagio en cualquier semestre y en cualquier momento del transcurrir de una asignatura.
Ahora bien, de acuerdo con el 60% de los docentes, los casos de plagio deben ser reportados al comité disciplinario para recibir el castigo correspondiente, mientras que el 80% de los estudiantes piensa que esto no debe trascender a estas instancias, sino que debe tratarse de manera formativa más que punitiva. Del mismo modo, hay un número pequeño de estudiantes que pide un castigo severo pues opinan que quien copia es un «vago» que no debería ser estudiante de una universidad pública. Los estudiantes que hacen juiciosamente sus trabajos consideran que es un acto de injusticia y, por tanto, los que plagian deben ser castigados ejemplarmente.
Así pues, las recomendaciones dadas por los docentes se centran mayoritariamente en el tema del plagio (explicación acerca de qué es, sus implicaciones y formas de citar). Estas consideraciones también aparecen en los consejos de los estudiantes pero, además, se aconseja a los docentes revisar los aspectos académicos y didácticos implicados en el plagio, mientras que a los estudiantes se les pide revisar sus actitudes personales y académicas con el fin de tomar conciencia acerca de la relación entre plagio y la poca formación.
De esta manera, para la mayoría de los entrevistados, a la hora de castigar el plagio es preciso que se tenga en cuenta una serie de factores: si el estudiante es de pregrado o posgrado, si es de pregrado en qué semestre se encuentra y en qué momento del semestre, qué cantidad plagió y qué cantidad del texto es de su autoría. Para los estudiantes es importante también conocer las condiciones personales del estudiante y analizar el tipo de trabajo que asignó el docente: si hubo un seguimiento o no, si el tema fue impuesto y si hubo explicaciones claras antes y durante el trabajo.
De acuerdo con los estudiantes, frente a la producción de conocimiento hay dos tipos de profesores: por un lado, están los que estimulan la producción propia y, por otro, los que buscan que los estudiantes se apropien de los marcos teóricos de las disciplinas. Los estudiantes se quejan de que algunos profesores quieren una cosa y algunos esperan otro tipo de resultados. Además, afirman que en una misma carrera no hay acuerdo sobre hacia dónde tiende el programa. Si bien en ambos casos es necesaria la apropiación de los marcos teóricos de las disciplinas, respecto a la primera perspectiva se considera que es un requisito el que los docentes planteen claramente sus objetivos y procuren que sus alumnos escriban creaciones propias; respecto a la segunda, es tarea de todos los docentes definir claramente un marco teórico acorde para cada temática, lo cual refleja una mirada general acerca de la función de la universidad. Los alumnos dicen sentirse más motivados con la primera perspectiva y señalan que el plagio se produce sobre todo en el segundo tipo de prácticas. Esto coincide con las opiniones dadas frente a las preguntas ¿qué es lo más difícil de hacer en un trabajo de investigación? y ¿en qué tipo de trabajos o partes de trabajos hay más plagio? Ambas poblaciones señalan que lo más difícil de redactar es el marco teórico y el estado del arte al momento de crear trabajos investigativos, por tanto, es precisamente en estas partes donde hay más plagio. Esta constatación invita a una reflexión acerca de por qué son tan complejas estas dos categorías en el texto investigativo y qué tipo de ayudas se debe ofrecer a los estudiantes para que puedan acercarse y dar cuenta de los marcos teóricos y del estado de la cuestión en una disciplina.
El tema del autoplagio aparece como una reflexión de los docentes: para unos, se trata de una exageración del control y para otros es importante que haya un control adecuado. Los profesores se quejan de que se les acuse de plagio en dos textos producto de una misma investigación, donde aparece el mismo marco teórico y metodológico.
Señalan que sus investigaciones se hacen desde una misma perspectiva y que es absurdo pedirles originalidad en ambos marcos. Para estos profesores solo hay autoplagio cuando se trata de un mismo producto, al cual se le cambian algunas frases o partes. Se sugiere que se considere plagio cuando el 60% del texto sea igual. Además, se reconoce, no obstante, que muchos docentes entregan el mismo trabajo publicado en distinto medio o con la excusa de ser un trabajo ampliado con fines de puntaje, lo que es considerado por la gran mayoría como un acto reprochable ética y legalmente.
A su vez, de acuerdo con los entrevistados, el fenómeno del plagio se explica por razones de tipo personal, académico y social. Por una parte, como razones personales asociadas a los estudiantes, los alumnos señalan la desmotivación, el deseo de permanecer en la universidad, el sentimiento de incapacidad, angustia y la presión de entregar el trabajo, de decir algo interesante, de no saber qué decir ni qué argumentar y la presión del tiempo. Los profesores indican la falta de rigor, la falta de ética, el acceso a la Internet sin ningún tipo de control, malos hábitos de estudio, la falta de tiempo y dedicación al estudio.
Por otra parte, como razones personales asociadas al docente, los alumnos mencionan el tipo de relación que establecen con ellos. Tanto profesores «relajados», como profesores demasiado «intransigentes» pueden generar prácticas de plagio; los primeros porque no hacen su trabajo y los segundos porque no permiten el diálogo.
Asimismo, como razones académicas los estudiantes señalan la falta de rigor académico de algunos docentes y el poco acompañamiento en los procesos de construcción de conocimiento, la dificultad de hacer un texto y la poca reflexión acerca del plagio. Por su parte, los docentes señalan los bajos niveles culturales que tienen los estudiantes, los vacíos conceptuales, los problemas de lectura y escritura académica, el poco seguimiento a los textos de los estudiantes por parte de los docentes, la ausencia de discusiones acerca del plagio y de las consecuencias que conlleva, falta de explicaciones acerca de las formas de citar y su unificación, al menos por carreras, sobre las formas de hacerlo. La cantidad de estudiantes por curso y el origen de la asignación del tema del trabajo –ya que para algunos la imposición de los temas puede resultar contraproducente en la medida en que reduce el interés y la autonomía–, el no leer con cuidado y en forma constructiva los trabajos de los estudiantes, el asignar el mismo trabajo todos los semestres y una baja formación académica son otros factores asociados al docente que favorecen el plagio.
Y como razones sociales, ambas poblaciones mencionan la baja calidad educativa, la falta de apoyos económicos para estudiantes con bajos recursos, la “trampa” como una práctica que se ve en todos los ámbitos de la vida social, política y económica del país, la competencia por sobrevivir en el mundo académico y laboral, y el poco valor que se da en nuestra sociedad al conocimiento.
Para finalizar, aparece como una causa marginal la dificultad de introducir en un discurso propio voces de otros textos. Este proceso es complejo e implica una educación para ello. Consideramos, como investigadores, que debe ahondarse más en esta causa pues lo que muestra es que no se les enseña a los estudiantes a volverse autores en una disciplina.
También aparece como causa marginal el hecho de que muchos de los estudiantes de la Universidad Nacional son jóvenes vulnerables (social y culturalmente), lo que supone un trabajo pedagógico y didáctico especial para ayudar a estas poblaciones a salir de esas condiciones con el fin de tener igualdad de oportunidades formativas y laborales.
Discusión y conclusiones
Los hallazgos encontrados en relación con las causas del plagio coinciden con los reportados por Sureda, Comas y Morey (2009), quienes consideran que factores internos y externos al sistema educativo explican el plagio o con lo encontrado por Devlin y Gray (2007), quienes señalan que hay multifactores asociados al plagio. Siendo así, la solución a este problema debe abordarse desde distintas aristas y no solo focalizar las estrategias en los estudiantes: es preciso un trabajo a nivel de docentes, de programas e incluso una reflexión acerca de la educación que ofrecemos a poblaciones vulnerables y sobre la sociedad como transmisora de valores (o disvalores).
Para la mayoría de docentes, los factores están más relacionados con los estudiantes que consigo mismos o con el sistema educativo; para los estudiantes, también el problema se centra en el estudiante, aunque hay un importante porcentaje de estudiantes que cuestiona las metodologías de los profesores, los procesos de evaluación, la baja calidad educativa de los distintos niveles escolares y la cultura en la que se vive. Se percibe una mirada un tanto superficial del plagio independiente de los factores que los condicionan.
La motivación como factor favorecedor del plagio fue señalada en forma reiterada por los estudiantes. Jordan (2001) señala que un estudiante que no tiene un interés real por conocer un campo del saber o tiene motivaciones extrínsecas tiene tendencia al plagio. En relación con la motivación aparece el tema de la incapacidad de elaborar un texto, lo que genera una gran desazón y desesperanza.
En contraste, los profesores atribuyen el plagio a la pereza y a la falta de tiempo del estudiante. El tema de la motivación no aparece en esta población posiblemente porque se considera que a nivel universitario ya no hay necesidad de trabajar didácticamente ni pensar en la motivación. Puede parecer que si un estudiante, que por lo general es una persona adulta, está haciendo una carrera es porque tiene un interés en ella. No obstante, la motivación puede no existir o puede ser general hacia la carrera, pero no hacia asignaturas particulares. Creemos que a nivel universitario no se trata de imponer las asignaturas, dar por hecho que los alumnos están interesados y entienden los temas abordados, sino pensar en estrategias que encausen el interés que tiene todo individuo hacia el conocimiento; estrategias que proporcionen logros cognoscitivos y metacognitivos, de tal modo que el estudiante adquiera métodos y procedimientos que pueda utilizar en su vida profesional. Es importante que los métodos universitarios permitan que el estudiante experimente la satisfacción de llegar a un concepto o a un descubrimiento, pues con ello obtiene confianza en sí mismo para abordar nuevos objetos de conocimiento, que lo alejen de prácticas de copiado o de reproducción. Es necesario, en suma, repensar los procesos didácticos, diseñar estrategias que motiven a los estudiantes hacia la construcción de conocimiento.
El tema de las infinitas posibilidades que ofrece Internet y la relación con el plagio apareció como constante en las representaciones de los docentes. Consideraciones en torno a este tema abundan en la bibliografía3.
Temas como el resumen, la paráfrasis (Roig, 2001), la reformulación y el autoplagio ameritan una investigación más profunda. Por ejemplo, frente al resumen, preguntas como ¿cuál es la finalidad del resumen?, ¿quién es el destinatario? pueden ayudar a comprender si hay plagio allí o no; frente al autoplagio, habría que preguntarse si como resultado de una investigación salen dos productos, ¿la información relativa al marco teórico y metodológico que se repite en los dos textos por ser la misma configura un plagio?
Profesores y estudiantes tienen una actitud distinta frente al plagio: para los primeros es un fenómeno muy grave, mientras que para los segundos es poco grave. Esta discrepancia puede explicarse en relación con los estudiantes por la falta de conciencia frente a las implicaciones académicas del plagio y en relación con los docentes por el sesgo de ver el plagio primordialmente como un fraude, un problema ético (McCabe, y Trevino, 1993) y no como una debilidad formativa. Consecuente con esta discrepancia, la mirada sobre las consecuencias asociadas al plagio varía también. Para los estudiantes son excesivas las prácticas sancionatorias como la expulsión de la universidad, la suspensión de un semestre o un llamado público; los profesores por el contrario, creen que tener estas medidas reglamentadas con las condiciones y características de cada una de las faltas cometidas es una medida necesaria y disuasoria importante. Hay, no obstante, docentes que hacen un llamado a que el tema se trate más en términos pedagógicos. En lo que sí coinciden profesores y estudiantes es en considerar que reduce el plagio discutir en clase este tema y enseñar a citar.
Aparece de manera muy indirecta la relación entre las bajas condiciones socio-culturales y económicas con los estudiantes que hacen plagio. De igual manera, aparece muy marginalmente en las percepciones de los docentes uno de los problemas más serios que tienen los estudiantes cuando elaboran un texto académico: la incorporación de la voz de otros en el discurso propio (Bowden, 1992). El problema se da porque o bien el estudiante no tiene voz propia, que es lo habitual, o porque no puede dialogar con las fuentes, no sabe cómo introducirlas. No se trata de saber las reglas de la Asociación Estadounidense de Psicología [APA] o cualquier otra norma, sino de adquirir la destreza de defender un planteamiento propio enriqueciéndolo con otras fuentes pero deslindándolas claramente. Lo que sucede generalmente, es que el estudiante termina o bien acumulando fuentes o bien haciendo plagio. Comprender lo complejo de este proceso y apoyarlo en términos académicos de una manera más decidida puede contribuir a disminuir el plagio.
La mayoría de los estudiantes encuestados no reconocieron la gravedad del plagio para sus procesos de formación, no profundizan en por qué se hace plagio. Los estudiantes solo ven la gravedad del plagio cuando reciben una sanción, por ejemplo, cuando obtienen una baja calificación en una asignatura o cuando son amonestados públicamente. No hay una conciencia de las implicaciones académicas del plagio para sí mismos. Al no tener esta conciencia, no buscan solucionar el problema de fondo que subyace al plagio: vacíos conceptuales, dificultad para manejar las reglas de la comunidad académica de su disciplina. Tampoco reconocen el valor de la propiedad intelectual, pues en muchas ocasiones no han vivido el proceso de una investigación, el trabajo que demanda y en fin, el esfuerzo cognitivo para poder hacer un pequeño aporte.
La mayoría de profesores, por su parte, no se ponen “en los zapatos” de los estudiantes, no miran el fenómeno del plagio como un síntoma de problemas más graves como la mala formación educativa o la falta de reflexión sobre la didáctica a nivel universitario o la soledad académica de muchos estudiantes; posiblemente, si vieran este problema con la complejidad que él entraña, sus juicios acerca del estudiante que comete plagio serían distintos.
Ambas poblaciones desconocen que detrás del plagio lo que hay, en la mayoría de los casos, es un problema de orden académico, una debilidad conceptual, una incapacidad para producir conocimiento. Se trata en primer lugar de un problema de formación y en segundo lugar, de un problema de tiempo y de recursos económicos. Es necesario hacer un trabajo con estas poblaciones para que se tome conciencia de este hecho y se emprenda las medidas correctivas necesarias.
Es preciso, como lo señalan Hayes e Introna (2005), generar una discusión en las instituciones sobre el plagio, ayudar a los estudiantes a volverse escritores independientes, diseñar mecanismos para que los estudiantes desarrollen su competencia académica escrita. Los alumnos, por su parte, han de enfrentar sus problemas, buscar apoyos, superar sus debilidades y encarar con seriedad y rigor la vida universitaria.
Por último, es necesario analizar las condiciones socioculturales de los estudiantes al momento de juzgar o sancionar el plagio.
Referencias
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Notas
Notas de autor