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Recepción: 22 Febrero 2020
Aprobación: 14 Septiembre 2020
Resumen: En el presente documento, se explica la función de la categoría de singularidad de las partes del cuerpo que son pares o múltiples en la cultura andina. Primero, metodológicamente, se recolectó la información a través de una entrevista. Segundo, los datos obtenidos fueron sistematizados según el funcionamiento de la lógica natural y el pensamiento de la cosmovisión andina. Tercero, se analizaron las partes del cuerpo según la paridad y la multiplicidad, ampliando a los elementos de la naturaleza. Finalmente, los resultados mostraron que, cuando se trata de partes del cuerpo que son pares o que se considera que están conformadas por más de dos entes, se asigna el número singular en la semántica cognitiva andina. Además, algunos elementos de la naturaleza también fueron señalados con número singular, tales como los pétalos de las flores, las papas de la chacra y un par de bueyes.
Palabras clave: Semántica, singular, plural, anatomía.
Abstract: In this paper, the role played by the category of singularity of body parts that are pairs or multiple in Andean culture is explained. First, methodologically, the information was collected by interview. Second, the data obtained were systematized according to the functioning of natural logic and thought in the Andean worldview. Third, body parts were analyzed according to parity and multiplicity, including the elements of nature. Finally, the results showed that, when it refers to parts of the body that are pairs or that are considerated to be conformed by more than two entities, the singular number is assigned in the Andean cognitive semantics. In addition, some elements of nature were also marked with singular number, such as flower petals, farm potatoes and a pair of oxen.
Keywords: Semantics, singular, plural, anatomy.
1. Introducción
El propósito del presente trabajo es determinar la categoría de número singular y/o plural de las partes del cuerpo que son pares o múltiples. A través de una entrevista en quechua, se llevó a cabo la categorización de singularidad, la cual respondería a la observación y comprobación del funcionamiento de los elementos de la naturaleza, adaptadas y establecidas dentro de un modelo andino histórico y cultural. Y, esto a la vez, incluido como una parte de la experiencia de la creación léxica natural humana, ya que el ser es un ente natural con una visión de la naturaleza y un respeto hacia esta.
El trabajo es importante porque propone documentar el idioma quechua como parte de la formación de los léxicos de las partes del cuerpo en quechua y desde el punto de vista de un quechuahablante. Por ello, el sistema de categorización se explica desde el enfoque de la semántica cognitiva, puesto que los léxicos manifiestan modelos de dualidad como una unidad inseparable.
Nos preguntamos: ¿Es singular o plural las partes del cuerpo humano, animal y algunos elementos de la naturaleza que son pares o múltiples en quechua? La respuesta se hizo evidente con una entrevista —en esta misma lengua— a la señora Abelina Ayala Laurente, originaria del departamento de Ayacucho, del distrito de Ocros y anexo de Cceraocro.
Tuvimos dos objetivos: 1) Determinar la categoría de singularidad o pluralidad de las partes del cuerpo humano y animal que son pares o múltiples en la cultura andina. 2) Identificar la estructura del significado de los nombres de las partes del cuerpo humano y animal que representan la singularidad.
Como hipótesis del trabajo, nos planteamos que los quechuahablantes del departamento de Ayacucho, del distrito de Ocros y anexo de Cceraocro, no colocan la categoría de pluralidad a las partes del cuerpo humano y animal que son pares o abundantes, porque estos elementos funcionan e interactúan en la naturaleza como una unidad, sin disociarse o fragmentarse: actúan como un todo. Así, por ejemplo, en /runapa rinrin/ ‘sus oídos de la persona’, los oídos son singulares, ya que las manos no son entes aislantes, sino una unidad que pertenece al cuerpo.
La categorización de número singular de las partes del cuerpo humano y animal en el idioma quechua es motivada porque refleja las relaciones actuantes entre la lengua y las prácticas culturales como una percepción de una unidad inseparable, dependiente y complementaria, como los entes del planeta Tierra. Bajo esta concepción, el ser humano se forma a partir de un óvulo (lluthu) y un espermatozoide (yuma), pero el resultado siempre es una unidad morfológica: el individuo. Esta explicación daría como respuesta la categorización del número singular para los cuerpos constituidos con dos o más unidades.
2. Etimología y definición del cuerpo
Rico manifiesta que el cuerpo «sólo existe cuando el hombre lo construye culturalmente» .1998, p. 27). Tourpin, citado en J. M. Berthelot (1995), también define el cuerpo como una «entidad que parece estar al mismo tiempo presente y ausente, la precondición necesaria para todas las prácticas posibles [pero] aun exenta de existencia teórica» (2013, p. 69). De acuerdo con estas definiciones, afirmamos que el concepto de cuerpo humano no existe en quechua, sino lo que hay en el ser, denominado / kaq/ ‘el que es’ o /kaqnin/ ‘lo que le pertenece a alguien’ o ‘su algo de algo o alguien’.
Rico, asimismo, conceptualiza el cuerpo de la siguiente manera:
un tema que se presta, especialmente para el análisis antropológico, ya que pertenece, por derecho propio, a la cepa de identidad del hombre. Sin el cuerpo, que le proporciona un rostro, el hombre no existiría. Vivir consiste en reducir que éste encarna. La existencia del hombre es corporal. Y el análisis social y cultural del que es objeto, las imágenes que hablan sobre su espesor oculto, los valores que lo distinguen, nos hablan también de la persona y de las variaciones que su definición y sus modos de existencia tienen, en diferentes estructuras sociales. Por estar en el centro de la acción individual y colectiva, en el centro del simbolismo social, el cuerpo es un elemento de gran alcance para un análisis que pretenda una mejor aprehensión del presente. (1998, p. 7)
El cuerpo para la cultura originaria se entendería como runapa imankuna ‘sus cosas de los humanos’, como una integridad de elementos que hacen que sean humanos, sin disociación de sus elementos aglutinantes. Es decir, el humano es un todo.
2.1. La semántica cognitiva y la categorización de las partes del cuerpo
Parafraseando a Paz (2014), la semántica cognitiva proporciona instrumentos teóricos, teorías de los prototipos, de metáforas y de la metonimia para realizar un tratamiento más exhaustivo en la historia de la semántica de los léxicos.
En relación a la categorización, Paz (2014), quien referencia a Ungerer y Schmid (1996), manifiesta «que el lenguaje conlleva procesos cognitivos, la categorización es necesariamente un fenómeno que se desarrolla en el cerebro y las categorías, es el resultado de la estructuración de los conceptos mentales almacenados»; además, basándose en la afirmación de Lakoff (1987a, p. 5), comenta:
no hay nada básico que la categorización para nuestro pensamiento, percepción, acción y habla. Sin embargo, las categorías no son solamente conceptuales, sino que la categorización también es lingüística, se refleja en nuestro uso de la lengua, por lo que también en ésta se manifiestan los efectos de prototipicidad.
Entonces, a nuestro entender, el lenguaje —ya sea en la lengua hispana, quechua, china, catalana, inglesa, etc.— se encarga de hacer visible a ‘lo que es’, en tanto que el nombre hace que las cosas se reconozcan como cosas a nuestra vista, sin confundirlas.
Alcázar, mencionando a Enfield et al. (2006), argumenta:
los investigadores anteriores no han tenido en cuenta algunos sistemas de percepción. Los dedos de la mano son más pequeños visualmente que los brazos, sin embargo, por medio del tacto nos proporcionan mucho más información pues ocupan mucho más tamaño en el córtex primario somato sensorial y por tanto, son más importantes que los brazos. Afirman que además de la orientación, la forma y el tamaño, hay otros factores que influyen a la hora de establecer fronteras entre algunas partes del cuerpo. El oído, comentan, va unido indispensablemente a la audición a la hora de categorizarlo y sin embargo, la audición per se no es visualmente perceptible pero tanto el órgano como la audición son factores importantes a la hora de crear categorías. (2015, p. 12)
Entonces, ¿los modos en que la percepción del mundo es construida depende de desde qué perspectiva los conceptualizas? Desde la perspectiva humana o desde la perspectiva de la naturaleza, sí, al menos, pues nada está aislado.
2.2. La semántica cognitiva y la antropología filosófica del cuerpo
Tourpin, quien referencia a Cornell (1995), argumenta:
una antropología del cuerpo que como señala, no sea biologicista ni totalmente constructivista, sino que tenga en cuenta la interacción personal y la reflexividad, lo que él denomina la experiencia corporal reflexiva. Estoy abogando por dejar a un lado los análisis antropológicos lineales, por integrar mucho más en la complejidad de los procesos y en la variedad de los contextos y experienciales. Considero que la antropología debe ser la llave para entender y abordar mejor las distintas realidades sociales, a partir de estudios que descubran todos los factores culturales, sociales y políticos que intervienen en un contexto determinado. (2013, p. 64)
Además, el autor propone que el estudio y la reflexión del cuerpo se debe realizar a través de la experiencia individual, el tejido social y el mundo simbólico; asimismo, agrega que «existen puntos de convergencia que son los que debieran fundamentar el discurso alrededor de una epistemología corporal».
Rico, quien se refiere a la lengua de África, manifiesta:
es una lengua concreta que sólo nombra lo que existe. De este modo, no tiene un nombre para la “materia”, ni tampoco para el “cuerpo”, ya que estos conceptos no refieren a realidades empíricas, contrariamente a lo que nos llevan a creer nuestros viejos hábitos dualistas y cartesianos. Nadie vio nunca materia, ni un cuerpo, en el sentido en que son entendidos por el dualismo sustancial. [...] El hombre africano tradicional está sumergido en el cosmos, en la comunidad, participa del linaje de sus antepasados, de su universo ecológico y todo esto está en los fundamentos de su ser. Es una especie de intensidad, conectada con diferentes niveles de relaciones. De esta trama de intercambios extrae el principio de su existencia. En las sociedades occidentales de tipo individualista el cuerpo funciona como interruptor de la energía social; en las sociedades tradicionales es, por el contrario, el que empalma la energía comunitaria. Por medio del cuerpo, el ser humano está en comunicación con los diferentes campos simbólicos que le otorgan sentido a la existencia colectiva. Pero “el cuerpo” no es la persona, pues otros principios participan de su fundación. (1998, pp. 23-25) Por último, para Bourdin (2009):
los términos “lengua”, “cuerpo” y “sociedad” definen, en sus interconexiones, un dominio conceptual, semántico y cultural combinado, al modo de un compuesto o “complejo” cuya naturaleza es psico-somática. Si queremos describir e interpretar dicho “complejo”, siguiendo métodos de la antropología y de las ciencias del lenguaje, contamos con diversos recursos que ofrecen actualmente estas disciplinas.
2.3. Etnoanatomía, la categorización lingüística del cuerpo humano
En la concepción de la acepción de los nombres de los cuerpos Bourdin, citando a McClure (1975), comenta:
las etno-anatomías son concepciones culturales acerca del cuerpo humano; están de algún modo contenidas en el vocabulario y son operadas a partir de la lengua y del habla coloquial. No abordaremos pues, como lo haría un epistemólogo, un discurso científico, formalizado y presuntamente ‘objetivo’. Nuestro objeto son los ‘modos de hablar’ no eruditos acerca del cuerpo y sus atributos. Nos interesan las representaciones sociales ligadas a la simbolización del cuerpo, esto es, el cuerpo ‘simbólico’ o ‘semiotizado’, en conexión con el biológico. […] La metodología más adecuada para analizar este tipo de problemas es, a nuestro entender, la que ofrece la semántica cognitiva intercultural. […] Las etnoanatomías son campos léxicos formados casi siempre por sustantivos, a los que suele llamarse ‘corporales’. A partir de estos elementos primarios se constituyen, por diversos procesos de derivación, composición, gramaticalización, proyección semántica, etcétera, otras formas, más complejas y abstractas, correspondientes, como veremos, a dominios no–corporales del mundo humano. (2009, p. 173)
3. Metodología
Se aplicó una entrevista en quechua a la señora Abelina Ayala Laurente (80 años de edad), natural de Sachabamba, Llumchi, Chanchayllo (Ayacucho). Fue llevada a cabo el día 14 de julio del año 2017, para el curso de Lingüística Amerindia, dirigido por la profesora María C. Chavarría Mendoza.
Quien compone este artículo es quechuahablante y docente del idioma quechua, por lo que la charla se efectuó en esta lengua para mayor objetividad del estudio y poder verificar la presencia y/o ausencia del sufijo plural -kuna en el diálogo. El diálogo se efectuó enfatizando las funciones que cumplen cada uno de los órganos vitales, desde las partes externas e internas del cuerpo.
4. Análisis
Para realizar el estudio razonado de los léxicos de la anatomía humana y animal, se identificó dos momentos: primero, se analizó las partes que representan más de dos elementos; segundo, las que representan los pares.
En primer lugar, sobre las partes del cuerpo que representan más de dos elementos, se obtuvo que no se empleaba el sufijo plural -kuna. rukana ‘los dedos’, urku qichipra ‘las cejas’, tullu ‘los huesos’ (y no rukanakuna, urku qichiprakuna ni tullukuna, respectivamente). Sucedió de igual manera en los léxicos correspondientes a los órganos de los animales: wakapa chunchulnin ‘sus tripas de la vaca’ (y no wakapa chunchulninkuna), aunque también se obtuvo chakiqa muqunmantachachiki chakinkama ‘seguro que sus patas es desde las rodilla hasta las extremidades inferiores’. Además, se constató la información con una canción espontánea: atakan o tustulin ‘las patas’ (y no atakankuna o tustulinkuna, respectivamente), así como, en sentido metafórico, chukcha ‘los pelajes o los cabellos’ (y no chukchankuna).
Cuando se formuló la pregunta «¿Cuándo le hacen cortar los cabellos de los niños?» (Recuérdese que la entrevista se desarrolló netamente en quechua, pero para un mejor entendimiento, se presentan las preguntas en español), la respuesta fue «Uñan chukchantam rutuchin padrinunkunawan» ‘los cabellos de bebé lo hacen cortar con los padrinos’. Se evidencia que en la conversación no se dijo chukchankunata ‘sus cabellos’, sino que solo se utilizó chukchanta ‘sus cabellos’. Luego, en su respuesta a la pregunta «¿Qué nos dirían si solo tuviéramos una sola mano?», la cual fue «Chulla maki ninkutaqmi» ‘pero le dicen persona que posee una sola mano’, la informante agregó «Makinchikmantaqa hukmanmiki» ‘es obvio, que sin nuestras manos se siente otra forma’, no dijo makinchikkunamantaqa.
En segundo lugar, las preguntas concernientes a las partes del cuerpo humano y animal que representan un par se realizaron según su utilidad. No se agregó el sufijo –kuna en los términos ñuñu ‘seno’, rinri ‘oído’, ñawi ‘ojo’, chaki ‘pie’ y wallwaku ‘axila’, sino que solo se utilizó el número singular («ñuñuqa ñuñupaqmi» ‘los senos son para poder amamantar’, «rinriqa uyarinapaqmi» ‘los oídos son para poder escuchar’, por citar algunas de las respuestas). Lo mismo se evidenció en cuanto a los órganos de los animales: «wakapa rurunninqa» ‘sus riñones de la vaca’, «wakapa ñawinqa» ‘los ojos de la vaca’.
En tercer lugar, agregamos una inquietud a nuestra entrevistada: «¡Wakin wawachakunaqa mana makiyuqmi nasichkanku!» ‘¡…en estos tiempos los niños están naciendo sin manitos!’. Nuestra conferenciante contestó: «mankuchakunachiki nasin» ‘¡seguro que nacen manquitos!’, y luego, «runakunapa rinrinkuna» ‘los oídos de las personas’. En estas expresiones, la interlocutora se refiere a los individuos como entes contables y sí les agregó el sufijo –kuna .mankuchakunachiki’ y ‘runakunapa rinrinkuna), dado que las partes del cuerpo ya serían cuatro o más elementos, debido a la cantidad de personas a las que se alude.
Otra interrogante en relación a la pluralización de las partes de los cuerpos fue «¿Wakakunapa imankunataqa imaynatataq nichwanchik…?» ‘y, ¿cómo diríamos sus partes de las vacas?’, cuya respuesta fue «Chakinkunataqa, atakan ninkuchus icha chakin ninkuchu» ‘creo que, las patas de las vacas, les dicen pies o patas’ [más de dos vacas], pero a lo que además dijo, con duda, «¿Ukunkunapiqa…?» ‘¿y en sus entrañas de las vacas, [más de dos ganados]?’. Aquí podemos constatar que cuando se habló de más de dos vacas, los elementos pares o múltiplos de sus partes también se pluralizaron, debido a que los animales son elementos concretos que pueden pluralizarse y sumarse.
Otro aspecto resaltante es que las anatomías fragmentadas, disociadas e individualizadas también se pluralizan porque ya no representan una unidad morfológica, sino que estos componentes pueden sumarse o contarse (kimsa tullukunaqa ‘tres huesos’, kimsa rinrikunaqa ‘tres oídos’: piezas aisladas de su integridad física). En este contexto, hablamos de elementos diseccionados para ser estudiados en medicina o biología, o en el descuartizamiento de una oveja o de una vaca. Incluso de personas contra personas, como se escucha o se lee en algunos medios informativos. En este sentido, ya no nos referiríamos a un hueso, sino a dos huesos, un oído, tres ojos como entes pluralizantes. En cambio, se utiliza singular para las partes del cuerpo que tiene un solo elemento, pero con funciones vitales y únicas (sinqa ‘nariz’, kakichu ‘mentón’, wiksa ‘estómago’, wiqaw ‘cintura’), por lo que es necesario estudiar su semántica.
En cuarto lugar, la singularidad de los elementos múltiples de la cultura andina se extiende a otros elementos de la naturaleza. Por ejemplo, en wallpam runtutaqa uqllachkan ‘la gallina está incubando los huevos’, la palabra runtu representa a una nidada de huevos en un solo nido; en rusas wayta ‘las flores del rosal’, solo se alude a un solo árbol de rosas que representa el todo; en chakrapi papaqa ‘las papas de la chacra’, la cantidad de papas esparcidas en la chacra aparece en singular, no se usa la forma papakuna; en chakrapi kinuwaqa ‘las quinuas de la chacra’, las quinuas que no están en costales serán quinua, no quinuas. Así, los términos referidos solo se contarán y pluralizarán después de ser empaquetados.
En quinto lugar, en cuanto a los préstamos hispanos en quechua, encontramos los bueyes ‘una yunta o yunda’, más específicamente, un par de toros de cuatro años de edad en promedio. Este préstamo fue hallado en el Manual de enseñanza de quechua, de Clodoaldo Soto Ruiz, bajo la forma buwis. Aunque en castellano indica número plural, en quechua es entendido como singular, por lo que para su pluralización se agrega el sufijo -kuna. buwiskuna.
La explicación de este hecho lingüístico sería que las yuntas o bueyes trabajan como una unidad inseparable, mutuamente se necesitan. Por estas explicaciones, consideramos de gran importancia lo que afirma la Dra. Escobar (2017), citando a Lakoff (1987, pp. 68-76) y a Kleiber (1995), al señalar que estas «categorías se organizan gracias a los llamados “modelos cognitivos idealizados” (MCI), que son los que ordenan, a su vez, nuestro espacio mental».
Finalmente, a nuestro modo de entender, la lengua quechua construye mecanismos de creación de las categorías léxicas según su forma y función de los elementos naturales, puesto que el ser humano es un ser natural y está interrelacionado con la naturaleza. El idioma quechua elabora el lenguaje como un tejido de engranajes del universo, por ello, debemos estudiar a través de los modelos cognitivos y a través de su propio idioma.
5. Conclusiones
En conclusión, la hipótesis propuesta es asertiva, ya que los quechuahablantes del departamento de Ayacucho, del distrito de Ocros, Cceraocro, no asignan el sufijo del número plural -kuna a las partes del cuerpo humano y animal que refieren a dúos y múltiples, mientras que en castellano sí se marca el número plural. Esto pudo constatarse con las respuestas obtenidas en la entrevista a la señora Ayala.
La categorización de singularidad de las partes del cuerpo humano, animal y cosas se da en todos los órganos que representan pares o múltiples como en rukana ‘los dedos’, chukcha ‘los cabellos’, ñuñu ‘los seños’, maki ‘las manos’, entre otros. Si faltara uno de los elementos, asimismo, se hablaría de chulla ‘impar’. En ese sentido, deducimos que la lengua quechua construye conceptos a partir de modelos ya fijados en la naturaleza y en la historia, y se establece como hecho cognitivo en patrones de esquemas mentales propios. No solamente para las partes del cuerpo, sino que se extiende a los elementos de la naturaleza y construcciones culturales.
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