Educación socioproductiva. Una religación de las redes de participación social al contexto de la autogestión universitaria para el desarrollo endógeno comunitario

Claritza Sierra
Universidad Nacional Experimental Rómulo Gallegos, Venezuela

Revista Científica CIENCIAEDUC

Universidad Nacional Experimental de los Llanos Centrales Rómulo Gallegos, Venezuela

ISSN-e: 2610-816X

Periodicidad: Semestral

vol. 10, núm. 1, 2023

revistacienciaeduc@gmail.com

Recepción: 28 Octubre 2022

Aprobación: 16 Noviembre 2022



Resumen: Hablar de enlace en redes sistémica implica el equilibrio de las partes de un todo. Así el propósito es Configurar una Educación socioproductiva como religación de redes de participación social al contexto de la autogestión universitaria para el desarrollo endógeno comunitario, por tanto concierne a dichas redes hacer prevalecer el liderazgo compartido, dinamizando y potenciando el trabajo en equipo que propugna objetivos comunes con autonomía, generando comunidades de visión holística acerca de la complejidad del fenómeno educativo. El enfoque sistémico sitúa en primer plano el estudio de las interacciones entre las partes y entre éstas y su entorno, se apoyó en el discurso cualitativo y el método fenomenológico hermenéutico en el contexto del Área de Radiodiagnóstico de la Universidad “Rómulo Gallegos”, de ahí, la importancia del enfoque sistémico que hace necesaria la distinción entre las nociones de entrada, aquellas generadas por el entorno y de salida generadas por el propio sistema. Los resultados explican el contexto de organización universitaria como sistema viviente e interactivo, puesto que se relaciona con la entrada mediante un bucle de retroalimentación desde la circularidad de fenómenos y la recursividad de procesos. Se concluye que queda demostrado con esta nueva perspectiva que es necesario pensar en una educación permanente heutagógica y autogestionada por los propios actores de la comunidad académica y social, bajo una perspectiva de redes de participación social, tomando en cuenta las potencialidades y limitaciones, tanto del sujeto como del contexto, para garantizar una educación integral, de calidad y humanizadora como premisa fundante del desarrollo endógeno comunitario.

Palabras clave: Educación socioproductiva, Redes de participación social, Autogestión universitaria, Desarrollo endógeno comunitario.

Abstract: Talking about binding in systemic networks implies the balance of the parts of a whole. Thus the purpose is to configure a socioproductive education as a religation of networks of social participation to the context of university self-management for endogenous community development, therefore it concerns these networks to prevail shared leadership, energizing and enhancing teamwork that advocates common objectives with autonomy, generating communities of holistic vision about the complexity of the educational phenomenon. The systemic approach places in the foreground the study of the interactions between the parts and between them and their environment, it was based on the qualitative discourse and the hermeneutic phenomenological method in the context of the Radiodiagnosis Area of the University "Rómulo Gallegos", hence, the importance of the systemic approach that makes necessary the distinction between the notions of entry, those generated by the environment and output generated by the system itself.This conception explains the context of university organization as a living and interactive system, since it is related to the input through a feedback loop from the circularity of phenomena and the recursion of processes. It is demonstrated with this new perspective that it is necessary to think about a heutagogic and self-managed permanent education by the actors of the academic and social community, under a perspective of networks of social participation, taking into account the potentialities and limitations, both of the subject and of the context, to guarantee an integral, quality and humanizing education as a founding premise of endogenous community development.

Keywords: Socio-productive education, Social participation networks, University self-management, Endogenous community development.

PREÁMBULO

La educación constituye uno de los principales instrumentos creados por el hombre para la intervención de la realidad y lograr su articulación con las instituciones del estado y el mundo socio comunitario, siempre con el cometido de formar en un amplio abanico de campos del conocimiento, pero sobre manera, de educar la multidimensionalidad de la existencia humana, lo cual comporta una transición para avanzar desde un sistema formativo totalmente lineal y ortodoxo a un sistema integrado e integrador. Pero, para la concreción de tal anhelo, se requiere repensar la ontología de la educación, para reorientar su teleología y educar para la ciudadanía, en virtud de que la sociedad postmoderna hoy tiene una connotación radicalmente distinta a la idea tradicional de la modernidad educativa, según la cual la educación tenía un carácter depositario y bancario

Desde esta representación, la intencionalidad de la idea supone pensar desde una perspectiva sistémica e integradora todo el tejido de relaciones ontológicas que subyacen en la complejidad relacional existente entre autogestión educativa, redes de participación social y desarrollo endógeno comunitario. La perspectiva se desarrolla a fin de ofrecer una alternativa a los esquemas conceptuales conocidos con el nombre de enfoque analítico y mecánico construido con la aplicación del método científico, pues para (Bunge 2008, 172), “una sociedad es un sistema de individuos interrelacionados, en tanto que alguna de sus propiedades son nuevas resultantes de propiedades de sus miembros, otras derivan de las relaciones entre éstos”.

En efecto, toda organización educativa traduce, en primer término, un sistema conceptual compuesto por un conjunto de individuos dotados de ciertas estructuras, y en segundo orden, la interacción de todas estas estructuras configuran un campo relacional complejo capaz de operar armónicamente para concretar los grandes fines de la educación como categoría socio histórica.

Entonces, esta nueva visión de la participación en redes desde la universidad, debe permitir emprender transformaciones profundas para hacerle frente a la complejidad generada en los contextos abordados, conforme a las exigencias de un momento crucial de cambios paradigmáticos de la sociedad, desde luego, con grandes cargas de incertidumbre, pero aun así, se pueden orientar autogestiones educativas, no solamente en la genealogía del fenómeno educativo universitario, sino en la dinámica general de funcionamiento de la universidad en sincronía con el contexto comunitario. En este sentido, esta investigación tuvo como propósito Configurar una Educación socioproductiva como religación de las redes de participación social al contexto de la autogestión universitaria para el desarrollo endógeno comunitario.

Se quiere con ello significar que la universidad es entonces un eje clave en la trilogía estado- sociedad- territorio, siendo también escenario fértil para la formación y participación del ciudadano en la nueva república donde el saber, hacer y convivir se conjuguen para la réplica del modelo de desarrollo concebido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela 1999. Para ello, se estableció una interrelación dialógica bajo el método fenomenológico hermenéutico mediante las entrevistas que revelasen la profunda conexión entre educación, persona, cultura y comunidad.

Pasaje experiencial del contexto universitario

La universidad Venezolana, actualmente constituye un espacio de miradas plurales, que promueve la disidencia argumentativa y el encuentro consciente, así como la controversia sana y el acuerdo fértil entre los distintos actores de la sociedad. En este espacio, los actores socio-comunitarios pueden estar o no de acuerdo con el proceso político y educativo actual, pero asumir una posición pasiva respecto a la dinámica socioeducativa desde la indiferencia y la emisión de juicios de valor carentes de argumentaciones políticas o pedagógicas, en nada contribuye al debate transformador que requiere la institución superior.

Vale hacer notar, que la Carta Magna orienta el papel que debe cumplir la educación venezolana en la formación del nuevo republicano y la nueva republicana que corresponda con las demandas de la sociedad y desarrolle acciones hacia la resolución de problemas de su comunidad. En este sentido, el modelo de desarrollo endógeno se plantea como estrategia de inclusión, especialmente desde la educación y el trabajo, pues en él se destaca la participación, construcción y reconstrucción del sujeto, la interrelación con la comunidad, la producción y construcción colectiva del conocimiento, diálogos de saberes como categorías esenciales, donde ya no es solo el Estado el que debe ser democrático, sino también la sociedad.

Entonces, siendo democrática la sociedad, todos los elementos que la integran deben estar alineados por principios democráticos y sometidos a ellos. Con esto se reconfigura una opción estratégica innovadora que enfatiza la concepción sistémica, compleja e integral de una educación para el desarrollo, con un enfoque endógeno, es decir, basado en el concepto, “desde adentro”.

Para ello, se requiere que las instituciones universitarias se conviertan en una plataforma de concurrencia social y cultural, desde la cual los actores comunitarios, a través de un compromiso social y ético, trasmitan más allá de las aulas de clase, el desafío de autogestionar sus propios procesos de aprendizaje, para el aprovechamiento adecuado de las experiencias, saberes y valores comunitarios y del entorno en general, con el propósito de formar seres humanos consustanciados con los fines del desarrollo endógeno, como medio para alcanzar formas de vida integrales en concordancia con las exigencias del contexto en el cual conviven.

De este modo, pareciera prevalecer la idea, de que la vida de la institución universitaria es ajena a la comunidad y el desarrollo endógeno es un proceso independiente a la dinámica de la universidad y a los grandes propósitos de la Educación universitaria. Toda esta realidad, todos estos presupuestos empíricos, denotan una gran contrariedad con los planteamientos de (Prieto 2006: 32), quien postula, que “la escuela es un proceso de vida, que forma la vida en comunidad y al desligarse de su medio desorienta al individuo.”

De modo tal, que precisamente en la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Centrales Rómulo Gallegos, en el área de radiodiagnóstico en San Juan de los Morros, el Estado Guárico, a través de vivencia acaecidas como investigadora, dada mi condición de coordinadora, pareciera existir un desconocimiento por parte de los actores socio comunitarios en cuanto a la participación tanto en el plano de la provisión de recursos, como en lo socio académico, al igual que una subvaloración de las redes de participación social como estrategia para la construcción del desarrollo endógeno comunitario desde una perspectiva sustentable.

Propósito de la Investigación

Configurar una Educación socioproductiva como religación de las redes de participación social al contexto de la autogestión universitaria para el desarrollo endógeno comunitario.

No obstante todos estos planteamientos, en Venezuela actualmente, pareciera que la experiencia que se adelanta en el campo de la Educación universitaria, si bien es cierto que se reconocen experiencias exitosas en muchos Estados y Municipios del país, no es menos cierto, que aún permanecen algunas de estas instituciones cerradas hacia lo social y comunitario, haciendo gala al claustro que las ha venido identificando, donde no se hace sentir la participación de las redes sociales y comunitarias, es decir, son muy pocas las experiencias de apoyo de los actores socio comunitarios y de éstos a la institución.

Al respecto se amerita alcanzar los subsiguientes propósitos complementarios

- Entender la visión sistémica de la realidad como opción epistemológica para abordar las redes de participación social área de radiodiagnóstico de la Universidad Rómulo Gallegos la educación universitaria.

- Develar la praxis de los actores educativos y socio comunitario acerca de las redes de participación social en el contexto del área de radiodiagnóstico de la Universidad Rómulo Gallegos la educación universitaria.

- Contrastar la visión que poseen los actores sociales acerca del desarrollo endógeno comunitario.

Ideas y Argumentos que Sustentan la Investigación

La presente investigación se considera relevante, en primer lugar por cuanto se realizara una discusión temática acerca de las redes de participación social como sustrato del desarrollo endógeno comunitario lo cual remite a una profunda indagación teórica acerca de enfoques, modelos, teorías y perspectivas de análisis, es decir, a un encuentro como investigadora con el estado del arte del conocimiento social.

Esta visión sistémica permitirá religar las partes que constituyen el todo relacionado con las redes de participación social como vertientes del desarrollo endógeno comunitario, puesto que la universidad se concibe como un sistema social abierto y dinámico en permanente cambio y transformación, en la cual los actores socio comunitarios juegan un papel fundamental en la coconstrucción del conocimiento.

Además, la investigación se justifica en atención a la razón ontológica, es decir a la naturaleza misma de lo que es la concepción teórica y praxiológica de los actores en relación a lo que son las redes de participación social, dado que permitirá descubrir o develar el conjunto de categorías que intervienen en forma relacional en la realidad en el contexto de estudio.

Fundamentos Epistémico-Conceptuales del Estudio

En atención a los Fundamentos Epistémico-Conceptuales expuestos esta perspectiva se asienta en las siguientes temáticas:

Teoría de las Redes y la vinculación sociocomunitaria relacional

El término red es un constructo sociológico que empieza a ser utilizado en la segunda mitad de los años cincuenta en el ámbito de la cultura antropológica' de los países del Norte de Europa, para representar el tejido de contactos y relaciones que la persona construye en torno a ella en la cotidianeidad. El término se presta a evocar “el conjunto de relaciones y vínculos en los cuales la persona se encuentra inmersa” (Barnes, 1972:34). Tras el estudio de la antropología, otras disciplinas han considerado y profundizado la temática desde perspectivas analíticas, descriptivas o estrechamente ligado al concepto de red, donde subyace la concepción de persona como sujeto en interacción con otros, tan capaz de influenciar como de ser influenciado.

La confluencia de estas perspectivas con el objeto de abordar el conocimiento del trabajo social del individuo en relación con su contexto, suscita el interés científico en la medida de que, el análisis y el trabajo con redes permita superar las falsas barreras entre diversos niveles de intervención, pasando del individuo a la comunidad en un continuo integrado que incluye a la familia, la red de relaciones íntimas, las relaciones informales del contexto grupal y comunitario y los servicios. Por otra parte, permite construir una metaperspectiva en la cual, el sujeto o la familia pueden ser significativas en una red de relaciones sociales más extensa, la cual puede proporcionar apoyo social en forma de recursos materiales o atención psicosocial.

Referentes teórico - conceptuales

La Educación comunitaria desde la visión del colectivo

Esta nueva visión acerca de la armonización de las redes de participación social para la afirmación del liderazgo en el marco de la autogestión universitaria productiva, traduce el reemplazo de las actuales estructuras institucionales superiores, las cuales fueron diseñadas para la desvinculación y la individualidad, la subordinación y el acatamiento normativo de corte tradicional, lo cual genero un distanciamiento entre la universidad y la comunidad, solo aceptado en el servicio comunitario.

Hoy se hace necesario reemplazarlas por otras basadas en un mayor sentido de compromiso colectivo, en el protagonismo e involucramiento de los actores en su dinámica funcional, conformando así grupos sinérgicos, armónicamente coordinados, que trabajen en función de objetivos compartidos, lo que a su vez se traduce en una red de cambios culturales profundos, que permitan la necesaria disposición de todos para la transformación y la participación en la búsqueda de mejores aprendizajes hacia una colectivización relacionada de la educación universitaria.

Realmente, uno de los espacios de mayor relevancia para generar este aprendizaje, es en la sociedad como un todo. En tal sentido, vale la pena tomar como sustento lo señalado por Rengifo (2002, 79), quien afirma que

Durante el ejercicio de la actividad académica, se establece una relación recurrente entre la triada del saber conformada por el docente-estudiante-conocimiento, lo que conforma una espiral ascendente, cuyo reflejo se asienta en la universidad-comunidad-sociedad, formando comunidades que aprenden.

Es decir que se desarrollan desde su seno, que intercomunican sus nociones, percepciones imágenes, creencias, valores y saberes, en fin representaciones sociales de su entorno que manifiestan a través del lenguaje y las acciones. Así lo concibe Rogers citado por Flórez (2001: 89), “éstas representaciones sociales sustentan y fomentan el autoconocimiento de la propia personalidad como embrión de autonomía, capaz de garantizar el desarrollo de ciudadanos libres y responsables”.

Indudablemente, que en la actualidad existen numerosas corrientes filosóficas y diferentes formas de pensamiento global y complejo que dan origen a una diversidad de interrogantes acerca de las formas de conducción y gestión de las organizaciones educativas en todos los niveles, pero particularmente la Universidad, en tanto propósito por establecer las conexiones necesarias con las comunidades para favorecer el desarrollo endógeno.

Las redes de participación social con fines socio antropocéntricos

En consideración a este postulado teórico, son las redes de participación social la herramienta más preciada para contribuir, por una con los grandes fines socio antropocéntricos y culturales de la educación, pero además, fortalecer el empoderamiento de la Universidad concebida como un sistema social abierto a las conexiones con el contexto comunitario. Este debe ser un espacio donde el sujeto social como ser universal e individual debe enfrentar los nuevos retos de un aprendizaje social compartido que se requiere en el marco de una sociedad local-global. Es así como Aragort (2005: 19) puntualiza que, “las redes participativas significa la construcción de una cultura colectiva y un modo de vida, para ir llenando los vacíos asistenciales que progresivamente van quedando rezagados de la acción oficial del Estado”

En relación con la conceptualización de redes de participación social, es importante incorporar la visión de Dabas, citado por Delgado (2003: 23), al referirse a los denominados puntos de fusión o de encuentro entre los actores sociales. Al respecto, plantea:

El punto de fusión o de encuentro como núcleo de las redes de participación social, tiene un significado muy especial en la red; pues, en la familia, la escuela, la comunidad y la sociedad somos fuertes, si los puntos que nos mantienen unidos a la red son fuertes y sólidos.

Esos puntos de fusión pueden ser el sentido de pertenencia, permanencia, estar consciente de que forman parte de un todo y que mis aspiraciones e ideales son los mismos que tienen quienes están de alguna manera ligado a mí y a otros. Es por ello que estrechamente ligado al concepto de red, subyace la concepción de la persona como sujeto en interacción con otros, tan capaz de influir como de ser influenciado, es decir en reciprocidad.

Así, la confluencia de perspectivas con el objeto de conocimiento desde la labor del docente, debe ser visualizada hacía el sujeto en relación con su contexto, lo cual debe suscitar el interés científico en la medida de que la profundización y expansión del trabajo en redes permita superar las barreras ocultas entre diversos aspectos de intervención, pasando del sujeto social pasivo a una comunidad activa, en un continuo bucle integrado que incluye a la comunidad social y familiar, la red de relaciones íntimas, las relaciones informales del contexto grupal y comunitario, las instituciones sociales y las organizaciones intermedias prestadoras de servicios.

Según Forni (2002: 16), “la construcción y funcionamiento de redes interorganizacionales, constituye un proceso complejo que va mucho más allá de las especificidades de cada red, lo cual plantea la necesidad de ser abordado por etapas”.

Por otra parte, la ontología de las redes de participación social en el contexto de la Universidad, como muestra la figura 1, debe permite construir una meta perspectiva de aprendizaje en la cual, el sujeto es o pueden ser significativos al pertenecer a una red de relaciones sociales más extensa, que puede proporcionar insumos para enriquecer el currìculum, pero además, apoyo social en forma de recursos materiales, prestación de servicios, y/o la orientación para alcanzar un fin común.

La Universidad autogestionada para la autonomía sociocomunitaria

Lo anterior reafirma que desde este contexto de propuestas emergentes, que las organizaciones sociocomunitarias deben estar preparadas para emprender las transformaciones y retos que reclama el momento histórico que vive la educación, en los cuales prevalece la incertidumbre y los cambios, por cuanto resulta inaplazable que la universidad auto gestionada se sirva de los conocimientos, experiencias y acervos culturales de las comunidades para poder sobrevivir y encontrar respuestas a los nuevos problemas o circunstancias que se presentan, por cuanto es fundamental anticiparse a los escenarios futuros en los ámbitos económicos, sociales y culturales para la convivencia.

Como se puede apreciar, responder desde la educación universitaria a la dinámica de la globalización y la autonomía sociocomunitaria, entraña desde esta perspectiva al menos seis elementos entretejidos sistémicamente que representan grandes retos, como lo son: el estudiante, la universidad, la comunidad, la sociedad en su conjunto, el sistema educativo y el Estado.

De acuerdo a lo antes expuesto, corresponde al Estado igualar, propiciar y mantener oportunidades de educación, vale decir, avanzar hacia un rumbo de gobernanza que permita a todos desarrollar sus capacidades para contar con oportunidades futuras, por lo que debe apoyarse en un Sistema Educativo universitario transformador de los procesos de aprendizaje dentro y fuera de las instituciones socioeducativas, haciéndola productiva, a la luz de las nuevas formas de aprender, conocer, informarse y comunicarse que difunde a paso acelerado la sociedad del conocimiento.

Por lo tanto, la educación universitaria hoy más que nunca está llamada a desempeñar un rol protagónico conjuntamente con los actores sociales de contrapeso, para revertir el fraccionamiento en la calidad de la educación, hacia procesos integradores multi y transdisciplinarios para alcanzar el desarrollo social desde el comienzo del proceso de aprendizaje como alternativa fundamental e intergeneracional hacia la consecución y fortalecimiento del desarrollo endógeno local y global es decir, glocal.

La construcción del Conocimiento desde el Empoderamiento Social.

Esta construcción del conocimiento, obviamente requiere plantear otro modo de entender la construcción de los espacios de aprendizaje de los sujetos en su propio mundo de relaciones, integrando las dimensiones del conocimiento y proyectándolas desde la totalidad del ser humano que aprende, cognitiva y afectivamente hablando, pero también vinculándola con su entorno, con los valores y las creencias. Por ello, la educación participativa autogestionada debe contar con espirales epistemológicamente precisos en una dirección sistémica circulante y recursiva, superando los enfoques explicativos y abriendo nuevas vías a la construcción del conocimiento desde el empoderamiento social.

Ahora bien, en cuanto a lo que concierne al empoderamiento social, bien vale revisar la opinión de Pizarro (2010: 43), quien señala que “el empoderamiento consiste en “…otorgar a los ciudadanos las competencias y la confianza en sí mismos y en el entorno en el que se desenvuelven, para tomar las riendas de su propia vida, para protagonizar su propia historia…” Efectivamente, comparto esta idea del empoderamiento de la sociedad, pero apoyado en el emprendedurismo como fuente nutriente de pensar en la reconstrucción de organizaciones legítimas y representativas y en la reeducación para el empoderamiento sociocomunitario. Ahora bien, este es multidimensional y complejo, donde lo social se relaciona con lo económico y éste último a lo político y los tres a lo educativo/formativo.

De allí la pertinencia de las idease de Morín (2002: 91), quien proclama la necesidad este, en otras palabras, se entiende desde la comprensión de la complejidad sobre la cual se transforma la sociedad, convertirlo en una teoría o un referente común. En correspondencia con la intencionalidad de este estudio, el mismo se interesa en la visión necesaria de unidad y de lucha contra la injusticia, en la creencia de que el poder que no está basado en el dinero, está basado en el respeto y en una concepción colectiva del ser humano, lo que traduce de “rechazar lo que mutila el pensamiento y lo que lo vuelve unidimensional” (p. 91). Por eso es que según él, aspira a lo multidimensional, pues de esta manera se rechaza lo que divide y reduce en el pensar, pero se entiende que el conocimiento es inacabado.

La Visión sistémica y compleja de la realidad educativa

En este sentido, la aludida visión sistémica y compleja de la realidad educativa es un proceso recursivo, fundamentado en el autoconocimiento y la autoorganización, que afecta a quienes vertebran el tejido social, el contexto institucional y cultural, lo cual está relacionado con el empoderamiento social y los valores de las instituciones en su contexto.

Claro, el empoderamiento social promueve el enfoque protagónico de los actores, rescatando la condición humana del ser desde la concepción de un desarrollo participativo, endógeno y sostenible, siendo allí donde se enlaza con el papel de las comunidades, cuyos actores deben vincularse a la vocación y necesidades productivas, sociales y culturales de espacios territoriales para dinamizar el desarrollo endógeno, para lo cual se requiere la operacionalización de todas las estrategias que puedan favorecer una verdadera resignificación constructiva del conocimiento.

DESCRIPCIÓN DEL CONTEXTO EPISTÉMICO - METODOLÓGICO

En este sentido, la perspectiva epistemológica que se asume en la presente investigación se centra en los planteamientos del pensamiento sistémico desde una visón compleja para pensar la realidad objeto de estudio como un todo conformado por elementos interdependientes.

De acuerdo con este enfoque sistémico, aporta Bunge (2008: 172) “una sociedad es un sistema de individuos interrelacionados, en tanto que alguna de sus propiedades son nuevas resultantes de propiedades de sus miembros, otras derivan de las relaciones entre éstos”. En efecto, toda organización educativa traduce, en primer término, un sistema conceptual compuesto por un conjunto de individuos dotados de ciertas estructuras, y en segundo orden, la interacción de todas estas estructuras configuran un campo relacional complejo.

De este modo, es pertinente religar la visión de la universidad desde una perspectiva sistémica, en tanto ello permite configurar la reciprocidad circular entre los elementos que conforman una determinada organización, cuya dinámica productiva y reproductiva es de naturaleza fenoménica y global. Así las cosas, las redes de participación social constituyen vertientes concurrentes del desarrollo endógeno comunitario desde múltiples perspectivas teóricas experienciales e imaginarias.

El Camino Metodológico.

De este modo, la hermenéutica como método se conceptualiza, no solamente como herramienta metodológica para resolver problemas de interpretación textual, sino como una fuente de reflexión sobre la naturaleza y el problema de la comprensión interpretativa en sí misma. Ello significa, que la fenomenología hermenéutica pone a prueba la ontología transversal del lenguaje en la construcción del conocimiento.

Para Gadamer (1999:07), “el ser es lenguaje y únicamente éste posibilita lo real, porque es el medio a través del cual el ser se deja oír, pues en la morada que ofrece el lenguaje habita el hombre”; por ello, el mundo, y lo que en él acontece, incluido el hombre, no puede ser pensado como una cosa que se encuentra frente a nosotros, sino como nuestra propia ubicación, el lugar donde habitamos y desde el que comprendemos. Entonces, para comprender los significados de los discursos ofrecidos por los actores naturales, se requiere entender y reflexionar acerca de lo que ellos quieren transmitir sobre estas temáticas, y para lograrlo es necesario que los presupuestos, preposiciones y expectativas propias de quien investiga, se hagan presente y se expresen en una misma dialógica.

PROCESO DE REFLEXIÓN

En Venezuela se vive actualmente un proceso político revolucionario en la búsqueda de implementar un sistema de gobierno socialista, tratando de erradicar el capitalismo, el fin es buscar una mejor calidad de vida a la población, especialmente los sectores más desasistidos, excluidos y olvidados, siendo uno de ellos el sector rural. En este sentido, la Universidad da respuesta a los objetivos estratégicos avanzando hacia la conformación de una nueva estructura social, por tanto se considera que las instituciones universitarias responden a las necesidades generadas por diversos factores, tales como: deserción y exclusión escolar, desnutrición, repitencia, bajo rendimiento escolar, entre otros aspectos de gran importancia.

Luego de la serie de reflexiones germinadas de las vivencias compartidas y la experiencia productivas en este contexto, surgen las redes de educación comunitaria, como el tejido de relaciones sociales que se establecen entre personas a nivel horizontal, permitiendo el efugio de información y el sustento de un elevado interés social. La importancia de estas redes está, no sólo en estimular la participación sino también en la provisión de beneficios y aportes productivos de saberes entre los miembros de la comunidad, por cuanto dentro del tejido social coexisten diversos elementos que fluyen y confluyen entre los actores sociales: la información, la comunicación, los saberes, la experiencia, los recursos, la cultura, los valores entre otros.

De este modo, la educación Universitaria se concibe como un proceso formativo, integral y permanente para el crecimiento y desarrollo del individuo y la transformación de la sociedad, es por ello concebida como un sistema social abierto, el cual adquiere un rol protagónico al considerársele como un núcleo de organización del colectivo social, para dar respuestas desde sus grandes fortalezas formativas a las demandas del entorno.

Por estas razones, se puede afirmar que el desarrollo endógeno se ha concebido como una estrategia para interpretar los procesos de desarrollo, en tiempo en los que se producen grandes transformaciones en la economía y la sociedad como consecuencia del aumento de la integración económica, política y cultural. Su meta es el desarrollo en el nivel local de la comunidad, pero que trascienda hacia arriba, hacia la economía del país, hacia el mundo. Entonces, el desarrollo endógeno se funda principalmente en las acciones de los propios actores de la comunidad, los valores, las instituciones y los recursos locales. Los conceptos claves dentro de este son: control local del proceso de desarrollo; considerar seriamente los valores culturales, la apreciación de visiones de mundo y lograr un equilibrio entre los recursos locales y externos.

De allí que en este marco de referencia, se ubica la persovisión temática de este texto argumentativo de investigación, al cual denominé Educación socioproductiva. Una religación de las redes de participación social al contexto de la autogestión universitaria para el desarrollo endógeno comunitario, cuya representación hologramática muestro a continuación.

Representación Sistémica de
la Educación socioproductiva como alternativa dinámica Sociocéntrica.
Figura 1.-
Representación Sistémica de la Educación socioproductiva como alternativa dinámica Sociocéntrica.
Sierra (2020)

Como puedo mostrar, de modo similar a un sistema, las pautas o normas de reciprocidad, aunque más cercanas al espacio cultural, transitan el trenzado del capital social como unidad generadora de aprendizajes, formando los ambientes de discusión, encuentros y desencuentros que señalan cómo los miembros de una comunidad deben sobrellevar las acciones de participación en función de intercambiar valores, acciones y saberes.

Tal noción se adscribe al pensamiento complejo de (Morín 2002: 220), dado que “se reconoce como un pensamiento que relaciona y complementa. Su objeto y sujeto de estudio es el todo, a través de sus efectos, defectos, dinamismo y estática, reconociendo la interrelación del todo con sus partes y viceversa, dentro de un entramado”.

En cuanto a la confianza social que proyectan estas redes de educación para la participación comunitaria, se revelan como una actitud o cualidad cimentada en el proceder que se espera de la otra persona y de las propias instituciones que participan en la interrelación o reciprocidad que se establece entre ambas. Indudablemente se convierten en normas de reciprocidad y las redes en compromiso cívico actuando en forma conjunta, dando origen a la confianza colectiva y co-compromiso social como elemento de mayor trascendencia para el capital social, por cuanto este elemento conforma un poder en la colectividad capaz de fomentar progresos sociocomunitarios.

Es una forma colectivamente distinta de relacionarse con las dinámicas de consenso de información, saberes y conocimientos compartidos que envuelve una cultura patrimonial a otra de múltiples resistencias transculturizantes, pero también la fluidez entre disciplinas, entre conocimientos mismos, la interacción en los procesos de construcción y mediación de conocimientos, entre otros.

Pero también implica educar para la ciudadanía transmoderna, vale decir, para construir formas legitimas de participar en la vida colectiva, las cuales son cambiantes y tienden a privilegiar la comunicación permanente, la capacidad para trazar esquemas fortalecedores en los distintos espacios de interlocución, dando mayor relevancia y autonomía a la democracia como valor incuestionable de la participación, lo cual requiere de sujetos con ideas democráticas en su vida cotidiana y la armonización entre derechos universales y aspiraciones particulares consustanciados con los de su entorno y el colectivo social.

Realmente las redes de educación comunitaria para el desarrollo endógeno en el contexto de la Universidad productiva, según Berroterán (2018:7),

Emergen ideas como esencia de la transformación educativa para contribuir a generar sociedades más equitativas con una mayor integración social, con igualdad de oportunidades para todos sus actores, donde todos sean protagonistas y con capacidad de trascender en conjunto a las vicisitudes que pudieran presentarse, considerando a su vez, que la equidad en sí misma es un fenómeno sistémico, dado que integra un sinnúmero de valores y principios interconectados e inseparables, por lo que se hace necesario avanzar en los logros universitarios que permitan a la comunidad compenetrarse con una educación para la vida y la convivencia.

De allí los señalamientos de Morín (2006: 74), “ya el hombre deberá empezar a deconstruir sus antiguas concepciones y dar paso al pensamiento complejo, siendo este el camino para la búsqueda de nuevas soluciones en el ámbito social”. Esto permite argumentar, que todo desarrollo verdaderamente humano, debe comprender el desarrollo conjunto de las autonomías individuales, de las participaciones comunitarias y la conciencia de pertenecer a la especie humana.

Básicamente, este constructo doctoral representa una propuesta teórica en el campo de la autogestión universitaria, que proclama la justicia social y la equidad, dado que se intenta llamar la atención sobre las formas sociopolíticas de intervención comunitaria. Aquí el acento esta puesto en el concepto de justicia social, como condición inapelable para mejorar la calidad educativa autogestionaria y el bienestar social desde una definición del derecho a la educación de calidad y pertinencia, es decir desde su propio contexto y por sus mismos actores, no sólo en el acceso, sino en los aprendizajes logrados por todos los estudiantes.

Siendo las cosas así, resulta claro no perder de vista la autogestión universitaria como alternativa dinámica Sociocéntrica, presentada como componente trascendental y consubstancial a la cultura del sistema (universidad-comunidad-sociedad-Estado), que necesita generar educación de calidad, adaptativa y autorganizativa que facilite la autodeterminación. Por estas importantes circunstancias, la autogestión y la participación teleológicamente se dirige a encontrar la satisfacción de las necesidades y expectativas de quienes actúan en el proceso educativo.

Por lo tanto, exige que las personas desarrollen sus competencias de autonomía y libertad; convirtiéndose la calidad y autogestión como referentes ineludibles para la consecución de una auténtica calidad de la educación, sobre la base de un liderazgo transformacional permanentemente vigente, alternante y de un real compromiso de quienes conforman el ethos de esta organización socioeducativa, ideada como redes de participación dotándola de herramientas e insumos pedagógicos y de gestión socio-comunitaria-educacional adecuada y pertinente, con disposición, esfuerzo, responsabilidad y amor por la causa, para alcanzar el éxito de todos.

Es importante resaltar, que la participación educativa universitaria y la cogestión comunitaria comienzan, se desarrollan y culminan transformando la actitud, disposición de los miembros de un cualquier sistema organizado hacia sí mismo y hacia los demás, lo que apoya las redes de participación es por ello, que no debe ser un episodio que brille en una comunidad para luego desaparecer, lo bueno es lograr que esto sea imprescindible en la gestión de las comunidades para enriquecer la participación activa, protagónica, eficiente, eficaz, de la universidad realmente productiva que puede adaptarse a cualquier organización social, garantizando el desarrollo sustentable y sostenible de los diferentes ideales, lo cual sólo puede ser posible mediante la formación y la educación humanizante, justa, inclusiva y productiva.

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